Juan Bautista, mártir de la verdad
- 03 Febrero 2017
- 03 Febrero 2017
- 03 Febrero 2017
Evangelio según San Marcos 6,14-29.
El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama se había extendido por todas partes. Algunos decían: "Juan el Bautista ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos: Otros afirmaban: "Es Elías". Y otros: "Es un profeta como los antiguos". Pero Herodes, al oír todo esto, decía: "Este hombre es Juan, a quien yo mandé decapitar y que ha resucitado". Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
San Blás Sebaste
San Blas de Sebaste, obispo y mártir
San Blas, obispo y mártir, que, por ser cristiano, en tiempo del emperador Licinio padeció el martirio en la ciudad de Sebaste, en la antigua Armenia.
Parece que no hay pruebas de que existiera algún culto a san Blas antes del siglo VIII; pero los relatos de fechas posteriores están de acuerdo en afirmar que fue obispo de Sebaste, en lo que era en aquel momento Armenia (actual Turquía) y recibió la corona del martirio durante la persecución de Licinio, por mandato de Agrícola, gobernador de Capadocia y Asia Menor. En las actas legendarias de san Eustracio, de quien se dice que pereció en la persecución de Diocleciano, se menciona que san Blas recibió muy solemnemente sus reliquias, las depositó con las de san Oreste y llevó al cabo, punto por punto, la última voluntad del mártir.
Esto es todo lo que puede afirmarse con cierta seguridad respecto a san Blas; pero en vista de la devoción con que se le venera en Alemania, Francia e Italia, conviene relatar brevemente la historia que contienen sus actas legendarias. De acuerdo con ellas, Blas nació rico, de padres nobles; fue educado cristianamente y se le consagró obispo cuando todavía era bastante joven. Al comenzar la persecución, por inspiración divina, se retiró a una cueva en las montañas, frecuentada únicamente por las fieras. San Blas recibía con afecto a sus salvajes visitantes y cuando estaban enfermos o heridos, los atendía y los curaba. Se dice que los animales acudían en manadas para que los bendijera. Cierta vez unos cazadores que buscaban atrapar fieras para el anfiteatro, encontraron al santo rodeado por ellas. Repuestos de su asombro, los cazadores intentaron capturar a las bestias, pero san Blas las espantó y entonces le capturaron a él. Al saber que era cristiano, lo llevaron preso ante el gobernador Agrícola. Se dice que cuando le conducían a la ciudad, encontraron a una mujer que gemía desesperada, porque un lobo acababa de llevarse a uno de sus lechones; entonces san Blas llamó con voz recia a la fiera y el lobo apareció a poco, con el lechón en el hocico, y lo dejó intacto a los pies de la maravillada mujer. Pero aquel prodigio no conmovió a los cazadores, que continuaron su camino arrastrando al preso consigo.
En cuanto el gobernador se enteró de que el reo era un obispo cristiano, mandó que lo azotaran y después lo encerraran en un calabozo, privado de alimentos. San Blas soportó con paciencia el castigo y tuvo el consuelo de que la mujer, dueña del lechón que había salvado, se presentara en la oscura celda para ayudarle, llevándole provisiones y velas para alumbrarse. Pocos días más tarde, fue torturado para que renegara de su fe; sus carnes fueron desgarradas con garfios y, como el santo se mantuviera firme, se dio orden de que fuera decapitado.
Así murió san Blas en Capadocia y, años más tarde, sus supuestas reliquias se trasladaron al Occidente, donde se extendió su culto enormemente en razón de las curaciones milagrosas que, al parecer, se realizaban por su intercesión. Se le venera como el santo patrono de los cardadores de lana y los animales salvajes y, en virtud de varias célebres curas que hizo en vida a enfermos de la garganta, es el abogado para esta clase de males; una de las variantes de la leyenda recuerda especialmente que el santo, camino del suplicio, curo el mal de un niño que se había atragantado con una espina. En Alemania se le honra, además como uno de los catorce «heilige Nothelfer» (santos auxiliadores en las necesidades). En algunas partes, el día de la fiesta de san Blas, se administra una bendición especial a los enfermos, colocando dos velas (al parecer en memoria de las que llevaron al santo en su calabozo) en posición de una cruz de san Andrés, en el cuello o sobre la cabeza del suplicante, pronunciándose estas palabras: «Per intercessionem Sancti Blasi Liberet te Deus a malo gutturis et a quovis alio malo» (por intercesión de san Blas te libere Dios de todo mal de la garganta y de todo otro mal). También leemos sobre el «agua de san Blas», que se bendice en su día y que generalmente se da a beber al ganado que está enfermo.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Oremos
Milagroso San Blas, que lleno de júbilo, en el camino a la cárcel obrasteis prodigios y salvasteis la vida de un niño que se moría ahogado por una espina que tenía atravesada en la garganta, alcanzadnos del Señor la gracia de vernos libres de todas las enfermedades de lo garganta y emplear a ésta siempre para la gloria de Dios y bien de nuestras almas. Así sea.
Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que hoy te invoca apoyado en la protección de tu mártir san Blas: concédenos, por sus méritos, la paz en esta vida y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
patronazgo: patrono de decenas de ciudades, especialmente de Italia, de médicos, músicos, comerciantes de lana, sastres, zapateros, sombrereros, tejedores, curtidores, panaderos, molineros, albañiles y yeseros, tambien de los animales de compañía, los caballos y los animales salvajes; protector para pedir un buena confesión, también protector de dolores y males de garganta, tos, enfermedades urinarias, sangrado, úlceras, cólicos, dolor de muelas, peste, enfermedades de la infancia.
tradiciones, refranes, devociones: Hiela las Candelas, 30 días con ellas; hiela San Blas, 30 más.
Por San Blas ajete, mete uno y sacarás siete
Por San Blas, higuera plantarás e higos comerás
Por San Blas la cigüeña verás, si la vieres año de bienes, si no la vieres año de nieves.
Por San Blas, la cigüeña verás, si no la ves mal año es. (3 de febrero)
San Blas cura de la garganta, al mozo que come y que no canta.
En algunas iglesias se realiza la «bendición de las gargantas», al finalizar la misa de san Blas, se colocan, cruzadas, dos candelas -que pueden haber sido bendecidas el día anterior o con una bendición propia para el día 3- sobre la garganta y se reza: «Por la intercesión de S. Blas, obispo y mártir, te libre de todo mal de la garganta y de cualquier otro mal. Amén». Antiguamente esta bendición se realizaba aplicando sobre la garganta una reliquia del santo, por lo que no podía realizarse en cualquier iglesia.
Cuando un chico se atraganta hay que hacerle levantar los brazos, y darle palmadas en la espalda diciendo «san Blas, san Blas».
San Beda el Venerable (c. 673-735), monje benedictino, doctor de la Iglesia Homilía 23 (libro 2); CCL 122, 356-357
Juan Bautista, mártir de la verdad
No cabe ninguna duda de que San Juan Bautista sufrió prisión por nuestro Redentor, a quien precedía con su testimonio, y que por él dio su vida. Porque aunque su perseguidor no le exigió negar a Cristo, sí le exigió que callase la verdad, y es por esto que murió por Cristo. En efecto, Cristo mismo dijo: «Yo soy la verdad» (Jn 14,6). Puesto que derramó su sangre por la verdad, ciertamente la derramó por Cristo. Con su nacimiento, Juan testimonió que Cristo iba a nacer; con su predicación testimonió que Cristo iba a predicar, y con su bautismo, que iba a bautizar. Al sufrir su pasión, significaba que Cristo también debía sufrirla...
Este hombre tan grande llegó pues al término de su vida derramando su sangre después de una larga y penosa cautividad. Habiendo anunciado la buena nueva de la libertad de una paz superior, fue arrojado en prisión por unos impíos. Fue encerrado en la lobreguez de un calabozo el que había venido a dar testimonio de la luz... En su propia sangre es bautizado el que tuvo el honroso encargo de bautizar al Redentor del mundo, de escuchar la voz del Padre dirigida a Cristo, y ver descender sobre él la gracia del Espíritu Santo.
Ya lo dijo el apóstol Pablo: «A vosotros se os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aún de padecer por él» (Flp 1,29). Y si dice que sufrir por Cristo es un don que éste concede a sus elegidos, es porque, tal como dice en otro lugar: «Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá» (Rm 8,18).
Hablando entre silencios
Marcos 6, 14-29. IV Viernes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, creo en Ti. Tú me ofreces el don de creer en Ti. Yo lo acepto y creo en Ti. Vengo a Ti. Quiero aprender de Ti.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Maestro, heme aquí una vez más ante Ti. ¿No es hermoso poder venir ante mi Creador, simplemente a conversar? Esto es nada menos que imposible siquiera de imaginar para muchos que una criatura se siente, literalmente, a charlar con la Verdad, con el Inicio y el Fin de todo cuanto existe. Ya incluso estos mismos conceptos me abisman. Tengo la opción de caer en miedo o en sublimación. Yo opto por escucharte.
Tú, Señor, habitas en lo más profundo de nuestro ser, más aún: eres todo en nosotros. Por Ti vivo, me muevo, respiro, parpadeo. Me donas la existencia y me regalas la conciencia de reconocerte. No hay mayores dones, en verdad, que los que me dirigen hacia Ti.
Herodes era un hombre. Tenía una conciencia también. Como ser humano percibía en su interior una llamada a acogerte, Dios suyo y mío. Pero libremente, quizás movido en parte por el miedo a su séquito, optó por no atender tu voz. Eso es lo que veo en este pasaje. No puedo juzgar a este hombre, pero puedo aprender de él.
¿Decapitó a Juan el Bautista como aplacamiento de su conciencia? Es probable. Desconocemos el paradero final de este hombre, pero esperamos lo mejor de él. Lo que sabemos es que Cristo se encontró con él una vez más poco antes de ser crucificado y que decidió guardar silencio ante un rostro ambicioso de curiosidad y de placer.
¿Quisiste con tu silencio gritar a su conciencia?... Tantas palabras, tantos consejos, tantas amonestaciones había recibido este hombre en su vida; poco o nada le moverían unas cuantas más. Pero quizás tu silencio, Señor, quizás ver tu silencio sería su salvación.
¡Un silencio de Dios que puede significar tanto! ¡Y cuánto los sufro en ocasiones! Pero, cuánto puedo escucharte en ellos… yo opto por escucharte.
«Es el desconcierto que, frente a la novedad que revoluciona la historia, se encierra en sí mismo, en sus logros, en sus saberes, en sus éxitos. El desconcierto de quien está sentado sobre la riqueza sin lograr ver más allá. Un desconcierto que brota del corazón de quién quiere controlar todo y a todos. Es el desconcierto del que está inmerso en la cultura del ganar cueste lo que cueste; en esa cultura que sólo tiene espacio para los “vencedores” y al precio que sea. Un desconcierto que nace del miedo y del temor ante lo que nos cuestiona y pone en riesgo nuestras seguridades y verdades, nuestras formas de aferrarnos al mundo y a la vida. Y Herodes tuvo miedo, y ese miedo lo condujo a buscar seguridad en el crimen.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ante una crítica o comentarios negativos sobre una persona, buscaré decir algo positivo y/o desviaré la plática a otro tema, sin importar lo que los demás piensen o digan
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La verdad no es negociable
La vida cristiana exige el martirio de la fidelidad cotidiana al Evangelio
Por: S.S. Benedicto XVI | Fuente: ACI Prensa
El Papa Benedicto XVI afirmó, (el 29 de agosto de 2012), que el martirio de San Juan Bautista enseña a los cristianos de hoy que la Verdad no se negocia y que seguir a Cristo exige el "martirio" de la fidelidad cotidiana.
El Santo Padre hizo una intensa reflexión sobre la vida de San Juan Bautista, el precursor de Jesús, en su catequesis de la audiencia general celebrada esa mañana en Castel Gandolfo ante miles de fieles de distintas partes del mundo.
S.S. Benedicto XVI explicó que "celebrar el martirio de San Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que no se puede descender a negociar con el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad. La Verdad es verdad y no hay componendas".
La vida cristiana, continuó el Papa, "exige, por decirlo de alguna manera, el ‘martirio’ de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, el valor de dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Él quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones".
Según señala la nota de Radio Vaticano, el Santo Padre precisó que todo esto es posible sólo si "en nuestra vida la relación con Dios es sólida. La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las apostólicas, sino que es exactamente lo contrario".
"Sólo si somos capaces de una vida de oración fiel, constante y confiada, será el mismo Dios quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de modo feliz y sereno, para superar las dificultades y testimoniarlo con valor".
El Papa Benedicto XVI dijo además que "San Marcos nos habla de su dramática muerte, en el Evangelio de hoy. Juan el Bautista comienza su predicación en la época del emperador Tiberio, en el 27-28 d. C".
"Y la clara invitación que dirige a las personas que acudían a escucharlo, es la de preparar el camino para acoger al Señor, allanando los senderos y nivelando los caminos desparejos de la propia vida, a través de una conversión radical de corazón".
San Juan, prosiguió el Papa, "no se limita a predicar la penitencia, sino que, reconociendo a Jesús como ‘Cordero de Dios’, que vino para quitar el pecado del mundo, tiene la profunda humildad de indicar a Jesús como verdadero Enviado de Dios, haciéndose a un lado, para que Él pueda crecer, ser escuchado y seguido".
"Como último acto, el Bautista testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios, sin desmayar o dar marcha atrás, cumpliendo hasta el fondo su misión. San Beda, monje del siglo IX, en sus homilías, dice así: ‘Por [Cristo] dio su vida, a pesar de que no recibió la orden de renegar a Jesucristo, sino sólo la de callar la verdad. Y puesto que no calló la verdad, murió por Cristo, que es la verdad’".
El Papa resaltó que "precisamente, por amor a la verdad, no pactó y no tuvo miedo de dirigir palabras fuertes a los que habían perdido el camino de Dios".
Sobre el origen de la "fortaleza en la pasión" de San Juan en su "resistencia contra los poderosos", Benedicto XVI dijo que esta nace de "su relación con Dios, de la oración, que es el hilo conductor de toda su existencia".
Juan es el don divino que sus padres, Zacarías e Isabel habían invocado durante mucho tiempo, un gran don, humanamente inesperado, porque ambos eran de edad avanzada e Isabel era estéril, "pero es nada imposible para Dios".
El Santo Padre dijo luego que "el anuncio de este nacimiento se produce precisamente en el lugar de la oración, en el templo de Jerusalén, es más sucede cuando a Zacarías le toca el gran privilegio de entrar en el lugar más sagrado del templo para hacer la ofrenda del incienso al Señor".
"También el nacimiento del Bautista está marcado por la oración: el canto de alegría, de alabanza y de agradecimiento que Zacarías eleva al Señor y que rezamos todas las mañanas en los Laudes, el ‘Benedictus’, exalta la acción de Dios en la historia e indica proféticamente la misión del hijo Juan: preceder al Hijo de Dios hecho carne para prepararle los caminos".
El Papa resaltó también que "toda la existencia del Precursor de Jesús está alimentada por la relación con Dios, en particular, el período transcurrido en regiones desiertas, regiones desiertas que son lugar de la tentación, pero también lugar en el que el hombre siente su propia pobreza porque está privado de los apoyos y las seguridades materiales, y comprende que el único punto de referencia sólido es Dios mismo".
"Pero Juan Bautista no es sólo hombre de oración, de contacto permanente con Dios, sino también una guía hacia esta relación con Dios. El Evangelista Lucas refiriendo la oración que Jesús enseña a los discípulos, el ‘Padrenuestro’, anota que la petición es formulada con estas palabras: ‘Señor enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos’".
Para concluir, el Papa Benedicto XVI hizo votos para que "San Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida".
La conquista de Voluntad ¿Querer es poder?
Entre el querer y el poder existe un puente: la voluntad. Queres es ´pretender algo concreto; cruzar la distancia que media entre la pretencion y el logro de lo pretendido implica una seria de elecciones y por tanto, de renuncias también. ¿Cómo ser capaces de elegir con certeza y persistir con firmeza?: conquistando la propia voluntad.
“Mi nombre es voluntad”
A todos los que no me conoces les dire que mi nombre proviene del latin voluntas, que significa decisión. Si esto no les dice nada, agregare que soy la “facultad del hombre para decidir algo”. De esta manera me conocen la mayoría de las personas; sin embargo, el numero de mis amigos es limitados por las dos caras de mi naturaleza: admitir y rechazar.
Elegir es anunciar
A fin de no alejar pretendientes comenzare por presentarles el lado amable de mi personalidad: gracias a mi lso seres humanos son capaces de selccionar entre diferentes opciones. Muchos me aman cuando descubren que al mantenerme en forma y bien alimentada, son capaces de alcanzar altas cimas. Otros, lo mas, no se han dado cuenta de que el abandono y las dejadez en que me mantienen durante años, los conduce finalmente a la perdición. Con lo anterior quiero decirles que en mi mayor talento – la posibilidad de elegir – se encuentra el secreto del triunfo o del fracaso. De hecho, muchos prefieren a mi amiga inteligencia, piensan que conquistándola a ella en vez de a mi, alcanzaran el éxito. La verdad es que no cuentan con inteligencia que pueden aprender lo mismo, solo con mas esfuerzo y gozando de mi diaria compañía.
Elegir es renunciar
Ahora les hablare de mi cara oculta, de ese rasgo que muchos olvidan cuando se empeñan en conquistarme: mi nombre también significa renuncia, rechazar de entre todas las opciones posibles las que no son elegidas. Negarse es el requisito indispensable que pido a todos los que me anhelan.
El hombre que es capaz de sobreponer sus metas y objetivos a las inclinaciones y deseos naturales, me atrae en sobremanera. Ese es en indicativo de que haremos buena pareja. No obstante, también los que no poseen este rasgo siguen siendo candidatos viables a conquistarme, cuando piensan que las renuncias que yo propongo son siempre en positivo; esto es, renunciar a un bien por otro mejor. Además, no todo en mi es exigencia, ya que soy capaz de motivar a los que se desalientan frente a la renuncia, cuando les anticipo las consecuencias, cuando los impulsos a fijar su mirada en las ilusiones del porvenir. “¿Cómo?”: utilizando la inteligencia, sublimando los esfuerzos, no dejando que se den por vencidos cuando las cosas van mal, poniendo unos toques sobrenaturales que los eleven por encima de las circunstancias. “(ROJAS, Enrique. La conquista de la voluntad p, 105).
Nos empezamos a conocer
A todos aquellos que estén interesados en conquistarme, les dire que el primer paso es que se conozcan bien. El conocimiento de si, del temperamento que se posee, las habilidades y aptitudes, les permitirán saber con que recursos cuentan y cuales son las carencias a superar. Seguidamente, el establecimiento de un fin en la vida es vital para que nuestra relación sea fructífera, pues, en función de tal meta será que yo, voluntad, pondré en acción el motor de esfuerzo y la lucha constante. Una vez establecidas las metas viene la selección de los medios. Aquí es vital mi participación, pues se enfrentaran a un repertorio de instrumentos a emplear y caminos a seguir para alcanzar la meta propuesta. Sin una meta clara no hay posibilidades de entendernos, pues yo soy la “capacidad para hacer algo anticipando las consecuencias”.
Tres son los rasgos distintivos de mi persona: Tendencia, determinación y acción. Por la tendencia, descubro; gracias a la determinación, concreto y mediante la acción pongo en practica las determinaciones que me permiten alcanzar lo anhelado.
Con base en todo lo expuesto, te daras cuenta que mis actos están marcados por la decisión y el amor, pues “querer libremente cuando se ama resulta, casi necesario”. (MACIEL, M. La formación integral del sacerdote, p, 132)
De los obstáculos
Es claro que no todo será miel sobre hojuelas, si queremos una relación fructífera también es necesario vislumbrar los obstáculos que enfrentaremos.
El primer y siempre presente serán las circunstancias; ajenas al control personal, son la parte de lo impredescible, de lo que se debe aceptar, pero no determinante si se cuento con un proyecto de vida en el que se armonizan fines y medios en la construcción de la personalidad. Y si de obstáculos se trata, los estados de animo pueden llegar a ser los causantes de una ruptura en nuestra relación. Si las circunstancias son obstáculos externos a la persona, los estados de animo pueden llegar a ser el enemigo que duerme dentro del propio hogar. Causados muchas veces por variaciones bioquímicas, los estados de animo suscitan sentimientos que llevan a Deseo. El es mi rival, ya que en apariencia es semejante a mi, porque tambien mueve al anhelo de algo, mas es tan efímero como una ola; asi como sube tiende a bajar, pues se sustenta sobre una base meramente afectiva. Permisividad es otra de mis mayores enemigos. “permisividad significa que no debe haber prohibiciones, ni temitorios verdados, ni impedimentos que frenen la realización personal, ya que todo depende del criterio subjetivo de uno. Por eso, nada es bueno ni malo. Esta se sustenta sobre la tolerancia absoluta, dando casi todo por valido y licito, con tal que a esa instancia subjetiva le parezca bien. “ (ROJAS, Obra citada, p. 60=. ¿Por qué permisividad es tan gran obstáculo para nuestra relación? “La respuesta es que un hombre hedonista, permisivo, consumista y relativista, no tiene referentes, ni puntos de apoyo, y acaba no sabiendo a donde va, envilecido, rebajado, cosificado… convertido en un objeto que va y viene, que se mueve en todas las direcciones, pero sin saber a donde se dirige. “(ROJAS, Obra citada, p 61)
Cultivando nuestra relación
Como todo humando, soy perfectible. Cuatro son los elementos que me ayudan a crecer:
- La motivación
- El orden
- La constancia
- Una mezcla de alegría e ilusión
La motivación
Motiva la felicidad que da el deber cumplido, la satisfacción de ver los esfuerzos recompensados, alcanzar el premio esperado. La motivación viene de la claridad de ideales y para ellos un excelente aliado es el “modelo de identidad”, alguien que reúna los atributos que se desea alcanzar. Contar con una persona ejemplar, completa, digna de ser imitada empuja a superar las dificultades y obstáculos que diariamente se presentan en este proceso de conquista. La esencia de mis mejores elecciones es la satisfacción. Cuando vivo con gozo el haber escogido, hay alegría tras haber tomado aquella dirección me siento motivada para seguir adelante.
El Orden
Orden significa lo recto, lo correcto, es decir, la disposición adecuada de las unidades que constituyen un todo. Lo recto supone una dirección y una meta; un sentido y unos puntos de referencia. Cuatro son las dimensiones del orden que ayudan a fortalecerme: orden en la cabeza, en el tipo de vida, en la forma y orden en los objetivos.
El primero “quiere decir saber a qué atenerse, tener unos criterios coherentes y operar siguiéndolos de cerca…. Este orden conduce a tener una jerarquía de valores.” (ROJAS, E. Op. Cita p. 65)
Orden en el tipo de vida
Contar con un plan de las actividades a realizar, utilizar una agena, realizar y cumplir un horario son elementos que posibilitan una vida mas ordenada. La regla fundamental es: sin orden, nunca saldrán nuestros planes.
Orden en forma
Suelo decir que entrar en la habitación de alguien es como hacer un test
El orden exterior me agrada en sobremanera, me pone mas atenta, puedo responder con mas prontitud, asi que todos aquellos interesados en conquistarme, deben ir olvidando eso de tener papeles por todas partes, libros resueltos en su temática, ropa tirada en el suelo. No obstante, si alguno deseo iniciarse en el orden la mejor motivación es ver la utilidad del mismo, vislumbrar la facilidad que tendrá para encontrar lo que busque en cualquier momento, valorar el tiempo perdido en búsquedas inútiles.
Orden en los objetivos
Nuestra relación será prospera y feliz si contamos con pocos objetivos. Sin importar cuantas sean nuestras metas nos agobiaremos menos y trabajaremos mejor teniendo pocos objetivos a la vez. Asi, alejaremos a otra de mis enemigas acérrimas, Dispersion. Cuando ella entra en nuestras vidas, yo me vuevo débil, laguida y tu empiezas a olvidarme.
Por otra parte, la propuesta que siempre que hago a cuantos se interesan en llevar una relación seria conmigo es, establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo; de esta forma, al paso del tiempo es factible que alcancemos muchos objetivos sin agobiarnos.
La constancia
Mi mejor amiga, constancia. Somos inseparable, juntos con su hija, virtud. Para ser amigo de ellas es indispensable saber claramente que se quiere, pues la falta de claridad, la dispersión en objetivos y la falta de exactitud en las pretensiones son rasgos psicológicos que no ayudan a la constancia.
Seguramente, todos lo interesados en conquistarme serán buenos amigos de constancia, por ellos, compartiré con ustedes los rasgos que la distinguen.
En primer lugar, una actitud positiva que le predispone interiormente a no darse por vencida a sabiendas de que no siempre enfrentara obstáculos a sus planes. Su actitud se rige por la premisa - “vencerse en lo pequeño y dar batallas en objetivos en apariencia insignificantes son los rasgos de cualquier valor de aprecie”. Esta, sin lugar a dudas, es la frase que la distingue. Gracias a la cual su relación con Habito va viento en popa. El le enseña a mantenerse firme, pues le entrena en el vencimiento a través de la repetición de actos, que implican renuncias no muy grandes pero frecuentes.
Ambos, Habitos y constancia tienen un espíritu deportivo de lucha logrado mediante ejercicios de vencimiento, superación de pequeñas derrotas, capacidad para reponerse y volver a empezar, retomar las ilusiones del principio y crecerse ante los imprevisto que frenan el avance. Sin embargo, como en toda familia, nunca falta la oveja negra. Vicio les da tantos dolores de cabeza; con el se adiestran para saber perder y ser capaces de empezar de nuevo.
Alegría y entusiasmo
Mis entrañable amigos; son el ingrediente perfecto para toda persona. Gracias a su compañía uno se encuentra en camino de alcanzar el objetivo de realización plena. Mas, dos son los requisitos que ellos solicitan para establecer una amistad solida: haberse encontrado a si mismo y tener un proyecto de vida.
Conforme nos vayamos conociendo les podre explicar mas al respecto. En tanto, cerraremos aquí este encuentro.
Es problema que en muchos haya despertado el deseo de conquistarme. Se habrán percatado de los muchos beneficios que traerá a su vida tenerme como compañera. Así pues, les dejo esta, mi carta de presentación para que todos lo interesados la reflexionen y en artículos sucesivos l
Papa celebra la misa por la Jornada de la Vida Consagrada
En la basílica de San Pedro junto a consagrados religiosos y laicos
Poner a Jesús en medio de su pueblo, es asumir y querer ayudar a cargar la cruz de nuestros hermanos.
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- En la festividad de la Presentación del Señor, y en la XXI Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el papa Francisco presidió en la basílica vaticana de San Pedro la santa misa.
El Santo Padre vistiendo paramentos blancos y portando el palio, celebró junto a sacerdotes de órdenes, congregaciones e institutos religiosos. El coro de la Capilla Sixtina acompañó la liturgia con sus cantos polifónicos y gregorianos.
En la misa participaron miembros de los Institutos de vida consagrada quienes vestían sus hábitos, de diversos colores y confecciones, pero también miembros de las Sociedades de vida apostólica, con sus vestidos diarios.
La ceremonia se abrió con la bendición de las velas, en el día de la Virgen de la Candelaria, y la procesión siguió con la celebración eucarística.
Un ícono representando a la Virgen María con el Niño estaba en el lado izquierdo del altar con un hermoso arreglo floral blanco.
En su homilía Francisco recordó que “Poner a Jesús en medio de su pueblo es tener un corazón contemplativo, capaz de discernir como Dios va caminando por las calles de nuestras ciudades, de nuestros pueblos, en nuestros barrios. Poner a Jesús en medio de su pueblo, es asumir y querer ayudar a cargar la cruz de nuestros hermanos. Es querer tocar las llagas de Jesús en las llagas del mundo, que está herido y anhela, y pide resucitar”.
Advirtió también “la tentación de supervivencia nos hace olvidar la gracia, nos convierte en profesionales de lo sagrado pero no padres, madres o hermanos de la esperanza que hemos sido llamados a profetizar”.
Al concluir la celebración, el cardenal Joao de Aviz, prefecto de la Congregación de la Vida Consagrada y Sociedades de vida apostólica, señaló que al renovar los votos religiosos, se repropone ese primer sí dado a Jesús. La misa concluyó con el canto de la Salve Regina, y al salir inciensó el pesebre ubicado en el ingreso de la basílica.