Reconoce tus debilidades y vuelve a la casa del Padre
- 06 Marzo 2021
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Obispo, 6 de marzo
Martirologio Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España, san Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de Tarragona cuando esta antiquísima sede fue liberada del yugo de los musulmanes († 1137).
Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 25 de mayo de 1675 por el Papa Clemente X.
Breve Biografía
De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:" Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida".
Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor duda.
Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio.
Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre. Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca defraudan del Evangelio.
El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios según los criterios de la época en que le tocó vivir. Cuando vio que su preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como persona humana.
En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o “hobby” por leer a los Santos Padres.
Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista.
El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos regulares de san Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su virtud. Cuando murió el obispo de Barcelona, desde la aristocracia hasta la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario.
El mismo Papa Pascual II tuvo que obligarle a que aceptara el cargo. No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres. Todos eran hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont... Y dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes. Murió en el año 1137.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
“Ningún hombre es suficientemente bueno para gobernar a otro si su consentimiento” (A. Lincoln).
Dios siempre te espera
Santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32. Sábado II de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme poder levantarme después de cada caída y volver a ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.
Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio del día, el hijo pródigo como se le conoce, te invita a que veas al Padre que te pide vuelvas a casa.
Muchas veces en tu vida escuchaste, y tal vez aún sigues escuchando, a tu mamá o papá decirte: ten cuidado, vuelve temprano, etc. Y tu actitud ha sido pensar o decir «que me deje en paz, quiero ser libre para hacer lo que quiero», o «ya tengo familia propia, no me traten como un niño(a), sé lo que hago». O si en los estudios, el trabajo, en una relación afectiva dices: «sé lo que hago»; todos estos pensamientos o actitudes son el mismo comportamiento del hijo que pide su herencia. Es prácticamente decirle a tu papá o mamá «muérete»; como hija(o) no puedes decirle esto pues es imposible pedirle a un padre o madre que te deje de amar, aunque tengan 90 años no dejarás de ser su niña(o).
Por otro lado, cuántas veces te has dado golpes fuertes en la vida, tan fuertes que te han llevado a pensar que tu vida no tiene sentido, que no vale la pena vivir; tal vez porque te preocupas por el «qué dirán», pues sientes que te juzgan o rechazan, porque tus estudios no son un éxito, porque no tienes trabajo, porque algo anda mal en tu trabajo, porque algún proyecto falló, porque saliste embarazada o embarazaste a una chica, o incluso asesinaste o insististe para que alguien lo hiciera – con el llamado aborto -, etc. En fin, te has caído, ahora es tiempo que te levantes; reconoce que Dios te da las fuerzas para salir adelante, – si eres católica(o) – en este periodo de Cuaresma busca un confesor y reconoce tus fallas como el hijo pródigo. Dios te absuelve de antemano y te espera con los brazos abiertos; si no eres católica(o) reconoce que te has equivocado y que es necesario enderezar tu camino reconociendo tu dignidad de persona. Aunque tú no creas también Dios te espera con los brazos abiertos.
Observa a un niño cuando se cae, mira cómo se levanta y llorando vuelve a los brazos de su mamá o papá en busca de consuelo; ellos esperan a sus hijos con los brazos abiertos y curan sus heridas; pues de la misma forma Dios te espera. Reconoce tus debilidades y vuelve a la casa del Padre que te dice: «Hija(o) vuelve a casa que te espero con los brazos abiertos». Cuando veas un crucifijo, mira que Cristo está con los brazos abiertos en espera a que vuelvas a Él, recuerda que con ese gesto siempre te dice: «Levántate y vuelve a casa».
«El abrazo de la reconciliación entre el Padre y toda la humanidad pecadora se dio en el Calvario. Que el crucifijo, signo del amor de Cristo que se inmoló por nuestra salvación, suscite en el corazón de cada hombre y de cada mujer de nuestro tiempo la misma confianza que impulsó al hijo pródigo a decir: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado”. Recibió como don el perdón y la alegría». (San Juan Pablo II, Audiencia, 17 de febrero de 1999).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
El día de hoy agradece a tu mamá o papá el gran amor que tienen, o tuvieron, por ti.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Parábola del hijo pródigo, misericordia del Padre
La misericordia de Dios supera todas las barreras, y, aceptar a Cristo, devuelve a la condición de hijos.
Por: P. Enrique Cases | Fuente: Catholic.net
La riqueza del perdón alcanza cimas insuperables en esta parábola que tanto impresiona a todos. Pero aquí vamos a acercarnos más cosas a la enseñanza del perdón al pecador. En esta parábola los hijos y el padre simbolizan a Israel y los gentiles. Pero también muestra a Dios como muy Padre; y después describe el fondo del corazón humano, en situaciones variadas.
"Un hombre tenía dos hijos. El más joven de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. Y les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo más joven, reuniéndolo todo, se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriosamente. Después de gastar todo, hubo una gran hambre en aquella región y él empezó a pasar necesidad. Fue y se puso a servir a un hombre de aquella región, el cual lo mandó a sus tierras a guardar cerdos; le entraban ganas de saciarse con las algarrobas que comían los cerdos; y nadie se las daba. Recapacitando, se dijo: ¡cuántos jornaleros de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros. Y levantándose se puso en camino hacia la casa de su padre.
Cuando aun estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Comenzó a decirle el hijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: pronto, sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo, y vamos a celebrarlo con un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo.
El hijo mayor estaba en el campo; al volver y acercarse a casa oyó la música y los cantos y, llamando a uno de los criados, le preguntó qué pasaba. Este le dijo: Ha llegado tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado por haberle recobrado sano. Se indignó y no quería entrar, pero su padre salió a convencerlo. El replicó a su padre: Mira cuántos años hace que te sirvo sin desobedecer ninguna orden tuya, y nunca me has dado ni un cabrito para divertirme con mis amigos. Pero en cuanto ha venido este hijo tuyo que devoró tu fortuna con meretrices, has hecho matar para él el ternero cebado. Pero él respondió: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero había que celebrarlo y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"(Lc).
El pecador que se aleja
La parábola admite en una primera lectura, la situación del pecador que se aleja del Padre e incurre en todo tipo de pecados en un uso alocado de la libertad. La carencia de lo mínimo, el hambre que pasa, la indigna situación en que se halla después de haber malgastado toda su herencia, le hace rectificar y volver al Padre en un camino de vuelta, difícil y doloroso. Vive peor que los animales, aunque conserva la conciencia de hijo, a pesar de saberse indigno de ello. Y la actitud del Padre es un desbordarse de cariño: aunque respetando su libertad, el Padre salía diariamente a la espera del hijo; en cuanto le ve llegar, le va al encuentro, le abraza, le besa, le deja hablar; le prepara un convite, le viste con vestiduras ricas, le da el anillo de la reconciliación. Más no se puede pedir este perdón, es un amor extraordinario.
El hijo mayor
El hijo mayor también necesita reconciliación. Se puede ver en él el resentido que no tiene un corazón como el Padre, y se lamenta de la vuelta de su hermano. El Padre también es misericordioso con él, aunque la parábola no dice si entró en el banquete preparado para el hijo menor.
Gentiles, Israel y Dios
Otra significación de la parábola es ver a los gentiles y a Israel ante Dios. El Padre es Dios Padre. El hijo mayor es Israel que siempre ha estado con él, pero necesita una nueva conversión. El hijo menor son los gentiles, que a pesar de todos sus abusos, son de nuevo acogidos por el Padre que quiere que todos los hombres estén en la casa paterna.
La historia enseña que muchos gentiles se abrieron al mensaje de Jesús, aunque largo era el camino que deban recorrer. Pero al pueblo elegido le costó aceptar vivir este amor dilatado del Padre. El Reino de Dios es para todos los hombres, para todos los pueblos, para todas las culturas. La misericordia de Dios supera todas las barreras, y, aceptar a Cristo, devuelve a la condición de hijos; más que perdonados, muy amados.
El Papa inicia su viaje a Iraq
Ha comenzado el 33º viaje apostólico del Papa Francisco.
Francisco es el primer Pontífice que llega a Iraq, cuna de la civilización entre los ríos Tigris y Éufrates, llevando la luz del Evangelio y palabras de amor verdadero a una tierra donde todavía soplan vientos de guerra. El 33º viaje apostólico de Francisco bajo el lema evangélico "Todos son hermanos" ha comenzado esta mañana y finalizará el 8 de marzo. El vuelo que transportaba al Papa despegó a las 7:45 horas del aeropuerto de Fiumicino y está previsto que llegue a Bagdad a las 14:00 horas locales (12:00 horas en Italia).
Saludando a un grupo de refugiados iraquíes
Poco antes, al salir de la Casa Santa Marta a las 7:00 horas en dirección al aeropuerto romano, el Papa -como anunció la Oficina de Prensa del Vaticano- se reunió durante unos momentos con una docena de personas acogidas por la Comunidad de Sant'Egidio y la Cooperativa Auxilium y que se habían refugiado recientemente en Italia procedentes de Iraq. El grupo estuvo acompañado por el limosnero del Papa, el cardenal Konrad Krajewski. Cuando el Papa llegó al aeropuerto de Fiumicino, antes de embarcar en el Airbus A330 de Alitalia -el vuelo número 180 al servicio del Papa- saludó a las autoridades civiles y religiosas presentes, y luego, con su maletín negro en la mano izquierda y la mascarilla en su rostro, subió la escalera para llegar a la puerta de entrada del avión. Aquí, el breve saludo a la tripulación de once personas, compuesta por tres pilotos y ocho auxiliares de vuelo coordinados por el comandante Alberto Colautti. A bordo había también una presencia muy especial deseada por el Papa: era la imagen de la Virgen de Loreto, cien años después de su proclamación como patrona de los aeronautas, y mientras está en marcha el Jubileo de Loreto, que Francisco ha prolongado hasta el 10 de diciembre de 2021.
El telegrama al Presidente Mattarella
En el momento de abandonar el territorio italiano, el Santo Padre envió el habitual telegrama al Presidente de la República, Sergio Mattarella, con el deseo de prosperidad y serenidad a toda la población.
El Papa peregrino y "penitente", como se autodenomina, lleva a Iraq y a toda la región sobre todo un mensaje de esperanza, de fraternidad. Como recordó el Santo Padre el pasado miércoles en la audiencia general, la visita a una nación va acompañada de una ansiosa espera. "Desde hace tiempo -dijo Francisco tras la catequesis- he querido encontrarme con ese pueblo que ha sufrido tanto; encontrarme con esa Iglesia martirizada en la tierra de Abraham. El Papa también recordó el miércoles el deseo incumplido de su predecesor, el Papa Wojtyla, de viajar a Iraq. "El pueblo iraquí -dijo- nos espera; esperaba a San Juan Pablo II, al que se le prohibió ir. No se puede decepcionar a un pueblo por segunda vez".
Mirando al futuro
El primer viaje apostólico a un país de mayoría chiíta, desgarrado en las últimas décadas por conflictos lacerantes, viene también precedido de "un pensamiento insistente". el pensamiento compartido con el Papa el 10 de junio de 2019 durante el encuentro con los participantes en la asamblea de la reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco). "Un pensamiento insistente -dijo el Santo Padre en aquella ocasión- me acompaña al pensar en Iraq, donde tengo el deseo de ir el próximo año, para que mire hacia adelante a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes, incluidos los religiosos, de la sociedad, y no vuelva a caer en las tensiones que provienen de los conflictos nunca dormidos de las potencias regionales".
El programa del primer día en Iraq
Hoy es un día marcado por los primeros encuentros. A su llegada a Bagdad, la primera cita prevista es la del primer ministro iraquí, Mustafa Abdellatif Mshatat, conocido como Al-Kadhimi, en la sala VIP del aeropuerto de la capital. A continuación, traslado al Palacio Presidencial para la ceremonia oficial de bienvenida y la visita de cortesía al Presidente de la República iraquí, Barham Ahmed Salih Qassim, en el estudio privado del Palacio. Al final, el primer discurso oficial que el Papa pronunciará en suelo iraquí dirigido a las autoridades, a la sociedad civil y al cuerpo diplomático, e inmediatamente después, cuando en Italia será hacia las 14.15 horas, el traslado en coche a Bagdad, a la catedral siro-católica de "Nuestra Señora de la Salvación", para el abrazo con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas.
Iraq, un país en el corazón del Papa
Durante su pontificado, Francisco ha expresado repetidamente la esperanza de una auténtica reconciliación en el país del Golfo. En el mensaje Urbi et Orbi para la Pascua de 2013, pocos días después de su elección como Pontífice, alzó la voz pidiendo "la paz en Iraq". El 25 de diciembre de 2013 recordó las plagas de ese querido país, "todavía golpeado por frecuentes ataques". Un año después, en el mensaje Urbi et Orbi para la Pascua de 2014, dirige una oración especial a Jesús: la de "consolar a las víctimas de la violencia fratricida" en el país árabe. En 2015, con motivo de los saludos del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, Francisco recordó que "Oriente Medio está desgraciadamente atravesado también por conflictos que se prolongan desde hace demasiado tiempo y cuyas implicaciones "son escalofriantes también por la difusión del terrorismo de matriz fundamentalista en Siria e Iraq".
En 2016, en el mensaje Urbi et Orbi para la Navidad, el Papa deseó que la población iraquí, sacudida por "atroces acciones terroristas", pudiera volver a encontrar "la unidad y la concordia". Exactamente un año después, el 25 de diciembre de 2017, Francisco pronunció estas palabras: "vemos a Jesús en los niños de Iraq, todavía heridos y divididos por las hostilidades que lo han afectado en los últimos quince años." En 2018, dirigiéndose a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Santo Padre subraya que es necesaria la voluntad de diálogo para que "los diversos componentes étnicos y religiosos puedan encontrar el camino de la reconciliación y de la convivencia y colaboración pacífica". Palabras que preceden a las pronunciadas en 2019 durante el encuentro con el Roaco sobre la importancia de "la participación en la construcción del bien común de todos los componentes, incluidos los religiosos, de la sociedad". El deseo expresado por el Papa de visitar Iraq, a partir de hoy, se convierte en un encuentro, un abrazo, un testimonio.
Confiar en Dios es ponernos en sus manos
Sábado segunda semana Cuaresma. La conversión del corazón, requiere que estemos dispuestos a soltarnos en Él.
Confiar en Dios requiere, de cada uno de nosotros, que nos pongamos en sus manos. Esta confianza en Dios, base de la conversión del corazón, requiere que auténticamente estemos dispuestos a soltarnos en Él.
Cada uno de nosotros, cuando busca convertir su corazón a Dios nuestro Señor y busca acercarse a Él, tiene que pasar por una etapa de espera. Esto puede ser para nuestra alma particularmente difícil, porque aunque en teoría estamos de acuerdo en que la santidad es obra de la gracia, en que la santidad es obra del Espíritu Santo sobre nuestra alma, tendríamos que llegar a ver si efectivamente en la práctica, en lo más hondo de nuestro corazón lo tenemos arraigado, si estamos auténticamente listos interiormente para soltarnos en confianza plena para decir: "Yo estoy listo Señor, confío en Ti"
Desde mi punto de vista, el alma puede a veces perderse en un campo bastante complejo y enredarse en complicaciones interiores: de sentimientos y luchas interiores; o de circunstancias fuera de nosotros, que nos oprimen, que las sentimos particularmente difíciles en determinados momentos de nuestra vida. Son en estas situaciones en las que cada uno de nosotros, para convertir auténticamente el corazón a Dios, no tiene que hacer otra cosa más que confiar.
Qué curioso es que nosotros, a veces, en este camino de conversión del corazón, pensemos que es todo una obra de vivencia personal, de arrepentimiento personal, de virtudes personales.
Estamos en Cuaresma, vamos a Ejercicios y hacemos penitencia, pero ¿cuál es tu actitud interior? ¿Es la actitud de quien espera? ¿La actitud de quien verdaderamente confía en Dios nuestro Señor todos sus cuidados, todo su crecimiento, todo su desarrollo interior? ¿O nuestra actitud interior es más bien una actitud de ser yo el dueño de mi crecimiento espiritual?
Mientras yo no sea capaz de soltarme a Dios nuestro Señor, mi alma va a crecer, se va a desarrollar, pero siempre hasta un límite, en el cual de nuevo Dios se cruce en mi camino y me diga: "¡Qué bueno que has llegado aquí!, ahora tienes que confiar plenamente en mí". Entonces, mi alma puede sentir miedo y puede echarse para atrás; puede caminar por otra ruta y volver a llegar por otro camino, y de nuevo va a acabar encontrándose con Dios nuestro Señor que le dice: "Ahora suéltate a Mí"; una y otra vez, una y otra vez.
Éste es el camino de Dios sobre todas y cada una de nuestras almas. Y mientras nosotros no seamos capaces de dar ese brinco, mientras nosotros no sintamos que toda la conversión espiritual que hemos tenido no es en el fondo sino la preparación para ese soltarnos en Dios nuestro Señor, no estaremos realmente llegando a nada. El esfuerzo exterior sólo tiene fruto y éxito cuando el alma se ha soltado totalmente en Dios nuestro Señor, se ha dejado totalmente en Él. Sin embargo, todos somos conscientes de lo duro y difícil que es.
¿Qué tan lejos está nuestra alma en esta conversión del corazón? ¿Está detenida en ese límite que no nos hemos atrevido a pasar? Aquí está la esencia del crecimiento del alma, de la vuelta a Dios nuestro Señor. Solamente así Dios puede llegar al alma: cuando el alma quiere llegar al Señor, cuando el alma se suelta auténticamente en Él.
Nuestro Señor nos enseña el camino a seguir. La Eucaristía es el don más absoluto de que Dios existe. De alguna forma, con su don, el Señor me enseña mi don a Él. La Eucaristía es el don más profundo de Dios en mi existencia. ¿De qué otra forma más profunda, más grande, más completa, puede dárseme Dios nuestro Señor?
Hagamos que la Eucaristía en nuestras almas dé fruto. Ese fruto de soltarnos a Él, de no permitir que cavilaciones, pensamientos, sentimientos, ilusiones, fantasías, circunstancias, estén siendo obstáculos para ponernos totalmente en Dios nuestro Señor. Porque si nosotros, siendo malos, podemos dar cosas buenas, ¿cómo el Padre que está en los Cielos, no les va a dar cosas buenas a los que se sueltan en Él, a los que esperan de Él?
Pidámosle a Jesucristo hacer de esta conversión del corazón, un soltar, un entregarnos plenamente en nuestro interior y en nuestras obras a Dios. Sigamos el ejemplo que Cristo nos da en la Eucaristía y transformemos nuestro corazón en un lugar en el cual Dios nuestro Señor se encuentra auténticamente como en su casa, se encuentra verdaderamente amado y se encuentra con el don total de cada uno de nosotros.
Decálogo cuaresmal del cristiano hoy
Un tiempo propicio para encontrar la paz del corazón, para retomar el camino de Dios, que es un camino de amor, armonía y paz.
¿SABES QUÉ ES LA CUARESMA?
Un tiempo propicio para encontrar la paz del corazón, para retomar el camino de Dios, que es un camino de amor, armonía y paz. Paz que nace del saber que somos amados y perdonados por Dios y del saber que correspondemos a ese amor.
La Cuaresma es una oportunidad para «volver a ser» cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo.
La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. Ciertamente este itinerario de conversión evangélica no puede limitarse a un período particular del año: es un camino de todos los días, que tiene que abarcar toda la existencia, cada día de nuestra vida.
San Agustín dijo en una ocasión que nuestra vida es un ejercicio único del deseo de acercarnos a Dios, de ser capaces de dejar entrar a Dios en nuestro ser. «Toda la vida del cristiano fervoroso -dice- es un santo deseo».
Si esto es así, en Cuaresma se nos invita aún más a «arrancar de nuestros deseos las raíces de la vanidad» para educar el corazón en el deseo, es decir, en el amor de Dios. Dios -dice San Agustín- es todo lo que deseamos» (Cf. «Tract. in Iohn.», 4).
Y esperamos que realmente comencemos a desear a Dios, y de este modo desear la verdadera vida, el amor mismo y la verdad (Benedicto XVI, 27 de febrero de 2007).
1. Amarás a Dios. Le amarás sin retóricas, como a tu padre, como a tu amigo. No tengas nunca una fe que no se traduzca en amor. Recuerda siempre que tu Dios no es una energía, un abstracto, la conclusión de un silogismo, sino Alguien que te ama y a quien tienes que amar... Y, al mismo tiempo que amas a Dios, huye de esos ídolos que nunca te amarán pero podrían dominarte: el poder, el confort, el dinero, el sentimentalismo, la violencia.
2. No usarás en vano las palabras: Dios, familia, amor. No las uses jamás contra nadie, jamás para sacar jugo de ellas, jamás para tu propia conveniencia.
3. Piensa siempre que el domingo está muy bien inventado, que tú no eres un animal de carga creado para sudar y morir. Impón a ese desgastante exceso de trabajo, que te acosa y te asedia, algunas pausas de silencio para encontrarte con la soledad, con la música, con la naturaleza, con tu propia alma, con Dios en definitiva.
4. Recuerda siempre que lo mejor de ti lo heredaste de tu padre y de tu madre.
5. No olvides que naciste carnívoro y agresivo y que, aunque algún filósofo dijo que el “hombre era Lobo para el hombre”, nosotros cristianos no lo somos, aunque te es más fácil matar que amar. Vive despierto para no hacer daño a nadie, demostremos que tenemos razón, libertad y voluntad para respetar a todos.
6. No temas ni la amistad, ni el amor. Pero no caigas nunca en esa gran trampa de creer que el amor es recolectar placer para ti mismo, cuando es transmitir alegría a los demás.
7. No robarás a nadie su derecho a ser libre. Recuerda que te dieron el alma para repartirla y que roba todo aquel que no la reparte, lo mismo que se estancan y se pudren los ríos que no corren.
8. Recuerda que, de todas tus armas, la más peligrosa es la lengua. Rinde culto a la verdad, pero no olvides nunca dos cosas: que jamás acabarás de encontrarla completa y que en ningún caso debes imponerla a los demás.
9. No desearás la mujer de tu prójimo, ni su casa, ni su coche, ni su sueldo. No dejes nunca que tu corazón se convierta en un cementerio de chatarra, en un cementerio de deseos innobles.
10. No codiciarás los bienes ajenos ni tampoco los propios. Sólo de una cosa puedes ser avaro: de tu tiempo, de llenar la vida de los años -pocos o muchos- que te fueron concedidos.
La Cuaresma avanza y todos, al inicio de estos 40 días, comenzamos con buenos propósitos para ser mejores y al final sentirnos amados por Dios y en su casa. ¿Ya has regresado?, ¿vas de camino?, ¿qué te falta?, ¿cuánto te falta por llegar?, ¿qué último esfuerzo debes hacer? Aún tenemos esta semana para decir al Señor, que SÍ QUEREMOS.
PRECES
A Dios, que no se cansa de esperar el retorno del hijo pródigo, digámosle:
R/MTu misericordia reafirma nuestra esperanza.
Tú eres lento a la cólera y rico en piedad,
– aumenta en nosotros el deseo de ser santos.MR/
Jesús murió en la cruz por el bien de la Iglesia,
– haz que crezca el número de los bautizados.MR/
No te cansas de esperar al que se ha extraviado,
– que te encuentren los que te buscan.MR/
Tu Hijo vino al mundo a buscar la oveja perdida,
– haz que los pecadores se conviertan.MR/
Líbranos de la tentación de creernos buenos,
– y haz que sintamos siempre la necesidad de convertirnos.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que, por medio de los sacramentos, nos permites, ya en la tierra, participar de los bienes del cielo, dirígenos tú mismo en esta la vida, para que nos lleves hacia esa luz en la que habitas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Papa Francisco: Pido perdón al cielo por tanta crueldad en Irak
Primer día del viaje apostólico a Irak: El papa Francisco es el primer Sucesor de Pedro de la historia en visitar la tierra de Abraham
El papa Francisco es el primer Sucesor de Pedro de la historia que visita la tierra de Abraham, este viernes, 5 de marzo de 2021. Un viaje «deseado» y complejo a causa de la pandemia, el terrorismo en Irak.
«Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo, Príncipe de la Paz. ¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak! San Juan Pablo II no escatimó iniciativas, y sobre todo ofreció oraciones y sufrimientos por esto».
El pontífice dijo que era una visita «tan esperada» al país, cuna de la civilización, y relacionado con «la historia de la salvación», que involucra las «tradiciones religiosas del judaísmo, del cristianismo y del islam».
En su primer discurso ante las autoridades civiles del país, el Obispo de Roma recordó «la antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra y su contribución a la vida del país». Asimismo, defendió su «rica herencia, que quiere poder seguir al servicio de todos».
No a la violencia
«Que callen las armas, que se evite su proliferación, aquí y en todas partes», afirmó el Papa en su discurso pronunciado durante el Encuentro con las Autoridades Políticas y Religiosas, los representantes de la Sociedad Civil y los Miembros del Cuerpo Diplomático.
En el salón del Palacio Presidencial en Bagdad, tras el saludo del Presidente de la República de Irak, Barham Ahmed Salih Qassim, el Papa exhortó: «Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local».
«Que se dé voz a los constructores, a los artesanos de la paz, a los pequeños, a los pobres, a la gente sencilla, que quiere vivir, trabajar y rezar en paz. No más violencia, extremismos, facciones, intolerancias; que se dé espacio a todos los ciudadanos que quieren construir juntos este país».
Entretanto, pidió a la comunidad internacional de promover “la paz en esta tierra y en todo el Oriente Medio”. Agradeció a los “Estados y a las Organizaciones internacionales» que brindan asistencia a los refugiados, a los desplazados internos”. En especial, los organismos católicos.
Al final, Francisco y el Presidente se despidieron en la entrada del Palacio Presidencial. Luego, Francisco se trasladó en coche a la catedral siro-católica de Nuestra Señora de la Salvación para el encuentro con los obispos y religiosos.
Ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial de Bagdad
Por su parte, el Presidente de la República de Irak, Sr. Barham Ahmed Salih Qassim, agradeció al papa Francisco por su visita: “Sabemos que usted sufre por las tragedias del pueblo de Irak”.
El mandatario se comprometió a mejorar la vida de los cristianos en el país y para que no suceda nunca una masacre como la perpetrada en 2010 por yihadistas que asesinaron a 48 cristianos en la Catedral de Bagdad durante una misa. «No se puede imaginar el Oriente Próximo sin los cristianos», dijo.
El Papa: Un deber viajar a Irak
En el vuelo desde Roma a Bagdad, el Papa dijo a los periodistas que deseaba mucho realizar este viaje y que era un “deber” venir a una nación que ha sufrido mucho.
El Papa agradeció a los 75 periodistas internacionales que le acompañan en su itinerario de tres días; manifestó su alegría de hacerlo después de una pausa de 15 meses a causa de la pandemia. «No puedo darles la mano», bromeó.
Además, recordó el dolor de los cristianos perseguidos por el Estado Islámico y las vejaciones en contra de otras minorías como los yazidíes.
El Pontífice llegó a medio día al Aeropuerto Internacional de Bagdad y participó allí en una recepción oficial en la Sala para los huéspedes de honor. El homenaje al Papa con música, himnos y cantos de bienvenida.
A su llegada al aeropuerto, el papa Francisco ha sido saludado por el Primer Ministro de la República de Irak, D. Mustafa Abdellatif Mshatat, conocido como Al- Kadhimi. Dos niños con trajes tradicionales le entregaron una ofrenda floral al Papa.
Tras la presentación de las respectivas delegaciones y de la guardia de honor, Francisco y el Primer Ministro se dirigieron a la sala VIP del aeropuerto para mantener un breve encuentro privado.
Al final del encuentro, tras las fotos oficiales, el Papa se trasladó en un automóvil BMW negro, blindado, al Palacio Presidencial para la Ceremonia Oficial de Bienvenida.
Tanques de guerra, camionetas militares, y algunas multitudes con banderas del Vaticano y de Irak saludaban en los bordes de la carretera el paso de la caravana papal.
Sucesivamente, en la tarde, 13:00 hora de Roma, tuvo lugar la Ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial de Bagdad.
Viaje intenso de tres días
Durante este viaje, el Papa recorrerá 1.500 kilómetros dentro de Irak. Viajará dos veces en un helicóptero militar desde Erbil a Mosul y luego a Qaraqosh. En cuatro días, el pontífice pasará unas 15 horas en el cielo.
Se trata de un itinerarioque llevará al Pontífice, entre otros lugares; a la llanura de Ur, el Kurdistán iraquí y la llanura de Nínive, donde buscará alentar “la construcción de un futuro de paz”.
Entre los aspectos más destacados de este viaje, el pontífice se reunirá el 6 de marzo con el líder religioso de los musulmanes chiítas iraquíes, el ayatolá Ali al-Sistani, en Najaf.
Al ir al norte del país el 7 de marzo, se trasladará para abrazar a los cristianos en Mosul, primero para una oración en sufragio por las víctimas de la guerra contra el Estado Islámico, luego en Qaraqosh para un encuentro con la comunidad.