LLegará el día en que el Esposo les será arrebatado: entonces ayunarán
- 04 Septiembre 2020
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Rosalía, Santa
Virgen, 4 de septiembre
Virgen Ermitaña
Martirologio Romano: En Palermo, de Sicilia, santa Rosalía, virgen, de quien se dice que practicó la vida solitaria en el monte Pellegrino (s. XII).
Etimología: Rosalía = rosal florido”. Viene de la lengua griega
Breve Biografía
Vivió en el siglo XII y murió hacia 1160.
Aunque se desconocen datos sobre su patria y vida, una leyenda asegura que a los 14 años se retiró a una cueva del monte Coscina y luego a otra del monte Pellegrino, cercano a Palermo.
En la Edad Media se le dedicaron varias iglesias y se le consideró Protectora y Patrona de Palermo.
Sus restos fueron descubiertos un 15 de julio y el Papa Urbano VIII la incluyó como santa en el Martirologio.
Se le invoca como abogada contra la peste y los terremotos. La iconografía la presenta como ermitaña o bien revestida con hábito agustino.
Sus principales atributos son: una corona de rosas, en alusión a su nombre; y un crucifiJo y una calavera, por su ascesis.
Santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39. Viernes XXII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por esta oportunidad de estar contigo. Gracias por tu gran amor por mí. Tú sabes bien cuán débil soy, cuánto necesito de ti, cuánto me haces falta en cada instante. Dame fe para verte, confianza para caminar contigo, amor para ser como Tú. María, madre de Dios y madre mía, acompáñanos en este rato de oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”.
Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Escucha las palabras de Jesús en este Evangelio. ¿A qué se refiere con «el vino nuevo»? Tal vez es algo que tenga que renovarse en tu vida. Tal vez sea tu relación con alguien. Puede ser que sea tu relación con Dios mismo. Pregúntale a Jesús: ¿Qué quieres renovar dentro de mí? Pídele que te transforme en un odre nuevo, para que puedas llevar el buen sabor de su amor a los que te rodean.
Tú no te puedes transformar sólo. Sólo Dios puede cambiar los corazones. Jesús te espera en los momentos de oración para tocar tu corazón y convertirte en su apóstol. Señor, ¡hazme un instrumento de tu amor! ¡Toca el mundo a través de mí y hazlo un lugar nuevo, según tu amor!
«La novedad de la Palabra del Señor – porque la Palabra del Señor siempre es novedad, siempre nos lleva adelante – siempre gana, es mejor que todo. Vence la idolatría, vence la soberbia y vence esta actitud de estar demasiado seguros de sí mismos, no por la Palabra del Señor sino por las ideologías que yo he construido en torno a la Palabra del Señor. Hay una frase muy buena de Jesús que explica todo esto y que viene de Dios, tomada del Antiguo Testamento: "Misericordia quiero y no sacrificios". Ser un buen cristiano significa entonces ser dócil a la Palabra del Señor, escuchar lo que el Señor dice sobre la justicia, sobre la caridad, sobre el perdón, sobre la misericordia y no ser incoherentes en la vida, utilizando una ideología para poder ir adelante. Es verdad, añadió, que la Palabra del Señor a veces nos pone 'en problemas', pero también el diablo hace lo mismo, engañosamente. Ser cristiano es, por lo tanto, ser libres, a través de la confianza en Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 20 de enero de 2020, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Jesús, gracias por este momento de intimidad contigo. ¿Qué pasó cuando estuvimos juntos? ¿Hay algo que me da paz o algo que me inquieta? Lo pongo en tus manos. ¿Se despertó en mí un deseo o un rechazo? Lo pongo también en tus manos. Sé que me amas. Confío en ti. Aumenta mi amor y mi confianza. María, gracias por estar con nosotros. Hazme cada día más como Jesús.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un acto de servicio oculto en mi casa.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Fundamentos bíblicos del ayuno
El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior.
Por: P. Christhian Gabriel Domínguez Hernández | Fuente: BlogDeApologeticaCatolica.blogspot.com
El Ayuno es una disciplina espiritual por la que voluntariamente se renuncia a ciertos alimentos por un tiempo definido con el fin de liberarse de los apegos carnales y poner todo el corazón en Dios.
El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4). Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en si mismo. El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.
"Mas ahora todavía - oráculo de Yahvé - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos". Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque El es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. - Joel 2,12-13
Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es mas aceptable que el ayuno mezclado de contiendas (Cf Is 58, 4-7; Zacarías 7, 5-10). No se rechazan el ayuno sino que lo sitúan en contexto.
El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37: "(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones"
La Biblia nos presenta numerosos ejemplos de ayuno en diferentes situaciones:
Intercesión general para lograr auxilio del Señor
Salmo 109,24 - ayuno hasta debilitarse las rodillas.
En arrepentimiento y para evitar castigo:
La ciudad de Nínive ayuna colectivamente al escuchar la predicación de Jonás (Jonás 3,4-7)
Joel 2,12 "volved a mi de todo corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos"
En caso de peligro:
Deuteronomio 10,10 "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renuncio a destruirte".
Saúl ayunó ante la batalla con los filisteos (Cf. I Samuel 28, 20-22)
Ajab ayunó al escuchar la profecía de desgracia pronunciada por Elías (I Reyes 21, 27)
Josafat ayunó cuando las naciones le hicieron la guerra (II Crónicas 20, 3-4)
David ayunó ante la persecución injusta. Ayuna y hace penitencia (Salmo 35,13)
Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. (Judit 4, 9-15)
En Ester 4,16 ella le dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mi. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentare ante el rey; y si tengo que morir, moriré". (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo)
Ante decisiones y actos importantes:
Éxodo 34,28 --Moisés está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió las nuevas tablas de la ley.
Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (Hechos 13, 2-3)
"Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído". (Hechos 14,23)
En la batalla contra el demonio:
Mc 9, 29 "esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno"
El beneficio del ayuno en la batalla se deduce también de estos pasajes:
Col 1, 24 "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia"
1 Cor 9, 25 "los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible."
Gal 5, 17 "pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais"
En caso de duelo:
Los hombres de Yabes de Galaad ayunaron por siete días después de enterrar a Saúl y sus hijos
(I Samuel 31,13)
David ayunó al conocer la muerte de Saúl y Jonatán (II Samuel 1, 12) y al enterarse que Abner había muerto (II Samuel 3, 35)
Después de un desastre:
Los israelitas ayunaron cuando fueron derrotados por los benjamitas (Jueces 20, 26)
El profeta Joel proclama el ayuno público tras una plaga. (Joel 1, 14)
Día de expiación: Era día anual de ayuno para los israelitas. (Levítico 16, 29-30: "ayunareis..porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros". Además de ese día, los reyes o profetas podían llamar a un día especial de ayuno.
Después de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos cuatro días de ayuno: el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz, cuando las murallas de Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno del quinto mes (cuando el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del mes); el ayuno del séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año nuevo) Jer 41, 1-2; y el ayuno del décimo mes (el noveno día cuando Jerusalén fue sitiado por los Babilonios (Zac 8,19).
Ayuno personal
Los salmos invitan frecuentemente al ayuno personal en ocasiones de dificultad: salmos 35, 69, 109. Ver también: Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.
La práctica del ayuno era frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en el NT, especialmente con los discípulos de Juán Bautista (Mc 2,18). Jesús ayunaba (Cf Mt 4) y su advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Cf Mt 6,17; Lc 18,12) no debe interpretarse como un rechazo. Como los profetas, Jesús enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del ayuno.
El A.T. nos revela el poder del ayuno sobre los enemigos exteriores, el N.T., nos revela además, el poder que tiene para vencer los enemigos del alma: carne, demonio y mundo.
Frutos del ayuno:
No es un fin en si mismo, sino medio de conversión.
- conduce a libertad de corazón y mente. Proceso por el cual nos liberamos de todos los apegos terrenales y de todas las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado. Y nos encaminamos hacia la Paz.
- fortalece, estabiliza y desarrolla el auto control (fruto del ES)
- reconocer debilidad y dependencia en Dios.
- pobreza de espíritu
- edifica la vida interior
- elimina los excesos de nuestra vida a fin de hacer mas espacio para Dios.
El ayuno permite llevar mas fácilmente una vida interior unida a Dios y al mundo celestial; el ayuno libera de la pesantez de la materia. Los santos recomiendan el ayuno a todo aquel que quiere llegar a una mayor interioridad. El ayuno apaga poco a poco la concupiscencia.
El ayuno y la Palabra de Dios.
Mateo 4,4 "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"
Juan 4,32: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra"
El día de ayuno, debe ser un día de profunda oración, meditación de las Escrituras y del magisterio de la Iglesia. Alimentar nuestras mentes encontrando en la verdad nuestro alimento, nuestra satisfacción. Permitirle a nuestras almas que sean llenadas de la Palabra que es vida, que nos libera, que nos eleva y nos enseña a pensar, sentir y obrar según la voluntad de Dios. En los días de ayuno, por alguna razón, he descubierto que es mas fácil penetrar las Escrituras, escudriñarlas y captar el mensaje mas profundo, que se esconde detrás de las palabras.. Damos prioridad al alma.
El ayuno y la Eucaristía
Juan 6, 27: "Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre".
Vacío terreno y alimento verdadero. El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior y nuestra necesidad de las realidades espirituales.
El día de ayuno, debe ser eminentemente un día Eucarístico: adoración, reparación, etc.
¿A pan y agua?
Pan es comida de pobre. La disposición de vivir a pan y agua durante un día demuestra la buena voluntad de ser pobre ante Dios y bien dispuesto a su voluntad.
Pan y agua: dos símbolos importantes en las Escrituras:
- Pan: símbolo de vida, de nutrición (Pan, alimento - Eucaristía)
- Agua: purificación (de su corazón traspasado fluye el agua, símbolo del bautismo)
Para dar al pueblo pan y agua mientras caminaban en el desierto el Señor hizo milagros.
El ayuno busca la verdadera vida a través de la purificación. Ayunar a pan y agua es un llamado a crecer en dependencia de la Eucaristía. Es también un llamado a adentrarnos en una vida de purificación, de conversión, de arrancar de nosotros todo lo que nos separa del Señor o no nos deja ser sus hijos adoptivos, ni su imagen y semejanza.
Juan 6,34: "yo soy el pan de vida, el que venga a mi no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed"
San Juan Pablo II nos habla sobre la necesidad de ayunar para aplacar el "espíritu de muerte y la cultura de la muerte".
Evangelium Vitae #100: "es urgente...que desde cada comunidad, cada familia, cada individuo se eleve una súplica apasionada a Dios. Jesús mismo nos reveló con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas principales y mas eficaces contra las fuerzas del mal y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se expulsan de este modo. Por lo tanto, tengamos la humildad y la valentía de orar y ayunar para conseguir que la fuerza que viene de lo alto haga caer los muros del engaño y de la mentira, que esconden a los ojos de tantos la naturaleza perversa de comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y del amor."
El ayuno aplaca la gula
Con el ayuno estamos aprendiendo a dominarnos a nosotros mismos y sobretodo a liberarnos del pecado de gula, que no solo se manifiesta en la glotonería, sino en formas mas refinadas y mas espirituales.
- Gula intelectual: gula en el terreno de conocimientos (curiosidad), de la ciencia. Esta es muy peligrosa pues el pecado primero de Eva fue la curiosidad. De ahí se deriva el ocultismo, los psíquicos, los astrólogos, leer cartas...etc. Querer saber el futuro.
- Gula espiritual: busca los sentimientos que provocan lecturas piadosas, el placer sensible. No perderse ninguna experiencia espiritual.
- Gula de placer, de honor, de fama: se hace lo que sea por sobresalir, por ser reconocidos, etc.
Ayunar no solo de comida
San Juan Crisóstomo dijo:
El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el ayuno posee. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras! Si ves a un hermano en necesidad, ten compasión de el. Si ves a un hermano siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.
Ayunas con tus manos al mantenerlas puras en servicio desinteresado a los demás. Ayunas con tus pies al no ser tan lenta en el amor y el servicio. Ayunas con tus ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarme en los demás para criticarlos. Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad. Seria inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, con impureza, con egoísmo, con competencias, con comodidades.
Ayunas de comida, pero te permites escuchar cosas vanas y mundanas. También debes ayunar con tus oídos. Debes ayunar de escuchar cosas que se hablan de tus hermanos, mentiras que se dicen de otros, especialmente chismes, rumores o palabras frías y dañinas contra otros.
Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir nada que haga mal a otro. Pues ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano?
¿Que nos dice San Juan Crisóstomo con esta reflexión?
Que los días de ayuno deben de ser especialmente días de abstenernos del uso desordenado o incluso exagerado de los otros sentidos: No fijarme en lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no desear lo que no debo, no buscar satisfacer todas mis necesidades emocionales, espirituales; no buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no requerir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc.
Ayunamos buscando conversión. Por lo tanto, ayunemos de todas esas actitudes contrarias a la virtud. Quizás tu ayuno va a consistir de ser mas servicial, (ayuna de tu pereza, comodidad), pues así como la Virgen nos pide que recemos con el corazón, debemos de ayunar con el corazón. Puede ser que tengamos que ayunar de nuestra ira, siendo los días de ayuno, mas amables, mas dulces, mas dóciles. Quizás tengo que ayunar de la soberbia, buscando activamente ser humillada, o hacer actos concretos de humildad, etc.
Ayuno y pureza corporal
Escuchemos al otora Cardenal Ratzinger (quien luego sería el Papa Benedicto XVI):
Ayunar significa aceptar un aspecto esencial de la vida cristiana. Es necesario descubrir de nuevo el aspecto corporal de la fe: la abstención de la comida es uno de estos aspectos. Sexualidad y alimentación son los elementos centrales de la dimensión física del hombre: hoy, a una menos comprensión de la virginidad corresponde una menor comprensión del ayuno. Y una y otra falta de comprensión proceden de una misma raíz: el actual obscurecimiento de la tensión escatológica, es decir, de la tensión de la fe cristiana hacia la vida eterna. Ser vírgenes y saber practicar periódicamente el ayuno es atestiguar que la vida eterna nos espera; mas aun, que ya está entre nosotros. Sin virginidad y sin ayuno, la Iglesia no es ya Iglesia; se hace intrascendente, sumergiéndose en la historia.
Hoy mas que nunca, la penitencia, mortificación es necesaria para expiar por nuestros pecados y reparar por los del mundo entero. A través de los siglos, la humanidad siempre ha sido pecadora, pero lo reconocía y hacia penitencia por ello. Hoy no es así, se vive en pecado, no se le llama pecado sino que al contrario se vive orgulloso de ello. Se están rechazando todos los principios morales y éticos, y por ello la humanidad ha perdido la libertad interior y ha llegado a ser víctima del peor tirano: el propio "yo" y el demonio.
El ayuno como acto común y público de la Iglesia, me parece hoy tan necesario como en tiempos pasados; es un testimonio público tanto de la primacía de Dios y de los valores del espíritu como de nuestra solidaridad con todos aquellos que padecen hambre. Si no ayunamos no conseguimos librarnos de ciertos demonios de nuestro tiempo"
Por eso el catecismo de la Iglesia, #2015, nos dice: "El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (2Tim 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas."
Ayuno y Caridad
El ayuno no puede separarse de la caridad fraterna. Si un cristiano se priva de algo es para darlo a sus hermanos y dar testimonio con ello de su amor a Dios.
Pío XII (1950): "lo que sustraiga a la vanidad, el cristiano lo dará a la caridad y subvendrá misericordiosamente a la Iglesia de los pobres. Así lo hacían los fieles de la Iglesia primitiva: alimentaban las fuentes de la caridad con el ayuno y abstinencia de las cosas permitidas".
San Agustín: "tus privaciones serán fecundas si muestras largueza con otro". Las privaciones son cristianas si nos hacen crecer en santidad, en caridad y generosidad.
En las primeras comunidades cristianas cuando había un pobre entre ellos ayunaban durante dos o tres días y acostumbraban a enviarle los alimentos que tenían preparados para ellos. Podemos apreciar por que la Iglesia primitiva observaba dos días de ayuno a la semana: miércoles y viernes.
Tipos de ayuno en la actualidad:
Ayuno Eucarístico: Anteriormente era costumbre ayunar desde la medianoche antes de recibir la Eucaristía. Es curioso que la palabra "desayuno" significa romper el ayuno. En la actualidad se requiere un ayuno de una hora antes de recibir la Eucaristía. (Ni medicinas, ni agua, rompen el ayuno).
Ayuno de Cuaresma: Una sola comida al día, las otras siendo algo ligero. La Iglesia requiere ayuno y abstinencia (no comer carne) los días: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo de cada año.
Ademas requiere abstinencia todos los viernes de cuaresma. ¿Para quién?, para todos los mayores de edad (18 años), hasta cumplir los 59 años. Los enfermos están excluidos. (Canon 1251)
Oración, ayuno y limosna los Padres de la Iglesia explican que debe unirse estas tres. La Iglesia recomienda el ayuno (cf. Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados. El ayuno siempre ha sido y es parte de la ascética católica.
Curando el corazón humano se puede esperar curar al mundo
Papa Francisco a un grupo de expertos comprometidos con la causa ecológica.
“Somos parte de una única familia humana, llamada a vivir en una casa común, donde vemos juntos, una inquietante degradación” subrayó Papa Francisco en el discurso que entregó a un grupo de expertos comprometidos con la causa ecológica, que colaboran con la Conferencia Episcopal de Francia, recibidos en Audiencia. El Santo Padre habló espontaneamente a los presentes.
Interconectados
“La crisis sanitaria que la humanidad está experimentando actualmente nos recuerda nuestra fragilidad -expresó en el texto preparado el Pontífice – y comprendemos hasta qué punto estamos vinculados unos a otros, insertos en un mundo cuyo devenir compartimos, y que maltratarlo sólo puede tener graves consecuencias, no sólo ambientales, sino también sociales y humanas”.
Conversion profunda y duradera
Al mismo tiempo, reconoce que “es gratificante que la toma de conciencia de la urgencia de la situación se perciba ahora en todas partes, que la cuestión de la ecología impregne cada vez más las formas de pensar a todos los niveles y que empiece a influir en las opciones políticas y económicas, aunque quede mucho por hacer y sigamos viendo demasiada lentitud e incluso retrocesos”. Por su parte, expresó que Iglesia Católica desea participar plenamente en el compromiso de la protección de la casa común: “quiere actuar concretamente donde sea posible, y sobre todo quiere formar conciencias para fomentar una conversión ecológica profunda y duradera, que es la única que puede responder a los importantes desafíos que debemos enfrentar”.
A continuación, en vistas a la conversión ecológica, el Pontífice comparte “el modo en que las convicciones de fe ofrecen a los cristianos una gran motivación para la protección de la naturaleza, así como para los hermanos más frágiles”. El Santo Padre asegura que “la ciencia y la fe, que proponen diferentes enfoques de la realidad, pueden desarrollar un diálogo intenso y fructífero”.
Cultivar, proteger, hacer crecer
A partir de la Sagrada Escritura, Papa Francisco recuerda que “la Biblia nos enseña que el mundo no nació del caos o del azar, sino de una decisión de Dios que lo llamó y siempre lo llama a la existencia, por amor”. Por esa razón, “el cristiano sólo puede respetar el trabajo que el Padre le ha confiado, como un jardín para cultivar, proteger, hacer crecer según sus posibilidades”. El hombre “no puede considerarse en modo alguno como su propietario o déspota, sino sólo como el administrador que tendrá que rendir cuentas de su gestión” afirmó el Pontífice.
“Por lo tanto, todo está conectado. Es la misma indiferencia, el mismo egoísmo, la misma codicia, el mismo orgullo, la misma pretensión de ser el amo y el déspota del mundo lo que lleva a los seres humanos, por una parte, a destruir las especies y a saquear los recursos naturales, por otra, a explotar la miseria, a abusar del trabajo de las mujeres y de los niños, a derogar las leyes de la célula familiar, a no respetar ya el derecho a la vida humana desde la concepción hasta el fin natural”.
Curación del corazón humano
Citando la encíclica Laudato si’ expresó: “si la crisis ecológica es una eclosión o una manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad, no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano”. De este modo, “no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano, y es mediante la curación del corazón humano que se puede esperar curar al mundo de su malestar social y ambiental”.
El Santo Padre concluyó su discurso renovando su aliento por sus esfuerzos para proteger el medio ambiente, recordando que “mientras que las condiciones del planeta pueden parecer catastróficas y ciertas situaciones parecen incluso irreversibles, nosotros los cristianos no perdemos la esperanza, porque tenemos los ojos puestos en Jesucristo”.
Los colores en la simbología del icono
Oro, blanco, negro, rojo, púrpura, azul, verde y marrón son los únicos colores que pueden ser utilizados...
Los colores, producto de la descomposición de la luz, tienen en iconografía un lenguaje propio y son portadores de un lenguaje místico, trascendente. Eugenio Troubotzkoï, filósofo ruso de principios del siglo XVIII al hablar sobre los iconos expresa lo siguiente: Los colores son utilizados por el artista con el objeto de separar el cielo, de nuestra existencia terrenal, ahí está la clave que permite comprender la belleza inefable de la simbología del icono.
Los iconógrafos, escritores que no pintores de los iconos puesto que éstos se escriben y no se pintan, no pueden utilizar libremente los colores, ni darles tonalidades diversas, como tampoco puede obscurecerlos con sombras, pues debe concretarse el color que está previamente determinado.
El Concilio II de Nicea estableció que Solamente el aspecto técnico de la obra depende del pintor. Todo su plan, su disposición depende de los santos Padres. Es por eso que se establecieron manuales para la elaboración de ellos.
En primer lugar, al hablar sobre los colores en los iconos es necesario hacerlo sobre su luz, pues en ellos la luz no proviene de un lugar específico como sucede en la pintura occidental, sino que las figuras en ellos están inmersos en la luz.
El Dorado
El hombre, desde sus orígenes ha admirado la dorada luz del sol, presumiendo que provenía de la Divinidad, pues en la naturaleza no es posible encontrar este color. En los iconos todos los fondos están cubiertos de este color, el que se logra aplicando hojas de oro, el que es bruñido hasta lograr su máximo brillo.
En la iconografía bizantina representa la luz de Dios, por lo tanto cualquier figura representada en ellos está llena de la luz Divina. El manto y túnica del Pantocrátor, de la Teothokos o Madre de Dios, algunos arcángeles y santos están decorados con elaborados dibujos con este color pues la proximidad con Dios así lo requiere.
EL Blanco
El blanco no es propiamente un color, sino la suma de todos ellos. Es la luz misma. Es el color de la "Vida Nueva". En el icono de la Resurrección, la túnica de Cristo es de ese color.. Los primeros cristianos al bautizarse, portaban vestiduras blancas como símbolo de su nacimiento a la nueva vida trascendente.
El Negro
Es la contraparte del color anterior, pues es la ausencia total de luz, la carencia total de color.El negro representa la nada, el caos, la muerte, pues sin luz la vida deja de existir.
En los iconos aparece en la gruta de la Natividad, el Niño que se encuentra fuera de ella pues anteriormente a su venida, espiritualmente solo existía la muerte. De este color son los condenados y los demonios en el icono del "Juicio Final" pues para ellos la Vida Eterna se ha extinguido.
El Rojo
Este color ha sido ampliamente utilizado por los iconógrafos en los mantos y túnicas de Cristo y los mártires. Simboliza la sangre del sacrificio, así como también al amor, pues el amor es la causa principal del sacrificio. Al contrario del blanco que simboliza lo intangible, el rojo es un color netamente humano; representando por lo tanto, la plenitud de la vida terrenal.
En el icono del Pretorio, Jesús viste una túnica roja lo que hace saber que es el "Hijo del Hombre" y que está preparado para el sacrificio.
El Púrpura
Este colorante, extraído de un crustáceo del mar Rojo, era utilizado para teñir las mas finas sedas. A partir del "Codigo Justinianeo" su uso quedó reservado exclusivamente para el emperador, sus familiares mas cercanos, los "augustos" y para algunos otros reyes.
Por lo tanto en los iconos este color se hace representativo del poder imperial. Es utilizado únicamente el los mantos y túnicas del Pantocrátor, y de la Virgen o Teothokos. Representando que Cristo y por extensión su Madre, detentan el poder divino. Como Cristo es también el Sumo Sacerdote de la Iglesia, simboliza el Sacerdocio.
El Azul
Todas las antiguas culturas hicieron del azul un color relacionado con la divinidad. Los egipcios lo ligaron con la "verdad", por lo tanto con sus dioses. En los muros de sus tumbas y templos se pueden observar pinturas de sacerdotes cuyas vestiduras son de ese color. La mascara funeraria de Tutankamón está decorada con franjas de lapislázuli, para que así fuese identificado en el más allá como un dios.
Es natural que en Bizancio fuese establecido como el color propio de Dios y de las personas a las cuales les transmite su santidad.
Michel Quenot, en su invaluable obra "El Icono" dice: El azul ofrece una transparencia que se verifica en el vació del agua, del aire o del cristal. La mirada penetra ahí hasta el infinito y llega a Dios.
El Verde
Es el color resultante de la combinación del azul y el amarillo. El verde es el color de la naturaleza, el color de la vida sobre la tierra, del renacimiento a la llegada de la primavera.
La iconografía le otorga un significado de renovación espiritual. En los iconos vemos multitud de ejemplos en donde es utilizado: las túnicas y mantos de los profetas, la túnica de San Juan Bautista o El Precursor, etc. pues fueron ellos quienes anunciaron la venida de Cristo.
El Marrón o Café
Este color es también producto de la mezcla de varios otros, como el rojo, el azul, el blanco y el negro. Es el color de la tierra.
Y por lo tanto la iconografía pinta de color marrón los rostro de las imágenes que aparecen en los iconos, para recordar aquello de polvo eres y en polvo te convertirás.
Significa también "humildad", pues esta palabra proviene del vocablo latino "humus" que significa "tierra". Es por ese motivo que los hábitos de los monjes son de ese color.
Oro, blanco, negro, rojo, púrpura, azul, verde y marrón son los únicos colores que pueden ser utilizados en la pintura de los iconos, el uso de otras combinaciones de colores queda fuera de toda regla iconográfica pues no contienes ninguna simbología.
7 datos curiosos que debes saber del mes de la Biblia
La Biblia es uno de los libros más antiguos de todos los tiempos, que ha perdurado a lo largo de la historia
¿Sabías que Septiembre es el mes de la Biblia?
Septiembre es el mes de la Biblia y durante todo el mes la Iglesia católica celebra la Sagrada Biblia, uno de los libros más antiguos de todos los tiempos, que ha perdurado a lo largo de la historia. Siendo la primera Biblia y la única inspirada por Dios.
Sigue leyendo y conoce 7 datos curiosos que debes saber del mes de la Biblia:
1. Septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín.
2. La Biblia se escribió en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Fue San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín.
3. La palabra de Dios es un alimento para el alma, la cual nos fortalece y nos guía para discernir mejor en momentos de angustia a través de la cual podemos dialogar con Dios y percibir de distintas maneras lo que nos quiere decir. Nos fortalece y nos da la fe que requerimos en nuestra vida espiritual.
4. La Biblia está compuesta por 73 libros, al Antiguo Testamento le corresponden 46 y al Nuevo Testamento 27 libros.
5. Se empezó a escribir en tiempos de Moisés, 1.300 años antes de Cristo y se terminó de escribir, poco antes de morir el último apóstol, San Juan. Unos cien años después de Cristo.
6. El único autor de la Biblia es Dios, pero quienes la escribieron fueron los profetas, sabios, poetas y apóstoles, inspirados por Dios durante catorce siglos para que no escribieran ningún error espiritual.
7. El Apocalipsis es la revelación de Jesús a San Juan, acerca de los acontecimientos futuros, que el Mal siempre perseguirá al Bien. Pero este Mal será castigado y al final triunfarán solamente los buenos. Dios vencerá el Mal.
Si te quedaste con ganas de saber más al respecto, te invito a que te acerques a la parroquia que desees para que se te impartan las clases de Biblia y adquieras mayor conocimiento del tema. También puedes descargar la App del Misal de la Arquidiócesis para leer las lecturas diarias.
“Desconocer las Sagradas Escritura es desconocer a Cristo”. San Jerónimo
Cuando todo nos parece evidente e intolerable, debiéramos tener el valor de preguntarnos si nuestras ideas son tan claras y comprobadas como pensamos
Aquella tarde llegó a la vieja estación y le informaron de que el tren en que ella viajaba se retrasaría casi media hora. La elegante señora, bastante contrariada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua, se dirigió hacia el andén central, justo donde debía llegar su tren, y se sentó en un banco dispuesta para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un chico joven se sentó a su lado y comenzó a leer el periódico. De pronto, la señora observó con asombro que aquel muchacho, sin decir una palabra, extendía la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente. La mujer se sintió bastante molesta. No quería ser grosera, pero tampoco le parecía correcto dejar pasar aquella situación o hacer como si nada estuviera pasando. Así que, con un gesto manifiesto, quizá exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió manteniendo la mirada de aquel chico.
Como respuesta, el chico tomó otra galleta e hizo algo parecido, esbozando incluso una ligera sonrisa. Aquello terminó de alterarla. Tomó otra galleta y, de modo aún más ostensible, se la tomó manteniendo de nuevo la mirada sobre aquel muchacho tan atrevido. El dialogo de miradas y pensamientos continuó de modo un tanto grotesco entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, cuando en el paquete sólo quedaba la última galleta, ella pensó: «No podrá ser tan descarado». El chico alargó la mano, tomó la última galleta, la partió en dos y ofreció la mitad a la señora. «¡Gracias!», dijo la mujer conteniendo su rabia y al tiempo no queriendo manifestar exteriormente su enfado.
Entonces el tren anunció su llegada. La señora se levantó y subió hasta su asiento. Antes de arrancar, desde la ventanilla todavía podía ver al muchacho sentado en el andén y pensó: «¡Qué insolente, qué mal educado, qué será de este mundo con esta juventud!». Sintió entonces que tenía sed, por las galletas y por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió el bolso para sacar la botella de agua y se quedó petrificada cuando encontró, dentro del bolso, su paquete de galletas intacto.
No es infrecuente que nos suceda esto. Muchas veces hacemos juicios rotundos, implacables, apodícticos. Pero con un pequeño detalle: están fundamentados sobre un dato supuesto que luego resulta ser equivocado. Y muchas personas tienden a hacer ese tipo de juicios de modo habitual. Presuponen con gran facilidad la mala acción o mala intención ajena, construyen enseguida una explicación de lo que creen que sucede, y deducen con rapidez una conclusión que luego les cuesta mucho variar. Son personas que manifiestan casi siempre un exceso seguridad, una especial predilección por las evidencias que no son tales, sobre todo cuando se trata de malinterpretar lo que hacen los demás. Es un fenómeno que suele ir asociado al victimismo, pues quien se ha acostumbrado a pensar mal de los demás suele ceder pronto a la comodidad del papel de víctima, que, aunque sea triste y amargo, refuerza siempre las explicaciones maquinativas y conduce a conclusiones irreductibles.
Cuando todo nos parece evidente e intolerable, debiéramos tener el valor de preguntarnos si nuestras ideas son tan claras y comprobadas como pensamos, si otorgamos a los demás al menos el beneficio de la duda, y si nosotros mismos resistiríamos un juicio tan demoledor como nosotros hacemos de los demás.