Aquí hay alguien mayor que el Templo
- 17 Julio 2020
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Papa Francisco a la Virgen María: Ayúdanos a tener un corazón puro, a no mentir, ni hablar mal del prójimo
“Virgen del Carmelo, madre nuestra, ayúdanos a tener manos inocentes y corazón puro, a no mentir ni hablar en detrimento del prójimo. Así podremos subir al monte del Señor y obtener su bendición, su justicia, su salvación”, escribió el papa Francisco este jueves 16 de julio, en su cuenta de Twitter en español @Pontifex.
El año pasado el Papa había pedido a la Virgen del Monte Carmelo: “Contemplamos a Nuestra Señora junto a la Cruz de Cristo. Ese es también el lugar de la Iglesia: al lado de Cristo”, martes 16 de julio 2020, Twitter @Pontifex. Se trata de la Virgen, patrona de los marineros y de una de las imágenes marianas más queridas por el Papa y muchos fieles en América Latina y España. “Que la Madre de Dios, a quien recordamos hoy bajo el título de Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, insuperable en la acogida de la Palabra de Dios y en su puesta en práctica nos ayude a purificar el corazón y a custodiar en él la presencia del Señor”, había dicho el Papa, durante el Ángelus desde la Plaza de San Pedro, en 2017. “Dejemos que la Virgen María nos guíe por el sendero que conduce a la santa montaña que es Cristo, donde se encuentran Dios y el hombre”. 16 de julio 2017, Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, los carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen.
Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Recordaba el papa emérito Benedicto XVI el 15 de julio del año 2006 que «el Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al orden contemplativa de los «carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein)».Así, los carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios.
Alejo, Santo
Laico, 17 de julio
Mendigo
Martirologio Romano: En Roma, en la basílica situada en el monte Aventino, se celebra con el nombre de Alejo a un hombre de Dios que, como cuenta la tradición, dejó su opulenta casa para vivir como un pobre mendigo pidiendo limosna (s. IV).
Etimologicamente: Alejo = Aquel que es el defensor, es de origen griego.
Breve Semblanza
"El hombre de Dios" de Edesa, Siria.
A finales del siglo IV, vivía en Edesa, Siria, un mendigo a quien el pueblo veneraba como un santo. Después de su muerte, un anónimo escribió su biografía. Como ignoraba el nombre del mendigo, le llamó simplemente "el hombre de Dios". Según ese documento, el hombre de Dios vivió en la época del obispo Rábula, quien murió el año 436. El mendigo compartía con otros pobres la limosna que recogía a las puertas de las iglesias.
La leyenda
San Alejo es hijo de un senador romano. A la edad de veinte años comprendió que su vida rodeada de riquezas era un peligro para su alma. Para servir a Dios en la mayor humildad, se fue de Roma a Edesa disfrazado de mendigo. En Siria vivió por 17 años dedicado a la oración y a la penitencia. Mendigaba para vivir y para ayudar a otros. Cuando se descubrió que era hijo de una familia rica de Roma, Alejo temió que le rindieran honores y regresó a Roma, a casa de su padre donde vivió por años de incógnito, como un criado, durmiendo debajo de una escalera. Todo lo aceptaba con humildad y lo ofrecía por los pecadores.
Ya moribundo, reveló a sus padres que era su hijo y que había escogido vivir aquella vida por penitencia. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir. Cuando el obispo se enteró del caso, mandó exhumar el cadáver, pero no se encontraron más que los andrajos del hombre de Dios y ningún cadáver. La fama del suceso se extendió rápidamente.
Antes del siglo IX, se había dado en Grecia al hombre de Dios, el nombre de Alejo y San José el Hinmógrafo (833) dejó escrita en un "kanon" la leyenda, adornada naturalmente con numerosos detalles. Aunque se tributaba ya cierto culto al santo en España, la devoción a San Alejo se popularizó en occidente gracias a la actividad de un obispo de Damasco, Sergio, desterrado a Roma a fines del siglo X. Dicho obispo estableció en la iglesia de San Bonifacio del Aventino un monasterio de monjes griegos, y nombró a San Alejo co-patrono de la iglesia.
Se cuenta que en el siglo XII la leyenda de San Alejo ejerció profunda influencia sobre el hereje Pedro Waldo.
En el siglo XV, los Hermanos de San Alejo le eligieron por patrono y, en 1817, la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María le nombró patrono secundario. También en el oriente le profesa el pueblo gran devoción y aun le llama "el hombre de Dios."
En 1217 se encontraron unas reliquias en la iglesia de San Bonifacio, Roma, pero ningún martirologio antiguo y ningún libro litúrgico romano menciona el nombre de San Alejo, el cual, según parece, era desconocido en la Ciudad Eterna hasta el año 972.
ORACIÓN
¡Oh gloria de la nobleza romana
y verdadero amador de la pobreza
e ignominia de Cristo!
¡Oh Alejo bendito!
que en la flor de tu juventud,
por obedecer a la inspiración del Señor,
dejaste a tu esposa y saliste como otro
Abraham de la casa de tus padres,
y habiendo repartido lo que llevabas
con los pobres,
viviste como pobre y mendigo tantos años
desconocido y menospreciado entre los hombres.
Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María
nuestra Reina y señora,
y huyendo de las alabanzas de los hombres,
volviste por instinto de Dios
a la casa de tus padres
que por su voluntad habías dejado,
para darnos ejemplo de humildad,
de paciencia, de sufrimiento y constancia,
y para triunfar de tí
y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.
Pues, ¡oh santo bienaventurado!
rico y pobre, noble y humilde,
casado y puro, llorado de tus padres,
denostado de tus criados,
desestimado de los hombres
y honrado de los ángeles,
abatido en el suelo
y sublimado en el cielo,
yo te suplico,
Alejo dulcísimo,
que por tus merecimientos y oraciones
yo alcance del Señor
la virtud de la perfecta castidad,
de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias,
y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria,
y desconocido y muerto al mundo. Amén.
El Amor es más grande
Santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8. Viernes XV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame para que pueda tener un corazón semejante al tuyo, manso, humilde y siempre dispuesto a perdonar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”.
Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros?
¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso comenten pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio de hoy, Dios nuestro Señor nos deja un mensaje valiosísimo, nos dice: Misericordia quiero y no sacrificios. Necesitamos aprender de Jesús que en la vida hay situaciones en las que aparentemente deberíamos aplicar la ley; pero no la ley por la ley, pues de esta manera nos convertiríamos en unos legalistas, seríamos otros fariseos, sino la ley de Cristo que es el amor. Es el amor que puede trascender cualquier barrera, cualquier obstáculo, cualquier muro, por difícil que parezca.
Del amor de Cristo debemos aprender para las circunstancias de nuestra vida. Entonces, cuando se nos presenta la oportunidad de aplicar nuestro «legalismo» (que en el fondo todos tenemos un poco), podemos detenernos un poco y reflexionar, ¿qué haría Cristo en esta situación? Pero cuidado, que con esto no estoy diciendo que tenemos que dejarnos pisotear o cosa parecida, no. Cuando sea el momento de corregir a alguien, corregirlo con amor, pero también, y lo más importante, estar dispuestos a perdonar y a pedir perdón.
«El evangelista recuerda claramente el reproche de Jesús a los fariseos, que se dan con facilidad a retorcidas murmuraciones: “Andad, aprended lo que significa ´Misericordia quiero y no sacrificio´”. Es una acusación directa contra la hipocresía estéril de quien no quiere “ensuciarse las manos”, como el sacerdote y el levita de la parábola del Buen Samaritano. Se trata de una tentación muy frecuente también en nuestros días, que se traduce en una cerrazón respecto a quienes tienen derecho, como nosotros, a la seguridad y a una condición de vida digna, y que construye muros ?reales o imaginarios? en vez de puentes».
(Homilía SS Francisco, 6 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Que pueda tirar algo hoy, fuera de la maleta de nuestra vida, para caminar con Cristo más ligero hacia la meta final.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Siempre podemos crecer en lo personal, en habilidades, en valores y virtudes y sobretodo en la esperanza.
Un aguador llevaba dos vasijas de agua pendiendo de un palo que sostenía en su espalda. Las dos vasijas eran de barro. Él iba andando el camino de regreso al pueblo con los recipientes recién llenos. Una de las vasijas se decía a sí misma que era la mejor vasija, que era la que mejor hacía el trabajo y se auto adulaba en voz alta para que la otra la escuchara; le decía a la otra que no servía para nada porque estaba un poco más desgastada y rota, y ésta se sentía mal por su poca capacidad para mantenerse llena, ya que algunas veces goteaba agua…
Pasaba el tiempo y en ese recorrido diario la vasija menos desgastada se encargaba de hacer sentir mal a la otra vasija más usada; ésta cada vez se sentía peor con su dueño ya que la grieta se iba haciendo grande y se le caía mayor cantidad de agua.
Un día la vasija agrietada no pudo más y le dijo a su dueño que la perdonara, que no podía seguir brindándole el servicio, que mejor la cambiara por una nueva, que el viaje en el que estaban era el último. Le dijo también que se sentía mal por haberle tirado tanta agua.
El dueño le contestó que no le daría una respuesta en ese momento pero que le pedía que de regreso se fijara en el lado derecho del camino (aquel donde ella tiraba agua al regresar). La vasija sin entender mucho asintió y le hizo caso. El espectáculo fue hermoso, el camino estaba lleno de flores de todos los colores y estas se veían lindas y llenas de vida, como si las hubiesen regado a diario.
El dueño le dijo a la vasija, -¿Ves todas las flores que hay en el camino? Yo sabía de tus grietas y por eso sembré semillas de flores en tu lado del camino para que las fueras regando y poder sacar provecho de tus grietas. Estas flores adornan el camino para todas las personas que pasan, y por ello para mí es muy importante que sigas colaborando ya que estas flores se tienen que estar alimentando del agua que tú les proporcionas-.
La vasija agrietada no tuvo más remedio que asentir con una sonrisa. Ante todo, era útil a pesar de sus limitaciones.
Como te podrás dar cuenta, esta historia se puede utilizar para hacer muchas analogías en la vida. Personalmente me gusta mucho ya que me hace pensar en las limitaciones que he tenido. Todo tiene un sentido y ocurre por alguna razón. Algún día, si Dios quiere, me tocará ver las flores que he podido regar en el camino.
Es una historia linda pero sencilla. Llena de esperanza, una virtud que se debe cultivar a diario y que me he dado cuenta que tiene su base en la sana autoestima, y que su falta es lo que nos lleva repetidas veces a la depresión.
Vivimos en una sociedad centrada en lo que “puedes” y “sabes” hacer. Muchas veces nos enfocamos en lo que somos capaces de producir en vez del valor que aquello tiene. Me ha pasado y supongo que a la mayoría nos pasa, que cuando sólo vemos lo que nos limita, nuestra autoestima se puede ver muy afectada, es ahí donde comienzan las neurosis. Un autor comenta “la neurosis es una división interior” y cuando te enfocas en algo que no te impulsa, si no, que al contrario, te da para abajo, el ánimo se divide y el discurso interior se vuelve contra nosotros mismos.
Es lógico que sea el inicio de las neurosis. Y al contrario, la tranquilidad interior de la que se puede partir para superarse a sí mismo es la que viene de enfocarse en las fortalezas.
De la misma manera en la historia de las vasijas podemos analizar el personaje de la vasija que le señala sus errores a la otra, puede verse representada en las personas que sólo ven lo malo de los demás y que además se los señalan todo el tiempo, esta es una actitud común entre las esposas y las mamás, si te checa y eres de esas personas que sólo está viendo en qué la riega el otro, ¡Aguas!
Esta actitud también la podemos encontrar dentro de nosotros mismos. Digamos que en nuestra mente está también la mentalidad de la vasija criticona que todo el tiempo nos está diciendo en qué la regamos y nos recuerda nuestras limitaciones. Este discurso interno negativo es una de las características de las personas con baja autoestima. Aquí te dejo algunas que investigué, te sugiero que hagas un examen sobre cuál es la actitud mental por la que más te inclinas.
Características de las personas con baja autoestima.
(Según José de Jesús Aguilar Valdés en su libro: El camino del amor)
Autocrítica: Una persona con baja autoestima se critica y se juzga duramente, también culpa a los demás de lo que sucede, quiere tener el control de las situaciones y se siente insatisfecha.
Responsabilidad: La persona con bajo nivel de autoestima se queda en el papel de víctima, donde todas las personas, cosas o situaciones son culpables de su mala situación interior.
Respeto hacia sí mismo y el propio valor como persona: La persona que no se estima, se descuida fácilmente porque no reconoce su propio valor.
El límite de los propios actos y de los actos de los demás: La persona que carece de autoestima difícilmente marcará límites, permitirá ser lastimada por miedo a perder el cariño de los demás.
La autonomía: La persona que no ha desarrollado óptimamente su autoestima, va por la vida determinado por las circunstancias, sentimientos y por dónde los demás van indicando, proponiéndose metas que no logra, pierde la fe en su capacidad de concluir algo…
La autoestima consumada
La autoestima plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias, más concretamente podemos decir que la autoestima es lo siguiente:
– La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de nuestra vida
– La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos (Nathaniel Branden).
Espero que esta información sobre autoestima te sirva para mejorar en este aspecto. Pienso que esto de la propia estima es una tarea que dura la vida, ya que siempre podemos crecer en desarrollo personal, en habilidades, en valores y virtudes y sobretodo en la esperanza que es la virtud de la que te hablé al principio y que imitando la actitud del dueño de las vasijas de barro sepamos darle sentido a las grietas que se nos presentan en la vida, y sobretodo sepamos regar las semillas para poder ver las flores.
Estar seguros de que por difíciles que sean las circunstancias que se nos presenten en el camino, siempre podrán ser regadas con el agua de la esperanza y cosecharemos el perfume y los colores hermosos de las flores.
Vademécum sobre procedimientos para tratar casos de abuso de menores
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado un «manual de instrucciones».
Una respuesta precisa y puntual a las preguntas más recurrentes es lo que ofrece el nuevo Vademécum de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF). Se trata de un manual de instrucciones que, en poco más de 30 páginas y nueve capítulos, responde a los asuntos principales sobre algunos puntos de los procesos en el tratamiento de casos de abuso sexual de menores de edad cometidos por clérigos.
No es, pues, un texto normativo o una nueva legislación sobre la materia, sino un instrumento destinado a ayudar a los Ordinarios y a los juristas que necesitan traducir en acciones concretas la legislación canónica sobre los delicta graviora que constituye "para toda la Iglesia, una herida profunda y dolorosa que debe ser curada".
Solicitado durante el Encuentro de Presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo sobre la Protección de los Menores en la Iglesia, realizado en el Vaticano en febrero de 2019, el Vademécum se difunde en la versión denominada "1.0", porque se actualizará periódicamente en función de los cambios de la legislación vigente o de la práctica de la Congregación. “Sólo un conocimiento profundo de la ley y de su espíritu -dice el texto- podrá dar el debido servicio a la verdad y a la justicia, que se debe buscar con particular atención en la materia de delicta graviora por razón de las profundas heridas que infligen a la comunión eclesial”.
Fuentes jurídicas de referencia
¿Qué configura un delito? ¿Cómo se desarrolla la investigación previa? ¿Cuáles son los posibles procedimientos penales? Esta son algunas de las preguntas que se responden de manera precisa y específica, con continuas referencias a los Códigos vigentes, al motu proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela de Juan Pablo II, que data de 2001 y que fue actualizado por Benedicto XVI en 2010, y el más reciente motu proprio Vos estis lux mundi, publicado en 2019 por el Papa Francisco.
En algunos casos, además, se especifican las diferencias entre el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales y el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Latina. Por ejemplo, en la realización de un proceso penal extrajudicial -es decir, administrativo-, que reduce las formalidades procesales para acelerar la justicia, pero mantiene intactas las mismas garantías, la Iglesia Latina no prevé la presencia de un Promotor de Justicia, mientras que para las Iglesias Orientales es obligatoria.
Acogida, escucha y acompañamiento a la víctima
Son cuatro, en particular, las exigencias que emanan del Vademécum. Primero, la protección de la persona humana. Se pide a las autoridades eclesiásticas que “deben esforzarse para que la presunta víctima y su familia sean tratados con dignidad y respeto”. Además, “deben acogerlos y ofrecerles escucha y seguimiento, incluso a través de servicios específicos, así como asistencia espiritual, médica y psicológica, según cada caso concreto”.
“Del mismo modo, se puede hacer respecto al acusado”, subraya el manual. También recuerda la importancia de proteger "la buena fama de las personas implicadas", aunque, en caso de peligro para el bien común, se subraya que la difusión de noticias sobre la existencia de una acusación no representa una violación de la buena reputación.
Derechos del acusado
“Aun cuando sea evidente que cometió el delito”, el acusado debe tener siempre garantizado el ejercicio del derecho a la defensa. Al mismo tiempo, en el capítulo 9 se subraya que desde el momento en que se recibe la noticia de un posible delito, “el acusado tiene derecho a solicitar la dispensa de todas las obligaciones inherentes al estado clerical, incluido del celibato, y, si fuera el caso, de los eventuales votos religiosos”.
Dicha solicitud debe ser presentada por escrito al Papa, a través de la CDF. Además, el acusado puede apelar contra un procedimiento penal o contra un procedimiento administrativo, mientras que la decisión del Sumo Pontífice es inapelable.
La verificación cuidadosa de toda información
Un segundo aspecto que se desprende del Vademécum es la exigencia de una verificación escrupulosa y precisa de toda la información recibida por un Ordinario sobre un supuesto caso de abuso. Aunque no haya habido ninguna denuncia oficial, aunque la noticia haya sido difundida por los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, aunque la fuente sea anónima, el documento sugiere evaluar cuidadosamente toda la información recibida y profundizar en ella.
Naturalmente, el sigilo sacramental sigue siendo válido y, en ese caso, el confesor tendrá que convencer al penitente de que informe del supuesto abuso por otros medios.
Secreto de oficio y comunicados públicos
El tercer aspecto se refiere a la comunicación: en varios puntos del Vademécum se recuerda la obligación de respetar el “secreto de oficio”, aunque se subraya que, durante la investigación previa, la presunta víctima y los testigos no tienen la obligación de guardar “silencio respecto a los hechos". En todo caso, se pide que se evite toda difusión “inoportuna e ilícita” de información al público, especialmente durante la investigación preliminar, a fin de no dar la impresión de haber definido ya los hechos.
Al mismo tiempo, se explica que si se produce una incautación judicial o una orden de entrega de los documentos por parte de las autoridades civiles, la Iglesia ya no puede garantizar la confidencialidad de la documentación adquirida. Un párrafo se ocupa, luego, de los comunicados públicos que deben hacerse durante una investigación previa: en tales casos se recomienda la prudencia y el uso de un modo "esencial y conciso", sin "anuncios clamorosos" y sin pedir perdón en nombre de la Iglesia porque, al hacerlo, se terminaría anticipando el juicio sobre los hechos.
Colaboración entre Iglesia y Estado
Como cuarto aspecto, la importancia de la colaboración entre Iglesia y Estado es evidente. Por ejemplo, se subraya que “incluso en ausencia de una explícita obligación legal, la Autoridad eclesiástica dé noticia a las Autoridades civiles competentes cada vez que considere que esto es indispensable para tutelar a la persona ofendida o a otros menores del peligro de eventuales actos delictivos”. Al mismo tiempo, se recuerda que “el trabajo de investigación debe realizarse respetando las leyes civiles de cada país”.
Evitar traslados de clérigos implicados
Por último, se destacan otras indicaciones particulares. La primera se refiere a las medidas cautelares: no se tratan de una sanción, sino de un acto administrativo que puede imponerse desde el inicio de una investigación previa para proteger la buena reputación de las personas afectadas y el bien público, o para evitar el escándalo, la ocultación de pruebas o posibles amenazas a la presunta víctima. Una vez que decae la causa que las aconsejó o el juicio ha terminado, se pueden levantar las medidas cautelares, pero al hacerlo se recomienda “prudencia y discernimiento”.
La segunda indicación se refiere al uso del término suspensión a divinis para indicar la prohibición de ejercer el ministerio impuesta como medida cautelar a un clérigo: el Vademécum sugiere “evitar esta denominación” durante la fase de investigación previa porque es una pena que en esa etapa “no puede ser impuesta todavía”. En su lugar, se pide utilizar el término “prohibición o limitación” del ejercicio del ministerio. Siempre durante la investigación previa se pide que se evite el traslado del clérigo involucrado.
Lea el texto completo del Vademécum con los procedimientos para tratar los casos de abuso.
¿Por qué llamamos al Sacerdote: Padre?
Referirse al sacerdote como “padre” ha sido una práctica de la Iglesia desde los primeros siglos del Cristianismo.
Esta es una pregunta muy típica de la tía evangélica en la reunión familiar o de la señora – no católica por supuesto – que nos encontramos en el asiento del bus, y aun así, muchos católicos encuentran dificultad en responder. Referirse al sacerdote como “padre” ha sido una práctica de la Iglesia desde los primeros siglos del Cristianismo. San Pablo, por ejemplo, se refiere a sí mismo como un “padre” para los Corintios a través del Evangelio que les predicó.
EL CONTEXTO
“Pero vosotros no os hagáis llamar rabbi, porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. Ni llaméis padre a nadie sobre la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos”.
Cuando Jesús nos pide no llamar “padre” a nadie, está criticando abiertamente el uso impropio del ejercicio de la autoridad por los escribas y fariseos (que gustaban de usar estos títulos para sentirse por encima de los demás). Jesucristo está recordándoles a aquellos que tienen un puesto de autoridad, que el liderazgo no se encuentra en la dominación sino en el servicio, y justamente el servicio es el corazón del sacerdocio. Es decir que, cuando llamamos “padre” a nuestros sacerdotes, estamos reconociendo su rol de guías espirituales, al servicio de hacernos crecer y madurar como hijos de nuestro único Padre que está en los cielos.
Podemos ver claramente que Jesucristo no está criticando el título en sí mismo, sino a quienes buscan estos títulos para su vanagloria, como una forma de ponerse por encima de los demás. La Iglesia está muy de acuerdo con esta crítica – faltaba más –. Estaría pésimamente mal que un sacerdote utilice su puesto de autoridad para su propio beneficio, y que aun así puede suceder (pues somos pecadores y hay de todo en la viña del Señor), sin embargo, no es este el común de los sacerdotes ni mucho menos la regla universal.
Es evidente que esta interpretación no me la he inventado ni es nueva en absoluto… es la interpretación milenaria que la Iglesia ha recibido de los Apóstoles. Sin embargo, no es así la realidad de los protestantes, que a partir de Lutero gustan de hacer interpretaciones personales de las Escrituras.
EL PRETEXTO
Algunas veces, cuando esta pregunta sale a discusión, muchos piensan que los católicos jamás hemos leído el pasaje antes citado, donde Cristo dice explícitamente que no llamemos “padre” a nadie. Sin embargo, no es el caso. La Iglesia está muy al tanto de estas palabras de Jesús, y aun así los sacerdotes católicos han sido llamados “padres” desde los primeros siglos sin ningún inconveniente. ¿Cuál es el problema? ¿La Iglesia se está haciendo de la vista gorda con este versículo?
Es importante señalar que dentro del mismo pasaje nos pide no llamar a nadie “maestro”, pero por alguna razón misteriosa a nadie parece molestarle que hayamos pasado años de escuela llamando “maestro” a otros. Además, si vamos a tomar la cita al pie de la letra, pues entonces no sé cómo hacen los protestantes para dirigirse a sus padres… ¿”progenitor”? ¡Que dulce! Es evidente que Cristo no está pidiendo un simple cambio universal de “padre” y “maestro” por “progenitor” e “instructor” ¡No! Cristo no está pidiendo un simple cambio de sinónimos, sino que debemos ir a una visión más profunda de lo que el Señor quiso expresar. Creo que ha quedado bastante claro: el verdadero sentido de la autoridad.
ENTONCES…
Cuando llamamos a un sacerdote “padre”, estamos reconociendo el hecho de que, a través de la autoridad dada por Cristo, ellos comparten el trabajo de guiar y sostener la vida espiritual de los fieles. No toman el puesto de Dios. De hecho, su trabajo es guiarnos y apoyarnos en nuestra madurez espiritual como hijos de Dios, pues al final, tanto ellos como nosotros clamamos al cielo y juntos decimos: “Padre nuestro que estás en el Cielo…”
Oración al Señor de la Misericordia
Oh Señor mi dulce amigo...
Oh Señor mi dulce amigo
cuatro cosas hoy te pido
con mucha necesidad.
Paciencia para sufrir
Fuerza para trabajar
Valor para resistir
las penas que han de venir
y me han de mortificar.
Temperamento sereno
para poder resolver
las cosas con santa calma.
Y así tener en el alma
perfecta tranquilidad.
Esto tengo que pedirte
oh mi Jesús adorado
en este día consagrado
para adorarte y servirte
por siempre.
Amén.
El Buen Amor en el noviazgo. Preguntas y respuestas
Este libro presenta un ramillete de consultas de novios acerca de situaciones de noviazgo y las respuestas que les da el autor
Este libro presenta un ramillete de consultas de novios acerca de situaciones de noviazgo y las respuestas que les da el autor. Varias de esas preguntas han sido publicadas antes en el Blog del Buen Amor , que funciona como consultorio o clínica virtual del Buen Amor. Los consultantes han comprendido que tanto su pregunta como la respuesta podrían iluminar a muchos novios que pasan por situaciones semejantes y no saben qué hacer. Por eso han accedido a que fueran publicadas preservando el anonimato.
Los novios que consultan son creyentes católicos. No necesitan demostración de las verdades en que creen y arrojan luz sobre sus situaciones. Verdades bíblicas reveladas por Dios acerca de la creación del varón y la mujer y del amor humano infundido por Dios en sus corazones.
El autor aplica así a casos concretos las verdades universales reveladas por Dios acerca del amor creado, que ha expuesto en sus libros:
La Casa sobre Roca. Noviazgo, amistad matrimonial y educación de los hijos
, y ¿Qué le pasó a nuestro amor? Respuestas divinas a preguntas humanas.
Las aplicaciones prácticas permiten comprender mejor que las verdades reveladas son sabiduría práctica. Como las anteriores, esta obra es contracultural porque contradice falsos dogmas de la cultura dominante.
PRESENTACIÓN
Estimado lector:
En estas páginas he reunido preguntas y mis respuestas intercambiadas con novios que me han consultado personalmente o por correo electrónico. Varias de esas preguntas han sido publicadas antes en el Blog del Buen Amor , que funciona como consultorio o clínica virtual del Buen Amor. Todas las consultas se publican con la expresa autorización de los interesados, pero obviamente bajo pseudónimo. Ellos han comprendido que tanto su pregunta como la respuesta podrían iluminar a muchos novios que pasan por situaciones semejantes y no saben qué hacer.
Los que me preguntan son creyentes católicos, que no necesitan demostración de las verdades en que creen. Mis respuestas a estas preguntas suponen esa fe y se basan en los principios revelados por Dios acerca de la creación del varón y la mujer y del amor derramado por Dios en sus corazones. Es éste un don divino que ellos comparten y que los impulsa a unirse para siempre en matrimonio fecundo y fiel.
Mis respuestas aplican a los casos concretos los principios revelados por Dios que he expuesto en los libros: “La Casa sobre Roca” y “¿Qué le pasó a nuestro amor?”. Si en las obras anteriores expuse la doctrina, en ésta ofrezco sus aplicaciones prácticas que permitirán asimilarla mejor. Si aquellas obras eran saludablemente contraculturales - como lo es nuestra fe -, también lo es, inevitablemente, ésta.
Estos diálogos son apenas un ramillete selecto. No pretenden agotar la problemática del amor en el noviazgo. Pero aún así espero que contribuyan a que otros jóvenes creyentes comprendan mejor la sabiduría que encierra la doctrina revelada acerca del amor humano, creado, caído y elevado por la gracia de Dios a sacramento y misterio grande. Y que a su luz puedan orientarse por sí mismos en el camino del noviazgo hasta el sagrado matrimonio.
Tengo que advertir al lector que a estas respuestas escritas a preguntas concretas formuladas también por escrito, no se les puede pedir que sean aplicables tal cual a otros casos. Son ejemplos concretos que pueden inspirar comportamientos, pero no siempre pueden imitarse al pie de la letra, sino mediante una creatividad espiritual ayudada por la gracia. La variedad de circunstancias individuales exigiría muchas veces variedad de respuestas y consejos. Se puede aplicar aquí lo que advierte Aristóteles acerca de los principios generales del comportamiento humano, porque a su manera vale para las aplicaciones casuísticas de esos principios:
“En la consideración de los asuntos del espíritu no debe exigirse una precisión igual a la que se exige en los trabajos de precisión. […] Así pues, cuando se trata de asuntos de este género y se parte de este tipo de principios, es preciso saber contentarse con un bosquejo un poco grosero de la verdad. […] De aquí que deba acogerse con indulgente reserva todo lo que vamos a decir. Un espíritu cultivado no debe exigir en cada género de objetos más precisión que la que permita la naturaleza misma de la cosa que se trate. Y tan irracional sería exigir de un matemático una mera probabilidad, como exigir de un orador demostraciones en forma” (Aristóteles. Ética a Nicómaco, Libro I, capítulo 1)