“Sobrevino una gran calma.”
- 01 Julio 2014
- 01 Julio 2014
- 01 Julio 2014
El Papa con los Reyes de España
El encuentro ha durado unos 40 minutos y no han faltados las bromas
Felipe VI explica al papa Francisco el relevo en la Corona y espera que visite España
El pontífice se dirigió a la reina Letizia para decirla: "Con la esperanza de volver a verla pronto"
Don Felipe ha invitado al pontífice a que visite España en 2015
El papa Francisco recibió hoy a los reyes de España con una cordial bienvenida, en la que no faltaron las bromas, y Felipe VI se despidió del pontífice "con la esperanza de verle en España", tras explicarle que el relevo en la Corona ha sido "muy intenso", pero lo ha vivido "tranquilo".
Antes de entrar en la biblioteca privada del papa para esta reunión, que duró unos 40 minutos, don Felipe se dirigió al papa para preguntarle, sonriente, "¿Los monaguillos delante?", en alusión a la reciente visita al Vaticano de los reyes Juan Carlos y Sofía, cuando el pontífice, con esta expresión, les invitó a pasar antes que él.
"Así es, ¿se lo contó su padre?", contestó, divertido, el papa, antes de ceder el paso a Felipe VI y la reina Letizia para dar inicio al encuentro, a solas con ambos, en la biblioteca privada.
Para esta audiencia con el papa, don Felipe acudió a la Santa Sede con traje y corbata azul oscuro, mientras que doña Letizia vestía un traje de chaqueta blanco -color reservado en estas ocasiones a las reinas católicas- y no llevaba mantilla.
El papa y don Felipe se mostraron muy sonrientes en las palabras que intercambiaron tanto al inicio como al término de la reunión, momento en que el Rey se despidió de él "con la esperanza de verle en España" y el pontífice se dirigió además a la reina Letizia para decirla: "Con la esperanza de volver a verla pronto".
En el habitual intercambio de regalos, los Reyes entregaron al papa un facsímil del "Oráculo manual y arte de prudencia" del jesuita Baltasar Gracián, que reproduce el original adquirido por un ilustre gracianista argentino, Jorge Furt, un pequeño volumen que don Felipe hojeó ante el pontífice, al tiempo que le explicaba cómo el original se encuentra en la Pampa argentina.
Por su parte, el papa obsequió a sus invitados con un medallón de bronce que reproduce el diseño inicial de la basílica de San Pedro -que, a diferencia del definitivo, contaba con una columnata cerrada en torno a la plaza-, así como con un ejemplar de su exhortación apostólica "Evangelii Gaudium".
Tras la audiencia, los Reyes mantuvieron un encuentro de 35 minutos con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, en el que trataron diversos asuntos sociales, entre ellos el desempleo y la situación de los jóvenes en España, así como cuestiones relacionadas con la evolución de Iberoamérica.
Según informaron fuentes de la Casa del Rey, don Felipe comentó con Parolin que, en la audiencia con el papa, había reiterado la invitación para que el pontífice visite España con ocasión del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, un viaje fácil de llevar a cabo, porque "puede ser cuestión de horas", según subrayó el Rey ante el secretario de Estado. (RD/Agencias)
El Papa y los ocho cardenales
Del 1 al 4 de julio
Francisco se encuentra por quinta vez con el G-8
Las reuniones comenzarán en breve a ser decisorias
El principal objetivo del grupo es el del asesoramiento del Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, el cual ejercen tanto a título de Consejo como a título personal
Francisco se reunirá desde este martes por quinta vez con el Consejo de Cardenales, conocido como 'G8 Vaticano', instituido por el propio Pontífice para asesorarle en la reforma de la Curia y en el Gobierno de la Iglesia universal.
Las reuniones se celebrarán previsiblemente en la Sala Bolonia del Vaticano y durarán tres días, del 1 al 4 de julio. El principal objetivo del grupo es el del asesoramiento del Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, el cual ejercen tanto a título de Consejo como a título personal, siendo cada miembro libre de hacer sus propias sugerencias.
No obstante, los comentarios del Consejo son orientativos y la decisión final recae sobre el Pontífice. necesidades de reforma dentro de la Curia Romana y revisar la Constitución apostólica Pastor Bonus.
En la última reunión del 28 al 30 de abril pasado se completó el primer análisis de la situación de los Pontificios Consejos. La Santa Sede informó entonces de que en las reuniones precedentes el Consejo había examinado las Congregaciones de la Curia Romana, y que iba a hacer los mismo con los Pontificios Consejos, comenzando con consideraciones generales y más tarde uno por uno.
Además de los ocho cardenales, la Santa Sede explicó que asistía regularmente a las reuniones el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin y que el Papa participaba durante la mayor parte del tiempo, a menos que tuviera otros compromisos de particular importancia. La Santa Sede también indicó que "el trabajo por hacer todavía es mucho por lo que no debe esperar que finalice este año, sino el próximo".
(RD/Ep)
Dos referencias en la vida de la Iglesia (29.6.14)
Pedro confiesa : “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: "tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Pablo tiene conciencia de ser elegido para “que también los gentiles reciban el Mensaje".
1. En los evangelios Pedro es el pescador que, impactado por lo la invitación de Jesús, va entrando en sintonía profunda con él.Un encuentro que va creciendo poco a poco. En un proceso que tiene sus momentos de oscuridad y de crisis, sobre todo al ver el fracaso del Maestro condenado por las autoridades religiosas y políticas. Es el prototipo del creyente que se va convirtiendo, abriéndose a la presencia desconcertante de Dios en la conducta histórica de Jesús. En Pentecostés Pedro habla en nombre de los primeros discípulos, cuya fe viene a ser normativa para todas las generaciones que se suceden en la historia de la Iglesia. Confiesa el artículo central y novedoso de la fe cristiana: “Jesucristo es el Hijo de Dios vivo”. Y si la Iglesia se mantiene en esa confesión confiesa, nadie ni nada la destruirá.
2. Pablo, alcanzado y convertido por la presencia del Resucitado, abrió la Iglesia al mundo griego y romano, superando los moldes o envases de la religión judía. El evangelio de Jesús es anuncio de salvación para todos los pueblos . San Pablo vivió la fe cristiana, el encuentro con Jesucristo con una intensidad singular: “no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. Y destacó la universalidad del Evangelio: “El Señor me asistió para que también los gentiles reciban el Mensaje”
3. Pedro y Pablo son ejemplo de fe cristiana o seguimiento de Jesucristo Al final los dos rubricaron su fidelidad entregando la propia vida como testigos de Jesucristo. Ellos con como dos referencias permanentes para la Iglesia. Es ante todo comunidad de personas que nos vamos haciendo creyentes, aunque como Pedro todavía siguiendo a Jesucristo “de lejos”. Y es comunidad totalmente abierta al mundo, casa donde todos encuentran lugar con su vida a cuestas. Una Iglesia “en salida”. Lo más contrario al evangelio de la fraternidad es el sectarismo, la cerrazón a una cultura determinada y la discriminación de cualquier tipo. Nuestra fe cristiana hoy es la misma que la fe de Pedro y de Pablo: seguir a Jesucristo y en nuestra forma de vivir ofrecer el Evangelio a todos. Se comprende que la Iglesia celebre a Pedro y a Pablo en la única fiesta.
Evangelio según San Mateo 8,23-27.
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!". El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón 63
“Sobrevino una gran calma.”
El sueño de Cristo es la manifestación de un misterio. Los tripulantes de la barca representan las alma que atraviesan la vida de este mundo sobre el leño de la cruz. Además, la barca es el símbolo de la Iglesia. Sí, realmente,... el corazón de cada fiel es una barca que navega sobre el mar; no puede naufragar si el espíritu se ocupa en buenos pensamientos.
Alguien te ha injuriado: es el viento que sopla a latigazos. Has montado en cólera: es la corriente que te arrastra. Surge la tentación: sopla el viento. Tu alma se turba: las olas se encrespan. ¡Despierta a Cristo, deja que hable él! “¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y el lago le obedecen?”(Mt 8,27) ¡Imita el viento y el mar: obedece al creador! El mar escucha la orden de Cristo y tú ¿te vas a quedar sordo? El mar obedece, el viento se aplaca ¿vas tú a continuar soplando? ¿Qué queremos decir con esto? Hablar, agitarse, meditar la venganza ¿no es continuar soplando y rehusar apaciguarse por las palabras de Cristo? Cuando vuestro corazón está turbado ¡no os dejéis engullir por las olas!
Si, con todo, el viento nos puede, -porque no somos más que hombres- ,si se excitan las pasiones malas del corazón, ¡no desesperemos! ¡Despertemos a Cristo, para poder continuar nuestro viaje sobre un mar apaciguado y así llegar a nuestra verdadera patria.
San Simeón el Loco, anacoreta (522-c.a. 590)
San Simeón, apellidado el Loco, es uno de los santos más desconcertantes y originales que haya existido. Nació en Emesa, antigua ciudad de Siria, a las orillas del río Orontes, a principios del siglo VI.
Visitó los Santos Lugares con un amigo llamado Juan. En su viaje encontraron muchos ermitaños y decidieron imitar su vida sin tardanza. Primero estuvieron en un monasterio, cerca de Jericó. Después atravesaron el Jordán, en busca de mayor soledad, y se establecieron al oriente del Mar Muerto. Cada uno se construyó su laura o ermita, bastante distante la una de la otra, para no importunarse en sus oraciones.
Después de treinta años de vida de anacoreta, Simeón se sintió impelido a dejar aquellos parajes y volver al mundo para trabajar directamente por la salvación de las almas. Se separó de su amigo y regresó a su ciudad natal. Al pasar por Jerusalén meditó largamente ante el Santo Sepulcro sobre los peligros que podía acarrearle su nueva vida.- Le parecía que había dominado todas las tentaciones que le habían asaltado en la vida eremítica. Sólo de una cosa dudaba: del amor propio, del orgullo. ¿En todas aquellas austeridades y rigores, no estaría de por medio la soberbia, el deseo de ser considerado como el mayor de los santos?.-
Para cortar de raíz este peligro, ideó un método original: hacerse pasar por loco. Y empezó sin demora.
Entró en Emesa arrastrando de su cinturón un perro muerto que encontró en el camino.
El domingo entró en la iglesia bien provisto de nueces, y empezó a arrojarlas contra las velas, con tan buen tino que las apagó todas. Luego subió al púlpito y tiró las que le quedaban contra las mujeres. Y así otros disparates.
El Martirologio Romano dice de San Simeón: "Se hizo necio por Cristo, pero Dios reveló con milagros su alta sabiduría". San Juan Clímaco decía que el orgullo del espíritu es la bestia más feroz de los desiertos. Por eso Simeón trataba de encubrir su virtud bajo el velo de la locura. Murió San Simeón hacia el año 590, después de realizar muchos milagros. Su contemporáneo Evagrio, y un siglo más tarde, Leoncio, obispo de Chipre, nos han dejado muchas peripecias de su curiosa vida. Profeta, taumaturgo, excéntrico escandaloso, payaso, comparte su vida con las prostitutas, los mendigos, los desechos de la sociedad, riéndose de todo y de todos, saboteando la lógica de los que le rodean con una rara alegría inexplicable que viene de arriba; así escarnece Simeón las seguridades de nuestra vida y se transforma en caricatura de nuestra precaria fe, tan envarada y solemne. ¿Para qué estar tan serios, para qué tomarnos tan en serio, para qué respetar tantas normas y convenciones?
Todo es como una gigantesca broma que sólo tiene sentido si sabemos vivirla con humor, porque la voluntad de Dios y su Providencia, vista con ojos humanos, es un absurdo, y nuestras certezas, a la luz de Dios, deben de ser de una suprema comicidad. El más sensato de los hombres, que vuelve al revés todo prejuicio, san Simeón el loco, nos valga a la hora de tomarnos a burla a nosotros mismos y a los demás, para ser fieles, para corresponder con abandono y humor a la sonrisa del Cielo.
Oremos
Concédenos, Señor todopoderoso, que el ejemplo de San Simeón nos estimule a una vida más perfecta y que cuantos celebramos su fiesta sepamos también imitar sus ejemplos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
PERSPECTIVA
Amós 3, 1-8; 4, 11-12; Sal 5, 5-6. 7. 8; Mateo 8, 23-27
“De pronto se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él (Jesús) dormía.” Todo es cuestión de perspectiva, seguro que lo hemos experimentado miles de veces, que me perdonen los pescadores. Desde dentro de la barca parece que el movimiento de las olas es enorme, “¡que nos hundimos!”. Pero si lo contemplamos desde la orilla nos parecerá que el movimiento de la barca no es tan importante, tal vez en alguna ocasión se escorase un poco más, pero nada que nos preocupe. Claro, no tenemos el mareo de estar dentro de la barca y tenemos los pies bien firmes en el suelo. Si nos alejamos más y miramos el temporal desde la estación espacial se convertirá en un pequeñísimo grupo de nubes sobre una pequeña mancha de agua y, si distinguimos la barca, nos parecerá que flota tranquilamente en la superficie. Lo que es una gran tormenta para una barquita de pescadores es apenas un pequeño movimiento de cubierta. “(Jesús) les dijo: “¡Cobardes! ¿Qué poca fe!” Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.” Jesús, que es el Hijo de Dios, mira la historia desde la perspectiva de Dios. Está dentro de la barca, de la Iglesia, pero no pierde la paz por las contradicciones que nosotros podemos sufrir. Dentro de la historia de la Iglesia y, sobre todo, en la Providencia de Dios, no son sino un vientecillo que se mueve ligero que, en la mayoría de los casos, no nos quedará ni recuerdo. “¿Caminan juntos dos que no se conocen? ¿Ruge el león en la espesura sin tener presa?” ¿Hace Dios cosas inútiles o se olvida de su Iglesia? No. Pero a veces se nos olvida. Pensamos en la Iglesia con perspectiva humana y eso nos lleva al miedo y nos bloquea. Algunos se convierten en mesías, olvidándose del único Mesías. Otros empiezan a dar batallas por perdidas y empiezan a recortar la fe de la Iglesia que han recibido.
Si miramos desde la perspectiva de Dios nos daremos cuenta Quién es este. Jesucristo no ha abandonado a su Iglesia , por ello, a pesar de las dificultades, de las desafecciones, de las persecuciones y contrariedades, seguimos remando sin temor. Sabemos que todo eso pasará y que la barca no se hundirá. Quien se empeña en estar continuamente comentando la tormenta se olvida que tiene que llegar a una meta, e incluso llega a pensar que es inalcanzable. Nosotros no, aunque ahora mismo cueste remar hacia adelante sabemos que el Patrón nos llevará a buen puerto y aunque el bogar sea duro, no lo dejamos. La Estrella de Oriente, nuestra Madre la Virgen, nos recuerda la dirección hacia la que nos dirigimos, al cielo, acompañados de Jesús y, por eso, tan tranquilos, aunque tengamos que sudar.
El Espíritu Santo trabaja en la oración y en el dolor
Veo morir a un padre y un amigo. Su cuerpo no da para más. Se va apagando poco a poco. Mucho sufrimiento y mucha paz. Su rostro: sereno pero parece que quiere llorar. Lo que pasa en su interior en estos momentos: un misterio. Su comunicación con nosotros es ya muy limitada, pero tengo la certeza de que su intimidad con Cristo crucificado es inmensa. Me imagino a Jesús tomándole la cabeza y recostándolo sobre su pecho, mientras le dice: Has combatido bien tu combate, has corrido hasta la meta, has mantenido la fe (cfr.2 Tim 4,7), pronto descansarás en mis brazos para toda la eternidad.
El trabajo del Espíritu Santo
¿Qué es la vida? Es el tiempo de que dispone el Espíritu Santo para modelarnos conforme a la imagen de Cristo. Su trabajo en nosotros consiste en santificarnos: hacernos como Cristo. Algunos encarnan de manera especial la humildad de Cristo, otros la caridad, otros la mansedumbre, otros la pobreza, otros la obediencia.... Hay momentos de la vida en que Él nos concede identificarnos con el Cristo maestro, otros con el Cristo amigo, otros con el Cristo compasivo, otros con el Cristo triunfante...
El Espíritu Santo siempre nos conduce a Cristo
Como mi hermano sacerdote que tengo delante: un hombre que durante su vida se ha distinguido por la bondad y la caridad; a través de él he conocido y experimentado la caridad de Cristo. En un período de su vida el sufrimiento moral le ayudó a identificarse con el Cristo paciente y humilde. Y en esta última etapa de su carrera, mientras completa en su carne lo que falta a la pasión de Cristo (cfr. Col 1,24) veo en él al Cristo doliente. Qué paz terminar la vida pudiendo decir: "Para mí el vivir es Cristo" (Flp 1,21) "La gracia no ha sido estéril en mí" (1 Cor 15,10)
En nuestra pequeñez no podemos alcanzar ni de lejos la belleza y la perfección de Jesucristo. Él es el hombre perfecto y Su imagen es el proyecto del Padre para nosotros. El Espíritu Santo como agua purísima que corre por el cosmos entero, perfeccionándolo, nos arrastra con su corriente hacia Cristo: "Camino, verdad y vida" (Jn 14,6). Quien se deja guiar por Él avanza siempre en esa dirección. El Espíritu Santo siempre nos conduce a Cristo.
El Espíritu Santo requiere nuestra colaboración
Para que pueda hacer su labor de transformación, el Espíritu Santo requiere nuestra colaboración. A veces trabajamos mucho en el cultivo de la virtud, a veces es sólo cuestión de abandono y de dejarnos modelar, las almas generosas hacen las dos cosas y además se despojan del hombre viejo, de todo aquello que no sea conforme al Modelo, para revestirse del hombre nuevo (Ef 4,22).
El Espíritu Santo trabaja sobre todo en los tiempos de oración y de dolor
Los espacios reservados exclusivamente a la oración y, misteriosamente, también las horas de dolor, son el tiempo en que el Espíritu Santo suele actuar con más intensidad.
Para trabajar, el Espíritu Santo, el Escultor, necesita que seamos generosos y le demos tiempo en la oración; mejor si tenemos al Modelo delante: Cristo Eucaristía. Y cuando llegue la hora del dolor: dejarnos modelar con paciencia y fortaleza, que hace falta más fortaleza para recibir el golpe que para el ataque.
Los modos del Espíritu Santo
Sus modos ya los conocemos: cuándo se mueve como brisa suave, cuándo como viento impetuoso. Así es Él, su estilo es de ordinario el de la gota paciente que modela la roca, pero también tiene formas rigurosas y golpea con fuerza donde más duele con tal de realizar su proyecto. Como el alfarero: a veces hiende el barro con firmeza, a veces lo acaricia de forma extremadamente delicada. Lo que queda claro es que el Amor en persona lo hace todo con amor; no sabe, no puede hacerlo de manera diferente. Esta certeza, incluso a veces entre brumas, llena el alma de conforto y de confianza filial.
Y después del combate: la vida eterna en los brazos del Padre: "Ven siervo bueno y fiel, entra al gozo de tu Señor" (Mt 25,23) Y entonces adquiere pleno sentido la exhortación de San Pedro: "Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. " (1P 4,13)
¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?
Mateo 8,23-27. Tiempo Ordinario. Tú eres Dios, y duermes en la barca de mi alma; necesito tu ayuda, para confiar en ti.
Oración introductoria
Jesucristo, muchas veces no comprendo muchas cosas que me suceden ni sé explicar los problemas que surgen en mi vida diaria. Tú eres Dios, y duermes en la barca de mi alma si yo te soy fiel; por eso necesito tu ayuda, para confiar en ti, aunque duermas y parezca que "no te enteras de mi vida". Dame ese poco de fe que le faltó a los apóstoles, pues aun dormido, Tú eres el Dueño del universo. Oh, Jesús, calma la tempestad de mis tentaciones y de mis dificultades y, entonces, yo podré ver de una manera diferente tu voluntad.
Petición
Dulce Jesús, aunque muchas veces no comprendo las circunstancias que vivo, yo me acojo a ti para ver en todas ellas tu mano amorosa y protectora. Que sepa decir, desde hoy, hágase como quieras, pues la misma tormenta obedece a tu amor.
Meditación del Papa Francisco
La tercera situación se da sobre el barco: es el miedo. Cuando hay una gran agitación en el mar, el barco se cubría por las olas. "¡Sálvanos, Señor, que estamos perdidos!", dicen. ¡El miedo! Incluso aquella es una tentación del diablo: tener miedo de avanzar en el camino del Señor.
Hay una tentación que dice que es "mejor quedarse aquí", donde estoy seguro. ¡Pero esto es el Egipto de la esclavitud! Tengo miedo de seguir adelante, tengo miedo de hacia dónde me llevará el Señor. El temor, sin embargo, no es un buen consejero. Jesús muchas veces ha dicho: "¡No tengan miedo!". El miedo no nos ayuda.
La cuarta actitud es la gracia del Espíritu Santo. Cuando Jesús trae la calma al agitado mar, los discípulos en la barca se llenaron de temor. Siempre, ante el pecado, delante de la nostalgia, ante el temor, debemos volver al Señor... (Cf. S.S. Francisco, 2 de julio de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión apostólica
Imagínate que estás en una barca con tus amigos. Estás en alta mar y de repente estalla una tormenta. Todo alrededor se encrespa, las olas crecen, el viento se enfurece, tú y tus amigos no saben qué hacer. Toman cubos y remos, y también con las manos y empiezan a sacar el agua que se les está metiendo. Toda una noche así, y peligra la vida, entonces, te acuerdas que todo era un simple sueño, y lo dejas por la paz.
Algo parecido les pasó a los discípulos. Ellos partieron y por la noche les agarró la tormenta. Los relampagos, los truenos, las olas y el viento los llenaron de un pavor sin igual, tanto es así que temían perder la vida. Pero se olvidaban de Quién estaba entre ellos, durmiendo apaciblemente.
Despiertan al Maestro con gritos de auxilio, y en un momento, como si se hubieran despertado de un sueño, todo queda en una profunda tranquilidad.
Lo que más le dolió a Jesús fue encontrar tan poca fe en aquellos que estaba con Él. De allí la pregunta reproche: ¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?
Pidámosle a Cristo que aumente nuestra fe en los momentos de difíciles, para saber y comprender quién está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Propósito
Hoy dedicaré en medio de mis ocupaciones habituales, 10 minutos para hablar con Cristo, pidiéndole el regalo de confiar más en Él.
Diálogo con Cristo
Jesús, desde hoy quiero vivir viendo más allá de lo que veo. Sé que dificultades siempre he de tener y que me enfrentaré con tormentas y con baches en el camino. Pero Tú vas a mi lado. Ojalá no te despierte con mis quejas inútiles. Inútiles, porque Tú sabes lo que me sucede y te propones arreglarlo, y eso desde que moriste por mí. Por supuesto, dame la fe necesaria y la voluntad para resistir en el barco aunque éste se tambalee de aquí a allá. Jesús, no quiero preocuparme excesivamente por el futuro, pues aún no existe. Más bien quiero encontrar en ti la serenidad y el equilibrio entre lo que puedo hacer por mí solo y lo que ya corresponde a tu amor.
Creo, Señor, pero que crea con más firmeza (San Clemente XI, Oraciones)
A medio camino... empecemos hoy
Tal vez nos han pasado cosas inesperadas para poder realizar todo aquello que con tanto entusiasmo emprendimos.
Nos encontramos a medio camino, en la mitad del año.
Ha transcurrido ya tiempo desde aquellos primeros días de enero en los que pisábamos el flamante camino con un paso un poco cauteloso, con una incógnita en el corazón pero también con una alforja llena de buenos propósitos. Empezábamos el camino nuevo, mejor dicho, no había camino, ahora se ha hecho camino al andar.
Es bueno volver la vista atrás y hasta quizá hacer un alto en este tan personal sendero para ver qué ha sido de todo "aquello" que nos propusimos con auténtico afán de mejorar. ¿Somos, aunque sea un poco, algo mejores? ¿Vamos cumpliendo con aquellas metas que se nos antojaron que podíamos alcanzar? ¿Los que nos rodean podrán decir que hemos cambiado, que se nos nota diferentes y que ahora nuestro trato y cercanía es una agradable realidad?
Tal vez nos han pasado cosas, muchas cosas inesperadas, quizá dolorosas, tal vez hemos encontrado muchos obstáculos, más fuertes de lo que esperábamos encontrar para poder realizar todo aquello que con tanto entusiasmo emprendimos pero... también quizá nos hemos ido dejando llevar por el cómodo "mañana" y ese, como es natural, aún no llega. No nos desanimemos.
El comienzo de un nuevo año no es elemento privativo de cambio. Siempre se puede cambiar. Nunca es tarde. Empecemos hoy, desde este instante. Nada importa que hayan pasado los meses...lo que pasó, pasó, y en este momento lo que estamos viviendo es el HOY.
Veamos al fondo de nuestra alforja de peregrinos, de caminantes hacia la casa del Padre. ¿Todavía están aquellos propósitos, aquellos buenos deseos?. Pues empecemos hoy. Ahora. Si era el dejar de fumar, el beber en demasía y sin control, el comer desordenadamente, el abatir la pereza, etcétera, hoy es el momento.
No olvidemos que nunca es tarde para decir: te quiero, para perdonar, para llamar al amigo o a la amiga que teníamos en el olvido, para visitar a una persona que está sola o enferma, para ser más comprensivos, más tolerantes, para ser más generosos, más desprendidos, más cariñosos, más alegres, más puntuales, más responsables de nuestros deberes y obligaciones, más cordiales, más humildes, más serviciales, más honestos, más pacientes, más serenos, más limpios de corazón, más auténticos, más firmes en el cumplimiento de las leyes de Dios, en resumen: más FELICES. No olvidemos a Dios en nuestro diario caminar, Él es el único que nos dará esa fuerza para cumplir nuestros propósitos, que nos ayudará a amar más y mejor, Él es quien nos da la verdadera alegría. No olvidemos su gran amor por nosotros.
Porque vivir empeñados en todo esto nos traerá la PAZ y con la paz en nuestra vida iremos haciendo el camino nuevo, que día a día, marcan nuestros pasos, pero siempre con el esfuerzo y el empeño de ser cada día mejores. EMPECEMOS HOY.