“Desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno… y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.”

Francisco, con los policías itallianos y sus familias

La piedad popular: “lugar teológico”
El papa Francisco, ¿teólogo del pueblo?
La evangelización como inculturación y el pueblo como poliedro

Juan Carlos Scannone, 25 de mayo de 2015 a las 09:25

La Teología del Papa, sin dejar de ser honda, se expresa en lenguaje sencillo y accesible a todos, a cada uno según su capacidad, como la de Jesús mismo en los Evangelios

En varias ocasiones se ha afirmado que la teología argentina del pueblo constituye una de las raíces teológicas de la pastoral del papa Francisco.[1] En este artículo profundizaré algo más en la misma cuestión, planteándome el interrogante que le sirve de título. Pues el Papa ̶ antiguo profesor de teología pastoral ̶ aunque es ante todo pastor, no sólo se basa en muchos planteos en la teología del pueblo, sino que la ahonda por su cuenta, avanzando sistemáticamente en algunos puntos clave.

El pueblo y la figura del poliedro

"Pueblo" es una categoría clave tanto para Francisco ̶ quien desde hace mucho se refiere frecuentemente al "santo pueblo fiel" de Dios ̶, como para Lucio Gera, Rafael Tello y sus seguidores. Un papel importante le cupo a Justino O'Farrell, quien sirvió de nexo en los años 60 entre la Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL), que dichos teólogos lideraban, y las Cátedras Nacionales de Sociología de la Universidad de Buenos Aires.[2] Pues éstas privilegiaban dicha categoría ̶ tomada de la historia latinoamericana y argentina, con respecto a las de las sociología liberal y la marxista ̶ .

Una objeción que se le hace es la de uniformizar las diferencias, por ejemplo, de clase, en una especie de conglomerado homogéneo, fácilmente manipulable por un líder carismático.Precisamente en este punto se da un claro avance del Papa en la precisión del concepto de "pueblo", tanto aplicado a los pueblos-nación como al Pueblo de Dios. Pues explícitamente rechaza el modelo de la esfera, "donde cada punto es equidistante del centro y no hay diferencias entre unos y otros" (Evangelii Gaudium 236).[3] Y le contrapone el "del poliedro, que refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan su originalidad" (ib.).

Al final del mismo párrafo lo aplica al orden civil global y nacional, afirmando: "Es la conjunción de pueblos, que en el orden universal conservan su propia peculiaridad; es la totalidad de las personas en una sociedad que busca un bien común que verdaderamente incorpora a todos" (ib.). En cuanto a la Iglesia, se refiere ̶ citando a Juan Pablo II ̶ a "la belleza de su rostro pluriforme" (EG 116) y, luego, a su "multiforme armonía que atrae" (EG 117). La armonía supone unidad de y en la diversidad, aludiendo ̶ en ese contexto ̶ a la interculturalidad. Por consiguiente, "pueblo" se predica análogamente del pueblo civil y del de Dios.

Además de esa explicitación que clarifica el concepto mismo de "pueblo", previniendo malentendidos populistas, se puede señalar otra aportación, de carácter epistemológico, también propia de Bergoglio. Pues éste, como arzobispo, en una conferencia de 2010, hizo notar que ese concepto no es meramente racional sino "también "histórico-mítico".[4] Según mi interpretación, es histórico porque cambia e interactúa con otros pueblos en la historia y porque la pertenencia al mismo depende de la actitud ético-histórica de cada persona y grupo para vivir juntos y no sólo de su posicionamiento territorial, racial o estructural de clase; y es "mítico" porque es un concepto-símbolo, analógico, y no una idea unívoca, clara y distinta, ni tampoco un concepto dialéctico (a lo Hegel). En cuanto al epíteto "mítico", constato un paralelismo con el "núcleo ético-mítico" que, según Ricoeur, caracteriza a las culturas nacionales[5]: es ético porque implica valores, y es mítico, porque se expresa en símbolos.

Evangelio según San Marcos 10,28-31. 

Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido". 

Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros". 

León XIII (1810-1903), papa 1878-1903 

Carta encíclica «Rerum novarum», 20 - Copyright © Libreria Editrice Vaticana

“Desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno… y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.”

Para los cuales, sin embargo, si siguen los preceptos de Cristo, resultará poco la amistad y se unirán por el amor fraterno. Pues verán y comprenderán que todos los hombres han sido creados por el mismo Dios, Padre común; que todos tienden al mismo fin, que es el mismo Dios, el único que puede dar la felicidad perfecta y absoluta a los hombres y a los ángeles; que, además, todos han sido igualmente redimidos por el beneficio de Jesucristo y elevados a la dignidad de hijos de Dios, de modo que se sientan unidos, por parentesco fraternal, tanto entre sí como con Cristo, «primogénito entre muchos hermanos» (Rm 8,29). De igual manera que los bienes naturales, los dones de la gracia divina pertenecen en común y generalmente a todo el linaje humano, y nadie, a no ser que se haga indigno, será desheredado de los bienes celestiales: «Si hijos, pues, también herederos; herederos ciertamente de Dios y coherederos de Cristo» (Rom8,17).

26 de mayo 2015 Martes
Hoy celebramos, hoy recordamos la cabeza y casal de nuestra diócesis, nuestra primera referencia como Iglesia que va más allá que el propio edificio, porque como nos recuerda la carta de Pedro: «Vosotros, como piedras vivas, deje que Dios haga de vosotros un templo espiritual ». Los templos siempre son signos de la presencia de Dios, pero el mensaje de Pedro nos ha recordado que en el fondo somos cada uno de nosotros los que debemos ser signos de la presencia de Dios en medio de nuestra sociedad. Teniendo presente esto, cuáles son los sentimientos que vivos? Señor, que irradie tu luz.

San Felipe Neri

Nació en Florencia en 1515.  En medio del paganismo que imperaba en el ambiente renacentista romano, Felipe entrega todos sus haberes a los pobres, mientras él ayuna a pan y agua. Pasa los días en obras de caridad, y las noches en las catacumbas de San Sebastián, entregado a la oración y a la penitencia.   Alcanza altísima oración. Sus éxtasis duran horas y a veces se le oye clamar: ¡Basta, Señor, basta! ¡Detén el torrente de tu amor! Ante esta vida angelical poco podían hacer los asaltos del mal. Un par de mujerzuelas acechan un día contra su castidad. Las pupilas de fuego del Santo las hacen huir asustadas.

Con todo, le gustaba rezar así: Señor, no te fíes de mí. Señor, ten de tu mano a Felipe, que, si no, un día, como Judas, te traicionará.  

Funda una cofradía para atender a pobres y peregrinos. Visita cárceles y hospitales. Busca sobre todo a los niños y a los jóvenes. En 1551 se ordena sacerdote por obediencia. Desea ir a las Indias, como Javier. El P. Ghattino 1e dice de parte de Dios: Roma será tus Indias.   Y por toda Roma derrama sus caridades, sus fervores, su alegría contagiosa, la certeza de que hay más alegría en la virtud que en el pecado. Es proverbial su don de lágrimas, y de hacer milagros. Se le atribuye haber resucitado al príncipe Paulo Máximo, para que confesase un pecado.    Un éxtasis le produjo la dilatación del corazón y la deformación de dos costillas. Una se conserva en el Oratorio de Nápoles.   Todos los Papas y Príncipes acudían a él. Fue amigo de San Carlos, San Ignacio, San Camilo y San Félix de Cantalicio. Su obra definitiva fue la fundación del Oratorio, para instruir y entretener a niños y jóvenes.   El Oratorio influyó mucho a través del Cardenal Baronio y otros muchos. Murió Felipe en 1595. Era la noche del Corpus y se fue a acabar la fiesta al cielo. Sus restos descansan en la Chiesa Nuova de Roma. Fue canonizado por Gregorio XV el 1622 junto con cuatro santos españoles.

"Quien quiera algo que no sea Cristo,
no sabe lo que quiere; 
quien pida algo que no sea Cristo, 
no sabe lo que pide; 
quien no trabaje por Cristo, 
no sabe lo que hace"
 

 -San Felipe Neri  "Como es posible que alguien que cree en Dios
pueda amar algo fuera de Él".
 -San Felipe Neri

"¿Oh Señor que eres tan adorable
y me has mandado a amarte,
por qué me diste tan solo un corazón
y este tan pequeño?"  
-San Felipe Neri

Oremos: Señor Dios nuestro, que nunca deja de glorificar la santidad de quienes con fidelidad te sirven, haz que el fuego del Espíritu Santo nos encienda en aquel mismo ardor que tan maravillosamente inflamó el corazón de San Felipe Neri. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS (B) Hch 2, 1-11; Ga 5, 16-25; Yo 15, 26-27; 16, 12-15

24 de mayo de 2015

Hoy, hermanos y hermanas, la gracia de la Pascua llega a su plenitud. Jesucristo resucitado renueva en la Iglesia el don del Espíritu Santo. El Espíritu es como el aire: no lo vemos, no lo olemos, sólo el sentimos cuando sopla poco o mucho (cf. Jn 3, 8). Pero el aire es esencial para la vida. Sin respirar, morimos. Lo mismo ocurre con el Espíritu. Está y actúa. No como un viento violento, como el día de Pentecostés primera, sino como un oreo delicado. Por eso no lo sentimos porque es todo suavidad. Por eso no lo vemos porque no tiene cuerpo y es infinito. "Todo él es vida y vitalidad. Todo él es abrazo de amor ".  Ser vida y comunicarla, llevar dinamismo es lo que hace el Espíritu en la creación del universo y en la renovación interior de las personas. Y todo porque es ternura de amor, porque ama y es en sí mismo Amor. Efectivamente, la tradición occidental de la Iglesia se complace en considerar al Espíritu Santo como el Amor infinito y eterno que une el Padre y el Hijo en el seno de la Santa Trinidad. Este amor, que es a la vez impulso suave y eficaz, que respeta la libertad humana, la hemos recibido en el sacramento de la confirmación. Y desde entonces, nos impulsa interiormente para que vivamos como hijos de Dios y hermanos de Jesucristo; es decir, nos impulsa para que nuestra vida se identifique cada día más con la de Jesús. El Espíritu nos impulsa también a la comunión eclesial y a convivir pacíficamente y por amor con los demás que forman nuestra sociedad. El Espíritu, que habita en nuestro interior, hace, además, que glorificamos a Dios con nuestra vida, que tengamos la fuerza de amar y de servir a los demás. En este sentido, podemos decir que el Espíritu es el fondo de nuestro ser y de nuestro actuar, imperceptible pero imprescindible como el aire que respiramos.

Pero, ¿dejamos de verdad que el Espíritu Santo actúe en nosotros? El apóstol San Pablo nos daba, en la segunda lectura, los criterios para saber si nos dejamos llevar por el Espíritu que hemos recibido, o si, por el contrario, tenemos una actuación contraria a lo que el Espíritu quiere suscitar en nosotros para que seamos realmente una nueva criatura en la dinámica espiritual que el bautismo comenzó en lo más íntimo de nuestro interior. San Pablo lo plantea en términos de libertad. El Espíritu permite al ser humano de alcanzar la plena libertad y, por tanto, llevar a plenitud la vocación divina de ser persona humana. Por ello, el Espíritu nos ayuda a avanzar hacia la libertad verdadera, la que lleva a superar los deseos egoístas y la tendencia natural a idolatrar el dinero, el poder, las fuerzas de la naturaleza, los astros, etc. El Espíritu nos ayuda también a crecer en el amor; en ese amor que se traduce en servicio a los demás. Por eso, si le somos dóciles, suavemente va cambiando por dentro y hace crecer la fe en Jesucristo, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre, la sobriedad. Cuanto más estas actitudes crezcan en nosotros, más sabremos que somos dóciles al Espíritu. Y cuanto más aniden en nuestro corazón desórdenes, enemistades, discordias, celos, divisiones, envidias y los otros impulsos terrenales y egoístas de que hablaba San Pablo, menos de dejamos llevar por el Espíritu. Fijaos, pues, que el fruto de Pentecostés en nosotros tiene una doble dimensión. Por un lado, a nivel personal, aprieta la amistad con Jesucristo y con el Padre, y cambia la manera de ver los cosas y las propias actitudes, nos va haciendo sobrios y humildes. Pero, inseparablemente, el fruto de Pentecostés en nosotros tiene también una dimensión comunitaria, social; nos mueve a amar, a vivir el amor humano sin perversiones, a servir, a respetar a los demás, y a crear unos vínculos de unidad en la diversidad. Evidentemente, dejarse llevar por el Espíritu tiene su dificultad. El Apóstol mismo habla de una lucha en lo más íntimo de nosotros entre la acción del Espíritu y los impulsos terrenales, egoístas. Hay una lucha, y a veces podemos ser vencidos. Podemos hacer lo que no quisiéramos; debido a debilidad nos sale de actuar como no desearíamos cuando serenamente valoramos las cosas a la luz de Dios. Pero en esta lucha no estamos solos; Jesucristo y el Espíritu luchan a favor nuestro, aunque respetando nuestra opción libre.

Hay, todavía, dos frutos más del Espíritu: la compasión y la misericordia. Son las dos características más profundas de Dios; nuestro Dios es rico en misericordia (Lc 6, 36; Ef 2, 4), tal como lo muestra Jesucristo en todo su hacer. Y eso que es propio de Dios, el Espíritu lo infunde en nuestros corazones, para que seamos compasivos y misericordiosos hacia los demás. La misericordia que el Papa Francisco inculca tanto en la Iglesia porque en sea ​​testigo, se expresará también a través nuestro. El Espíritu da vida a la Iglesia y suscita una gran diversidad de carismas. Hace firmes en la fe los mártires de oriente y de occidente, tantos hermanos nuestros que son torturados y asesinados debido a Jesucristo. Damos gracias a Dios por este testimonio que nos interpela en nuestras instalaciones y medianías. De una manera particular damos gracias por el martirio del arzobispo Oscar Romero que ayer fue beatificado en El Salvador; es otro peregrino que la Iglesia propone como modelo y como a intercesor.

Hoy es la oración de los ciudadanos, por que el Espíritu libere los elegidos de todo afán de poder o de corrupción y los inspire actitudes de servicio a favor de una sociedad más justa y solidaria, y los haga particularmente atentos a los que sufren pobreza o discriminación. Que el Espíritu nos ayude todos a buscar desde nuestro lugar el bien de nuestra sociedad. La obra más perfecta de la acción del Espíritu Santo es María, la "Toda Santa" porque ha estado totalmente dócil al Espíritu. Ella, con los apóstoles y los demás que formaban la primera comunidad cristiana, esperaba con todo el empeño espiritual la venida del Espíritu Santo (cf. Hch 1, 4-8.12-14). Que ella interceda, pues, para que todos los que nos hemos reunido en esta su casa de PAX y LURIN para celebrar la eucaristía del Señor, seamos renovados por los dones del Espíritu. Para que sea cada día más intensa nuestra vida de fe, más vigorosa nuestra comunión eclesial, más claro nuestro testimonio, más firme nuestro compromiso social, más ardiente nuestra esperanza y sea de bendición el esfuerzo de las MISIONERAS DE PAX VOBIS y la luz que da PAX TV.

Tal como lo explica los Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, los apóstoles comenzaron a proclamar el Evangelio un día como hoy. Y después de la proclamación, unas 3.000 personas se añadieron a la iglesia.

¿Cómo se explica esto? Las multitudes que se reunieron para escuchar a los apóstoles no fueron "seducidas" por curaciones o milagros, ni tampoco por su capacidad de retórica. Más bien, lo que captó su imaginación fue la soltura que mostraban; tanto es así que las multitudes dudaban de si los seguidores de Jesús no habían estado bebiendo demasiado vino. Y es verdad, los apóstoles predicaban en estado de embriaguez pero no debido al espíritu de vino sino al Espíritu Santo. Las multitudes vieron un grupo de hombres que lejos de sentirse cohibidos de salir a la calle, llenaban las calles de la alegría entusiasta por Jesucristo. Fue esta transformación radical en el comportamiento de un pequeño grupo de pescadores y recaudadores de impuestos la que llamó la atención a cientos de personas hasta el punto de acercárselas ese mismo día en la iglesia de Cristo.

El Papa abraza al cardenal Sistach

"El nuncio ha sido perezoso, timorato y ha actuado con excesiva cautela"
Juan Rubio: "Para San Juan, fiesta de renombre en Catalunya, habrá nuevo arzobispo en Barcelona"
"Martínez Sistach ha superado, en un mes, el tiempo de prórroga del cardenal Rouco"

Juan Rubio, 26 de mayo de 2015 a las 08:16

Así se saldrá de incertidumbre, cábalas, presiones, comentarios y luchas internas, con la cuestión catalana de fondo, que en nada benefician ni a la Iglesia ni a la sociedad que vive en aquel país

(Juan Rubio).- Este es el comentario que se viene escuchando estos días, referido alrelevo del arzobispo de Barcelona:"Barcelona está al caer".

Algo así como se venía diciendo durante todo el mes de enero de 1939 cuando, hasta la saciedad, y hasta que no llegó el día 24, la prensa solo decía "Barcelona está al caer".

Hay lenguajes grabados que no hay forma de borrar.

Y sí. Es verdad. Barcelona está al caer"...Porque, el actual cardenal-arzobispo,Martínez Sistach, ya ha superado el record del cardenal-arzobispo emérito de Madrid, Rouco Varela, en un mes...Tres años y un mes de prórroga y "Barcelona está al caer". Y si no fuera así es que malos consejeros pasean por Roma e informan sobre Cataluña, su iglesia, sus gentes y su realidad socio política y eclesial.

Con más de tres años de prórroga, el cardenal-arzobispo de Barcelona, cuyos ancestros familiares tienen fama de ser personas longevas, sigue como titular de la sede de San Paciano.

Roma se está tomando su tiempo, más que suficiente, pues tres años, pese a lo complejo del momento en Cataluña, es mucho tiempo de interinidad, con todo lo que de desgaste pastoral y eclesial supone que una iglesia local tenga un obispo con fecha de caducidad incierta.

A finales de abril de 2012, Martínez Sistach escribió la preceptiva renuncia canónica al papa; y aún sigue...y ha superado en un mes, el tiempo de prórroga del cardenal Rouco, aunque sin tanta campaña mediática para desalojarlo, como sucedió con el cardenal- arzobispo de Madrid, que fue sustituido 8 días después de cumplir los 78 años. Sistach, superado ya un mes, le ha ganado este record.

Los calendarios son importantes en la Iglesia, al parecer, aunque yo creía que en la Iglesia el tiempo se mide más por el "kairós" que por el "cronos".

Pero lo de "Barcelona está al caer"...es lo que se dice y se cuenta en los mentideros romanos y catalanes. El nuncio ha sido perezoso, timorato y , poco conocedor de la realidad catalana, ha actuado con excesiva cautela, usando como excusa para retrasar el relevo " el problema catalán", desconociendo que la raíz del asunto ya está en el enunciado del mismo, llamarlo "problema" y que se remonta a muchas décadas atrás. No es cosa nueva. Siempre ha estado sobre la mesa y eso no debería haber sido impedimento para que el nuncio haga sus deberes. ( Que conste que nada tengo en contra del cardenal Sistach, ni en contra de que se perpetúe, dada su genética longeva), pero la verdad es que, un iglesia diocesana con la envergadura como la de Barcelona, merece ya un pastor nuevo. Así se saldrá de incertidumbre, cábalas, presiones, comentarios y luchas internas, con la cuestión catalana de fondo, que en nada benefician ni a la Iglesia ni a la sociedad que vive en aquel país al que solo hay que mirar de igual a igual, no de arriba abajo.

Recibirán cien veces más en esta vida

Marcos 10, 28-31. Tiempo Ordinario. No cedamos a la tentación de buscar éxitos y apoyos humanos, en vez de contar sólo y siempre con Cristo.

Oración introductoria
Jesús, todos te estamos siguiendo, unos casados, otros solteros y otros consagrándose a ti, pero en fin todos buscamos seguirte porque para eso nos has elegido. Ayúdame a comprender, en este rato de oración, que seguirte no me hará la vida color de rosa sino que me exigirá llevar mi cruz. Sólo contigo y con mi colaboración podré llegar a la meta que me tienes marcada y recibir el premio que es estar contigo en el cielo.

Petición
Señor Jesús, ayúdame a seguirte más de cerca y que no me engañe siguiendo mis caprichos y pensando que son tus deseos.

Meditación del Papa Francisco
El Evangelio de hoy recuerda el pasaje en el que Jesús apenas termina de hablar sobre el peligro de las riquezas, Pedro le pregunta qué recibirán los discípulos que han dejado todo para seguirlo. Jesús es generoso. En verdad, responde que no hay ninguno que haya dejado la familia, la casa, los campos que no reciba ya en este tiempo, cien veces más.

Quizá Pedro piensa que ir detrás de Jesús es una bonita actividad comercial, porque nos hace ganar cien veces más. Pero Jesús añade que junto a esta ganancia habrá persecuciones: como si dijera: 'Sí, vosotros habéis dejado todo y recibiréis aquí, en la tierra, muchas cosas: ¡pero con la persecución!' Como una ensalada con el aceite de la persecución: ¡siempre!

Esta es la ganancia del cristiano y este es el camino del que quiere ir detrás de Jesús, porque es el camino que Él ha hecho: ¡Él ha sido perseguido! Es el camino del abajamiento. Lo que Pablo dice a los filipenses: Se abajó. Se hizo hombre y se abajó hasta la muerte, y una muerte de cruz. Esta es precisamente la tonalidad de la vida cristiana". (Cf Homilía de S.S. Francisco, 4 de marzo de 2014, en Santa Marta).

Reflexión 
Es Pedro quien se gloría de haberlo dejado todo. Tan duras les resultaban las palabras del Maestro cuando decía que ningún rico se salvaría. Ellos no eran ricos. Pero con mucho o con poco se es rico, esto es: todo hombre se apega a las cosas. Pedro, hablando más con el espíritu que con la carne, dice bien: "lo hemos dejado todo y te hemos seguido". Pero, entre las cosas que se nos prometen, está una poco agradable, poco atrayente: la persecución. Se nos prometen persecuciones como premio por el seguimiento de Cristo.

¿Quién está libre de las cruces de esta vida? ¿Quién en esta tierra ha vivido sin sufrir algo? Nadie. Todos sufrimos en esta vida. Pero es extraño sufrir para el que no ama. Es una locura sufrir por Cristo si no se le tiene. Quien lo tiene lo da todo por Él, porque lo ama.

Quien sufre por alguien amado, crece; se enaltece; siente que recibe más de lo que ha dado. Optar por Cristo siempre será la mejor opción de nuestra vida porque Él da sentido a nuestro dolor.

Propósito
Hoy, por amor a Dios, me comprometo a hacer un sacrificio en alguna comida ofreciéndolo por todas las personas que no tienen.

Diálogo con Cristo
¡Dios mío! Qué dura es la vida sin tu compañía, pero es más duro vivir queriendo seguirme a mí mismo, Por eso, te suplico que me des tu gracia para nunca buscar mis propios intereses. Que me esfuerce en servir a todos los que me rodean, para que, al humillarme en esta vida, merezca la gloria de estar contigo en el cielo.

Experimentar que Dios no es una entidad abstracta, sino una Realidad tan grande y fuerte que llena de modo sobreabundante el corazón del hombre, una Persona viva y cercana, que nos ama y pide ser amada.   Benedicto XVI, 27 de junio de 2010

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