"Conmovido, Jesús extendió la mano y lo tocó"

Evangelio según San Marcos 1,40-45. 

Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme". Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado". En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: "No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio". Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes. 

San Felix de Nola

Natural de Nola, abrazó el servicio apostólico desde muy joven. Al morir su padre, Feliz distribuyó su herencia entre los pobres y fue ordenado sacerdote por San Máximo, Obispo de Nola. Al iniciarse una cruel persecución contra la Iglesia, Máximo huyó al desierto para continuar al servicio de su rebaño.

Al no ser encontrado por los soldados romanos, Felix, quien lo sustituía en sus deberes pastorales, fue tomado preso, azotado, cargado de cadenas y encerrado en el calabazo cuyo piso estaba lleno de vidrios.

Sin embargo, el Ángel del Señor se le apareció y le ordenó ir en ayuda de su Obispo, quien yacía medio muerto de hambre y de frío. Ante su capacidad de hacerlo volverlo en sí, el Santo acudió a la oración y al punto apareció un racimo de uvas, cuyas gotas derramó sobre los labios del maestro, el cual recuperó el conocimiento siendo conducido luego a su Iglesia.

Felix permaneció escondido orando permanente por la Iglesia hasta la muerte de Decio; sin embargo, continuó siendo perseguido hasta que se estableció la paz de la Iglesia. Murió en medio de la pobreza y el servicio de los más necesitados, a pesar de que fue elegido como Obispo de Nola.

Oremos
Señor, Dios todopoderoso, que nos has revelado que el amor a Dios y al prójimo es el compendio de toda tu ley, haz que, imitando la caridad de San Felix seamos contados un día entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. 

Calendario de fiestas marianas:

Nuestra Señora de la Palabra, Montserrat, España (1514).

Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad 
Carta a sus colaboradoras del 10/04/1974

"Conmovido, Jesús extendió la mano y lo tocó"

Los pobres tienen sed de agua, pero también de paz, de verdad y de justicia. Los pobres están desnudos y necesitan vestidos, pero también dignidad humana y compasión por los pecadores. Los pobres no tienen hogar y necesitan un refugio hecho ladrillos, pero también un corazón alegre, compasivo y lleno de amor. Están enfermos y necesitan atención médica, pero también una mano caritativa y una sonrisa acogedora. 

Los excluidos, los que son rechazados, aquellos que no son amados, los presos, los alcohólicos, los moribundos, los que están solos y abandonados, los marginados, los intocables y los leprosos...,  los que viven en la duda y la confusión, los que no han sido tocados por la luz del Cristo, los hambrientos de la palabra y de la paz de Dios, las almas tristes y afligidas..., los que son una carga para la sociedad, que han perdido toda esperanza y fe en la vida, los que olvidaron cómo sonreír y los que no saben lo que es recibir un poco de calor humano, un gesto de amor y de amistad - todos ellos, se vuelven hacia nosotros para recibir un poco de consuelo. Si les damos la espalda, damos la espalda a Cristo.

Señor, si quieres, puedes limpiarme
Marcos 1, 40-45. Tiempo Ordinario. El leproso sabía que Cristo lo amaba y por eso le pide su curación.


Oración introductoria
Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.

Petición
Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.

Meditación del Papa Francisco
Señor, si quieres, puedes limpiarme…” Jesús, sintiendo lástima; extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. La compasión de Jesús. Ese padecer con que lo acercaba a cada persona que sufre. Jesús, se da completamente, se involucra en el dolor y la necesidad de la gente… simplemente, porque Él sabe y quiere padecer con, porque tiene un corazón que no se avergüenza de tener compasión.

“No podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado”. Esto significa que, además de curar al leproso, Jesús ha tomado sobre sí la marginación que la ley de Moisés imponía. Jesús no tiene miedo del riesgo que supone asumir el sufrimiento de otro, pero paga el precio con todas las consecuencias.

La compasión lleva a Jesús a actuar concretamente: a reintegrar al marginado. Y éstos son los tres conceptos claves que la Iglesia nos propone hoy en la liturgia de la palabra: la compasión de Jesús ante la marginación y su voluntad de integración.

Marginación: Moisés, tratando jurídicamente la cuestión de los leprosos, pide que sean alejados y marginados por la comunidad, mientras dure su mal, y los declara: “Impuros”. Imaginen cuánto sufrimiento y cuánta vergüenza debía de sentir un leproso: físicamente, socialmente, psicológicamente y espiritualmente. No es sólo víctima de una enfermedad, sino que también se siente culpable, castigado por sus pecados. Es un muerto viviente, como "si su padre le hubiera escupido en la cara". (Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).

Reflexión
El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador. Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si quieres, puedes curarme". ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos. Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud?

El leproso no se presentó con su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tu puedes curarme, porque todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno. Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama. ¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.

Propósito. Revisar mi programa de vida espiritual para concretar medios que me acerquen más a Cristo.

Diálogo con Cristo.Jesús, ¡cuánto podrías hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! ¡Sería un instrumento que Tú podrías usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jesús, ayúdame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero.


Señor, hoy he tirado un calendario 2015 a la basura..¿Tiré también a la basura todas esas horas, todos esos días, todas esas semanas, todos esos meses, todo ese año?...

La Capilla se ha ido quedando poco a poco desierta.

Se terminó la Misa y las personas, pocas, pues es una tarde muy fría y desapacible se han retirado. Todo está en silencio... las luces también, ya no todas están encendidas y hay una penumbra dulce y un poco triste que me acompaña y me arropa el alma para poder meditar mejor ante ti, Señor.

La parpadeante lucecita roja que acompaña la figura del pequeño Sagrario parece que da calor a mi corazón que viene a buscar refugio en el tuyo para pedirte fuerzas para empezar a caminar por este nuevo año, con sus meses, sus días y sus horas... Páginas en blanco que yo he de escribir con mi libre albedrío, con mis equivocaciones, con mis terquedades, con mis intolerancias... o quizá si te pido ayuda.... Tu me vas a guiar para ser más prudente, para saber aceptar, para saber perdonar.... para olvidarme un poco de mi y estar más pendiente de los que me rodean y procurar siempre hacerlos más felices.

¡Qué callado estás, Señor!. Dime, ¿estás triste?. Tal vez si.... ¿O me lo parece porque yo lo estoy? No sé, Jesús, pero lo que sí sé, es que me estabas esperando porque te quedaste para eso, para consolar al triste, para iluminar al que no sabe ni lo que quiere ni lo que busca,.... para dar fuerza a los que nos debatimos en la debilidad de esa lucha para seguir adelante.... para prestarnos tu hombro y que en él reclinemos la cabeza y tal vez lloremos con ese llanto suave y reparador cuando hay dolor en el alma...

Me gusta, Jesús, sentirte como el mejor de los amigos y contarte mis cosas.... esas cosas de todos los días. Las cosas simples pero que siempre tienen un gran significado. Y hoy... te lo voy a contar..... aunque tu ya lo sepas:

Hoy he tirado un pequeño calendario del año 2015 a la basura.... He sentido algo extraño. Un pensamiento doloroso y oscuro ha cruzado por mi mente, ¿tiré también a la basura todas esas horas, todos esos días, todas esas semanas, todos esos meses, todo ese año?...

Tuvo, como otros, días buenos, días malos, noches buenas, noches tristes, muy tristes, alegrías, temores, certezas, miedos, ilusiones, proyectos, anhelos , realidades, triunfos y derrotas.
Pero... SI NO AMÉ MÁS,... PUEDE QUE SI, EFECTIVAMENTE LO TIRÉ A LA BASURA."

Pongo en tus manos Señor el año que pasó en tu misericordia, y el año que empieza, en tu providencia...

Hospitalidad.es, campaña de los jesuitas por inmigrantes y refugiados

La Compañía de Jesús lanza "Hospitalidad.es", para promover la acogida con migrantes y refugiados
"Estamos viviendo una de las mayores crisis de la Humanidad. Es el momento de actuar"
Doscientos millones de personas, el "quinto país del mundo", han debido huir de sus países de origen

Jesús Bastante, 14 de enero de 2016 a las 10:52

Cómo explicar que no hemos sido capaces de acoger a los inmigrantes, por qué tras la solidaridad ahora parece que no hay alarma

(Jesús Bastante).- Doscientos millones de personas. Un hipotético "quinto país del mundo" en número de habitantes, que sin embargo viven sin tierra, huyendo, sin futuro. Son los migrantes. 60 millones de ellos son refugiados, que escapan de la guerra, de la muerte y del odio ante el ominoso silencio de Occidente. No se trata de una emergencia puntual, sino de una necesidad de actuar. Esto es lo que intenta la Compañía de Jesús, que esta mañana lanzó Hospitalidad.es, una campaña global que intenta promover, de una manera integral, una cultura de acogida, sensibilización, cooperación e incidencia.

"El Papa nos recuerda que hay mucho que llorar por el mundo para que el alma no se seque. Nosotros ya hemos llorado, y ahora es el momento de actuar", subrayó Alberto Ares, sj., delegado del sector social de los jesuitas españoles. La campaña "quiere traer la voz de los refugiados que ya viven con nosotros", porque "estamos viviendo una de las mayores crisis de migración de la Humanidad".

El próximo 17 de enero se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. En este día queremos recordar que el mundo está viviendo la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, apuntan desde la Compañía. Conflictos enquistados en Siria, Afganistán o el Cuerno de África están produciendo la huida continua de población civil que busca salvar su vida y tener un futuro.

"El Mediterráneo se ha convertido en la frontera más desigual y mortífera del mundo", denunció Ares, quien señaló que "los 3.771 muertos intentando llegar a Europa por mar en 2015 suponen un escándalo ético. Son seres humanos con derecho a ser protegidos. El cumplimiento de este derecho pesa sobre los gobiernos, pero la ciudadanía tenemos también nuestra cuota de responsabilidad".

Ceuta y Melilla son el principal punto de entrada de España. Al país, lamentablemente, de las 19.000 "plazas" comprometidas sólo han llegado 18 personas, "algo que da mucho que pensar". Para el responsable jesuita, es preciso "afrontar la globalidad de la indiferencia, que ha alcanzado unas dimensiones mundiales".

La Compañía de Jesús ha decidido actuar con la hospitalidad, con una respuesta generosa en integral, que no deje fuera a nadie. Con cuatro líneas: acogida, cooperación, sensibilización e incidencia.

Daniel Villanueva SJ, Director de la Fundación Entreculturas, subrayío cómo " la respuesta pasa necesariamente por acompañar, es irrenunciable". "Necesitamos trabajar en este asunto de manera transnacional, vinculando origen, tránsito y destino. No podemos olvidarnos de los que no han podido escapar de los conflictos", subrayó Villanueva, quien animó a "visualizar las causas de este éxodo, derribar estereotipos ante una población que se ha visto forzada a dejar sus países".

"Tenemos que asumir nuestra responsabilidad, como europeos, en esta crisis. Nuestra labor no sólo es de acogida, sino de apostar por una cooperación internacional con los países donde se da el sufrimiento. La política al desarrollo ha sido la más recortada en estos años de crisis", añadió el responsable de Entreculturas, quien animó a la "responsabilidad que nos concierne a todos para ser fieles a una sociedad que siempre ha sido de acogida".

Por su parte, Miguel González, responsable del Servicio Jesuita a Refugiados en España, destacó cómo ya antes de la crisis del Mediterráneo, el sistema español de asilo era muy limitado. "Queremos llegar donde el sistema no llega, porque las personas tienen sus derechos, pero el sistema es muy pequeño, y hay personas que no acceden a él, y otras que se caen de él". González dibujó dos de las líneas de trabajo: acogida y sensibilización.


"Queremos poner en juego la cabeza, las manos y el corazón de las personas", subrayó González, advirtiendo de la "ola de xenofobia y exclusión" que está creciendo en Europa. "Hay que derribar mitos falsos desde la intelectualidad", pero además "necesitamos activar el corazón, la empatía", algo que tiene que ver con poner rostros a los migrantes y refugiados, entrar en contacto con ellos, convivir con ellos. Y, cómo no, "cambiar las políticas que limitan los derechos de las personas".

Por su parte, Cristina Manzanedo, responsable de Incidencia del SJR, subrayó la necesidad de "tener una voz pública muy potente" para denunciar los fallos y potencialidades de los sistemas de acogida en España y Europa. "Queremos analizar, investigar y proponer cambios políticos y reales que ejerzan el impacto necesario a favor de la justicia para estas personas. Se quiere poner especial atención a la Frontera Sur, en las personas que ya están entre nosotros y en la falta de coordinación de la respuesta europea".

"Cómo explicar a Europa que hemos sido incapaces de acoger a los inmigrantes, por qué Europa no sabe coordinar esfuerzos para dar una respuesta a los refugiados, y hacerlo entre todos", señaló Manzanedo. En lo tocante a España, "nos preocupa que hubo un momento de mucha solidaridad, y ahora parece que no hay alarma". "Los refugiados ya están aquí: hay una ruta muy importante por el Mediterráneo occidental", indicó, subrayando que hay 10.900 personas que ya han entrado por aquí. Llegan y se les aparca en los CETI's, cuyo funcionamiento "hay que cambiar".

"Hay refugiados de primera y refugiados de segunda en España", denunció la experta, quien apuntó cómo la situación de los refugiados sirios "esconde" la realidad de los refugiados africanos. "Sus solicitudes tardan años, y mientras viven perseguidos y aislados". También hace falta "invertir en integración".

Mariana Morales, Coordinadora de Acogida en Madrid, ofreció el crudo testimonio de una familia sudanesa refugiada en Madrid, y las vicisitudes para huir del horror, cayendo en manos de mafias de inmigrantes pero, sobre todo, la insolidaridad de un sistema que no tiene en cuenta a las personas.

Firmes en nuestra fe.
Si Dios nos ama tanto ¿por qué permite que nos sucedan situaciones dolorosas? ¿por qué permite que exista el mal? 

Cada mañana al despertar, es momento para reflexionar sobre el valor de la vida. La misma que nos regala Dios a través de la maravilla de la concepción y que se manifiesta en nuestro caminar diario. A veces, hay momentos en donde ese caminar se ve empañado por situaciones extremadamente fuertes que nos inducen al cuestionamiento de la existencia de Dios.
A consecuencia de esas desviaciones que creamos en respuesta a los golpes que recibimos de la vida, vamos alejándonos cada vez más de Dios. Incluso, podemos ir sumergiéndonos en el mar del ateísmo sin darnos cuenta. “Con frecuencia el ateísmo, se funda en una concepción falsa de la autonomía humana, llevada hasta el rechazo de toda dependencia respecto a Dios. Sin embargo, el reconocimiento de Dios no se opone en ningún modo a la dignidad del hombre, ya que esta dignidad se funda y se perfecciona en el mismo Dios.” (cf GS 20,1; 21,3)

Sin embargo, según Enrique Cases: “lo que el hombre puede decir de Dios está sometido a la limitación en imperfección del hombre. Por eso hay religiones más o menos perfectas, en la medida que expresen mejor o peor lo que Dios es.”

Cabe señalar que nuestra religión católica se presenta como acción de Dios quien ha escogido y designado a unos hombres en particular y dándole su santa bendición, los envía hablar de él a los demás hombres. A través de la religión es que nos encontramos definitivamente con Dios. Por ende, el cristianismo es un descenso de Dios hasta el nivel de la humanidad. De esta forma, se fortalece un vínculo entre Dios y el mundo, llegando a tener una comunicación directa con Dios.

Existen muchas razones por las cuales debemos creer en Dios. Primero que nada, porque nos dio la vida, la familia, la naturaleza, la sabiduría. Porque se siente en cada uno de nuestro interior, porque nos da la fortaleza para sobrellevar las crisis de nuestras vidas. Y más importante aún porque no hay ser humano que pueda crear en un laboratorio la mayor obra maestra de Dios: el amor.

Y entonces, si Dios nos ama tanto ¿por qué permite que nos sucedan situaciones dolorosas? ¿por qué permite que exista el mal? Son cuestionamientos profundos que no siempre tienen una fácil explicación. Pero, muchas veces las permite porque precisamente son esas situaciones las que nos hacen acercarnos a él y reflexionar en nuestra fe. Por otra parte, el mal existe porque nosotros mismos permitimos que exista; ya que Dios nos ama tanto que nos permite elegir entre el bien y el mal. Y son aquellos que eligen el mal, los encargados de hacer daño a los demás.

La responsabilidad recae en nosotros, ya que la fe cristiana se basa en nuestro vínculo con Dios que se manifiesta a través de la oración. Las plegarias mueven montañas, pero éstas deben hacerse con fe. Por último, debemos creer en Dios y en su palabra, porque sin él sencillamente no existiríamos. “ Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual”. (DV 21 CIC)

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