“Todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo"

Las virtudes son alegres

En un pueblo de Estados Unidos se detectó que el índice de criminalidad era desde hacía años mucho menor que en otros pueblos vecinos. Cuando se hizo el estudio sociológico, muchos hombres mencionaban a una maestra. Los investigadores localizaron a la anciana y conversaron con ella. La frase más significativa que obtuvieron fue: ¡Cuánto quise yo a aquellos muchachos!

La virtud de la caridad, el amor, está por encima de todas las demás, como enseñó Jesucristo y tal como San Pablo se hizo eco. La coloco pues por delante en esta exposición que deseo hacer durante este mes de agosto de algunas virtudes cristianas.

Prefiero hablar de virtudes, sin entrar en una disquisición dialéctica con los valores. Todos nos entendemos. Las virtudes tienen una raíz moral, no responden a un consenso social solamente o a una regla de mayorías y minorías.

Desde luego cuando hablamos de valores, nos referimos a los positivos; no a los negativos. Así, por ejemplo, pensando en la constancia, a nadie se le ocurre que sea un valor en el caso del ladrón detenido docenas de veces por otros tantos robos. Y cuando se habla del valor justicia, no podemos pensar que lo sea la aplicación de la pena de muerte; o del valor libertad, referido a una estafa.

Al margen de los términos, sí me interesa destacar que las virtudes no son algo del pasado, o imposiciones de la Iglesia, ni son tristes ni de color morado, ni «burguesas» como quiso ridiculizarlas Nietzsche. Son, en definición clásica, hábitos operativos buenos. Y alegres, porque permiten a la persona ser más ella misma en su plenitud y posibilidades.

Todos tenemos experiencia, también en su proyección hacia los demás, de la alegría que extiende a su alrededor una persona sincera, trabajadora, humilde y solidaria, y cuánto molesta otra que sea mentirosa, vaga, soberbia y egoísta.

Que sean alegres, no quiere decir que sean fáciles, ni que su adquisición o mejora sea inmediata, cosa que choca con una sociedad en la que nos hemos acostumbrado a pedir respuestas inmediatas. Cuando un buscador de internet tarda diez segundos en responder a una petición nuestra, exclamamos: ¡qué lento!

Un niño entierra un día una semilla y al día siguiente acude a ver si ya ha salido el árbol. Las virtudes exigen constancia, repetición, paciencia, como el que acude a un gimnasio. Logrará lo que se propone en la medida en que luche deportivamente, alegremente.

Evangelio según San Mateo 18,15-20. 

Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. 

Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. 

Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos". 

Catecismo de la Iglesia Católica 
§ 1444, 1449, 1484 - Copyright © Libreria Editrice Vaticana

“Todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo"

Al hacer partícipes a los Apóstoles de su propio poder de perdonar los pecados, el Señor les da también la autoridad de reconciliar a los pecadores con la Iglesia. Esta dimensión eclesial de su tarea se expresa particularmente en las palabras solemnes de Cristo a Simón Pedro: "A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16,19). "Consta que también el colegio de los Apóstoles, unido a su cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro (cf Mt 18,18; 28,16-20)" (Vaticano II LG 22)

La fórmula de absolución en uso en la Iglesia latina expresa el elemento esencial de este sacramento: el Padre de la misericordia es la fuente de todo perdón. Realiza la reconciliación de los pecadores por la Pascua de su Hijo y el don de su Espíritu, a través de la oración y el ministerio de la Iglesia: «Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» […].

Cristo actúa en cada uno de los sacramentos. Se dirige personalmente a cada uno de los pecadores: "Hijo, tus pecados están perdonados" (Mc 2,5); es el médico que se inclina sobre cada uno de los enfermos que tienen necesidad de él (cf Mc 2,17) para curarlos; los restaura y los devuelve a la comunión fraterna. Por tanto, la confesión personal es la forma más significativa de la reconciliación con Dios y con la Iglesia.

13 de agosto 2014 Miércoles XIX Ez 9, 1-7; 10, 18-22

Ezequiel nos hace ver que Dios no castiga indiscriminadamente, sino que separa con una señal: «los hombres que se lamentan y se duelen de todas las acciones detestables que cometen». ¿Cuáles son las cosas o las acciones que consideras detestables? Que mis acciones, Señor, sean siempre hechas con rectitud de intención.


San Estanilao de Kostka S.J.

Estanislao significa: "Gloria y honor de su grupo". 

(Lao= gloria y honor. Estanis= grupo)
Patrono de novicios y uno de los patronos de Polonia. 
Fiesta: 13 agosto

Nació en 1550 y murió cuando era novicio en el año 1568.

Le preguntaron qué hay que hacer para demostrarle a la Virgen que la amamos, y respondió: "Ofrecerle pequeños homenajes, pero no dejar nunca de ofrecérselos".

-Adaptado de la Vida de los Santos de Butler:

El Martirologio Romano, al conmemorar la muerte de San Estanislao de Kostka, afirma con razón que, "con la inocencia de su vida, alcanzó en poco tiempo la perfección de una larga existencia".

Estanislao era el segundo hijo de Juan Kostka, senador de Polonia, y de Margarita Kryska. Nació en el castillo de Rostkovo, en 1550. Hizo sus primeros estudios en su casa bajo la dirección de Juan Bilinsky, junto con su hermano mayor, Pablo. A los catorce años, Estanislao ingresó en el colegio de los jesuitas de Viena. Acostumbraba consagrar a la oración y al estudio todo el tiempo que podía y la rudeza del lenguaje le molestaba en extremo. Cuando había en su casa huéspedes indiscretos, el padre de Estanislao les decía: "No relatéis vuestros cuentos delante de Estanislao". En el internado del colegio de Viena el recogimiento y devoción de la vida y la oración del joven sorprendieron a todos. Ocho meses después de la llegada de Estanislao a Viena, el emperador Maximiliano II quitó a los jesuitas la casa que Fernando I les había prestado para el internado, comenzando una larga serie de abusos contra la Compañía de Jesús.

Pablo Kostka, dos años mayor que Estanislao, era un joven alegre y amante de las diversiones, que consiguió el permiso de Bilinsky para hospedarse en casa de unos luteranos. Como esa perspectiva desagradaba a Estanislao, Pablo se burló de su recogimiento y devoción. En cierta ocasión, cansado de los malos tratos de su hermano, Estanislao profirió la gran amenaza que hacen todos los niños: "Acabaré por escaparme para no volver y tú tendrás que dar cuentas a papá y mamá". Estanislao comulgaba todos los domingos y días de fiesta y ayunaba siempre la víspera del día en que iba a comulgar. Cuando no estaba en la iglesia o en el colegio, se hallaba en su cuarto, entregado al estudio o a la oración. Se vestía modestamente, practicaba la mortificación corporal y detestaba las clases de baile. La antipatía de Pablo por su hermano aumentó paulatinamente. Por otra parte, Bilinsky, aunque era un hombre razonable, no profesaba a Estanislao un afecto particular.

Cierto día, Estanislao cayó enfermo y pidió el viático, pero el luterano, en cuya casa habitaba, no permitió que el Santísimo Sacramento entrase en ella. Entonces, San Estanislao, muy afligido, se encomendó fervorosamente a Santa Bárbara, a cuya cofradía pertenecía, y tuvo una visión en la que dos ángeles le trajeron la comunión.

Se cuenta también que se le apareció la Santísima Virgen en otra ocasión y le dijo que aún no había llegado la hora de su muerte y que debía ingresar en la Compañía de Jesús. Estanislao, que ya antes había pensado en hacerlo, pidió la admisión en cuanto recuperó la salud. El P. Maggi, provincial de Viena, no quiso admitirle por temor de indisponer a su padre contra la Compañía. Entonces, Estanislao decidió ir a pie a Roma, si fuera necesario, para solicitar la admisión al P. General en persona. Así pues, caminó a Augsburgo y luego a Dilinga, con el objeto de entrevistarse, primero, con San Pedro Canisio, provincial en Alemania superior. Para ese viaje de casi 500 kilómetros, se vistió pobremente. En cuanto su hermano y Bilinsky descubrieron su fuga, salieron a perseguirle, pero no consiguieron reconocerle, por razones que varían según los autores. San Pedro Canisio le acogió amablemente y le puso a servir a los estudiantes en el comedor y a hacer la limpieza de sus aposentos; el joven cumplió su cometido con tal reverencia y humildad, que los estudiantes quedaron asombrados, aunque no lo conocían. Al cabo de tres semanas, San Pedro Canisio le envió a Roma con dos compañeros. En la Ciudad Eterna Estanislao se entrevistó con San Francisco de Borja y le expuso el objeto de su viaje. San Francisco de Borja accedió a su petición y le admitió en el noviciado, en 1567, a los diecisiete años de edad. Entre tanto, Estanislao había recibido una dura carta de su padre, en la que éste le amenazaba con hacer expulsar de Polonia a los jesuitas y le reprendía por haber tomado una "sotana despreciable y haber abrazado una profesión indigna de su alcurnia". Estanislao respondió en términos filiales, pero manifestó su firme decisión de servir a Dios en la vocación a la que El le había llamado. Después, dejando el asunto en manos de Dios, se dedicó tranquilamente al cumplimiento de sus deberes.

Según el P. Fazio, maestro de novicios de Estanislao, el objetivo principal del santo fue santificarse perfectamente en la vida ordinaria. El único límite de su mortificación era la obediencia a su director espiritual. Aunque exageraba sus faltas con no fingida sencillez, lo cierto es que llevó en el noviciado una vida de oración constante. Su amor a Jesucristo en el Santísimo Sacramento era tan ardiente que, cuando entraba en la iglesia, su rostro se encendía; además, con frecuencia era arrebatado en éxtasis durante la misa y después de la comunión. Pero aquel novicio modelo sólo estaba destinado a vivir nueve meses. En efecto, el calor del verano romano le hizo mucho daño y le produjo frecuentes desvanecimientos, de suerte que el joven comprendió que moriría pronto. El día de la fiesta de la dedicación de Santa María la Mayor, el 15 de agosto de 1568, hablando con el P. Manuel de Sa sobre la Asunción de la Santísima Virgen, Estanislao le dijo: "¡Qué día tan feliz debió ser para todos los santos aquél en que María entró en el cielo! Quizá ellos lo celebran con especial gozo, como lo hacemos nosotros en la tierra. Espero que estaré entre ellos en su próxima celebración". Por el momento, nadie dio importancia a esas palabras, cuyo verdadero sentido se reveló diez días más tarde. El día de la fiesta de San Lorenzo, Estanislao se sintió mal. Dos días después, cuando le sacaron de la cama para trasladarle a un lecho más confortable, hizo la señal de la cruz sobre él y dijo que nunca volvería a levantarse. El P. Fazio se rió paternalmente y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿abandonáis toda esperanza por una enfermedad tan leve?" Estanislao replicó: "Cierto que soy un hombre de poca fe, pero la enfermedad no es leve y ella me matará". Al amanecer del día de la Asunción, el joven susurró al oído del P. Ruiz la noticia de que contemplaba a la Santísima Virgen rodeada por los ángeles. Después murió apaciblemente a los 18 años de edad, en 1568.

Al cabo de un mes, Pablo de Kostka llegó a Roma con instrucciones de su padre para que Estanislao volviese a toda costa a Polonia. Bajo la impresión de la noticia de la muerte de su hermano, Pablo comprendió lo mal que se había portado con él y fue uno de los principales testigos en el proceso de beatificación. Otro de los testigos fue Bilinsky, quien afirmó entre otras cosas: "Pablo jamás dijo una palabra amable a su bendito hermano. Tanto él como yo teníamos completa conciencia de la santidad de todos los actos de Estanislao". Pablo vivió devorado por los remordimientos hasta el fin y, a los sesenta años, pidió ser admitido en la Compañía de Jesús. San Estanislao fue canonizado en 1726 y se le venera como patrono menor de Polonia.

Por su intercesión se obtuvieron numerosos milagros, y el Santo Padre lo canonizó y lo declaró patrono de los novicios y de los que se preparan para el sacerdocio.

Asunción de la Virgen María

Idea principal: Hoy celebramos la fiesta del primer ser humano –María- que, después de Cristo su Hijo, experimentó la victoria total contra la muerte, también corporalmente. No estamos hechos para la muerte sino para la vida, para la resurrección (segunda lectura).  

Resumen del mensaje: Este ha sido el último dogma proclamado por el Papa Pío XII el 1 noviembre de 1950: “Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”. Después de haber luchado contra todos los enemigos de nuestra alma (primera lectura) y gracias a que Cristo venció el último enemigo –la muerte- (segunda lectura), Dios nos concederá la resurrección de nuestro cuerpo.
Puntos de la idea principal:

En primer lugar, ¿qué significa que María fue elevada al cielo en cuerpo y alma? María, como primera seguidora de Jesús, es la primera cristiana y la primera salvada por la Pascua de su Hijo; participa ya de la victoria de su Hijo, y es elevada a la gloria definitiva en cuerpo y alma. El motivo de este privilegio lo formula bien el prefacio de hoy: “con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo”.  ¿Por qué este privilegio? Porque Ella fue radicalmente dócil en su vida respondiendo con un “sí” total a su vocación, desde la humildad radical (evangelio). Ella estuvo siempre con Jesús, hasta el final, luchando contra el dragón que quería devorar a su Hijo (primera lectura).

En segundo lugar, ¿qué significa para nosotros esta fiesta? En María se condensa nuestro destino. Al igual que su “sí” fue representante del nuestro, también el “sí” de Dios a Ella, glorificándola, es un “sí” a todos nosotros, que somos sus hijos. Señala el destino que Él nos prepara, si vencemos los dragones del mal que nos acechan (segunda lectura) y si caminamos en la fe y en la humildad como María (evangelio). Nuestro destino es la resurrección final en cuerpo y alma, como María que la obtuvo antes, como premio a su fe, humildad y a su vida sin pecado, y para poder abrazar a su Hijo querido y preparar junto con Él un lugar para nosotros.

Finalmente, esta fiesta nos infunde esperanza y optimismo en nuestra vida. El destino de nuestra vida no es la muerte, sino la vida. Toda la persona humana, cuerpo y espíritu, está destinada a la vida. Nuestro cuerpo tiene, pues, una grandísima dignidad; no podemos profanarlo ni mancharlo. Lo que Dios ha hecho en María, lo hará en nosotros. Lo creemos. Lo esperamos. Lo deseamos.

Nuestra historia tendrá un final feliz. No terminamos en el sepulcro, sino en la resurrección de nuestro cuerpo. Y la Eucaristía que recibimos semanalmente o diariamente es un anticipo de lo que será nuestra gloria futura: “quien come mi Carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día”. La Eucaristía es como la semilla y la garantía de la vida inmortal para los seguidores de Jesús. Lo que María consiguió –la glorificación definitiva-, nosotros también lo conseguiremos, como fruto de la Pascua de Cristo.

Para reflexionar: al pensar en la resurrección final, ¿me lleno de alegría y optimismo al saber por la fe que mi destino es la vida y no la muerte en el sepulcro? Ya aquí en la tierra, ¿estoy sembrando las semillas de la inmortalidad y resurrección en mi cuerpo, comulgando el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía? Esta fiesta de María, ¿me invita a llevar una vida de santidad, de fe, de humildad y de amor?

Francisco parte esta tarde hace Corea

La policía sugiere que el mayor reto de seguridad será el propio Papa
Corea del Sur se blinda ante la visita de Francisco
30.000 agentes vigilarán la estancia de Bergoglio, que esta tarde parte de Roma

Durante la visita de Juan Pablo II en 1984, un joven estudiante con supuestos problemas mentales logró acercarse al vehículo del papa y disparar con una pistola de juguete

Visita papa a Corea del Sur

La policía surcoreana prepara un amplio dispositivo policial con el despliegue de decenas de miles de agentes y estrictas medidas de seguridad para evitar incidentes durante la estancia del papa Francisco, que iniciará mañana en Seúl una histórica visita al país asiático.

Durante su viaje a Corea del Sur del 14 al 18 de agosto el pontífice participará, entre otros eventos, en la ceremonia de beatificación de 124 mártires coreanos, que tendrá lugar el sábado en la simbólica plaza de Gwanghwamun de la capital.

Este encuentro es el que plantea un mayor reto en materia de seguridad, ya que se desarrollará en pleno corazón de Seúl y contará con 170.000 asistentes registrados oficialmente, aunque podrían congregarse hasta un millón en la plaza y sus alrededores, según la policía.

Así, 30.000 agentes -el 30 por ciento del total de las fuerzas policiales- se desplegarán en la zona, mientras el área restringida para la ceremonia estará acordonada con 4,5 kilómetros de vallas de un metro de alto y 300 detectores de metales en los accesos, informó un portavoz de la Policía Nacional de Corea (KNP).

Las autoridades sellarán los edificios contiguos, que no podrán abrir sus ventanas desde el viernes y contarán con policías en cada piso, mientras agentes de las brigadas antiterroristas fuertemente armados ocuparán los tejados y azoteas en un radio de 50 metros de la plaza de Gwanghwamun.
Además, se cerrarán las galerías, museos y edificios públicos aledaños, los metros no pararán en las estaciones cercanas, los autobuses desviarán sus rutas el día de la ceremonia y la policía confiscará temporalmente 65.000 armas legales de uso particular.

Con esto, las autoridades pretenden prevenir lagunas de seguridad como las evidenciadas durante la visita de Juan Pablo II en 1984, cuando un joven estudiante con supuestos problemas mentales logró acercarse al vehículo del papa y disparar con una pistola de juguete.

En todo caso, la policía ha sugerido que el mayor reto a la seguridad es el propio papa Francisco y su inusual tendencia a acercarse a los ciudadanos y prescindir de excesivos blindajes, según reflejan medios locales.

"De todos los visitantes de alto perfil que han llegado a Corea del Sur en los últimos años, creo que no ha habido uno solo de ellos que haya estado tan expuesto", indicó un responsable de la Agencia Nacional de Policía al diario local Korea Herald.

Y es que Jorge Mario Bergoglio, en su línea habitual, ha rechazado usar un vehículo blindado a prueba de balas para recorrer la capital y, en su lugar, viajará en un utilitario de gama baja Kia Soul.

Tampoco usará chaleco antibalas, según adelantaron fuentes de la organización.

La policía también aseguró que está prevenida por si se diera el caso de que el vehículo se desvíe de la ruta establecida por algún motivo y Francisco se disponga a establecer contacto directo con los viandantes, tal y como ocurrió el pasado verano en Brasil cuando recorrió las favelas con la ventana del coche abierta.

Oración y ritmo respiratorio

Una tradición de siglos, y que prácticamente está en todas las religiones, relaciona el ritmo de la respiración con la oración, que va repitiendo una breve expresión, una jaculatoria o un mantra. La forma más conocida en la tradición cristiana, es "la oración de Jesús", en la que vamos repitiendo siguiendo el compás de nuestra respiración: "Señor Jesús, ten piedad de mí".  La respiración consta de tres momentos bien diferenciados: la inspiración, la quietud y la expiración. En el primer momento entra en nuestro cuerpo lo necesario oxígeno, que nos llega como elemento absolutamente imprescindible para vivir. Luego, en unos instantes que llamamos quietud, el oxígeno realiza una misión purificante que se va distribuyendo por nuestro cuerpo. Finalmente espiramos: sacamos fuera el anhídrido carbónico. Y así día y noche, conscientes o inconscientes, vamos revitalizando nuestro organismo de forma continuada.  Hay evidentemente una analogía entre el ritmo respiratorio y la invocación a Dios en la que pedimos que entre en nosotros, nos renueve y nos purifique. Es una imagen de la liberación personal gracias a la presencia de Aquel que, estando en nosotros, nos comunica vida y nos ayuda a superar los niveles negativos de nuestro corazón y de nuestra conducta.   Analogía e imagen, sin embargo, quedan cortos para explicar la realidad. El don de la presencia, el don de la nueva vitalización y de la purificación son de tal calidad y gratuidad, que tienen su explicación en el amor. Dios en nosotros es Amor recibido, es Amor liberador y es Amor transformador. Nos ama, nos purifica y nos vitaliza.  La oración de Jesús no queda dentro del ámbito personal: es una fuerza expansiva. El mismo ritmo de entrada, presencia, liberación y vitalización, tiende a expandirse hacia fuera de nosotros. El Amor recibido nos lleva a un amor dado que se quiere hacer presente, liberador y vitalizador hacia otras personas, hacia nuestra sociedad y, de forma muy especial, hacia todos aquellos que están sufriendo la intoxicación de una sociedad injusta, discriminadora, un sistema que destruye y mata. Ejercitar la oración de Jesús o cualquier otra forma de orar según el ritmo de la respiración nunca puede convertirse en una forma de terapia personal, que nos cierra sobre nosotros mismos. Si realmente es oración, por su propio dinamismo, nos abre a la expansión del amor hacia el Otro y los otros.

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