¡Soy yo en persona! Palpadme

Perfecto de Córdoba, Santo

Presbítero y Mártir, 18 de abril

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Perfecto, presbítero y mártir, que fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo. ( 850)

Breve Biografía

Fue el primero de los mártires cristianos que ocasionó la persecución de Abd al-Rahman II, el emir de al-Andalus, hijo y sucesor de Al-Hakam I, en el año 850. San Eulogio, contemporáneo suyo, comienza con el relato de su martirio el Memorial de los mártires.

Hijo de padres cristianos y nacido en Córdoba, conocedor del idioma árabe, aparece vinculado a la Iglesia de san Acisclo donde se formó y se ordenó de sacerdote, cuando es pleno el dominio musulmán.

En el año 850 se abre una etapa de mayor rigor e intransigencia musulmana que rompe la convivencia hasta el momento equilibrada entre las poblaciones monoteístas de la ciudad. El presbítero Perfecto encabeza la lista de los mártires cordobeses del siglo IX.

En los comienzos del 850 le rodea un malintencionado grupo de musulmanes; le preguntan su parecer acerca de Cristo y de Mahoma. Perfecto expresó con claridad su fe en Jesucristo: Jesucristo es el Señor, sus seguidores están en la verdad, y llegarán a la salvación; la Ley de Cristo es del Cielo y dada por el mismo Dios. "En cuanto a lo que los católicos piensan de vuestro profeta, no me atrevo a exponerlo, ya que no dudo que con ello os molestaréis y descargaréis sobre mí vuestro furor". Pero, ante su insistencia y con la promesa de impunidad, con la misma claridad expone lo que pensaba sobre quien ellos tenían como profeta: Mahoma es el hombre del demonio, hechicero, adúltero, engañador, maldito de Dios, instrumento de Satanás, venido del infierno para ruina y condenación de las gentes. Han quedado sus interlocutores atónitos, perplejos y enfurecidos.

¿Cómo podrán soportar que se llame al profeta Mahoma mentiroso y a su doctrina abominación? ¿Aceptarán oír que quienes le siguen van a la perdición, tienen ciego el entendimiento y su modo de vivir es una vergüenza?

Le llaman traidor, le llevan al cadí y entra en la cárcel.

Allá, junto al Gaudalquivir, el 18 de abril del 850, en el sitio que se llamó "Campo de la Verdad" por los muchos mártires que se coronaron, fue degollado por odio a la fe que profesaba,.

Luego se enterró su cadáver en la iglesia de san Acisclo y sus restos se trasladaron más tarde -en el 1124- a la iglesia de san Pedro.
Su muerte ejemplar alentó a los acorralados y miedosos cristianos. Desde este martirio, habrá quienes se acerquen voluntariamente a los jueces.

Además de claridad en los conceptos, hay exactitud en las palabras y lo que es más importante coherencia en las obras. Quizá los "hábiles dialogantes" de hoy tildaríamos a Perfecto de "imprudente" por nuestra extraña cobardía que pega al suelo; pero, si la prudencia es virtud que acerca al cielo, Perfecto fue un hombre prudente. La verdad tiene un camino y, cuando Perfecto abría la boca, en su simpleza, sólo sabía decir la verdad. No es bueno confundir la tolerancia con la indiferencia.

Jesús es fuente de paz

Santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48. Domingo III de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, enséñame a conservar tu paz, a pesar de las circunstancias adversas.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48

Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: «No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo». Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?». Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.

Después les dijo: «Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos».

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: «Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Una de las experiencias más enriquecedoras que podemos tener, como seres humanos, es el poder experimentar la verdadera paz en el corazón, una paz que nos da serenidad, tranquilidad, alegría, goce; pero que a su vez es una paz difícil de encontrar. Muchas veces nos parece ajena, imposible en los momentos de dificultad, sentimos temor, nos encontramos desconcertados como lo estuvieron también los apóstoles, nos surgen preguntas, ya que no tenemos las seguridades humanas y, por tanto, no sabemos qué sucederá.

Ante estos momentos, de incertidumbre o de pérdida de paz, el Señor hoy nos quiere mostrar dos maneras de vivir que nos pueden ayudar. En primer lugar, hay que poner en práctica la visión sobrenatural de fe, lo cual quiere decir que, si Jesucristo murió y resucitó por cada uno de nosotros, Él es la fuente de la paz; lo único que tenemos que hacer es confiar más en Él pues su muerte es redención de aquello que nos quita la paz, el pecado.

En segundo lugar, para no perder la paz, tenemos que conservar en todo momento la esperanza, pues por Dios hemos sido creados y, por ende, nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Él como nos enseña san Agustín.

«La paz os dejo, mi paz os doy; Yo no os la doy como el mundo la da». (Juan 14,27)

«En la Cruz, ha cargado con todo el mal del mundo, también con los pecados que generan y fomentan las guerras: la soberbia, la avaricia, la sed de poder, la mentira… Jesús ha vencido todo esto con su resurrección. Cuando se apareció en medio de sus amigos les dijo: «Paz a vosotros» (Jn 20,19.21.26). Nos lo repite también a nosotros aquí, en esta noche: «Paz a vosotros». Sin ti, Señor, vana sería nuestra oración y engañosa nuestra esperanza de paz. Pero tú estás vivo y obras para nosotros y con nosotros; tú, nuestra paz».

(Homilía de S.S. Francisco, 23 de noviembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy mantendré la paz, a pesar de las dificultades que afronte.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Nombramientos pontificios para España y Perú

Información del Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Tal como se informa en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la administración ordinaria de la Iglesia el Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis metropolitana de Sevilla, en España, presentada por Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina. Y nombró en su lugar a Monseñor Josep Àngel Saiz Meneses, trasladándolo de la diócesis de Terrassa.

Monseñor Josep Angel Saiz Meneses
Monseñor Josep Angel Saiz Meneses nació el 2 de agosto de 1956 en Sisante (Cuenca). Realizó sus primeros estudios eclesiásticos en el seminario de la archidiócesis metropolitana de Barcelona. Tras ser trasladado al seminario de Toledo, fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1984 para la archidiócesis primada de España. En 1989 se incardinó en Barcelona y se licenció en Teología por la Facultad de Teología de Cataluña.

Desempeñó los siguientes cargos: vicario parroquial y párroco en la archidiócesis metropolitana de Toledo (1984-1989); en Barcelona fue vicario parroquial de Sant Andreu de Palomar (1989-1992), rector de la Virgen del Rosario en Cerdanyola del Vallés (1992), responsable de la pastoral universitaria en la Universidad Autónoma de Bellaterra (1992), asesor del Movimiento Cursillos de Cristiandad (1994-1996), secretario general y canciller de la Curia (2000-2001). El 30 de octubre de 2001 fue nombrado obispo titular de Selemsele y auxiliar de Barcelona y consagrado el 15 de diciembre siguiente. El 15 de junio de 2004 se convirtió en el primer obispo de la recién erigida diócesis de Terrassa.

En la Conferencia Episcopal Española fue miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado de los Laicos (2002-2017); miembro de la Comisión de Enseñanza y Catequesis (2002-2005); miembro de la Comisión de Vida Consagrada (2005-2008); presidente de la Comisión de Seminarios y Universidades (2008-2014); miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral (2017-2020). Desde marzo de 2020 es miembro del Comité Ejecutivo y de la Comisión Permanente.

Por otra parte, el Santo Padre nombró hoy obispo de la diócesis del Callao en Perú, a Monseñor Luis Alberto Barrera Pacheco, M.C.C.J., trasladándolo de la diócesis de Tarma.

Monseñor Luis Alberto Barrera Pacheco
Monseñor Luis Alberto Barrera Pacheco, M.C.C.J., nació el 16 de noviembre de 1966 en Gorgor, Cajatambo, diócesis de Huacho. Hizo su profesión solemne con los Misioneros Combonianos el 19 de noviembre de 1994. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1995. Estudió filosofía y teología en el Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII de Lima.

Ocupó los siguientes cargos: de 1996 a 2000, párroco de Santa Ana de Dekoa, diócesis de Kaga-Bandoro, República Centroafricana; de 2001 a 2007, formador de postulantes combonianos en Bangui, República Centroafricana; de 2011 a 2016, Superior provincial de los combonianos para Perú y Chile; y de 2012 a 2016, vicepresidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos en Perú. Elegido obispo de Tarma el 25 de octubre de 2016, fue ordenado obispo el 18 de diciembre siguiente.

Nuevos consultores de la Congregación para las Causas de los Santos
Además, el Pontífice nombró consultores de la Congregación para las Causas de los Santos a los reverendos Vito Mignozzi, decano de la Facultad de Teología de Apulia (Italia) y John Mockler, doctor en Teología espiritual.

¿Homeopáticos u homeomágicos?

Análisis médico-científico sobre la panacea esperanzadora del siglo XXI

En el mundo que conocemos el experimento más sencillo nos enseña que diluyendo un colorante nunca se obtiene un color más intenso. Tampoco sucede que al añadir menos azúcar al café se vuelva más dulce y sabroso. ¡Ojalá fuese así! Esto lo saben muy bien, desafortunadamente, todos aquellos diabéticos que llevan una dieta limitada en glucosa y sus derivados.

Este principio tan intuitivo parece caer en el olvido cuando se habla de la panacea esperanzadora del siglo: la homeopatía. Son millones de hombres, mujeres y niños que confían en estas prácticas, y no podemos imaginarnos la cantidad de médicos que utilizan esta homeopatía como filosofía de vida.

Existen también todas las farmacias, mejor dicho, para-farmacias, que añadieron el término “homeopáticas” en sus letreros, y numerosos hospitales denominados “homeopáticos”. En Italia en 1998 se contaban más de 6.000 médicos homeópatas y más de 4 millones de personas que utilizaban estos recursos (Diario italiano “Il Giornale”, 5 de diciembre de 1998). Actualmente uno de cuatro italianos utiliza la homeopatía.

Una comisión gubernativa de Australia concluía así su investigación sobre las llamadas “terapias homeopáticas”: “no existe ni un solo ejemplo en toda el área de la farmacología en el cual una sencilla dilución de un medicamento pueda inducir un aumento de la respuesta del mismo” (cf. Branson Hopkins, Homeopathy-some things are not what they seem, Jubilee-Wellington, New Zeland, p.13). Se podría irónicamente decir: ¡ojalá estos productos llevaran consigo algo del medicamento!

Es importante distinguir la homeopatía de la medicina natural. La medicina natural está basada en remedios fitoterapéuticos (medicamentos extraídos de las plantas) y representan el fundamento de la medicina occidental. Actualmente se denomina “tradicional” (en antítesis a la homeopatía y a muchas otras denominaciones).

La homeopatía es definida, por los mismos que la practican, como un método terapéutico enraizado en el principio hipocrático de la “ley de similitud” (similia similibus curantur) oportunamente manipulado. Cada sustancia, repiten los homeópatas, capaz de provocar síntomas en un sujeto sano, puede, a dosis muy reducidas, curar aquellos mismos síntomas en un sujeto enfermo. Si fuese verdaderamente así, no habría ningún problema.

El pequeño inconveniente se encuentra justo en el sentido de “dosis muy reducidas”. Sí, porque el otro gran descubrimiento de la “ciencia” homeopática es que diluyendo un principio activo (un medicamento) hasta llegar a tener la certeza físico-matemática y estadística de no encontrarlo, la solución que queda conservaría su eficacia terapéutica.

La ciencia nos demuestra que si una solución es sometida a un suficiente número de diluciones se llegará al tal punto en el cual no quedará ninguna molécula de esta sustancia en la solución. Esto se puede deducir racionalmente, incluso utilizando el famoso número de Avogadro, que establece que en un gramo-molécula están presentes 6 X 10^23 moléculas. Es decir que el número de moléculas presentes en una solución no es un número infinito y que es posible establecer el número de moléculas de una determinada sustancia que están presentes en una solución.

Cuando el límite dado por el número de Avogadro es superado, el número de moléculas presentes en la solución es cero.

Puestas estas premisas, se puede pasar a una demostración formal. Los que están familiarizados con “recetas” homeopáticas conocen muy bien la terminología “CH”. Esta sigla se refiere al grado de dilución de la mezcla de medicamentos prescritos. Pero, ¿a qué corresponde en lenguaje científico? Aquí se pueden consultar las tablas homeopáticas de conversión.

El límite de Avogadro es superado indudablemente a CH12. Para darse cuenta de esto consideremos, por ejemplo, un valor de CH22. Esto corresponde a una dilución 1 entre 100.000.000.000.000.000.000.000.000.000 Km3, es decir, usando una imagen, equivaldría a tener una sola molécula de medicamento en un volumen de agua o de solución de 73.333,3… billones de veces el volumen de toda el agua contenida en los océanos del globo terrestre. Y esto simplemente hablando de CH22. La mayoría de las “recetas” homeopáticas tienen CH100, CH200, etc.

No se puede sostener fácilmente que pueda ser eficaz un remedio que sólo contiene el equivalente de un mililitro de solución madre diluido en un ideal balón de agua cuyo diámetro debería ser de 140 años luz, unos 8 minutos la distancia que nos separa del sol, y sólo se trata del CH60.

Todo esto puede justificar las afirmaciones de eminentes científicos sobre la homeopatía. Presentamos algunos aquí. El Prof. Renato Dulbecco, Premio Nobel de Medicina en 1975, define así los productos homeopáticos: "líos sin valor". Rita Levi Montalcini, Premio Nobel de Medicina en 1986, considera la homeopatía una "así llamada terapia" cuyo principal valor es "ilusionar a los pacientes animándolos a recurrir a una curación que no tiene ningún fundamento científico”.

Entonces, se preguntaba el profesor Silvio Garattini, director del Instituto de Búsquedas Farmacológicas "Mario Negri" de Milán, “¿qué contienen aquellas bonitas latas multicolores que se encuentran en las farmacias?” Y se respondía sencillamente: “contienen todas la misma cosa: ¡nada!"

Si desde el punto de vista de las ciencias “tradicionales” nada de efectivo está, ni estará presente en estas “medicinas” homeopáticas, nos podríamos entonces preguntar en qué se fundan las “razones” de los homeópatas.

La respuesta quizás se puede vislumbrar en las palabras mismas del doctor George Vithoulkas, autor varios libros sobre la homeopatía. Él afirma que en las diluciones de la homeopatía el efecto curativo no es por un cierto material, sino implica otros factores, que el autor llama “una energía" (cf. George Vithoulkas, Homeopathy, The Holistic Health Handbook, Berkeley Holistic Health Center, Berkeley, Calif., And/OrPress 1978, p. 89).

Aquí llegamos, por fin, a la segunda “ley” de la homeopatía, la así llamada “dinamización”. Esta consistiría en la presencia, no científica y comprobable, de los "cuántos de energía" en la preparación homeopática, incluso no existiendo, por las elevadas diluciones, una sola molécula del medicamento. Esta supuesta “ley” equivale a una verdadera concepción mágica de la realidad. Se perfila como la puerta de entrada al concepto de “energía universal” característico de las filosofías orientales y esotéricas.

Como bien resumía Mirella Poggialini en un artículo publicado el 26 de septiembre de 1996 en el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana Avvenire (Omeopatia, medicina o magia?): “cuando ya no está presente la materia que está a la base del remedio, queda, sin embargo, (dicen los homeópatas) el espíritu del remedio". Para la misma escritora está claro el intento panteístico, mágico y esotérico del “remedio”, totalmente incompatible con la fe cristiana.

Entonces, "la homeopatía es un método diagnóstico y curativo basado sobre la ley de los parecidos, es la medicina "de la persona", no "de los órganos", insisten los homeópatas. Esta definición tan aproximada está llena de malas informaciones y de medias verdades, construidas a propósito para convencer a los lectores más desprevenidos.

Nadie duda que la homeopatía no sea la "medicina de los órganos", hay que dudar sin embargo que pueda ser "la medicina de la persona", sí, porque el "nada" sólo puede ser la medicina de la "nada”.

Podríamos citar las muchísimas publicaciones científicas que destruyen en manera definitiva los presuntos “fundamentos” de la homeopatía. Se puede consultar, por ejemplo, todos los estudios de “meta-análisis” comparadas de: Lancet, vol. 350, del 20 de septiembre de 1997, pp. 834-843; Lancet, 341, pp. 1601-06, 1994; Lancet vol. 345, 28 de enero de 1995; British Journal Clinical Pharmacology, n. 27, 1989, pp.329-335; Lancet, 5 de marzo de 1988, pp.528-529; Lancet, 1° de enero de 1983 pp. 97-98; etc.

La conclusión parece obvia, reconociendo la falta de eficacia de todas las “terapias” homeopáticas tomadas en consideración, se deduce una clara indicación para los médicos, sean homeópatas o “tradicionales”. Tal invitación es que estos remedios no tienen que prescribirse si no se quiere engañar, en lugar de curar, al paciente.

Desde la perspectiva del profesor Silvio Garattini, director del Instituto de Búsquedas Farmacológicas "Mario Negri" de Milán, "la homeopatía utilizada mientas que se está bien o se tienen molestias menores o pasajeras es un simple acto de creencia o falta de conocimientos científicos. Más grave es el problema del empleo de los medicamentos homeopáticos para enfermedades graves que pueden, en muchos casos, mejorar usando los fármacos tradicionales. Estos recursos homeopáticos pueden llevar a un empeoramiento de la enfermedad hasta el punto de "no regreso". El científico advierte que “aún más grave es la actitud de los padres que utilizan, con la excusa de la libertad de para elegir las medicinas, los remedios homeopáticos para los niños, perjudicando en varios casos la salud de ellos”.

El profesor Giovanni Federspil, catedrático de Medicina Interna de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Padua, “la práctica médica alternativa de la homeopatía representa uno de los máximos problemas de la medicina actual que requiere una discusión racional para aclarar los puntos más equivocados y de tinieblas”.

Tomando pie del texto de la conferencia que el Papa Benedicto XVI iba a pronunciar durante su visita a la Universidad de Roma "La Sapienza”, el jueves 17 de enero de 2008, podemos concluir así: “la medicina aunque era considerada más como "arte" que como ciencia, sin embargo, su inserción en el cosmos de la universitas significaba claramente que se le situaba en el ámbito de la racionalidad, que el arte de curar estaba bajo la guía de la razón, liberándola del ámbito de la magia. Curar es una tarea que requiere cada vez la razón simplemente, pero precisamente por eso necesita la conexión entre saber y poder, necesita pertenecer a la esfera de la ratio”.

¿A qué ratio pertenece la homeopatía?

Por amor a la misma persona humana de cada paciente es importante volver a la unidad del cuerpo y alma (Gaudium et Spes, n. 14), unidad de racionalidad y voluntad, a una visión objetiva de la realidad, sin misticismos dañinos, ni creencias mágicas, peligrosas y destructoras.

¿La veneración de imágenes en la Iglesia Católica es una idolatría?

La idolatría no es igual a la veneración imágenes, es mucho más que eso. Los cristianos católicos no adoramos imágenes

Los católicos no adoramos imágenes, creemos en la Veneración de imágenes que es algo completamente distinta. El capítulo 20 del libro del Éxodo nos muestra la proclamación del Decálogo, la Alianza entre Dios y su pueblo. En ella encontramos un mandamiento al cual le dan mucha importancia nuestros hermanos no católicos (los que solemos llamar protestantes o hermanos separados). Ellos, al hacer la enumeración de los mandamientos, distribuyen el texto de modo distinto a nosotros, para ellos hay un mandamiento específico que es el que empieza con estas palabras:

“…No te fabricarás ídolos, ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra”,

Normalmente, en discusión sobre este tema, nos califican a los católicos de ser idólatras, tomando como base que allí dice que no nos hagamos imágenes para el culto y que cuando nosotros hacemos imágenes somos desobedientes a Dios y, por tanto, no somos el pueblo escogido por Él.×

Quisiera que ellos tuvieran razón, quisiera que el problema de la idolatría fuera tan simple como evitar el yeso, el plástico, la madera o el mármol. Si el problema de las imágenes fuese una cosa tan sencilla ¡qué fácil sería la religión! Pero el tema es mucho más complejo y lo es en dos sentidos:

1.- El mismo Dios que dijo esto, luego mandó que se hicieran unas cuantas imágenes.

Al mismo Moisés le dijo en el libro de los Números que hiciera una serpiente de bronce. También le da instrucciones precisas para construir imágenes de querubines (seres celestiales) para colocarlos en el arca de la alianza. Quien ordenó esto fue el mismo Dios que inicialmente había dicho: “No te fabriques ídolos ni imagen alguna”, entonces ¿qué hacemos con esa aparente contradicción?

2.- El verdadero problema de las imágenes no es el yeso, ni la madera, ni el mármol, ni la piedra.

El problema real es que nosotros nos quedemos sólo en la imagen, lo cual no se resuelve suprimiendo los objetos, esto no suprime el problema que tiene el corazón humano de quedarse con ídolos.

Este tema es de la idolatría es mucho más amplio, más profundo, más complejo, porque vivimos teniendo ídolos. De modo que un no católico que tal vez reniega de todo tipo de imágenes, no por eso queda libre de todo tipo de ídolos. La idolatría no es equivalente a construir imágenes.

¿Cómo debemos entender este texto?

Debemos entenderlo como una primera elaboración pedagógica que quiere conducir al pueblo a la conciencia de que Dios siempre es más. A través de la legislación, Dios quiere conducir de la mano al pueblo para que aprenda lo que significa vivir en la verdad y en alianza con Dios.

¿Cómo tenemos que cumplir el mandamiento de las imágenes?

Teniendo conciencia plena de que Dios es más que todo aquello que ahora podemos contemplar, poseer, conocer y dominar. Dios es más que todo esto. Al contemplar nuestras instituciones, construcciones académicas, preferencias litúrgicas, estilos de evangelización, títulos adquiridos, seguridades temporales, personajes admirados... es decir, ante cualquier realidad creada, debemos repetirnos una y otra vez: ¡Dios es más! ¡Dios es el totalmente otro! ¡Dios es el que está siempre más allá! ¡Dios es el completamente trascendente!

Ese es el sentido profundo de este mandamiento, comprender y enraizarnos en esa absoluta trascendencia de Dios por sobre todo lo que hoy vemos y conocemos, es la manera de preservar nuestra fe en que ¡sólo Dios es Dios! Ese es el verdadero sentido de esta formulación, y ahí nos damos cuenta que eso es más intenso y más complejo que solo evitar yesos, maderas o plásticos.

Es más intenso porque es un ejercicio continuo donde tengo que preguntarme una y otra vez si la idea que tengo de Jesús es el verdadero Jesús, o una imagen falsa que me estoy haciendo a mi medida para satisfacer y justificar mi forma de vivir.

Es por ello que tengo que volver continuamente a la Palabra para que cuestione, agriete, derribe la imagen que tengo y me enseñe al verdadero Cristo, que es siempre más. Porque Jesús, “Dios con nosotros”, supera todo lo que pueda pensar:

Si quiero quedarme con un Jesús filósofo o pensador, voy a los Evangelios y encuentro una serie de textos y digo, no, me quedé corto, Cristo es más.

Tengo la idea que Cristo es un revolucionario social, si lo es en un sentido, pero voy a la Biblia, a los Evangelios y digo, no, Jesús es más que eso.

Miro a Jesús, aquel que tiene poder para curar las enfermedades, veo en El al gran taumaturgo, el gran obrador de milagros, pero voy ahí y digo: no, espérate, es que en la Pasión no hizo ningún milagro. Jesús es, también, más que eso.

Este mandamiento nos pone en un itinerario sin fin, nos pone en una purificación continua, porque lo que entiendo de servir a Cristo, y de quién es Cristo, y cómo quiere Dios que viva, continuamente lo tengo que estar revisando y permitir que Dios derribe mis esquemas, tengo que redescubrir a Jesucristo.

¿Quién es Cristo?

Tal vez tú creas que no tienes falsas imágenes de Cristo, también los discípulos creían que ya lo conocían, pero ante cada experiencia tenían que volver a replantearse lo que hasta ahora pensaban tener claro: creen que ya lo conocen, pero de repente este hombre se levanta todavía adormilado en medio de la tormenta y le manda al viento y al mar embravecido que se aquieten, así mueve las bases de los discípulos y de nuevo ellos se preguntan: “¿y este quién es?” Luego llega la transfiguración y de nuevo la cuestión: “¿y este quién es?” Para que posteriormente, en el momento doloroso de la cruz se resquebrajen todas las seguridades y vuelva a surgir: “¿y este quién es?”

Jesús es el que siempre está por descubrir, por conocer, y lo más hermoso de nuestra vida cristiana y especialmente de nuestra vida religiosa es eso, Jesús ¿Quién es Jesús?, es el que está siempre por conocer.

San Ignacio de Antioquia, obispo y mártir del circo Romano en el año 107, cuando iba camino al martirio decía: “ahora empiezo a ser hombre, empiezo a ser discípulo”, en ese momento antes de entregar su vida por Cristo, aún sentía que estaba empezando.

Dichoso el sacerdote, el religioso, la religiosa, dichoso todo cristiano que después de 20, 30 o 50 años, un día se queda mirando con admiración, con cierta perplejidad el Evangelio y dice: “estoy empezando a conocer a mi Señor, estoy empezando a conocer a mi Maestro”.

Dichoso aquel que no se hace imágenes de Cristo creyendo que ya lo conoce a perfección, sino que entiende que Cristo es más, que es aquel de quien siempre se puede aprender, al cual nunca poseo totalmente, aquel que siempre es nuevo, siempre es actual, siempre resplandece.

Ese es el sentido místico profundo y bello de eso que parece tan elemental, “no te harás imágenes, no te postres delante de ídolos”. Cristo siempre es más y tengo que conocerlo una y otra vez. Cada cosa de mi vida me lleva a descubrirlo de otro modo, como cada cosa de mi vida me lleva a conocerme un poco más.

A veces en nuestra vida suceden pecados escandalosos y vergonzosos que hacen que uno diga ¿cómo fui capaz de hacer eso?. Ya aprendiste otra cosa de ti, aprendiste que era posible que pasara, pero al mismo tiempo mi pecado sirve de ocasión para que redescubra el perdón y el poder transformante de Dios, percibiendo de un modo nuevo quién es Dios.

Cada pecado perdonado, cada alabanza bien hecha, cada acción de gracias de corazón, me lleva a descubrir quién es Dios. Ser creyente es estar descubriendo una y otra vez quién es Aquel que ha transformado mi vida.

Papa Francisco: “Jesús no es un fantasma, es una Persona viva”

© CTV / Aleteia

Vatican News - publicado el 18/04/21

En el tercer domingo de Pascua el Papa Francisco habla de tres verbos que expresan amor: mirar, tocar y comer, y recuerda que ser cristianos “no es una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con el Señor Resucitado” porque lo miramos, lo tocamos y nos alimentamos de Él.

Después de varias semanas, el Pontífice se ha vuelto a asomar este mediodía desde el balcón del Palacio Apostólico para rezar el Regina Coeli junto a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y no desde la Biblioteca Vaticana como lo estaba haciendo, con motivo de las restricciones por la pandemia.

Desde el balcón, en este tercer domingo de Pascua, el Papa Francisco ha reflexionado acerca del evangelio del día según Lucas, donde desde el Cenáculo, en Jerusalén, Cristo resucitado se presenta en medio del grupo de discípulos y los saluda diciendo: «¡La paz con vosotros!», pero “estaban asustados y creían «ver un fantasma»” dice el Papa. Entonces Jesús les muestra las llagas de su cuerpo y dice: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme» y para convencerlos, les pide comida y la come ante su mirada atónita.

Francisco asegura que hay dos detalles en esta descripción: el primero es que “dice el evangelio que los apóstoles por la gran alegría aun no creían, era tal la alegría que tenían que no podían creer que fuera verdad”. El otro detalle que señala el Papa es que “estaban atónitos, sorprendidos, porque el encuentro con Dios siempre te lleva al estupor, va mas allá del entusiasmo y la alegría y estos estaban felices, pero era una felicidad que les hacia pensar: esto no puede ser”.  “Es el estupor de la presencia de Dios – dice el Papa – no se olviden de este estado de ánimo”.

El Pontífice asegura que este pasaje evangélico se caracteriza por tres verbos muy concretos “que en cierto sentido reflejan nuestra vida personal y comunitaria: mirartocar y comer”. “Tres acciones – dice – que pueden dar la alegría de un verdadero encuentro con Jesús vivo”. De hecho – subraya – “este pasaje del Evangelio nos dice que Jesús no es un “fantasma”, sino una Persona viva” y nos recuerda que ser cristianos “no es ante todo una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con él, con el Señor Resucitado: lo miramos, lo tocamos, nos alimentamos de él y, transformados por su amor, miramos, tocamos y nutrimos a los demás como hermanos y hermanas”.

Mirar: uno de los verbos del amor

“Mirad mis manos y mis pies” —dice Jesús. El Santo Padre ha explicado que “mirar” no es solo ver, sino que también implica “intención y voluntad”. Por eso – dice el Papa – es uno de los verbos del amor: “La madre y el padre miran a su hijo, los enamorados se miran recíprocamente; el buen médico mira atentamente al paciente… Mirar es un primer paso contra la indiferencia, contra la tentación de volver la cara ante las dificultades y sufrimientos ajenos”.

Tocar: el amor pide cercanía y contacto

El segundo verbo que señala el Papa es “tocar” y retoma el evangelio de hoy para explicar que, Jesús, al invitar a los discípulos a palparle, para que constaten que no es un fantasma, “les indica a ellos y a nosotros que la relación con él y con nuestros hermanos no puede ser “a distancia”. “No existe un cristianismo a distancia – subraya el Papa – no existe solamente un cristianismo solo en el ámbito de la mirada”. Es más, el Papa asegura que el amor “pide cercanía, contacto, compartir la vida”. De hecho – puntualiza – “el buen samaritano no solo miró al hombre que encontró medio muerto en el camino: se inclinó, curó sus heridas, lo subió a su montura y lo llevó a la posada. Y lo mismo ocurre con Jesús: amarlo significa entrar en una comunión vital y concreta con él”.

Comer en familia y amigos es una expresión de amor

Por último, Francisco habla del verbo “comer” y asegura que “expresa bien nuestra humanidad en su indigencia más natural, es decir, nuestra necesidad de nutrirnos para vivir”. “Pero comer – insiste – cuando lo hacemos juntos, en familia o con amigos, también se convierte en expresión de amor, de comunión, de fiesta”. “¡Cuántas veces los Evangelios nos muestran a Jesús que vive esta dimensión convival! –  exclama el Papa – hasta el punto de que el banquete eucarístico se ha convertido en el signo emblemático de la comunidad cristiana”. Por eso, para el Papa, “comer juntos” es “el centro de la vida cristiana”.

Preces

Jesucristo resucitado nos ayuda a comprender las Escri­turas y a vivir con esperanza. Llenos de alegría, le decimos:

R/M Señor, danos tu luz.

Para que crezcamos en el conocimiento de las Escrituras,

– y ello nos mueva a un amor mayor a ti y a los hermanos.MR/

Para que no falten maestros y predicadores que nos ayuden a conocerte mejor,

– y en sus vidas resplandezca la verdad que enseñan.MR/

Para que el miedo no paralice los impulsos apostólicos y caritativos de los cristianos,

– ni la autocomplacencia los vuelva estériles.MR/

Para que la celebración de este domingo nos llene de alegría y de paz,

– y nos permita gozar del descanso necesario.MR/

Intenciones libres

Padre nuestro…

Oración

Que tu pueblo, oh, Dios, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu, para que todo el que se alegra ahora de haber recobrado la gloria de la adopción filial, ansíe el día de la resurrección con la esperanza cierta de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

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