Dejemos que en medio del silencio él mismo nos cautive
- 24 Diciembre 2020
- 24 Diciembre 2020
- 24 Diciembre 2020
SISTER CECILIA SUPERIORA DE LA COMUNIDAD DE MISIONERAS DE PAX VOBIS LES DESEA A USTEDES Y FAMILIA UNA FELIZ NAVIDAD QUE EL AMOR REINE EN SUS CORAZONES Y CON LA ESPERANZA Y ALEGRIA QUE NOS TRAE EN NUESTRAS VIDAS EL DULCE NIÑO QUE NOS NACE PARA NUESTRO BIEN DANDONOS TODO SU AMOR A CADA UNO EN COMUNION CON TODA LA COMUNIDAD DE JESUS Y AMIGOS DE PAX AL SERVICIO DE LA IGLESIA PARA EXTENDER SU REINO. DESEANDOLES UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD QUE NO PODEMOS PERDER A PESAR DE LAS PRUEBAS DE PANDEMIA Y SALUD QUE NOS ACERCAN A LA VOLUNTAD Y AMOR DE DIOS QUE NOS NACE EN PAX.
NUESTRA GRATITUD Y RECONOCIMIENTO A SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO, A SU EXCELENCIA EL SEÑOR NUNCIO NICOLA GIRASOLI, AL SEÑOR ARZOBISPO DE LIMA MONSEÑOR CARLOS CASTILLO, Y SUS DOS OBISPOS AUXILIARES MONSEÑOR RICARDO Y GUILLERMO, Y A MONSEÑOR CARLOS GARCIA OBISPO DE LURIN, Y A SU EMINENCIA EL SEÑOR CARDENAL PEDRO BARRETO AMIGOS CON AMOR A PAX.
CON GRATITUD Y AMOR UNA FELIZ NAVIDAD CON JESUS.
Una de las muestras más grandes de la misericordia de Dios
Santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79. Jueves previo a la Navidad
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús estoy a un día de poder contemplarte recién nacido. Que sea tu gracia la que me permita prepararme lo más dignamente para poder recibirte con amor sincero en mi corazón. Ayúdame a recordar que lo más importante en mi entrega y en mí amor es tener tu compañía y estar cerca de ti. Que no pueda separar de mí tu corazón hecho niño recién nacido. Prepárame para poder recibirte esta Navidad en mí corazón de la mejor manera posible. Que sea mi corazón una digna morada para ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir a favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres, y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El canto de Zacacarías nos recuerda la entrañable misercordia de Dios. La misericordia es totalmente expresa por Dios en el mandar a su Hijo Unigénito para la salvación del mundo. El misterio que contemplaremos en la Navidad es el de Dios hecho niño. Esta es una de las muestras más grandes de la misericordia de Dios y al mismo tiempo el habernos preparado para este momento nos deja en la espectativa de contemplar al niño envuelto en pañales. Acerquémonos a comtemplar la mirada del Niño Jesús que quiere resplandecer en nuestro Corazón. Dejemos que en medio del silencio él mismo nos cautive con cada una de sus acciones y que cotemplándolo hecho Niño por amor nuestro corazón se llene con la gracia que más necesitemos. Agradezcámosle al Señor el querer nacer en la humildad y sencillez del pesebre en el cuál, desde su inocencia de niño, quiere estar con cada uno y habitar en el corazón de quien busca su misericordia.
«Pueden reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo: se ha acordado de su fidelidad al Evangelio, de las primicias de su fe, de todos los que han dado testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida. Qué bueno es recordar con gratitud que la fe cristiana se ha convertido en el aliento de su pueblo y el corazón de su memoria. La fe es también la esperanza para suo futuro, la luz en el camino de la vida». (Homilía de S.S. Francisco, 25 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Gracias Señor por darme la gracia de preparar de la mejor manera mi corazón para poder recibir la gracia que me quieras regalar en esta Navidad. Que puedas encontrar mi corazón de la mejor manera preparada para que desde en el centro de mí corazón puedas habitar Tú.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Preparar mi corazón para recibir al Niño Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Nacimiento de Juan el Bautista
Nacimiento de Juan el Bautista - Junio 24 - Lucas 1, 57-66.80.
El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre
"Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. El pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel."
Reflexión
Como a toda mujer encinta, a Isabel le ha llegado su hora. Dentro de la historia, el alumbramiento de una mujer constituye un hecho absolutamente normal, aunque gozoso para los padres y los parientes.
Nuestro caso presenta, sin embargo, un aspecto diferente. Los padres eran ancianos; y la mujer, estéril. Por eso, dentro de los límites humanos, era imposible una concepción y un nacimiento. Pero ante Dios no existen cosas imposibles. Por eso, los ancianos han podido recibir el don de un niño.
Para entenderlo totalmente debemos tener en cuenta otro dato: lo que al autor del evangelio le interesa no es el detalle histórico de los padres ancianos o el hecho biológico de la esterilidad. Esos datos ya se encuentran de una forma ejemplar en la historia de Abraham y Sara. Lo que interesa es que estos hechos transmiten una certeza fundamental: la convicción de que Juan Bautista no ha sido simplemente el resultado de una casualidad biológica.
El texto presupone que en el nacimiento de Juan han intervenido dos factores. Actúa, por un lado, la realidad humana de los padres que se aman. Al mismo tiempo, influye de manera decisiva el poder de Dios que guía la historia de los hombres. La prueba de ese poder es el milagro de la fecundidad de unos ancianos. Su resultado, el nacimiento de Juan Bautista. Es él quien, dentro de la línea de los profetas de Israel, prepara de una manera inmediata el camino de Jesús.
Sobre este fondo se entiende perfectamente la historia del nombre. Siguiendo la tradición de la familia y suponiendo que el niño les pertenece, los parientes quieren llamarlo Zacarías. Los padres, sin embargo, saben que el niño es un regalo de Dios y Dios le ha destinado a realizar su obra. Por eso le impone el nombre de Juan, como se lo ha indicado el ángel (1,13).
Y Juan significa: “Dios es misericordioso”. Por medio de este niño, Dios se manifiesta realmente misericordioso para con sus padres. Y se manifiesta más misericordioso aún para con el mundo, porque le regala el Precursor de su propio Hijo Divino.
En toda la historia bíblica - recordemos p.ej. los casos de Abraham o de Pedro - la imposición de un nombre por parte de Dios (o de Jesús) significa la elección y nombramiento para una misión extraordinaria. Entonces, desde su mismo nacimiento, llevando el nombre que Dios le ha señalado, Juan aparece como un elegido que debe realizar esa gran misión que Dios le ha encomendado.
Ahora termina la mudez de Zacarías. La mudez era un signo de la verdad de las palabras del ángel que le anuncia el nacimiento de un niño. Ante la presencia de Dios, la realidad humana ha de callar, terminan las objeciones, se acaban las resistencias. Como signo de la obra de Dios que al actuar pone en silencio las cosas de este mundo, está la mudez de Zacarías.
Pero una vez que se realiza esa obra de Dios, una vez que al niño se le pone el nombre señalado, viene de nuevo la palabra. Las primeras palabras que pronuncian los labios abiertos de Zacarías son un canto de alabanza.
En el nacimiento del Precursor se anuncia el tiempo de salvación, el tiempo de proclamar las maravillas de Dios. Del pequeño círculo de los vecinos y parientes, sale y se extiende por toda la montaña de Judea la noticia de los acontecimientos extraordinarios. La noticia y el mensaje de salvación buscan extenderse a espacios cada vez más amplios. Tiene el destino y la fuerza de conquistar el mundo.
Queridos hermanos, el Evangelio de hoy termina diciendo: “la mano de Dios estaba con él”. Creo que Dios estará también con nosotros, si preparamos como Juan los caminos del Señor.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Pidamos la gracia del estupor contemplando el pesebre
Catequesis del Papa Francisco, 23 de diciembre de 2020
Como cada miércoles, esta mañana el Pontífice ha celebrado su Audiencia General y ha pronunciado una catequesis propia para este tiempo en el que nos encontramos, ofreciendo algunos puntos para prepararse a la celebración de la Navidad. El primer punto de reflexión ha sido el consumismo que ha secuestrado la Navidad: “Es importante que no se reduzca a fiesta solamente sentimental o consumista, rica de regalos y de felicitaciones pero pobre de fe cristiana. Por tanto, es necesario frenar una cierta mentalidad mundana, incapaz de captar el núcleo incandescente de nuestra fe”. Francisco, insiste en que el cristiano “sabe que la Navidad es un evento decisivo, un fuego perenne que Dios ha encendido en el mundo, y no puede ser confundido con las cosas efímeras” de hecho - dice - incluso quien no cree “percibe la fascinación de esta festividad”. Por otro lado recuerda que la Navidad también nos invita a reflexionar, por una parte, sobre la dramaticidad de la historia, “en la cual los hombres, heridos por el pecado, van incesantemente a la búsqueda de verdad, de misericordia, de redención”; y, por otro lado, sobre la bondad de Dios, “que ha venido a nuestro encuentro para comunicarnos la Verdad que salva y hacernos partícipes de su amistad y de su vida”. Además, continúa el Papa: “Dios no nos ha mirado desde arriba, no ha pasado de largo, no ha sentido asco por nuestra miseria, no se ha revestido con un cuerpo aparente, sino que ha asumido plenamente nuestra naturaleza y nuestra condición humana. No ha dejado nada fuera, excepto el pecado: toda la humanidad está en Él” y esto - señala - “es esencial para comprender la fe cristiana”.
Dejarse llevar por el estupor de como ha venido nuestro Salvador al mundo
Al final de su catequesis, Francisco ha insistido en la importancia de reflexionar delante del pesebre: “el pesebre es una catequesis de aquella realidad, de aquello que ha sucedido en aquel año, aquel día, que hemos escuchado en el Evangelio”. En este sentido, el Pontífice ha invitado a retomar la Carta Apostólica que escribió el año pasado “Admirabile signum” (Signo admirable) y siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, nos convirtamos un poco en niños y permanezcamos contemplando la escena de la Natividad, para dejar que renazca en nosotros el estupor por la forma “maravillosa” en la que Dios ha querido venir al mundo. De hecho - subraya - “pidamos la gracia del estupor”, pues esto “hará renacer en nosotros la ternura”, esa que “solo nos puede traer Dios” y que hoy “necesitamos”: “¡tenemos tanta necesidad de caricias humanas, delante de tantas miserias!” ha exclamado Francisco.
“Si la pandemia nos ha obligado a estar más distantes, Jesús, en el pesebre, nos muestra el camino de la ternura para estar cerca, para ser humanos. Sigamos este camino”: es la recomendación final del Pontífice en este 23 de diciembre.
Oraciones para la cena de Navidad
Una manera especial de bendecir los alimentos en una fecha muy especial
Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.
Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.
Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.
Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.
Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
San José, te damos gracias.
Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor,
Amén.
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Oración de la familia ante el Nacimiento en la Nochebuena (Antes de las 12)
Lector 1:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:
En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar.
Gracias por las personas que trabajan con nosotros.
Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza.
Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.
Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.
Lector 2:
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.
(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).
Lector 3:
Santísima Virgen Maria, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que dia a dia intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.
Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén
Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave Maria, 1 Gloria
Fuente: Navidad es Jesús
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Padre Celestial, gracias por enviar a Tu Hijo Jesús a la tierra. No sólo celebramos su nacimiento en un pesebre, sino también la razón de Su venida – Su muerte en la cruz. Te damos gracias por proveer vida eterna a cada uno de los que aceptan Su regalo de salvación.
Padre, te doy gracias por mi familia. La vida no es siempre fácil para nosotros, pero sabemos que Tú siempre estás con nosotros.
Como dice Tu Palabra, Tú nunca nos dejarás ni nos abandonarás. Gracias por el amor que nos mantiene unidos y por siempre satisfacer nuestras necesidades. Acércanos más en el año por venir. Te amamos y deseamos que nuestra celebración hoy sea memorable. En el nombre de Jesús, Amén.
Ya casi está todo listo para Navidad ... ¿y nuestros caminos?
Estamos corriendo, para que no se nos olviden las hasta hemos hecho una lista para que no se nos olviden las "cosas" que tenemos que hacer.
¡YA TE FALTA POCO PARA NACER.... OH, SEÑOR DE LA HISTORIA!
Al final del Adviento... ¿Cómo estás nuestros caminos?
Todos sabemos que falta poco para que llegue la Navidad....y ahí andamos corriendo, hasta hemos hecho una lista para que no se nos olviden las "cosas" que tenemos que hacer, regalos, alimentos para la cena de Nochebuena o la comida de Navidad.... ¡y los turrones!, ah, eso si no nos pueden faltar y los vinos....otra cosa importante para brindar....
Cada quién, según sus posibilidades, trataremos que esa noche o día, se pueda celebrar lo mejor posible y sobre todo, si es que llega a ser en nuestra casa, quedar con el mejor de los éxitos....
Todo esto está muy bien, pero.... ¿Cómo están nuestros caminos? Los "caminos" de nuestro interior, los "caminos" de nuestro corazón....
Hace muchísimos años, Juan, comenzó a predicar la penitencia, un bautismo para el perdón de los pecados y su arrepentimiento, es tiempo de mortificación por eso vemos que los sacerdotes visten de color morado al celebrar la misa, y todavía muchos miles de años antes, podemos leer al profeta Isaías: "Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios".
Es ahora cuando ha llegado nuestro tiempo... ¿Cómo preparamos esos "caminos"... sin allanar las crestas de nuestra soberbia, de nuestra altanería... sin poner rectos nuestros deseos de ambición cambiándolos por generosidad, sin suavizar esa aspereza pidiendo perdón o dándolo con un gesto de amor....?
Es el momento de pensar, de "bucear" en nuestro interior para ver si nos hace falta cambiar nuestro modo de ser, cambiar nuestra vida... para poder ofrecer "algo", para poder "regalarle" algo al Hijo de Dios que ya no tarda en llegar, que ya no tarda en aparecer en nuestra Historia, siendo El el Señor y Dueño de la misma, y sin embargo
lo vamos a ver naciendo en la más profunda humildad y solo ý únicamente por amor.
Es tiempo de regalar. y de recibir regalos..., todo está bien.
Pero El solo vino a buscar mi corazón para que lo ame.... ¿se lo daré?......
PRECES
A las puertas de la Navidad, levantemos nuestros corazones a Dios:
R/MTe rogamos, óyenos.
Para que la Iglesia pueda superar las dificultades con las que se encuentra,
– y lleve a todos los hombres la Buena Noticia del reino.MR/
Para que los gobernantes dejen de lado sus intereses,
– y se esfuercen por el bien común.MR/
Para que las familias profundicen en su amor,
– y de esa forma evangelicen su entorno.MR/
Para que el gozo de estos días nos haga portadores de alegría a quienes nos rodean,
– y para que todos los hombres seamos signo de esperanza.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
ORACIÓN
Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que lo esperan todo de tu amor. Tú, que vives y reinas con el Padre.