Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?

Evangelio según San Lucas 18,1-8. 


Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: "En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'". Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".

San Esteban de Cuneo

Santos Nicolás Tavelic, Deodato Aribert, Esteban de Cúneo y Pedro de Narbone, presbíteros y mártires

En Jerusalén, santos Nicolás Tavelic, Deodato Aribert, Esteban de Cúneo y Pedro de Narbone, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores y mártires, que por predicar libremente en la plaza pública la religión cristiana a los sarracenos y confesar constantemente a Cristo como Hijo de Dios, fueron quemados vivos.

Sacerdotes y mártires de la Primera Orden, canonizados por SS. Pablo VI el 21 de junio de 1970.

Nicolás Tavelic (1340-1391) es el primer croata canonizado. Su figura se destaca grandemente en el ambiente de su tiempo. Nació hacia 1340 en la ciudad dálmata de Sebenic. Siendo adolescente entró en la Orden de Hermanos Menores y ya sacerdote fue enviado como misionero a Bosnia, donde se prodigó por cerca de 12 años por la conversión de los Bogomiles, patarenos balcánicos, junto con Deodato de Rodez. Hacia 1384 ambos se dirigieron a Palestina, donde se juntaron con otros dos cohermanos, Pedro de Narbona y Esteban de Cuneo. Todos cuatro entregaron su vida como mártires de Cristo. Nicolás y los tres cohermanos, permanecieron en Jerusalén en el convento de San Salvador, en estudio y oración. Después de larga meditación, Nicolás proyectó una empresa audaz. La empresa estaba en el espíritu de San Francisco, movido por el Espíritu Santo, por el celo de la fe y por el deseo del martirio. Se trataba de anunciar públicamente en Jerusalén ante los musulmanes principales la doctrina de Cristo.

Deodato († 1391) nació en una ciudad francesa que en los textos originales latinos de la mayor parte de los autores es llamada “Ruticinium”, identificada con la actual ciudad de Rodez, sede episcopal. Todavía joven se hizo Hermano Menor y fue ordenado sacerdote en la provincia franciscana de Aquitania.

En los años 1372‑1373, el vicario general Padre Bartolomé de la Verna había hecho un llamamiento para conseguir religiosos para una particular expedición misionera a Bosnia. Una bula de Gregorio XI del 22 de junio presentaba en aquel momento buenas perspectivas para el progreso en la verdadera fe de aquellas zonas devastadas por la herejía de los Bogomiles, una secta hereje de fuerte tinte maniqueo, que a los errores dogmáticos unía en sus principales representantes una rígida austeridad de vida.
 
A Deodato de Rodez lo encontramos en este campo de actividad, en compañía de Nicolás Tavelic. Fue a Bosnia para responder al deseo del Vicario general y del Papa Gregorio XI, en las mismas circunstancias en que fue Nicolás de Tavelic. De este encuentro entre los dos santos nace una fraternal e íntima amistad, que los sostiene por doce largos años en medio de dificultades y fatigas comparables a las de los grandes misioneros de la Iglesia. Una relación pormenorizada, la “Sibenicensis” describe esta venturosa expedición apostólica de Bosnia junto con la relación de su martirio.

Hacia 1384 ambos se trasladaron a Palestina, donde encontraron, como ya se dijo, a los otros dos cohermanos Pedro de Narbona y Esteban de Cuneo, con quienes compartieron las actividades apostólicas y la palma del martirio.

Pedro de Narbona († 1391), de la provincia de los Hermanos Menores de Provenza, por varios años adhirió a la reforma surgida para una mejor observancia de la regla de San Francisco, reforma iniciada en 1368 en Umbría por el Beato Paoluccio Trinci. En poco tiempo se difundió en la Umbría, las Marcas, tanto que en 1373 contaba con una decena de eremitorios. Era un movimiento de fervor que tendía a renovar la forma primitiva de la vida franciscana, especialmente en el ideal de la pobreza y en el ejercicio de la piedad. Que Pedro de Narbona haya llegado de Francia meridional a los eremitorios umbros, es indicio del fervor religioso de su espíritu y esto proyecta una luz singular sobre toda su vida precedente a su permanencia en Jerusalén.

Esteban († 1391) nació en Cuneo en el Piamonte y se hizo Hermano Menor en Génova, en la provincia religiosa de la Liguria. Durante ocho años trabajó activamente en Córcega, como miembro de la vicaría franciscana corsa. Podemos decir que de este modo hizo un buen noviciado apostólico. Pasó luego como misionero a Tierra Santa, donde el 14 de noviembre de 1391 selló con el martirio la predicación evangélica. Junto con los tres compañeros, quería demostrar que el islamismo no es la verdadera religión. Cristo Hombre‑Dios, no Mahoma, era el enviado de Dios para salvar a la humanidad. El 11 de noviembre de 1391 después de intensa preparación los cuatro misioneros realizaron su proyecto. Salieron juntos del convento llevando cada uno un papel o pliego escrito en latín y en árabe. Se dirigieron a la mezquita, pero mientras querían entrar fueron impedidos. Interrogados por los musulmanes sobre qué buscaban, respondieron: “Queremos hablar con el Cadi para decirle cosas muy útiles y saludables para sus almas”. Les respondieron: “La casa del Cadi no es aquí, vengan con nosotros y se la mostraremos”. Cuando llegaron a su presencia, abrieron los papeles y los leyeron, explicándoselos y presentando con firmeza sus propias razones. Dijeron: “Señor Cadi y todos ustedes aquí presentes, les pedimos que escuchen nuestras palabras y pongan mucha atención a las mismas, porque todo lo que les vamos a decir es muy provechoso para ustedes, es verdadero, justo, libre de todo engaño y muy útil para el alma de todos aquellos que quieran ponerlo en práctica”. Luego hicieron una prolongada relación que ilustraba la verdad del mensaje evangélico de Cristo, el único en quien está la salvación y demostraron la falsedad de la ley de Mahoma. Se reunió una enorme turba de mahometanos, primero asombrados, luego irritados, finalmente hostiles. Nunca se habían oído ante una turba de musulmanes semejantes afirmaciones contra el Corán y contra el islamismo. Al oír este discurso pronunciado con fervor de espíritu por los cuatro Hermanos, el Cadí y todos los presentes se airaron grandemente. Comenzaron a llegar innumerables musulmanes.

El Cadi entonces dirigió la palabra a los cuatro religiosos en estos términos: “¿Esto lo han dicho ustedes en pleno conocimiento y libertad, o en un momento de exaltación fanática, sin el control de la razón como tontos o locos? ¿Han sido enviados a hacer esto por el Papa de ustedes, o por algún rey cristiano?”. A tal pregunta los religiosos respondieron: “Nosotros hemos venido aquí enviados por Dios. Por tanto si ustedes no creen en Jesucristo y no se bautizan, no tendrán la vida eterna”. Fueron condenados a muerte y el 14 de noviembre de 1391 fueron asesinados, despedazados y quemados. [...] Y todos los hermanos, dondequiera que estén, recuerden que ellos se dieron y que cedieron sus cuerpos al Señor Jesucristo. Y por su amor deben exponerse a los enemigos, tanto visibles como invisibles; porque dice el Señor: El que pierda su alma por mi causa, la salvará (cf. Lc 9,24).» (Regla no bulada A, XVI).

fuente: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.

Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires Nicolás Tavelic, Deodato de Rodez, Pedro Narbona y Esteban de Cuneo la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede tambien tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274), dominico, teólogo, doctor de la Iglesia 
Compendium theologiae, parte segunda, cap. 1

Orar con constancia y con confianza

Hay una diferencia que distingue la petición hecha a Dios de aquella que se hace a una persona humana. La petición hecha a un hombre necesita de antemano una cierta familiaridad para tener acceso a la persona a quien se pide algo. Mientras que la oración dirigida a Dios nos convierte por ella misma en familia de Dios. Nuestra alma se eleva hacia él, conversa llena de afecto con él y lo adora en espíritu y en verdad.

    Esta intimidad nacida de la oración conduce al hombre a entregarse, lleno de confianza a la práctica de la oración. Por esto nos dice el salmista: ”Yo te invoco, oh Dios, porque tú me respondes” (Sl 16,6). Acogido en la intimidad de Dios por una primera oración, el salmista ora luego con una confianza crecida. Así, en la oración a Dios, la asiduidad o la insistencia  en la petición no es una actitud importuna, antes al contrario, es agradable a Dios. Porque hay que orar sin cesar, dice el evangelio; y en otro lugar el Señor nos invita a pedir: “Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad, y os abrirán” (Mt 7,7).

Papa Francisco

 El Papa no dejará el pontificado hasta que las reformas emprendidas sean irreversibles
Francisco sólo se irá con los deberes hechos
"Francisco tiene claro que en Roma no puede haber tres pontífices", asegura un curial cercano
Vida Nueva, 13 de noviembre de 2015 a las 15:50
Al final ha llegado a la conclusión de que no se irá hasta que el cambio sea irreversible. Teme que si renuncia antes de tiempo los cambios puedan darse la vuelta y la Curia romana sea de nuevo una corte

(Darío Menor, en Vida Nueva).- En los últimos tiempos, Bergoglio, que cumple 79 años el mes que viene, ha comentado en su círculo más íntimo que probablemente no se irá antes de 2020. "Él dice que será un pontificado corto, aunque está claro que resulta subjetiva la valoración de si un período de tiempo es más o menos extenso. Seguro que a quienes se están oponiendo a él se les hace muy largo", comenta entre risas una fuente cercana a Francisco.

"Como ha dicho ya varias veces, en su mente tenía la idea de que su época como obispo de Roma no fuera más allá de los cinco años. El problema es que, conforme van avanzando las reformas y comprueba las resistencias que existen, se da cuenta de que necesitará más tiempo, pues es inviable completar todo lo que quiere hacer en solo cinco años. Al final ha llegado a la conclusión de que no se irá hasta que el cambio sea irreversible. Teme que si renuncia antes de tiempo los cambios puedan darse la vuelta y la Curia romana sea de nuevo una corte", asegura un cardenal que pide mantener el anonimato.

"En cualquier caso, tiene claro que si le empieza a fallar la cabeza, lo deja de inmediato.Ese es uno de sus grandes miedos, que cuando Dios le llame no sea una cosa rápida y definitiva".

Para calcular cuánto puede tardar Francisco en imponer su idea de una Iglesia pobre, con puertas abiertas y en la que las decisiones se tomen según el principio de sinodalidad, hay que tener en cuenta una variable que se escapa de su mano. Se trata de Benedicto XVI, por quien tanto aprecio siente Bergoglio y quien con su valiente renuncia abrió la puerta a que sus sucesores puedan hacer lo mismo cuando no se vean con fuerzas para seguir adelante. "Francisco tiene claro que en Roma no puede haber tres papas", cuenta otra fuente romana. Precisamente, algún columnista italiano cercano a grupos contrarios al Pontífice especulaba hace unos días con el escenario de los "tres pontífices".

Renovación de obispos y cardenales

El jesuita estadounidense Claudio Burgaleta, profesor de Teología en la Universidad Fordham de Nueva York, considera que a Bergoglio le queda camino por recorrer, pues la reforma está todavía en su “niñez”. A su juicio, existe el peligro de que la Iglesia comience una época nueva con otras prioridades si renuncia demasiado pronto. “Para que la cosa siga bien, Francisco debe durar el tiempo suficiente para consolidar sus reformas. Tiene que calmar a la parte del episcopado que no está completamente convencida y seguir transformando el colegio episcopal y cardenalicio”, opina.

Ahí está una de las claves: en el nombramiento de prelados y en la creación de purpurados que compartan su idea de Iglesia evangelizadora “en salida” y basada en la misericordia.

¡Hazme justicia contra mi adversario

Lucas 18, 1-8, Tiempo Ordinario. Dios quiere que recemos, que vayamos todos los días a llamar a su puerta. 





Oración introductoria


Señor, quiero crecer en mi amor a Ti y a los demás; alimentar mi amistad contigo por medio de la oración humilde y perseverante. Ayúdame a buscar cumplir tu voluntad sobre mi vida, dejando que tus palabras modelen todo mi comportamiento. No permitas que el miedo me acobarde. Aumenta mi confianza, mi amor y mi fe.


Petición


Señor, ¡auméntame la fe y mi perseverancia en la oración!


Meditación del Papa Francisco

Hay una lucha que llevar adelante cada día; pero Dios es nuestro aliado, la fe en Él es nuestra fuerza y la oración es la expresión de esta fe. Por eso Jesús nos asegura la victoria, pero nos pregunta: "Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?" Si se apaga la fe, se apaga la oración y nosotros caminamos en la oscuridad, nos perdemos en el camino de la vida.

Aprendamos por tanto de la viuda del Evangelio a rezar siempre, sin cansarnos. Era buena esta viuda, sabía luchar por sus hijos, y pienso en tantas mujeres que luchan por su familia, que rezan, que no se cansan nunca. Un recuerdo hoy todos nosotros a estas mujeres que con su actitud nos dan un verdadero testimonio de bien, de valentía, de poder de la oración. Un recuerdo a ellas. Luchar, rezar siempre ¡Pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que nosotros qué necesitamos! Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, en cada momento, para vencer al mal con el bien. (S.S. Francisco, 20 de octubre de 2013).

Reflexión

Un mosquito en la noche es capaz de dejarnos sin dormir. Y eso que no hay comparación entre un hombre y un mosquito. Pero en esa batalla, el insecto tiene todas las de ganar. ¿Por qué? Porque, aunque es pequeño, revolotea una y otra vez sobre nuestra cabeza con su agudo y molesto silbido. Si únicamente lo hiciera un momento no le daríamos importancia. Pero lo fastidioso es escucharle así durante horas. Entonces, encendemos la luz, nos levantamos y no descansamos hasta haber resuelto el problema.
Este ejemplo, y el del juez injusto, nos ilustran perfectamente cómo debe ser nuestra oración: insistente, perseverante, continua, hasta que Dios "se moleste" y nos atienda.
Es fácil rezar un día, hacer una petición cuando estamos fervorosos, pero mantener ese contacto espiritual diario cuesta más. Nos cansamos, nos desanimamos, pensamos que lo que hacemos es inútil porque parece que Dios no nos está escuchando. Sin embargo lo hace. Y presta mucha atención, y nos toma en serio porque somos sus hijos. Pero quiere que le insistamos, que vayamos todos los días a llamar a su puerta. Sólo si no nos rendimos nos atenderá y nos concederá lo que le estamos pidiendo desde el fondo de nuestro corazón.


Propósito


Dedicar especial tiempo de mi día a la oración con la confianza que Dios me escucha si lo pido con fe y esperanza.



Diálogo con Cristo


Jesús, eres mi juez, pero también mi Padre y mi Salvador. Te suplico que esta oración me lleve a crecer en la fe, en la esperanza, en el amor y en la confianza, en mi vida diaria. Abre mi corazón para pueda perseverar en la oración, dame la humildad y la sabiduría para reconocer que sólo unido a Ti podré recorrer mi camino a la santidad.
 
¿Qué lugar ocupa la Virgen María?

Desde que por primera vez Juan acogió a María en su casa, fue María quien acogió también a la Iglesia. 


¿Qué lugar ocupa la Virgen María en nuestra espiritualidad?



Mujer, aquí tienes a tu hijo; hijo, aquí tienes a tu madre  (Juan 19,26-27). Desde que por primera vez el discípulo a quien Jesús amaba acogió a María en su casa, fue María quien acogió también a la Iglesia.

Estoy frente a una escultura de la Virgen de Montserrat, y hoy que me he sentado para escribir unas líneas sobre un tema de espiritualidad. Me parece un deber filial escribir algo sobre María. Ya desde una perspectiva antropológica y psicológica, la incorporación del arquetipo materno en la propia espiritualidad, a mi entender, enriquece y complementa el desarrollo humano y cristiano de la persona.

El modelo humano y la condición de discípulo que nos ofrece el Nuevo Testamento sobre María son exquisitos por su discreción, finura y ternura: su disponibilidad en la Anunciación, la fidelidad hasta el pie de la cruz, su presencia en la vida de la Iglesia ilustrada en el relato de Pentecostés. Y no hay que liberar a María del dogma para hacerla más próxima a nosotros. Si los dogmas son símbolos de la fe, entonces son formulaciones capaces de llevarnos "a una relación con..."  . Esta María, tan humana, ha sido admitida ya dentro del ámbito de la divinidad: por eso es posible una proximidad especial con ella. Podemos sentirnos escuchados, amados, animados, curados por ella.

Quizás ya no pensando que, como Cristo y el Padre están más lejos... ella nos hace de intermediaria. Me parece que ya todos nos dejamos llevar por el Espíritu que llama en nuestros corazones confiadamente "Abba, Padre", o que ya tenemos consciencia de que "en Cristo tenemos un gran sacerdote capaz de compadecerse de nuestras debilidades". Pero sí porque en nuestra vida espiritual la presencia del rostro femenino de María nos dice algo de Dios que sólo ella puede transmitir a su manera: con su ternura y su acogimiento de madre, su discreción, su valentía y fortaleza de mujer, su preocupación por la vida, su capacidad de comprensión, su sensibilidad y admiración por la bondad... y, seguramente, más cosas que el querido lector también podría añadir.

Vivir junto a un icono-escultura de María tan amada, como es la de la Virgen de Montserrat, me ha hecho comprender, cada vez más, la importancia de María en la espiritualidad del cristiano: ¿cuántas veces la ternura y la mano izquierda de una madre no han podido más que la tristeza, la desesperación, el desconsuelo, el desencarrilamiento o el desencanto de alguno de sus hijos?

María, como representa la escultura romanicogótica de Montserrat, sede de sabiduría, que tiene el niño en el regazo y lo muestra a todo el mundo que va hacia ella, es imagen de cómo la Iglesia tiene que presentar a la Madre de Dios: como aquella que lleva a Cristo. Si hay alguien, sin embargo, que se siente atraído por Maria y no consigue llegar al Hijo, me atrevo a decir que ya ha empezado a andar, aunque no haya llegado a la meta.

Masacre terrorista en París

"Requieren una reacción decidida y conjunta" para luchar contra "el odio homicida"
El Vaticano sobre los atentados de París: "Un ataque a la paz de la humanidad"
"Estamos consternados por esta nueva manifestación de violencia terrorista sin sentido y de odio"
Redacción, 14 de noviembre de 2015 a las 07:57

La Santa Sede condenó los atentados perpetrados en París que han dejado al menos 120 muertos y afirmó que son "un ataque a la paz de toda la humanidad que requiere una reacción decidida y conjunta" para luchar contra "el odio homicida".

La Santa Sede realizó estas reflexiones en un mensaje enviado por el portavoz del Vaticano,Federico Lombardi.

"Estamos siguiendo en el Vaticano las terribles noticias de París. Estamos consternados por esta nueva manifestación de violencia terrorista sin sentido y de odio que condenamos en el modo más tajante junto al papa y a todas las personas que aman la paz.

Rezamos por las víctimas y los heridos y por todo el pueblo francés", escribió Lombardi.

"Se trata de un ataque a la paz de toda la humanidad que requiere una reacción decidida y conjunta por parte de todos para luchar contra la propagación del odio homicida en todas sus formas", concluyó.

Al menos 120 personas han muerto en los diferentes atentados perpetrados este viernes en París, entre ellos 70 en la toma de rehenes en la sala de conciertos Bataclan, informaron fuentes policiales al canal de televisión francés BFMTV.

El presidente de Francia, Francois Hollande, ha anunciado que el Consejo de Ministros va a aprobar el estado de urgencia en todo el territorio francés y el cierre de las fronteras del país ante los "atentados terroristas sin precedentes" que sufre París.


Texto íntegro del comunicado de la Santa Sede

"Estamos siguiendo en el Vaticano las terribles noticias de París. Estamos consternados por esta nueva manifestación de violencia terrorista sin sentido y de odio que condenamos en el modo más tajante junto al papa y a todas las personas que aman la paz.

Rezamos por las víctimas y los heridos y por todo el pueblo francés. Este es un ataque que mina la paz de la humanidad, que necesita una respuesta decidida de parte de todos nosotros, que nos oponemos a la difusiòn del odio homicida en todas sus formas".



 

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