Cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí
- 21 Marzo 2021
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Serapión el Escolástico, Santo
Obispo, 21 de marzo
Obispo de Thmuis
Martirologio Romano: En Egipto, san Serapión, anacoreta († c.370).
Etimológicamente: Serapión = “perteneciente a la divinidad de Serapis”. Viene de la lengua griega.
Breve Biografía
A este monje egipcio se le conoce también como Serapión de Thmuis.
La fecha de su muerte se sitúa más o menos entre los años 365 y 370.
Las características que mejor lo definen son, sin duda, su penetrante inteligencia y su elocuencia. Gracias a ellas tuvo en la Iglesia un papel relevante.
Estudió en la célebre escuela catequética de Alejandría. Después se dedicó a la vida eremítica. En este campo tuvo un maestro excepcional, san Antonio. A nivel intelectual, encontró en san Atanasio un amigo sincero. Lo recuerda con cariño en su libro “Vida de san Antonio. Al separase, le dejó su túnica.
Lo nombraron obispo de Thmuis en el delta del Nilo. Se le reconoció en seguida por su carácter de dirigente en los asuntos eclesiásticos y por su clara y transparente oposición al arrianismo.
El propio san Jerónimo lo eligió como confesor. Por su vida pastoral como cabeza de la diócesis rondaba la idea de escribir un libro magnífico contra los maniqueos. Defiende en contra de ellos la doctrina de que nuestros cuerpos son instrumentos para el bien o para el mal. Todo depende de la disposición del corazón.
Los maniqueos sostienen que el alma es obra de Dios, pero nuestros cuerpos lo son del diablo.
También escribió varias cartas y un libro basado en los títulos de los Salmos, pero no queda ninguno.
En el año 1899 se descubrió el libro más conocido sobre los santos, llamado Eucologio. Es una colección litúrgica de oraciones que él mismo empleó cuando era obispo.
Es interesante para conocer la adoración y la fe de los primeros cristianos egipcios.
Frecuentemente repetía esta expresión llena de contenido:"La mente se purifica por el conocimiento, las pasiones espirituales del alma con la caridad y los apetitos desordenados con la abstinencia y la penitencia.."
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Pasos para conocer mejor a Jesús
Santo Evangelio según san Juan 12, 20-33. Domingo V de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, por favor ilumina mis pasos para conocerte y poder amarte cada día más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 12, 20-33
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le pidieron: «Señor, quisiéramos ver a Jesús».
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y el les respondió: «Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor; el que me sirve, será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿Le voy a decir a mi Padre: ‘Padre, líbrame de esta hora?’ No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre». Se oyó entonces una voz que decía: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo».
De entre los que estaban allí presentes y oyeron aquella voz; unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: «Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el Príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí». Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Si queremos avanzar correctamente en el camino de la vida, es necesario tener en cuenta que, ir dando pasos no será fácil; posiblemente haya momentos de angustia o cansancio, caídas; incluso se presentarán caminos más sencillos, pero no necesariamente son los mejores o son caminos que no tienen salida. A imagen de este caminar por la vida, vamos a descubrir bajo la luz del Espíritu Santo, cuáles son los pasos que debemos dar para avanzar en el camino del conocimiento de Jesús, el cual, si es bien recorrido, nos hará fecundos y traerá alegría a nuestra vida, pues con cada paso que demos, se inflamará nuestro corazón de amor por Él.
A ejemplo de estos griegos que habían llegado a Jerusalén, debemos de dar el primer paso, el de querer conocerlo y decirle: «Señor, queremos verte, queremos conocerte, pues nadie ama lo desconocido», como nos enseña san Agustín. Por otra parte, para que se dé un verdadero conocimiento, basta con dar el paso de la renuncia, es él más difícil pues implica morir a nosotros mismos, a nuestros prejuicios, ideas, opiniones, creencias de lo que es Dios, y dejar que realmente sea Dios quien toque nuestra vida, no según nuestros esquemas, sino según su santa voluntad. Hay que pedir, recordando que a aquél que pide se le dará y a aquél que busca encontrará (Mateo 7, 8).
Finalmente, para conocer a Jesús después de haber dado el paso de la búsqueda, del querer conocerlo y el de renunciar a uno mismo, hay que dar el paso de la fe, reconociendo que Jesucristo, ha venido al mundo y ha muerto por amor a cada uno de sus hijos.
«Cada uno de nosotros está en camino. Pensemos en esto: los Apóstoles, los predicadores, los primeros, tenían necesidad de hacer comprender que Dios ha amado, ha elegido, ha amado a su pueblo en camino, siempre».
(Papa Francisco, 11 de mayo de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me esforzaré por tener un verdadero diálogo con Dios y viviré en comunión con Él durante mi día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Los primeros depositarios o receptores de ese amor servicial deben ser los integrantes de nuestra propia familia
En una de las ocasiones que los discípulos vinieron a Jesús, le preguntaron quién podría ser el primero de entre todos ellos, y Él les respondió: “el de ustedes que quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos; hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por una muchedumbre”. (Mateo 20:26-28)
El servicio fue una de las mayores manifestaciones del amor de Cristo hacia nosotros. Desde que inició su ministerio en la tierra, tras ser bautizado por Juan el Bautista, nuestro Señor dedicó su tiempo a enseñar sobre el reino de los cielos, sanar a los enfermos, ayudar a los necesitados, preparar a sus discípulos, ¡resucitar a los muertos!, etcétera.
Debió ser abrumador, día tras día, permanecer en esa actitud de servicio, ver a las multitudes venir en pos de Él en busca de ayuda, y ofrecer siempre compasión y misericordia a aquellos que lo necesitaban. Sin embargo, es obvio que su servicio era una respuesta natural de su amor. Era éste lo que lo impulsaba a continuar haciendo bien a los demás, y a seguir obedeciendo la voluntad de su Padre.480p
El servicio de Jesús era parte de su naturaleza humilde. Y dicho servicio fue tan legítimo, tan constante y tan extremo, que pronto se convirtió en sacrificio. El Padre lo envió, pero Jesús decidió entregar su vida voluntariamente por todos nosotros, a pesar de que sabía que al final el precio sería la muerte. Su tiempo, su dedicación, su vida entera fueron dedicados a un propósito específico, a una misión única: la salvación de la humanidad, y no se detuvo sino hasta llegar al final, la cruz.
Lo que debe inspirarnos a servir es el amor. El amor a Dios y el amor a los demás. Dice el apóstol Pablo: “Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor y no para los hombres”. (Colosenses 3:23). Sin embargo, sabemos que también el amor a los demás nos inspira a servirlos cuando tienen alguna necesidad. No para obtener alabanza y mérito, sino por un amor puro, no sólo incondicional sino sacrificial.
Los primeros depositarios o receptores de ese amor servicial deben ser los integrantes de nuestra propia familia, pues ¿cómo podemos ir y amar a otros si no amamos antes a nuestra familia y hacemos nuestro hogar el lugar óptimo para el servicio?
En la respuesta de Jesús a sus discípulos Él utiliza la palabra siervo, pero también la palabra “esclavo”. Si lo pensamos de manera coloquial, ser esclavo de algo o de alguien no hace sentido, especialmente en este siglo, cuando se habla tanto del amor propio, la autoestima, los derechos civiles, la equidad, etcétera. Pero lo que Cristo quería decir es que, cuando una persona decide servir a los demás, sin límites, aprovechando cada oportunidad, o incluso buscando la oportunidad, su dedicación y entrega pueden ser comparables a las de un esclavo, con la diferencia de que el esclavo lo es en contra de su voluntad, pero quien elige ser “esclavo” de otros sirviéndolos lo hace por deseo propio, y lo hace gozoso, no con amargura.
Dios ama a los que se humillan y los exalta; Dios ama a los que sirven y les da un lugar especial; Dios ama a los que aman y los recompensa abundantemente.
Escuchar el grito de los pobres que resuena en nuestro interior
Papa Francisco a los miembros de la organización católica FIDESCO.
El Papa Francisco recibió esta mañana audiencia a los directivos y voluntarios de FIDESCO, la Organización católica no gubernamental de solidaridad internacional. Su nombre se compone por las palabras “Fides” y “co”, para significar “fe y cooperación”. Y se ocupa de la implementación de proyectos de desarrollo en los países del sur del mundo, tras ser fundada hace 40 años, en 1981, por la Comunidad de Emmanuel. De hecho, FIDESCO envía voluntarios formados profesionalmente en respuesta a una necesidad o petición, que trabajan sin importar su religión, etnia o cultura, en una gran variedad de campos: educación, construcción, salud, agricultura, y también en dispensarios, campos de refugiados o centros para niños de la calle, además de otras realidades.
Peregrinación a las tumbas de los Apóstoles
En su discurso el Pontífice manifestó su complacencia al darles la bienvenida a estos queridos hermanos y hermanas, en el ámbito de la peregrinación a Roma con motivo del 40º aniversario de su fundación al servicio de la Iglesia y del desarrollo. Y tras agradecer a su Director las palabras de saludo y presentación, el Papa les recordó:
“Su peregrinación a las tumbas de los Apóstoles les permite enraizar aún más las acciones que realizan diariamente en su fe en Cristo muerto y resucitado y en el corazón de la misión de la Iglesia. Deseo que esta renovación espiritual que están viviendo, caracterizada por una connotación penitencial en este tiempo de Cuaresma, los haga volver a sus hermanos y hermanas aún más entusiastas y gozosos”.
Desear, buscar y cuidar el bien de los demás
Glosando un párrafo de su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, el Papa les recordó que además de dejarse amar por Dios hay que “amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás” (178). Y añadió:
“Es este "bien de los demás" el que buscan, impulsados por el soplo del Espíritu, cuando deciden partir por unos años con la organización FIDESCO para servir a sus hermanos y a las hermanas más lejanos, menos afortunados, más desfavorecidos, con menos oportunidades que ustedes, y sin embargo igualmente amados por Dios y dotados de dignidad”.
Todo ser humano es un hermano o hermana
Además, al destacar que la Iglesia en estos días “entra en la gran meditación de la Pasión del Señor”, el Santo Padre les recordó que “el Cristo sufriente está presente en el pobre, en el excluido, en el enfermo y en el hambriento que lleva con Él el misterio de la cruz”. De manera que todos ellos se beneficiarán viviendo “plenamente este tiempo de la Pasión” para tomar de la fuente de su misma misión.
“Todo ser humano es un hermano o hermana para mí. Los invito a que, cuando estén en medio de su misión, con su relación personal con el Señor y con su vida de fe, conserven intactos el asombro, la fascinación, el entusiasmo de vivir el Evangelio de la fraternidad. Lo necesitamos en los momentos más difíciles de soledad, desánimo, desilusión...”.
Acelerar la instauración del Reino de Dios
El Papa Francisco dio asimismo las gracias a FIDESCO, y agradeció al Señor el trabajo realizado en estos cuarenta años de servicio misionero, así como el testimonio dado de Cristo, que vino a salvar a todo el hombre y a todos los hombres. Y afirmó que su “acción solidaria se orienta, en efecto, hacia el desarrollo integral de las personas, hacia la atención no sólo de sus necesidades materiales, sino también de su integración social, de su crecimiento intelectual, cultural y espiritual, dando a cada uno su propia dignidad”.
“Los animo a perseverar en este camino, permaneciendo enraizados en la doctrina social de la Iglesia. Hoy es más importante que nunca que los fieles de Cristo sean testigos de la ternura y la compasión. Escuchar el grito de los pobres que resuena en nuestro interior, dejarse provocar por el sufrimiento de los demás y decidirse a salir a tocar sus heridas, que son las heridas de Cristo, no sólo nos hace participar en la construcción de un mundo más bello, más fraterno, más evangélico, sino que fortalece a la Iglesia en su misión de acelerar la instauración del Reino de Dios”.
Por último, el Santo Padre subrayó el crecimiento personal que puede aportar un compromiso, aunque sea temporal, en su asociación, tanto a nivel humano como a nivel de fe. Y les dijo que quienes se comprometen con sus misiones encuentran no sólo la oportunidad de abrirse al mundo y a las culturas, sino también los medios para responder a la misericordia de Dios. Y tras destacar, una vez más, la oportunidad que ofrecen, “especialmente a los más jóvenes, de crecer en fe y en humanidad” que “es digna de reconocimiento”, se despidió con estas palabras:
“Les deseo una buena peregrinación y encomiendo a todos los miembros de FINESCO, a la protección de la Virgen María. Los bendigo de corazón y les pido, por favor, que recen por mí. ¡Gracias.
Desear, buscar y cuidar el bien de los demás
Glosando un párrafo de su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, el Papa les recordó que además de dejarse amar por Dios hay que “amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás” (178). Y añadió:
“Es este "bien de los demás" el que buscan, impulsados por el soplo del Espíritu, cuando deciden partir por unos años con la organización FIDESCO para servir a sus hermanos y a las hermanas más lejanos, menos afortunados, más desfavorecidos, con menos oportunidades que ustedes, y sin embargo igualmente amados por Dios y dotados de dignidad”.
Todo ser humano es un hermano o hermana
Además, al destacar que la Iglesia en estos días “entra en la gran meditación de la Pasión del Señor”, el Santo Padre les recordó que “el Cristo sufriente está presente en el pobre, en el excluido, en el enfermo y en el hambriento que lleva con Él el misterio de la cruz”. De manera que todos ellos se beneficiarán viviendo “plenamente este tiempo de la Pasión” para tomar de la fuente de su misma misión.
“Todo ser humano es un hermano o hermana para mí. Los invito a que, cuando estén en medio de su misión, con su relación personal con el Señor y con su vida de fe, conserven intactos el asombro, la fascinación, el entusiasmo de vivir el Evangelio de la fraternidad. Lo necesitamos en los momentos más difíciles de soledad, desánimo, desilusión...”.
Acelerar la instauración del Reino de Dios
El Papa Francisco dio asimismo las gracias a FIDESCO, y agradeció al Señor el trabajo realizado en estos cuarenta años de servicio misionero, así como el testimonio dado de Cristo, que vino a salvar a todo el hombre y a todos los hombres. Y afirmó que su “acción solidaria se orienta, en efecto, hacia el desarrollo integral de las personas, hacia la atención no sólo de sus necesidades materiales, sino también de su integración social, de su crecimiento intelectual, cultural y espiritual, dando a cada uno su propia dignidad”.
“Los animo a perseverar en este camino, permaneciendo enraizados en la doctrina social de la Iglesia. Hoy es más importante que nunca que los fieles de Cristo sean testigos de la ternura y la compasión. Escuchar el grito de los pobres que resuena en nuestro interior, dejarse provocar por el sufrimiento de los demás y decidirse a salir a tocar sus heridas, que son las heridas de Cristo, no sólo nos hace participar en la construcción de un mundo más bello, más fraterno, más evangélico, sino que fortalece a la Iglesia en su misión de acelerar la instauración del Reino de Dios”.
Por último, el Santo Padre subrayó el crecimiento personal que puede aportar un compromiso, aunque sea temporal, en su asociación, tanto a nivel humano como a nivel de fe. Y les dijo que quienes se comprometen con sus misiones encuentran no sólo la oportunidad de abrirse al mundo y a las culturas, sino también los medios para responder a la misericordia de Dios. Y tras destacar, una vez más, la oportunidad que ofrecen, “especialmente a los más jóvenes, de crecer en fe y en humanidad” que “es digna de reconocimiento”, se despidió con estas palabras:
“Les deseo una buena peregrinación y encomiendo a todos los miembros de FINESCO, a la protección de la Virgen María. Los bendigo de corazón y les pido, por favor, que recen por mí. ¡Gracias!”.
Algunos consejos del Papa Francisco para vivir con misericordia esta Cuaresma
Solemos pensar que la Cuaresma es un tiempo triste lleno de renuncias y de sacrificios.
Solemos pensar que la Cuaresma es un tiempo triste lleno de renuncias y de sacrificios. Un tiempo aburrido donde tenemos que dejar de hacer las cosas divertidas que habitualmente hacemos. ¿Pero qué tal si te decimos que es un momento para vivir la alegría?, ¿suena un poco raro no? Tiene sentido cuando miramos el amor de Dios manifestado en su Misericordia, ¡que mayor alegría que la de experimentarnos amados y saber que podemos amar con la misma misericordia a los demás! Dejemos que sea el Padre Seba quién nos explique mejor en qué consiste esto…
«La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo» (Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2016)
La entrada Algunos consejos del Papa Francisco para vivir con misericordia esta Cuaresma @Padre_Seba se publicó primero en Catholic-Link.
El Padre Sebastián es chileno y sacerdote hace un año. Vive en Maipú, donde trabaja en una parroquia y además es capellán de la Universidad Gabriela Mistral.
Poemas Arcaicos de contenido Cristiano
Esta versión es un poco distinta, quizá más antigua, que la recensión bizantina, la conocida por nosotros. Parece claro que el texto evolucionó por influjo de las cuestiones cristológicas de los siglos III y IV.
Además del poema, presentado en el número anterior, conocemos la versión del Gloria in excelsis o Gloria maior , transmitida por las Constituciones apostólicas (17, 47). Esta versión es un poco distinta, quizá más antigua, que la recensión bizantina, la conocida por nosotros. Parece claro que el texto evolucionó por influjo de las cuestiones cristológicas de los siglos III y IV. De las alabanzas al único Dios verdadero se pa-saba a la adoración del Cordero, como en los cuadros del triunfo de Dios que nos presenta el Apocalipsi
Gloria in excelsis Deo et in terra pax,
in hominibus bona voluntas (cfr Lc. 2, 14).
Laudamus te,
hymnis celebramus te,
benedicimus te,
glorificamus te,
adoramus te per magnum Pontificem,
te Deum verum,
ingenitum unum,
solum inaccessibilem,
propter magnam gloriam tuam.
Domine Rex caelestis,
Deus Pater omnipotens,
Domine Deus,
Pater Christi,
Agni immaculati qui tollit peccata mundi:
Suscipe deprecationem nostram,
qui sedes super Cherubim (Ps. 79, 2)
Quoniam tu solus sanctus,
tu solus Dominus Dei universae naturae creatae
,Iesus Christus, Rex noster, [per quem gloria, honor et reverentia].
Un tercer poema arcaico sigue un procedimiento semejante: una expresión bíblica de alabanza se enriquece por medio de amplificaciones.
Laudate pueri Dominum,
laudate nomen Domini (Ps. 112, 1).
Laudamus te,
hymnis celebramus te,
benedicimus te,
propter magnam gloriam tuam,
Domine Rex,
Pater Christi immaculati Agni,
qui tollit peccata mundi.
Te decet laus,
te decet hymnus (Ps. 64, 2),
te decet gloria,
Deum et Patrem
per Filiumin
sancto Spiritu,
in saecula saeculorum. Amen
Hay que subrayar el método expresivo que consiste en la acumulación de sinónimos, sea para intensificar el efecto contemplativo de los atributos divinos – Deus, Dominus, Pater, Rex, Domine Deus, solus sanctus, Deus Pater omnipotens, Rex caelestis –, sea para fomentar la adhesión interior a la acción de la Iglesia – laudamus, hymnis celebramus, benedicimus, glorificamus, adoramus. A estos dos poemas o himnos habría que añadir el Te Deum laudamus.
Preces
Jesús nos ha dicho: «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor». Con fe, le pedimos:
R/M Señor, atráenos con tu amor.
Que tu Iglesia sepa salir al encuentro de nuestra generación,
– y no le falte creatividad para responder a sus necesidades.MR/
Líbranos de encerrarnos en nosotros mismos,
– para que nuestro corazón esté abierto al amor a los hermanos.MR/
Que sepamos intensificar el tiempo dedicado a la oración,
– para que, en diálogo contigo, comprendamos lo que esperas de nosotros.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
Oración
Te pedimos, Señor Dios nuestro, que, con tu ayuda, avancemos animosamente hacia aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Ángelus del Papa: Un ejemplo vale más que mil palabras
HANDOUT / VATICAN MEDIA / AFP
21/03/21
El Papa Francisco ha reflexionado desde la Biblioteca Apostólica sobre el Evangelio del día según san Juan, invitándonos a sembrar semillas de amor “no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes”
El Apóstol Juan hoy relata un episodio que ocurrió en los últimos días de vida de Cristo, poco antes de su Pasión: Mientras Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta de pascua, algunos griegos, llenos de curiosidad por lo que estaba haciendo, expresaron su deseo de verlo. Se acercaron al apóstol Felipe y le dijeron: «Queremos ver a Jesús». Felipe se lo dice a Andrés y luego juntos van a decírselo al Maestro. El Papa Francisco, ha asegurado este mediodía antes de rezar la oración mariana del Ángelus, que en la petición de aquellos griegos “se puede ver la súplica que muchos hombres y mujeres, en todo lugar y tiempo, dirigen a la Iglesia y también a cada uno de nosotros: ‘Queremos ver a Jesús’”.
Inmediatamente, el Santo padre ha preguntado: ¿Cómo responde Jesús a esta petición? y ha contestado: “de un modo que lleva a reflexionar. Dice así: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre […] Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto»”. Francisco señala que estas palabras “no parecen responder a la petición que habían hecho aquellos griegos” pues en realidad “van más allá”. De hecho, el Papa subraya que “Jesús revela que Él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto” como diciendo: “si queréis conocerme y comprenderme, mirad el grano de trigo que muere en la tierra, mirad la cruz”.
El crucifijo como “árbol de la vida”
Francisco también se ha parado a reflexionar sobre el signo de la cruz, recordando que a lo largo de los siglos “se ha convertido en el emblema por excelencia de los cristianos”. De hecho – dice – “quien también hoy quiere “ver a Jesús”, tal vez proveniente de países y culturas donde el cristianismo es poco conocido, ¿qué ve en primer lugar? ¿Cuál es el signo más común que encuentra? El crucifijo”. El Papa explica que el crucifijo lo encontramos en las iglesias, en los hogares de los cristianos, incluso en el propio cuerpo, pero lo más importante es “que el signo sea coherente con el Evangelio: la cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el “árbol de la vida”, de la vida sobreabundante”.
La responsabilidad de los cristianos
“Mucha gente, a menudo sin decirlo implícitamente, quisiera “ver a Jesús”, encontrarlo, conocerlo” continúa el Papa, y es por ello que es importante comprender la gran responsabilidad de los cristianos y de nuestras comunidades: “Nosotros también debemos responder con el testimonio de una vida que se entrega en el servicio. De una vida que tome el estilo de Dios, cercanía, compasión, que se dona en el servicio». Se trata – subraya – «de sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes», «no con condenas de odio sino con gestos de amor». Francisco asegura que es entonces que el Señor, con su gracia, «nos hace fructificar, incluso cuando el terreno es árido por incomprensiones, dificultades, persecuciones, pretensiones de legalismos o moralismos».
Por último, recuerda que es precisamente en la prueba y en la soledad, mientras muere la semilla “que brota la vida para dar fruto maduro en su momento” y es en esta trama de muerte y de vida “que podemos experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del amor” y repite una vez más: «que se da según el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura».