«Enséñanos a orar»
- 05 Octubre 2016
- 05 Octubre 2016
- 05 Octubre 2016
Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia Sermón 80
«Enséñanos a orar»
¿Creéis, hermanos, que Dios no sabe lo que os es necesario? El que conoce nuestro desamparo, conoce anticipadamente nuestros deseos. Por eso, cuando el Señor enseñó el Padrenuestro, recomendó a sus discípulos a ser sobrios en palabras: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras como los paganos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis» (Mt 6,7-8). Si nuestro Padre sabe lo que nos hace falta ¿por qué decírselo, aunque sea en pocas palabras?... Señor, si tu lo sabes, ¿es necesario orar?
Ahora bien, el que aquí nos dice: «No uséis muchas palabras en vuestras oraciones» nos dice en otra parte: «Pedid y recibiréis», y para que nadie crea que lo dice como de paso, en otra parte añade: «Buscad y hallaréis», y para que nadie piense que es una simple manera de hablar, mirad cómo termina: «Llamad y se os abrirá» (Mt 7,7). Quiere, pues, el Señor que, para recibir, primero pidas, que para hallar primero te pongas a buscar, y en fin, para entrar no dejes de llamar... ¿Para qué pedir? ¿Para qué buscar? ¿Para qué llamar? ¿Para qué cansarnos orando, buscando, llamando como para hacer saber al que ya lo sabe todo? E incluso leemos en otra parte: «Es preciso orar sin parar, sin cansarse» (Lc 18,1)... Pues bien, para aclarar este misterio ¡pide, busca, llama! Si el Señor cubre de velos este misterio, es que quiere que te ejercites en buscar y encontrar tú mismo la explicación. Todos nosotros debemos alentarnos mutuamente a orar.
La oración que Cristo nos enseñó
Lucas 11, 1-4. Tempo Ordinario. Que el Padre Nuestro sea la oración de nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas.
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4
Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.
Oración introductoria
Señor, creo y confío plenamente en tu misericordia ante mis debilidades. Permite que este momento de intimidad contigo sea el medio por el cual aprenda a orar, como Tú quieres que lo haga. Dame el don de tu Espíritu Santo, e inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir y cómo debo actuar para que Tú reines en mi corazón.
Petición
Padre nuestro, que estás en el cielo, te pido que vengas a mi corazón.
Meditación del Papa Francisco
Para rezar no hay necesidad de hacer ruido ni creer que es mejor derrochar muchas palabras. No podemos confiarnos al ruido, al alboroto de la mundanidad, que Jesús identifica con “tocar la tromba” o “hacerse ver el día de ayuno”. Para rezar no es necesario el ruido de la vanidad: Jesús dijo que esto es un comportamiento propio de los paganos. La oración no es algo mágico; no se hace magia con la oración; esto es pagano.Entonces, ¿cómo se debe orar? Jesús nos lo enseñó: Dice que el Padre que está en el Cielo “sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis”. Por lo tanto, la primera palabra debe ser “Padre”. Esta es la clave de la oración. ¿Es un padre solamente mío? No, es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos.
(Cf. S.S. Francisco, de 2013, homilía en Santa Marta)
Reflexión
En el mundo del deporte, además de las habilidades personales, un excelente entrenador juega un papel decisivo. Es parte de nuestra naturaleza el tener que aprender y recibir de otros. Puede parecer una limitación pero es, al mismo tiempo, un signo de la grandeza y de la maravilla del hombre.
En el Evangelio del día, los discípulos le piden a Jesús: Señor, enséñanos a orar.... La oración es el gran deporte, la gran disciplina del cristiano. Y lo diría el mismo Jesús en el huerto de Getsemaní: Vigilad y orad para que no caigáis en tentación. Él es nuestro mejor entrenador. Hoy, nos ofrece la oración más perfecta, la más antigua y la mejor: el Padre Nuestro. En ella, encontramos los elementos que deben caracterizar toda oración de una auténtico cristiano. Se trata de una oración dirigida a una persona: Padre; en ella, alabamos a Dios y anhelamos la llegada de su Reino; pedimos por nuestras necesidades espirituales y temporales; pedimos perdón por nuestros pecados y ofrecemos el nuestro a quienes nos han ofendido; y, finalmente, pedimos las gracias necesarias para permanecer fieles a su voluntad. Todo ello, rezado con humildad y con un profundo espíritu de gratitud.
Ojalá que sea, el Padre Nuestro, la oración de todas nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas como cristianos y discípulos de Jesucristo.
Propósito
Ofrecer a Dios cumplir su voluntad con el rezo meditado del Padre nuestro.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido que me ayudes a vivir siempre unido a Ti en mi oración, sabiendo que no es lo que diga sino cómo lo diga, lo que importa. Que mi relación contigo no se limite al tiempo que dedico a mi meditación o la celebración de la Eucaristía. Te necesito permanentemente cerca de mí, para no caer en la tentación, para poder vivir auténticamente el amor, para ser un incansable y eficaz discípulo y misionero.
¿Cómo orar cuando alguien te hace sufrir?
Al rezar por quienes te hacen sufrir, te das la oportunidad de desahogarte y de hacerlo con quien es todopoderoso y puede remediar las cosas.
Hay personas que nos hacen sufrir. Sabiéndolo o no, queriéndolo o no, pero nos hacen pasar malos ratos. Nos duelen sus palabras hirientes, sus actitudes humillantes, sus tratos despóticos, su falta de responsabilidad, sus infidelidades, sus prontos temperamentales, sus olvidos y negligencias...
Ante personas así podemos reaccionar siendo con ellos de la misma manera que son ellos con nosotros: "para que se enteren", "para que vean lo que se siente". O bien podemos enfrentarlos, decirles sus verdades y ponerles un alto. O incluso evadir el problema ignorándolo y dejándolo a su suerte. Pero sabemos que estos recursos pocas veces funcionan.
Sin embargo, podemos también buscar el momento y las palabras más adecuadas para hacerle ver lo que está sucediendo. Podemos poner amor: "Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor" (San Juan de la Cruz). Y por fin, orar por ellos.
Orar por una persona querida es fácil, pero orar por una persona que te hace daño es difícil. Apenas lo traes a la memoria en la oración y se te retuerce el estómago. Y si llegas a formular una oración, lo más probable es que ésta sea para pedirle a Dios que lo parta un rayo, que le dé una buena lección o que lo cree de nuevo.
Aún si te salen estos sentimientos, intenta de nuevo. Verás que la oración irá ablandando tu corazón, pues en la oración se hace presente el Espíritu de Dios que es amor, y Él, el Amor en persona, irá renovando tu corazón. Y te dirás: "pero de lo que se trataba era de que el otro cambiara". Sí, pero al orar por quien te hace sufrir te darás cuenta de que el primero que comienza a cambiar eres tú mismo.
Al rezar por quienes te hacen sufrir:
- Te das la oportunidad de desahogarte y de hacerlo con quien es todopoderoso y puede remediar las cosas. Desahogarse con Dios sana y libera. Poner en manos de Dios aquello que no puedes controlar ni remediar es de personas sensatas.
- Dios te hace ver que el rencor, la venganza, la falta de perdón, el resentimiento, el odio, no son virtudes cristianas, y que más bien debes aprender a ser como es Dios con nosotros: rico en misericordia, dispuesto aperdonarme siempre (aunque no lo merezca), tolerante, paciente, compasivo. “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34) “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Lc 23, 43)
- Rezas con coherencia y sinceridad el padrenuestro y le das a tu Padre celestial excusa suficiente para perdonarte. “Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
- El Espíritu Santo comienza a modelar tu corazón conforme al Suyo. Verás que todo ese rencor que llevas dentro es veneno que intoxica, vinagre que amarga la vida, y que a medida que te purificas de él y lo suples con la miel de la caridad cristiana, la vida se te hace mucho más llevadera. Ya bastante mal te lo pasas con el sufrimiento que el otro te impone como para que lo amplifiques con el reflujo de tu propia amargura.
- Y no te quede la menor duda de que si rezas con fe y caridad por quienes tehacen sufrir, Dios actuará. No esperes resultados inmediatos, simplemente espera con absoluta confianza en que Dios obrará en el momento y de la manera que considere oportunas.
Tal vez te pueda servir esta oración de intercesión y sanación del P. Emiliano Tardif:
Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús.
Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu
comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.
Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a). Tú lo(a) conoces por su nombre. Te lo(a) presento, Señor, para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida.
Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia.
Tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho.
Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo.
Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado.
Conoces los traumas y complejos de su vida.
Hoy, Padre, te pedimos que por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo,derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a) para que el calor de tu amor sanador, penetre en lo más íntimo de su corazón.
Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sana a este hermano, Padre.
Entra en ese corazón, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: "paz a vosotros". Entra en este corazón y dale tu paz. Llénalo de amor.
Sabemos que el amor echa fuera el temor.
Pasa por su vida y sana su corazón.
Sabemos, Señor, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estamos pidiendo con María, nuestra madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino.
Cambia su corazón y dale un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dale un corazón nuevo.
Haz brotar, Señor, en este hermano(a) los frutos de tu presencia. Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor, la paz y la alegría. Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas, para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a su esposo(a), junto a su familia, junto a sus hermanos.
Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en su vida.
Te damos gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, porque tu nos liberas, porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad.
Gracias, Señor, porque somos templos de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la Casa de Dios. Te damos gracias, Señor, por la fe. Gracias por el amor que has puesto en nuestros corazones.
¡Qué grande eres Señor!
Bendito y alabado seas, Señor
Faustina Kowalska, Santa
Apóstol de la Divina Misericordia, 5 de octubre
Apóstol de la Divina Misericordia
Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen de las Hermanas de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia, solícita de anunciar el misterio de la divina misericordia (1938).
Fecha de beatificación: 18 de abril de 1993 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 30 de abril de 2000 también por el Papa Juan Pablo II.
Breve Biografía
Sor Faustina nació en el año 1905 en la aldea de Glogowiec, cerca de Lodz, como la tercera de diez hermanos en la familia de Kowalski. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, laboriosidad, obediencia y sensibilidad ante la pobreza humana. Su educación escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para trabajar de empleada doméstica en casas de familias acomodadas. A los 20 años entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, donde como Sor María Faustina vivió 13 años cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris, se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios. Desde niña había deseado ser una gran santa y, en consecuencia, caminó hacia este fin colaborando con Jesús en la obra de salvar a las almas perdidas, hasta ofrecerse como sacrificio por los pecadores. Los años de su vida conventual estuvieron marcados, pues, por el estigma del sufrimiento y las extraordinarias gracias místicas.
La misión de sor Faustina consiste en 3 tareas:
Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.
Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.
La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina.
Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio ‹dijo el Señor Jesús a sor María Faustina‹ tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido traducido a muchos idiomas,por citar algunos: inglés, alemán, italiano, español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.
El 18 de abril de 1993 el Papa Juan Pablo II beatificó a nuestra Sor Faustina Kowalska en la Basílica de San Pedro en Roma. Fue en el primer domingo de Pascua, en el cual, según el pedido expreso de Jesús a Sor Faustina, debía celebrarse la Fiesta de la Misericordia. Y la beatificó precisamente Juan Pablo II, quien siendo aún arzobispo de Cracovia, llevó adelante el proceso arquidiocesano como paso previo a los procesos romanos.
El 30 de abril de 2000, el Santo Padre Juan Pablo II, canonizó a Sor Faustina, en la Basílica de San Pedro, frente a 200.000 devotos de la Divina Misericordia.
Oración para alcanzar gracias por medio de la beata Sor Faustina
Oh Jesús, que hiciste de la beata Faustina una gran devota de tu infinita misericordia,
concédeme por su intercesión, si fuere esto conforme a tu santísima voluntad, la gracia de .............................., que
te pido. Yo, pecador/a, no soy digno/a de tu misericordia, pero dígnate mirar el espíritu de entrega y sacrificio de Sor Faustina
y recompensa sus virtudes atendiendo las súplicas que a través de ella te presento confiando en tí.
Padre nuestro...
Ave María...
Gloria...
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Francisco, en Georgia y Azerbaiyán
Agencias
"Que las poblaciones del Cáucaso vivan en paz y en respeto recíproco"
Papa: "Dios bendiga Armenia, Georgia y Azerbaiyán"
"El testimonio del Patriarca Elías II me ha hecho mucho bien al corazón y al alma"
José Manuel Vidal, 05 de octubre de 2016 a las 10:18
El Papa invita a "buscar el diálogo con todo los que creen en Dios, para construir juntos un mundo justo y fraterno"
(José M. Vidal).- Audiencia papal, tras su visita sorpresa a Amatrice, epicentro del terremoto italiano, y su visita programada a Georgia y Azarbaiyán. A esta visita dedicó el Papa Francisco su catequésis, pidió paz y respeto para todos los países del Cáucaso y agradeció especialmente "el testimonio del Patriarca Elías" de Georgia, que "me hizo mucho bien al corazón y al alma".
Lectura del Evangelio de Juan: "La paz os dejao, mi paz os doy. No os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde...Si me amárais, os alegraríais de que me fuera al Padre...Os lo he dicho ahora antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis".
Algunas frases de la catequesis del Papa
"El pasado fin de semana, realicé el viaje apostólico a Georgia y a Azerbaiyán"
"Mi reconocimiento a las autoridades civiles y religiosas, especialmente al Patriarca de toda Georgia, Elías II. Su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma"
"Este viaje ha sido el complemento del efectuado a Armenia"
"Para confirmar a la Iglesia católica que vive en ellos y para animar el camino de aquellas poblaciones hacia la paz y la fraternidad"
"Con lemas: 'Pax vobis' y 'Todos somos hermanos'"
"Están viviendo una fase nueva. Los dos celebran este año el aniversario de su independencia"
"La Iglesia católica está llamada a hacerse presente y cercana en el signo de la caridad"
"En Georgia, colaboración con los hermanos ortodoxos, mayoría en la población"
"Por eso, ha sido muy importanque que, en Tiflis, estuvise a recibirme en el aeropuerto el venerado patriarca Elías II"
"El encuentro con él fue conmevedor...y la visita a su catedral patriarcal"
"Entre las comunidades más probadas está la comunidad sirio-caldea"
"La verdadera misión nunca es proselitismo, sino atracción a Cristo"
"Lo hacen las religiosas y religiosos con la oración y la caridad"
"Estilo de presencia evangélica como semilla del Reino de Dios"
"En Azerbaiyán, los católicos son unos cuantos centenares, pero mantienen buenas relaciones con todos"
"En Baku, eucaristía y encuentro interreligioso"
"Buscar el diálogo con todo los que creen en Dios, para construir juntos un mundo justo y fraterno"
"Que todas las poblaciones caucáusicas vivan en la paz y en el respeto recíproco"
"Dios bendiga Armenia, Georgia y Azerbaiyán y acompañe el camino de su pueblo santo peregrino en estos países"
Texto completo del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
Con mi reciente viaje a Georgia y Azerbaiyán, he completado mi visita a estos tres países caucásicos, que inicié visitando Armenia.
Ambos países están viviendo una nueva fase histórica, en la que encuentran algunas dificultades en varios ámbitos de la vida social, y es precisamente allí, donde la Iglesia Católica debe estar presente y ser cercana, de modo especial con el signo de la caridad y de la promoción humana, en comunión con las otras Iglesias cristianas y en diálogo con las demás comunidades religiosas. En Georgia ésta misión pasa por la colaboración con los hermanos ortodoxos.
En los encuentros que tuve con los fieles cristianos de Georgia les animé a mantenerse firmes en la fe, con memoria, valor y esperanza, y a vivir la misión unidos a Cristo, mediante la oración y la caridad concreta. Este estilo de presencia evangélica, como semilla del Reino de Dios, es también muy necesario en Azerbaiyán, donde la minoría católica convive con la mayoría musulmana y los hermanos ortodoxos, teniendo buenas relaciones con todos. Por eso allí, además de la Eucaristía, tuve también un encuentro interreligioso, pues la fe en Cristo anima la búsqueda y el diálogo con todos los que creen en Dios, para la construcción de un mundo más justo y fraterno.
***
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que la firmeza humilde de nuestra fe nos haga testigos valientes de Cristo y portadores de reconciliación, unidad y paz en el mundo. Que Dios los bendiga.
Texto completo de la catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El pasado fin de semana he realizado el viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán. Doy gracias al Señor que me lo ha concedido y renuevo la expresión de mi gratitud a las Autoridades civiles y religiosas de estos dos Países, en particular al Patriarca de toda la Georgia Elías II - su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma - y al Jeque de los Musulmanes del Cáucaso. Un agradecimiento fraternal a los Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles que me han hecho sentir su caluroso afecto.
Este viaje ha sido el proseguimiento y la conclusión de aquel efectuado a Armenia, en el mes de junio. De este modo he podido - gracias a Dios - realizar el proyecto de visitar estos tres países caucásicos, para confirmar a la Iglesia Católica que vive allí y para animar el camino de estas poblaciones hacia la paz y la fraternidad. Lo evidencia también los dos lemas de este último viaje: para Georgia "Pax vobis" y para Azerbaiyán "Somos todos hermanos".
Ambos países tienen raíces históricas, culturales y religiosas muy antiguas, pero al mismo tiempo están viviendo una fase nueva: de hecho, los dos celebran este año el 25° aniversario de su independencia, habiendo estado buena parte del siglo XX bajo el régimen soviético. Y en esta fase ambos encuentran diversas dificultades en los diversos ámbitos de la vida social. La Iglesia Católica está llamada a estar presente, a ser cercana, especialmente en el signo de la caridad y de la promoción humana; y ella trata de hacerlo en comunión con las otras Iglesias y Comunidades cristianas y en diálogo con las otras comunidades religiosas, con la certeza que Dios es Padre de todos y nosotros somos hermanos y hermanas. En Georgia esta misión pasa naturalmente a través de la colaboración con los hermanos ortodoxos, que forman la gran mayoría de la población. Por eso, ha sido un signo muy importante el hecho que cuando llegué a Tiflis fue a recibirme al Aeropuerto, junto con el Presidente de la República, también al venerado Patriarca Elías II. El encuentro con él esa tarde ha sido conmovedor, como también lo fue al día siguiente la visita a la Catedral Patriarcal, donde se venera la reliquia de la túnica de Cristo, símbolo de la unidad de la Iglesia. Esta unidad es corroborada por la sangre de tantos mártires de las diversas confesiones cristianas. Entre las comunidades más afectadas esta aquella Asiria-Caldea, con la cual he vivido en Tiflis un intenso momento de oración para la paz en Siria, en Iraq y en todo el Oriente Medio. La Misa con los fieles católicos de Georgia - latinos, armenios y asirios-caldeos - ha sido celebrada en la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones: ella nos recuerda que la verdadera misión nos es jamás proselitismo, sino atracción a Cristo a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos. Es esto lo que hacen los religiosos y las religiosas que he encontrado en Tiflis, como también en Bakú: lo hacen con la oración y con las obras de caritativas y promocionales. Los he animado a permanecer firmes en la fe, con memoria, valentía y esperanza. Y también están las familias cristianas: cuanto es preciosa su presencia de acogida, acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad. Este estilo de presencia evangélica como semilla del Reino de Dios está, es posible, todavía más necesario en Azerbaiyán, donde la mayoría de la población es musulmana y los católicos son pocos centenares, pero gracias a Dios tiene buenas relaciones con todos, en particular mantienen vínculos fraternos con los cristianos ortodoxos. Por esto en Bakú, capital de Azerbaiyán, hemos vivido dos momentos que la fe sabe mantener en justa relación: la Eucaristía y el encuentro interreligioso. La Eucaristía con la pequeña comunidad católica, donde el Espíritu armoniza las diversas lenguas y dona la fuerza del testimonio; y esta comunión con Cristo no impide, al contrario, impulsa a buscar el encuentro y el diálogo con todos aquellos que creen en Dios, para construir juntos un mundo más justo y fraterno. En esta perspectiva, dirigiéndome a las Autoridades Azerí, he deseado que las cuestiones abiertas puedan encontrar buenas soluciones y todas las poblaciones caucásicas vivan en la paz y en el respeto reciproco. Dios bendiga a Armenia, Georgia y Azerbaiyán, y acompañe el camino de Su pueblo santo peregrino en estos Países. Gracias.