...aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón

Evangelio según San Mateo 11,28-30. 

Jesús tomó la palabra y dijo: 

"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.

Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. 

Porque mi yugo es suave y mi carga liviana." 

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia 
Tratado sobre la virginidad, 35-36; PL 40, 416

“...aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón”

Te veo, buen Jesús, con los ojos que tú has abierto en mi interior, te veo gritando y llamando a todo el género humano: “Venid a mí, aprended de mí” ¿Cuál es la lección?...tú, por quien todo ha sido creado...¡cuál es la lección que venimos a aprender en tu escuela? “...Que soy sencillo y humilde de corazón”. (Mt 11,29) Aquí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (cf Col,23): aprender esta lección capital: ser sencillos y humildes de corazón... 

Que escuchen, que vengan a ti, que aprendan de ti a ser sencillos y humildes de corazón los que buscan tu misericordia y tu verdad, viviendo para ti y no para ellos mismos. Que lo escuche aquel que sufre, que está cargado con un fardo que le hace desfallecer, hasta tal punto de no atreverse a levantar los ojos hacia el cielo, el pecador que golpea su pecho y se queda a distancia. (cf Lc 18,13) Que lo oiga el centurión que no se sentía digno que tú entraras en su casa (Lc 7,6) Que lo oiga Zaqueo, el jefe de los publicanos cuando devuelve cuatro veces el fruto de su pecado (Lc 19,8)

Que lo oiga la mujer que había sido pecadora en la ciudad y que derramaba tantas lágrimas a tus pies por haber estado tan alejado de tus pasos. (Lc 7,37) Que lo escuchen, las mujeres de la vida y los publicanos que en el Reino de los cielos preceden a los escribas y fariseos. Que lo oigan los enfermos de toda clase con quienes compartías la mesa y te acusaron de ello... 

Todos estos, cuando se vuelven hacia ti, se convierten fácilmente en gente sencilla y humilde ante ti, acordándose de su vida llena de pecado y de tu misericordia llena de perdón, porque “cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó la gracia.” (Rm 5,20)

San Pablo de Córdoba

San Pablo de Córdoba, diácono y mártir

En Córdoba, ciudad de la región hispánica de Andalucía, san Pablo, diácono y mártir, que, aleccionado con el ejemplo y la palabra de san Sisenando, no temió reprochar a los príncipes y dignatarios sarracenos la falsedad de su culto, y fue muerto por haber confesando a Cristo como verdadero Dios.

Uno de los gloriosos defensores de la religión cristiana, que arrebató de este mundo la cruel persecución que suscitaron los moros en Córdoba al mediados del siglo IX, fue san Pablo, natural de la misma Ciudad: joven ilustre, de talle airoso , y de una hermosura corporal extraordinaria, vivo retrato de la que ilustraba su alma. No se dejó llevar en sus primeros años de aquellas vanas esperanzas con que le lisonjeaba la fortuna. Inspiróle su virtud dictámenes muy contrarios; pues considerando el fin caduco de todos los bienes de la tierra, quiso conseguir los eternos, y para aprender el verdadero camino que conduce al hombre a la patria celestial, empleó su juventud en el estudio de las letras divinas, y de las laudables costumbres que se enseñaban en la Iglesia de San Zoilo, donde en ambos ramos se instruían los hijos de los cristianos por los mas hábiles preceptores, en la desgraciada época que se hallaba Córdoba bajo el tirano yugo de los africanos. 

Hizo Pablo grandes progresos en las ciencias, y dedicado al estado eclesiástico, recibió el sagrado orden de diácono, en el que se distinguió por la sencillez de su corazón, por la integridad de su fe, y por el testimonio de su buena conciencia: y como estaba armado con el escudo de la caridad, no pudo separarle de Jesu-Cristo ni la tribulación, ni la espada, ni aun la misma muerte. En todo tiempo y en todas ocasiones daba Pablo pruebas auténticas de su ardiente caridad para con todos los pobres necesitados, y con especialidad para con los fieles que se hallaban en las cárceles próximos a ser víctimas del furor de los árabes, no por otra causa, que la de declamar justamente contra los crasos errores y contra las ridículas patrañas de la Ley de Mahoma. Servíalos con indecible piedad, cuidaba de asistirlos en todas sus necesidades, mostrábales compasión en los trabajos, y aliviaba sus males con sus saludables exhortaciones. San Eulogio, que escribió las Actas de este ilustre joven, engrandece su bondad, su candidez, su suavidad, y su ardorosa caridad, por lo que se hizo amable de todos. Pero como Dios le tenia escogido para sí, le trasladó del destierro de esta vida en lo mas florido de sus años. 

Contribuyó mucho para excitar a Pablo a la heroica generosidad con que se ofreció al martirio, la amistad que profesaba con san Sisenando, que dio pruebas de la firmeza de su fe en el día 16 de julio , teniendo en él no solo ejemplo, sino despertador para su glorioso triunfo: habiéndolo convidado, cuando estaba próximo a padecer, a que lograse la misma dicha a que aspiraba. Presenció el ilustre diácono el valor con que hizo frente Sisenando a los enemigos de la fe, la fortaleza con que confesó a Jesu-Cristo por verdadero Dios ante el Tribunal de los jueces árabes, la generosidad con que condenó por hombre falso y engañador al que los moros tenían por verdadero Profeta, y la constancia con que perseveró en la defensa de la religión cristiana hasta derramar su sangre, y encendido en vivísimos deseos de imitar a aquel héroe, se presentó al juez agareno, y no satisfecho con haber confesado la divinidad de Jesu-Cristo, declamó con no menor brío que su amigo Sisenando contra los necios delirios del Corán. Irritó al juez una acción tan generosa, de suerte que, no pudiendo contener la indignación dentro del pecho, mandó que lo degollasen inmediatamente. Ejecutóse la inicua providencia en el día 20 de julio del año 851, y habiendo dejado los moros el venerable cadáver delante del Alcázar, recogido por los cristianos, le dieron sepultura en la Iglesia de San Zoilo, donde tuvo el oficio de diácono.

Cuando entró Pablo en la cárcel, se hallaba en ella un sacerdote natural de Beja, a quien por un falso crimen tuvieron los moros en una oscura mazmorra el dilatado tiempo de veinte años, después de los cuales le pusieron en la prisión común de los malhechores. Entró el presbítero en el calabozo en lo mas florido de su edad, pero salió lleno de canas, a fuerza de los trabajos e infelicidades que le hicieron padecer los bárbaros. Vio a Pablo cercano á su glorioso triunfo, y le rogó, que cuando estuviese en la visión beatífica, intercediese con Dios para que le libertase de las pesadas prisiones que sufría inocente tantos años. Ofreciólo así el insigne diácono compadecido de sus miserias; y no olvidándose de su palabra, a pocos días después de su martirio consiguió el sacerdote la apetecida libertad, por lo que dio al Señor, y al ilustre mártir, las gracias correspondientes.

Al igual que para santa Áurea, hemos tomado este texto del «Suplemento á la última edicion del Año Christiano», del P. Juan Croisset, S.J. (Juan de Croiset, dice la portadilla), en redacción correspondiente de D. Juan Julián Caparrós, tomo II, pág 128 a 130, edición de 1797, afortunadamente puesta a disposición, en un escaneo de muy buena calidad, por Google Libros. He corregido parte de la gramática del texto, para evitar mayores dificultades en la lectura, sin embargo, me ha parecido adecuado respetar algo del sabor antiguo de la redacción, que es gran parte del atractivo de las páginas del Croisset.
La fuente única para éste, como para la inmensa mayoría de los «mártires de Córdoba», es el «Memoriale Sanctorum» de san Eulogio de Córdoba; en este caso la historia está en el libro II, cap VI, es decir, inmediatamente a continuación de san Sisenando, de donde el P. Caparrós recoge lo sustancial de la historia. El texto de Eulogio puede verse, en latín, en una edición facsimilar muy legible, en el proyecto Cervantes Virtual.

fuente: P. Juan Croisset, SJ

Esto es el descanso de mi vida

Santo Evangelio según San Mateo 11, 28-30. XV Jueves de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Un nuevo día. Un nuevo comienzo… la misma vida… Hoy vuelvo a optar por Ti.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Ir hacia Ti, Señor… Ir hacia Ti.

No puedo negar que este caminar es cansado. No puedo negar que mientras más avanzo, mientras más subo, la vista es más hermosa pero… aumenta el cansancio.

Avanzo y voy perdiendo la visión, voy perdiendo la motivación y la capacidad de sorprenderme pues me enfoco sólo en el camino, en la subida, en la carga. Me enfoco más en lo que voy dejando, en el tiempo que ha pasado, lo que he perdido… lo que he ganado, y me olvido de Aquél que va conmigo.

No se trata de avanzar, de retroceder; de caminar, de correr… sino de recorrer el camino junto a Alguien; junto a Él.

¿Hay cansancio?...sí. ¿Hay cargas?... también. No hay por qué negarlas o evitarlas; hay que saber que éstas no son lo verdaderamente importante, sino que lo importante es caminar sabiendo que Alguien comparte mi cansancio, que Alguien va conmigo de la mano. Esto es lo esencial… esto es el descanso de mi vida.

Ir hacia Ti, Señor… Ir hacia Ti…es no fijarme en el cansancio… es no fijarme en la carga; es saber que Tú estás conmigo.

"Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto. Ante todo, Dios se hace pequeño. El Señor, "manso y humilde de corazón", prefiere a los pequeños, a los que se ha revelado el Reino de Dios; estos son grandes ante sus ojos, y a ellos dirige su mirada. Los prefiere porque se oponen a la "soberbia de la vida", que procede del mundo. Los pequeños hablan su mismo idioma: el amor humilde que hace libres. Por eso llama a personas sencillas y disponibles para ser sus portavoces, y les confía la revelación de su nombre y los secretos de su corazón."

(Homilía de S.S. Francisco, 28 de julio de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Iré a Cristo al participar humildemente en una hora eucarística, poniendo en sus manos mi fatiga y agobio.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Estoy aquí, Señor, entre el tráfico y las prisas

Me siento cansado, agobiado y hoy vengo a ti, en recuerdo, aunque lejano de un tiempo pasado

Estoy aquí , Señor, vengo envuelto entre el tráfico, arrastrada en el vendaval del agitado mundo, de sus prisas, de sus noticias, que muchas veces dan escalofrío,... de música que no tiene armonía y melodía sino que ruidos estridentes y discordantes... de caras crispadas por gran impaciencia...

Las personas en medio de este mundo caótico se sienten solas y esa soledad abraza su espíritu con un abrazo de ahogo y tristeza infinita.

Así me sentía yo... y hoy vengo ante ti, mi amado Jesús, y el recuerdo, aunque lejano de un tiempo pasado, de una tarde como esta ante tu Presencia en el Sacramento de la Eucaristía, buscando lo que solo Tu podías entender, mis dolores, mis agobios... voy recordando:

La puerta de la pequeña Iglesia, de un pueblecito más pequeño aún, perdido en la serranía, dio un lastimero crujido cuando la empujé... la nave, humilde y sencilla, silenciosa y vacía...Tenía una luz que se filtraba atravesando unos ventanales en forma de arcos que le daban claridad a la semipenumbra del recinto, pero... ahí estabas Tu, al frente, ahí donde brillaba una lucecita roja que parpadeaba como si fuese la señal del latir de tu Corazón.

Despacio llegué hasta Ti...me puse de rodillas y suavemente fue brotando este pequeño verso ante aquel Sagrario, que ya nunca olvidaré...

Jesús : Ya no me importa la soledad,
ni el sufrimiento ya me acobarda...
Tu me enseñaste que es estar solo....
¡que es entregarse con toda el alma!
¿Cómo podré correr ansiosamente tras el lujo, la vida loca y vana,
si aprendí la mejor lección del mundo, en esta Iglesia, tan pequeña y olvidada?
¡Tu Rey de reyes, Tu que todo lo hiciste de la nada!
¡Encerrado en un Sagrario de madera
sin pulir, sin pintar....!
y sobre el altar, cuatro flores empolvadas!
¡Tu que Todo lo eres, te perdiste en la Nada...!.
¡Qué infinita humildad!.
Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón
y adivino el mirar de tus ojos en la espera ...
Han de ser tan dulces, tan sinceros....
han de ser tus ojos, Jesús mío,
la apoteosis de la luz y la belleza.
De tal modo se hirió mi corazón,
ante tanta grandeza y humildad,
que ahora vivo prisionera del recuerdo,
y ese recuerdo Divino es como un faro bendito, que alumbra mi oscuridad....

Este mi pequeño verso es mi mejor reflexión para adorarte y bendecirte, mi amado Jesús Sacramentado.

La Iglesia, una víctima milenaria de las «fake news»
10 ejemplos de mentiras contra los católicos

A lo largo de la historia, la Iglesia ha sido víctima de manipulación y tergiversación para desacreditarla

El fenómeno de los "fake news" (noticias falsas) está en auge. Cada día se fabrican más 'informaciones' de este tipo, en la mayoría de los casos con el objetivo de intoxicar, desinformar y manipular ya sea a favor o en contra de una causa. Algunas de ellas se cuelan en los medios de comunicación y muchos consideran veraces algo que no deja de ser un bulo.

Este hecho no es nuevo. La historia está repleta de estas manipulaciones que en su día eran una "fake news" y con los años se convirtieron en algo aceptado por muchos. La Iglesia Católica no escapa a estos ataques, es más, ha sido una de las grandes víctimas. Hace siglos era en libelos y panfletos y ahora son en redes sociales y páginas web. Desde el nacimiento de la Iglesia en Pentecostés a nuestros días, numerosas informaciones han pretendido hacer daño manipulando, retorciendo o inventando la verdad. Son casi incontables aunque en ReL hacemos un pequeño recopilatorio de diez de ellas que abarcan en cierto modo la milenaria historia del catolicismo:

1. La mujer no tiene alma
Uno de los grandes bulos que son reproducidos de manera cíclica es que la Iglesia negaba que las mujeres tuvieran alma, como la escritora y exdirectora de la Biblioteca Nacional Rosa Regás, afirmaba, por ejemplo, en un artículo suyo. Y para ello se remiten a concilios como el de Nicea o Trento, donde supuestamente sólo por un voto se dijo que la mujer sí tenía alma.

Santa Isabel de Hungría fue canonizada en 1235. ¿Podría ser santa una mujer sin alma?

En primer lugar, en ninguno de estos concilios se mencionaba nada de esto porque no había dudas sobre el alma de las mujeres. Desde los inicios del cristianismo, las mujeres participaron de los sacramentos y muchas eran veneradas como santas. Perpetua y Felicidad, Santa Isabel de Hungría, Santa Matilde…y un largo etcétera niegan en la práctica este bulo de comparar a la mujer con los animales.

Además, una teóloga feminista, Uta Ranke-Heinemann, desmontaba este bulo y hablaba de cómo pudo partir de malinterpretar y manipular lo que ocurrió en el segundo sínodo de Macon (585) en el que estuvo presente Gregorio de Tours. En él, se habló únicamentede de una cuestión filológica sobre “homo”, que en latín significaba tanto hombre (ser humano) como varón y un obispo preguntó si la mujer podía ser designada “homo”. Citando que Dios creó al ser humano (homo) como varón y mujer se dilucidó que sí se debía llamar así a la mujer. Nunca se debatió sobre el alma. Hay más información de este asunto en este artículo de ForumLibertas.

Para desmantelar los bulos sobre la relación entre mujer e Iglesia es muy recomendable el libro "La Gran Prostituta. Tópicos sobre la Iglesia a lo largo de la historia" y los trabajos de la historiadora Giulia Galeotti (aquí los resume ella en una entrevista). Y no hay que olvidar la importancia de los católicos pioneros en defender el voto femenino.

2. La Iglesia Católica, enemiga de la ciencia
Este es uno de los mitos más extendidos y que incluso ha calado en el seno de la Iglesia. Surgió en el siglo XIX con la Teoría del Conflicto, inspiradora del ateísmo moderno, con los académicos estadounidenses Andrew Dickson White y John William Draper, influidos ambos también por el novelista Washington Irving, que en sus obras mostraba su anticatolicismo y creó el mito de la tierra plana a la que se enfrentó Colón con la Iglesia.

Primero durante conferencias y más tarde en libros ampliamente difundidos, estos académicos dibujaron una historia falsa de una larga guerra entre la religión y la ciencia hablando de una “gran lucha sagrada por la libertad de la ciencia, una lucha que ha sucedido durante tantos siglos. ¡Ha sido un duro combate! Una larga guerra, con batallas más feroces, con asedios más persistentes, con una estrategia más vigorosa que cualquiera de las comparativamente insignificantes guerras de Alejando, César o Napoleón…”. Puede saber más sobre este bulo en este artículo de ReL.

Gregor Mendel, fraile agustino, es considerado el padre de la genética

El bulo se desmiente con datos que muestran como muchos católicos, entre ellos bastantes sacerdotes, han sido abanderados de la ciencia y responsables de grandes descubrimientos. Decenas de Premios Nobel eran creyentes y en ámbitos como la astronomía, la Medicina o la genética han sido destacados los católicos.

3. Tampoco los nativos americanos tienen alma
Que la Iglesia tardó siglos en reconocer que los indios americanos tenían alma es otra de las manipulaciones históricas que se han dado contra la Iglesia y que va unida al odio a la católica España y a su leyenda negra. Sin embargo, ya en 1537, apenas 40 años después de la llegada de Colón a América había un documento oficial de la Iglesia al respecto. En 1537 en la Bula Sublimis Deus el Papa Paulo III declaraba "los indios son verdaderos hombres y que no sólo son capaces de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla” y dejaba claro que “no pueden ser privados de su libertad por medio alguno, ni de sus propiedades”.

Pero si esto se hizo así de manera oficial, en la práctica no se les trató como seres sin alma sino que nativos ocuparon puestos de responsabilidad desde el principio. La historiadora Elvira Roca, autora de "Imperiofobia y Leyenda Negra" lo recuerda aquí: “El gobernador nombrado por Cortés que tuvo México en el nuevo orden cristiano se llamó Andrés de Tapia Motelchiuh (1526-1530) y era un azteca que se bautizó” y así nombres como Pablo Xochiquenzin, Diego de Alvarado Huanitzin, Diego de San Francisco Tehuetzquititzin o Pedro Xiconocatzin.

4. La Iglesia católica apoyó a Hitler y calló ante el Holocausto
Durante los años 60 empezó a circular la falsa acusación de que el Papa Pío XII había hecho la vista gorda ante el Holocausto y por ende que la Iglesia católica no se opuso al nazismo, lo que ha llegado a nuestros días. Pero son numerosas las pruebas de que este Papa salvó a miles de judíos de la muerte, que apoyó tres intentos dederrocamiento de Hitler y que fue uno de los responsables, siendo secretario de Estado Vaticano, de la Encíclica Mit brennender Sorge de 1937 en la que quedaba clara la incompatibilidad del nazismo con el cristianismo.

Antes y durante la II Guerra Mundial, la Iglesia Católica denunció el nazismo

El libro, "Cristianos contra Hitler" muestra claramente como la Iglesia Católica luchó contra el régimen nazi empezando desde los obispos, pasando por miles de sacerdotes que acabaron en campos de concentración donde muchos murieron y acabando por simples laicos que se jugaron la vida para salvar la de otros.

5. Los caramelos envenenados de las monjas
Las noticias falsas siempre han sido un elemento de propaganda de primer orden y muestra de su poder en un tiempo en el que no había ni teléfonos móviles ni redes sociales es lo que ocurrió en la II República, aunque este mismo bulo se ha utilizado en otras ocasiones.

Los hechos se remontan a mayo de 1936 cuando en Madrid, especialmente en los barrios obreros y más pobres, empezó a circular la noticia de que las monjas estaban dando caramelos envenenados a los niños de estas barriadas para así acabar con los marxistas. Se decía que cientos de niños estaban muertos en las escuelas y que el plan era realizarlo en todas las zonas obreras. Cabe recordar que muchos de estos niños iban a escuelas católicas por lo que una masa enfurecida por esta “fake new” quemó conventos, matando y apaleando a monjas y a todo aquel que encontraran a su paso. Daba igual que no fuera cierto. La propaganda había surtido efecto.

La quema de conventos fue realizada por exaltados que habían sido engañados
con informaciones falsas sobre las religiosas

6. El mito de la Inquisición
Películas, noveles y libros de texto han recogido el mito de la inquisición, donde se mezcla perfectamente el anticatolicismo y la leyenda negra española. En ella se presenta a la Iglesia de manera bárbara y como responsable inmisericorde de decenas de miles de muertos.

Según los historiadores,estos tribunales no fueron esas máquinas de matar de las que hablaban, y que además fueron mucho más garantistasy con menos muertos que los protestantes. Además, la historiadora Elvira Roca agrega que “la Inquisición no sólo perseguía la disidencia del catolicismo sino también delitos como el proxenetismo, abuso de menores, falsificación de moneda...”.

El historiador Geoffrey Parker cree que en los 350 años de existencia del tribunal causó unos 5.000 muertos. Por su parte, Jaime Contreras y Gustav Henningsen han estudiado la época comprendida entre 1540 y 1700, en que la Inquisición encausó a 49.000 personas. Las condenas a muerte se dictaron en un 3,5% de los casos, según los cálculos de Gustav Henningsen, pero solo al 1,8% de los condenados se les aplicóefectivamente la muerte por hoguera.

7. La oscura Edad Media propiciada por la Iglesia
La Edad Media es presentada todavía hoy como una época oscura que frenó el progreso debido al fanatismo religioso de la Iglesia Católica. Aparece así representado en el cine e incluso en el medio académico. Sin embargo, el prestigioso historiador, no católico, Rodney Stark asegura que “Voltaire y sus compañeros crearon la ficción de los Años Oscuros para poder reivindicar que fueron ellos los que hicieron emerger la Ilustración. Como cualquier historiador competente (e incluso ahora las enciclopedias) defiende, no hubo tales Años Oscuros. Al contrario, fue durante esos siglos cuando Europa hizo el gran salto cultural y tecnológico que la situó a la cabeza del resto del mundo”. 

Guiomar Ruiz, doctora en física y profesora de Matemática Aplicada en la Politécnica de Madrid, comparte la tesis del libro del físico atómico Peter E.Hodgson titulado "El origen cristiano de la ciencia": la mentalidad cristiana es la que permitió buscar leyes en la naturaleza.

Esta profesora lo explica con grandes clérigos medievales volvados en la ciencia: «Los chicos no deberían salir de Secundaria sin conocer al obispo Nicolás de Oresme, precursor de las funciones y el cálculo infinitesimal, o a fray Roberto Grossatesta, con sus leyes ópticas, o la ley de máxima economía de la naturaleza, que hoy llamamos ley de mínima acción: en la universidad me dijeron que era del siglo XVII, pero Grossatesta ya lo usa en los siglos XII-XIII. Hay que conocer también las leyes de la estática de Jordano Nemorario, o cómo Jean Buridan ya explicaba que si el Sol estuviese quieto y la Tierra se moviese nos daría la sensación de que es el Sol lo que se mueve. Buridan le plantó cara a Aristóteles, durante siglos intocable, incluso respecto al movimiento de los planetas».

"El nombre de la Rosa", protagonizada por Sean Connery,
muestra una Edad Media tenebrosa y oscura con la Iglesia Católica al frente

Apolinar de Rávena, Santo

Memoria Litúrgica, 20 de julio

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)

Breve Biografía

SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús.

Según la tradición, San Apolinar fue uno de los principales discípulos del Apóstol San Pedro. Cuando San Pedro se trasladó a Roma para fundar ahí la Iglesia, San Apolinar lo habría acompañado hasta la capital del Imperio.

Durante el reinado del emperador Claudio, San Apolinar recibió la comisión de viajar al norte de Italia como embajador de la fe para empezar a evangelizar y a ganar adeptos para el cristianismo.

San Apolinar se convirtió así en el primer obispo de Rávena, cargo que ejerció durante veinte años. Se le ha atribuido el poder de curar a los enfermos en el nombre de Cristo, y de haber realizado otros milagros.

La relativa tranquilidad de su labor apostólica cambió con el ascenso al trono imperial de Vespasiano, en 69, quien cuenta con el dudoso honor de haber organizado las primeras persecuciones con lujo de crueldad contra los cristianos.

Por su cargo y sus actividades en Rávena, San Apolinar fue perseguido inmediatamente. Algunas fuentes cuentan que fue capaz de escapar hacia Dalmacia, donde habría predicado el Evangelio y habría puesto fin milagrosamente a una hambruna.

Sin embargo, al final San Apolinar fue apresado, torturado y martirizado.

Sobre su tumba, en Rávena, se edificó siglos más tarde la célebre Basílica de San Apollinare in Classe, de tres naves, consagrada en 549. Más tarde, en el siglo nueve, fue construida también ahí la iglesia de San Apollinare Nuovo.

SAN APOLINAR DE RÁVENA nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.

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