Señor, enséñanos a orar

Evangelio según San Lucas 11,1-4. 


Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".


La Iglesia celebra Nuestra Señora del Rosario

Nuestra Señora, la Virgen del Rosario

Memoria de la Santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquella que estuvo especialmente unida a la Encarnación, Pasión y Resurrección del Hijo de Dios.

El Rosario es una serie de 150 avemarías repartidas en decenas; cada una de las cuales comienza por un padrenuestro y termina con un gloria. Los fieles honran durante el rosario a Cristo y a su Santísima Madre y meditan sobre los quince principales misterios de la vida de ambos, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, los sufrimientos y la glorificación del Señor y una síntesis de su obra redentora. Si se sigue la propuesta del papa Juan Pablo II, se debe agregar a estos quince los cinco «misterios de la luz», que añade al conjunto cinco aspectos «sacramentales» (el bautismo de Jesús, las Bodas de Caná, la proclamación del Reino, la Transfiguración y la institución de la Eucaristía). El cristiano debería tener siempre presente esos misterios, rendir a Dios un homenaje de amor perpetuo, alabarle por cuánto sufrió por él, y regular su vida y moldear su alma con la meditación de los misterios del rosario. Precisamente ese rezo es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aun a las menos instruidas, y una excelente manera de ejercitar los actos más sublimes de fe y contemplación. Todo el Evangelio está contenido en el padrenuestro, la oración que el Señor nos enseñó, y quienes lo han penetrado a fondo no pueden cansarse de repetirlo; en cuanto al avemaría, toda ella está centrada en el misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho misterio. Aunque en el avemaría hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por la infinita misericordia que nos mostró al encarnarse.

San Pío V ordenó en 1572 que se conmemorase anualmente a Nuestra Señora de las Victorias para obtener la misericordia de Dios sobre su Iglesia, para agradecerle sus innumerables beneficios y, en particular, para darle gracias por haber salvado a la cristiandad del dominio de los turcos en la victoria de Lepanto (1571). Aquel triunfo fue una especie de respuesta directa del cielo a las oraciones y procesiones del rosario, organizadas por las cofradías de Roma, en el momento en que se libraba la batalla. Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de octubre (día en que se había ganado la batalla). El 5 de agosto de 1716, día de la fiesta de la dedicación de Santa María la Mayor, los cristianos, mandados por el príncipe Eugenio, infligieron otra importante derrota a los turcos en Peterwardein de Hungría. Con ese motivo, el Papa Clemente XI extendió a toda la Iglesia de Occidente la fiesta del Santo Rosario. Actualmente se celebra el 7 de octubre, día en que se ganó la batalla de Lepanto; pero los dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

Según la tradición dominicana, ratificada por muchos Pontífices, santo Domingo fue quien dio al rosario su forma actual, cuando obedeció al pie de la letra las instrucciones que le dio la Santísima Virgen en una visión. Es posible que no exista ninguna tradición de este tipo que haya sido más violentamente atacada ni más apasionadamente defendida. La verdad de aquel suceso fue puesta en duda por primera vez hace dos siglos y, desde entonces, la controversia se ha entablado una y otra vez. Ya se sabe que el uso de objetos similares al rosario para ayudar a la memoria a llevar la cuenta es muy antiguo y anterior a la época de santo Domingo. Por no citar más que un ejemplo, los monjes de Oriente emplean una especie de rosario de cien cuentas o perlas dispuestas de modo muy diferente al nuestro y que no tiene nada que ver con el que nosotros rezamos. Por otra parte, está fuera de duda que en el siglo XIII se acostumbraba ya en todo el Occidente repetir cierto número de padrenuestros o avemarías (con frecuencia 150, que es el número de los salmos) y llevar la cuenta por medio de sartas de cuentecillas. La famosa Lady Godiva, de Coventry, que murió hacia 1075, legó a cierta estatua de Nuestra Señora «el collar de piedras preciosas que había mandado ensartar en un cordón para poder contar exactamente sus oraciones» (Guillermo de Melmesbury) . Está prácticamente probado que dichos collares se usaban para rezar padrenuestros; por ello, en el siglo XIII y durante toda la Edad Media, se llamaban «paternosters», y se daba el nombre de «paternostreros» a quienes los fabricaban. Un sabio obispo dominico, Tomás Esser, afirmaba que la costumbre de meditar durante la recitación de las avemarías había sido introducida por ciertos cartujos en el siglo XIV. Por otra parte, ninguna de las historias del rosario anteriores al siglo XV hace mención de santo Domingo y, durante los dos siglos siguientes, ni siquiera los dominicos estaban de acuerdo en la manera de definir el papel desempeñado por el santo fundador. Ninguna de sus biografías primitivas habla del rosario y los primeros documentos de la orden, aun los que se refirieron a los métodos de oración, tampoco lo mencionan. Además, la iconografía dominicana, desde los frescos de Fra Angélico hasta la suntuosa tumba de Santo Domingo en Bolonia (terminada en 1532), no ofrece vestigios del rosario.

En vista de los hechos que acabamos de enumerar, la opinión actual sobre el origen del rosario es muy diferente de la que prevalecía en el siglo XVI. Dom Luis Gougaud escribía en 1922 que «los diferentes elementos que componen la devoción católica conocida ordinariamente con el nombre de rosario, son el producto de un desarrollo gradual y prolongado, de una evolución que comenzó antes de la época de santo Domingo, continuó sin que el santo influyese en ella y tomó su forma definitiva varios siglos después de su muerte». El P. Gettino, O.P., opina que santo Domingo puede considerarse como el creador de la devoción del rosario, porque popularizó la práctica de rezar una serie de avemarías, aunque no fijó su número ni determinó la inserción de los padrenuestros. Por su parte, el P. Beda Jarret, O.P., afirma enfáticamente que el rosario inventado por santo Domingo no era, propiamente hablando, «una devoción o fórmula de oración sino un método de predicación». El P. Petitot, O.P. considera que la visión de la Virgen es un símbolo y no un hecho histórico.

Pero, aunque tal vez haya que abandonar la idea de que santo Domingo inventó y propagó la devoción del rosario, no por ello deja ésta de estar íntimamente relacionada con los dominicos, ya que fueron ellos quienes le dieron la forma que tiene actualmente y durante varios siglos la han predicado en todo el mundo. Ello ha sido una fuente de bendiciones para innumerables almas y ha producido una corriente incesante de oraciones que se elevan a Dios. No hay cristiano, por simple e iletrado que sea, que no pueda rezar el rosario. Y dicha devoción puede ser el vehículo de la más alta contemplación y de la oración más sencilla. El rosario, que es una oración privada, sólo cede en dignidad a los salmos y a la oración litúrgica, la oración que la Iglesia, en cuanto tal, eleva a Dios todopoderoso y a su enviado Jesucristo. Todo cristiano está familiarizado con la idea de que, siendo el rosario una verdadera fuente de gracias, es muy natural que la Iglesia le consagre una fiesta.

Acerca del origen de esta fiesta, véase Benedicto XIV, De festis, lib. II, c. 12, n. 16; y Esser, Unseres Lieben Frauen Rosenkranz, p. 354. Los argumentos que se oponen a la atribución de la institución del rosario a santo Domingo pueden verse por extenso en Acta Sanctorum, agosto, vol. I, pp. 422 ss; en The Month, oct. 1900 y abril 1901; el P. Thurston, autor de dichos artículos, los resumió en Catholic Encyclopedia (lamentablemente, no hay vesión castellana de este artículo). Naturalmente no faltan autores que reivindiquen para santo Domingo la gloria de haber inventado el rosario, por ejemplo, P. W. Lescher, O.P., St Dominic and the Rosary (1902). Sobre el rosario en los documentos de los últimos pontífices, pueden verse la encíclica «Grata Recordatio», de Juan XXIII, la exhortación apostólica «Marialis Cultus», de Pablo VI, o la carta apostólica «Rosarium Virginis Mariae» de Juan Pablo II, en la que propone los cinco misterios de luz que mencionábamos más arriba. Artículo del Butler-Guinea con modificaciones. En nuestro sitio hay un Rosario en línea con lecturas bíblicas e ilustrado con cuadros de grandes pintores.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

 

 

Francisco, durante su intervención hoy en el Sínodo

El arzobispo de Ayacucho denuncia un "ataque artero" contra la institución familiar
El Sínodo de Obispos buscará un "lenguaje no ofensivo" pero "que respete la doctrina"
La finalidad de la reunión "no es doctrinal, sino de actitud y sobre todo pastoral"
Redacción, 07 de octubre de 2015 a las 17:04
    •    Sínodo de la Familia, un aguijón en el corazón de la Iglesia
    •    El Sinodo deberia frenar la salida de la Iglesia de curas gays con pareja
    •    El Papa invita a "no reducir el Sínodo a la comunión de los divorciados vueltos a casar"
En el círculo menor de habla española los relatores son el español José Luis Lacunza y el venezolano Baltazar Porras, mientras que los moderadores son el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y el mexicano José Francisco Robles Ortega

Francisco acaricia al pequeño Davide al comienzo de la segunda sesión del Sínodo

Los padres sinodales buscan un lenguaje adecuado, no ofensivo, pero que respete la doctrina para referirse a la familia en los tiempos actuales, y también a los homosexuales. Así lo han explicado en el Vaticano durante el briefing informativo diario en el que se da cuenta de los contenidos de las sesiones del Sínodo de la Familia.

Así, el Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), monseñor Charles Chaput, ha puesto de manifiesto que se ha evidenciado la necesidad de dar con un lenguaje que no sea ofensivo, pero que al mismo tiempo respete la doctrina de la Iglesia católica.

"Tenemos que tener cuidado con las palabras que usamos para no herir a las personas, pero tenemos que ser fieles también a la doctrina", ha señalado Chaput al recordar que la finalidad del Sínodo de Obispos no es doctrinal, sino de actitud y sobre todo pastoral.

Por otro lado, ha explicado que en las sesiones de ayer martes por la tarde, en el círculo menor de inglés- uno de los 10 grupos lingüísticos que se encarga de elaborar un resumen del contenido de la asamblea sinodal- fue tratado el tema de la homosexualidad, pero ha precisado que solo fue mencionada y que no fue el tema dominante de la conversación.

En todo caso, se ha mostrado convencido de que el tema de la homosexualidad saldrá de nuevo en el futuro y cree que también encontrarán las palabras adecuadas para referirse al colectivo de una forma en que se sientan acogidos y no se sientan heridos.

Por otro lado, Chaput ha hecho hincapié en que es importante que el Sínodo trabaje los problemas relevantes de los continentes, y no solo los relativos a un país concreto. En este sentido, ha explicado que la audiencia a la que se dirige la Iglesia es inmensa y ha remarcado la necesidad de tener en cuenta esta diversidad.

Asimismo, ha señalado la necesidad de que haya más comunicación y diálogo entre "la Iglesia universal y la Iglesia local". En este sentido, ha precisado que "no es apropiado que una sola conferencia episcopal por su cuenta decida "cuestiones de doctrina".

Por otro lado, arzobispo de Lille (Francia), monseñor Laurent Ulrich ha reivindicado la responsabilidad de trabajar juntos en el Sínodo sobre un objeto, común y delicado como la familia y ha señalado que esto ayuda a confrontarse unos con otros y a hacer que salgan las diferencias. "La familia nos ayuda a confrontarnos con nosotros mismos y pasar por encima de nuestras diferencias", ha explicado.
 

Además, ha precisado que en los padres sinodales siguen el consejo del Papa Francisco de hablar libremente y que los temas que se van tratando son los que aparecen en el Instrumentum Laboris, el documento que ha servido de base para la preparación de esta segunda asamblea. Por último, ha concluido que en la Iglesia católica se valora la unidad pero que es necesario "estar seguros de que las diferencias culturales puedan surgir y todos puedan expresarse".

Por su parte, el arzobispo de Ayacucho (Perú), monseñor Salvador Piñeiro, ha reflexionado sobre la evangelización y ha señalado que "no se trata de pescar en la piscifactoría sino de ir a pescar fuera de la pecera". También ha explicado que los eclesiásticos en Latinoamérica se sienten muy escuchados y que agradecen que están unidos por "el mismo lenguaje, la fe y la piedad popular".

Piñeiro consideró hoy en el Vaticano que hay un "ataque artero a la institución familiar", con motivo del Sínodo de los obispos. "Hay como un doble lenguaje. Todo el mundo está de acuerdo en que la familia (es) patrimonio de la humanidad y que es la base de la sociedad", consideró el también presidente de la Conferencia Episcopal peruana.

"Pero por lo bajo en nuestras legislaciones se dan más motivos para el divorcio civil, se abre la puerta al tema del aborto. Nosotros tenemos que apostar por el Evangelio de Jesús, que es de vida", afirmó.

Piñeiro consideró que en el Sínodo ordinario que comenzó sus trabajos el lunes los participantes están hablando "con total libertad" y también escuchando "con total humildad", en línea con la petición del papa Francisco.

Piñeiro aseguró que la cuestión de cómo abordar la relación de la Iglesia con las personas homosexuales todavía no se trató en los círculos menores.

"Todavía no hemos tocado estos temas. No caminemos tan rápido", afirmó en relación con unos de los asuntos que han suscitado más interés mediático en torno a este Sínodo ordinario.

Los círculos menores celebraron ayer su primera reunión y hoy prosiguieron con el intercambio de puntos de vista sobre la base del documento "Instrumentum Laboris", que refleja las respuestas dadas por las conferencias episcopales a las preguntas planteadas para este Sínodo de la Familia. Cada uno de ellos ya eligió a sus representantes, como dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

En el círculo menor de habla española los relatores son el cardenal español José Luis Lacunza y el arzobispo venezolano Baltazar Porras, mientras que los moderadores son el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y el cardenal mexicano José Francisco Robles Ortega.

Ésta es la lista:

MODERADORES

Circulus Gallicus "A" : Cardenal Gérald Cyprien Lacroix, elegido
Circulus Gallicus "B" : Cardenal Robert Sarah, elegido
Circulus Gallicus "C" : Obispo Maurice Piat, C.S.Sp., elegido
Circulus Anglicus "A": Cardenal George Pell, elegido
Circulus Anglicus "B" :Cardenal Vincent Nichols, elegido
Circulus Anglicus "C" : Arzobispo Eamon Martin, elegido
Circulus Anglicus "D" : Cardenal Thomas Christopher Collins, elegido
Circulus Italicus "A" : Cardenal Francesco Montenegro, elegido
Circulus Italicus "B": Cardenal Edoardo Menichelli, elegido
Circulus Italicus "C" : Cardenal Angelo Bagnasco, elegido
Circulus Hibericus "A" Cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga, S.D.B. Elegido
Circulus Hibericus "B" : Cardenal Francisco Robles Ortega, elegido
Circulus Germanicus : Cardenal Christoph Schönborn, O.P.,elegido
RELATORES
Circulus Gallicus "A" : Arzobispo Laurent Ulrich, elegido
Circulus Gallicus "B" : Rev.do Padre Francois-Xavier Dumortier, S.I,. elegido
Circulus Gallicus "C": Arzobispo Paul-Andre Durocher, elegido
Circulus Anglicus "A" : Arzobispo Joseph Edward Kurtz,elegido
Circulus Anglicus "B" : Arzobispo Diarmuid Martin, elegido
Circulus Anglicus "C" : Arzobispo Mark Benedict Coleridge, elegido
Circulus Anglicus "D" : Arzobispo Charles Chaput, O.F.M. Cap. ,elegido
Circulus Italicus "A": Rev.do Padre Manuel Jesús Arroba Conde, C.M.F., elegido
Circulus Italicus "B": Cardenal Mauro Piacenza, elegido
Circulus Italicus "C": Obispo Franco Giulio Brambilla, elegido
Circulus Hibericus "A": Cardenal José Luis Lacunza Maestrojuan, O.A.R.,elegido
Circulus Hibericus "B" : Arzobispo Baltazar Enrique Porras Cardozo, elegido
Circulus Germanicus : Arzobispo Heiner Koch, elegido

La XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos comenzó oficialmente el pasado 4 de octubre con la inauguración por parte del papa Francisco y se ocupará de abordar los "desafíos de las familias en el mundo actual" hasta el día 25.

La oración que Cristo nos enseñó

Lucas 11, 1-4. Tempo Ordinario. Que el Padre Nuestro sea la oración de nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas.

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4
 Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. 



Oración introductoria


Señor, creo y confío plenamente en tu misericordia ante mis debilidades. Permite que este momento de intimidad contigo sea el medio por el cual aprenda a orar, como Tú quieres que lo haga. Dame el don de tu Espíritu Santo, e inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir y cómo debo actuar para que Tú reines en mi corazón.



Petición


Padre nuestro, que estás en el cielo, te pido que vengas a mi corazón.



Meditación del Papa Francisco


Para rezar no hay necesidad de hacer ruido ni creer que es mejor derrochar muchas palabras. No podemos confiarnos al ruido, al alboroto de la mundanidad, que Jesús identifica con “tocar la tromba” o “hacerse ver el día de ayuno”. Para rezar no es necesario el ruido de la vanidad: Jesús dijo que esto es un comportamiento propio de los paganos. La oración no es algo mágico; no se hace magia con la oración; esto es pagano.

Entonces, ¿cómo se debe orar? Jesús nos lo enseñó: Dice que el Padre que está en el Cielo “sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis”. Por lo tanto, la primera palabra debe ser “Padre”. Esta es la clave de la oración. ¿Es un padre solamente mío? No, es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos. (Cf. S.S. Francisco, de 2013, homilía en Santa Marta)

Reflexión


En el mundo del deporte, además de las habilidades personales, un excelente entrenador juega un papel decisivo. Es parte de nuestra naturaleza el tener que aprender y recibir de otros. Puede parecer una limitación pero es, al mismo tiempo, un signo de la grandeza y de la maravilla del hombre.

En el Evangelio del día, los discípulos le piden a Jesús: Señor, enséñanos a orar.... La oración es el gran deporte, la gran disciplina del cristiano. Y lo diría el mismo Jesús en el huerto de Getsemaní: Vigilad y orad para que no caigáis en tentación. Él es nuestro mejor entrenador. Hoy, nos ofrece la oración más perfecta, la más antigua y la mejor: el Padre Nuestro. En ella, encontramos los elementos que deben caracterizar toda oración de una auténtico cristiano. Se trata de una oración dirigida a una persona: Padre; en ella, alabamos a Dios y anhelamos la llegada de su Reino; pedimos por nuestras necesidades espirituales y temporales; pedimos perdón por nuestros pecados y ofrecemos el nuestro a quienes nos han ofendido; y, finalmente, pedimos las gracias necesarias para permanecer fieles a su voluntad. Todo ello, rezado con humildad y con un profundo espíritu de gratitud.

Ojalá que sea, el Padre Nuestro, la oración de todas nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas como cristianos y discípulos de Jesucristo.



Propósito


Ofrecer a Dios cumplir su voluntad con el rezo meditado del Padre nuestro.



Diálogo con Cristo


Señor, te pido que me ayudes a vivir siempre unido a Ti en mi oración, sabiendo que no es lo que diga sino cómo lo diga, lo que importa. Que mi relación contigo no se limite al tiempo que dedico a mi meditación o la celebración de la Eucaristía. Te necesito permanentemente cerca de mí, para no caer en la tentación, para poder vivir auténticamente el amor, para ser un incansable y eficaz discípulo y misionero.


PAXTV.ORG