«No he venido a abolir la ley sino a cumplirla»
- 02 Marzo 2016
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Evangelio según San Mateo 5,17-19.
Jesús dijo a sus discípulos: «No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
Beato Carlos Bono
Beato Carlos el Bueno, mártir
En Brujas, en Flandes, beato Carlos Bono, mártir, que, siendo príncipe de Dinamarca y después conde de Flandes, se mostró paladín de la justicia y defensor de los pobres, hasta que fue asesinado por unos soldados a los que buscaba en vano inducir a la paz. Hijo de San Canuto, rey de Dinamarca. Al llegar a la mayoría de edad fue proclamado Conde de Flandes y de Amiens. Su gobierno sabio y benéfico y su santidad personal le ganaron el título de "el Bueno".
A raíz de un invierno muy largo y frio, comenzó a escasear los alimentos para la población. Carlos tomó medidas extraordinarias para que a los pobres no les faltara de comer. Algunas de esas medidas perjudicaron a los especuladores quienes tramaron su muerte. Una mañana de 1127, cuando el conde oraba ante el altar de Nuestra Señora los conspiradores cayeron sobre él y lo decapitaron. Sus restos están en la Catedral de Brujas, Bélgica.
Su culto fue confirmado por León XIII en 1883. Oremos
Que la poderosa intercesión de los santos mártires sea nuestra ayuda, Señor, y que su oración nos haga fuertes en la confesión intrépida de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Calendario de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de las Apariciones Madrid, España (1449).
San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia Homilía 12; PG 77, 1041 s
«No he venido a abolir la ley sino a cumplirla»
Hemos visto a Cristo obedecer las leyes de Moisés, es decir que Dios, el legislador, se sometía, como un hombre, a sus propias leyes. Es lo que nos enseña San Pablo...: « Cuando los tiempos fueron cumplidos, Dios envió a su Hijo; nacido de una mujer, estuvo sujeto a le Ley judía, para rescatar a los que estaban sujetos a la ley » (Ga 4,4-5).
Por lo tanto, Cristo rescató de la maldición de la Ley a los que estaban sujetos a ella, pero que no la observaban. ¿De qué manera los rescató? Cumpliendo la Ley; de otra manera, con el fin de borrar la transgresión de la que Adán se hizo culpable, se mostró obediente y dócil en nuestro lugar, hacia Dios Padre. Porque está escrito: « Así como todos han llegado a ser pecadores porque un sólo hombre desobedeció, de la misma forma todos llegarán justos porque un solo hombre obedeció» (Rm 5,18). Con nosotros inclinó la cabeza delante de la Ley, y lo hizo según el plan divino de la Encarnación. En efecto, « Debía cumplir perfectamente lo que es justo» (cf Mt 3,15).
Después de haber tomado perfectamente la condición de servidor (Ph 2,7), precisamente porque su condición humana le colocaba con el número de los que llevan el yugo, pagó a los recaudadores, como todo el mundo, el pago del impuesto, mientras que por naturaleza, y como Hijo, estaba dispensado (Mt 18,23-26). Así, cuando le veas observar la Ley, no te extrañes, no pongas en la hilera de los servidores al que es libre, pero mide con el pensamiento la profundidad de un tal designio.
Se cumplirá hasta la más pequeña letra de la ley
Mateo 5, 17-19. Cuaresma. Todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Oración Introductoria
Jesús mío, yo quiero ser tu testigo y tu apóstol. No puedo ser indiferente ante la necesidad de transmitir tu palabra a todo el mundo, y saber que muchas almas se pierden por falta de conocimiento de ti.
Petición
Te pido Señor, que grabes en mi mente y en mi corazón la urgente necesidad de predicar y transmitir tu palabra, y de esa manera hacer que todo el mundo te conozca y se salve.
Meditación del Papa Francisco
¿Qué ventaja hemos recibido por cumplir los mandamientos de Dios, mientras que los 'soberbios' aun haciendo el mal, se multiplican y, aun provocando a Dios quedan impunes?
Muchas veces vemos esto: la gente mala, la gente que hace el mal parece que en la vida le va bien: son felices, tienen lo que quieren, no les falta nada. ¿Por qué a este que es un descarado a quien no le importa ni Dios ni los otros, que es una persona injusta y mala, le va todo bien en la vida, tiene todo lo que quiere y nosotros que queremos hacer el bien tenemos tantos problemas?
La respuesta la encontramos en el salmo que proclama 'dichoso' al hombre que no sigue los consejos de los malvados y que encuentra su alegría en la ley del Señor.
Ahora no vemos los frutos de esta gente que sufre, de esta gente que lleva la cruz, como en ese Viernes Santo y ese Sábado Santo no se veían los frutos del Hijo de Dios Crucificado, de sus sufrimientos. Asimismo, ¿qué dice el Salmo sobre los malvados, sobre los que pensamos que les va todo bien? Serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2015, en Santa Marta).
Reflexión . La fe que obtenemos por medio del Evangelio es un enorme tesoro que nos da el conocimiento de Cristo, y por él nos viene la vida. Sin embargo, es deber nuestro transmitir la Palabra que hemos recibido, de acuerdo con su mandato: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. No podemos quedarnos solamente en la vivencia de su Palabra cuando hay tanta gente en este mundo que no le conoce. Así pues, todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Dios nunca se deja ganar en generosidad, y promete, a todo el que quiera ser su mensajero, ser grande en el Reino de los Cielos. No dejemos en nuestra vida pasar la oportunidad de ganar un premio que no se acaba, y que a fin de cuentas es el que gozaremos por toda la eternidad.
Propósito. Meditaré un pasaje del evangelio y lo compartiré con mi familia.
Dialogo con Cristo. Jesús, a ejemplo tuyo quiero ser portador de tu palabra, y me propongo no solamente cumplir con tus mandamientos, sino también transmitirte a todos, y en todo momento, por medio de la predicación y el testimonio.
"También hoy, para ser en el mundo signo e instrumento de íntima unión con Dios y de unidad entre los hombres, los cristianos debemos basar nuestra vida en estos cuatro «ejes»: la vida fundada en la fe de los Apóstoles transmitida en la Tradición viva de la Iglesia, la comunión fraterna, la Eucaristía y oración" (Benedicto XVI, 23 de enero de 2011).
Saber que Dios está con nosotros
Miércoles tercera semana Cuaresma. El Señor ha querido venir a nuestra vida, es una presencia viva.
“Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley”. Jesucristo cumple siempre lo que promete. El esfuerzo, el interés y la búsqueda que Cristo realiza en nuestra alma es algo que Él hace en todo momento. No pasará el cielo y la tierra sin que se cumpla lo que Dios nuestro Señor tiene planeado para cada uno de nosotros. Esto tiene que dar a cada uno de nuestros corazones una gran tranquilidad, una gran paz. Tiene que darnos la tranquilidad y la paz de quien sabe que Dios está apoyándole, de quien sabe que Dios está buscándole, de quien sabe que Dios está a su lado.
Hay veces que los caminos de nuestro Señor pueden ser difíciles de seguir. Cuántas veces nos preguntamos: ¿por qué el Señor nos lleva por este camino, por qué el Señor nos conduce por este sendero? Cristo vuelve a repetirnos que Él es la garantía. Su Palabra misma es la garantía de que efectivamente Él va a estar con nosotros: “No pasará el cielo y la tierra”.
Cuántas veces, cuando nosotros vamos en el camino de nuestra existencia cristiana, podríamos encontrarnos con dudas y obscuridades. La Escritura habla del pueblo que está a punto de entrar a la tierra prometida, y en el momento en que va a entrar, Dios le vuelve a decir lo mismo: Yo voy a entrar contigo. Yo voy a estar contigo a través de los Mandamientos, a través de tu vida interior, a través de la iluminación.
Nosotros tenemos también que encontrar que Dios está con nosotros, que el Señor ha querido venir a nuestra vida, ha querido venir a nuestra alma, ha querido encontrarse con nosotros. Su presencia es una presencia viva. Y el testimonio espiritual de cada uno de nosotros habla clarísimamente de la presencia viva de Dios en nosotros, de la búsqueda que Dios ha hecho de nosotros, de cómo el Señor, de una forma o de otra, a través de los misteriosos caminos de su Providencia, nos ha ido acompañando, nos ha ido siguiendo. Si el Señor hubiera actuado como actuamos los hombres, ¡cuánto tiempo hace que estaríamos alejados de Él! Dios actúa buscándonos, Dios actúa estando presente, porque sus palabras no van a pasar.
¿Tengo yo esta confianza? ¿Mi alma, que en todo momento, de una forma o de otra, está iluminada por el Espíritu Santo para que cambie, para que se transforme, para que se convierta, está encontrando esa confianza en Dios, está poniendo a Cristo como garantía? ¿No nos estaremos poniendo a nosotros mismos como garantía de lo que Dios va a hacer en nuestra vida y que vemos muy claro lo que hay que cambiar, pero como garantía nos ponemos a nosotros mismos, con el riesgo —porque ya nos ha pasado muchas otras veces—, de volver a caer en la misma situación?
Aprendamos a ponernos en las manos de Dios. Aprendamos a confiar en la garantía que Cristo nos dé, pero, al mismo tiempo, aprendamos también a corresponder a nuestro Señor.
“El que quebranta uno de estos preceptos menores y los enseña así a los hombres, será el menor en el Reino de los Cielos”. La responsabilidad de escuchar la Palabra de Dios hasta en las más pequeñas cosas, es una responsabilidad muy grande que el Señor ha querido depositar sobre nuestros hombros, dentro de nuestra concreta vocación cristiana. El Señor es muy claro y dice que no podemos darnos el lujo ni de quebrantar, ni de enseñar mal los preceptos, incluso los menores.
Así como la garantía que Él nos da es una garantía de cara a la perfección cristiana, Él también quiere que nuestra correspondencia sea de cara a la perfección cristiana. El Señor nos llama a la perfección.
Vamos a pedirle al Señor que nos ayude a escucharlo, a tenerlo a nuestro lado, a tenerlo como garante de nuestros propósitos y de nuestras luchas. Pero, al mismo tiempo, vamos a pedirle que nos ayude a corresponder hasta en los preceptos menores. Que no haya nada que nos aparte del amor de Jesucristo. Que no haya nada que nos impida ser grandes en el Reino de los Cielos, que no es otra cosa sino tener en nuestra alma el amor vivo de nuestro Señor, de ser capaces de tenerlo siempre muy cerca a Él, y al mismo tiempo, de ser profundamente entregados a todo lo que Él nos va pidiendo.
Diario del Vaticano se pronuncia sobre Oscar de Spotlight y "mensaje" al Papa
Spotlight trata sobre la investigación periodística que destapó el escándalo de abusos sexuales en la Arquidiócesis de Boston
VATICANO, 29 Feb. 16
El diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano se pronunció sobre el triunfo de la película Spotlight en los Premios Oscar y el mensaje que uno de sus productores dirigió al Papa Francisco al recibir el galardón a la mejor película del año. "Esta película dio voz a los supervivientes. Y este Oscar amplifica esa voz, la cual esperamos se convierta en un coro que resuene y llegue hasta el Vaticano. Papa Francisco, es hora de proteger a los niños y restablecer la fe", dijo el productor Michael Sugar al recibir el premio. Spotlight trata sobre la investigación periodística que destapó el escándalo de abusos sexuales en la Arquidiócesis de Boston, Estados Unidos, en el año 2002. Además del Oscar a mejor película, ganó el premio a mejor guión original. En un artículo firmado por Lucetta Scaraffia, LOR explica que la película Spotlight no ataca a la fe católica e incluso considera como señal positiva que sus productores confíen en el manejo del Papa Francisco sobre este delicado tema.
Spotlight "no es anti-católica, como se ha escrito, ya que se las arregla para expresar la conmoción y el profundo dolor que los fieles enfrentan al descubrir estas realidades terribles", indica Scaraffia. Sin embargo, aclara que la narrativa del filme "no profundiza en la larga y tenaz batalla que Joseph Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y como Papa, emprendió contra la pedofilia en la Iglesia". Scaraffia admite que "una película no puede contarlo todo" y "las dificultades que Ratzinger enfrentó solo confirman el tema del filme, que es que con mucha frecuencia las instituciones eclesiásticas no supieron reaccionar con la necesaria determinación para enfrentar estos crímenes". La autora recuerda que "los niños son seres vulnerables, y por lo tanto, víctimas privilegiadas de abuso incluso en las familias, círculos deportivos y escuelas seculares. No todos los monstruos usan sotanas. La pedofilia no necesariamente surge del voto de castidad". "Sin embargo, ha quedado claro que en la Iglesia algunos están más preocupados de la imagen de la institución que de la gravedad del hecho", agrega. Scaraffia precisa que "esto no puede justificar la gravísima culpa de los que, mientras eran vistos como representantes de Dios, usaron su autoridad y prestigio para explotar a los inocentes". La autora destaca el valor del filme al contar estos detalles y dar espacio "a la devastación interior que estos actos generan en las víctimas, que ya no tienen un Dios a quien pedir ayuda".
Señal positiva
Para la autora, el llamado de Sugar al Papa en la ceremonia de los Oscar "debe ser visto como un signo positivo: todavía hay confianza en la institución, hay confianza en un Papa que continúa la limpieza iniciada por su predecesor, quien entonces era todavía cardenal. Todavía hay confianza en la fe que tiene en su centro la defensa de las víctimas, la protección de los inocentes". En otro artículo publicado por LOR y firmado por Emilio Ranzato, se destaca que Spotlight "no es una película anti-católica porque no toca en sí al catolicismo, pero es probable que sea vista como una película contra la Iglesia porque su tono a menudo tiende a generalizar, generalizaciones inevitables cuando se tiene que contar historias en tan solo dos horas". Según Ranzato, "es indiscutiblemente una película que tiene el valor de reportar los casos que deben ser condenados sin dudar. Y lo hace en detalle, sobre la base de una documentación sustancialmente seria y creíble".
Francisco, durante la audiencia de hoy. “Dios nunca cierra la puerta, el camino de la salvación no es el de los sacrificios, sino la práctica del bien y la justicia”.
Francisco: “El pueblo de Dios no tiene necesidad de dinero sucio, sino de corazones abiertos a la misericordia de Dios”
El Papa invita a “pensar en tantos prófugos que se embarcan hacia Europa y no saben dónde ir”
Jesús Bastante, 02 de marzo de 2016 a las 10:50
"Cuando Dios perdona, su perdón es tan grande que es como si se ‘olvidara'"
Dios nunca reniega de nosotros. Nosotros somos su pueblo. Dios nunca reniega de nosotros, nunca. Siempre habla de nosotros como hijos. Este es el amor de nuestro padre, esta es la misericordia de Dios
(Jesús Bastante).- "El pueblo de Dios no tiene necesidad de dinero sucio, sino de corazones abiertos a la misericordia de Dios". El Papa Francisco clamó durante la Audiencia general contra "algunos 'benefactores' de la Iglesia, que vienen con ofertas para la Iglesia, que son frtuo de la sangre de tanta gente maltratada, esclavizada, con trabajos mal pagados...", y subrayó que el "auténtico camino de la salvación no es el de los sacrificios, sino la práctica del bien y la justicia".
En un día soleado en Roma, y rodeado por decenas de miles de fieles, el Papa apeló al "amor de Dios y a la conciencia de sus hijos", frente a las caídas, las incomprensiones y los pecados. "Dios viene a nuestro encuentro, como un padre a un hijo", subrayó Francisco, quien denunció que, a causa del pecado, "la libertad está presa del orgullo y la autosuficiencia".
Pese a todo, "Dios nunca reniega de nosotros. Nosotros somos su pueblo. Dios nunca reniega de nosotros, nunca. Siempre habla de nosotros como hijos. Este es el amor de nuestro padre, esta es la misericordia de Dios". Para el Papa, "tener un padre así te da esperanza, te de confianza. Esta pertenencia debe ser vista en la fidelidad y la obediencia".
Por eso, las palabras duras del profeta, sirven para "ayudar al pueblo a entender la gravedad de su pecado, de su corrupción, de su abandono al Señor", una situación que lleva "al sufrimiento".
"Dios no reniega de su paternidad. Sin ella no hay vida posible, la existencia pierde su razón, todo aparece perdido y olvidado. Son momentos dolorosos, no se ve la salvación. La prueba existe para que el pueblo pueda experimentar el vacío de quien abandona a Dios, el sufrimiento, consecuencia inevitable de una consecuencia autodestructiva, debe hacer al pecador abrirse al camino del perdón. Este es el camino de la misericordia divina".
"Dios no nos trata conforme a nuestros pecados", sino que "el castigo se convierte en el medio para que reflexionar. Esto deja claro que Dios perdona a su pueblo, y da gracia no destruye todo, pero siempre deja la puerta abierta a la esperanza. La salvación implica la decisión de escuchar y ser convertidos, pero sigue siendo don gratuito. El Señor, por lo tanto, en su misericordia, indica un camino que no es el de los sacrificios rituales, sino la práctica del bien de la justicia", subrayó Bergoglio, quien añadió que "el culto no es criticado por considerarla innecesario en sí mismo, sino porque, en lugar de expresar la conversión, afirma que hay que reemplazarlo (...), generando la creencia errónea de que son los sacrificios para salvar, no merced divina que perdona el pecado".
"El pueblo de Dios no tiene necesidad de dinero sucio, sino de corazones abiertos a la misericordia de Dios. En lugar de ello, debe acercarse a Dios con las manos purificadas, evitando el mal y practicando el bien y la justicia", añadió el Papa, quien, haciendo actual el texto bíblico, animó a "socorrer a los presos, rendir justicia al huérfano, defender a la viuda... pensar en tanto prófugos que se embarcan hacia Europa y no saben dónde ir". Y entonces, concluyó, "el pecado se volverá blanco como la nieve. Este es el milagro del perdón Dios. El perdón que Dios como padre puede dar a su pueblo. La misericordia de Dios se ofrece a todos. Y esta palabra del profeta valen hoy para todos nosotros, llamados a vivir como hijos de Dios".
Texto completo de la catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hablando de la misericordia divina, hemos evocado muchas veces la figura del padre de familia, que ama a sus hijos, los ayuda, cuida de ellos, los perdona. Y como padre, los educa y los corrige cuando se equivocan, favoreciendo su crecimiento en el bien.
Es así que es presentado Dios en el primer capítulo del profeta Isaías, en el cual el Señor, como padre afectuoso pero también atento y severo, se dirige a Israel acusándolo de infidelidad y corrupción, para hacerle regresar al camino de la justicia. Así inicia nuestro texto: «¡Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra! porque habla el Señor: Yo crié hijos y los hice crecer, pero ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su amo y el asno, el pesebre de su dueño; ¡pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento!» (1,2-3).
Dios, por medio del profeta, habla al pueblo con la amargura de un padre desilusionado: ha hecho crecer a sus hijos, y ahora ellos se rebelan contra Él. Incluso los animales son fieles a sus patrones y reconocen la mano que los nutre; el pueblo en cambio no reconoce más a Dios, se niega entender. Incluso herido, Dios deja hablar al amor, e invoca a la conciencia de estos hijos degenerados para que se arrepientan y se dejen de nuevo amar. Esto es lo que hace Dios, ¡eh! Viene a nuestro encuentro para que nosotros nos dejemos amar por Él en el corazón de nuestro Dios.
La relación padre-hijo, al cual muchas veces los profetas hacen referencia para hablar de la relación de alianza entre Dios y su pueblo, se ha desnaturalizado. La misión educativa de los padres mira a hacerlos crecer en la libertad, a hacerlos responsables, capaces de realizar obras de bien para sí mismos y para los demás. En cambio, a causa del pecado, la libertad se convierte en presunción de autonomía, presunción de orgullo, y el orgullo lleva a la contra posición y a la ilusión de autosuficiencia.
Entonces, es ahí que Dios dice a su pueblo: "Se han equivocado de camino" ... invita. Afectuosamente y amargamente dice "mi" pueblo. Dios jamás nos niega; nosotros somos su pueblo, el más malvado de los hombres, la más malvada de las mujeres, los más malvados del pueblo son sus hijos. Y este es Dios: ¡jamás, jamás nos repudia! Dice siempre: "Hijo, ven". Y este es el amor de nuestro Padre; esta es la misericordia de Dios. Tener un padre así nos da esperanza, nos da confianza. Esta pertenencia debería ser vivida en la confianza y en la obediencia, con la conciencia que todo es un don que viene del amor del Padre. En cambio, está ahí la vanidad, la necedad y la idolatría.
Por eso, ahora el profeta se dirige directamente a este pueblo con palabras severas para ayudarlo a entender la gravedad de su culpa: «¡Ay, nación pecadora, [...] hijos pervertidos! ¡Han abandonado al Señor, han despreciado al Santo de Israel, se han vuelto atrás!» (v. 4).
La consecuencia del pecado es un estado de sufrimiento, del cual sufre las consecuencias también el país, devastado y convertido en un desierto, al punto que Sión - es decir, Jerusalén - se hace inhabitable. Donde existe el rechazo a Dios, a su paternidad, no hay más vida posible, la existencia pierde sus raíces, todo aparece pervertido y destruido. Todavía, incluso este momento doloroso está en virtud de la salvación. La es dada para que el pueblo pueda experimentar la amargura de quien abandona a Dios, e luego confrontarse con el vacío desolador de una opción de muerte. El sufrimiento, consecuencia inevitable de una decisión autodestructiva, debe hacer reflexionar al pecador para abrirse a la conversión y al perdón.
Y este es el camino de la misericordia divina: Dios no nos trata según nuestras culpas (Cfr. Sal 103,10). El castigo se convierte en un instrumento para inducir a la reflexión. Se comprende así que Dios perdona a su pueblo, le da la gracia y no destruye todo, pero deja abierta siempre la puerta a la esperanza. La salvación implica la decisión de escuchar y dejarse convertir, pero permanece siempre como un don gratuito. El Señor, pues, en su misericordia, indica un camino que no es aquel de los sacrificios rituales, sino más bien el de la justicia. El culto es criticado no porque sea inútil en sí mismo, sino porque, en vez de expresar la conversión, pretende sustituirla; y se convierte así en búsqueda de la propia justicia, creando falsas convicciones que sean los sacrificios a salvar, no la misericordia divina que perdona el pecado. Para entenderla bien: cuando alguien está enfermo va al médico; cuando uno se siente pecador va al Señor. Pero en vez de ir al médico, va al curandero no sana. Muchas veces preferimos ir por caminos equivocados, buscando una justificación, una justicia, una paz que nos es donada como don del propio Señor si no vamos y lo buscamos a Él. Dios, dice el profeta Isaías, no le agrada la sangre de toros y de corderos (v. 11), sobre todo si la ofrenda es hecha con las manos manchadas por la sangre de los hermanos (v. 15). Pero yo pienso en algunos benefactores de la Iglesia que vienen con sus ofrendas - "Tome para la Iglesia esta ofrenda" - es fruto de la sangre de tanta gente explotada, maltratada, esclavizada con el trabajo mal pagado! Yo diré a esta gente: "Por favor, llévate tu dinero, quémalo". El pueblo de Dios, es decir la Iglesia, no necesita dinero sucio, necesita de corazones abiertos a la misericordia de Dios. Es necesario acercarse a Dios con manos purificadas, evitando el mal y practicando el bien y la justicia. Que bello como termina el profeta: «¡Cesen de hacer el mal - exhorta el profeta - aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda!» (vv. 16-17).
Piensen en tantos prófugos que desembarcan en Europa y no saben a dónde ir. Entonces, dice el Señor, los pecados, incluso si fueran como la escarlata, se harán blancos como la nieve, y cándidos como la lana, y el pueblo podrá nutrirse de los bienes de la tierra y vivir en la paz (v. 19).
Es este el milagro del perdón que Dios; el perdón que Dios como Padre, quiere donar a su pueblo. La misericordia de Dios es ofrecida a todos, y estas palabras del profeta valen también hoy para todos nosotros, llamados a vivir como hijos de Dios. Gracias.
Saludo del Papa en español:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionamos sobre la misteriosa relación que existe entre misericordia y corrección divina.
Dios se comporta con nosotros como un padre de familia, que ama a sus hijos, los socorre, los cuida, los perdona. Y que también los educa y corrige cuando se equivocan, para ayudarlos a ser responsables, a crecer en el bien y en la libertad. La relación "padre-hijo" es figura de la alianza entre Dios y su pueblo. Esta relación se fragmenta cuando el hombre rechaza la paternidad de Dios. A causa del pecado, pretende convertir la libertad en autonomía y, dejándose llevar por el orgullo, se contrapone a él y vive en una ilusión de autosuficiencia.
Cuando el pueblo se aleja de Dios, desconfía de él y no le obedece, experimenta entonces la aflicción de la prueba. Dios la permite con vistas a la salvación, para que el pueblo pecador, sintiendo el vacío y la amargura del estar lejos de él, pueda abrirse a la conversión y al perdón. Dios habla amorosamente a la conciencia de sus hijos, para que se arrepientan y se dejen amar de nuevo por él. La salvación es siempre un don gratuito de Dios. Pero supone la decisión de escucharlo y dejarse corregir por él.
La corrección forma parte del camino de la misericordia divina. Dios perdona a su pueblo, siempre deja siempre una puerta abierta a la esperanza, Dios nunca cierra la puerta, y le indica que el camino de la salvación no es el de los sacrificios, sino la práctica del bien y la justicia.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que el Señor Jesús nos alcance la gracia de acoger el perdón y la misericordia que el Padre ofrece gratuitamente a todos, para que aprendamos a vivir como hijos suyos. Muchas gracias.
POR EL FALLECIMIENTO DEL DOCTOR NICOLAS, NUESTRO HERMANO QUE EL DOMINGO REZABA LA PRIMERA LECTURA DE LA MISA DE LURIN Y QUE NOS ACOMPAÑO TANTOS AÑOS CON SU SERVICIO Y CORAZON PROFESIONAL COMO CIRUJANO TRAUMATOLOGO. QUE DESDE SU AMOR AL SEÑOR NOS SEA DE BENDICION DESDE EL CIELO. QUE LA VIRGEN LO ACOJA JUNTO A LA GLORIA DE DIOS PLENO DE AMOR.