El que recibe al que Yo envío, me recibe a mí

Catalina de Siena, Santa

Memoria Litúrgica, 29 de abril

Virgen y Doctora de la Iglesia

Patrona de Italia y de Europa

Martirologio Romano: Memoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, que habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado y trabajó también enérgica e incansablemente por la paz, para que el Romano Pontífice regresara a la Urbe y por la unidad de la Iglesia, dejando espléndidos documentos llenos de doctrina espiritual ( 1380).

Etimológicamente: Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

Breve Biografía

Lo que más maravilla en la vida de Santa Catalina de Siena no es tanto el papel insólito que desempeñó en la historia de su tiempo, sino el modo exquisitamente femenino con que lo desempeñó. Al Papa, a quien ella llamaba con el nombre de “dulce Cristo en la tierra”, le reprochaba la poca valentía y lo invitaba a dejar Aviñón y regresar a Roma, con palabras humanísimas como éstas: “¡Animo, virilmente, Padre! Que yo le digo que no hay que temblar”. A un joven condenado a muerte y a quien ella había acompañado hasta el patíbulo, le dijo en el último instante: “¡a las bodas, dulce hermano mío! que pronto estarás en la vida duradera”.

Pero la voz sumisa de la mujer cambiaba de tono y se traducía frecuentemente en ese “yo quiero” que no admitía tergiversaciones cuando entraba en juego el bien de la Iglesia y la concordia de los ciudadanos.

Catalina nació en Siena (Italia) el 25 de marzo de 1347 y era la vigésimo cuarta hija de Santiago y Lapa Benincasa. A los quince años entró a la Tercera Orden de Santo Domingo, comenzando una vida de penitencia muy rigurosa. Para vencer la repugnancia hacia un leproso maloliente, se inclinó y le besó las llagas. A los diecinueve años (1366) celebró su místico matrimonio con Cristo. Esto no se debió a fantasías juveniles, sino que era el comienzo de una extraordinaria experiencia mística, como se pudo comprobar después.

Como no sabía leer ni escribir, comenzó a decir a varios amanuenses sus cartas, afligidas y sabias, dirigidas a Papas, reyes, jefes y a humilde gente del pueblo. Su valiente compromiso social y político suscitó no pocas perplejidades entre sus mismos superiores y tuvo que presentarse ante el capítulo general de los dominicos, que se celebró en Florencia en mayo de 1377, para explicar su conducta.

En Siena, en el recogimiento de su celda, dictó el “Diálogo sobre la Divina Providencia” para tributar a Dios su último canto de amor. En los comienzos del gran cisma aceptó el llamamiento de Urbano VI para que fuera a Roma. Aquí se enfermó y murió rodeada de sus muchos discípulos a quienes recomendó que se amaran unos a otros. Era el 29 de abril de 1380: hacía un mes que había cumplido 33 años.

Fue canonizada el 29 de abril de 1461. En 1939 fue declarada patrona de Italia junto con San Francisco de Asís, y el 4 de octubre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia, y el 1 de Octubre de 1999 S.S. Juan Pablo II la declaró Patrona de Europa.

Además Santa Catalina tiene los siguientes patronatos:
° contra los incendios;
° contra los males corporales;
° contra la enfermedad;
° contra los abortos involuntarios;
° contra las tentaciones;
° Allentown, Pennsylvania;
° para la prevención de incendios;
° de los bomberos;
° de las enfermeras;
° de las personas ridiculizadas por su piedad;
° de los enfermos.

Oración
Bendita y amada del Señor,
y gloriosa santa Catalina:
por aquella felicidad que recibisteis de poder unirte a Dios
y prepararte para una santa muerte,
alcanzadme de su divina Majestad
la gracia de que purificando mi conciencia

con los sufrimientos de la enfermedad
y con la confesión de mis pecados,
merezca disponer mi alma,
confortándola con el trance terrible de la muerte,
y poder volar por ella a la eterna bienaventuranza de la gloria. Amén.

El puesto del servidor auténtico

Santo Evangelio según san Juan 13, 16-20. Jueves IV de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

María, llévame hacia el Corazón de tu Hijo y enséñame a escuchar sus latidos. Tú conoces mejor que nadie a Cristo: ayúdame a imprimir su imagen en mí para transmitir su amor a mis hermanos. Así sea.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20

En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: «Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.

No lo digo por todos ustedes, porque Yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.

Yo les aseguro: el que recibe al que Yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Termina la cena y alguien tiene que levantarse a lavar los platos. Esto es lo ordinario en casa. Pero Cristo va más allá: se levanta, se quita el manto –signo de su dignidad– pero no lava platos: lava pies… Toma el puesto del sirviente. Quiere llegar al fondo de la humildad.

«Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.» (Mt 11, 29) Tú, Jesús, me enseñas con tu ejemplo. Así puedo conocer lo que de verdad hace dichoso. Porque sólo es dichoso el que se entrega sin reservas, el que ama hasta dar la vida, el que vive para servir. Alguien tenía que redimir al ser humano y Tú has tomado este puesto. Alguien tenía que expiar el pecado del mundo y Tú has aceptado la cruz.

Me has escogido, Señor, para enseñar esto a los demás con mis palabras y mis obras. Desde el momento del bautismo soy un enviado, un apóstol para que otros puedan descubrir tu amor y tu entrega. Actúa en mí este día. Entra en mi corazón y ayúdame a manifestar la Buena Noticia. Tal vez se me presenten oportunidades sencillas, pero cada gesto de amor sincero lleva tu imagen. Por eso te pido que me acompañes hoy, Señor, para que allá donde me envíes los demás puedan recibirte.

«Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: “yo estoy a tu servicio”. Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A veces estoy enfadado con uno, o con una… pero… olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado». (Homilía de S.S. Francisco, 28 de marzo 2013).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré servir de algún modo durante la comida.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cuando la traición ha logrado separarnos

El matrimonio cristiano a veces lleva al heroísmo, cuando la traición ha logrado separar aquello que Dios había unido

No es fácil ser ejemplo de lo que creemos, de lo que pensamos, de lo que queremos vivir en el matrimonio. Especialmente en este tiempo en el que muchos actúan como si la unión matrimonial fuese algo transitorio, como si ponerla en entredicho o en duda resultase algo legítimo, como si buscar la separación o un divorcio fácil no fuese causa de heridas muy profundas.

Pero algunos tienen el valor y las convicciones necesarias para ir contracorriente. Son esposos o esposas que viven el martirio lento, doloroso, de una separación involuntaria, llegada tal vez por sorpresa. Pero que no dejan de ser fieles, que no quieren apagar toda esperanza.

Quien ha sido abandonado sabe lo duro que es esto. Sobre todo si sigue amando, sobre todo si sabe que el matrimonio, un sacramento para los cristianos, no puede terminar con la traición, no se destruye con el miedo. Porque es un compromiso indisoluble, “hasta que la muerte nos separe”.

Para muchos es fácil pedir el divorcio, o unirse a otra persona, o actuar como si uno, por ser inocente, ya no tuviese deberes hacia la parte culpable. Pero desde la convicción, que viene de la fe y del amor, la espera supera las dificultades, mantiene abierta una puerta al sueño de la reconciliación, del reencuentro, otra vez, bajo el mismo techo, en la misma familia.

El sacramento del matrimonio tiene, además, un valor profundo, intenso: viene de Dios. Un Dios que bendice el amor, que acompaña a los esposos, que sostiene en las pruebas. También cuando hay traición, también cuando uno vive en soledad, abandonado, durante meses o años llenos de dolor.

Ante las noticias de personajes famosos que van por el segundo, tercer o cuarto matrimonio, el heroísmo silencioso de esposos abandonados que siguen siendo fieles se clava como una invitación, un testimonio, de la fidelidad de Dios, de la fuerza del hombre o de la mujer que asume su situación con firmeza, desde convicciones profundas que el mundo, muchas veces, no comprende.

No aparecen ante los reflectores. Pero su ejemplo nos lleva a pensar en lo mucho que vale el amor, en lo hermoso que es el matrimonio, en lo grande que es la fidelidad. A pesar de la traición y la tristeza.

El valor de una vida no está en el tener, en el brillar o en el recibir aplausos. Una vida vale cuando es asumida desde el amor. El amor a Dios y el amor al esposo que ha partido. Sólo ese amor lleva a compromisos profundos, a fidelidades indestructibles. Fidelidades que llenan el corazón de una paz profunda y de una fuerza arrolladora.

Cumplir los mandamientos nunca ha sido fácil. Vivir el matrimonio cristiano implica no pocos sacrificios. Incluso a veces lleva al heroísmo, cuando la traición ha logrado separar aquello que Dios había unido. Pero quien permanece fiel, quien ofrece la mano y la oración por el esposo fugitivo, testimonia la grandeza de una vida llevada en silencio, tal vez entre críticas malignas, pero sumamente hermosa, grande, redentora, coherente con sus principios.

Quizá algún día llegue la hora del abrazo. Quizá él o ella pida perdón, llame nuevamente a quien tanto ha sufrido. Quizá ese día tarde en llegar, o no llegue nunca...

Mientras, un corazón sufre y llora, brilla con la luz del amor fiel y sincero. Así enseña al mundo, a los hijos, a los amigos y conocidos, que hay algo muy grande y bello en el sacramento del matrimonio. Algo por lo que vale la pena ser fieles, cueste lo que cueste, desde la ayuda de un Dios que no puede dejar sin premio el esfuerzo del esposo o de la esposa abandonada...

Meditar es una forma de encontrar a Jesús

Catequesis del Papa Francisco, 28 de abril de 2021

“La meditación hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo. La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar los misterios de Cristo”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles, 28 de abril, continuando con su ciclo de catequesis dedicados a la oración. En su 31 catequesis dedicado a este tema, el Pontífice reflexionó sobre la “Meditación como forma de oración”, a partir del pasaje bíblico del Evangelio de San Juan (14,25-25; 16,12-15), en el cual Jesús anuncia a sus discípulos que, cuando venga el Espíritu Santo, “les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho”.

Ponerse delante de la Revelación

En este contexto, el Santo Padre precisó que, “para un cristiano ‘meditar’ es buscar una síntesis: significa ponerse delante de la gran página de la Revelación para intentar hacerla nuestra, asumiéndola completamente”. Y el cristiano, después de haber acogido la Palabra de Dios, no la tiene cerrada dentro de sí, porque esa Palabra debe encontrarse con «otro libro», que el Catecismo llama «el de la vida». Es lo que intentamos hacer cada vez que meditamos la Palabra.

En el mundo de hoy todos necesitamos meditar

Asimismo, el Papa Francisco señaló que, la práctica de la meditación no es solamente de los cristianos, sino que existe una práctica meditativa en casi todas las religiones del mundo, incluso es una actividad difundida entre personas que no tienen una visión religiosa de la vida. “Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos, es una dinámica humana. Sobre todo, en el voraz mundo occidental – subrayó el Papa – se busca la meditación porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados”. La meditación es un fenómeno que hay que mirar con buenos ojos, señaló el Pontífice, de hecho nosotros no estamos hechos para correr en continuación, poseemos una vida interior que no puede ser siempre pisoteada. Meditar es por tanto una necesidad de todos.

La oración es el encuentro con el Otro

Esta palabra, acogida en un contexto cristiano, afirmó el Santo Padre, asume una especificidad que no debe ser cancelada. La gran puerta a través de la cual pasa la oración de un bautizado – lo recordamos una vez más – es Jesucristo. También la práctica de la meditación sigue este sendero. “El cristiano, cuando reza, no aspira a la plena transparencia de sí, no se pone en búsqueda del núcleo más profundo de su yo; la oración del cristiano – precisó – es sobre todo encuentro con el Otro con la O mayúscula”. Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, o el dominio de nosotros mismos, o la lucidez sobre el camino que emprender, estos resultados son, por así decir, efectos colaterales de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús.

Existen diversos métodos de meditación

El Papa Francisco también recordó que el término “meditación” a lo largo de la historia ha tenido significados diferentes. Incluso dentro del cristianismo se refiere a experiencias espirituales diferentes. Sin embargo, se pueden trazar algunas líneas comunes, y en esto nos ayuda también el Catecismo, que dice así: «Los métodos de meditación son tan diversos como diversos son los maestros espirituales. […] Pero un método no es más que un guía; lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús». No es posible meditar sin la ayuda del Espíritu Santo.

El método de meditación es un camino, no una meta

Asimismo, el Santo Padre señaló que algunos métodos de meditación cristiana son muy sobrios, otros más articulados; algunos acentúan la dimensión intelectual de la persona, otros más bien la afectiva y emotiva. “Todos son importantes y dignos de ser practicados, en cuanto que pueden ayudar a la experiencia de la fe a convertirse en un acto total de la persona: no reza solo la mente del hombre, como no reza solo el sentimiento”. Por eso se debe recordar siempre que el método es un camino, no una meta: cualquier método de oración, si quiere ser cristiano, forma parte de esa sequela Christi que es la esencia de nuestra fe.

Meditar es una forma de encontrar a Jesús

Finalmente, el Papa Francisco dijo que, esta es por tanto la gracia de la oración cristiana, que Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros. “No hay aspecto de su persona divino-humana que no pueda convertirse para nosotros en lugar de salvación y de felicidad. Cada momento de la vida terrena de Jesús, a través de la gracia de la oración, se puede convertir para nosotros en contemporáneo”. Gracias al Espíritu Santo, también nosotros estamos presentes en los diferentes momentos de la vida de Jesús. No hay página del Evangelio en la que no haya lugar para nosotros. Meditar, para nosotros cristianos, es una forma de encontrar a Jesús. Y así, solo así, reencontrarnos con nosotros mismos.

Una visión cristiana del hombre y la naturaleza

Mensaje del P. Paolo Scarafoni durante el congreso Ética y Medio Ambiente. Sus palabras están dedicadas a explicar la visión cristiana de la administración con base en la persona.

La humanidad está llamada a ejercer una administración responsable de la creación. Este ha sido el llamamiento del padre Paolo Scarafoni L.C. al abrir el congreso sobre el tema «Ética y Medio Ambiente», en la Universidad Europea de Roma el 7 de noviembre.

En su intervención, el padre Scarafoni, rector de la universidad, explicó que esta visión cristiana de la administración se basa en la idea de la persona humana como una criatura libre e inteligente, llamada a ayudar al desarrollo del mundo creado.

Esto no debe confundirse con una visión triunfalista de la condición humana y sus acciones, que forma parte de una visión científica e idealista de la naturaleza humana, afirmaba el sacerdote. Más bien, la ética católica se basa en el mandamiento del amor, que es consciente de los errores humanos pero también confía en que las personas pueden hacer el bien con la ayuda de la gracia de Dios.

El cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, relató al congreso algunas de las actividades de la Iglesia en el área del medio ambiente en los últimos años. Estas van desde la participación en los encuentros organizados por Naciones Unidas hasta la publicación de una serie de documentos.

El cardenal observó que su propia implicación con las cuestiones ecológicas comenzó cuando encabezó la delegación de la Santa Sede a la Conferencia sobre Población y Desarrollo de Naciones Unidas en 1994. La cuestión planteada entonces fue cómo tratar con la visión del mundo maltusiana que advierte que el crecimiento de la población es más rápido que el suministro de alimentos con resultados desastrosos.

Ecología humana

La respuesta de la Iglesia al pesimismo maltusiano, explicaba el cardenal Martino, se basa en la confianza en la capacidad de la humanidad para superar problemas. Esta acción, no obstante, debe orientarse de una forma ética, afirmó. Así, los problemas ecológicos deben considerarse como problemas éticos. Las acciones de las personas en el mundo creado no deberían considerarse como un mero ejercicio de su capacidad técnica para tratar con estos temas, insistió el cardenal.

El cardenal Martino citó el concepto de Juan Pablo II de una «ecología humana» como una forma de orientar la acción. Los problemas ecológicos son, en su origen, un problema antropológico. Cómo nos relacionamos con la naturaleza depende de cómo nos relacionamos con nosotros mismos, y con Dios. Cuando negamos a Dios un papel en nuestra vida, tendemos a ponernos a nosotros mismos en su lugar y perdemos de vista nuestra responsabilidad de cuidar el mundo creado.

El obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz, insistió en la importancia de colocar la visión de la naturaleza dentro del contexto de la relación entre Dios y la persona humana.

En su discurso al congreso, monseñor Crepaldi observó que el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia traza un camino intermedio entre los errores de ver la naturaleza en términos absolutos o reducirla a un mero instrumento. La naturaleza ha sido puesta en manos de la humanidad, pero debería usarse de modo responsable y prudente.

La persona humana es indiscutiblemente superior al resto del mundo creado, en virtud de poseer un alma inmortal, afirmaba monseñor Crepaldi. Con todo, el hombre no tiene un dominio absoluto sobre la creación. Sus acciones deberían guiarse por una combinación de conservación y desarrollo, y las personas deberían entender que los bienes creados de este mundo están destinados al uso de todos.

Uso responsable

Monseñor Crepaldi hizo un resumen de los principales puntos de la enseñanza de la Iglesia sobre temas ecológicos, basándose en cómo se presenta la doctrina en el Compendio de Doctrina Social. Los 10 principios guía, o mandamientos, son los siguientes:

1) La Biblia presenta los principios morales fundamentales de cómo afrontar la cuestión ecológica. La persona humana, hecha a imagen de Dios, es superior al resto de las criaturas terrenales que, a su vez, deben usarse responsablemente. La encarnación de Cristo y sus enseñanzas testimonian el valor de la naturaleza: Nada de lo que existe en el mundo está fuera del plan divino de creación y redención.

2) La enseñanza social de la Iglesia recuerda dos puntos fundamentales. No debemos reducir la naturaleza a un mero instrumento a manipular y explotar. Ni debemos hacer de la naturaleza un valor absoluto, o ponerla por encima de la dignidad de la persona humana.

3) La cuestión del medio ambiente abraza a todo el planeta, puesto que es un bien colectivo. Nuestra responsabilidad hacia la ecología se extiende a las futuras generaciones.

4) Es necesario confirmar la primacía de la ética y de los derechos del hombre sobre la tecnología, para preservar la dignidad humana. El punto central de referencia para toda aplicación científica o técnica debe ser el respeto por la persona humana, que, a su vez, debe trata a los demás seres creados con respeto.

5) La naturaleza no debe considerarse como una realidad divina en sí misma; por lo tanto no debe apartar de la acción humana. Es, más bien, un regalo ofrecido por nuestro Creador a la comunidad humana, confiado a su inteligencia humana y a su responsabilidad moral. De ahí se sigue que no sea ilícito el modificar el ecosistema, siempre y cuando esto se haga dentro del contexto del respeto por su orden y belleza, y tomando en consideración la utilidad de cada criatura.

6) Las cuestiones ecológicos ponen de relieve la necesidad de alcanzar una mayor armonía entre las medidas destinadas a fomentar el desarrollo económico y las dirigidas a preservar la ecología, y entre las políticas nacionales y las internacionales. El desarrollo económico, además, necesita tener en consideración la integridad y el ritmo de la naturaleza, puesto que los recursos naturales son limitados. Y toda actividad económica que utilice los recursos naturales debería incluir también los costes de salvaguardar el medio ambiente en los cálculos de los costes totales de su actividad.

7) La preocupación por el medio ambiente significa que debemos trabajar activamente por el desarrollo integral de las regiones más pobres. Los bienes de este mundo han sido creados por Dios para ser utilizado sabiamente por todos. Estos bienes se deben compartir, de una forma justa y caritativa. El principio del destino universal de los bienes ofrece una orientación fundamental para tratar con la compleja relación entre ecología y pobreza.

8) La colaboración, por medio de acuerdos mundiales, respaldados por el derecho internacional, es necesaria para proteger el medio ambiente. Es necesario poner en práctica la responsabilidad por el medio ambiente de forma adecuada a nivel jurídico. Estas leyes y acuerdos deberían guiarse por las exigencias del bien común.

9) Los estilos de vida deberían orientarse según los principios de sobriedad, templanza y autodisciplina, tanto a nivel personal como social. Las personas necesitan escaparse de la mentalidad consumista y promover métodos de producción que respeten el orden creado, así como la satisfacción de las necesidades de todos. Una mayor conciencia de la interdependencia entre todos los habitantes de la tierra ayudaría a este cambio de estilo de vida.

10) Se debe dar una respuesta espiritual a las cuestiones medioambientales, inspirada por la convicción de que la creación es un don que Dios ha puesto en manos de la humanidad, para ser usado de modo responsable y con cuidado cariñoso. La orientación fundamental de las personas hacia el mundo creado debería ser de gratitud y agradecimiento. El mundo, de hecho, conduce a las personas hacia el misterio de Dios que lo ha creado y lo sigue sosteniendo. Si se olvida a Dios, la naturaleza se vacía de su significado más profundo y queda empobrecida.

Si se vuelve a descubrir el papel de la naturaleza como algo creado, la humanidad puede establecer con ella una relación que tenga en cuenta sus dimensiones simbólicas y místicas. Esto abriría a la humanidad un camino hacia Dios, creador de cielos y tierra

Cuando necesitas fortalecer tu fe

Para orar. No debemos dudar en la tormenta

Por: Centro de Hospitalidad y Misericordia | Fuente: Centro de Hospitalidad y Misericordia

Dijeron los apóstoles al Señor: "Aumentanos la fe" El Señor dijo: Si tuvierais una fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: Arráncate y plántate en el mar, y os habría obedecido. Lc 17, 5-6

PALABRA DE DIOS

No debemos dudar en la tormenta

  • “La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, soy yo; no temáis.» Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre las aguas.» «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!» Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.»” Mateo 14, 24-33

  • Provecho de las tribulaciones
     
  • “Habiendo, pues, recibido de la fe la justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.”Romanos 5, 1-5


    Petición confiada
     
  • “Si alguno de vosotros carece de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, agitado por el viento y zarandeado de una a otra parte. Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste, un hombre irresoluto e inconstante en todos sus caminos.”Carta de Santiago 1, 5-8


    Orar con Fe
     
  • “Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis.”Mateo 21, 22

          Eficacia de la oración
 

  • S “«Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!”
    Mateo 7, 7-11

    “La oración del humilde atraviesa las nubes.” Eclesiástico 35,17

    Jesús nos da en la medida de nuestra fe.
    “Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe.» Y se abrieron sus ojos. “
    Mateo 9, 27-30


    Todo es posible para quien cree
     
  • “Uno de entre la gente le dijo a Jesús: “Si puedes hacer algo, compadécete de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para el que tiene fe!.»”
    Marcos 9, 22-23


    La esperanza no defrauda
     
  • Abrahán, “esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones según le había sido dicho: Así será tu posteridad. No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya sin vigor -tenía unos cien años- y el seno de Sara, igualmente estéril. Por el contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido en su fe, dio gloria a Dios, con el pleno convencimiento de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido.”
    Romanos 4, 18-21


    Las armas de la fe
     
  • “Tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto, y manteneros firmes después de haber vencido todo. Poneos en pie, ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como coraza, calzados los pies con el celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos”.
    Efesios 6, 13-18


    Dios, la única esperanza
     
  • “Sólo en Dios encuentro descanso,
    de él viene mi salvación;
    sólo él mi roca, mi salvación,
    mi baluarte; no vacilaré.
    Sólo en Dios descansaré,
    de él viene mi esperanza,
    sólo él mi roca, mi salvación,
    mi baluarte; no vacilaré.
    En Dios está mi salvación y mi honor,
    Dios es mi roca firme y mi refugio.
    Confiad siempre en él, pueblo suyo;
    presentad ante él vuestros anhelos.
    ¡Dios es nuestro refugio!”
    Del Salmo 61


    Profesión de Fe
    (Credo)


    Creo en Dios,
    Padre Todopoderoso,
    Creador del cielo y de la tierra.
    Creo en Jesucristo, su único Hijo,
    Nuestro Señor,
    que fue concebido por obra y
    gracia del Espíritu Santo,
    nació de Santa María Virgen,
    padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
    fue crucificado, muerto y sepultado,
    descendió a los infiernos,
    al tercer día resucitó de entre
    los muertos, subió a los cielos
    y está sentado a la derecha
    de Dios, Padre Todopoderoso.
    Desde allí ha de venir a
    juzgar a los vivos y a los muertos.
    Creo en el Espíritu Santo,
    la santa Iglesia católica,
    la comunión de los santos,
    el perdón de los pecados,
    la resurrección de la carne
    y la vida eterna.
    Amén.


    ORACION

    Recibe, Señor
    Recibe, Señor, nuestros miedos
    y transfórmalos en confianza.
    Recibe, Señor, nuestro sufrimiento
    y transfórmalo en crecimiento.
    Recibe, Señor, nuestro silencio
    y transfórmalo en adoración.
    Recibe, Señor, nuestras crisis
    y transfórmalas en madurez.
    Recibe, Señor, nuestras lágrimas
    y transfórmalas en plegaria.
    Recibe, Señor, nuestra ira
    y transfórmala en intimidad.
    Recibe, Señor, nuestro desánimo
    y transfórmalo en fe.
  • Recibe, Señor, nuestra soledad
    y transfórmala en contemplación.
    Recibe, Señor, nuestras amarguras
    y transfórmalas en paz del alma.
    Recibe, Señor, nuestra espera
    y transfórmala en esperanza.
    Recibe, Señor, nuestra muerte
    y transfórmala en resurrección.
    Amén.

¿Danza Litúrgica?

¿Qué dicen los documentos de la Iglesia?

Por: pabloeze | Fuente: Blog Conocee tu Fe

En el año 1975, la Congregación para los Sacramentos y la Alabanza Divina publica -en la Revista Notitiae, págs. 202-205- un ensayo con carácter "autoritativo" y de referencia  para cada discusión respecto a la "Danza Litúrgica"  que dice lo siguiente:

Congregación  para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos

La Danza Religiosa, una Expresión de Alegría Espiritual

La danza puede ser un arte: una síntesis de las artes medidas (música y poesía) y las artes espaciales (arquitectura, escultura, pintura). Como arte que, por medio del cuerpo, expresa sentimientos humanos, la danza está especialmente adaptada para que signifique alegría.

Así, entre los místicos, encontramos intervalos de danza como expresión de la plenitud de su amor a Dios. Recuerden los casos de S. Teresa de Ávila, S. Felipe Neri, S. Gerardo Mayela.

Cuando el Doctor Angélico deseó representar el paraíso, lo representó como una danza ejecutada por ángeles y santos.

La danza puede tornarse en oración que se exprese con un movimiento que implique todo el ser, alma y cuerpo. Generalmente, cuando el espíritu se eleva a Dios en oración, también involucra al cuerpo.

Se puede hablar de la oración del cuerpo. Éste puede expresar su alabanza o su petición con movimientos, igual a como se dice de las estrellas que con su movimiento alaban al Creador (Cfr. Baruc 3, 34). Varios ejemplos de este tipo de oración existen en el Antiguo Testamento.

Esto es especialmente cierto para los pueblos primitivos. Ellos expresan su sentimiento religioso con movimientos rítmicos. Entre ellos, en cuestión de adoración, la palabra hablada se hace un canto, y el gesto de ir o caminar hacia la divinidad se transforma en un paso de danza.

Entre los Padres y escritores eclesiásticos y en los textos conciliares hay mención de la danza, una evaluación de ésta, un comentario sobre el texto bíblico en que hay una alusión a la danza; más frecuentemente hay una condenación de las danzas profanas y los desórdenes a los que dan origen las danzas.

En textos litúrgicos, hay en ocasiones alusiones a la danza de los ángeles y elegidos en el paraíso (Cfr. "Entre los lirios que alimentas, rodeados por grupos de vírgenes que danzan") para expresar el "gozo" y el "júbilo" que caracterizarán la eternidad.

Danza y Alabanza

La danza nunca ha sido una parte integral de la alabanza oficial de la Iglesia Latina. Si las iglesias locales han aceptado la danza, algunas veces incluso en la construcción de la iglesia, ha sido en la ocasión de fiestas para manifestar sentimientos de gozo y devoción. Pero eso siempre tuvo lugar fuera de los servicios litúrgicos.

Las decisiones conciliares han condenado a menudo la danza religiosa porque conduce poco a la alabanza y porque podría degenerar en desórdenes.

Actualmente, en favor de la danza en la liturgia, se podría obtener un argumento del pasaje de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, en que se dan las normas para la adaptación de la liturgia al carácter y tradiciones de los varios pueblos:

"La Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al bien de toda la comunidad, ni siquiera en la Liturgia; por el contrario, respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos. Estudia con simpatía y, si puede, conserva íntegro lo que en las costumbres de los pueblos encuentra que no esté indisolublemente vinculado a supersticiones y errores, y aun a veces lo acepta en la misma Liturgia, con tal que se pueda armonizar con su verdadero y auténtico espíritu."

Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, n. 37.

Teóricamente, podría deducirse de este pasaje que ciertas formas de danza y ciertos patrones de danza podrían introducirse al culto Católico. Sin embargo, no puede prescindirse dos condiciones.La primera, que en la medida en que el cuerpo es reflejo del alma, danzar, con todas sus manifestaciones, tendría que expresar sentimientos de fe y adoración para volverse una oración. La segunda condición es que así como todos los gestos y movimientos encontrados en la liturgia son regulados por la autoridad eclesiástica competente, así también la danza como un gesto tendría que estar bajo su disciplina.

Concretamente, hay culturas en que esto es posible en tanto danzar refleje aún los valores religiosos y se vuelva una clara manifestación de ellos. Tal es el caso de los Etíopes. En su cultura, incluso hoy, existe la danza religiosa ritualizada, claramente distinta a la danza marital y a la danza amorosa. La danza ritual es realizada por sacerdotes y levitas antes de empezar una ceremonia y en descampado se encuentran en frente a la iglesia. La danza acompaña el canto de salmos durante la procesión. Cuando ésta entra a la iglesia, entonces el cántico de salmos se lleva a cabo con, y es acompañado por, el movimiento corporal.

Esto mismo se encuentra en la liturgia Siria, por medio del cántico de salmos. En la liturgia Bizantina hay una danza extremadamente simplificada en ocasión de una boda, cuando los esposos hacen un movimiento circular alrededor del ambón junto con el celebrante.

Tal es el caso de los Israelitas: en la sinagoga su oración es acompañada por un continuo movimiento para recordar el precepto de la tradición: "Cuando ores, hazlo con todo tu corazón y todos tus huesos". Y la misma observación puede hacerse para los pueblos primitivos.

No obstante, el mismo criterio y juicio no puede aplicarse en la cultura occidental. Aquí la danza está vinculada con el amor, la diversión, la profanidad, el desenfreno de los sentidos; tal danza, en general, no es pura. Por esa razón no puede introducirse en las celebraciones litúrgicas de ningún tipo: eso sería introducir en la liturgia uno de los elementos más desacralizados y desacralizantes, y así sería equivalente a crear un ambiente de profanidad que recordaría con facilidad a los presentes y participantes los lugares y situaciones mundanos de la celebración.

Tampoco puede aceptarse la propuesta de introducir en la liturgia el así denominado ballet artístico [1] porque habría también en este caso un espectáculo al cual se asistiría, mientras que en la liturgia una de las normas de las cuales no se puede prescindir  es aquella de la participación.

Por tanto, hay una gran diferencia en las culturas: lo que se recibe bien en una cultura puede no tomarse por la otra. La reserva tradicional de la seriedad del culto religioso, y en particular del culto Latino, nunca debe olvidarse. Si la propuesta de la danza religiosa en Occidente debe realmente ser acogida, deberá tenerse cuidado que en su consideración debe hallar un sitio fuera de la liturgia, en áreas de asamblea que no sean estrictamente litúrgicas. Aún más, los sacerdotes deben siempre excluirse de la danza.

Podemos recordar cuánto se logró de la presencia de los Samoanos en Roma para el festival misionero de 1971. Al final de la Misa, realizaron su danza en la plaza de S. Pedro: y todos estuvieron alegres.

Hasta aquí el documento.

En vistas generales, este documento prohíbe la danza de cualquier tipo dentro de la Liturgia. ¿Danzar fuera de la Liturgia? Si es permisible pero solo bajo ciertos aspectos dejando bien en claro que la participación de los sacerdotes en la misma está terminantemente prohibida.

En su libro El Espíritu de la Liturgia, el por entonces Cardenal Ratzinger expresaba:

Bailar no es una forma de expresión de la liturgia cristiana. Allá por el siglo III ciertos círculos gnóstico-docéticos trataron de introducirlo en la liturgia. …Los bailes cúlticos de las distintas religiones tienen propósitos diferentes - encantamientos, la magia imitativa, éxtasis místico - ninguno de los cuales son compatibles con el propósito esencial de la liturgia.

Es totalmente absurdo tratar de hacer la liturgia "atractiva" introduciéndole pantomimas danzarinas (generalmente ejecutados por grupos de bailes profesionales) los cuales terminan con frecuencia (y desde el punto de vista de los profesionales, normal) en aplauso. Todas las veces que el aplauso ocurre en la liturgia debido a algún logro humano, es signo seguro de que la esencia de la liturgia ha desaparecido, habiendo sido reemplazado por un tipo de entretenimiento religioso…

Yo mismo he experimentado el reemplazo del rito penitencial por un baile el cual, no es necesario decir, fue recibido con una ronda de aplauso. ¿Se puede pensar en algo que no sea más extraño a la penitencia verdadera?

Ninguno de los ritos cristianos incluye el baile. Lo que la gente llama "baile" en rito etíope o en la forma zaireana de la liturgia romana es simplemente una procesión con orden rítmico, algo que se ajusta muy bien a la dignidad de la ocasión.

Así mismo dentro de la Instrucción General del Misal Romano, no existe, ninguna referencia a la introducción de la danza dentro de la liturgia.

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en su Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia en uno de sus apartados dice:

El canto y la música

  1. También el canto, expresión natural del alma de un pueblo, ocupa una función de relieve en la piedad popular. El cuidado en conservar la herencia de los cantos recibidos de la tradición debe conjugarse con el sentido bíblico y eclesial, abierto a la necesidad de revisiones o de nuevas composiciones.

El canto se asocia instintivamente, en algunos pueblos, con el tocar las palmas, el movimiento rítmico del cuerpo o pasos de danza. Tales formas de expresar el sentimiento interior, forman parte de la tradición popular, especialmente con ocasión de las fiestas de los santos Patronos; es claro que deben ser manifestaciones de verdadera oración común y no un simple espectáculo. El hecho de que sean habituales en determinados lugares, no significa que se deba animar a su extensión a otros lugares, en los cuales no serían connaturales.

Resumiendo, dentro del Rito Latino de la Misa, no se preveé ni se establece ningún tipo de danza o de manifestación artística dentro de la Liturgia. Los textos normativos al respecto establecen que la danza o cualquier otra manifestación debe realizarse fuera de la liturgia y de los lugares destinados a la misma, como así también dejan explícito que los sacerdotes no pueden participar de dichas "danzas".

Preces

Hoy celebramos la fiesta de santa Catalina de Siena, que amó profundamente los misterios de la encarnación y de la pasión redentora de Cristo. Decimos:

R/MSeñor, escucha a tu pueblo.

Por los pueblos de Europa, para que se avive su fe y, arraigados en su tradición cristiana, promuevan el respeto a la persona y la cultura de la vida.MR/

Por todos los que se esfuerzan por mantener la unidad y la concordia dentro de la Iglesia.MR/

Por los enfermos y los que viven angustiados, para que puedan unir sus sufrimientos a los de Jesús crucificado y encuentren en él fuerza y consuelo.MR/

Por todos los miembros de la Iglesia, para que no caigamos en los pecados de la murmuración, la difamación y la calumnia, y crezcamos en el amor a la esposa de Cristo.MR/

Intenciones libres

Padre nuestro…

Oración

Oh, Dios, que inflamaste de amor divino a santa Catalina de Siena en la contemplación de la pasión del Señor y en el servicio a tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, que, unido al misterio de Cristo, se alegre siempre por la manifestación de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

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