«Los escribas y fariseos le espiaban...con el fin de encontrar un motivo para acusarlo»

Francisco visitará Estados Unidos

Scannone: "Lo que critica de EEUU es la absoluta libertad y autonomía del mercado"
¿Por qué Bergoglio nunca viajó a Estados Unidos?
New York Times lo califica como alguien que "recuerda al país que no es el centro de todo"

Redacción, 06 de septiembre de 2015 a las 19:09

Los norteamericanos ven con buenos ojos al actual Papa. De hecho, dos tercios de ellos tienen una opinión favorable, según se desprende de una encuesta del Public Religion Research Institute.

El mundo entero ya se prepara para la visita del papa Francisco a Estados Unidos, que tendrá lugar a partir del 22 de septiembre. Será el 15° país al que viaje en sus más de dos años de papado. Pero el vuelo que lo traslade no será uno cualquiera. Una vez que avión llegue a destino, será la primera vez que el actual Sumo Pontífice toque territorio norteamericano.

"El papa Francisco visitará EEUU por primera vez, por varias razones", titula The New York Times un artículo firmado por Laurie Goodstein. Reconvertido en máximo líder de la Iglesia Católica, Jorge Bergoglio estará en Washington, Nueva York y Filadelfia. Sus predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II, habían viajado al país antes de ser Papas. En cambio, Francisco no. ¿Por qué esperó hasta sus 78 años?

Según explica el prestigioso diario norteamericano, que consultó fuentes que lo conocen de cerca, los motivos por los cuales el Papa nunca antes había visitado la primera potencia mundial obedecen a su "identidad distintiva". Latinoamericano y crítico de la hegemonía económica y política de los Estados Unidos, es un jesuita de ascendencia italiana que se parece más a Europa que al Norte de América.

"Está un poco nervioso por venir", aseguró el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York. "No es que no confíe en la amistosa recepción de la amistad que va a recibir, pero admite que nunca ha estado en los Estados Unidos", agrega quien tuvo su primer encuentro con el Pontífice hace dos años.

Sin embargo, Francisco "no se opone a todo lo que EEUU representa", dice el diario. Ocurre que "está preocupado por las personas y naciones privilegiadas que consumen más de lo que reparten y dan la espalda a los más vulnerables. El mensaje que probablemente entregará cuando venga, dicen, es que Estados Unidos ha sido bendecido con grandes regalos, pero de que a aquellos a quienes mucho se les da, mucho se espera".

"Creo que lo que critica de EEUU es la absoluta libertad y autonomía del mercado", dijo el reverendo Juan Carlos Scannone, profesor emérito de filosofía en el Colegio Máximo, una prominente universidad jesuita cerca de Buenos Aires. Sin dudas, es uno de los que más lo conoce: fue su docente antes de que se convirtiera en el líder que es hoy. Luego, como seminarista, se convirtió en su amigo.

"Debemos admirar la democracia de EEUU y el bienestar de su gente, pero lo que Bergoglio criticaría es el consumismo: que todo se orienta hacia el consumismo", añade.

El NYT asegura que durante mucho tiempo Francisco se ha preocupado por lo que algunos argentinos de su llamada generación "capitalismo salvaje". "Ellos ven a Estados Unidos como el hogar de las empresas mineras y las agroindustrias que mastican los recursos naturales, como el poder militar que apoyó a dictadores durante la Guerra Fría y como el vecino que trata de cerrar sus fronteras a los inmigrantes que huyen del hambre y la violencia", sostiene el diario.

Según el reverendo Richard Ryscavage, un jesuita que es el director del Centro de Fe y Vida Pública en la Universidad de Fairfield y se ha reunido dos veces Francisco, las observaciones de Francisco deben ser vistas "en el contexto de muchos latinoamericanos que ven a Estados Unidos como un problema y no como una fuerza positiva en el mundo".

"A menudo es bastante difícil para los estadounidenses jesuitas del Norte aceptar por completo su perspectiva, porque venimos de un ángulo muy diferente", explica Ryscavage.

Si Estados Unidos es el 15° país que visitará el Papa es porque su prioridad siempre fue clara: ir a las periferias en primer lugar para encontrarse con los marginados. De hecho, su primer viaje oficial fuera de Roma fue a Lampedusa, una isla siciliana donde saludó a los migrantes que habían sobrevivido a su éxodo desde África.

Desde entonces, ha viajado a Brasil; a Israel, Jordania y los ocupados territorios palestinos para instarlos hacia la paz; a las Filipinas, Corea del Sur y Sri Lanka; y, más recientemente, a Bolivia, Ecuador y Paraguay.

Los norteamericanos ven con buenos ojos al actual Papa. De hecho, dos tercios de ellos tienen una opinión favorable, según se desprende de una encuesta del Public Religion Research Institute. No obstante, debe aún trabajar para persuadir a los católicos de que adopten sus posturas acerca del cambio climático, el aborto y los inmigrantes.

En definitiva, el New York Times califica al papa Francisco como alguien que "recuerda que Estados Unidos no es el centro de todo". Lo diga abiertamente o no. Este es uno de los principales motivos por los cuales nunca antes pisó territorio norteamericano.
 
Evangelio según San Lucas 6,6-11. 

Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. 

Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. 
San Cesáreo de Arlés (470-543), monje y obispo 
Sermones al pueblo, n° 57,4

«Los escribas y fariseos le espiaban...con el fin de encontrar un motivo para acusarlo»

El Señor dirá a los que han menospreciado su misericordia : «Hombre, soy yo quien con mis manos te he formado del barro, soy yo quien con mi aliento he puesto el espíritu en tu cuerpo de tierra, soy yo quien se ha dignado darte nuestra imagen y semejanza, soy yo quien te ha puesto en el centro de las delicias del Paraíso. Pero tú, menospreciando los mandamientos de vida, has preferido seguir al seductor antes que al Señor...

«Luego, cuando has sido expulsado del Paraíso y, por el pecado, retenido por las ataduras de la muerte, conmovido por la misericordia, para venir al mundo he entrado en un seno virginal, sin perjuicio de su virginidad . He sido recostado en un pesebre, envuelto en pañales; he soportado las dificultades de la infancia y los sufrimientos humanos, a través de los cuales me he hecho semejante a ti con la única finalidad de hacerte semejante a mí. He soportado las bofetadas y salivazos de los que se burlaban de mí, he bebido vinagre mezclado con hiel.

Azotado con varas, coronado de espinas, clavado en la cruz, traspasado por la lanza, en medio de los tormentos he entregado mi alma para arrancarte a ti de la muerte. Puedes ver las señales de los clavos de los que he sido suspendido ; puedes ver mi costado traspasado lleno de heridas. He soportado los sufrimientos que eran para tí a fin de poder darte mi gloria; he sufrido tu muerte para que tú vivas por toda la eternidad. He descansado, encerrado en el sepulcro, para que tu puedas reinar en el cielo.

«¿Por qué has perdido lo que he sufrido por ti ? ¿Por qué has renunciado a las gracias de tu redención ?... Devuélveme tu vida, por la que he dado la mía ; devuélveme tu vida que, sin cesar, has destruido por las heridas de tus pecados.»

Dichoso el rico... por la generosidad de su ayuda!

El dinero que tantas veces es malo, se puede convertir, y se convierte de hecho, en una bendición. 

Nada más oímos la palabra dinero ya nos ponemos en guardia. Porque sospechamos que se nos va a hablar muy duramente. Y, sin embargo, también se nos puede hablar muy bellamente del dinero. Todo dependerá de la parte por la que se incline el corazón. Porque el dinero es un aliado del mal como puede ser un colaborador extraordinario del bien. El Evangelio, en esto como en todo, la palabra definitiva. Con el Evangelio en mano, se iluminan todos los problemas y para todos se les halla la solución adecuada..

La Humanidad ha caído siempre de rodillas ante el becerro de oro, contra el cual se han despedazado siempre también las tablas de la Ley de Dios. Nunca han pactado ni pactarán Dios y el dinero.

El hombre quiere ser rico y busca el dinero sea como sea, al considerarlo como la base de su bienestar, de una vida de placer, de la soberanía política sobre los demás, de la seguridad de la vida, de todo sueño de felicidad... El demonio, que de tonto no tiene nada, se lo ofreció cínicamente a Jesús:

- Todo esto te daré, sí, postrado en tierra, me adoras.
En definitiva, el dinero es la máscara atractiva que el demonio se pone para ser el dios del hombre, desplazando de su sitio al Dios verdadero, del que dice la Biblia:

- A Él sólo adorarás y a Él sólo servirás.
Esto ha sido siempre así. Pero, en nuestros días, el dinero ha abierto esa brecha insalvable entre los hombres con la llamada cuestión social. Porque contemplamos el hecho innegable de que una parte muy pequeña de los hombres acapara casi toda la riqueza del mundo, mientras que la mayoría de las gentes, llamadas del Tercer Mundo, viven en condiciones de pobreza muchas veces desesperante.
Viene la consecuencia natural de esa lucha social, que ha llegado tantas veces a las armas, y que ha hecho correr torrentes de sangre. Esta ha sido y sigue siendo la obra del dios oro.
Pero está también la obra del oro de Dios. Porque el dinero, colocado en manos que lo saben manejar, se convierte en fuente de bendiciones para muchos: para los que lo reciben igual que para quienes lo manejan.
La Biblia, en el Antiguo Testamento, nos dice unas palabras que parecen hoy desconcertantes:

- ¡Dichoso el rico... porque la generosidad de sus donativos será proclamada por la asamblea de todos los santos!
Jesús lo recomendará después así:

-¡A ganarse amigos con el dinero malvado!
O sea, el dinero que tantas veces es malo, se puede convertir, y se convierte de hecho, en una bendición.
Se me ocurre ahora la historia de aquellas zapatillas.
Un grupo de gente rica formaba una especie de club para ayudar a los pobres. Y aquel señor de la nobleza francesa visita a una amiga millonaria, a la que encuentra remendándose sus zapatillas.

- Pero, ¿por qué no se compra otras nuevas?
- Porque tengo que ahorrar para los pobres.
- Pues, mire; por ellos venía a verle, para pedirle ayuda.

La señora se levanta, saca del cajoncito el billete de banco más subido, y lo entrega al visitante con la mano izquierda.

- ¿Y por qué me lo da usted con la mano izquierda?
- Para que no se entere la derecha, y ésta no se niegue a seguir remendando zapatillas.

Esto es dar cumplimiento a la profecía bíblica de Isaías: cuando venga Cristo, las lanzas de los soldados se convertirán en azadones y en machetes de agricultor. Como podía haber dicho: serán agujas de coser en manos de mujeres acomodadas, que es igual...

El rico proclamado dichoso por la Biblia es el que no anda detrás del oro, no peca con él ni hace el mal; lo aprovecha para hacer cosas admirables, y, probado por las contradicciones, es hallado un hombre perfecto.

Hoy se llevan esta gloria tantos hombres de buena voluntad, que luchan para que se imponga en el mundo una justicia social auténticamente humana y cristiana. Su puesto en la empresa o en el Gobierno es para el bien de los otros, no para provecho propio.

Y es una gloria también volvemos la palabra a Jesús de los que, practicando siempre con pasión el amor mediante el dinero, saben granjearse con los pobres unos amigos que serán sus mejores abogados ante el Dueño de las cuentas.

Como aquel ricachón, que decía con bondadosa humildad:
- Yo he nacido para trabajar y ser pobre.

Derrochaba entre sus obreros, en obras sociales y de caridad, los torrentes de dinero que ingresaban en sus arcas. Hacía con ello honor a la Palabra de Dios, la cual dice de un rico así que ha hecho maravillas. Le dio la razón al Evangelio que le decía: haceos amigos con el dinero malvado...

El dinero es el dios oro, ante el que tantos se arrodillan, por desgracia. Pero es también, dichosamente, el oro de Dios, depositado e nel Banco de Arriba. Depende todo de las manos en que cae y de cómo se maneja.... 

Extiende tu mano y estarás sano
Lucas 6, 6-11. Tiempo Ordinario. Jesús vino a salvar a todo el mundo. Tanto a los buenos como a los malos.

Oración introductoria 
Señor, sólo en la oración puedo encontrar el sentido que debo dar a los sucesos de este día. En la medida en que te ame y te escuche en esta meditación, en esa medida podré transmitir tu amor a los demás.

Petición 
¡Ven Espíritu Santo! Aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad para que sea digno de poder dialogar contigo en esta oración.


Meditación del Papa Francisco
En el Evangelio del día, Jesús pregunta a los fariseos si es lícito o no sanar en sábado,  pero no responden. Él, entonces, toma de la mano a un enfermo y lo sana. Los fariseos confrontados con la verdad, callaban, pero luego chismorreaban por detrás... y trataban de hacerle caer.

Jesús reprende a esta gente que estaba tan apegada a la ley, que se había olvidado de la justicia e incluso negaba la ayuda a los padres ancianos con el pretexto de haber regalado todo al Templo. Pero ¿quién es más importante? ¿El cuarto mandamiento o el Templo?

Esta forma de vivir apegados a la ley, les alejaba del amor y de la justicia. Cuidaban la ley, descuidaban la justicia. Cuidaban la ley, descuidaban el amor. Eran modelos: eran los modelos. Y Jesús para estas personas sólo encuentra una palabra: hipócritas. Por un lado, van por todo el mundo buscando partidarios. ¿Y luego? Cierran la puerta. Hombres de la cerrazón, hombres tan apegados a la ley, a la letra de la ley, no a la ley, porque la ley es amor; sino a la letra de la ley, que siempre cerraban las puertas de la esperanza, del amor, de la salvación... Hombres que sólo sabían cerrar. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 31 e octubre de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
Una de las actitudes que Jesús rechaza con más fuerza es la hipocresía. Es la actitud de la gente que quiere aparentar que son buenos, inteligentes o rectos, para luego comportarse al contrario de lo que profesan ser. Esta es la actitud de los escribas en este Evangelio. Jesús llama al hombre enfermo para hacer una obra buena en él. Los escribas quieren acusarle por curar en sábado, que estaba prohibido por la Ley de Moisés.

Jesús les pregunta si es lícito o no hacer el bien en sábado. Era obvia la respuesta, pero por querer acusar a Jesús, callan. Como si no supieran qué responder. Pero sí lo sabían, y aún así, callaron para no tragarse sus propias palabras de prohibición de la Ley. Para seguir aparentando que lo sabían todo, que aplicaban la ley al pie de la letra, que eran justos y no pecaban en su comportamiento. Pero sí pecaban en su corazón, lleno de soberbia e hipocresía.

Eso era lo que más disgustaba a Jesús. Pero al mismo tiempo era lo que le daba más tristeza. Porque Jesús vino a salvar a todo el mundo. Tanto a los buenos como a los malos. Pero necesita nuestra colaboración, que nuestro corazón esté desprendido de nuestro egoísmo para que pueda acoger los criterios de Cristo, que es el amor, la generosidad, la donación personal, y sobretodo la humildad de corazón.

Propósito
No dudar en ayudar a la persona que tengo cerca, con amor y generosidad.

Diálogo con Cristo Jesucristo, Tú eres fuente de la auténtica libertad, aquella que me puede llevar a optar siempre por el mejor bien. Te pido que me concedas la gracia de saber darte siempre el lugar que te corresponde en mi vida, Tú eres mi mejor amigo porque hasta has dado tu vida por mí, ¡ayúdame! Quiero serte siempre fiel y corresponder plenamente a tu amor.

Regina,Santa Mártir, 7 de septiembre

Martirologio Romano: En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir (s. inc.).

Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.-

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos.-

Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. En el momento de la ejecución (decapitación), apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.
 
Somos una... solo una Iglesia
Jesucristo dotó a su única Iglesia de una estructura jerárquica que hemos de respetar, aceptar plenamente.

Todos los cristianos somos hoy conscientes de lo que significan esas palabras tiernas y emocionadas de Jesús en la Ultima Cena, cuando le pedía al Padre: ¡Que sean uno!...

Jesús conocía de sobra nuestra tendencia a la división. A capitanear cada cual su grupo haciendo imposible la cooperación, aunque sea para la causa más justa y más santa.

Esto es muy propio nuestro desde que Satanás en el paraíso metió tan profundamente en nuestro ser el orgullo de que él está lleno, porque Satanás no es más que orgullo y desamor. Jesús preveía el mal que se echaría sobre su Iglesia, y pide a gritos: ¡Unión! ¡Unión! ¡Unión!... Unión en la única Iglesia mía. Los hermanos que vivimos separados, entendemos hoy muy bien este anhelo de Jesucristo, y por eso buscamos la unión entre todos los cristianos.

El director de una revista anotaba hace ya mucho tiempo cómo la sociedad se iba dividiendo hasta pulverizarse. Pero fue optimista, y mirando a las diversas Iglesias cristianas expresó así su pensamiento:

- Nos hallamos dolorosa e injustamente pulverizados. Pero esto es providencial. El polvo se puede amalgamar, y convertirse en una masa compacta, dura, resistente.

Muy bien dicho. La Iglesia, en la mente de Jesucristo, es la llamada a unir a la Humanidad en el amor, pero para ello debe empezar por estar unida ella misma, tal como la instituyó su fundador Jesucristo. El Papa Pablo Sexto, que vivió intensamente el misterio de la Iglesia, decía en una de sus primeras catequesis:

La Iglesia es UNA, por la unidad de la fe, por la unidad del culto, por la unidad de la autoridad suprema.
Tiene una unidad estructural y orgánica: es un cuerpo, un edificio, un reino. Es comunitaria y es jerárquica. Es orgánica y concorde.
Lo confesamos con ese canto hermoso, de inspiración paulina:

- Un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre...

Y esto, como lo ha querido Jesucristo, dirigidos y aglutinados en una autoridad visible, el Papa, que hace las veces de Jesucristo, por voluntad expresa del Señor.

Es conocida la visita de aquellas mujeres japonesas al primer misionero que llegó al Imperio del Sol naciente después de tres siglos cerrado al Occidente. Ya la narramos una vez en nuestros mensajes.

Pues otra muy parecida realizaron unos hombres a otro Padre, en una región donde parecía que se había extinguido la religión católica. Llegan juntos, y uno saca de entre los pliegues de su vestido un Crucifijo que fue destrozado durante la persecución:

- Oye, extranjero, ¿conoces tú a éste?
- Sí; es nuestro Salvador, que murió en la cruz por los pecados de los hombres.
Los visitantes hacen con la cabeza una señal afirmativa. Sacan entonces una imagen ya muy vieja de la Virgen María:
- ¿Y sabes tú quién es ésta?
El misionero la toma, y la besa con amor:
- Sí, claro; es la Madre bendita de nuestro Salvador.
Los visitantes empiezan a sonreír felices. Pero el que capitaneaba el grupo hace la pregunta más comprometedora:
- Quisiera saber si tú conoces a un Obispo que vive en una ciudad lejana, grande, y que dice que le tienen que obedecer todos, porque Cristo lo constituyó Vicario suyo. ¿Es cierto eso?
El misionero se asombra, mientras piensa que le tienden una trampa inspirada por los mercaderes protestantes. Así y todo, les contesta:

- Sí, lo conozco también. Es el Papa, el Padre Santo, el sucesor de Pedro, y que está en Roma, y es él quien nos ha enviado a mí y a los otros misioneros católicos a vosotros para que os anunciemos la buena nueva de la Salvación y os comuniquemos la gracia de Cristo por los Sacramentos.
Era todo lo que querían saber aquellos sagaces japoneses. Llenos de alegría se tiran al cuello del misionero, gritando:
- ¡Tenemos una misma fe, tenemos un mismo corazón!
Este caso vale también por mil discursos.

Sin sacerdotes durante casi trescientos años después de las sangrientas persecuciones, pero allí estaba viva la Iglesia, UNA, con la misma fe y el mismo amor, unida con el pensamiento y el corazón a la Iglesia de Roma, que liga, une y estrecha a todas las Iglesias particulares extendidas por el mundo entero.

Mirando ahora a nuestra vida en particular, nos damos cuenta de lo que comporta el vivir, mantener y fomentar la unidad de la Iglesia. Si Jesucristo hubiera instituido varias Iglesias, y si a su Iglesia la hubiera dejado en el mundo como un movimiento inorgánico, bastaría ser cristiano sin más, cada uno como quisiera y donde quisiera. Pero, no. Jesucristo dotó a su única Iglesia de una estructura jerárquica que hemos de respetar, aceptar plenamente y mantenerla con una fidelidad a toda prueba. Romper esa unidad es desgarrar el cuerpo de Cristo.

Como sabemos esto muy bien, nosotros juramos fidelidad inquebrantable al Vicario de Jesucristo, estrechamos nuestros corazones en la unidad, y mostramos así al mundo que la Iglesia es UNA en Cristo, como es UNO el Dios que, en tres Personas distintas, permanece en unidad irrompible.

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