¿Con qué podré comparar a esta gente?

La reciente pandemia del Covid-19 conmocionó al mundo y ha cobrado miles de vidas, y como una de las consecuencias igualmente complicadas, la economía mundial se vio comprometida. Sin duda, este es un problema que requiere una solución urgente y el compromiso de todos, especialmente del personal de salud para la búsqueda de su pronta solución.

Con el objetivo de identificar una solución para este problema y además basándose en las evidencias científicas ya publicadas y experiencias clínicas de utilización del dióxido de cloro (ClO2) por Médicos e Investigadores, hicimos una evaluación de las principales informaciones para apoyar nuestra propuesta de uso de la solución de dióxido de cloro (CDS), siguiendo el protocolo estandarizado por Andreas Ludwig Kalcker como una alternativa segura y eficaz para combatir la infección por SARS-COV2 

LA UNICA MOTIVACION ES SALVAR VIDAS POR EL CDS QUE ES EL DESCUBRIMIENTO MAYOR DE LA MEDICINA EN LOS ULTIMOS AÑOS Y PONDRA FIN A LA PANDEMIA.

Dámaso I, Santo

Memoria Litúrgica, 11 de diciembre

XXXVII Pontífice

Martirologio Romano: San Dámaso I, papa de origen hispano, que en los difíciles tiempos en que vivió, reunió muchos sínodos para defender la fe de Nicea contra cismas y herejías, procuró que san Jerónimo tradujera al latín los libros sagrados y veneró piadosamente los sepulcros de los mártires, adornándolos con inscripciones († 384).

Breve Biografía

San Dámaso, de origen español, nació hacia el año 305. Su pontificado comprende desde el año 366 al 384. Fue diácono de la Iglesia de Roma durante el pontificado del Papa Liberio.

Su elevación a la cátedra de Pedro no se vio exenta de contrastes debido a los enfrentamientos de los dos partidos contrapuestos. Pero los frutos de su pontificado no se dejaron esperar. Ignorando las amenazas imperiales, depuso a los obispos que se habían adherido al arrianismo y condujo a la Iglesia a la unidad de la doctrina. Estableció el principio de que la comunión con el obispo de Roma es signo de reconocimiento de un católico y de un obispo legítimo.

Durante su pontificado hubo una explosión de ritos, de oraciones, de predicaciones, con nuevas instituciones litúrgicas y catequéticas que alimentaron la vida cristiana. A la iniciativa de este Papa se deben los estudios para la revisión del texto de la Biblia y la nueva traducción al latín (llamada Vulgata) hecha por San Jerónimo, a quien San Dámaso escogió como secretario privado.

En estos años la Iglesia había logrado una nueva dimensión religioso-social, convirtiéndose en un componente de la vida pública. Los obispos escribían, catequizaban, amonestaban y condenaban pública y libremente.

En el año 380, con ocasión del sínodo de Roma, el Papa Dámaso expresó su agradecimiento a los jefes del imperio que habían devuelto a la Iglesia la libertad de administrarse por sí misma. Con esta libertad conquistada, los antiguos lugares de oración como las catacumbas se habrían arruinado si este extraordinario hombre de gobierno no hubiera sido al mismo tiempo un poeta sensible a los antiguos recuerdos y a las gloriosas huellas dejadas por los mártires. Efectivamente, no sólo exaltó a los mártires en sus famosos “títulos” (epigramas grabados en lápidas por el calígrafo Dionisio Filocalo), sino que los honró dedicándose personalmente a la identificación de sus tumbas y a la consolidación de las criptas en donde se guardaban sus reliquias.

En la cripta de los Papas de las catacumbas de San Calixto, él añadió: “Aqui, yo, Dámaso, desearía fueran enterrados mis restos, pero temo turbar las piadosas cenizas de los mártires”. San Jerónimo sostiene que el Papa Dámaso murió casi a los ochenta años. Fue enterrado en la tumba que él mismo se había preparado, humildemente alejada de las gloriosas cenizas de los mártires, sobre la vía Ardeatina. Más tarde sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia de San Lorenzo.

Dejémonos sorprender

Santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19. Viernes II de Adviento

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias Señor por este nuevo día que me das y que me permites acercarme a tu presencia. Gracias por la vida, la salud, la comida, el vestido y los miles de detalles que tienes conmigo. Te pido me des una fe firme y resistente a los ataques del enemigo, un confianza cierta en tu amor y tu misericordia y un amor desinteresado y operante. Madre mía, acompáñame en este rato de oración.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado’.

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene un demonio’. Viene el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ese es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica así misma por sus obras».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Creo que en este Evangelio me hablas de saber reconocer los signos con los que hablas a mi vida. Eran muchos los signos de tu amor hacia la gente de aquel tiempo, pero ellos no los descubrían. Eran demasiado exigentes al pedir signos. Querían signos poderosos, indudables, certeros… Eran gente difícil de complacer.

Eran gente que no podían recibir el don de Dios como venía, siempre le buscaban el «pero». Querían que los signos fueran a su modo, como ellos lo pensaban o anhelaban, en el tiempo que ellos creían el mejor, en las personas que consideraban las más razonables. En definitiva, era gente que se resistía a dejarse sorprender. Todo lo venido de ti lo juzgaban críticamente.

Puede pasar también así en mi vida. Tú que me amas y envías miles de signos para demostrarme tu amor. Y yo que no los descubro; los dejo pasar e incluso a veces me doy el descaro de juzgarlos o exigirlos… o se han hecho rutina. Quiero que actúes según mis planes y deseos.

Dame la gracia Señor de dejarme sorprender por ti. Sorprenderme de mi vida, de mi cuerpo que trabaja sin que yo lo mande ni lo piense, del color azul o gris del cielo, del cantar de un pájaro, del crecer de una flor. Sorprenderme del lenguaje con el que me comunico, de la tecnología que poseo, del afecto de los míos, de la vida de los que me rodean.

Este período de adviento es el momento para dejarme asombrar. Por ejemplo, contemplar cómo Tú siendo un Dios poderoso decidiste bajar a esta tierra y hacerte niño. ¡Hacerte un bebé! Este sí que es un signo maravilloso, pero al que tal vez ya me he acostumbrado.

En verdad que la sabiduría de Dios se justifica por sus obras… Tú, Dios, que te haces un niño como otro. Tú que sientes frío como yo lo he sentido, que lloras como yo he llorado, que duerme, que tirita, que sueña, que necesita de cuidado, de afecto, de calor humano. ¡Este es el mayor signo de amor que me has podido dar! Dame Señor el don del asombro y la humildad necesaria para acoger tu amor.

«Los Magos: escrutaban los cielos, vieron una nueva estrella, interpretaron el signo y se pusieron en camino, desde lejos. Los pastores y los Magos nos enseñan que para encontrar a Jesús es necesario saber levantar la mirada hacia el cielo, no estar replegados sobre sí mismos, en el propio egoísmo, sino tener el corazón y la mente abiertos al horizonte de Dios, que siempre nos sorprende, saber acoger sus mensajes y responder con prontitud y generosidad».

(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

En este día agradeceré a Dios por los alimentos que consuma y por las personas que me ayudan a crecer en la fe y el amor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¿Es malo escuchar cantos protestantes?

No es lo mismo música católica que música cristiana...

Consulta:

A mi me gustan mucho, sobretodo los de Marcos Witt y de Rabito que son evangélicos. Yo creo que no tiene nada de malo porque hablan del mismo Dios y escucharlos es practicar el ecumenismo que el Papa nos esta invitando. Además se siente mas bonito que con las alabanzas católicas.
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Respuesta:

Vayamos por partes, ya que no es así de sencillo, ni fácil, el afirmar que es algo bueno que el católico se la pase escuchando cantos protestantes sin ningun criterio a seguir. En primer lugar, pensando en el catolico común, que normalmente es la mayoría, y en los que están ya en algún grupo pero que no tienen una sólida formación en la fe no es nada recomendable.

Algunas de las razones que nos confirman esto son las siguientes:

1.- Cualquier tipo de canción o canto que lleve "letra" siempre llevará la huella del autor que la compuso. En el caso de los cantos protestantes es igual.

No se puede separar la "teología" o creencias de los hermanos separados de la letra de sus cantos. Pensar así es algo muy ingenuo. En muchas ocasiones el católico canta las alabanzas y al mismo tiempo adquiere "frases" e "ideas" al puro estilo protestante. Un ejemplo de esto es oir repetidamente en algunos laicos católicos "la sangre de Jesus nos cubre", exactamente eso decia Lutero, mientras que nosotros creemos que no solamente nos cubre como algo meramente externo sino que nos transforma interiormente y nos santifica. Estas y otras frases como: "solo Jesús salva"; "somos salvos por la fe" "soy salvo" "no hace falta nada mas que Cristo" "las religiones no salvan" son absorbidas por escuchar cantos protestantes, radio protestante, predicaciones protestantes, Televisión protestante etc.

Esto facilita que poco a poco se pierda la "identidad" del católico. La realidad nos enseña que muchas veces asi fué como algunos empezaron y despues terminaron en una secta pues se crea un ambiente de admiracion, donde la base de la fe es el sentir bonito o la emoción. E incluso hay compositores católicos que tienen alabanzas con errores muy marcados sobre la fe por la influencia evangélica. Hace algún tiempo algo similar a esto lo afirmó el P. Zezinho que es uno de los grandes compositores de música católica y decía que era necesario que se cuidara mas este aspecto y se revisará la letra de los cantos que se componen sin ninguna asesoría.

2.- Desafortunadamente hay católicos "comprometidos" que la razón que usan para decir que "no tiene nada de malo" es que les ‘gusta´ esa musica.

Esta forma de pensar es con criterios muy malos, pues hace a un lado cualquier criterio objetivo y su unica base es el "gusto" o sentimiento, como si lo que importara es que se escuchese bonito. Se parece al católico que escucha la prediciacion protestante porque tambien le "gusta" y siente bonito. Esta actitud no tiene nada que ver con el auténtico ecumenismo sino mas bien se trata de un ecumenismo ingenuo donde se hacen a un lado las orientaciones del magisterio para la aplicación del mismo. Nunca ha leído la "Unitatis Redintegratio" ni la "Ut unum Sint" ni el directorio sobre el ecumenismo y piensa que esta practicando el ecumenismo al oir cantos protestantes. Con razón hay tanta confusión hasta en gente que da un servicio dentro de la Iglesia Católica.

3.- Cuando un catolico comprometido escucha continuamente los cantos evangélicos lo que hace muchas veces es divulgar esas ideas y las divisiones.

Qué le podría contestar a alguien que lo escucha y le dice que donde puede comprar ese cassette? Acaso le va a decir: vaya hermano a una libreria protestante, ellos cantan muy bonito? En realidad sería una falta de coherencia entre lo que predica y lo que cree.

4.- Además, si alguien acepta escuchar los cantos, entonces tambien tendría que aceptar las predicaciones protestantes y la literatura protestante,

Pues la musica solamente es un medio de transmisión, el lenguaje oral es otro y el impreso otro mas. El resultado es un relativismo eclesial donde ser católico es tener puesta "una camiseta mas" y cambiarla cuando ya no le guste.

5.- San Pablo dice: "todo me es permitido, pero no todo me es provechoso".

Esto es un camino a seguir para la persona que de verdad esta comprometida con el Señor Jesucristo. Hay cosas que aunque no fueran malas dice el apóstol, aun asi, no las haría. La razon es que con tal de ganar gente para Jesucristo lo puede dejar de hacer.

6.- De hecho uno de los ganchos que usan las sectas es precisamente el canto apara traer a la gente. Es como el "quesito" que se le pone al raton en la trampa.

Normalmente cuando hacen una "secta" nueva lo primero que compran es el "sonido" para la música. Un ejemplo de como se trata de atraer a la gente es Marcos Witt, que se la pasa en congresos de todas las sectas evangélicas, hasta de las mas anticatolicas y antiecuménicas. El Católico despistado va para sentir bonito y termina engrosando las filas de una secta religiosa.

7.- Fonovisa: ¿Musica ´cristiana´ o musica protestante?

De hecho el "truco" ha funcionado muy bien y han logrado engañar a algunos medios de comunicacion, incluyendo a Fonovisa, univision, telemundo... que afiman promover musica cristiana cuando en realidad se trata de musica protestante.

Tambien ´hablan´ que tal artista es cristiano cuando en realidad se trata de un ´protestante´ mas. Hay algunos que incluso, que como buenas sectas que son, afirman que ellos son ´cristianos´ como diciendo que los catolicos no lo son. Se les olvida o no saben que es peor, que ninguna de esas iglesias protestantes existia antes de el año 1517. La verdad es que muchos locutores, entrevistadores... no por salir en los medios de comunicacion se convierten automaticamente en personas preparadas y mucho menos en lo religioso.

Tanta ignorancia hay en algunos medios de comunicacion que hace poco salieron en una premiacion para la mejor musica cristiana y se trataba en realidad de puros protestantes. Ni modo. Como dice el dicho. De que los hay, los hay... y mientras el catolico no proteste, hable y escriba para aclarar las cosas la confusion ira aumentando. Los mismos catolicos que trabajan en los medios de comunicacion deberian de hablar y aclarar la manipulacion y "expropiacion" de la palabra ´cristiano´ que las sectas estan haciendo.

Personalmente hable hace tiempo a fonovisa y una de las encargadas de venta en Estados Unidos era precisamente una protestante interesada en promover a artistas protestantes y no le importaba en absoluto el promover a los autores y artistas catolicos. Protestantes disfrazados e infiltrados diciendo que promueven "musica cristiana". Ojala y el catolico, con este tema, sea mas astuto y listo para no dejarse engañar tan ingenuamente.

¿ Por qué escuchar cosas diferentes a nuestra fe teniendo tesoros espirituales de cantos tan grandes en la Iglesia Católica? (Martín Valverde; Silvia Mertins; Jorge Gomez; Sandy Calderas; P. Zezinho; P. Cesareo Gabaraín. P. Emilio y muhos mas

¿ Por qué en vez de eso no invertimos tiempo y dinero en alabanzas y predicaciones católicas para profundizar en nuestra fe?
¿Qué no sería mejor cantar la fe que recibimos de Nuestro Señor por medio de la Iglesia que El nos dejó?

Cantos católicos hay excelentes. En cualquier libreria los hallarás. Algunos CD´s de alabanzas católicas que te recomiendo los encontraras aqui

Dios te siga bendiciendo en abundancia.

Papa Francisco: Jesús, el "Signo" admirable que Dios dona al mundo

En el día de la inauguración del Pesebre y del encendido del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro.

El Papa Francisco recibió esta mañana a las delegaciones, compuestas por unas cincuenta personas, que ofrecieron el árbol de Navidad y el Belén colocados en la plaza de San Pedro. Al recibirlos, el Sumo Pontífice manifestó su gratitud por “el majestuoso abeto rojo”, proveniente de los bosques de Ko?evje, en Eslovenia, y el “monumental pesebre de cerámica”, don de la diócesis de Teramo-Atri, proveniente de Castelli, en Italia, que serán inaugurados por la tarde. “Mas que nunca", dijo el Papa, el árbol y el Belén "son un signo de esperanza" para los romanos y para los peregrinos que tendrán la oportunidad de venir a admirarlos.

El pesebre habla de la pobreza evangélica
Refiriéndose a estos dos iconos de la Navidad, que “ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor”, el Papa habló de la pobreza “buena” de la que nos habla el pesebre, es decir, “la pobreza evangélica”: una pobreza – dijo- que nos hace “bienaventurados”. Y se detuvo a contemplar idealmente a los personajes:

Al contemplar la Sagrada Familia y los diversos personajes, nos atrae su desarmante humildad. Nuestra Señora y San José van desde Nazaret hasta Belén. No hay lugar para ellos, ni siquiera una pequeña habitación (cf. Lc 2,7); María escucha, observa y guarda todo en su corazón (cf. Lc 2,19.51). José busca un lugar para ella y el niño que está a punto de nacer. Los pastores son protagonistas en el pesebre, como en el Evangelio. Viven a cielo abierto. Vigilan. El anuncio de los ángeles es para ellos, y van inmediatamente a buscar al Salvador que ha nacido (cf. Lc 2,8-16).

Jesús, pequeño e inerme, es el “Signo” que Dios dona al mundo
La fiesta de la Navidad -continuó el Santo Padre- nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo. Pero, “para acoger estos dones de gracia”, “necesitamos sentirnos pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre”.

También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el "Signo" que Dios dona al mundo (cf. Lc 2,12). Un signo admirable, como la carta del pesebre que firmé hace un año en Greccio. Nos hará bien volver a leerla en estos días.

Agradeciendo finalmente, desde lo profundo de su corazón por estos iconos, el Santo Padre expresó a todos sus deseos de una celebración navideña llena de esperanza, extendiéndola a los familiares y conciudadanos. “Que el Señor – expresó – les recompense por su disponibilidad y generosidad”.

La tradicional inauguración del pesebre y el encendido del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro, tendrá lugara las cinco de la tarde hora local. La ceremonia está presidida por el Cardenal Giuseppe Bertello y Monseñor Fernando Vérgez Alzaga, respectivamente Presidente y Secretario General de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El árbol y el pesebre permanecerán en exhibición hasta el domingo 10 de enero de 2021, al concluir tiempo de Navidad, que coincide con la Fiesta del Bautismo del Señor.

El tango también sirve para evangelizar

Nota que relata cómo se ha adaptado, con todo respeto, el popular ritmo porteño a la liturgia jugando un papel evangelizador.

Lo que no cabría esperar
Primero fue la Misa Criolla, de Ariel Ramírez; ahora es la Misa Tango, de Juan Carlos Barbará y Rino Selmi. El popular ritmo porteño, adaptado con todo respeto a la liturgia, también es capaz de jugar su papel evangelizador en una sociedad que cambia día a día. El jueves 30 de octubre, ha tenido lugar en la Basílica María Auxiliadora, de la Parroquia San Carlos Borromeo, en Buenos Aires, el concierto Misa Tango ejecutado por la orquesta Buenos Aires Tango y los coros Grupo Vocal Cántico y Coral Manoblanca. El público la ha juzgado como "una obra muy bien lograda, muy agradable, de excelente buen gusto y para nada agresiva como tal vez podía esperarse. A veces las apariencias engañan...

Con todo el sentido profesional

El acto ha sido organizado por FUNDAI y, al finalizar, un sacerdote ha impartido la bendición a los presentes. La dirección del concierto y arreglos musicales han estado a cargo del maestro Alfredo Montoya. Han actuado como solistas Roxana Barbará, Enrique Barcala, Luis Prado y Nora Roca. La coordinación técnica-operativa ha estado a cargo del maestro Hugo René Sanz y se ha encargado del sonido y video, Soundtec S.R.L. Temas: Kyrie, Gloria, Credo, Ave María, Sanctus Benedictus, Agnus Dei y Dominus Salvum.

Cada tema está precedido por un texto que es leído desde el ambón. Las armonías han sido tratadas cuidadosamente, brindando las mayores posibilidades de desplazamiento de los coros e instrumentaciones, sin acordes extraños a la natural riqueza del tango. Dentro de la esencia, ritmo y estilo típico argentino, los temas principales de cada uno de los pasos han sido concebidos en su mayoría en modo menor, ajustando los textos traducidos del latín al castellano por Rino Selmi, casi literalmente.

Exitosos antecedentes

El 25 de junio de 1996, se interpretó por primera vez la Misa Tango en un templo de la ciudad de Buenos Aires, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario (Convento de Santo Domingo), con autorización del entonces arzobispo, cardenal Antonio Quarracino. Participaron la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, el Grupo Vocal Cántico y los solistas Leticia Daneri, Quique Barcalá y Luis Prado.

En abril de 1999, el arzobispo porteño, cardenal Jorge Mario Bergoglio, ratifica su disposición hacia la obra y deja en manos de los párrocos la posibilidad de su realización. El 8 de septiembre del mismo año, la Misa Tango se interpreta en la Basílica Nuestra Señora del Pilar, y el 30 de noviembre de 2000 se concreta el estreno internacional de la Misa Tango en la ciudad de Washington, con el patrocinio de la embajada argentina y la colaboración de la Asociación de Familiares de Funcionarios del Banco Interamericano de Desarrollo.

La Arts and Education Society organiza la presentación en la Catedral de San Mateo, oportunidad en que más de mil personas ovacionan de pie la actuación de la Orquesta Buenos Aires Tango. El acontecimiento cultural y social, elogiado por la crítica, se realizó en apoyo de FUNDAI de la Argentina.

Famosas montañas de salvación

No podrás subir a las alturas del Reino de los cielos, si antes no pasas como Cristo por el camino de la cruz, del dolor y de la entrega.

Subir a la montaña siempre será un reto. Lo saben bien los jóvenes que quieren subir más y más y hasta llegar a las más altas cumbres, a miles de metros de altura. Nunca se cansan de subir, de fijarse nuevas metas, de escalar las más difíciles montañas.

Hoy se nos habla de dos montañas, y de dos ascensiones. La primera montaña o monte Moria, debería ser escalada, Oh ingratitud, por un anciano y con un cometido definitivamente ingrato: sacrificar al Dios de los cielos al hijo que se le había concedido en su ancianidad. Se trata de Abraham, un buen viejo, que dejó su tierra, y su casa y todo lo que tenía, para ir tras un llamado misterioso del Dios de los cielos. Lo dejó todo, sólo con la esperanza de un hijo para su ancianidad.

Y cuando el hijo era apenas un muchachito, un adolescente, Dios se lo pide en sacrificio como hacían algunos pueblos que sacrificaban a su primogénito. Quienes sean padres sabrán el dolor que aquél hombre llevaba, pero también podrán aquilatar la fe del anciano que no duda en responder a los planes de su Dios que le pedía tal atrocidad. Los detalles son sobrecogedores, pero el resultado es encantador. A punto de sacrificar a su hijo, le es detenida la mano, pues Dios pudo aquilatar la valentía, la reciedumbre y la fe de Abraham. Con esto dio una lección viviente a todos los circundantes: a Dios no le agrada la muerte, Dios no es Dios de muertos, no quiere el sacrificio de ninguno de sus hijos.

La segunda montaña, es el Tabor. Y debería ser escalada por un hombre joven, en plenitud de sus facultades y con planes encantadores. En medio de una planicie maravillosa, se destaca el Tabor, que aún hoy inspira con su silencio, su belleza, el canto de sus pajarillos y el colorido de sus flores. Hacia allá fue Jesús con algunos de sus seguidores. No iba de camping ni de excursión. Iba a la oración, a la alabanza, a hablar a Dios de los hombres que él se había encontrado en el camino. No era un momento fácil para él. Había hablado a los hombres sencillos y abiertos de Galilea, pero ahora había cambiado su auditorio, en Judea y concretamente en Jerusalén. Ahí había encontrado una franca oposición. No le entendían y no querían entenderle.

Las multitudes tampoco se fijaban en sus palabras. Querían pan, querían milagros, querían salud, lo demás no importaba. Jesús se desesperaba, porque sus mismos discípulos no entendían ni papa de lo que les quería decir Y sobre todo, ya se apoderaba de su ánimo la proximidad de otra montaña muy temida: el Calvario. Sentía que el cerco se hacía más estrecho cada día, y sentía ya las pisadas que tendría que realizar, pero ya no acompañado de los suyos, sino en profunda soledad, y sobre todo cargando una pesada cruz sobre sus espaldas.

En esas condiciones había subido Jesús al Tabor. Los apóstoles, sus amigos, eran gente fuerte, de lucha, aguerridos, pero se quedan aparte, quizá descansando, quizá contemplando el paisaje. Acompañan al Maestro, el hombre sencillo que les había invitado a seguirle. Era tremendamente cercano a todos los hombres. Sus palabras eran dulces pero tocaban fibras sensibles del corazón. Su mirada atraía a las gentes, pero nunca comprendieron su mensaje ni su persona.

Ahora en la montaña, Jesús se sumerge en profunda oración. Y ahí ocurre algo extraordinario. Los apóstoles no nos alcanzan a decir con palabras lo que vieron. Un Jesús transformado, distinto, luminoso, sonriente, fragante. Y junto a él, aparecen dos personajes muy queridos del pueblo hebreo, Moisés, el gran profeta, el iluminado, el legislador, y Elías otro profeta que pide respuesta a la alianza de Dios, que llama a la cordura a la fidelidad, a la alianza, que pide una respuesta pronta del pueblo hebreo. La conversación entre ellos no nos fue transmitida. Pedro, uno de los acompañantes de Cristo, balbucea cierta petición que nos hace pensar que esta fuera de honda. Y luego, las cosas se sucedieron tan rápidamente, tan vertiginosamente, que aparece una nube sobre la montaña, que cubre a los tres personajes, y desde dentro de ella una voz misteriosa, que no era de este mundo: “Éste es mi Hijo amado, escúchenlo”.

Pronto la nube se disuelve, el paisaje vuelve a ser el mismo, el silencio es interrumpido por Cristo que les invita a bajar, a volver a la vida diaria, a prepararse, pues pronto les esperaría la otra montaña, a donde subiría solo, pues sus apóstoles le abandonarán en el momento crucial de su vida.

Pareciera que esa ascensión fue un hecho aislado en vida de Jesús. Pero fue todo lo contrario. Cuando los enemigos les arrebatan al Maestro, cuando le toman prisionero, cuando los apóstoles corren cobardemente a esconderse, cuando les llegan noticias de que al Maestro lo han subido en la cruz, cuando el cielo y toda la ciudad de Jerusalén se estremece ante la muerte de Cristo, cuando a todos les dan ganas de huir, y ponerse a salvo para no correr la misma suerte que el Mesías, Pedro y sus compañeros recordarían la visión del Monte Tabor y sostendrían la fe de sus hermanos los apóstoles y los discípulos de que el Padre le cumpliría la palabra a Cristo de resucitarlo, de volverlo a la vida y de hacerlo sentar a su derecha, después de ser probado en la cruz, como el mismo Abraham y como Isaac fueron probados en la obediencia. A Abraham se le pidió a su hijo. En la Cruz el Padre lo ofreció a la humanidad, y el Espíritu Santo lo sostuvo hasta el último momento para que pudiera testimoniar desde el patíbulo de la cruz, que el amor redime, que el amor salva, que el amor libera y no es vano.

Ya se estarán preguntando los lectores que me hayan seguido hasta aquí, cuál es el mensaje para nosotros. Si cada uno de los lectores se decide a volver a leer personalmente el capítulo noveno de San Marcos, sabrá que cada palabra es un mensaje. Yo solo haría dos consideraciones.

Primera. “Este es mi hijo amado, escúchenlo”. Fue la palabra del Padre, y no fue un consejito piadoso. Es un mandato. En Cristo encontramos la paz, la salvación, el perdón y el camino de acceso al Padre. Si la humanidad anda perdida, sin rumbo fijo, como los satélites que el hombre lanza al espacio y comienzan a deambular eternamente sin rumbo fijo cuando han perdido su vida útil, es porque no hemos escuchado al Padre.

La segunda consideración. Pedro, en aquella visión espectacular, quiso hacer una enramada para los invitados de Cristo y permanecer en aquella visión tan singular. Pero Cristo lo saca de su sueño y lo invita a bajar con él, para comprometerse con sus hermanos, para alimentarlos, para darles la vida, para señalarles caminos, para enseñarles a amarse, para enseñarles en carne propia el amor del Padre y que todos pudieran considerarse hermanos. No se podían quedar en la montaña, en las alturas, en la ensoñación. Había que bajar a comprometerse con sus hermanos, con su mundo, con sus problemas. Es lo que a nosotros nos falta. Sí, nos sentimos más o menos cómodos en Misa, damos la impresión de que aceptamos la voluntad de Dios. Nos sentamos para escuchar, nos ponemos de pie para responder, nos arrodillamos para adorar. Pero ahora nos falta una sola cosa: ir con nuestros hermanos a comprometernos con sus problemas, con sus aspiraciones, con sus angustias, con sus frustraciones, para llevarles el mensaje de paz, de reconciliación fraterna, de solidaridad y de amor de los unos para con los otros, para decirles a todos que el Padre nos ama y que todos somos hermanos.

No podrás subir a las alturas del Reino de los cielos, si antes no pasas como Cristo por el camino de la cruz, del dolor y de la entrega.

Preces

Jesús viene a compartir nuestra historia y no se avergüenza de nosotros. Acudamos a él con fe:

R/MSeñor, ven y sálvanos.

Concédenos que manifestemos en nuestras vidas lo que confesamos por la fe.MR/

Visita a todas las personas que están tristes, a los que tienen mentalidad materialista y a los que viven sometidos a sus pasiones, para que experimenten la liberación.MR/

Bendícenos para que en nuestras familias y grupos cristianos sepamos ayudarnos los unos a los otros a mantenernos firmes en la esperanza.MR/

Intenciones libres

Padre nuestro…

Oración

Dios todopoderoso, concede a tu pueblo esperar vigilante la venida de tu Unigénito, para que nos apresuremos a salir a su encuentro con las lámparas encendidas, como nos enseñó nuestro Salvador. Él, que vive y reina contigo.

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