La lámpara sobre el candelero

El Papa se despide de Albania

El vuelo de Alitalia sale de Albania, primer viaje de Francisco a Europa
El Papa vuela ya hacia Roma

300.000 personas acudieron a la misa en la plaza de la Beata Teresa de Calcuta

Para el noble pueblo de Albania, con mi respeto y admiración por su testimonio y fraternidad en la conducción del país

(J. B./Agencias).- Francisco ya vuela camino a Roma. Después de once agotadoras horas, en las que el Papa se ha encontrado con líderes religiosos, ha alabado el esfuerzo por el diálogo y la paz y se ha emocionado con eltestimonio de supervivientes de la persecución del régimen comunista, Bergoglio regresa a la Santa Sede.

El avión del Papa partió a las 19,45 del aeropuerto de Tirana, y está prevista su llegada a Fiumicino a las 21,30 horas. Atrás deja un pueblo que no se ha cansado de aplaudirle, y con el que se ha mostrado especialmente cercano.

Antes de regresar, Federico Lombardi mantuvo un breve diálogo con los periodistas, ante los que destacó que Francisco no se ha tomado mucho tiempo saludando a los niños o a los enfermos "porque tenía que respetar el horario, y no lo ha dejado de hacer por medidas de seguridad".

"Si el Papa empieza a bajar del jeep y saluda a la gente como lo hace en la Plaza de San Pedro, sería imposible respetar el horario", subrayó.

El P. Lombardi también proporcionó algunos detalles de lo que va del viaje y dijo que el Santo Padre había hecho varias reflexiones que se han vuelto parte de sus discursos dirigidos esta mañana.

Contó que en el carro junto al Papa está David Gjugja, el Director de la sección albanesa de Radio Vaticana, quien está sirviendo como intérprete en el viaje.

"El Papa se dio cuenta además de la presencia de muchos jóvenes que lo saludaban y dijo que estaba impresionado. Esto es lo por lo que agregó algunas palabras en sus discursos centrándose aún más en ellos", manifestó P. Lombardi.

El portavoz del Vaticano también señaló que el Pontífice comentó ampliamente sobre el símbolo del águila que lleva la bandera albanesa. "El Papa observó que el águila vuela alto, pero luego siempre vuelve al nido. También hizo la misma observación al final de la homilía, cuando dijo que no se olviden del nido y animando a volar alto sin apartarse de sus raíces".

En el recorrido desde el aeropuerto internacional dedicado a la Madre Teresa y en la Plaza que también lleva su nombre el Papa Francisco se acordó del encuentro que sostuvo con la Beata.

"El Papa recordó que había conocido a la Madre Teresa en 1994, durante el Sínodo sobre la vida Consagrada el cual ambos asistían", en ese entonces el Papa era Obispo Auxiliar de Buenos Aires (Argentina), mientras que la Madre Teresa era uno de los miembros designados por el Papa.

El P. Lombardi dijo que "el Papa Francisco recordó que la Madre Teresa estaba sentada detrás de él durante la asamblea, y que admiraba la fuerza y la determinación de sus intervenciones que sostuvo sin reverencia hacia los Obispos", señaló además que en broma el Pontífice expresó que "me hubiera dado miedo, si ella hubiera sido mi superiora".

El Director de la Oficina de Prensa del Vaticano también dio a conocer la frase escrita por el Papa Francisco en el "Libro de Oro" del Palacio Presidencial: "Para el noble pueblo de Albania, con mi respeto y admiración por su testimonio y fraternidad en la conducción del país".

En su discurso, el presidente de Albania, Bujar Nishani, recordó que la convivencia es muy importante para la vida del país, subrayó la profunda relación entre la Santa Sede y Albania y - como musulmán - subrayó que el viaje del Santo Padre es una bendición para todos los ciudadanos albaneses.

"Hablando con el Papa Francisco, el presidente también hizo hincapié en la necesidad del respeto para llevar adelante la armonía de Albania, y esta es la razón por la cual el Papa ha querido destacar esto en su intervención en el palacio presidencial" indicó el P.Lombardi.

Aún no hay datos oficiales de la cantidad de personas que participación en la Misa de esta mañana, pero el P. Lombardi indicó que "se cree que asistieron entre 250 mil a 300 mil personas", incluso han asistido personas que han llegado de varios países, sobre todo de Kosovo, Montenegro y Macedonia.



Francisco, con la religiosa María Caleta

Un Papa emocionado improvisa su discurso tras el testimonio de dos víctimas de la barbarie comunista
"Yo no sabía que este pueblo había sufrido tanto"
"Habéis sufrido físicamente, psíquicamente, con la incertidumbre de saber si seguiríais vivos"

Jesús Bastante, 21 de septiembre de 2014 a las 17:29

Añadió. "No se puede estar con un pie puesto en dos sitios". Y es que "Dios nos consuela de nuestra tribulación, para que podamos hoy consolar a todos los que encontremos afligidos, con el mismo consuelo que Dios nos ofreció

(Jesús Bastante).- Abrazos, bendiciones, lágrimas, silencio, emoción contenida. Nunca un rezo de vísperas fue tan intenso, tan emotivo, tan de Dios. Los aplausos y las muestras de afecto fueron una constante en la catedral de Tirana. Con un recuerdo especial para los mártires, que continuaron siendo fieles a lo largo del régimen. "Hoy hemos tocado a los mártires", explicó el Papa, quien echó por tierra los papeles después de lo que sucedió al comienzo de la ceremonia.

Dos de los supervivientes, un sacerdote y una religiosa, el padre Ernesto y la hermana María Caleta, rezaron junto al Papa, y relataron su experiencia de secuestros, torturas, violaciones y exigencias de apostasías. Al término de su intervención,Francisco, casi entre lágrimas, se abrazó a los dos largamente, arrancando la ovación de los participantes, todos ellos puestos en pie. No en vano, el sacerdote fue condenado a muerte por no apostatar, una pena que finalmente fue conmutada por 27 años de trabajos forzosos. Una fue puesta a prueba: un santo en vida.

"Había preparado alguna palabra ahora, pero se las voy a dar al arzobispo para que las traduzca", dijo el Papa, desatando el aplauso de los sacerdotes, seminaristas y religiosos presentes en la catedral. "Se me ha ocurrido decirles otra cosa". El Papa, visiblemente emocionado tras escuchar el testimonio de aquellas dos personas, quiso incidir en que"Dios nos consuela en medio de nuestra tribulación, sea cual sea nuestra preocupación".

"En estos dos meses, me he preparado para esta visita, leyendo la historia de la persecución en Albania. Fue una sorpresa: yo no sabía que vuestro pueblo había sufrido tanto. Hoy, en las avenidas, con todas estas fotografías de los mártires: el pueblo hace memoria de estos mártires, vosotros que habéis sufrido tanto. Un pueblo de mártires".

"Hoy, al inicio de vuestra celebración, he podido encontrarme con dos. Con su vida, con sus palabras simples, contaban las cosas con simplicidad dolorosa. No entiendo cómo pudieron sobrevivir a tantas tribulaciones. Dios está aquí para consolarnos", subrayó Francisco.

Dirigiéndose a los dos, les dijo: "Habéis sufrido físicamente, psíquicamente, con la incertidumbre de saber si seguiríais vivos. No sabíais si ibáis a ser fusilados o no". En ese momento, "el Señor les consolaba, como a Pedro en la cárcel. Toda la Iglesia rezaba por él. A los mártires, a estas dos personas que acabamos de escuchar, el Señor les consoló porque eran parte del Pueblo de Dios. Y tantos hombres y mujeres buenos que rezaban por ellos".

"Este es el misterio de la Iglesia: que puede consolar a su pueblo en nombre de Dios. El Señor consuela humildemente al que lo necesita. Consuela con la intimidad del corazón, y con la fortaleza. El Señor les da la fuerza para continuar hacia adelante", señaló Francisco. "Hoy, también, necesitamos consuelo. Los obispos, los sacerdotes, los religiosos, los novicios, los consagrados, cuando buscamos consuelo buscamos al Señor. Yo no voy a decirles lo que tienen que hacer: pero si buscan consuelo en otra parte, no seréis felices".

"Más aún: no podréis consolar a nadie. Porque vuestro corazón no estará abierto al consuelo del Señor", añadió. "No se puede estar con un pie puesto en dos sitios". Y es que "Dios nos consuela de nuestra tribulación, para que podamos hoy consolar a todos los que encontremos afligidos, con el mismo consuelo que Dios nos ofreció".

"Esto es lo que nos han dicho estas dos personas hoy. Humildemente, haciendo un servicio para nosotros de consuelo. Somos pecadores, aún así el Señor está con nosotros. Este es el camino, y hacerlo con coraje", culminó Francisco, quien pidió que "todos seamos ejemplos, los unos de los otros. Como vosotros. Volvamos a casa pensando que hoy hemos escuchado, que hoy hemos tocado a unos mártires".

Estas fueron las palabras que el Papa no leyó:

Queridos hermanos y hermanas:

Me alegro de poder tener este encuentro con ustedes en su querida tierra; doy gracias al Señor y les agradezco a todos su acogida. Así les puedo expresar mejor mi apoyo a su tarea evangelizadora.

Cuando su país salió de la dictadura, las comunidades eclesiales se pusieron en marcha de nuevo y reorganizaron la acción pastoral, afrontando con esperanza el futuro. Quiero expresar especialmente mi reconocimiento a aquellos pastores que pagaron un alto precio por su fidelidad a Cristo y por su decisión de permanecer unidos al Sucesor de Pedro. Fueron valientes ante las dificultades y las pruebas. Todavía se encuentran entre nosotros sacerdotes y religiosos que sufrieron cárcel y persecución, como la hermana y el hermano que han compartido su propia experiencia. Los abrazo conmovido y alabo a Dios por su fiel testimonio, que estimula a toda la Iglesia a seguir anunciando el Evangelio con alegría.

A partir de esta experiencia, la Iglesia en Albania puede crecer en espíritu misionero y en entrega apostólica. Conozco y valoro cómo se oponen decididamente a las nuevas formas de "dictadura" que amenazan con esclavizar a los individuos y a las comunidades. Si el régimen ateo intentaba acabar con la fe, estas dictaduras, de forma más encubierta, pueden hacer desaparecer la caridad. Me refiero al individualismo, a la rivalidad y a los enfrentamientos exacerbados: es una mentalidad mundana que puede contagiar también a la comunidad cristiana. No se desanimen ante estas dificultades, no tengan miedo de mantenerse en el camino del Señor. Él está siempre a su lado y los asiste con su gracia para que se apoyen unos a otros, para que sean comprensivos y misericordiosos y acepten a cada uno como es, para que cultiven la comunión fraterna.

La evangelización es más eficaz cuando cuenta con iniciativas compartidas y con una sincera colaboración entre las diversas realidades eclesiales y entre los misioneros y el clero local: esto requiere determinación para no cejar en la búsqueda de formas de trabajo común y de ayuda recíproca en los campos de la catequesis, de la educación católica, así como en la promoción humana y en la caridad. En estos ámbitos, es valiosa también la aportación de los movimientos eclesiales, dispuestos a planificar y trabajar en comunión con sus Pastores y entre ellos. Es lo que veo aquí: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, una Iglesia que quiere caminar en fraternidad y en unidad.

Cuando el amor a Cristo está por encima de todo, incluso de las legítimas exigencias particulares, entonces es posible salir de uno mismo, de nuestras "minucias" personales y grupales, y salir al encuentro de Jesús en los hermanos; sus llagas son todavía visibles hoy en el cuerpo de tantos hombres y mujeres que tienen hambre y sed, que son humillados, que están en la cárcel o en los hospitales. Y precisamente tocando y sanando con ternura esas llegas, es posible vivir en profundidad el Evangelio y adorar a Dios vivo en medio de nosotros. ¡Son muchos los problemas que se presentan cada día! Todos ellos los estimulan a lanzarse con pasión a una generosa actividad apostólica. Sin embargo, sabemos que nosotros solos no podemos hacer nada: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles" (Sal 127,1). Esta certeza nos invita a dar cada día el espacio debido al Señor, a dedicarle tiempo, a abrirle el corazón, para que actúe en nuestra vida y en nuestra misión. Lo que el Señor promete a la oración confiada y perseverante supera cuanto podamos imaginar (cf. Lc 11,11-12): además de lo que pedimos, nos da también el Espíritu Santo. La dimensión contemplativa es así indispensable en medio de los compromisos más urgentes e importantes. Cuanto más nos llama la misión a ir a las periferias existenciales, más siente nuestro corazón la íntima necesidad de estar unido al de Cristo, lleno de misericordia y de amor.

Y teniendo en cuenta que aún se necesitan más sacerdotes y consagrados, el Señor les repite también hoy a ustedes: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies» (Mt 9,37-38). No podemos olvidar que esta oración está precedida por una mirada: la mirada de Jesús que ve la abundancia de la cosecha. ¿Tenemos también nosotros esta mirada? ¿Sabemos reconocer la abundancia de los frutos que la gracia de Dios ha hecho crecer y la labor que hay que hacer en el campo del Señor? De esta mirada de fe sobre el campo de Dios, nace la oración, la petición cotidiana e insistente al Señor por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Ustedes, queridos seminaristas, y ustedes, queridos postulantes y novicios, son fruto de esta oración del pueblo de Dios, que siempre precede y acompaña su respuesta personal. La Iglesia de Albania tiene necesidad de su entusiasmo y de su generosidad. El tiempo que hoy dedican a una sólida formación espiritual, teológica, comunitaria y pastoral, dará fruto oportuno en su futuro servicio al pueblo de Dios. La gente, más que maestros, busca testigos: testigos humildes de la misericordia y de la ternura de Dios; sacerdotes y religiosos configurados con Cristo Buen Pastor, capaces de comunicar a todos la caridad de Cristo.
En este sentido, junto a ustedes y a todo el pueblo de Albania, quiero dar gracias a Dios por tantos misioneros y misioneras, cuya acción ha sido determinante para que la Iglesia resurja en Albania y todavía hoy sigue teniendo gran relevancia. Ellos han contribuido notablemente a consolidar el patrimonio espiritual que obispos, sacerdotes, personas consagradas y laicos albaneses conservaron en medio de durísimas pruebas y tribulaciones. Pensemos en el gran trabajo hecho por los institutos religiosos para el relanzamiento de la educación católica: este trabajo merece reconocimiento y apoyo.

Queridos hermanos y hermanas, no se desanimen ante las dificultades; siguiendo las huellas de sus antepasados, den testimonio de Cristo con perseverancia, caminando "juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda". En este camino, siéntanse siempre acompañados y sostenidos por el afecto de toda la Iglesia. Les agradezco de corazón este encuentro y encomiendo a cada uno de ustedes y a sus comunidades, sus proyectos y esperanzas a la Santa Madre de Dios. Los bendigo afectuosamente y les pido, por favor, que recen por mí.

El Papa, en su homilía

Angelus de Francisco en Tirana
"Jesús nos conoce mejor que nadie"
"Jóvenes, digan no a la idolatría del dinero"

Redacción, 21 de septiembre de 2014 a las 12:48

Digan sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas

(Papa Francisco, Angelus en Tirana).- Queridos hermanos y hermanas: Antes de que acabe esta celebración, me gustaría dirigir un saludo a todos ustedes, venidos de Albania y de otros países vecinos.

Les agradezco su presencia y el testimonio que dan de su fe. En especial a ustedes, jóvenes, los invito a cimentar su existencia en Jesucristo: quien pone su fundamento en Cristo edifica sobre roca, porque Él siempre permanece fiel, incluso aunque nosotros seamos infieles (cf. 2 Tm 2,13). Jesús nos conoce mejor que nadie; cuando nos equivocamos, no nos condena, sino que nos dice: «Anda, y en adelante no peques más» (Jn 8,11).
Queridos jóvenes, ustedes son la nueva generación de Albania. Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de los mártires, digan no a la idolatría del dinero, no a la engañosa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y digan sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construirán una Albania y un mundo mejor.

Dirijámonos ahora a la Virgen Madre, que veneran sobre todo con el título de "Nuestra Señora del Buen Consejo". Me acerco espiritualmente a su Santuario de Escútari, al que tanta devoción tienen, y pongo en sus manos toda la Iglesia en Albania y todo el pueblo albanés, particularmente las familias, los niños y los ancianos. La Virgen María los lleve, "juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda". Angelus Domini..

Evangelio según San Lucas 8,16-18. 

Jesús dijo a la gente: "No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado. Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener". 

San Juan Crisóstomo (345?-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia 
Homilía 15, sobre el evangelio de Mateo

La lámpara sobre el candelero 

“Nadie enciende una lámpara y la tapa con una vasija o la oculta debajo de la cama” De nuevo, por estas palabras, Jesús incita a sus discípulos a llevar una vida irreprochable, aconsejándolos de vigilar constantemente su proceder, ya que están colocados ante los ojos de todos los hombres, como atletas en un estadio, vistos por todo el universo. (cf 1Cor 4,9)

Les dice: “No digáis: ‘estamos tranquilos, metidos en este rincón de mundo’, porque seréis visibles ante todos los hombres como una ciudad edificada sobre un monte (cf Mt 5,14), como una lámpara que se pone en el candelero. [...] Soy yo quien he encendido vuestra luz, pero vosotros tenéis que mantenerla, no sólo para provecho propio sino por interés de todos aquellos que os verán y serán conducidos por ella a la verdad. Las peores maldades no podrán echar ninguna sombra sobre vuestra luz si vivís como quienes están llamados a llevar a todos al bien supremo. Que vuestra vida responda, pues, a vuestro ministerio para que la gracia de Dios sea anunciada por todo el mundo.

22 de septiembre 2014 Lunes XXV Pr 3, 27-34

En el libro de los Proverbios que hoy empezamos a leer hay este consejo: «No digas a nadie:" Vuelve mañana y te lo daré ", si hoy ya tienes lo que le puedes dar». ¿Qué es lo que te cuesta más que dar? ¿Por amor se debe dar todo lo que tienes? Señor, que viva con la generosidad que nos enseñaste.

San Mauricio

San Mauricio y compañeros mártires (s. III) Diocleciano ha asociado a su Imperio a Maximiano Hércules. Ambos son acérrimos enemigos del nombre cristiano y decretaron la más terrible de las persecuciones.   En las Galias se produce una rebelión y Maximiano acude a sofocarla. Entre sus tropas se encuentra la legión Tebea procedente de Egipto y compuesta por cristianos.

Su jefe es Mauricio que antes de incorporarse a su destino ha visitado en Roma al papa Marcelo. En los Alpes suizos, antes de introducirse por los desfiladeros, Maximiano ordena un sacrificio a los dioses para impetrar su protección en la campaña emprendida.   Los componentes de la legión Tebea rehusan sacrificar, se apartan del resto del ejército y van a acampar a Agauna, entre las montañas y el Ródano, no lejos del lado oriental del lago Leman.   Maximiano, al conocer el motivo de la deserción, manda diezmar a los legionarios rebeldes, pasándolos a espada.

Los sobrevivientes se reafirman en su decisión y se animan a sufrir todos los tormentos antes que renegar de la verdadera religión.   Viendo el emperador su inflexibilidad, da órdenes a su ejército para eliminar a la legión de Tebea que se deja degollar como mansos corderos. En el campo corren arroyos de sangre como nunca se vió en las más cruentas batallas.   Sólo conocemos el nombre de cuatro mártires, los otros nombres Dios los conoce. Según San Euquero la legión estaba formada por 6.600 soldados.

Oremos

Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires San Mauricio y compañeros la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

No hay nada oculto

Lucas 8, 16-18. Tiempo Ordinario. Mi conciencia, ¿es como una luz o debo esconderla de los demás?

Oración introductoria 

Señor, yo creo, confío y te amo, pero quisiera tener una fe más operante y luminosa que atraiga a los demás. Por intercesión de María, espero que esta oración aumente mi fe, mi esperanza y mi caridad, porque te amo sobre todas las cosas. 

Petición

Padre santo, dame la generosidad para compartir con los demás, especialmente con mi familia, la luz de tu Evangelio.

Meditación del Papa Francisco

Iluminación porque, a través del Bautismo, la persona humana se colma de la gracia de Cristo, “luz verdadera que ilumina a todo hombre” y destruye las tinieblas del pecado. Por esto en la ceremonia del Bautismo a los padres se les entrega un cirio encendido para simbolizar esta iluminación. El Bautismo nos ilumina desde dentro con la luz de Jesús. Por este don, el bautizado está llamado a convertirse él mismo en "luz" para los hermanos, especialmente para los que están en las tinieblas y no ven la luz en el horizonte de sus vidas.

Probemos a preguntarnos: el Bautismo, para mí, ¿es un hecho del pasado, de ese día que ustedes hoy buscan en casa para saber cuál es, o una realidad viva, que tiene que ver con mi presente, en todo momento? ¿Te sientes fuerte, con la fuerza que te da Cristo, con su Sangre, con su Resurrección? ¿Tú te sientes fuerte? O ¿te sientes débil? ¿Sin fuerzas? El Bautismo da fuerzas. Con el Bautismo, ¿te sientes un poco iluminado, iluminada con la luz que viene de Cristo? ¿Eres un hombre o una mujer de luz? O ¿eres un hombre, una mujer oscuros, sin la luz de Jesús? Piensen en esto. Tomen la gracia del Bautismo, que es un regalo, es convertirse en luz, luz para todos. (S.S. Francisco, 13 de noviembre de 2013) .

Reflexión

La sinceridad nos permite ir con la cabeza bien alta, en todo momento. El hombre sincero es la persona de una sola pieza, sin dobleces, sin compartimentos secretos, sin engaños.

Ser sincero no es nada fácil, porque es más sencillo adaptarse a las circunstancias y poner buena cara a todos que mantenerse fiel a la palabra dada y a los principios adquiridos. Por ejemplo, el que está convencido de que la vida humana constituye un valor supremo y que no puede ser negociada por ninguna ley ni ideología política puede ser tachado de "conservador", antiguo, etc. Etiquetas incómodas, desde luego. Pero, ¿con quién prefiere quedar bien? ¿Con unos hombres de ideas pasajeras, o con el Dios eterno, creador de cuanto hay en el cielo y en la tierra, con el que le ha dado la vida y es su Señor?

La sinceridad es una virtud que debe forjarse cada día, en cada momento. No se consigue de una vez para siempre, sino que hay que renovarla en cada ocasión que se presente. ¿Soy sincero en esta respuesta? ¿Soy coherente con mi fe ante esta situación? Es preciso examinarse diariamente para ver cómo está nuestra conciencia. ¿Es como una luz? ¿O debo esconderla de los demás, para que no descubran cómo soy? 

Porque nada hay oculto que no quede manifiesto. Algún día se revelará la verdad y es mejor estar preparado desde ahora.

Propósito

No esconder ni auto-engañarme en mi diario examen de conciencia, al no querer reconocer lo malo que me apena y que, por eso, prefiero ignorar. 

Reflexión apostólica

Dar con generosidad. Compartir lo bueno que tengo (material y espiritual), con quien más lo necesita. No temer el desgaste, no esperar recompensa inmediata, tomar conciencia de mi responsabilidad como discípulo y misionero de Cristo. Señor, pongo a tu cuidado estos propósitos para que sean una realidad en mi vida cotidiana. 

Esperar da fuerzas para el camino

El mundo de hoy busca seguridades "tangibles", como si sólo pudiésemos esperar la ayuda de este mundo.

Esperar da fuerzas para el camino. Mantiene la mirada fija en el bien y la verdad. Estimula al amor. Ayuda a superar las mil dificultades de la vida.

¿De dónde surge la esperanza? A nivel humano, de constatar cómo en uno mismo y en tantas personas cercanas hay fuerzas, hay medios, hay voluntades dispuestas al trabajo y a la lucha.

A nivel cristiano, la esperanza se construye directamente sobre una certeza: Dios actúa a favor de los hombres, Dios ofrece su salvación en Cristo.

Desde la esperanza, el bautizado confía en las promesas de Cristo y se apoya en la gracia que tenemos por la acción del Espíritu Santo en nuestros corazones (cf. "Catecismo de la Iglesia Católica" n. 1817).

Esa esperanza nos lanza a luchar contra el pecado, a resistir ante las tentaciones, a soportar las injurias, incluso a sobrellevar en paz la muerte de un ser querido, la pérdida del puesto de trabajo o una fuerte tensión en familia.

El mundo de hoy busca seguridades "tangibles", como si sólo pudiésemos esperar la ayuda de aquí abajo. Sin renunciar a esas seguridades bien usadas, el creyente sabe que existe una ayuda y una fuerza mucho más grande y más hermosa: la que viene de Dios.

Si miramos a la Cruz y si creemos en la Resurrección, la esperanza surge irresistible. Nos apoyamos en quien dio su Sangre para perdonarnos, en quien venció a la muerte y ahora vive para siempre.

Entonces trabajamos llenos de alegría. Apoyados en Cristo, todo lo podemos (cf. Flp 4,13). Incluso tenemos fuerzas para superar el pecado, pues acudimos al trono de la misericordia, a un Dios que, para rescatar al esclavo quiso entregar a su propio Hijo (cf. Pregón Pascual).

Jesús de Nazaret pidió a sus discípulos que amaran unos a otros como él los había amado. Podría ser de gran utilidad ver cómo fue ese amor de Jesús jefes los que le rodeaban, jefes aquellos que formaban parte de su día a día.  Al principio de la vida pública de Jesús, en el Jordán, dos discípulos de Juan fueron a encontrar y le preguntaron donde vivía. Jesús les invitó a "venir y ver" (Juan uno y treinta y nueve). La invitación se interpreta generalmente en clave de llamada y vocación. Pero antes de que vocación, fue una invitación a la amistad por parte de Aquel que se convertiría a la larga en su mejor amigo "

PAXTV.ORG