La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante
- 02 Mayo 2021
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Atanasio, Santo
Memoria Litúrgica, 2 de mayo
Obispo y Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia, el cual, preclaro por su santidad y doctrina, en Alejandría de Egipto defendió con valentía la fe católica desde el tiempo del emperador Constantino hasta Valente, por lo cual tuvo que soportar numerosas asechanzas por parte de los arrianos y ser desterrado en varias ocasiones. Finalmente, regresó a la Iglesia que se le había confiado, donde, después de haber luchado y sufrido mucho con heróica paciencia, descansó en la paz de Cristo en el cuadragésimo sexto aniversario de su ordenación episcopal († 373).
Breve Biografía
Atanasio nació en Alejandría de Egipto en el año 295, y es la figura más dramática y desconcertante de la rica galería de los Padres de la Iglesia. Tozudo defensor de la ortodoxia durante la gran crisis arriana, inmediatamente después del concilio de Nicea, pagó su heroica resistencia a la herejía con cinco destierros decretados por los emperadores Constantino, Constancio, Julián y Valente. Arrio, un sacerdote salido del seno mismo de la Iglesia de Alejandría, negando la igualdad substancial entre el Padre y el Hijo, amenazaba atacar el corazón mismo del cristianismo. En efecto, si Cristo no es Hijo de Dios, y él mismo no es Dios, ¿a qué queda reducida la redención de la humanidad?
En un mundo que se despertó improvisamente arriano, según la célebre frase de San Jerónimo, quedaba todavía en pie un gran luchador, Atanasio, que a los 33 años fue elevado a la prestigiosa sede episcopal de Alejandría. Tenía el temple del luchador y cuando había que presenter batalla a los adversarios era el primero en partir lanza en ristre: “Yo me alegro de tener que defenderme” escribió en su Apologia por la fuga. Atanasio tenía valentía hasta para vender, pero sabiendo con quién tenía que habérselas (entre las acusaciones de sus calumniadores estaba la de que él había asesinado al obispo Arsenio, que después apareció vivo y sano), no esperaba en casa a que vinieran a amarrarlo. A veces sus fugas fueron sensacionales. El mismo nos habla de ellas con brío.
Pasó sus últimos dos destierros en el desierto, en compañía de sus amigos monjes, esos simpáticos anárquicos de la vida cristiana, que aunque rehuyendo de las normales estructuras de la organización social y eclesiástica, se encontraban bien en compañía de un obispo autoritario e intransigente como Atanasio. Para ellos escribió el batallador obispo de Alejandría una grande obra, la “Historia de los arrianos”, dedicada a los monjes, de la que nos quedan pocas páginas, pero suficientes para revelarnos abiertamente el temperamento de Atanasio: sabe que habla a hombres que no entienden las metáforas, y entonces llama al pan pan y al vino vino: se burla del emperador, llamándolo con apodos irrespetuosos, y se burla también de los adversarios; pero habla con entusiasmo de las verdades que le interesan, para arrancar a los fieles de las garras de los falsos pastores.
Durante las numerosas e involuntarias peregrinaciones llegó a Occidente, a Roma y Tréveris en donde hizo conocer el monaquismo egipcio, como estado de vida organizado de modo muy original en el desierto, presentando al monje ideal en la sugestiva figura de un anacoreta, San Antonio, de quien escribió la célebre Vida, que se puede considerar como una especie de manifiesto del monaquismo. Murió en el año 373.
Santo Evangelio según san Juan 15, 1-8. Domingo V de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Padre Misericordioso, dame la fuerza para permanecer siempre junto a ti para ser fiel y perseverante en mi vida de oración y de apostolado.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten, así como discípulos míos”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio del día te invita y promete que, si permaneces junto a Cristo, Él permanecerá junto a ti.
Para permanecer junto a Cristo debes de conocerle y desear estar junto a Él. Recuerda que los lazos de amistad se fortalecen con la convivencia, conociéndose mutuamente. Ciertamente Cristo te conoce y sabe que eres débil, por esto quiere que comprendas lo que ha sido y es capaz de hacer por ti. Piensa en los momentos difíciles que has pasado junto a la persona con quien mejor te llevas; si tú te has alejado, cuando has regresado confías en que vas a encontrar que todo sigue igual. Incluso, si hay una auténtica amistad, ésta se ha fortalecido porque han sabido superar las dificultades, o traiciones.
Jesús nunca te ha traicionado, has sido tú quien se ha alejado, y aun así Él siempre te espera con los brazos abiertos. En la dinámica de la vida, Dios te enseña que, cuanto más te superas junto a Él todo lo que pidas te será concedido, porque un amigo siempre está para los amigos.
Ojo, no conviertas ni lleves una amistad a un plano utilitarista porque seguramente nada de lo que busques te hará sentir satisfecha(o). Tu egoísmo impide que disfrutes de la vida, no obtienes lo que esperas, pues en tu ceguera no te das cuenta que lo mejor para ti es lo que Dios te ofrece. Al permanecer junto a Él logras comprender que es lo mejor para tu vida y en esta medida se cumplen las palabras del Evangelio: «Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá».
No temas conocerle y ser su amiga(o). Él te espera siempre con los brazos abiertos para que permanezcas junto a Él, porque te ama.
«Permanecer en Dios y en su amor, para anunciar con la palabra y con la vida la resurrección de Jesús, testimoniando la unidad entre nosotros y la caridad con todos».
(S.S. Francisco, Homilía, 17 de mayo de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación:
Me acercaré a esa persona, con quien llevo tiempo de no frecuentar, para buscar el re encuentro que pueda fortalecer nuestra amistad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Dones y frutos del Espíritu Santo
Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Los siete dones del Espíritu Santo son:
Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.
Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.
Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.
Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.
Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Faltas contra el Espíritu Santo:
Desesperar de la misericordia de Dios.
Presunción de salvarse sin ningún mérito.
La impugnación de la verdad conocida.
La envidia de los bienes espirituales del prójimo.
La obstinación en el pecado.
La impenitencia final.
El Papa aprueba siete nuevas invocaciones en las Letanías en honor a San José
Fue publicada la Carta que ha enviado la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer este sábado, 1 de mayo, Solemnidad de San José Obrero, la Carta que ha enviado la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, dirigido a los Presidentes de las Conferencias de Obispos de toda la Iglesia sobre las Nuevas Invocaciones en las Letanías en Honor a San José.
Resaltar la figura del Patrón de la Iglesia
En la Misiva, firmada por el Secretario de este Dicasterio, Monseñor Arthur Roche, se recuerda que, en el ciento cincuenta aniversario de la declaración de San José como patrón de la Iglesia universal, el Santo Padre Francisco ha publicado la Carta Apostólica Patris corde, con la intención de «que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución». En este sentido, ha parecido oportuno actualizar las Letanías en honor de San José, aprobadas en 1909 por la Sede Apostólica, añadiendo siete invocaciones tomadas de las intervenciones de los Papas que han reflexionado sobre algunos aspectos de la figura del Patrón de la Iglesia universal.×
Siete nuevas invocaciones
Las nuevas invocaciones han sido presentadas al Santo Padre, quien ha aprobado su inserción en las Letanías de San José, y son las siguientes: «Custos Redemptoris» (cf. san Juan Pablo II, Exhort. Apost. Redemptoris custos); «Serve Christi» (cf. san Pablo VI, homilía del 19-III-1966, citada en Redemptoris custos n. 8 y Patris corde n. 1); «Minister salutis» (san Juan Crisóstomo, citado en Redemptoris custos, n. 8); «Fulcimen in difficultatibus» (cf. Francisco, Carta Apost. Patris corde, prólogo); «Patrone exsulum, afflictorum, pauperum» (Patris corde, n. 5).
Las Letanías en las lenguas localesAsimismo, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos exhorta a las Conferencias Episcopales a traducir las Letanías a las lenguas de su competencia y publicarlas; dichas traducciones no necesitarán la confirmatio de la Sede Apostólica. “Según su prudente criterio – se lee en la Carta – las Conferencias de los Obispos podrán insertar también, en el lugar apropiado y conservando el género literario, otras invocaciones con las que se honra particularmente a San José en sus países”.
María... ¿Quién eres?
María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca
María nació en Nazaret, Galilea, 15 ó 20 años antes del nacimiento de Cristo. Sus padres, según la tradición, fueron Joaquín y Ana. María era judía. Fue educada en la lectura de los libros santos y en la obediencia a la ley de Dios. Hizo voto de virginidad. Se desposó con José estando ambos de acuerdo en permanecer vírgenes por amor a Dios. Un ángel del Señor se le apareció y le comunicó que el Espíritu Santo descendería sobre ella, y que de ella nacería el Hijo de Dios (Lc. 1, 35). María aceptó tan maravilloso destino con estas palabras: «Hágase en mí según tu Palabra», y en aquel instante Jesús fue concebido en su seno. El nacimiento del Niño fue en Belén de Judea y fue acompañado de diversas circunstancias, que refieren los Evangelios de Mateo y de Lucas.
¿Qué se sabe acerca de María después del nacimiento de Jesús?
Al cabo de algún tiempo, vemos a María, a José y al Niño instalados en Nazaret. Allí hay un solo episodio notorio: la pérdida y hallazgo del Niño, a los 12 años, en Jerusalén. Fue el tiempo que llamamos de la «vida oculta» de Jesús, su vida de hogar, de familia, de trabajo. Jesús empieza su vida «pública», su vida apostólica y misionera, hacia los 30 años. María lo acompaña, a veces de cerca, a veces más lejos. El Evangelio nos la muestra en Cana asistiendo a un matrimonio, y al pie de la cruz en que Jesús está muriendo. También en varias otras oportunidades. El libro de los Hechos la menciona en el Cenáculo junto a los apóstoles, después de la Resurrección del Señor. La Tradición sugiere que murió en Efeso -en el Asia Menor- en casa de Juan el Evangelista.
¿Cómo era María?
Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera; que era leal y fiel. María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es también para los hombres el tipo ideal de mujer.
¿En qué consiste principalmente la grandeza de María?
En ser madre de Dios. Algunos han dicho que María es madre de Jesús «en cuanto hombre», pero no de Jesús «en cuanto Dios». Esta distinción es artificial y, de hecho, nunca la hacemos. Una madre es madre de su hijo tal cual es o llega a ser. No decimos que la madre de un presidente, por ejemplo, ha sido la madre de él como niño pero no como presidente o que nuestra mamá sea madre de nuestro cuerpo solamente, pero no de nuestra alma que es infundida por Dios. Nunca hacemos esta distinción; decimos simplemente que es nuestra madre. María es Madre de Jesús. Jesús es Dios. Luego, podemos decir que María es Madre de Dios y en eso consiste fundamentalmente su grandeza.
¿Tiene María alguna relación especial con la Santísima Trinidad?
Sin duda. Es la hija predilecta del Padre. Se lo dice el ángel el día de la Anunciación: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). Tiene también con el Espíritu Santo una relación que se ha comparado a la de la esposa con el esposo. Lo dice el ángel: «El Espíritu Santo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño que nacerá de ti será llamado Santo e Hijo de Dios» (Lc. 1, 35). «No temas María porque has encontrado gracia delante de Dios» (Lc. 1, 30).
¿Qué dice la Biblia?
Vamos por parte: Es cierto que esos privilegios no están contenidos «explícitamente» en la Biblia. La Biblia, por ejemplo, no habla de la Inmaculada Concepción ni de la Asunción. Pero están contenidos implícitamente en la Biblia. Por ejemplo, en una semilla de rosal no está la rosa. No se ve la rosa, pero ahí está en germen y poco a poco con la savia que viene de la tierra húmeda y con el calor del sol brotará el rosal y en él florecerá la rosa.
Así también todo lo que la Iglesia enseña de María ha brotado de la semilla del Evangelio, al calor del Espíritu Santo, que sigue iluminando al Pueblo de Dios y lo lleva a descubrir de a poco toda la riqueza que El mismo ha colocado, como en un germen, en la Escritura inspirada por El.
Todo lo que la Iglesia enseña acerca de María es coherente con la imagen de María que nos formamos al leer el Evangelio, con humildad y con espíritu de fe.
¿Qué dicen los evangelios acerca de las hermanas y hermanos de Jesús?
El idioma que usaba Jesús y sus discípulos no tiene muchas palabras para distinguir los distintos grados de parentesco. Para todo se usaba la palabra «hermano» y así lo vemos en Génesis 13, 8 y en Mt. 13, 55. Las palabras originales que traducimos en castellano por «hermanos» y «hermanas» significan no sólo los hermanos carnales sino también los primos y otros parientes cercanos. La Virgen María no tuvo otros hijos. Jesús es el «único hijo» de María. Esto se muestra claramente por el hecho de que al morir, Jesús entregó su madre a Juan (Jn. 19, 27).
San Pablo dice que Jesucristo es el único Redentor y ¿por qué dice la Iglesia católica que María es corredentora?
Así es. Jesús es el único Redentor, pero San Pablo enseña también que nosotros colaboramos a la redención uniendo nuestros sufrimientos a los de Cristo. «Me alegro por lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24). María sufrió durante la pasión de su Hijo como nadie jamás ha sufrido, porque tenía, más que nadie, horror al pecado, porque amaba a su Hijo más que nadie; porque amaba a los hombres por quienes su Hijo sufría y moría. Por eso ha participado tan íntimamente en la redención. No es ella la redentora; hay un solo Redentor, Jesucristo. Pero se la puede llamar corredentora con toda propiedad explicando bien el alcance de este término.
Algunos dicen que los católicos adoran a María como si fuera Dios, o creen en María más que en Dios ¿es cierto esto?
Adorar a María sería una idolatría, un pecado contra el primer mandamiento de la Ley de Dios. «Sólo a Dios adorarás» (Lc. 4, 8). Jamás la Iglesia ha enseñado cosa semejante. María es una mujer, una creatura, la más santa de todas las creaturas, pero solamente una creatura.
A María la queremos, la veneramos, conversamos con ella en la oración, le damos culto no de adoración que está reservado sólo a Dios, sino un culto de veneración como se lo damos a los santos que, como ella, son seres humanos, simples creaturas; y le pedimos que nos haga conocer, amar y seguir a Jesús como ella lo conoció, lo amó y lo siguió.
¿No será que el culto a María distrae del culto a Cristo?
No distrae de él, sino que conduce a él. María presintió el culto que le sería dado a lo largo de los siglos, cuando exclamó: «Desde ahora me proclamarán bienaventurada todas las generaciones» (Lc. 1, 42). Ya Isabel, su prima, se lo había anunciado: «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 48). Los millares de iglesias dedicadas a María, las multitudes de personas que acuden a sus santuarios, los millones de Avemarías que se rezan diariamente en el mundo, han confirmado ese presentimiento y ese anuncio. El que conoce a María la ama, y se esfuerza por darla a conocer y por conocer y amar a Cristo. Se alimenta de su Palabra. Se integra en la vida de la Iglesia, cumple los mandamientos y participa de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía.
¿Cual será la relación de María con Cristo?
María es madre. Es también discípula, su más perfecta discípula, su primera y fidelísima seguidora y su inseparable colaboradora. María es un reflejo de la santidad de su Hijo Jesús. Se la ha comparado a la luna que nos ilumina de noche con una luz más suave que la del día y que no es sino un reflejo de la luz deslumbrante del sol.
11. ¿Cuál es la relación de María con la Iglesia?
Siendo madre «de Cristo» y, siendo nosotros por adopción, hermanos de Cristo, María es también Madre «nuestra». Así lo dijo también expresamente Cristo en la cruz cuando le dijo a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19, 27). María, siendo discípula y seguidora de Cristo, es nuestro modelo, la que va delante en nuestra peregrinación hacia Cristo, la que nos muestra el camino y nos anima a seguirlo: modelo de fe, de esperanza y de amor. Estando María ahora en el cielo, intercediendo por nosotros, nos encomendamos a ella para que nos ayude a vivir aquí en la tierra como cristianos y alcanzar nuestro destino final que es el cielo.
Los títulos de la Virgen
¿Por qué hablan algunos de la Virgen «del Carmen» y otros de la Virgen «de la Tirana» o de «Lourdes»? ¿Por qué hay tantas imágenes y advocaciones distintas de la Virgen? ¿Son acaso muchas las Vírgenes?
La Virgen María es una sola. La que conocemos en el Evangelio, con la fe de la Iglesia, es María de Nazaret, la Madre de Jesús. Los diversos nombres y las distintas imágenes aluden a las circunstancias o misterios de su vida. La Mater Dolorosa al pie de la cruz es una mujer madura, traspasada de dolor. La Virgen del Tránsito o de la Asunción es una mujer transfigurada, entrando en la gloria.
Otros nombres se refieren a los distintos lugares en que se celebra su culto: Virgen de Lourdes, de Guadalupe... Pero la Santísima Virgen es una sola. Los miles de artistas que han querido pintarla y esculpirla se la han imaginado cada cual a su manera, buscando, sin embargo, su inspiración en el Evangelio y en la fe de la Iglesia.
¿Qué se debe entender por apariciones de la Virgen?
La Santísima Virgen puede, si quiere, intervenir desde el cielo en asuntos humanos por amor a los hombres. Puede «aparecerse» a tal o cual persona, habitualmente a niños o personas humildes, y entregarles un mensaje para que los hombres se conviertan y vuelvan a Dios.
¿Cree la Iglesia, así no más, a cualquiera que dice que se le apareció la Virgen?
La Iglesia tiene mucha prudencia y sabiduría y es muy lenta en reconocer una aparición. Primero estudia, averigua y comprueba, a fin de no inducir a nadie a engaño. Y hechas las averiguaciones y después de varios años se pronuncia y reconoce con su autoridad si la aparición es real o ficticia. En algún caso la Iglesia se ha convencido de la autenticidad de una aparición por la santidad de vida del vidente, por la pureza del mensaje entregado o por los hechos ocurridos en el lugar de la aparición: curaciones, conversiones, etc. Esto es lo que ocurrió en Lourdes, Francia, en 1858 y en Fátima, Portugal, en el año 1917. En otros casos la Iglesia ha rechazado las supuestas apariciones o simplemente no se pronuncia esperando que el tiempo establezca la verdad.
¿Cuál es la mejor manera de orar a la Santísima Virgen?
La oración principal es la del Ave María que consta de dos partes: la primera parte está tomada del Evangelio, del relato de la Anunciación y de la Visitación: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 42).
La segunda parte ha sido agregada por la Iglesia: «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».
¿Qué es el santo rosario?
Es una manera de unirnos a la Santísima Virgen María rezando cinco veces un Padre nuestro, diez Avemarías y un gloria, y recordando cada vez un misterio de la vida del Señor. Hay 5 misterios gozosos, que se rezan los lunes y sábado, 5 misterios dolorosos, que se rezan los martes y viernes, 5 misterios luminosos que se rezan los jueves y 5 misterios gloriosos que se rezan los miércoles y domingos. Otras hermosas oraciones a la Virgen son la «Dios te salve Reina y Madre»; el «Bendita sea tu pureza», etc.
Cuestionario
Qué sabemos de María? ¿Dónde radica su grandeza? ¿Podemos llamar a María «Madre de Dios»? ¿Por qué? ¿De qué nos acusan algunas sectas? ¿Adoramos los católicos a María? ¿Qué significa que le damos culto de veneración? ¿Qué anunció María en lo referente a su memoria? ¿Cómo la recuerda la historia a través de los siglos? ¿Se ha aparecido la Virgen María? ¿Dónde y cuándo? ¿Cuál ha sido su mensaje. ¿Qué es el Santo Rosario? ¿Es bíblica?
Beneficios de la risa y la sonrisa
Cuando alguien nos sonríe nos está mandando un mensaje de paz
El tema de hoy es un tema que muchos considerarán intrascendente, pero sin embargo y en lo personal nos parece de gran importancia y valor. Valioso e importante para nuestro caminar por la vida, para nuestro trato con los demás, para nuestro beneficio y hasta para nuestra salud.
La risa y la sonrisa. Según una terapeuta que realizó estudios en los Estados Unidos relativos a los beneficios de la risa para la mente y el cuerpo humano, así como las terapias adicionales a la misma, tales como la respiración consciente, la expresión corporal, el canto y la conversación eran factores importantísimos, aparte de un signo externo de alegría, para prevenir las enfermedades cardiovasculares, calmar los dolores físicos, regular el sistema nervioso y aliviar el estrés.
No sabemos que es lo que pensarán los médicos al respecto pero lo que si sabemos todos es que reír es algo que nos deja el alma aligerada, que es una sensación extraordinaria de bienestar y gozo que como algo mágico nos transporta un poco a nuestros tiempos infantiles y por eso el reír rejuvenece. Si, el reír rejuvenece... ¡ y qué poco reímos!.
Al sentirnos adultos nos revestimos de una gran austeridad y de una propiedad tan seria y formal que vamos olvidando poco a poco lo que es el reír y podemos decir que pasan días y días sin que la risa vigorice nuestra personalidad y alegre nuestra existencia y la de los demás. Ceño fruncido, mirada torva y reconcentrada, gesto adusto, labios apretados... eso hace daño al corazón y al espíritu.
La Madre Teresa de Calcuta solía decir: "Familia que reza unida, permanece unida" y estamos de completo acuerdo pero también nos atrevemos a decir que : "Familia que ríe unida, permanece unida"
Y reírnos un poco de nosotros mismos es el mejor antídoto para sobrellevar con buen ánimo todos nuestros errores y fallas que como seres humanos tenemos. Es cierto que no siempre hay motivos para reír, pero de lo que no podemos prescindir es de la sonrisa. La sonrisa no es carcajada, es algo más sutil, es como dice de ella Martín Descalzo:- " Si yo tuviera que pedirle a Dios un DON, le pediría que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas. Es, me parece, la cima de la expresión humana. Debe ser, por ello, muy fácil enamorarse de personas que poseen una buena sonrisa. Y ¡qué afortunados quienes tienen un ser amado en cuyo rostro aparece con frecuencia ese fulgor maravilloso!".
Cuando alguien nos sonríe nos está mandando un mensaje de paz, de equilibrio interior, de dulzura y de amor. Quién sabe amar sonríe fácilmente.
Las personas amargadas, egoístas, envidiosas, no saben sonreír. y mucho menos si son orgullosas. Reír es bueno para la salud porque la alegría es cosa sana y provechosa. Sonreír es ir derramando un haz luminoso de calor y ternura para los demás, es como un destello del mismo Dios que brota como agua fresca para las almas sedientas que se nos acercan.
Que nuestra sonrisa no sea un gesto forzado, sino algo espontáneo y natural que dará a nuestra personalidad un relieve maravillosamente profundo y humano.
Treinta días de oración a la Reina del Cielo. Flores del 1 al 5 de mayo
Devoción a la Virgen con audio
La Iglesia ha dedicado el mes de mayo a María, a la dulce Reina de nuestras vidas, es por eso que comenzando con una simple oración le regalamos nuestro corazón:
Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, para que no exista más y sea siempre la Voluntad del Padre Celestial.
Cada día del mes de mayo tiene que ser una flor para María. Por eso le regalaremos en cada jornada de su mes una meditación, una oración, una decena del Santo Rosario y una florecilla. De este modo iremos formando un ramo de flores para nuestra Reina del Cielo que nuestros ángeles custodios le llevarán en actitud de veneración.
Flor del 1 de mayo: Santa María
Fiesta de San José Obrero, su castisimo esposo.
Meditación: “El nombre de la Virgen era María” (Lucas 1,27). Según la tradición cristiana a la Santísima Virgen le impusieron ese nombre por especial designio de Dios, significando en arameo Señora, en hebreo Hermosa y en egipcio Amada de Dios.
Oración: ¡Oh hermosa Señora, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo!. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Hacer un especial examen de conciencia por la noche, antes de ir a dormir.
Flor del 2 de mayo: Lirio Perfecto de Dios
Meditación: “Hágase en mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios. Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención.
Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de amor. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, empezando por levantarme sin pereza y agradeciendo a Dios por un nuevo día.
Flor del 3 de mayo: Madre de Dios
Fiesta de nuestra Señora del Valle.
Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
Flor del 4 de mayo: Madre de Cristo
Meditación: “De Ella nació Jesús, llamado el Cristo” (Mateo 1,16). Jesús significa Salvador, y es el Cristo, es decir el Ungido, el Mesías enviado por Dios para la Salvación de Su pueblo. Y Su Madre, Madre de Cristo, del Ungido, ha sido asociada a Su Empresa Redentora. Ella es Corredentora con su amor y su dolor. También Cristo nos llama a cada uno a participar en Su grandiosa Empresa de salvar a todos los hombres.
Oración: ¡Oh Madre de Dios, oh Madre del dolor!. Como Corredentora que sos, imprime en nuestro corazón las Llagas del Señor, para participar de la Fiesta de la Salvación. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar y renovar mi consagración a Cristo y a Su Sagrado Corazón.
Flor del 5 de mayo: Madre de la Divina Gracia
Fiesta de Nuestra Señora de la Gracia
Meditación: “Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo, he ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27). Madre no sólo adoptiva sino que nos da la Vida, nos da a Cristo, más exactamente nos da la gracia santificante, la vida sobrenatural, algo físico y real que consiste en la unión con Cristo.
Oración: ¡Oh Madre de la Divina Gracia, que nos llevas a la Vida!. Muéstranos como Manantial de Gracia el camino hacia la verdadera Patria. Tu, llena de Gracia, sed la Salvación de nuestras pobres almas. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Poner los medios para estar en gracia de Dios.
Regina Caeli: permanecer en Jesús, dar testimonio de su amor
El Papa Francisco ha realizado la oración mariana del Regina Caeli este 2 de mayo en la Plaza de San Pedro. Comentando el Evangelio del quinto domingo de Pascua, subrayó la importancia de permanecer en Jesús para dar testimonio de su amor
“Permanecer”, es el verbo clave en el Evangelio de hoy (Jn 15, 1-8) y aparece repetido por Jesús siete veces. El Papa puntualiza: “No hay vid sin sarmientos, y viceversa. Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, que es la fuente de su existencia”.
Permanecer en Jesús, una acción activa y recíproca Francisco subraya que el permanecer al que se refiere no es pasivo, ni nos mantiene en estado de reposo. “El “permanecer en Él” que Jesús nos propone es una permanencia activa, y también recíproco. ¿Por qué? Porque sin la vid los sarmientos no pueden hacer nada, necesitan la savia para crecer y dar fruto; pero también la vid necesita los sarmientos, porque los frutos no brotan del tronco del árbol. Es una necesidad recíproca, es una permanencia recíproca para dar fruto”.
Todo lo podemos en Jesús
La observancia de los mandamientos o las obras de misericordia -continúa el Papa- vienen después; antes es necesario estar unidos al Señor, permanecer en Él. “No podemos ser buenos cristianos si no permanecemos en Jesús. Y, en cambio, con Él lo podemos todo (cf. Flp 4,13)”, afirma el Obispo de Roma.
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La “audacia” del Señor que nos necesita
“Pero también Jesús, como la vid con los sarmientos, nos necesita. Tal vez este concepto nos parezca audaz, por lo que debemos preguntarnos: ¿en qué sentido Jesús necesita de nosotros? Él necesita de nuestro testimonio. El fruto que, como sarmientos, debemos dar es el testimonio de nuestra vida cristiana”.
La misión de los discípulos de Jesús es seguir anunciando la buena noticia del Reino en el mundo, de palabra y de obra. Y lo hacen dando testimonio de su amor: el fruto que hay que dar es el amor. Unidos a Cristo, recibimos los dones del Espíritu Santo, y así podemos hacer el bien al prójimo y a la sociedad.
Bondad, caridad y paz para el mundo
“La fecundidad de nuestra vida, afirma Francisco, depende de la oración. Podemos pedir que pensemos como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús. Y así, amar a nuestros hermanos y hermanas, empezando por los más pobres y sufrientes, como Él lo hizo, y amarlos con Su corazón y dar en el mundo frutos de bondad, de caridad y frutos de paz”.
Por último, el Papa invoca la intercesión de la Virgen María: ella, que «siempre permaneció plenamente unida a Jesús y dio mucho fruto», nos ayude a «dar testimonio del Señor resucitado en el mundo».
Preces
Por el bautismo somos hijos de Dios y miembros de Cristo. Con fe, le decimos:
R/M Tú eres la vid verdadera.
Señor, sin ti nada podemos,
– haz que todos los cristianos permanezcamos unidos a ti para dar fruto de buenas obras.MR/
Señor, tú quieres que demos fruto de buenas obras,
– enséñanos a servirte en los que sufren o pasan por momentos de dificultad.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
Oración
Dios todopoderoso y eterno, lleva a su pleno cumplimiento en nosotros el Misterio pascual, para que, quienes, por tu bondad, han sido renovados en el santo bautismo, den frutos abundantes con tu ayuda y protección y lleguen a los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.