Auméntanos la fe
- 02 Octubre 2016
- 02 Octubre 2016
- 02 Octubre 2016
De manera abrupta, los discípulos le hacen a Jesús una petición vital: «Auméntanos la fe». En otra ocasión le habían pedido: «Enséñanos a orar». A medida que Jesús les descubre el proyecto de Dios y la tarea que les quiere encomendar, los discípulos sienten que no les basta la fe que viven desde niños para responder a su llamada. Necesitan una fe más robusta y vigorosa.
Han pasado más de veinte siglos. A lo largo de la historia, los seguidores de Jesús han vivido años de fidelidad al Evangelio y horas oscuras de deslealtad. Tiempos de fe recia y también de crisis e incertidumbre. ¿No necesitamos pedir de nuevo al Señor que aumente nuestra fe?
Señor, auméntanos la fe
Enséñanos que la fe no consiste en creer algo sino en creer en ti, Hijo encarnado de Dios, para abrirnos a tu Espíritu, dejarnos alcanzar por tu Palabra, aprender a vivir con tu estilo de vida y seguir de cerca tus pasos. Solo tú eres quien «inicia y consuma nuestra fe».
Auméntanos la fe. Danos una fe centrada en lo esencial, purificada de adherencias y añadidos postizos, que nos alejan del núcleo de tu Evangelio. Enséñanos a vivir en estos tiempos una fe, no fundada en apoyos externos, sino en tu presencia viva en nuestros corazones y en nuestras comunidades creyentes.
Auméntanos la fe . Haznos vivir una relación más vital contigo, sabiendo que tú, nuestro Maestro y Señor, eres lo primero, lo mejor, lo más valioso y atractivo que tenemos en la Iglesia. Danos una fe contagiosa que nos oriente hacia una fase nueva de cristianismo, más fiel a tu Espíritu y tu trayectoria.
Auméntanos la fe . Haznos vivir identificados con tu proyecto del reino de Dios, colaborando con realismo y convicción en hacer la vida más humana, como quiere el Padre. Ayúdanos a vivir humildemente nuestra fe con pasión por Dios y compasión por el ser humano.
Auméntanos la fe
Enséñanos a vivir convirtiéndonos a una vida más evangélica, sin resignarnos a un cristianismo rebajado donde la sal se va volviendo sosa y donde la Iglesia va perdiendo extrañamente su cualidad de fermento. Despierta entre nosotros la fe de los testigos y los profetas.
Auméntanos la fe
No nos dejes caer en un cristianismo sin cruz. Enséñanos a descubrir que la fe no consiste en creer en el Dios que nos conviene sino en aquel que fortalece nuestra responsabilidad y desarrolla nuestra capacidad de amar. Enséñanos a seguirte tomando nuestra cruz cada día.
Auméntanos la fe
Que te experimentemos resucitado en medio de nosotros renovando nuestras vidas y alentando nuestras comunidades.
27 Tiempo ordinario - C
(Lucas 17,5-10)
02 de octubre 2016
José Antonio Pagola
XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Hba 1 2-3; 2, 2-4; Sal 94; 2 Tim 1, 6-8. 13-14; Lc 17, 5-10)
TENTACIONES EN LA ORACIÓN
En momentos difíciles, una actitud religiosa es recurrir a la súplica, al grito de auxilio, a la oración para pedir que se resuelva la prueba, sane el enfermo, se reconcilien las personas… Y si no sucede según nuestra necesidad y solicitud, es posible que surja la duda sobre la eficacia de la oración, y hasta la duda de la fe en la bondad de Dios. Así habla el profeta en su desesperanza: “¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves? ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?”
Pero quizá, lo más cierto es que seamos nosotros los que no sepamos comprender el mensaje que contiene el acontecimiento que nos parece negativo. El salmista nos invita a estar atentos: “Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.”
La duda y hasta la tentación de pensar que Dios no nos oye cuando le exponemos nuestras necesidades, cabe que se convierta en denuncia, según el Evangelio. “Los apóstoles le pidieron al Señor: -«Auméntanos la fe.» El Señor contestó: -«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería”.
La fe es la que mueve las montañas; por su fe los patriarcas y los profetas obtuvieron la bendición de Dios. María es la mujer creyente, que se convirtió en Madre de Dios por su fe en la Palabra. El ciego de Jericó, el leproso samaritano, la mujer cananea, el criado del centurión se curaron por la fe que tuvieron en Jesús.
San Pablo, en su carta a Timoteo, amonesta al discípulo con palabras que bien podríamos aplicarnos: “Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos”. Aunque el apóstol se puede referir al ministerio ordenado, todos hemos recibido en el bautismo el don de la fe, y si hemos sido confirmados, también se nos impusieron las manos para confirmarnos en ella.
Cuando parece que Dios no nos oye, o tarda en responder, es momento de acrisolar la fe, de dar crédito a la bondad divina, de no dudar de su misericordia, de gozar la experiencia de que tratamos con Él por amor, y con confianza.
Los ángeles custodios
En 1966 una expedición de cuatrocientos vecinos del Vendrell fue a Prada de Conflent para saludar al hijo más ilustre de la población, Pau Casals, entonces en el exilio. El genio de la música les dijo: «Espero que Dios me dé vida para volver a mi tierra querida para ver el campanario del Vendrell que tanto amo, con el Ángel de la Guarda y el órgano que mi padre tocaba y al que yo le acompañaba cuando tenía nueve años.»
Como Pau Casals, al ponerme a escribir sobre los Ángeles Custodios en este domingo en que se celebra su fiesta, he recordado la escultura angélica que culmina el campanario de la iglesia de San Salvador de la capital del Baix Penedès.
Los ángeles están muy presentes en nuestras parroquias, en forma escultórica y, sobre todo, en retablos y pinturas murales. ¿Lo están también en nuestra vida? Espero que sí. Deberían estarlo porque su existencia no es una invención artística o literaria, ni un cuento para ser explicado a los niños antes de dormir.
Es cierto que sabemos poco sobre unas criaturas espirituales, precisamente por no ser materiales. Esto nos ha de llevar a ser cuidadosos al hablar de ellos, pues tan malo sería la negación como la exageración, tan negativo despreciarlos como intentar diseccionarlos, como hizo un imaginativo clérigo del siglo XII que se puso a calcular cuántos eran y llegó a la conclusión de que había 266.613.336 ángeles buenos y la mitad de este número de ángeles malos. Lo que sabemos tiene su anclaje en la Biblia y en la tradición de la Iglesia. En el Antiguo Testamento son ministros que llevan a cabo órdenes de Dios y las citas son muy abundantes, pero prefiero referirme a las del Nuevo Testamento, donde la doctrina se afirma con mayor precisión.
Aquí se muestran como intermediarios entre Dios y el hombre, y en varios pasajes se insinúa esta función. Bastaría mencionar cuando un ángel socorre a Cristo en el huerto de Getsemaní, y el que libra a San Pedro de la prisión; pero también el mismo Jesús dejó testimonio, como cuando dijo, contemplando a unos niños: «Guardaos de despreciar a uno de esos pequeños, porque yo os digo que sus ángeles en los cielos ven continuamente el rostro de mi Padre».
Hoy es un buen día para hacer el propósito de tratar a los ángeles y darles gracias por su protección en nuestras vidas.
Ángeles Custodios
Cada persona tiene un ángel custodio, 2 de octubre
Nuestros Guardaespaldas Celestiales
¿Quiénes son los ángeles custodios?
Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.
En el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)
En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.
La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.
Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.
Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.
El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.
Cuida tu fe
Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles. Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.
¿Por qué Dios creó a los Ángeles? Como cristianos sabemos que hay mucho más en este mundo de lo que es visible
Vamos a abordar el complejo tema de los Ángeles y ahondaremos para aprender más acerca de ellos y como ellos nos pueden ayudar a hacernos santos. Los Ángeles están a nuestro alrededor, pero muy pocos sabemos quiénes son y para que están aquí.
Pero antes de comenzar, debemos hacernos una simple pregunta ¿vale la pena molestarnos? Ante nuestros ojos modernos y científicos, solo aquello que puede ser observado y estudiado merece la pena nuestra atención. Los Ángeles parecen a primera vista no ser sujetos ni siquiera de gastar un minuto de nuestro valioso tiempo, porque la ciencia no puede aprobar o desaprobar su existencia.
Son seres totalmente espirituales, que viven en una realidad que es totalmente extraña a nosotros. Ellos están a nuestro alrededor, pero difícilmente podemos observar su acción en este mundo. Desde un punto de vista científico lo que hacemos no tiene objeto.
Aun así sabemos que hay mucho más en este mundo de lo que los ojos pueden ver. Como cristianos hemos sido enseñados desde temprano que hay mucho más en este mundo de lo que es visible. De hecho, esta claramente afirmada en uno de los primeros Credos de la Iglesia:
"Creo en un solo Dios, Padre todo poderoso. Creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y lo invisible"
La expresión que acabamos de leer es la primera línea de lo que ha sido llamado el "Credo Niceno-Constantinopolitano", pero es comúnmente llamado “Credo de Nicea”. Esta profesión de fe de los primeros Cristianos fue formulada en el año 325 en Nicea y fue después ratificada y expandida en Constantinopla en el 381. Este Credo en particular no ha sufrido ningún cambio y actualmente sigue siendo cantado-recitado por Cristianos alrededor del mundo cada domingo.
Creer en la realidad espiritual es una base fundamental de nuestra fe y creer en los Ángeles se abriga a su sombra. Para ser Cristianos necesitamos creer en la realidad de seres angelicales.
Ángeles que nos acompañan
Deberíamos estudiar a los Ángeles no solo porque son una realidad en la que debemos creer, pero de forma más importante porque los Ángeles tienen un efecto en nuestra vida diaria. Aun a pesar que no podemos verlos en el día a día, ellos están con nosotros y nos pueden ayudar o hacernos daño. Los Ángeles buenos nos ayudan a convertirnos en mejores Cristianos; los Ángeles malos tratan de llevarnos lejos de la Gloria de Dios. Al Final, nuestro destino eterno depende de los consejos de cuáles Ángeles nos decidamos a seguir.
Tiene todo el sentido del mundo por qué debemos aprender acerca de los Ángeles. Al conocerlos podremos estar más en sintonía con los Ángeles buenos y su misión así como estar más atentos de los intentos de los Ángeles malos para que podemos rechazar sus trampas y mentiras.
La creación de los Ángeles
Hablando estrictamente no hay mucho escrito acerca de la creación de los Ángeles en las enseñanzas oficiales de la Iglesia o en la Biblia.
El Concilio de Trento (1566) publicó un catecismo que comúnmente llamamos “Catecismo Romano” o simplemente “Catecismo del Concilio de Trento”. Y en éste podemos leer:
“Aún más, El creó de la nada el mundo espiritual e innumerables Ángeles para servirle y ministrarlo; y a estos los enriqueció y adorno con los admirables dones de Su gracia y poder”.
A este respecto San Agustín decía:
"Al crear a los Ángeles, Él los dotó con la buena voluntad, esto es, con amor puro para que se pudieran adherir a Él, dándoles existencia y adornándolos con gracia al mismo tiempo. De ahí que debamos creer que los Santos Ángeles nunca estuvieron sin buena voluntad, es decir, el amor de Dios".
En cuanto a su conocimiento, tenemos este testimonio de la Santa Escritura:
"Tu, mi Señor, Oh Rey, eres sabio, y de acuerdo con la sabiduría de un Angel de Dios, para comprender todas las cosas de la tierra".
Finalmente, el inspirado David, atribuye poder para ellos, diciendo que son poderosos en fuerza y que hacen cumplir Su palabra; y en este sentido son muchas veces llamados en la Escritura los poderes y los ejércitos del Señor.
La Iglesia publico después un nuevo "Catecismo de la Iglesia Católica" en 1992, que lee:
332.- Desde la creación (cf Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización.
330.- En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales (cf Pío XII, enc. Humani generis: DS 3891) e inmortales (cf Lc 20, 36). Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello (cf Dn 10, 9-12).
El Papa Juan Pablo II confirmo estas creencias cuando dio su Audiencia General en 1986:
"En la perfección de su naturaleza espiritual los Ángeles son llamados desde el principio, por virtud de su inteligencia, a conocer la verdad y a amar el bien que ellos conocen en verdad y en una forma más completa y perfecta que lo que es posible para el hombre" (Julio 23, 1986)
Aun mas, dado que el acto de la Creación es un acto de la Santísima Trinidad, el “Catecismo de la Iglesia Católica” asegura:
331.- Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para Él: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1, 16). Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1,14)
Recapitulando lo que hemos aprendido hasta ahora de la creación de los Ángeles:
- Dios creo los Ángeles de la nada.
- Los Ángeles fueron dotados de inteligencia y voluntad propia en su creación.
- Los Ángeles son puramente seres espirituales.
- Los Ángeles han estado presentes siempre desde la creación y a través de toda la historia.
- Los Ángeles fueron creados por Cristo y para Cristo.
Y aún más importante, llegamos al "porque" de su creación. Como ya fue citado: Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación. Dios creo a los Ángeles para que sirvan como “mensajeros” de su plan de salvación. Esto está claramente evidenciado cuando uno lee las escrituras. Los Ángeles continuamente comunicaban al pueblo de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el plan de salvación de Dios.
La creación de los Ángeles – Tradición.
Mientras que la enseñanza oficial de la Iglesia nos deja una pequeña visión de porque los Ángeles fueron creados, no nos dice específicamente cuando. La Iglesia simplemente nos dice que los Ángeles fueron creados y estaban presentes en la creación.
Tradicionalmente hablando, todos los Ángeles en el mundo, fueron creados en una instancia al principio de la creación. Una teoría que podemos creer, es que en el primer día cuando Dios hizo “la luz”, “la luz” que hizo fueron los Ángeles (Gen. 1,3) Esto es después confirmado cuando Dios “separo la luz de la oscuridad “, refiriéndose a la rebelión de los Ángeles liderados por Lucifer (Gen. 1:4) Esto después es mencionado por San Agustín en “Ciudad de Dios”:
“Porque cuando Dios dijo «Hágase la luz, y la luz existió», si somos justos al creer que en esta luz se realizó, la creación de los Ángeles, entonces ciertamente fueron creados como participes de la eterna luz que es la inmutable Sabiduría de Dios, por medio de la cual, todas las cosas fueron creadas, y de quien llamamos el unigénito Hijo de Dios; para que ellos, siendo iluminados por la Luz que los creó, pueden así mismo ser luz y ser llamados “Día” en la participación de la inmutable Luz y Día que son la Palabra de Dios, por medio de la cual tanto ellos como todo lo demás ha sido creado". (Libro 11, Capitulo 9)
¡Tiene mucho sentido lógico dado que el “Sol” y la “Luna” no fueron creados hasta el cuarto día!
Otras creencias simplemente aseguran que los Ángeles fueron creados en un instante durante la creación, no especificando que día. De cualquier forma, todos están de acuerdo que fueron creados antes que los humanos.
Además de darles la tarea de transmitir el plan de Dios para el hombre, los primeros Padres de la Iglesia creían que los Ángeles habían, de alguna forma, recibido control sobre el mundo natural:
"Origenes habla de que los Ángeles estaban a cargo de cuatro elementos y que los Ángeles presidian sobre diferentes dominios en el universo, sobre las estrellas, lo meteoros, las plantas y los animales". (Jean Danielou, Los Ángeles y su Misión, 3)
Incluso Santo Tomas de Aquino concuerda con esta audaz afirmación:
"Todas las cosas corporales están gobernadas por los Ángeles. Y esto no es solo enseñanza de los santos doctores, pero también de los filósofos". (Jean Danielou, Los Ángeles y su Misión, 3).
¡Así que los Ángeles no solo estaban presentes en el comienzo de la creación, sino que les fue encomendada la tarea de gobernar el mundo natural! Ellos son instrumentos de Dios en el mundo. Debemos notar, que esto no demerita el dominio de Dios sobre la tierra, pero simplemente pone a los ángeles como un “instrumento” de Dios. Dios trabaja a través de ellos para retransmitir Su plan y para ordenar el mundo natural.
El Papa, durante la homilía
Angelus de Francisco en Bakú
"¡Ánimo! ¡Adelante! ¡Sin miedo, adelante!"
"Quisiera recordar a tantos cristianos valientes que han sido fieles en la adversidad"
Jesús Bastante, 02 de octubre de 2016 a las 11:02
"Dios cambia el mundo cambiando nuestro corazón, y esto no puede hacerlo sin nosotros"
Alguien puede pensar que el Papa pierde tanto tiempo: recorrer tantos kilómetros de viaje para visitar una pequeña comunidad de 700 personas, en un pueblo de 2 millones...
(RV).- "Queridos fieles de Azerbaiyán, al resplandor de la luz que brilla en el rostro materno de María, les dirijo un cordial saludo, alentándolos a testimoniar con alegría la fe, la esperanza y la caridad, unidos entre ustedes y con sus Pastores", lo dijo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus del primer domingo de octubre, en el ámbito de su 16° Viaje Internacional a Georgia y Azerbaiyán.
Al concluir la Celebración Eucarística del XXVII Domingo del tiempo Ordinario, el Santo Padre resaltó la fortaleza de la fe de los cristianos en Azerbaiyán, "aquí la fe, después de los años de persecución, preciso el Papa, ha hecho maravillas. Quisiera recordar a tantos cristianos valientes, que han tenido fe en el Señor y han sido fieles en la adversidad".
Ahora, dijo el Obispo de Roma, nuestro pensamiento se dirige a la Virgen María, venerada en este país también por los no cristianos. "Nos dirigimos a ella con las palabras con las que el ángel Gabriel le anunció la buena noticia de la salvación, que Dios había preparado para la humanidad".
Antes de concluir su alocución, el Pontífice saludó y agradeció en modo particular a lafamilia salesiana, que cuida y promueve diversas iniciativas en este país; así mismo, agradeció a las Misioneras de la Caridad por el trabajo que realizan en favor de los más necesitados.
Palabras del Papa Francisco antes de rezar el Ángelus dominical
Queridos hermanos y hermanas:
En esta celebración eucarística he dado gracias a Dios con ustedes, pero también por ustedes: aquí la fe, después de los años de persecución, ha hecho maravillas. Quisiera recordar a tantos cristianos valientes, que han tenido fe en el Señor y han sido fieles en la adversidad. A ustedes les digo, como hizo san Juan Pablo II, las palabras del apóstol Pedro: «¡Honor a ustedes, que creen!», (1 P 2,7; Homilía, Bakú, 23 Mayo 2002).
Nuestro pensamiento se dirige ahora a la Virgen María, venerada en este país también por los no cristianos. Nos dirigimos a ella con las palabras con las que el ángel Gabriel le anunció la buena noticia de la salvación, que Dios había preparado para la humanidad.
Queridos fieles de Azerbaiyán, al resplandor de la luz que brilla en el rostro materno de María, les dirijo un cordial saludo, alentándolos a testimoniar con alegría la fe, la esperanza y la caridad, unidos entre ustedes y con sus Pastores. Saludo y doy las gracias en particular a la familia salesiana, que les cuida tanto y promueve diversas buenas iniciativas, y a las Misioneras de la Caridad: Continúen con entusiasmo su trabajo al servicio de todos.
Encomendamos estos deseos a la intercesión de la Santísima Madre de Dios e invocamos su protección sobre vuestras familias, los enfermos y los ancianos, y sobre cuantos sufren en el cuerpo y en el espíritu.
Saludo del Papa Francisco después de rezar el Ángelus
Alguien puede pensar que el Papa pierde tanto tiempo: recorrer tantos kilómetros de viaje para visitar una pequeña comunidad de 700 personas, en un pueblo de 2 millones... Además en una comunidad no uniforme, porque entre ustedes se habla el azerí, el italiano, el inglés y el español: tantas lenguas... Es una comunidad de periferia. Pero el Papa, en esto, imita al Espíritu Santo: también Él ha bajado del cielo a una pequeña comunidad de periferia encerrada en el Cenáculo. Y esta comunidad con temor; se sentía pobre y tal vez perseguida o dejada de lado: a ellos les da el valor, la fuerza, la Parresia para ir adelante y proclamar el nombre de Jesús. Y las puertas de esta comunidad de Jerusalén, que estaban cerradas por el miedo o la vergüenza, se abren y emerge la fuerza del Espíritu. El Papa pierde el tiempo como lo ha perdido el Espíritu Santo en aquel tiempo.
Solo dos cosas son necesarias. En aquella comunidad estaba la Madre. ¡No se olviden de la Madre! En esa comunidad existía la caridad, el amor fraterno que el Espíritu Santo ha derramado sobre ellos. ¡Animo! ¡Adelante! ¡Sin miedo, adelante!
El Papa en Azerbaiyán: “La fe no es una fuerza mágica que baja del cielo”
El Santo Padre, en la eucaristía celebrada en Kabú, explica que la fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre
2 OCTUBRE 2016 ROCÍO LANCHO GARCÍA EL PAPA FRANCISCO
El Papa En Azerbaiyán @Servizio Fotografico - L'Osservatore Romano
(ZENIT – Roma).- El papa Francisco ha asegurado que la fe no es un superpoder que sirve para resolver los problemas de la vida. Además, fe y servicio no se pueden separar. Así lo ha indicado en la homilía de la misa celebrada en su primer encuentro en Kabú. “Sois un pequeño rebaño pero de gran valor a los ojos de Dios”, ha asegurado a los presentes.
El Santo Padre ha aterrizado esta mañana en la capital de Azerbaiyán, tras dos días en Georgia, para concluir esta tarde su viaje al Cáucaso. La misa ha sido celebrada en el Centro Salesiano de la ciudad, en este país en el que los católicos son el 0’01%, es decir ,570. En la homilía, el Pontífice ha explicado que la lecturas del día presentan dos aspectos esenciales de la vida cristiana: la fe y el servicio.
Dios –ha indicado Francisco– no favorece nuestros deseos de cambiar el mundo y a los demás de manera inmediata y continuamente, sino que busca ante todo curar el corazón. “Dios cambia el mundo cambiando nuestros corazones, y esto no puede hacerlo sin nosotros”, ha añadido. Cuando Dios encuentra un corazón abierto y confiado –ha asegurado– allí puede hacer sus maravillas.
Pero, el Papa ha indicado que “tener fe, una fe viva, no es fácil”. Por eso, “auméntanos la fe” es una hermosa súplica, “una oración que también nosotros podríamos dirigir a Dios cada día”.
Asimismo, el Papa ha explicado que la fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre, “también requiere que nosotros la cultivemos”. En esta línea, el Santo Padre ha recordado que la fe “no es una fuerza mágica que baja del cielo”, “no es una ‘dote’ que se recibe de una vez para siempre”, ni “un superpoder que sirve para resolver los problemas de la vida”. Porque –ha asegurado– una fe concebida para satisfacer nuestras necesidades sería una fe egoísta, totalmente centrada en nosotros mismos. La fe, ha subrayado Francisco, es un hilo de oro que nos une al Señor. “Es un don que vale la vida entera, pero que fructifica si nosotros ponemos nuestra parte”.
Nuestra parte, ha explicado, es el servicio. “Fe y servicio no se pueden separar, es más, están estrechamente unidas, enlazadas entre ellas”, ha precisado el Papa.
Para explicarlo el Santo Padre ha utilizado una imagen muy familiar para este pueblo “las alfombras”. Vuestras alfombras –ha indicado– son verdaderas obras de arte y provienen de una antiquísima tradición. Por eso ha explicado que también “la vida cristiana de cada uno viene de lejos, y es un don que hemos recibido en la Iglesia y que proviene del corazón de Dios, nuestro Padre, que desea hacer de cada uno de nosotros una obra maestra de la creación y de la historia”. Cada alfombra, “se va tejiendo según la trama y la urdimbre”; sólo gracias a esta estructura el conjunto resulta bien compuesto y armonioso. Por eso, el Santo Padre ha asegurado que así sucede en la vida cristiana: “hay que tejerla cada día pacientemente, entrelazando una trama y una urdimbre bien definidas: la trama de la fe y la urdimbre del servicio”.
El Papa ha explicado que el servicio no es solo “ser fieles a nuestros deberes o en hacer alguna obra buena”. Jesús nos pide “una disponibilidad total, una vida completamente entregada, sin cálculos y sin ganancias”. Asimismo, ha querido recordar que “no estamos llamados a servir sólo para tener una recompensa, sino para imitar a Dios, que se hizo siervo por amor nuestro”. Y –ha añadido– no estamos llamados a servir de vez en cuando, sino a vivir sirviendo.
Al respecto ha advertido sobre dos tentaciones. La primera es dejar que el corazón se vuelva tibio. “El que es tibio vive para satisfacer sus comodidades, que nunca son suficientes, y de ese modo nunca está contento; poco a poco termina por conformarse con una vida mediocre”, ha observado. La segunda tentación es ser “demasiado activos”, pensar como dueños, de trabajar sólo para ganar prestigio y llegar a ser alguien. Entonces, ha advertido, “el servicio se convierte en un medio y no en un fin, porque el fin es ahora el prestigio, después vendrá el poder, el querer ser grandes”. Para finalizar, el Pontífice ha asegurado a los presentes que “cada uno de vosotros es como un espléndido hilo de seda”, pero “sólo si los distintos hilos están bien entrelazados crean una bella composición; solos, no sirven”. Por eso les ha pedido que permanezcan siempre unidos, “viviendo humildemente en caridad y alegría”.