El Sábado llega a ser el primer día de la nueva creación

Evangelio según San Lucas 13,10-17. 

Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad", y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. 

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado". El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?". Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.

Santos Luciano y Marciano, mártires 

En Nicomedia, de Bitinia, santos Luciano y Marciano, mártires, que en tiempo del emperador Decio, por orden del prefecto Sabino, fueron quemados vivos.

Según el relato de su martirio, Luciano y Marciano, que habían estudiado la magia negra, se convirtieron al cristianismo al ver que sus supersticiones no tenían poder alguno sobre una doncella cristiana. Iluminados por la luz de la fe, quemaron públicamente sus libros en Nicomedia. Una vez que lavaron sus crímenes con el sacramento del bautismo, distribuyeron sus posesiones entre los pobres, y se retiraron a la soledad para fortalecerse con la oración y la mortificación, en la gracia que acababan de recibir. Más tarde, hicieron varios viajes al extranjero para predicar a Cristo entre los gentiles.

Cuando Decio publicó sus edictos persecutorios en Bitinia (mediados del siglo III), Luciano y Marciano fueron arrestados. El procónsul Sabino, ante el cual comparecieron, preguntó a Luciano quién le había autorizado a predicar en el nombre de Jesucristo. El mártir replicó: «Todo ser humano está autorizado a tratar de apartar del error a sus hermanos». También Marciano se glorió en el poder de Jesucrito. Cuando el juez los condenó a la tortura, los mártires le hicieron notar que, en la época en que adoraban a los ídolos y practicaban la magia abiertamente, no habían incurrido en ningún castigo, en cambio ahora que eran buenos ciudadanos se los condenaba a la tortura.

Sabino los amenazó entonces con nuevos tormentos. Marciano replicó: «Estamos prontos a sufrirlos, pero de ningún modo abjuraremos del verdadero Dios, pues con ello mereceríamos ser enviados al fuego que no se extingue». Entonces, Sabino los condenó a perecer quemados en vida. Los mártires se dirigieron con gran gozo al sitio de la ejecución, cantando himnos de acción de gracias a Dios. 

Esta leyenda es simplemente una novela fundada en un hecho histórico, ya que hubo realmente un grupo de mártires en Nicomedia.

Se conservan los textos latino y sirio de la pasión de estos mártires; posiblemente el texto original era griego, pero se ha perdido. El texto latino puede verse en Acta Sanctorum, oct., vol. XI. El texto sirio proviene de un manuscrito del siglo V o VI. El Breviario sirio, de principios del siglo V, conmemora también a estos mártires el 26 de octubre; pero a Luciano le llama Silvano, y sitúa el martirio en Antioquía. El Hieronymianum celebra a nuestros mártires junto con Floro. Delehaye discute la cuestión en Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, p. 572.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Homilía atribuida a Eusebio de Alejandría (finales del siglo V). Sermón sobre el domingo, 16, 1-2; PG 86, 416-421

El Sábado llega a ser el primer día de la nueva creación

La semana se compone, evidentemente, de siete días: de ellos Dios nos ha dado seis para trabajar, uno para orar, descansar y liberarnos de nuestros pecados… Voy a exponerte las razones por las cuales se nos ha transmitido la tradición de guardar el domingo y de abstenernos de trabajar ese día. Cuando el Señor confió el sacramento a los discípulos, “Tomó el pan, pronunció la bendición, lo rompió y lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘Tomad, comed: esto es mi cuerpo roto por vosotros para remisión de los pecados’. De la misma manera  les dio la copa diciendo: ‘Bebed todos de él: esto es misangre, la sangre de la Nueva Alianza, derramada por vosotros y por la multitud en remisión de los pecados. Haced esto en memoria mía`” (Mt 26,26s; 1C 11,24).

El día santo del domingo es, pues, aquel en el que se hace memoria del Señor. Por eso se le llama “el día del Señor”. Y es como el señor de los días. En efecto, antes de la Pasión del Señor no se le llamó “día del Señor” sino “primer día”. En este día, el Señor estableció el fundamento de la resurrección, es decir, que inició la creación; en este día dió al mundo las primicias de la resurrección; en este día, como lo hemos dicho, ordenó celebrar los santos misterios. Este día, pues, para nosotros ha sido el comienzo de toda gracia: comienzo de la creación del mundo, comienzo de la resurrección, comienzo de la semana. Este día, que en sí encierra tres comienzos, prefigura la primacía de la santa Trinidad.

El Papa saluda al final del Sínodo

"Ya no se puede decir que todos ellos sean adúlteros"
Habrá comunión para los divorciados vueltos a casar

"Si este Sínodo no representa un paso adelante, lo será hacia atrás"

Jorge Costadoat sj, 25 de octubre de 2015 a las 08:44

La opción de Jesús por los estigmatizados nuevamente le quita el cetro al fariseísmo

(Jorge Costadoat sj).- Terminó el Sínodo de los obispos sobre la familia. Tal vez desde el Concilio Vaticano II, hace cincuenta años, una reunión episcopal a nivel mundial no captaba tanto el interés y agitaba tanto las aguas. El acontecimiento ha constituido un verdadero turning point.

Es temprano aun para sacar muchas conclusiones. Pero si este Sínodo no representa un paso adelante, lo será hacia atrás, justo cuando más la Iglesia necesita avanzar. Como digo, no podemos aun ofrecer una opinión acabada, pues recién disponemos del texto final en italiano. Sí tenemos en castellano el discurso final del Papa, en el cual Francisco felicita a los congregados por haber atinado con su misión pastoral, consistente en pensar en las personas antes que en la doctrina; en interpretar la doctrina en función de personas que necesitan que se les anuncie un evangelio de vida, en vez de agobiárselas con mandamientos y prohibiciones inhumanas.

Muchos han sido los temas, pero uno ellos ha captado el interés principal. ¿Podrán los divorciados vueltos a casar comulgar en la misa? El Sínodo no excluye la posibilidad, es decir, sí, podrán hacerlo. Cualquier lector atento concluirá que la posibilidad existe, si las cosas se hacen seriamente. El documento final abre las puertas a que los católicos que fracasaron en su matrimonio puedan acercarse a comulgar.

Debe decírselo con todas sus letras: sí, los divorciados vueltos a casar que hasta ahora han sido excluidos por la institución eclesiástica y malmirados por los católicos hipócritas, deben alegrarse porque no se puede decir que todos ellos sean adúlteros. Los números del documento correspondientes a esta materia (84-86), impulsan un cambio pastoral responsable. En ellos tres son los criterios que, combinados, hacen posible un gran paso adelante: integración, discernimiento y acompañamiento.

El Sínodo, en esta materia, ha querido integrar a estas personas en vez de excluirlas. Se nos dice: "la lógica de la integración es la clave de su acompañamiento pastoral, no solo para que sepan que pertenecen al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, sino tengan de ello una experiencia gozosa y fecunda". El criterio proviene del Instrumentum laboris que recogía el parecer de las iglesias de distintas partes del mundo y que insistentemente no quería exclusiones, sino inclusión e integración. Estas personas han de ser acogidas con especial cariño y han de poder participar lo más posible en la misa. Pero la posibilidad en cuestión –siempre tácita en el documento- no debiera ejecutarse indiscriminadamente. Se exige un discernimiento. A propósito de las diferentes maneras de participación es necesario “discernir cuáles de las diversas formas de exclusión actualmente practicadas en el ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institucional puedan ser superadas”. Las situaciones, sabemos, pueden ser muy distintas. El documento cita a Juan Pablo II para recordar que, por ejemplo, que no son lo mismo las personas que se esforzaron por salvar su primer matrimonio y luego fueron abandonadas injustamente, que aquellos que con grave culpa de su parte lo destruyeron. Cada cado merece un estudio particular.

Por último, el Sínodo pide que este discernimiento sea acompañado por un sacerdote. ¿Para qué, se dirá? ¿Para cerrar de nuevo la puerta? Pues bien, siempre podrá darse el caso de un cura que en vez de acompañar quiera dirigirles la vida a los demás y que ahora piense que podrá autorizar a unos a comulgar y a otros no. Esta no es la idea. La decisión final queda entregada a un examen de conciencia y a una decisión que, pensamos, solo puede pertenecer a las personas afectadas. A nuestro parecer, el sacerdote que ayude a las personas a formarse un juicio sobre lo que corresponda, ha de representar a una Iglesia que toma en serio su vida, que quiere ayudarle a procesar su fracaso, a sanar sus heridas y a crecer otra vez en su cristianismo. El mismo habrá de cumplir esta función de un modo regulado por una autoridad que será más competente cuanto más misericordiosa.

Así católicos que han sobrevivido por años en el más triste abandono, recibirán el trato que siempre debió ser prioritario. Nadie más que ellos debieron ser acogidos, cuidados y orientados. Sus familias, empero, fueron consideradas de segunda. Termina un escándalo. La opción de Jesús por los estigmatizados nuevamente le quita el cetro al fariseísmo.

El documento del Sínodo es todavía una penúltima palabra. Los católicos esperan que el Papa aún publique un documento que dé orientaciones sobre esta y las muchas otras materias tratadas. Por de pronto, han podido quedar pendientes las estipulaciones de los términos de aquel acompañamiento.
Lo que también debe ser subrayado, y que a la larga será decisivo para el futuro de la Iglesia, es que el Papa ha decidido gobernar de un modo sinodal, es decir, caminando con todos, haciendo discernimiento colectivo de los principales asuntos, volviendo sobre los pasos democráticos del Vaticano II.

Mujer, quedas libre de tu enfermedad

Lucas 13, 10-17. Tiempo Ordinario. Dios te cura todos los dias, sabe lo que necesitas, solo tienes que pedírselo. 

Oración introductoria
Padre, aydame a que estos momentos de oración me ayuden con tu gracia a valorar los sacramentos y a no solo preocuparme por la salud del cuerpo sino por la de mi alma.

Petición
Jesús, te pido que nos dejémonos curar por Tí, que quieres darnos la luz de Dios. Que confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, el orgullo.

Meditación del Papa Francisco
“Cuando llegó la noche, después de la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados”. Si pienso en las grandes ciudades contemporáneas, me pregunto dónde están las puertas ante las cuales llevar a los enfermos esperando que sean sanados. Jesús nunca se ha desentendido de su cuidado. Nunca ha pasado de largo, nunca ha vuelto la cara hacia otro lado. Y cuando un padre o una madre, o incluso simplemente gente amiga le llevaban delante de un enfermo, para que lo tocase y lo sanase, no ponía tiempo de por medio; la curación estaba antes que la ley, incluso de aquella tan sagrada como el descanso del sábado. Los doctores de la ley reprendían a Jesús, porque curaba en sábado. Hacía el bien el sábado. Pero el amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien. Y eso está en el primer lugar siempre.

Jesús envía a sus discípulos a hacer su misma obra y les da el poder de curar, ósea para acercarse a los enfermos y cuidarlos hasta el final. (Catequesis de S.S. Francisco, 10 de junio de 2014).

Reflexión
Todos nos maravillamos de los milagros que realizaba Jesús. ¡Y cuántas veces le hemos pedido la curación de alguna enfermedad, nuestra o de alguna persona a la que queremos!

Sin duda, las enfermedades de aquella época eran difíciles de curar. No contaban con los medios actuales de diagnosis y terapias. No había salas de operaciones con la higiene que conocemos hoy, ni ecografías, ni vacunas, ni anestesias locales. Todo eso ha venido con el progreso técnico, médico y farmacológico.

Parece como si Dios hubiera dejado en manos de los médicos el cuidado del cuerpo para poder dedicar a los sacerdotes, sus más íntimos colaboradores, a la tarea más importante: el cuidado espiritual. Es increíble recuperar la vida de gracia y de intimidad con Dios. Es maravilloso ver nacer a Cristo cada día en la Eucaristía.

Porque la vida espiritual, aunque esté oculta a los ojos, tiene una dimensión infinitamente superior a las acciones puramente materiales. Por ejemplo, un acto de caridad hecho por amor a Dios embellece al alma de tal manera que nos quedaríamos extasiados si pudiéramos contemplarla. Es impresionante lo que realizan en nosotros los sacramentos. Porque recibimos gracias especiales de Dios. Sin embargo, tenemos que reconocer que estamos sujetos a las realidades de la tierra y que no podemos percibir nuestra transformación en el mundo espiritual. Pero si tenemos fe, y perseveramos hasta el final, un día podremos ver con claridad, sin misterios, la grandeza de cada alma humana.

Petición
Vivir los sacramentos, la Confesión y la Eucaristía, sabiendo que son los medios para curar nuestras enfermedades espirituales. 

Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de ternura

Rosario. Letanías

Las Letanías del Rosario. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. Sólo quien ama a María las entiende.

Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de ternura. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. ¿Te gustan? Sí amas, sí comprendes.

El que las inventó sí amaba, sí comprendía. Son, en definitiva, un poema de amor; sólo quien ama a María lo entiende. Dile a los enamorados que son aburridos porque repiten con frecuencia frases de amor.

Santa María
Es el nombre de la mujer más maravillosa... ¡Cuantas iglesias dedicadas a su nombre!¡Cuantas mujeres llevan este nombre de María! Por algo será. Yo me llamo Mariano y me alegro de llevar ese nombre. Cuanta gente canta, reza, dice ese nombre que a los mismos ángeles impresiona y enternece el corazón de Dios. Los ángeles obedecen a Dios y luego a su Reina, a una mujer, una criatura humana, a María.

Nosotros le hemos puesto un sobrenombre llamándola Santa María de Guadalupe. Cuanto significa este nombre para los mexicanos.

María es amor, toda amor; es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios para nosotros.

Santa Madre de Dios
Esta es su grandeza incomparable, Nos merece un respeto tremendo. Pero su amor y humildad la convierten en una Madre incomparable, única. Podía el Hijo de Dios habérsela quedado. Era suya, solo suya y toda suya. Pero el amor es donación y entrega. Y por amor -¡qué grande amor!- nos la regaló. Cristo nos dio el derecho de ser sus hijos.
La sangre que Cristo derramó en el Calvario esa la sangre de una mártir,, era su propia sangre. Dios lleva en sus venas la sangre de María.

Santa Virgen de las vírgenes
Es la inmaculada, la llena de gracia, La hicieron las manos del tres veces santo para ser digna morada del Hijo de Dios.
Está a la cabeza de todas las vírgenes, es reina de todas ejemplo para cada una de ellas.

Madre de Cristo
La sangre que derramó en el Calvario era la sangre de una mártir, María, la Corredentora. Madre del Niño Jesús que nació de Ella en Belén. Madre del Cristo que predicó en Palestina. Madre del Cristo del Calvario: Madre mártir.

Madre de la Iglesia
Pablo VI le otorgó ese título durante el Concilio Vaticano II. Madre de Cristo Cabeza, Madre de su cuerpo, la Iglesia. Madre de todos nosotros: madre tuya, madre mía. Una prueba de que Jesús nos ha tomado en serio como hermanos es que nos ha dado a su Madre, y para siempre.

Te cuida y te ama como si fueras el único. Pero María no puede besar al hijo que la rechaza, no puede curar al hijo que no la quiere, no puede ayudar al hijo que la rehuye. No puede ser Madre de quien no quiere ser su hijo. Y es más madre de quien desea con toda su alma ser hijo suyo.

Madre que cuida de una manera especial a sus hijos enfermos, pecadores, tristes... Madre de las almas consagradas. Para Jesús son sagrados, para María también.

Mexicano, si alguna vez has sentido en tu corazón un algo de ternura por la Morenita del Tepeyac, ten cuidado, te la quieren arrebatar. Te habrán quitado mucho. Ya solo nos falta que nos quiten la fe en Dios y en la Virgen de Guadalupe. Y a ver qué nos queda de mexicanos.

Madre de la divina gracia
No en el sentido de productora de la gracia, sino distribuidora, medianera de la misma. Todas las gracias que recibes pasan por las manos de una Madre, por voluntad de Dios. Al ser la Madre de Cristo m de alguna manera es la madre de esa gracia que Cristo nos dio. Porque el sí de María pondría en marcha la Redención de los hombres, la redención que nos otorgaría la gracia.

Madre purísima. Castísima, virginal, inmaculada
Un abismo de pureza. La Mujer con mayúscula fue una mujer purísima. Cualquier mujer que quiera conservar su grandeza, no puede menospreciar esta virtud. La impureza te hace menos mujer y te acerca al reino inferior de la naturaleza. Las mujeres, las muchachas que hoy aman la pureza y la tratan de vivir tienen el beneplácito de Dios y la sonrisa de la Mujer ideal.

Con ello no quiero decir que las caídas en este campo no se puedan reparar. Como nadie dice que un vestido manchado no se puede lavar.

Los gustos del cielo tan distintos a los del mundo. ¿Qué han hecho de la mujer? Hoy la mujer ideal es totalmente distinta. Si eres mujer, escoge el perfil del cielo o el de la tierra.

La pureza no roba belleza a una persona, al contrario, la realza. El rostro más bellos y los ojos más hermosos son aquellos en los que se refleja Dios. La mujer pura tiene un encanto adicional, un toque de cielo azul, aunque hoy no se le quiera tener en cuanta. Si se quiere rescatar al mundo debe ser desde la mujer, Y gran parte del recate de la mujer se llama castidad.

Madre amable
Digna de todo nuestro amor.
Por lo buena que es
Por lo santa
Por ser mi Madre
Por todo lo que le debo
Porque, después de Dios, nadie me quiere tanto
Por su encantadora sencillez.
María es digna de todo nuestro amor. Totus tuus. Todo tuyo y para siempre.
Te quiero, madre dela cielo, como quiero al mismo cielo, como quiero los bellos paisajes, los mares, los ríos, las montañas... Te quiero en los amaneceres y puestas de sol, en las flores de la pradera. Lo mismo que siento a Dios, te siento a Ti en cada rosa, en el canto del jilguero, en las estrellas de la noche. Algo de tu hermosura ha quedado en la naturaleza. Y por eso te veo en todas partes.

Francisco sonriente

Francisco y su primavera eclesial salen fortalecidos
Balance del Sínodo: Luz verde al Papa para que reme hacia la misericordia
El Papa Francisco conoce a sus 'opositores' con nombres y apellidos

José Manuel Vidal, 25 de octubre de 2015 a las 19:38

La renovación conciliar llega a la moral familiar y sexual

(José M. Vidal).- Sin rupturas doctrinales ni herejías que huelan a cisma. La Iglesia procede, como siempre hizo a lo largo de su bimilenaria historia, con la técnica de los pequeños pasos. El Papa marca el camino de la misericordia hacia la gente (por muy pecadora que sea) y el Sínodo le sigue a regañadientes. Para abrir horizontes de esperanza. Para poner al día la doctrina y marcar tendencia. Las medidas concretas, sobre todo las más polémicas de la comunión a los divorciados o la situación de los gays, queda en manos del Papa, signo y garantía de comunión eclesial.

Éstas son las claves que pueden explicar el balance de este Sínodo:

1/ No hay vencedores ni vencidos. Ni la tesis de los principios innegociables ni la antítesis de 'hay que cambiarlo todo', sino la síntesis entre ambas sensibilidades. La doctrina se puede y se debe aggiornar, para que la Iglesia pueda seguir siendo lo que quiso su fundador: casa de la misericordia y hospital de campaña. O, como dice uno de los sinodales, el jesuita Padre Spadaro, "ha vencido el corazón pastoral de la Iglesia, el corazón de los que no quieren convertir el Evangelio en una ideología ni en una piedra para lanzar contra los otros". "Porque no necesitan médico los sanos, sino los enfermos" (Lc. 5,31).

2/ Criterios para discernir cada situación, no soluciones ni recetas generales. Es la propuesta del cardenal Schonborn la que sale victoriosa del Sínodo. Una propuesta que, como buen dominico, el purpurado de Viena, buscó en Santo Tomás de Aquino. La doctrina del "fuero interno", es decir que cada persona decida en función de su conciencia bien formada y que el obispo, tras escuchar a cada persona, tome las oportunas decisiones. Sin juicios, sin tener que recurrir a Roma y sin miedo a la misericordia. Eso sí, ya no se puede decir, como aseguran los rigoristas, que todos los divorciados vueltos a casar sean adúlteros. "Aquel de ustedes que esté libre de pecado que tire la primera piedra" (Jn. 8,7).

3/ Del Sínodo sale una Iglesia más democratizada. La vieja aspiración de los partidarios de descongelar el Concilio. Un Sínodo que demostró la sinodalidad en acto. Es decir, que el Papa está dispuesto a descentralizar el ejercicio del poder en la Iglesia e, incluso, a ceder competencias a los obispos. De hecho, al cederles ya competencias directas en la concesión de nulidades, el Papa realizó un profundo acto de reforma del papado. Hacía casi mil años que un Papa no cedía parte de sus poderes voluntariamente. Es el paso de una Iglesia piramidal a una Iglesia circular o, como dice el propio Francisco, de "pirámide invertida". Mandas las bases y la jerarquía sirve. "El que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro servidor" (Mt. 20,26).

4/ La renovación conciliar llega a la moral familiar y sexual. Era la asignatura pendiente de la recepción y aplicación del Concilio Vaticano II. En este ámbito, reina un claro cisma silencioso: la gente vive de espaldas al rigorismo doctrinal eclesial. Una doctrina que ha colocado a la Iglesia durante todos estos años como aduana, como semáforo rojo y como enemiga del mundo. "Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas" (Mt. 23,4).

5/ Francisco y su primavera salen fortalecidos. A un Papa como éste, admirado y querido por la gente (católica o no), y máxima autoridad moral del planeta, le faltaba el reconocimiento de un sector de su propia jerarquía. Hasta ahora, tenía los 'enemigos' dentro, que, durante este Sínodo, quedaron tan en evidencia y con las vergüenzas al aire, que han tenido que plegarse al sentir de la mayoría.

Y eso que intentaron maniobrar con todos los medios y envenenar la situación. Los cuervos y los buitres volvieron a extender sus negras alas sobre el Vaticano. "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados!" (Mt. 23,27)

6/ El Papa conoce a sus 'opositores' con nombres y apellidos. Y sabe que continuarán poniendo palos en la rueda de su revolución tranquila. Le sería muy fácil descabezarlos. Pero no lo hará. Quiere que también ellos le acompañen en el cambio. Aunque eso le cueste tiempo y dolores de cabeza. Sabe que sólo podrá cambiar la iglesia con prudencia y lentitud, porque un tercio de los obispos del mundo rema en su contra. Francisco seguirá siendo un Papa sinodal (caminando con todos), pero consciente de que tiene que tirar del carro. Porque el ala derecha sigue presa de sus inercias. De hecho, a pesar de no haber salido completamente derrotados, los conservadores fruncen el ceño y hablan de Sínodo con sabor agridulce y hasta de Sínodo convertido en sapo que se han tenido que tragar. "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt. 16,18).

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