«Tú tendrás un tesoro en los cielos»

El Papa medió para mejorar la situación de los reclusos bolivianos

Francisco se reunió con los delegados de las cárceles del país durante su visita a Palmasola. El Gobierno incrementó en agosto el "pre diario" por privado de libertad

Madrid, 17 de agosto de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter

a mediación del papa Francisco, que el pasado 10 de julio se reunió con los delegados de las cárceles bolivianas en su visita oficial al país, ha posibilitado elevar en el mes de agosto el “pre diario” a favor de 13.573 reclusos.

“En reunión que tuvieron delegados de centros penitenciarios de Bolivia en la cárcel de Palmasola, le pidieron a Su Santidad interceda por ellos para que sean atendidos, por eso, nosotros hemos trabajado con las gobernaciones para atender sus demandas", explicó este viernes el director general de Régimen Penitenciario, Jorge López, en rueda de prensa.

Por este motivo, dijo que se aprobó la Resolución Administrativa 62/2015 que establece un incremento del “pre diario” por privado de libertad en los centros penitenciarios de Bolivia de 6,60 a 8 bolivianos. Ese beneficio fue refrendado mediante una resolución del Ministerio de Gobierno a favor de 13.573 presos.

Además, López informó que mejorará la atención sanitaria y para el efecto este lunes se firmará un convenio entre los ministerios de Gobierno y Salud con la finalidad de brindar asistencia integral con neumólogos, psiquiatras, ginecólogos y otros.

“Se firmara la primera adenda del convenio con el Ministerio de Educación de fecha 3 de junio, que permitirá mejorar los servicios educativos que les prestan a los privados de libertad, a través del Programa de Implementación de Centro de Apoyo Integral Pedagógico”, añadió.

Por último, el director general de Régimen Penitenciario aseguró que impulsarán la Terapia Laboral y Post-Penitenciaria, los Centros Penitenciarios Productivos, la Formulación de Programas de Inclusión Laboral y la Generación de Empleo y Justicia Restaurativa.

(17 de agosto de 2015) © Innovative Media Inc.

Evangelio según San Mateo 19,16-22. 

Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". 

Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos". 

"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, 
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". 

El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". 

"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 

Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes. 

San Gregorio Magno (c. 540-604), papa y doctor de la Iglesia 
Homilía 5 sobre el Evangelio.

«Tú tendrás un tesoro en los cielos»

Qué persona, cuando ve dejar ciertos bienes grandes, no se dice: Yo querría imitar bien a estos que así se apartan del mundo, pero no tendré nada que pueda dejar. Vosotros abandonáis mucho, mis hermanos, cuando renunciáis a los deseos terrenos. Nuestros bienes externos, lo mismo si son pequeños, bastan a los ojos del Señor. Es el corazón lo que él mira, y no la fortuna. No pesa el valor comercial del sacrificio, sino la intención de quien la ofrece... El Reino de Dios no tiene precio, y sin embargo te cuesta exactamente lo que tú tienes...Le ha costado a Pedro y a Andrés abandonar una barca y las redes; ha costado a la viuda dos monedas de plata(Lc 21,2); ha costado a cualquier otro un vaso de agua fresca(Mt 10,42). El Reino de Dios, nosotros hemos dicho, cuesta lo que tú tienes. Mirad, por tanto, mis hermanos, ¿qué es más fácil de adquirir y qué es más precioso de poseer?

Pero puede ser que tu mismo no tengas un vaso de agua fresca que ofrecer a un pobre en necesidad. En este caso la Palabra de Dios nos tranquiliza...«Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad»(Lc 2,14). En efecto, a los ojos de Dios, la mano no está jamás desprovista de presente si el secreto del corazón está lleno de buena voluntad...Pero si yo no tuviera nada exterior para ofrecerte, mi Dios, yo encontraría sin embargo en mí mismo esto que depositaría sobre el altar en tu alabanza...Tú te complaces en las ofrendas del corazón.

Oración introductoria
Señor, me acercó a Ti como el ese joven que se creía muy bueno. Quiero confirmar qué he de hacer para ganar la vida eterna, qué tengo que cambiar, qué tengo que hacer… Dame la gracia de saber escucharte y tener el valor de ser desprendido de los bienes materiales, pero sobre todo, de mí mismo, para poder entregarme a tu amor y vivir la caridad.

Petición
Jesús, no permitas nunca que me convierta en otro triste «joven rico».

Meditación del Papa Francisco

El joven se queda triste cuando Jesús le pide que venda sus riquezas. De golpe, la alegría y la esperanza en ese joven rico desaparecen, porque no quiere renunciar a su riqueza. El apego a las riquezas está en el inicio de todo tipo de corrupción, por todas partes: corrupción personal, corrupción en los negocios, también en la pequeña corrupción comercial, de esa que quita 50 gramos al peso exacto, corrupción política, corrupción de la educación….Y ¿por qué? Porque los que viven apegados a los propios poderes, a las propias riquezas, se creen en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Al final tendrán que dejar todo.

Hay un misterio en la posesión de las riquezas. Las riquezas tienen la capacidad de seducir, de llevarnos a una seducción y hacernos creer que estamos en un paraíso terrestre. Sin embargo, ese paraíso terrestre es un lugar sin horizonte, vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste. El apego a las riquezas nos entristece y nos hace estériles. Utilizo el término “apego” y no “administrar bien las riquezas”, porque las riquezas son para el bien común, para todos. Y si el Señor se lo da a una persona es para que esa persona lo haga para el bien de todos, no para sí mismo, no para que lo cierre en su corazón, que después con esto se hace corrupto y triste. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de mayo de 2015, en Santa Marta).

Reflexión
¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Huir de ella o aprovecharla? El joven del evangelio sentía una inquietud en el fondo de su alma. Había decidido romper con el pecado. Seguramente tendría amigos refugiados en el egoísmo, los placeres, la violencia, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Pero él no era así. Quería llegar a la vida eterna, y por eso se acercó a Jesús para preguntarle qué debía hacer.

¿Alguna vez te has hecho esa pregunta? ¿Y cuál ha sido la respuesta? ¿Ha sido una respuesta de amor? Porque este joven, aunque estaba bien dispuesto, no supo estar a la altura y se fue triste. ¡Qué contradicción! Poseía muchos bienes, y en lugar de estar alegre, se marchó con un rostro marcado por la tristeza y el desengaño. En el fondo, no estaba dispuesto a decir sí a Jesús y optó por seguirse a sí mismo.

Seguir a Jesús exige esfuerzo, desprenderse de lo que uno más ama. Significa sacrificio, pero también alegría y realización humana. No hay que tener miedo a lo que nos exija la vivencia auténtica de nuestro cristianismo, porque no estamos solos. ¿Acaso Cristo nos va a abandonar? ¿No nos acompaña con sus sacramentos? ¿No nos va a consolar cada vez que le hablemos en la oración? Seguir a Cristo es el camino para aprovechar bien la vida.

Propósito
Para estar hoy presente con las personas que me rodean, renunciar a tener mi teléfono celular conmigo todo el día. Y cuando vaya a hacer oración, siempre dejarlo donde no me interrumpa.

Diálogo con Cristo
Señor, ¿realmente quiero saber qué más puedo hacer? Tú me conoces, sabes que soy débil y que rehúyo o me excuso con facilidad del sacrificio, de la renuncia. Por eso te suplico, dame tu gracia para corresponderte, ayúdame a amarte sobre todas las cosas. Sé que estoy apegando a tantas cosas que fácilmente te olvido. Ayúdame a descubrir que de nada sirve tener o hacer muchas cosas, si no estás Tú, si no es tu voluntad.

Jacinto de Polonia, Santo
Patrono de Polonia, 17 de agosto

Fuente: Archidiócesis de Madrid  

Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, san Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en Bohemia y Silesia (1257).

Etimológicamente: Jacinto = Aquel que se parece a un Jacinto (tipo de flor), es de origen griego.

Breve Biografía

La Iglesia está en plena era feudal propia de la época. Los obispos y abades son grandes señores con mucho poder e influencia incluso en las decisiones políticas de los nobles y reyes. También un Francisco de Asís habla a las aves y un Domingo está convirtiendo herejes. Roma ha conseguido centralizar la disciplina y liturgia y se ve en la obligación de atender a todos los asuntos; hace mucho por arreglar las complicadas cosas de los reinos y algunas se escapan a su control.

Jacinto en hijo de los condes de Konskie; nació en el castillo de Lanka, fortaleza que domina la villa polaca de Gross-Stein. Estudió en Praga, hizo derecho en Bolonia y cursó teología en París. Con tal curriculum es nombrado canónigo de Cracovia.

Un viaje a Roma va a influir de modo decisivo en su vida. Iba a la Ciudad Eterna acompañando con otros clérigos a su tío Yvon Odrowaz, entonces obispo de Cracovia, para hacer visita reglamentaria al Papa; ésta es la ocasión para conocer a Santo Domingo de Guzmán que está allí cumpliendo encargos de Honorio III. El encuentro del buen obispo con el santo fundador tuvo lugar con ocasión de un milagro reciente. Y el motivo fue la súplica y el ruego esperanzado de conseguir religiosos misioneros para Cracovia que estaba necesitada de sacerdotes y de instrucción.

No cuenta Domingo con predicadores polacoparlantes. Pero cuatro de los acompañantes del obispo polaco se muestran dispuestos a ser recibidos por el fundador entre los dominicos; como son ya sacerdotes, reciben una formación específica intensiva: corto noviciado, retoques de espíritu y ¡a predicar y fundar conventos!. Han aprendido unas normas sencillas: alabar a Dios, dar doctrina y estar dispuestos a sellar con su sangre su verdad.

Cracovia está situada en una planicie ondulada, bañada por el Vístula y cercada de bosques de pinos. La ciudad está defendida por fuertes murallas. El día de todos los santos del 1222 llegó Jacinto ya dominico y misionero. Se va haciendo conocer por los labriegos y artesanos. Tiene fama de taumaturgo. Construye un primer convento de madera y luego le llegan donaciones hasta que Cracovia se llega a convertir en cuna de predicadores del norte de Europa.

La frontera oriental limita con Prusia, aún un país pagano, semibárbaro e idólatra. Allí va Jacinto a ser su misionero. Y le sigue la fama de los milagros. Luego será la gran Rusia, con sus estepas heladas y desiertas, la que recorrerá Jacinto, llegando hasta Kiev. Por aquellas tierras sí que conocen las gentes a Jesús; pero son cismáticos quienes han predicado el Evangelio. La Iglesia católica occidental que obedece a Roma no tiene nada que hacer; pero una curación milagrosa de la ceguera de la hija del príncipe Wladimiro le abre la posibilidad de fundar el primer monasterio occidental en Rusia.

Vienen las invasiones tártaras con Batou, hijo de Gengis-Kan, al frente de sus implacables y demoledoras huestes que llegaron a las mismas puertas de Hungría, Polonia y Austria, haciendo temblar a todo el occidente; hicieron que Jacinto hubiera de interrumpir sus quehaceres apostólicos y replegarse al interior del continente hasta que pudiera volverse a reemprender la siembra.

La leyenda áurea lo hace fundador de conventos en Noruega, Suecia, Finlandia, Escocia, Irlanda, Bulgaria, Hungría y no se sabe por cuántos sitios más. No se dispone de datos históricos con los que puedan apoyarse todas estas correrías del santo. Más bien parece que son producto de la imaginación o que intentan afirmar que fueron sus inmediatos discípulos quienes llegaron a hacer lo que materialmente él no pudo.

Muere Jacinto (o Jacek, como debió ser su genuino nombre) en su convento de Cracovia, el 15 de Agosto de 1257, dejando sembrada Polonia de innumerables conventos y de frailes. No extraña por ello que los polacos lo tengan como patrón principal. Hizo irradiar el Evangelio hasta los confines de Europa con éxitos apostólicos en ocasiones no muy duraderos, pero que afianzaban la fe en su patria, siempre que la proyectaba hacia el exterior de sus fronteras.

Confiar en la Providencia de Dios
Reflexiones para el cristiano de hoy

Muchos hombres y mujeres ya no piensan en la providencia divina. No creen que Dios está activo en el mundo y en la historia. 

Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 

El mundo está lleno de emergencias: en la economía y en la política, en la familia y en la educación, en el clima y en la agricultura. Emergencias y más emergencias, incluso en el propio hogar: no hay dinero para llegar a final de mes, o ya no queda aceite en el coche...

Ante tantas emergencias, hay que ponerse a trabajar. No tiene sentido sentarse pasivamente ante lo que ocurre, ni vivir en quejas amargas. Dios nos ha dado una mente para pensar y ver de frente los problemas, y una voluntad para decidir: ¡manos a la obra!

Pero por más que nos lancemos frenéticamente a arreglar el mundo cercano o el mundo lejano, por más que luchemos para frenar el calentamiento global o la corrupción local de los políticos, no podemos olvidar una de las enseñanzas fundamentales de la Biblia: “Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas” (Sal127,1).

Por eso, a la hora de afrontar tantos problemas, urgentes, dramáticos, necesitamos primero rezar para analizarlos correctamente, para tener un corazón prudente y decidido, y para alcanzar la necesaria fortaleza que nos permita romper miedos y ponernos a trabajar.

Luego, necesitamos recordar que los resultados no están en nuestras manos. Hay cosas que haremos mejor, otras habrá que corregirlas de inmediato. Pero una mejora en el mundo, un avance del bien, sólo será posible desde la acción de Dios.

Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo ya no piensan en la providencia divina. No creen que Dios, realmente, está activo en el mundo y en la historia. En realidad, sólo tiene sentido el esfuerzo por el bien y la justicia desde la esperanza, desde la certeza, de que Dios existe y actúa continuamente.

Dios es un Padre, y un Padre vela por sus hijos. Da la lluvia y el sol, protege y levanta. Cura y perdona. Camina a nuestro lado. También cuando decidimos alejarnos y pecamos, sabe esperar y ofrece señales para que volvamos a Él.

Sólo cuando nos dejemos abrazar por Dios y confiemos, descubriremos lo mucho que hizo en el pasado y lo mucho que hace en el presente. Mejor aún: seremos capaces de reconocer que ya hizo lo único importante: darnos a su Hijo, fundar su Iglesia, ofrecernos el Reino, abrirnos las puertas del cielo.

Todo lo demás pasa. Solo el Amor queda. La providencia es el modo concreto con el que el Amor interviene, a veces de modo sorprendente, en este mundo de hijos necesitados de una esperanza, una misericordia y un consuelo que sólo puede venir de un Padre bueno y cariñoso.

Untitled Document18 excusas que nos damos para no rezar 
La vida de oración

¡Cuántas veces no hemos escuchado decir esto a nuestros amigos! Incluso ¡cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos! y hemos dejado de lado nuestra relación con El Señor por razones como estas….

Por: P. Juan José Paniagua | Fuente: http://catholic-link.com 

"No se pierde el tiempo orando; adorar a Dios no es perder el tiempo, alabar a Dios no es perder el tiempo”. Papa Francisco

¡Cuántas veces no hemos escuchado decir esto a nuestros amigos! Incluso ¡cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos! y hemos dejado de lado nuestra relación con El Señor por razones como estas….

Querámoslo o no, todos nos veremos (en mayor o menor medida) reflejados en estas18 excusas. Esperamos les sea de utilidad para que puedan explicar a sus amigos porque no son suficientes y para que ustedes puedan profundizar en lo imprescindibleque es la oración en nuestras vidas.

1. Rezaré cuando tenga más tiempo, ahora estoy ocupado

RESPUESTA: ¿Sabes qué he descubierto en la vida? Que el momento ideal y perfecto para rezar, ¡no existe! Siempre tienes algo que hacer, algún urgente por resolver, alguien que te espera, un día complicado por delante, muchas responsabilidades por encima... Más bien, si un día descubres que te está sobrando el tiempo, ¡preocúpate! Algo no estás haciendo bien. ¡El mejor momento para rezar es hoy!

2. Yo sólo rezo cuando me nace, porque hacerlo sin sentir ganas es muy hipócrita.

RESPUESTA: ¡Todo lo contrario! Rezar cuando sientes ganas, eso cualquiera lo hace, así es muy fácil. Pero rezar cuando no sientes ganas, cuando no estas motivado, ¡eso sí es heroico! Incluso es mucho más meritorio, porque te has vencido, has tenido que lucharla. Es señal de que lo que te mueve no son sólo tus ganas, sino el amor a Dios.

3. Estoy muy cansada para rezar hoy día

RESPUESTA: Bien, significa que has tenido un día en el que te has entregado, te has esforzado mucho. Sin duda alguna, ¡necesitas descansar! Descansa en la oración. Sabes que cuando rezas y te encuentras con Dios, vuelves a conectar contigo mismo, Dios te regala la paz que quizá no has tenido en un día tan agitado. Te ayuda a ver lo que has vivido durante el día, pero de una manera diferente. Te renueva. ¡La oración no te agota más, sino más bien es justamente lo que renueva tus fuerzas interiores!

4.- Yo si quiero... pero no sé qué decir.

RESPUESTA: Creo que Dios se nos adelantó, porque ya sabía que nos iba a pasar eso. Y nos dejó una ayuda muy buena: los salmos (que son una parte de la Biblia). Son oraciones hechas por el mismo Dios, porque son Palabra de Dios. Y cuando rezamos con los salmos, aprendemos a rezar con las mismas Palabras de Dios. Aprendemos a pedirle por nuestras necesidades, a darle gracias, a alabarlo, a mostrarle nuestro arrepentimiento, a manifestarle nuestra alegría. Reza con las Sagradas Escrituras y Dios pone las palabras en tu boca.

5.- No "siento" nada cuando rezo.

RESPUESTA: Puede ser. Pero hay algo de lo que no puedes dudar. Aunque no sientas nada, la oración te está cambiando, te está haciendo cada vez mejor. ¡Porque el encuentro con Dios nos transforma! Si cuando te encuentras con una persona muy buena y la escuchas un rato, algo bueno de ella termina quedando en ti. ¡Cuánto más encontrarte con Dios y escucharlo, no va a dejar algo muy bueno dentro de ti también!

6.- Dios ya sabe lo que necesito.

RESPUESTA: Es verdad. ¡Pero recuérdaselo! Vas a ver que a ti te va a hacer mucho bien. Aprender a pedir nos hace más sencillos de corazón.

7.- ¿Para qué rezo si Dios nunca me responde? No me da lo que le pido.

RESPUESTA: Cuando un niño pequeño le pide a sus papás todo el rato dulces y golosinas o todos los juguetes de una juguetería, los padres no les dan todo lo que piden. Porque para educar hay que enseñar a saber esperar. A veces Dios no nos concede todo lo que pedimos, porque Él conoce qué es lo mejor para nosotros. Y a veces no tenerlo todo, sentir alguna necesidad, sobrellevar algún sufrimiento, nos ayuda dejar un poco la comodidad en que vivimos y a abrir los ojos a lo esencial. Dios sabe bien lo que nos concede.

8.- Soy muy pecador como para rezar.

RESPUESTA: ¡Perfecto entonces! ¡Bienvenido al club! En realidad todos somos muy pecadores. Justamente es por eso que necesitamos la oración. La oración no es para los perfectos, sino para los pecadores. No para los que ya lo tienen todo, sino para los que descubren que están necesitados.

9.- Mejor rezo cuando tenga un "huequito" en el día

RESPUESTA: ¡No le des a Dios las sobras de tu tiempo! ¡No le dejes a Dios las migajitas de tu vida. Dale lo mejor de tí!¡ El mejor momento de tu vida, cuando estés más lúcido y más despierto! Dale a Dios lo mejor de tu vida, no lo que te sobra.

10.- Me parece absurdo eso de repetir oraciones

RESPUESTA: Cuando amas a alguien, nunca te has preguntado cuántas veces le has repetido que la quieres? Cuando tienes un buen amigo, cuántas veces lo llamas para conversar y salir juntos? Una mamá a su hijo, cuántas veces repite el gesto de acariciarlo y besarlo. Hay cosas en la vida que repetimos muchas veces y no cansan ni aburren, ¡porque vienen del amor! Y los gestos del amor siempre traen una novedad consigo.

11.- No siento la necesidad de hacerlo.

RESPUESTA: Esto pasa por muchos motivos pero uno muy frecuente en nuestros días es que nos olvidamos de alimentar nuestro espíritu en nuestra vida cotidiana. Facebook, tareas, enamorado, colegio, hobby, etc, etc... estamos llenos de cosas pero ninguna de ellas nos ayuda a hacer silencio en nuestro interior para hacernos las preguntas fundamentales: ¿quién soy? ¿soy feliz? ¿qué quiero de mi vida? Creo que cuando vivimos más en sintonía con esas preguntas naturalmente el hambre de Dios aparece... ¿y si no aparece? Pídela, reza y pídele a Dios el don de sentir hambre de su Amor.

12.- Creo que pierdo mi tiempo rezando, en vez, prefiero ayudar a los demás.

RESPUESTA: Te propongo algo, no opongas, haz las 2 cosas. Y vas a ver que cuando rezas tu capacidad de amar y ayudar a los demás crece mucho más. Porque cuando estamos en contacto con Dios, ¡sale lo mejor de nosotros mismos!

13.- Me aburre mucho rezar, debería ser más entretenido

RESPUESTA: Saca tus cuentas y vas a ver que en realidad, las cosas más importantes en la vida no son muy divertidas que digamos, ¡pero qué importantes y necesarias son! Cuánto las necesitamos. Quizá rezar no te entretiene, pero cuánto te llena el corazón. Qué prefieres?

14. No rezo porque no sé si es Dios quien me responde o si soy yo mismo quien da las respuestas.

RESPUESTA: Una recomendación que nunca falla. Cuando rezas con las Sagradas Escrituras, meditando la Palabra de Dios, puedes tener una certeza muy grande. Lo que estás escuchando no son palabras tuyas, sino es la misma Palabra de Dios que te está hablando al corazón. Ahí ya no queda ninguna duda. Es Dios quien está hablándote.

15.- ¿Para qué rezar si ya tengo todo lo que necesito?

RESPUESTA: El Papa Benedicto XVI decía que el cristiano que no reza, es un cristiano en riesgo. Y es verdad. El que no reza, está en riesgo inminente de ir perdiendo la fe, y lo peor de todo es que le va a suceder poco a poco, sin que se dé cuenta. Ten cuidado que por mucho pensar que lo tienes todo, te quedes sin lo más importante, que es Dios en tu vida.

16.- Dios no necesita mis oraciones.

RESPUESTA: Es verdad, ¡pero qué feliz se va a sentir al ver que su hijo se acuerda de Él! Y no te olvides que en realidad el que más las necesita, ¡eres tú!

17.- Ya hay mucha gente rezando por mí

RESPUESTA: ¡Qué bueno! en serio que tienes mucha gente que te quiere y de verdad le interesas. Creo entonces que tienes muchas razones para rezar también, empezando por todos ellos que ya rezan por ti. ¡Porque el amor se paga con más amor!

18.- Es duro decirlo pero... no tengo una iglesia cerca.

RESPUESTA: Pues es lindo rezar en una Iglesia pero no es necesario ir a una para rezar. Tienes mil posibilidades: reza en tu cuarto o en un lugar tranquilo de la casa... (recuerdo que yo iba al techo de mi edificio porque era silencioso y además el viento me hablaba de la presencia de Dios) vete al bosque, o reza tu rosario en el autobús que te lleva a la universidad. Si puedes ve a una Iglesia pero, ¿ya ves? hay muchos otros lugares buenos para rezar ;)

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