Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre
- 11 Julio 2015
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Francisco, rodeado de niños en Paraguay
Francisco arranca la última etapa de su histórico viaje por Latinoamérica
Un Papa sin paraguas recibe un aguacero de cariño a su llegada a Asunción
Bergoglio desea "copiosas gracias" a Argentina a su paso por su país natal
Jesús Bastante, 10 de julio de 2015 a las 21:12
El Papa dice adiós a Bolivia y parte rumbo a Paraguay
Paraguay y Argentina se preparan para el mayor cruce fronterizo de su historia
El Paraguay que espera al Papa Francisco
Varias decenas de pequeños se saltaron el arco de seguridad y "placaron" al Santo Padre, quien se dejó abrazar, achuchar y besar por los pequeños
(Jesús Bastante).- Una intensa lluvia recibió a Francisco a su llegada a Asunción, última etapa de su histórico viaje a Latinoamérica. No quiso el Papa resguardarse del aguacero con un paraguas. Con todo, las gotas de lluvia no fueron nada en comparación con el "tsunami" de cariño que el Pontífice recibió por parte de las autoridades, el mundo de la cultura, los pueblos indígenas y los niños. Varias decenas de pequeños se saltaron el arco de seguridad y "placaron" al Santo Padre, quien se dejó abrazar, achuchar y besar por los pequeños.
Paraguay será la última etapa de este viaje que arrancó el domingo en Ecuador y que también le llevó a la Bolivia de Evo Morales. Una visita emotiva, con mensajes que habrá que leer y estudiar con calma, y no exento de polémicas, muchas de ellas provocadas por los sectores más ultraconservadores, que no acaban de entender que el Espíritu está soplando de otro modo.
El presidente Horacio Cartes con toda su comitiva, esperaba bajo las escalerillas del aeropuerto Silvio Pettirossi para recibir al Papa. Tras los saludos protocolarios, un coro de niños interpretó el himno de Paraguay, en guaraní, y el vaticano, en castellano. Tras varios cantos, se proyectó un reportaje en recuerdo del viaje de san Juan Pablo II al país, y el Papa bendijo una placa en honor a dicho evento, que tuvo lugar en 1988.
A ello siguieron sucesivos bailes de las distintas etnias y tradiciones del Paraguay, en una ceremonia que no puede calificarse como sobria ni pasará a la historia por su corta duración. Tal vez sí por su originalidad, pues Paraguay es un pueblo compuesto por distintas culturas, etnias y manifestaciones. La danza con campesinos, Cristos y Vírgenes vivientes al pie del avión fue una buena mezcla de todo ello.
Colorido, música y una multitud de niños que al término de la ceremonia, en la que no hubo discursos, se tiraron literalmente encima del Pontífice, provocando más de un dolor de cabeza para Domenico Giani, el jefe de seguridad del Vaticano.
Pocos minutos después, el Papa emprendió viaje hacia la capital de Paraguay en un papamóvil descubierto que, por causa de la lluvia, fue impermeabilizado casi por completo, lo que no impidió que el Santo Padre saludara a la multitud que le esperaba en las calles, hasta el palacio de López, donde tendría lugar su primer discurso en tierras paraguayas, junto al presidente Horacio Cartes.
Durante el vuelo que lo llevó desde Bolivia a Paraguay, el Papa Francisco envió un breve mensaje a la presidenta Cristina Kirchner. Es que es costumbre protocolar del Vaticano enviar telegramas de salutación de los mandatarios de aquellos países por cuyo espacio aérea atraviesa el avión en que viaja el Sumo Pontífice.
"Al sobrevolar la amada patria Argentina para dar comienzo a mi visita pastoral a Paraguay, me alegra enviar un cordial saludo a vuestra excelencia" comienza la breve misiva que dedicó Francisco a Cristina en la que expresa además su "cercanía y afecto a esta querida Nación, para la que pido al Señor copiosas gracias que le permitan progresar en los valores humanos y espirituales, acrecentando el compromiso por la justicia y la paz".
El Papa envió un telegrama de vuelo también al presidente de Bolivia, Evo Morales, a quien dio las gracias por su acogida en el país del Altiplano.
Estos fueron los telegramas:
Bolivia
AL EXCMO. SR. EVO MORALES AYMA PRESIDENTE DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA LA PAZ AL DEJAR ESAS QUERIDAS TIERRAS, ENVÍO UN CORDIAL SALUDO A VUESTRA EXCELENCIA, RENOVANDO MI AGRADECIMIENTO Y ESTIMA AL QUERIDO PUEBLO BOLIVIANO. CONTINÚO MI VIAJE CON LA ALEGRÍA DE HABER COMPARTIDO UNOS DÍAS COLMADOS DE GRACIA Y BENDICIÓN. FRANCISCO
Argentina
EXCMA. SRA. CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA BUENOS AIRES AL SOBREVOLAR LA AMADA PATRIA ARGENTINA PARA DAR COMIENZO A MI VISITA PASTORAL A PARAGUAY, ME ALEGRA ENVIAR UN CORDIAL SALUDO A VUESTRA EXCELENCIA, EXPRESANDO MI CERCANIA Y AFECTO A ESTA QUERIDA NACIÓN, PARA LA QUE PIDO AL SEÑOR COPIOSAS GRACIAS QUE LE PERMITAN PROGRESAR EN LOS VALORES HUMANOS Y ESPIRITUALES, ACRECENTANDO EL COMPROMISO POR LA JUSTICIA Y LA PAZ. FRANCISCO
El Pap, en la misa de Caacupé
"Estar aquí con ustedes es sentirme en casa, a los pies de nuestra Madre"
El Papa en Caacupé: "Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América"
"Los paraguayos tienen la memoria viva de una pueblo que hizo carne el Evangelio"
José Manuel Vidal, 11 de julio de 2015 a las 17:45
Mujeres y madres paraguayas que, con gran valor y abnegación, han sabido levantar un país derrotado y hundiso por una guerra inicua
(José Manuel Vidal).- Misa grande en el santuario de Caacupé, corazón mariano de Paraguay. Francisco, rodeado de cientos de miles de personas, aprovecha el lugar y la ocasión para hacer un canto a la mujer paraguaya, "la más gloriosa de América", memoria "via de un apueblo que hizo carne el Evangelio".
Dos enormes banderas de Paraguay y de la Santa Sede descienden por ambos lados de la imponente basílica mariana.
El altar, que se asoma a la esplanada delantera del santuario, decorado cona una enorme M de María. La música muy guaraní y profundamente popular.
De hecho, la primera lectura es leída en guaraní. El Evangelio, cantado en español.
Algunas frases de la homilía del Papa
"Estar aquí con ustedes, es sentirme en casa, a los pies de nuestra madre la Virgen"
"Un lugar de fiesta, de encuentro, de familia"
"Acá se está en casa y alguien nos espera"
"Este santuario es parte vital del pueblo paraguayo, que así lo sienten, lo rezan y lo cantan"
"María es la madre del Sí"
"Un sí que no fue nada fácil"
"Un sí que no la llenó de privilegios"
"Tres momentos difíciles en la vida de María"
"Primero, el nacimiento de Jesús. No había lugar para ellos"
"Estaban solos".
"Segundo momento, la huída a Egipto. Tuvieron que exilarse"
"Tuvieron que marcharse a tierra extranjera"
"Tercer momento, la muerte de Jesús"
"No hay situación más difícil para una madre, que acompañar la muerte de su hijo"
"Al pie de la cruz, firme, sin abandonar"
"Allí también pudo preguntarse: ¿Dónde está lo que me dijo el ángel?"
"Ella comprende nuestra realidades"
"Ella es la madre de la Iglesia"
"Su vida es testimonio de que Dios no abandona a su pueblo"
"Estuvo atenta"
"Es la madre que ha estado a nuestro lado"
"María ha estado y está al lado de sus hijos"
"Ha estado y está en las mesas de cada hogar"
"No vamos sólos. Ella nos acompaña"
"Los paraguayos tienen la memoria viva de una pueblo que hizo carne el Evangelio"
"Mujeres y madres paraguayas que, con gran valor y abnegación, han sabido levantar un país derrotado y hundiso por una guerra inicua"
"Ustedes tienen la genética de las que reconstruyeron el pueblo con la fe de María"
"Siguieron creyendo, incluso esperando contra toda esperanza y cuando todo parecía derrumbarse"
"NO dejar que esta tierra se desmadre"
"Dios bendiga y aliente su fe"
"Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América"
"LLamada a no perder la memoria ni las raíces"
"Sigan primereando en el amor"
Texto completo de la homilía del Papa
Estar aquí con ustedes es sentirme en casa, a los pies de nuestra Madre la Virgen de los Milagros de Caacupé. En un santuario los hijos nos encontramos con nuestra Madre y entre nosotros recordamos que somos hermanos. Es un lugar de fiesta, de encuentro, de familia. Venimos a presentar nuestras necesidades, venimos a agradecer, a pedir perdón y a volver a empezar. Cuántos bautismos, cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas, cuántos noviazgos y matrimonios nacieron a los pies de nuestra Madre.
Cuántas lágrimas y despedidas. Venimos siempre con nuestra vida, porque acá se está en casa y lo mejor es saber que hay alguien que nos espera.
Como tantas otras veces, hemos venido porque queremos renovar nuestras ganas de vivir la alegría del Evangelio.
Cómo no reconocer que este santuario es parte vital del pueblo paraguayo, de ustedes. Así lo sienten, así lo rezan, así lo cantan: «En tu Edén de Caacupé, es tu pueblo Virgen pura que te da su amor y fe». Y estamos hoy como el Pueblo de Dios, a los pies de nuestra Madre a darle nuestro amor y fe.
En el Evangelio acabamos de escuchar el anuncio del Ángel a María que le dice: «Alégrate, llena de gracia. El Señor está contigo». Alégrate, María, alégrate. Frente a este saludo, ella, quedó desconcertada y se preguntaba qué quería decir. No entendía mucho lo que estaba sucediendo. Pero supo que venía de Dios y dijo «sí». María es la madre del «sí». Sí, al sueño de Dios, sí al proyecto de Dios, sí a la voluntad de Dios. Un «sí» que, como sabemos, no fue nada fácil de vivir. Un «sí» que no la llenó de privilegios o diferencias, sino que, como le dirá Simeón en su profecía: «A ti una espada te atravesará el corazón» (Lc 2,35). Y ¡vaya que se lo atravesó! Por eso la queremos tanto y encontramos en ella una verdadera Madre que nos ayuda a mantener viva la fe y la esperanza en medio de situaciones complicadas. Siguiendo la profecía de Simeón nos hará bien repasar brevemente tres momentos difíciles en la vida de María.
1. El nacimiento de Jesús. «No había un lugar para ellos» (Lc 2,7). No tenían una casa, una habitación para recibir a su hijo. No había espacio para que pudiera dar a luz. Tampoco familia cercana, estaban solos. El único lugar disponible era una cueva de animales. Y en su memoria seguramente resonaban las palabras del Ángel: »Alégrate María, el Señor está contigo». Y podía haberse preguntado: ¿Dónde está ahora?
2. La huida a Egipto. Tuvieron que irse, exiliarse. Allí no solo no tenían un espacio, ni familia, sino que incluso sus vidas corrían peligro. Tuvieron que marcharse e ir a tierra extranjera. Fueron migrantes por la codicia y la avaricia del emperador. Y allí podría haberse preguntado: ¿Dónde está lo que me dijo el Ángel?
3. La muerte en la cruz. No debe existir situación más difícil para una madre que acompañar la muerte de un hijo. Son momentos desgarradores. Ahí vemos a María, al pie de la cruz, como toda madre, firme, sin abandonar, acompañando a su Hijo hasta el extremo de la muerte y muerte de cruz. Y luego conteniendo y sosteniendo a los discípulos.
Vemos su vida, y nos sentimos comprendidos, entendidos. Podemos sentarnos a rezar y usar un lenguaje común frente a un sinfín de situaciones que vivimos a diario. Nos podemos identificar en muchas situaciones de su vida. Contarle de nuestras realidades porque ella las comprende.
Ella es la mujer de fe, es la Madre de la Iglesia, ella creyó. Su vida, es testimonio de que Dios no defrauda, no abandona a su Pueblo, aunque existan momentos o situaciones que parecen que Él no está. Ella fue la primera discípula que acompañó a su Hijo y sostuvo la esperanza de los apóstoles en los momentos difíciles. Fue la mujer que estuvo atenta y supo decir -cuando parecía que la fiesta y la alegría se terminaba-: «no tienen vino» (Jn 2,3). Fue la mujer que supo ir y estar con su prima Isabel «unos tres meses» (Lc 1,56) para que no estuviera sola en su parto.
Todo esto lo sabemos por el Evangelio, pero también sabemos que, en esta tierra, es la Madre que ha estado a nuestro lado en tantas situaciones difíciles. Este Santuario, guarda, atesora, la memoria de un pueblo que sabe que María es Madre y ha estado y está al lado de sus hijos.
Ha estado y está en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras casas. Ha estado y está en nuestros trabajos y en nuestros caminos. Ha estado y está en las mesas de cada hogar. Ha estado y está en la formación de la Patria, haciéndonos Nación. Siempre con una presencia discreta y silenciosa. En la mirada de una imagen, estampita o medalla. Bajo el signo de un rosario, sabemos que no vamos solos. ¿Por qué? Porque María quiso estar en medio de su Pueblo, con sus hijos, con su familia. Siguiendo siempre a Jesús, desde la muchedumbre. No quiso, como buena madre abandonar a los suyos, sino por el contrario, siempre se metió en donde un hijo pudiera estar necesitando de ella. Tan solo, porque es Madre.
Una Madre que aprendió a escuchar y a vivir en medio de tantas dificultades de aquel: «No temas, el Señor está contigo» (cf. Lc 1,30). Una madre que continúa diciéndonos: «Hagan lo que Él les diga» (Jn 2,5). Es su invitación constante y continúa: «Hagan lo que Él les diga». No tiene un programa propio, no viene a decirnos nada nuevo, tan solo su fe acompaña nuestra fe.
Ustedes lo saben, han hecho experiencia de esto que estamos compartiendo. Todos ustedes, todos los paraguayos tienen la memoria viva de un Pueblo que ha hecho carne estas palabras del Evangelio. Y quisiera referirme de modo especial a ustedes mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación, han sabido levantar un País derrotado, hundido, sumergido por la guerra. Ustedes tienen la memoria, la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe, la dignidad de su Pueblo. Como María, han vivido situaciones muy pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe. Ustedes al contrario, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes, inclusive «esperando contra toda esperanza» (Rm 4,18). Cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: No temamos, el Señor está con nosotras, está con nuestro Pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga. Y allí encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre. Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente su fe, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América.
Como Pueblo, hemos venido a nuestra casa, a la casa de la Patria paraguaya, a escuchar una vez más, esas palabras que tanto bien nos hacen: «Alégrate, el Señor está contigo». Es un llamado a no perder la memoria, las raíces, los muchos testimonios que han recibido de pueblo creyente y jugado por sus luchas. Una fe que se ha hecho vida, una vida que se ha hecho esperanza y una esperanza que los lleva a primerear en la caridad. Sí, al igual que Jesús, primereen en el amor. Sean ustedes los portadores de esta fe, de esta vida, de esta esperanza. Sean ustedes los forjadores de este hoy y mañana paraguayo.
Volviendo a mirar la imagen de María los invito a decir juntos: «en tu Edén de Caacupé, es tu pueblo Virgen pura que te da su amor y fe». Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Evangelio según San Mateo 10, 24-33
El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo a aquel que reniegue de mí ante los hombres.
Oración Introductoria
Aquí estoy ante ti, Jesús mío. Vengo ante ti para estar unos momentos contigo. Te pido que renueves mi amor, mi fe y mi confianza en ti. Además te quiero pedir una cosa más, que jamás me aparte de ti. Señor, ayúdame a sacar el mayor provecho posible de esta meditación.
Petición
Jesús, ilumina mi alma y mi mente para escuchar tu voz, en la meditación, y seguirla.
Meditación del Papa Francisco
Yo me repito mucho en esto. Una Iglesia que no sale es una Iglesia “de exquisitos”. Un movimiento eclesial que no sale en misión, es un movimiento “de exquisitos”. Y a lo más, en vez de ir a buscar ovejas para traer, o ayudar o dar testimonio, se dedican al grupito, a peinar ovejas. ¿No? Son peluqueros espirituales. ¿No? Eso no va.
O sea salir, salir de nosotros mismos. Una Iglesia o un movimiento, una comunidad cerrada se enferma. Tiene todas las enfermedades de la cerrazón. Un movimiento, una Iglesia, una comunidad que no sale se equivoca. Pero es tan lindo pedir perdón cuando uno se equivoca. Así que no tengan miedo. Salir en misión. Salir en camino. Somos caminantes. Pero cuidado, santa Teresa lo avisaba, por ahí en el camino, nos gusta un lindo lugar y nos quedamos ahí, ¿no? Nos olvidamos que tenemos que seguir para allá. No quedarnos.
Descansar sí, pero después seguir caminando y caminantes, no errantes. Porque se sale para dar algo. Se sale en misión. Pero no se sale para dar vueltas sobre uno mismo, ¿no?, dentro de un laberinto que ni nosotros mismos podemos comprender. Caminantes y no errantes. (S.S. Francisco, al Movimiento de Schoenstatt, 24 de octubre de 2014).
Reflexión
"¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros”. Dios nunca se deja ganar en generosidad. Como buen Padre, nos consiente y nos da toda clase de bienes, aun aquellos que no nos atrevemos a pedir; pero como buen Maestro, también nos educa y nos enseña a vivir confiados en Él, poniendo al mismo tiempo de nuestra parte para corresponder a su amor.
La confianza, es una virtud elemental en toda relación humana, y cuánta más confianza deberíamos tener en Dios.
Recuerden, cuando eran pequeños, aquella vez que paseaban por la ciudad. Caminaban de la mano de su Padre, alegres. Como todo niño miraban a todas partes, no temían nada estando al lado de su padre. Voltearon a ver a su papá y le dijeron que lo querían, no con palabras sino tan solo con una mirada... se sentían seguros.
Sabían que su papá no dejaría que les ocurriera nada malo, nada que pudiera dañarlos.
Pues Dios, que es nuestro Padre celestial, jamás va a permitir nada semejante para nosotros. Tenemos garantía en el Evangelio de que así será, y en el presente no es la excepción: "Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros".
Ya lo decía Santa Teresita de Lissieux: "Lo que le duele a Dios, lo que hiere su corazón es la falta de confianza en Él".
"Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo los reconoceré ante mi Padre que está en el cielo".
¡Que Qué más queremos, si Jesús mismo intercede por nosotros ante el Padre! Tan solo hay una pequeña aunque costosa condición: Reconocerle abiertamente ante los hombres. Esta condición es pequeña pero difícil porque muchas veces preferimos "quedar bien" ante nuestros amigos, compañeros de trabajo, ante la sociedad...
Nuestra manera de reconocerle ante los hombres, y así no ser negados por Cristo ante el Padre, es dar testimonio de vida con cosas tan simples como ir a Misa, confesarse y -si llega el caso- defender la fe. De este modo Cristo estará feliz con nosotros y será nuestra garantía el día final.
Propósito
Hoy daré testimonio de mi fe invitando a un amigo a hacer una visita a la Eucaristía.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido que me des la gracia de jamás negarte delante de los hombres. Te pido fortaleza, fe y amor para dar testimonio con mi vida. SeSé que me costará pero contigo a mi lado todo lo puedo. Te amo, Señor.
Tu deseo sea ver a Dios,; tu temor, si le haz de perder,; tu dolor, que no le gozas, y tu gozo lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz. Sta. Teresa de Ávila.
San Benito de Nursia
Abad, Patrón de Europa y Patriarca del monasticismo occidental
11 de julio
Martirologio Romano: Fiesta de san Benito, abad, patrono principal de Europa, que, nacido en Norcia, en la región de Umbria, pero educado en Roma, abrazó luego la vida eremítica en la región de Subiaco, donde pronto se vio rodeado de muchos discípulos. Pasado un tiempo, se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio y escribió una Regla, que se propagó de tal modo por todas partes que por ella ha merecido ser llamado «Patriarca de los monjes de Occidente». Murió, según la tradición, el veintiuno de marzo. († 547) Patronazgo: Patrón de Occidente, de Europa, de los maestros y los escolares, de los caldereros, mineros, espeólogos, de los moribundos, contra la fiebre, las inflamaciones, envenenamientos, los cólicos y contra la hechicería. Iconograffía: Se lo presenta como abad, con hábito benedictino, con vaso (con serpiente), cuervo, el libro de la regla.
Breve Biografía
Benito de Nursia, conocido como San Benito, nació en (Nursia, cerca de la ciudad italiana de Spoleto, 480 – Montecasino, 547), fundó la orden de los benedictinos y es considerado patrón de Europa y patriarca del monaquismo occidental. Benito escribió una Regla para sus monjes que fue llamada "La Santa Regla" y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas otras comunidades religiosas.
Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó la santidad.
Después de haber recibido en Roma una adecuada formación, estudiando la retórica y la filosofía.
Se retiró de la ciudad a Enfide (la actual Affile), para dedicarse al estudio y practicar una vida de rigurosa disciplina ascética. No satisfecho de esa relativa soledad, a los 20 años se fue al monte Subiaco bajo la guía de un ermitaño y viviendo en una cueva.
Tres años después se fue con los monjes de Vicovaro. No duró allí mucho ya que lo eligieron prior pero después trataron de envenenarlo por la disciplina que les exigía.
Con un grupo de jóvenes, entre ellos Plácido y Mauro, fundo su primer monasterio en en la montaña de Cassino en 529 y escribió la Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo occidental. Fundó numerosos monasterios, centros de formación y cultura capaces de propagar la fe en tiempos de crisis.
Vida de oración disciplina y trabajo
Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas rezando y meditando. Hacia también horas de trabajo manual, imitando a Jesucristo. Veía el trabajo como algo honroso. Su dieta era vegetariana y ayunaba diariamente, sin comer nada hasta la tarde. Recibía a muchos para dirección espiritual. Algunas veces acudía a los pueblos con sus monjes a predicar. Era famoso por su trato amable con todos.
Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros. Fue un poderoso exorcista. Este don para someter a los espíritus malignos lo ejerció utilizando como sacramental la famosa Cruz de San Benito.
San Benito predijo el día de su propia muerte, que ocurrió el 21 de marzo del 547, pocos días después de la muerte de su hermana, santa Escolástica. Desde finales del siglo VIII muchos lugares comenzaron a celebrar su fiesta el 11 de julio.
La medalla de San Benito
La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo. Como todo sacramental, su poder está no en si misma sino en Cristo quien lo otorga a la Iglesia y por la fervorosa disposición de quién usa la medalla.
Descripción de la medalla:
En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: "A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia". (Oración de la Buena Muerte). El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:
C.S.P.B.: "Santa Cruz del Padre Benito"
C.S.S.M.L. : "La santa Cruz sea mi luz" (crucero vertical de la cruz)
N.D.S.M.D.: "y que el Dragón no sea mi guía." (crucero horizontal)
En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:
V.R.S. : "Abajo contigo Satanás"
N.S.M.V. : "para de atraerme con tus mentiras"
S.M.Q.L. : "Venenosa es tu carnada" I.V.B. : "Trágatela tu mismo".
PAX : "Paz"
ORACIÓN PARA PEDIR SU PROTECCIÓN
Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente. Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías. Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén. Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas. Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Ángel, el niño que le llevó un gallo al Papa para que se preparase un 'Vori-vori'
"La tentación de maquillarlo todo"
El gallo que le llevó el niño Ángel al Papa
"Aunque sólo el 2,5 de los paraguayos posee el 85% de la tierra"
Joseantonio Rafael Soto, 11 de julio de 2015 a las 08:59
Paraguay es el segundo país del mundo donde hay mayor concentración del campo en pocas manos
(Joseantonio Rafael Soto, Asunción).- El papa visita un Paraguay inmerso en una fuerte religiosidad y a la,vez sufriendo una desigualdad social. El informe de la FAO dice que es el segundo país del mundo, donde hay mayor concentración del campo en pocas manos. Y da una cifra escalofriante, que solo el 2,5 de los paraguayos posee el 85 por ciento de toda la tierra.
Y esto es fruto de la inercia, inoperancia, y corrupción de muchos gobiernos anteriores. En Uruguay hay una ley que solo permite tener como máximo sesenta mil hectáreas. Aquí he leído alguna vez que hay quien tiene más de un millón.
La otra cara de la moneda es que mucha gente se encuentra en extrema pobreza, enorme paro sobretodo juvenil, etc. A todo esto se une que la mayor parte de las tierras no están en manos paraguayas, sino extranjeras, sobretodo brasileñas. Como decía una persona este va a ser dentro de poco un pais brasileño.
Y ahora con la visita del Papa hay un poco la tentación de maquillar las cosas, y presentar lo que no es... Ayer hubo en ensayo con los oradores que van a hablar en la reunión del Papa con las personas de la politica, la economía, la intelectualidad etc, y hubo muchas críticas con alguno de ellos, porque no pintaban la realidad como era.
Como relajante de todo esto vamos a contar la historia de Ángel y el Papa; es muy inocente y emotiva. Ángel madrugó mucho, y muy de mañana llegó al aeropuerto. Desde tempranas horas ya se encontraba allí. Él quería estar presente en la venida del Papa, y no se fue solo sino que llevó consigo un gallo. Se lo quería regalar al Papa para que hiciese un "Vori vori", esa comida paraguaya tan sabrosa.
Ya tenemos al Papa entre nosotros y su recibimiento ha sido apoteósico, como su recorrido en el papamóvil por las calles de la ciudad. Y no digamos de la parada que hizo en la cárcel de mujeres.
En vacaciones...la vida interior... ¿qué?
No olvidemos, porque estamos de vacaciones, todo el esfuerzo que hicimos para mejorar día con día cuando estábamos en tiempo de trabajo
Sería interesante preguntarnos si la vida interior puede o debe tener vacaciones.
Primero partiremos de lo que significa o encierra la palabra: vacación.
Vacación es la suspensión del trabajo o del estudio durante algún tiempo y este tiempo de asueto, descanso y recreo que siempre ha sido sumamente necesario para el hombre, lo es mucho más para el hombre de nuestros días. Y al decir el hombre nos referimos también a la mujer y a los pequeños y grandes estudiantes que llevan un tiempo largo y sostenido en sus quehaceres y trabajos.
El periodo de vacaciones es muy saludable para la mente y para el cuerpo pues la rutina y el esfuerzo de la vida diaria pueden llegar a sumirnos en el estrés y por lo tanto al menor rendimiento de nuestras capacidades. Todo esto lo sabemos y está muy bien hasta ahí, pero.. ¿y la vida interior... el espíritu?
Decididamente es otra parte de la que sabemos se compone el hombre y no puede entrar en vacaciones. El enemigo acecha, siempre está alerta... él no tiene vacaciones.
Darle vacaciones a nuestra vida interior sería empezar a perder terreno en la batalla del bien contra el mal.
Nuestro espíritu se nutre de la oración, de la meditación, de la cercanía de los Sacramentos y de la presencia de Dios.
Estamos de acuerdo que el cambio en nuestro modo de vivir por vacaciones hará un poco distinto lo habitual pero hemos de procurar dar en todo momento un lugar preponderante a esta parte íntima de nuestro ser.
Hemos de acrecentar el deseo de orar, de elevar nuestra alma al Creador al contemplar una puesta de sol, quizá el mar, quizá la montaña. ¿Quién no puede encontrar, si quiere, un momento para darle gracias a Dios por el lindo día de campo, de viaje, de museos, de alegre diversión, de descanso, de encuentro con amigos o familiares distantes y pedirle nos siga bendiciendo y aumentando nuestra fe, en el siguiente día?
¿Quién no puede, si se lo propone, cumplir con el precepto de la Misa los domingos y tratar de buscar la palabra adecuada, la semilla buena, dejada caer como al azar, para que más tarde germine en el alma de quien tuvimos la ocasión de tratar en un viaje, o en una reunión?
Las vacaciones de nuestro espíritu son un mayor acercamiento a Dios. Ahí se robustece, ahí cobra mayor vigor.
No olvidemos, porque estamos de vacaciones, todo el esfuerzo que hicimos para mejorar día con día cuando estábamos en tiempo de trabajo, por el contrario, empeñemos en obtener, donde quiera que estemos, un mejoramiento y superación en nuestra vida interior y el recuerdo de, que por donde pasamos, intentamos dejar una huella de luz para los demás.