Los Doce le acompañaban, incluidas algunas mujeres
- 18 Septiembre 2020
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En primer lugar, se trata de un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros medicamentos que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos. El oxígeno no se acumula en el cuerpo y por lo tanto es un proceso farmacodinámico muy diferente. La oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir y combustionar al enemigo, dicho de manera simple.
Uno de los aspectos más importantes, es que el dióxido de cloro es extremadamente soluble en agua sin crear enlaces químicos, es decir, es un gas que realmente se disuelve por completo en el agua. Esto es debido a que tiene una estructura molecular extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se disuelve completamente. Se sabe que el dióxido de cloro es el mejor desinfectante conocido, ya que es capaz de eliminar tanto bacterias, hongos, virus, como parásitos de tamaño pequeño, en un amplio rango de pH. Se lleva utilizando hace 80 años para desinfectar el agua potable, sin haber causado problemas en todos estos años. Se utiliza en la industria de manera amplia, para desinfección. También se utiliza para el blanqueo de papel, pero en concentraciones y cantidades extremas que no tienen nada que ver con la dosis de ingestión.
CDS es solo el gas de la mezcla burbujeado por el agua que es pH neutro y que tiene muchas ventajas. Ya que no suele causar irritaciones o efectos secundarios como lo puede hacer el MMS y esta descrito en mi primer libro “CDS la salud es Possible”
El dióxido de cloro (ClO 2 ) se ha utilizado desde hace más de 100 años para combatir todo tipo de bacterias, virus y hongos. Actúa como desinfectante, ya que en su modo de acción resulta ser un oxidante. [1#BiologicalEfficacyList ] Se asemeja mucho a la forma en la que actúa nuestro propio cuerpo, por ejemplo en la fagocitosis, donde se utiliza un proceso de oxidación para eliminar todo tipo de patógenos. El dióxido de cloro (ClO 2 ) es un gas de color amarillento que, hasta la fecha, no está introducido en la farmacopea convencional como principio activo, aunque se utiliza de manera obligatoria para desinfectar y conservar las bolsas de sangre para transfusiones. [2# Alcide studies on blood disinfection] También se usa en la mayoría de las aguas embotelladas aptas para el consumo, puesto que no deja residuos tóxicos; además de ser un gas muy soluble en agua y que evapora a partir de los 11 ºC.
La reciente pandemia del coronavirus Covid-19 demanda soluciones urgentes con enfoques alternativos. Por ello, el dióxido de cloro (ClO 2 ) en solución acuosa a dosis bajas promete ser una solución ideal, rápida y efectiva para la eliminación de este virus. Demasiadas veces ocurre que la solución está en el camino más simple. Hay que darse cuenta de que todos los grandes cambios del conocimiento humano al principio han sido rechazados, ridiculizados, combatidos y juzgados de manera contundente. abrir los ojos. “El miedo es un mal consejero, y buen vendedor”. En ningún momento les estoy diciendo lo que deberían hacer con su salud, simplemente les presento UN BIEN PARA LA HUMANIDAD Y LA SALUD.
José de Cupertino, Santo
Religioso Presbítero, 18 de septiembre
Patrón de los estudiantes
Martirologio Romano: En Osimo, en la región Picena, en Italia, san José de Cupertino, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Conventuales, célebre, en circunstancias difíciles, por su pobreza, humildad y caridad para con los necesitados de Dios (1663).
Fecha de beatificación: 24 de febrero de 1753 por el Papa Benedicto XIV
Fecha de canonización: 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente XIV
Breve Biografía
José nació en 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino. Sus padres eran sumamente pobres. El niño vino al mundo en un pobre cobertizo pegado a la casa, porque el papá, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.-
A los 17 años pidió ser admitido de franciscano pero no fue admitido. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían puesto. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas. Por inútil lo mandaron para afuera.-
Al verse desechado, José buscó refugio en casa de un familiar suyo que era rico, pero él declaró que este joven "no era bueno para nada", y lo echó a la calle. Se vio entonces obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La mamá no sintió ni el menor placer al ver regresar a semejante "inútil", y para deshacerse de él le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que lo recibieran al muchacho como mandadero en el convento de los padres franciscanos.-
Sucedió entonces que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los padres como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban. Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.-
Lo pusieron a estudiar para presentarse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa todo y no era capaz de responder. Llegó uno de los exámenes finales y el pobre Fray José la única frase del evangelio que era capaz de explicar completamente bien era aquella que dice: "Bendito el fruto de tu vientre Jesús". Estaba asustadísimo pero al empezar el examen, el jefe de los examinadores dijo: "Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, será la que tiene que explicar". Y salió precisamente la única frase que el Cupertino se sabía perfectamente: "Bendito sea el fruto de tu vientre".-
Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes sí serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: ¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?" y por ahí estaba haciendo turno para que lo examinaran, el José de Cupertino, temblando de miedo por si lo iban a descalificar. Y se libró de semejante catástrofe por casualidad.-
Ordenado sacerdote en 1628, se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor. Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo y consagración a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).-
Desde el día de su ordenación sacerdotal su vida fue una serie no interrumpida de éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales en un grado tal que no se conocen en cantidad semejante con ningún otro santo. Bastaba que le hablaran de Dios o del cielo para que se volviera insensible a lo que sucedía a su alrededor. Ahora se explicaban por que de niño andaba tan distraído y con la boca abierta. Un domingo, fiesta del Buen Pastor, se encontró un corderito, se lo echó al hombro y al pensar en Jesús, Buen Pastor, se fue elevando por los aires con cordero y todo.-
Los animales sentían por él un especial cariño. Pasando por el campo, se ponía a rezar y las ovejas se iban reuniendo a su alrededor y escuchaban muy atentas sus oraciones. Las golondrinas en grandes bandadas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban por cuadras y cuadras.-
Sabemos que la Iglesia Católica llama éxtasis a un estado de elevación del alma hacia lo sobrenatural, durante lo cual la persona se libra momentáneamente del influjo de los sentidos, para contemplar lo que pertenece a la divinidad. San José de Cupertino quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la Santa Misa, cuando estaba rezando los salmos de la S. Biblia. Durante los 17 años que estuvo en el convento de Grotella sus compañeros de comunidad presenciaron 70 éxtasis de este santo. El más famoso sucedió cuando 10 obreros deseaban llevar una pesada cruz a una montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con cruz y todo y la llevó hasta la cima del monte.-
El Papa Benedicto XIV que era rigurosísimo en no aceptar como milagro nada que no fuera en verdad milagro, estudió cuidadosamente la vida de José de Cupertino y declaró: "Todos estos hechos no se puede explicar sin una intervención muy especial de Dios".-
Los últimos años de su vida, José fue enviado por sus superiores a conventos muy alejados donde nadie pudiera hablar con él. La gente descubría donde estaba y corrían hacia allá. Entonces lo enviaban a otro convento más apartado aún. El sufrió meses de aridez y sequedad espiritual (como Jesús en Getsemaní) pero después a base de mucha oración y de continua meditación, retornaba otra vez a la paz de su alma. A los que le consultaban problemas espirituales les daba siempre un remedio: "Rezar, no cansarse nunca de rezar. Que Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que pide, recibe".-
Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años.
Que Dios nos enseñe con estos hechos tan maravillosos, que Él siempre enaltece a los que son humildes y los llena de gracias y bendiciones.-
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San José Cupertino
Oración
Confesamos, Señor, que solo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San José Cupertino venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.-
Santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3. Viernes XXIV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¡Ven, Señor Jesús, a mi corazón! Creo firmemente que Tú estás aquí presente. Me pongo humildemente en tu presencia porque quiero acompañarte en este momento. No quiero dejarte solo. ¡Ven, Señor Jesús!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3
En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Era Semana Santa del 2015. Unos amigos y yo visitamos una cárcel de mujeres. Simplemente queríamos acompañar durante unos días a aquellas mujeres. Ellas, en algún momento de su vida, habían tomado algunas malas decisiones y ahora estaban reparando por esos errores. Cuando llegamos a la prisión, yo pensaba: ¿Cómo miraría Jesús a estas mujeres? ¿Qué les diría a ellas en este momento? ¿Las condenaría frente a todos o les mostraría el camino para salvarse?
No tengo duda de que Jesús las vería con una mirada llena de amor, como lo hizo con María Magdalena. También, como en el Evangelio de hoy, Jesús las invitaría a acompañarlo. Y eso fue lo que hicimos, las invitamos a caminar con Jesús, a servirle en el silencio y en el dolor de la cárcel.
¡Cuánto tenemos que aprender de Jesús! ¡Cuánto tenemos que aprender de aquellas mujeres que van a misa diaria para acompañar a Jesús! ¡Cuánto tenemos que aprender de aquellas mujeres que trabajan todos los días por sacar adelante a sus hijos! ¡Cuánto tenemos que aprender de su sensibilidad espiritual que les permite ver a Dios en las cosas pequeñas!
En este momento de oración, pídele a Jesús que siga transformando tu corazón para que sepa mirar como Él mira, perdonar como Él perdona y comprender como Él comprende.
«Hoy quisiera recordar con ustedes lo que muchas mujeres hacen, incluso en este tiempo de emergencia sanitaria, para cuidar de los demás: mujeres médicas, enfermeras, fuerzas del orden y funcionarias de prisiones, empleadas de tiendas de artículos de primera necesidad..., y muchas madres y hermanas y abuelas que se encuentran encerradas en sus casas con toda la familia, con los niños, los ancianos, los discapacitados. A veces corren el riesgo de ser objeto de violencia, por una convivencia de la que llevan una carga demasiado grande. Recemos por ellas, para que el Señor les dé fuerza y para que nuestras comunidades las apoyen junto con sus familias. Que el Señor nos dé el coraje de las mujeres para avanzar siempre».
(Regina Caeli de S.S. Francisco, 13 de abril de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy trataré de ver a las personas con las que me encuentre como Jesús las miraría.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
8 de Marzo: Día de la Mujer
Mujer. Sabes que todo lo que está a tu alrededor, te insinúa, te grita te exige. Lo que debes ser, lo que debes pensar, lo que debes valorar, lo que debes pesar, medir, vestir, tener.
Canalizas tus fuerzas y energías, para conseguir tener y ser todo lo que te pide la sociedad.
¿Quién eres mujer? Cuando vas por la calle y sabes que eres analizada, calificada, incluso utilizada, desgarrada, cosificada. Y sigues y luchas por cumplir los mandatos de tu sociedad.
Sin embargo, continuas, consumes, gastas, te desgastas, con esa fantasía de lograr tener la aprobación de los que te rodean.
Caminas, corres, llevas en tus pensamientos una y mil preguntas… Algo te dice que debes detenerte. Dudas. Sin embargo. Haces una cita para estar contigo. Parece algo raro, pero algo te dice que es necesario.
Entonces escuchas tu voz interior que te susurra, te abraza, te dice cuál es tu identidad.
Esa voz te dice una y otra vez que eres muy valiosa, señala tus dones, tu peso real, tu psicología, tu calidez, la fuerza y belleza de tu alma diseñada para escuchar, nutrir, alentar, acompañar, capaz de percibir y ver las cosas pequeñas que a otros se escapan. Llamada a defender tus grandes ideales.
También te confirma tu enorme grandeza, tu gran dignidad. Debes ser tratada como una mujer con la identidad de hija de Dios.
Tu cara se ilumina, sonríes, suspiras, parece que el aire que entra en tu vida llega con gran fuerza, con mayor limpieza.
Te pones de pie, arreglas tu cabello. Pareces ahora una gran guerrera que va por el triunfo, que buscas la auténtica realización, la verdadera paz.
Contemplas dos veredas. Tus ojos son otros, tienes esperanza.
Y dentro de ti, dentro de tu alma, una voz resuena, una voz que fortalece y llena todos los espacios. No podrá borrarse, ya quedó grabada
“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas. “2 Cor 5. 17.”
La fragilidad elevándonos a Dios, nos depura y santifica
Mensaje del Papa Francisco a los sacerdotes ancianos.
En una carta firmada el pasado 13 de agosto, el Papa Francisco comparte su alegría por la realización de la Jornada de sacerdotes ancianos y enfermos de la Lombardía “a pesar de las limitaciones necesarias para afrontar la pandemia”. En su mensaje, el Santo Padre agradece a la Conferencia Episcopal Lombarda, que desde hace 6 años organiza esta jornada de oración y fraternidad, como también a la Unión Nacional Italiana de transporte de enfermos a Lourdes y santuarios internacionales (UNITALSI) y a todos los que trabajaron por el éxito del encuentro.
En la misiva, el Pontífice desea agradecer de modo especial a los sacerdotes que viven el tiempo de la vejez o la hora amarga de la enfermedad, “por su testimonio de amor fiel a Dios y a la Iglesia, por la silenciosa proclamación del Evangelio de la vida, porque son un recuerdo vivo en el que apoyarse para construir el mañana de la Iglesia”.
A causa de las restricciones vividas en los últimos meses por el COVID-19, el Papa Francisco subrayó que “hemos conocido lo que algunos de ustedes, así como muchos otros ancianos, experimentan a diario”. El Pontífice desea que este tiempo de prueba, “nos ayude a comprender que es necesario no perder el tiempo que se nos da; que nos ayude a disfrutar de la belleza del encuentro con el otro, a curarnos del virus de la autosuficiencia”.
Concluye su mensaje señalando que esta crisis mundial a causa del coronavirus, “puede ser una experiencia de purificación” para muchos y “para nuestra vida sacerdotal”. Citando al profeta Malaquías, nos recuerda que la fragilidad puede ser "como el fuego del fundidor y como la lejía de las lavanderas" (Mal 3,2) “que, elevándonos a Dios, nos depura y santifica”.
Preces
Demos gracias a Jesucristo, siempre y en todo lugar, y dirijámosle esta súplica confiada:
R/MAyúdanos, Señor, con tu gracia.
Haz que conservemos nuestro cuerpo limpio de toda culpa,
– para que pueda ser templo del Espíritu Santo.MR/
Enséñanos a estar atentos a las necesidades del prójimo,
– y a cumplir tu voluntad a lo largo de toda la jornada.MR/
Ayúdanos a buscar a través del trabajo diario el pan de la vida eterna,
– y a descubrir las huellas de tu amor en la naturaleza y en los hombres.MR/
Te pedimos por todos los que utilizan la imagen en su trabajo,
– haz que no desfiguren la verdad del hombre, creado a tu imagen y semejanza.MR/
Acuérdate de los que están en paro o tienen un trabajo precario,
– para que puedan encontrar una ocupación acorde con su dignidad.MR/
Oración
Te pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que nos ayude a seguir el camino de tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en esta vida y alcancemos la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.