Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados
- 08 Septiembre 2015
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Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón.
Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor.
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
Fiesta de la Natividad de la Virgen María
La Natividad de la Santísima Virgen María
"Hoy nace una clara estrella, tan divina y celestial, que con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella. De Ana y de Joaquín, oriente de aquella estrella divina, sale su luz clara y digna de ser pura eternamente: el alba más clara y bella no le puede ser igual, que, en con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella. No le iguala lumbre alguna de cuantas bordan el cielo, porque es el humilde suelo de sus pies la blanca luna: nace en el suelo tan bella y con luz tan celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella". Así canta el himno de Laudes de esta fiesta. Y el de vísperas no es menos encantador: "Canten hoy, pues nacéis Vos, los ángeles, gran Señora, y ensáyense desde ahora, para cuando nazca Dios. Canten hoy, pues a ver vienen, nacida su Reina bella, que el fruto que esperan de ella es por quien la gracia tienen. Digan, Señora, de Vos, que habéis de ser su Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando nazca Dios". Y el día de su fiesta la saluda la Liturgia: "Celebramos el nacimiento de la Virgen María... Celebramos con gozo... ¿Quién es ésta que se asoma como alba? Cantamos de todo corazón la gloria de Cristo, en esta festividad del Nacimiento de la Virgen María... Hoy es el Nacimiento de María Santísima, cuya vida ilustra de esplendor a todas las Iglesias... Hoy ha nacido la Virgen María del linaje de David. Por ella vino la salvación del mundo a los creyentes, y por su vida gloriosa todo el orbe quedó iluminado... Tu nacimiento, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría de todo el mundo... Todos los textos de la Liturgia de las Horas y de la Eucaristía son piropos a esta Mujer sencilla y humilde, pero a la vez la más grande que jamás vieron los siglos, que acaba de nacer... ¡Felicidades, Madre! Felicidades por Ti, por tu nacimiento. Felicidades, Madre, porque ibas creciendo en el oscuro camino de la fe. Felicidades, Virgen peregrina, porque nos enseñas la ruta de la santidad. Felicidades, Madre, porque un día, un mes, en un lugar, de unos padres... naciste como cualquiera de nosotros y sin embargo de Ti nacería el Salvador del mundo unos años después. Felicidades, la pobre de Nazareth. Felicidades, Madre, porque todos felicitarán "a la amada, la paloma única, la perfecta". Felicidades, Madre, porque eres la cima, la altura donde reside la divinidad. Felicidades, Madre, porque eres la "Tierra de delicias" como te llama Malaquiás. Felicidades, Madre, porque eres la Madre de Dios y mía también.
San Andrés de Creta (660-740), monje y obispo
Sermón 1 para la Natividad de la Virgen María; PG 97, 812-816
María, primicia de la nueva creación
En el principio, el hombre fue creado de una tierra pura, sin mancha. (Gn 2,7) Su naturaleza quedó privada de su dignidad primera cuando fue despojada de la gracia por la caída en la desobediencia y arrojada fuera del país de la vida. En lugar de un paraíso de delicias sólo podía transmitirnos una vida corruptible como patrimonio de herencia, una vida de la que se seguiría la muerte con su consecuencia, la corrupción de la raza. Todos habíamos preferido el mundo de aquí abajo a aquel de arriba. No quedaba ninguna esperanza de salvación. Nuestra naturaleza caído clamaba al cielo en ayuda suya. No hay ninguna ley que pudiera curar nuestra enfermedad. En fin, en su beneplácito, el divino artesano del universo decidió renovar el mundo, crear otro mundo –todo armonía y juventud- de donde se echaría el contagio del pecado y de la muerte que es su compañera. Una vida nueva, libre y liberada nos sería ofrecida en el bautismo donde encontraríamos un nuevo nacimiento divino... ¿Cómo se realizaría este designio? ¿No era conveniente que, en un principio una virgen pura y sin mancha, se pusiera al servicio de este plan misterioso, y concibiera en su seno al ser infinito, trascendiendo toda ley natural?... Al igual que en el paraíso, donde Dios sacó de la tierra virgen y sin mancha un poco de lodo para formar al primer Adán, así en el momento de la encarnación se sirvió de otra tierra, es decir: de esta virgen pura e inmaculada, elegida entre todas las criaturas. En ella nos recreó de nuevo a partir de nuestra sustancia misma y llegó el nuevo Adán, creador de Adán, para que el antiguo fuera salvado por el nuevo y eterno.
El nacimiento de la Virgen
Tomando como referencia la fecha del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, la Iglesia celebra nueve meses más tarde, el 8 de septiembre, la Natividad de la Virgen María.
Nos gustaría conocer con más detalles, por el amor que sentimos por Ella, las circunstancias en que se produjo su nacimiento, pero en los Evangelios canónicos, es decir reconocidos por la Iglesia, no se nos narra este acontecimiento. Debemos acudir a los apócrifos, y a la tradición, para saber que sus padres fueron Joaquín y Ana, dos santos cuya fiesta celebramos el 26 de julio.
Lo que es seguro es que eran descendientes de la tribu de Judá, y más concretamente de la familia del rey David, y que este buen matrimonio educó a su hija, como era costumbre entre las familias de Israel de su tiempo, con una esmerada educación práctica y religiosa. María aprendería desde niña las enseñanzas de la Torá que reflejan los cinco primeros libros de la Biblia y escucharía en casa, y luego en la sinagoga, la ley judía y las profecías antiguas entre ellas las del Mesías esperado, sin pensar que Dios tenía puesto los ojos en ella para que fuera la madre de Jesús.
A falta de datos concretos, podemos imaginarnos la infancia de aquella niña de Nazaret, que sería el gozo de sus padres y de cuantos la conocieran. Los artistas han pintado algunas escenas familiares, pero sobre todo el momento en que aquella joven recibió la embajada del arcángel anunciándole su destino, con aquella respuesta suya inmediata y generosa a los planes de Dios.
Las respuestas, cuando llegan las grandes ocasiones, no se improvisan, son fruto de muchas pequeñas acciones anteriores. Nadie se vuelve generoso de repente, o pasa pruebas de fe sin haberse ejercitado. En este sentido, la fiesta de la Natividad de la Virgen María nos ayuda a pensar en lo que es un hogar cristiano, donde todos se aman y en el que Dios mismo es el punto de referencia.
En esta misma festividad de hoy se celebran las de muchas «Vírgenes encontradas», generalmente imágenes que fueron escondidas en tiempo de persecuciones y halladas a veces al cabo de muchas generaciones. Que encontremos también a la Virgen en nuestro caminar por la vida y estemos siempre dispuestos a escuchar la voz de Dios cuando nos pide algo, como la doncella de Nazaret cuyo nacimiento fue una gran alegría para sus padres y lo es para todo el mundo.
† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús
Mateo 1, 18-23. Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen. Bendito el día que vio nacer a la Santísima Virgen. ¡Feliz cumpleaños, María!
Oración
A María el Evangelio la llama bienaventurada, porque siempre creyó en el cumplimiento de la Palabra. Te suplico, Señor, que tu Santísima Madre, cuyo nacimiento celebramos hoy, interceda por mí para que sepa escucharte y creer en lo que hoy me quieres decir.
Petición
Dios mío, aumenta mi fe, para poder imitar a María en su fidelidad.
Meditación del Papa Francisco
El tema central en el Evangelio de Jesús es el Reino de Dios. Jesús es el Reino de Dios en persona, es el Emmanuel, Dios-con-nosotros. Es en el corazón del hombre donde el Reino, el señorío de Dios, se establece y crece. El Reino es al mismo tiempo don y promesa. Ya se nos ha dado en Jesús, pero aún debe cumplirse en plenitud. Por ello pedimos cada día al Padre: “Venga a nosotros tu reino”. […]Queridos jóvenes, elMagnificat, el cántico de María, pobre de espíritu, es también el canto de quien vive las Bienaventuranzas. La alegría del Evangelio brota de un corazón pobre, que sabe regocijarse y maravillarse por las obras de Dios, como el corazón de la Virgen, a quien todas las generaciones llaman “dichosa”. Que Ella, la madre de los pobres y la estrella de la nueva evangelización, nos ayude a vivir el Evangelio, a encarnar las Bienaventuranzas en nuestra vida, a atrevernos a ser felices. (Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014).
Reflexión
Según la liturgia, fue en el mes de septiembre que, hace más de veinte siglos, vino al mundo la Mujer destinada a ser Madre del Divino Salvador. Al recordar este nacimiento, venturoso entre todos para el género humano, lo invitamos a meditarlo en breve reflexión. El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo representó una honra incomparable para toda la humanidad. Guardadas las proporciones, también la venida de la Santísima Virgen al mundo dotó de particular nobleza al género humano. Fue Ella la creatura más perfecta hasta entonces nacida, concebida sin pecado original, a quien le fue dada, desde el primer instante de su ser, una superabundancia de gracias. De esta manera se comprende, la afirmación de que María Santísima está para Nuestro Señor, así como la luna para el sol: Ella representa la suave y amena luminosidad de la luna, y Él, la omnipotente y deslumbrante claridad del sol. Hay sin duda, inmensa belleza en el despuntar del día del fulgurante astro. No obstante, en ciertas ocasiones, el aparecimiento de la luna tiene su encanto también, su poesía y su grandeza. La natividad de Nuestra Señora fue, para toda la humanidad, como un magnífico nacer de la luna: sol de las sombras, sol del reposo, sol de las largas meditaciones y de los extensos ejercicios del espíritu... El cumpleaños del padre o de la madre son siempre un motivo de alegría que reúne a toda la familia para celebrarlo. Cada uno deja sus ocupaciones y trata de hacer feliz al festejado. Este signo externo trata de reflejar un sentimiento más profundo como es la gratitud y el amor. A nuestros padres debemos la vida. Ellos fueron el instrumento de Dios para concebirnos. Hoy celebramos el cumpleaños de nuestra madre del cielo, la Santísima Virgen María. Como toda buena familia, la Iglesia se reúne para celebrar, festejar y agasajar a María. Cuántas veces en nuestra vida familiar se suceden acontecimientos que, humanamente, carecen de una explicación lógica. Cuántas veces en nuestras vidas no vemos claro, nos falta luz. Y sin embargo, Dios está ahí, como estuvo hace dos mil años en la vida de la Sagrada Familia de Nazaret.
Propósito
Celebrando el cumpleaños de la Virgen María, aprovechemos para renovar nuestra fe. Unámonos en familia en torno a ella y pidámosle que nos ayude a descubrir siempre la mano de Dios en nuestra vida. Que al igual que María y José, sepamos confiar en la Providencia buscando en todo servir y agradar a Dios.
Diálogo con Cristo
Gracias Jesús por dejarnos a María como madre y modelo de santidad. Quiero acercarme más a Ella para poder seguir mejor su ejemplo y así lograr que todo momento de mi existencia sea un paso para crecer en el amor a Dios y a mis hermanos.
Hoy, fiesta del nacimiento de la Virgen María
Sentimos inmensa alegría, felicitamos a la Virgen María en la fiesta de cumpleaños.
Hoy, fiesta del nacimiento de la Virgen María, Estrella de la mañana, como la invoca San Bernardo, quiero poner nombres a la constelación celeste que corona a la Mujer vestida de sol y que tiene a la luna por pedestal, la dispuesta por Dios para ser madre suya.
María es la Inmaculada, la concebida sin pecado. Dios podía liberar a quien iba a ser madre de su Hijo de toda mancha de pecado, lo quiso y lo realizó. Ella es la sin-pecado.
María es la colmada de gracia, la amada de Dios; así la llama el ángel Gabriel como nombre propio, y esa identidad configura esencialmente la vida de la Nazarena.
María es la mujer creyente, la que se fía de Dios; así la saluda su prima Isabel: "Dichosa tu, que has creído". Ella es nuestra madre en la fe.
María es , que abandona su propio proyecto por el que le revela el Ángel de Dios: "Hágase en mí según tu Palabra".
María es la madre del Verbo encarnado: "Concebirás en tu vientre y darás a luz un Hijo", el Hijo de Dios. Es la madre de Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdadero, es también verdadera Madre de Dios.
María es la contemplativa por excelencia, ella "guardaba todas estas cosas en su corazón". Maestra en acoger la Palabra, meditarla y alumbrarla.
María es la mujer servicial: "Subió deprisa a la montaña a servir a su prima". Ella se tiene por esclava, servidora del Señor, y de cuantos tengan necesidad de su ayuda.
María es la mujer agradecida, sensible a los dones recibidos. No se cree con derechos y reconoce a quien es la causa de su privilegio: "Proclama mi alma la grandeza del Señor".
María es mujer solidaria, sensible, social. La vemos actuar en el marco de una boda de manera comprometida cuando le dice a su Hijo: "No tienen vino".
María es la mujer fuerte, no se arredra frente a la dificultad. "Junto a la Cruz estaba María, su madre".
María es la mujer orante; dialogó con el Ángel, acudió al templo con angustia buscando a su Hijo, se reunió con los discípulos a la esperan del don del Espíritu Santo.
María es la mujer ensalzada, gloriosa, colocada junto a su Hijo en el cielo.
Por todos estos motivos, a la vez que sentimos inmensa alegría, felicitamos a la Virgen María en la fiesta de cumpleaños.
Por el nacimiento de María se enciende nuestra esperanza, el sentido de nuestra peregrinación. Ella, Medianera de todas las gracias, permanece en el desierto como mujer entrañable.
La reunión podría darse el 19 de septiembre, tras la bienvenida oficial
Francisco y Fidel Castro mantendrán un encuentro privado en La Habana
Bergoglio fue quien solicitó la cita, que fue aceptada por la parte cubana
Redacción, 07 de septiembre de 2015 a las 19:15
El primer saludo entre Fidel Castro y un Papa data del 19 de noviembre de 1996 cuando el entonces presidente cubano fue recibido por Juan Pablo II en el Vaticano
Las estructuras diplomáticas del Vaticano y Cuba acordaron ya un encuentro privado entre el Papa Francisco y el histórico líder de la revolución, Fidel Castro Ruz, durante la gira del pontífice a la isla.
Según confirmaron a Notimex fuentes cercanas al entorno papal, la solicitud del encuentro fue avanzada por Jorge Mario Bergoglio y de parte cubana ya existe beneplácito, aunque aún faltan definir detalles.
Esto siempre que lo permita la salud de Castro, que el 13 de agosto cumplió 89 años. Así se replicará lo ocurrido con los anteriores obispos de Roma que visitaron la isla: Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Un encuentro entre los dos probablemente no aparecerá en la agenda oficial. No obstante, momentos sobran en el cronograma ya previsto para Francisco quien aterrizará en el Aeropuerto Internacional "José Martí" de La Habana por la tarde del sábado 19 de septiembre.
Tras una ceremonia oficial de bienvenida, el pontífice no tiene otras actividades públicas esa tarde.
Al día siguiente, después de una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución, cumplirá una visita de cortesía al presidente Raúl Castro en el Palacio de la Revolución.
El Papa estará en la capital cubana hasta el lunes 21, por la mañana de ese día partirá con destino a Holguín y de allí seguirá camino a Santiago de Cuba, desde donde el martes 22 despegará con destino a Estados Unidos.
El primer saludo entre Fidel Castro y un Papa data del 19 de noviembre de 1996cuando el entonces presidente cubano fue recibido por Juan Pablo II en el Vaticano. El coloquio privado duró entonces 35 minutos y sentó las bases para la visita de Karol Wojtyla a la isla, dos años más tarde.
El Papa polaco llevó a cabo un viaje apostólico a ese país del 21 al 26 de enero de 1998 con etapas en La Habana, Camagüey, Santa Clara y Santiago de Cuba. El día 23 tuvo lugar la audiencia protocolar en el Palacio de la Revolución.
Además tuvieron lugar otros breves encuentros, destacando la presencia de Castro en la misa masiva del 25, en la cual participó también el escritor Gabriel García Márquez y varios miembros del Partido Comunista Cubano.
En marzo de 2012 tocó el turno al Papa Benedicto XVI, quien se reunió con Fidel en la sede de la nunciatura apostólica de la capital. El anciano líder revolucionario ya no ocupaba el puesto de presidente y las crónicas de la época refieren de una conversación larga y cordial.
Natividad de María
FIESTA DEL NACIMIENTO DE MARÍA
8 de septiembre, 2015
Felicitación a la Virgen María
Señora santa María: En nuestras fiestas de cumpleaños, vamos sumando fechas que se añaden al día de nuestro nacimiento. En tu caso, la Iglesia, a lo largo de los siglos, ha ido sumando motivos para felicitarte.
Felicidades, María, por tu Concepción Inmaculada. Si hay un motivo sobresaliente para compartir contigo la alegría de tu existencia, es, sin duda, que fuiste escogida por Dios para ser su Madre. Nos estremece la contemplación del Misterio de la Encarnación, que Dios haya querido tomar de ti la naturaleza humana, la carne, para redimirnos.
Este día, no hacemos restricción mental quedándonos con la estampa de tu venida al mundo. Sabemos que estás con Dios, coronada de gloria, intercesora nuestra, Madre de todos los hombres, Reina de todo lo creado.
El papa Francisco nos ha escrito la carta encíclica Laudato Si, y en ella nos llama a cuidar la casa común, que nos ha regalado el Creador. El pueblo cristiano, a lo largo de los siglos, te ha visto, Señora, en medio de la naturaleza, y te invoca con los nombres de los valles y de las montañas, de los árboles y de las rocas. A tu nombre ha añadido, como apellido, las advocaciones más diversas, que se refieren a toda la creación. En mi pueblo te veneramos con el título de Virgen del Campo.
Hoy son muchas las regiones y pueblos que te celebran como patrona: Virgen de Covadonga, en Asturias; Virgen de Guadalupe, en Extremadura; Virgen de La Antigua, en Guadalajara; Virgen de Begoña, en Bilbao…
Pero son los nombres con los que te invocan los más desfavorecidos los que más te acercan a quienes acudimos a ti como Madre, regalo de tu Hijo en la hora suprema de la Cruz. Tú eres Auxiliadora de los Cristianos, Refugios de los pecadores, Puerto de los navegantes, Consuelo de los afligidos, Salud de los enfermos, Abogada de los indefensos…
Dicen que en los lugares donde te rinden culto se percibe una especial protección, y sobre todo que son recintos en los que se derrama la gracia de la misericordia. Los Monasterios consagrados a tu nombre, las ermitas construidas en tu honor, los santuarios en los que se conmemora algún acontecimiento providente por tu mediación son meta de muchos peregrinos que buscan alivio a su dolor, esperanza en su crisis, salud en su enfermedad, protección en sus trabajos, y sobre todo la certeza de tu mirada, de tus ojos maternales.
Virgen María, en la fiesta de tu Natividad, y como obsequio de cumpleaños, tendríamos que ser nosotros los que te regaláramos algo precioso. Sé que lo que más te gusta es que respondamos dóciles al querer de tu Hijo Jesús. Ayúdanos a decirle, como tú dijiste al Ángel: “Hágase en mí, según tu Palabra”.