“Mientras tenéis esta luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas.”

Evangelio según San Lucas 21,20-28. 

Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. 

Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse. ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento. 

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. 

Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación". 

San Andrés Dung-Loc

Santos Andrés Dung Lac y 116 compañeros, mártires 

Ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de la Cochinchina, con distintas fechas de martirio, entre los años 1740 a 1883. Fueron canonizados por SS. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988, en la Plaza de San Pedro. El 24 de noviembre está inscripta la memoria litúrgica, encabezada por san Andrés Dung Lac.

La iglesia del Vietnam fecundada con la sangre de los mártires
tomado de la página del Vaticano del día de la canonización del grupo por SS Juan Pablo II (19 de junio de 1988, Plaza de San Pedro)
El trabajo de evangelización, llevado a cabo desde el inicio del siglo XVI y consolidado con los primeros Vicariatos apostólicos del Norte (Dáng-Ngoái) y del Sur (Dáng-Trong) en el 1659, ha tenido en el trascurso de los siglos un admirable desarrollo.

Actualmente [escrito de 1988], las Diócesis son 25 (10 en el Norte, 6 en el Centro y 9 en el Sur) y los católicos son, apróximadamente, 6 millones (casi el 10% de la población); la Jerarquía Católica Vietnamita ha sido constituida por el Papa Juan XXIII el 24 de noviembre de 1960.

Este resultado se debe al hecho que, desde los primeros años, la semilla de la Fe se ha mezclado, en el territorio vietnamita, con la abundante sangre de los Mártires, tanto del clero misionero como del clero local y del pueblo cristiano de Vietnam. Juntos han soportado las fatigas del trabajo apostólico, como si se hubiesen puesto de acuerdo, han afrontado incluso la muerte para dar testimonio de la verdad evangélica. La historia religiosa de la Iglesia vietnamita señala que han existido un total de 53 Edictos, firmados por los Señores TRINH y NGUYEN o por los Reyes que, durante más de dos siglos, en total 261 años (1625-1886), han decretado contra los cristianos persecuciones una más cruel que la otra. Son alrededor de unas 130.000 las víctimas caídas por todo el territorio nacional.

A lo largo de los siglos, estos mártires de la Fe ha sido enterrados en forma anónima, pero su recuerdo permanece vivo en el espíritu de la comunidad católica. Desde el inicio del siglo XX, 117 de este gran grupo de héroes, martirizados cruelmente, han sido elegidos y elevados al honor de los altares por la Santa Sede en 4 Beatificaciones:

-en el 1900, por el Papa León XIII, 64 personas
-en el 1906, por el Papa S. Pío X, 8 personas
-en el 1909, por el Papa S. Pío X, 20 personas
-en el 1951, por el Papa Pío XII, 25 personas (AAS 043 [1951], pp. 140ss.)

clasificadas así:

11 españoles: todos Dominicos: 6 Obispos, 5 Sacerdotes;
10 franceses: todos de las Misiones Extranjeras de París: 2 Obispos, 8 Sacerdotes;
96 vietnamitas: 37 Sacerdotes (11 de ellos dominicos) y 59 Cristianos (entre ellos: 1 seminarista, 16 catequistas, 10 terciarios dominicos y 1 mujer).

Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero (Apoc 7, 13-14), según el siguiente orden cronológico:

2 caídos bajo el reinado de TRINH-DOANH (1740-1767)
2 caídos bajo el reinado de TRINH-SAM (1767-1782)
2 caídos bajo el reinado de CANH-TRINH (1782-1802)
58 caídos bajo el reinado del Rey MINH-MANO (1820-1840)
3 caídos bajo el reinado del Rey THIEU-TRI (1840-1847)
50 caídos bajo el reinado del Rey TU-DUC (1847-1883)

Y en el lugar del suplicio el Edicto real, colocado junto a cada uno de los ajusticiados, precisa el tipo de sentencia:
75 condenados a la decapitación, 
22 condenados a ser estrangulados,
6 condenados al fuego, quemados vivos,
5 condenados al desgarro de los miembros del cuerpo, 
9 muertos en la cárcel debido a las torturas.

LISTA DE LOS 117 MÁRTIRES DE VIETNAM (se indica entre paréntesis el año de beatificación en caso de poseer el dato)

1 Andrés DUNG-LAC, Sacerdote 21-12-1839
2 Domingo HENARES, Obispo O.P. 25-06-1838
3 Clemente Ignacio DELGADO CEBRIAN, Obispo O.P. 12-07-1838
4 Pedro Rosa Ursula BORIE, Obispo M.E.P. 24-11-1838
5 José María DIAZ SANJURJO, Obispo O.P. 20-07-1857 (b. 1951)
6 Melchor GARCIA SAMPEDRO SUAREZ, Obispo O.P. 28-07-1858 (b. 1951)
7 Jerónimo HERMOSILLA, Obispo O.P. O1-11-1861
8 Valentín BERRIO OCHOA, Obispo O.P. 01-11-1861
9 Esteban Teodoro CUENOT, Obispo M.E.P. 14-11-1861
10 Francisco GIL DE FEDERICH, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
11 Mateo ALONSO LECINIANA, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
12 Jacinto CASTANEDA, Sacerdote O.P. 07-11-1773
13 Vicente LE OUANG LIEM, Sacerdote O.P. 07-11-1773
14 Emanuel NGUYEN VAN TRIEU, Sacerdote 17-09-1798
15 Juan DAT, Sacerdote 28-10-1798
16 Pedro LE TuY, Sacerdote 11-10-1833
17 Francisco Isidoro GAGELIN, Sacerdote M.E.P. 17-10-1833
18 José MARCHAND, Sacerdote M.E.P. 30-11-1835
19 Juan Carlos CORNAY, Sacerdote M.E.P. 20-09-1837
20 Vicente DO YEN, Sacerdote O.P. 30-06-1838
21 Pedro NGUYEN BA TUAN, Sacerdote 15-07-1838
22 José FERNANDEZ, Sacerdote O.P. 24-07-1838
23 Bernardo VU VAN DUE, Sacerdote 01-08-1838
24 Domingo NGUYEN VAN HANH (DIEU), Sacerdote O.P. 01-08-1838
25 Santiago Do MAI NAM, Sacerdote 12-08-1838
26 José DANG DINH (NIEN) VIEN, Sacerdote 21-08-1838
27 Pedro NGUYEN VAN TU, Sacerdote O.P. 05-09-1838
28 Francisco JACCARD, Sacerdote M.E.P. 21-09-1838
29 Vicente NGUYEN THE DIEM, Sacerdote 24-11-1838
30 Pedro VO BANG KHOA, Sacerdote 24-11-1838
31 Domingo TUOC, Sacerdote O.P. 02-04-1839
32 Tomás DINH VIET Du, Sacerdote O.P. 26-11-1839
33 Domingo NGUYEN VAN (DOAN) XUYEN, Sacerdote O.P. 26-11-1839
34 Pedro PHAM VAN TIZI, Sacerdote 21-12-1839
35 Pablo PHAN KHAc KHOAN, Sacerdote 28-04-1840
36 Josée DO QUANG HIEN, Sacerdote O.P. 09-05-1840
37 Lucas Vu BA LOAN, Sacerdote 05-06-1840
38 Domingo TRACH (DOAI), Sacerdote O.P. 18-09-1840
39 Pablo NGUYEN NGAN, Sacerdote 08-11-1840
40 José NGUYEN DINH NGHI, Sacerdote 08-11-1840
41 Martín TA Duc THINH, Sacerdote 08-11-1840
42 Pedro KHANH, Sacerdote 12-07-1842
43 Agustín SCHOEFFLER, Sacerdote M.E.P. 01-05-1851
44 Juan Luis BONNARD, Sacerdote M.E.P. 01-05-1852
45 Felipe PHAN VAN MINH, Sacerdote 03-07-1853
46 Lorenzo NGUYEN VAN HUONG, Sacerdote 27-04-1856
47 Pablo LE BAo TINH, Sacerdote 06-04-1857
48 Domingo MAU, Sacerdote O.P. 05-11-1858 (b. 1951)
49 Pablo LE VAN Loc, Sacerdote 13-02-1859
50 Domingo CAM, Sacerdote T.O.P. 11-03-1859 (b. 1951)
51 Pedro DOAN LONG QUY, Sacerdote 31-07-1859
52 Pedro Francisco NERON, Sacerdote M.E.P. 03-11-1860
53 Tomás KHUONG, Sacerdote T.O.P. 30-01-1861 (b. 1951)
54 Juan Teofano VENARD, Sacerdote M.E.P. 02-02-1861
55 Pedro NGUYEN VAN Luu, Sacerdote 07-04-1861
56 José TUAN, Sacerdote O.P. 30-04-1861 (b. 1951)
57 Juan DOAN TRINH HOAN, Sacerdote 26-05-1861
58 Pedro ALMATO RIBERA, Sacerdote O.P. 01-11-1861
59 Pablo TONG VIET BUONG, Laico 23-10-1833
60 Andrés TRAN VAN THONG, Laico 28-11-1835
61 Francisco Javier CAN, Catequista 20-11-1837
62 Francisco DO VAN (HIEN) CHIEU, Catequista 25-06-1838
63 José NGUYEN DINH UPEN, Catequista T.O.P. 03-07-1838
64 Pedro NGUYEN DicH, Laico 12-08-1838
65 Miguel NGUYEN HUY MY, Laico 12-08-1838
66 José HOANG LUONG CANH, Laico T.O.P. 05-09-1838
67 Tomás TRAN VAN THIEN, Seminarista 21-09-1838
68 Pedro TRUONG VAN DUONG, Catequista 18-12-1838
69 Pablo NGUYEN VAN MY, Catequista 18-12-1838
70 Pedro VU VAN TRUAT, Catequista 18-12-1838
71 Agustín PHAN VIET Huy, Laico 13-06-1839
72 Nicolás BUI DUC THE, Laico 13-06-1839
73 Domingo (Nicolás) DINH DAT, Laico 18-07-1839 
74 Tomás NGUYEN VAN DE, Laico T.O.P. 19-12-1839 
75 Francisco Javier HA THONG MAU, Catequista T.O.P. 19-12-1839 
76 Agustín NGUYEN VAN MOI, Laico T.O.P. 19-12-1839
77 Domingo Bui VAN UY, Catequista T.O.P. 19-12-1839
78 Esteban NGUYEN VAN VINTI, Laico T.O.P. 19-12-1839
79 Pedro NGUYEN VAN HIEU, Catequista 28-04-1840
80 Juan Bautista DINH VAN THANH, Catequista 28-04-1840
81 Antonio NGUYEN HUU (NAM) QUYNH, Laico 10-07-1840
82 Pietro NGUYEN KHAC Tu, Catequista 10-07-1840
83 Tomás TOAN, Catequista T.O.P. 21-07-1840
84 Juan Bautista CON, Laico 08-11-1840
85 Martín THO, Laico 08-11-1840
86 Simón PHAN DAc HOA, Laico 12-12-1840
87 Inés LE THi THANH (DE), Laica 12-07-1841
88 Mateo LE VAN GAM, Laico 11-05-1847 
89 José NGUYEN VAN Luu, Catequista 02-05-1854 
90 Andrés NGUYEN Kim THONG (NAM THUONG), Catequista 15-07-1855
91 Miguel Ho DINH HY, Laico 22-05-1857
92 Pedro DOAN VAN VAN, Catequista 25-05-1857
93 Francisco PHAN VAN TRUNG, Laico 06-10-1858
94 Domingo PHAM THONG (AN) KHAM, Laico T.O.P. 13-01-1859 (b. 1951)
95 Lucas PHAM THONG (CAI) THIN, Laico 13-01-1859 (b. 1951)
96 José PHAM THONG (CAI) TA, Laico 13-01-1859 (b. 1951)
97 Pablo HANH, Laico 28-05-1859
98 Emanuel LE VAN PHUNG, Laico 31-07-1859
99 José LE DANG THI, Laico 24-10-1860 
100 Mateo NGUYEN VAN (NGUYEN) PHUONG, Laico 26-05-1861
101 José NGUYEN DUY KHANG, Catequista T.O.P. 06-11-1861
102 José TUAN, Laico 07-01-1862 (b. 1951)
103 José TUC, Laico 01-06-1862 (b. 1951)
104 Domingo NINH, Laico 02-06-1862 (b. 1951)
105 Domingo TOAI, Laico 05-06-1862 (b. 1951)
106 Lorenzo NGON, Laico 22-05-1862 (b. 1951)
107 Paulo (DONG) DUONG, Laico 03-06-1862 (b. 1951)
108 Domingo HUYEN, Laico 05-06-1862 (b. 1951)
109 Pedro DUNG, Laico 06-06-1862 (b. 1951)
110 Vicente DUONG, Laico 06-06-1862 (b. 1951)
111 Pedro THUAN, Laico 06-06-1862 (b. 1951)
112 Domingo MAO, Laico 16-06-1862 (b. 1951)
113 Domingo NGUYEN, Laico 16-06-1862 (b. 1951)
114 Domingo NHI, Laico 16-06-1862 (b. 1951)
115 Andrés TUONG, Laico 16-06-1862 (b. 1951)
116 Vicente TUONG, Laico 16-06-1862 (b. 1951)
117 Pedro DA, Laico 17-06-1862 (b. 1951)
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O.P. : Orden de los Predicadores (Dominicos) 
T.O.P.: Terciario de la Orden de los Predicadores 
M.E.P.: Sociedad de las Misiones Extranjeras de París

fuente: Vaticano

Oremos

Señor y Dios nuestro, que nos da constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los Santos Andrés y compañeros, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo, en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo Homilías sobre Josué, 11, 3-4

“Mientras tenéis esta luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas.” (Jn 12,35)

Desde que vino el Salvador ha llegado el fin del mundo. Él mismo lo dijo cuando se sitúa en el final de los tiempos: “Arrepentíos, porque está llegando el reino de los cielos” (Mt 4,17). Pero, él retarda el día de la consumación, no deja que se manifieste. Porque Dios Padre, viendo que la salvación de las naciones tiene que venir por Jesús, le dijo: “Pídemelo y te daré en herencia las naciones, en posesión los confines de la tierra” (Sal 2,8). Así, pues, hasta el cumplimiento de esta promesa del Padre, hasta que la Iglesia se desarrolle en las distintas naciones y que todos formen parte de ella, “toda la plenitud de los paganos”, para que “todo Israel se salve” (Rm 11,25), el día se prolonga, el ocaso se difiere. El “sol de justicia” (Ml 3,20) no se pone nunca sino que continua derramando la luz de la verdad en el corazón de los fieles. 

Pero cuando la medida de los fieles esté colmada y cuando haya llegado la época degenerada y corrompida de la última generación, cuando “a causa de la magnitud del mal, la caridad de muchos hombres se enfriará” (cf Mt 24,12)..., entonces, “los días se acortarán” (Mt 24,22). Sí, el mismo Señor sabe prolongar la duración de los días cuando es el tiempo de salvación y sabe acortarlos en el momento de la tribulación y de la perdición. En cuanto a nosotros, mientras es de día y se prolongo este tiempo de luz, “portémonos con dignidad, como quien vive en pleno día,” (Rm 13,13) y cumplamos con las obras de la luz.

Angustia y esperanza
Lucas 21, 20-28. Jueves XXXIV. Tiempo ordinario. Ciclo C. La ruina de Jerusalén

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
«¡Aleluya!
Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor.
Que lo digan los redimidos del Señor, los que él ha redimido del poder del adversario,
los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía.
En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada;
hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma.
Y hacia el Señor gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias,
les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada.
¡Den gracias al Señor por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!» (Salmo 107, 1-8)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El Evangelio de hoy nos habla de señales prodigiosas. Cristo nos advierte sobre el final de los tiempos, y mucha gente pregunta cuándo sucederá todo esto. Pero hay otra pregunta que debemos hacernos: ¿Cómo estar preparados?

Serán tiempos de angustia. No sólo las estrellas se moverán: las seguridades humanas perderán sus cimientos, como sacudidas por un huracán. En ese momento de prueba, la única roca firme de donde sujetarse será la esperanza en Dios.

¿Tenemos que esperar a que vengan signos en el cielo? ¿No sería mejor estar preparados desde ahora? En el final de este mundo habrá persecuciones y un gran sufrimiento. Pero también existen sufrimientos que debemos afrontar día con día. Son pequeñas pruebas que van removiendo las seguridades pasajeras, y nos ayudan a poner nuestra esperanza sólo en Dios.

No siempre nos alaban por lo que hacemos, aunque tuviéramos una buena intención; no siempre las cosas funcionan como habíamos planeado o esperado… Pero Dios nunca falla, ¡nunca! Y cuando comenzamos a ver que en nuestra vida las seguridades empiezan a derrumbarse una a una, es el momento para levantar la cabeza y estar atentos.

El Señor se acerca para liberarnos, pues Él es un Padre que no abandona a sus hijos.

«El Señor Jesús no es sólo el punto de llegada de la peregrinación terrena, sino que es una presencia constante en nuestra vida: siempre está a nuestro lado, siempre nos acompaña; por esto cuando habla del futuro y nos impulsa hacia ese, es siempre para reconducirnos en el presente. Él se contrapone a los falsos profetas, contra los visionarios que prevén la cercanía del fin del mundo y contra el fatalismo. Él está al lado, camina con nosotros, nos quiere. Quiere sustraer a sus discípulos de cada época de la curiosidad por las fechas, las previsiones, los horóscopos, y concentra nuestra atención en el hoy de la historia. Yo tendría ganas de preguntaros —pero no respondáis, cada uno responda interiormente—: ¿cuántos de vosotros leéis el horóscopo del día? Cada uno que se responda.., Y cuando tengas de leer el horóscopo, mira a Jesús, que está contigo. Es mejor, te hará mejor. Esta presencia de Jesús nos llama a la espera y la vigilancia, que excluyen tanto la impaciencia como el adormecimiento, tanto las huidas hacia delante como el permanecer encarcelados en el momento actual y en lo mundano.»

(Homilía de S.S. Francisco, 15 de noviembre de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré responder con un rostro alegre a las cosas desagradables de este día, ejercitando mi alegría y mi esperanza puesta en Dios.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡El domingo ya empieza el Adviento!
Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...

Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...

El próximo domingo será el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra.

Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante, nos preparamos.

La Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor.

Caminos que llevamos en nuestro interior y que tenemos que luchar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo.

Hace unos días celebrábamos el día de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que El nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos".... y a lo "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos.

Es preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo.

A nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.

Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación. por "nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24).

Cuatro domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y gastos superfluos... mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre.

PREPARÉMONOS CON ILUSIÓN Y CON FE.

El Adviento, preparación para la Navidad
Tiempo para prepararse y estar en gracia para vivir correctamente la Navidad

Significado del Adviento

La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

Esta es su triple finalidad:

- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.

Algunas ideas para vivir el Adviento

La Corona de Adviento

Algo que no debes olvidar

El adviento comprende las cuatro semanas antes de la Navidad.

El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.

En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.

Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo.

Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

Cuida tu fe

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento.

Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.

De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

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