Muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros

Evangelio según San Mateo 13,10-17. 

En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". 
El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. 
Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. 
Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. 
Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, 
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. 

Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. 

Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron." 

San Pantaleón de Nicodemia

San Pantaleón, mártir

En Nicomedia, ciudad de Bitinia, san Pantaleón o Pantalaimón, mártir, venerado en Oriente por haber ejercido como médico sin esperar retribución alguna.

Apenas hay duda alguna de que haya existido un mártir llamado Pantaleón (cuyo nombre significa en griego «el que se compadece de todos»). Pero las leyendas que nos han llegado sobre él carecen de valor. Según ellas, Pantaleón, hijo de un pagano llamado Eubula, llegó a ser médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia. Durante algún tiempo, Pantaleón se dejó arrastrar por el mal ejemplo y sucumbió ante las tentaciones, con lo cual se sometió a una prueba más difícil que la de la tortura, pues la entrega al mal debilita implacablemente la voluntad y acaba por destruir la virtud más heroica. Así pues, Pantaleón, que vivía en una corte donde se practicaba la idolatría y se aplaudía la vanagloria de este mundo, cayó en la apostasía. Pero las prudentes exhortaciones de un celoso cristiano llamado Hermolaos le abrieron los ojos y le condujeron de nuevo al seno de la Iglesia.

Cuando la persecución de Diocleciano estalló en Nicomedia, el año 303, Pantaleón distribuyó todos sus bienes entre los pobres. Poco después, algunos médicos envidiosos le delataron a las autoridades, las cuales le arrestaron junto con Hermolaos y otros dos cristianos. El emperador, que deseaba salvar a Pantaleón, le exhortó a apostatar, pero éste se negó a ello y curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Tras de sufrir numerosos tormentos, los cuatro fueron condenados a ser decapitados. La ejecución de san Pantaleón se retrasó un día. Los verdugos intentaron matarle de seis modos diferentes: por el fuego, ahogándole en plomo fundido, arrojándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole con la espada. Pero Pantaleón salió ileso de todas las pruebas con la ayuda del Señor. Finalmente, el mártir permitió libremente que le decapitasen; de sus venas brotó leche en vez de sangre, y el tronco de olivo sobre el cual le cortaron la cabeza floreció instantáneamente.

San Pantaleón es uno de los Catorce Santos Auxiliadores y en el Oriente se le profesa gran veneración como «mártir y taumaturgo» y como uno de los «anargyroi» o médicos que asistían gratuitamente a los enfermos. Antiguamente, san Pantaleón fue también muy famoso en el Occidente.

En Constantinopla, Madrid y Ravello, se conservan algunas presuntas reliquias de su sangre y se dice que el fenómeno de la licuefacción ocurre, como en el caso de la sangre de san Jenaro. Tanto las leyendas griegas como las latinas, de las que existen numerosas versiones son muy extravagantes. Sin embargo, la antigüedad del culto de san Pantaleón, relacionado principalmente con Nicomedia y Bitinia, está perfectamente probada.

Véase Delehaye, Les origines du culte des martyrs, p. 189, etc. La fabulosa leyenda del santo data de muy antiguo; en el Museo Británico hay una traducción siria en un manuscrito del siglo VI (Addit. 12, 142). Los sirios querían tener un San Pantaleón propio; así pues, tomaron muchos rasgos de la leyenda del santo y los atribuyeron a un personaje legendario llamado Asia (que significa «médico»), y situaron su vida y su muerte en Antioquía. Ver Analecta Bollandiana, vol. XXXVIII (1920), p. 408. Acerca de la licuefacción de la sangre de san Pantaleón en Ravello, cf. Ian Grant, The Testimony of Blood (1929), pp. 17-44. El cardenal Newman, poco después de su ordenación sacerdotal, describió el fenómeno en una carta que escribió a Enrique Wilverforce desde Nápoles, en agosto de 1846.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Oremos  

Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Pantaléon venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

San Pedro Crisólogo (c. 406-450), obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia Sermón 147; PL 52, 594-596

«Muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros»

Desde que Dios ha visto que el mundo estaba trastornado por el temor, ha puesto en acto su amor para llamarlo de nuevo a sí, su gracia para invitarlo, su ternura para abrazarlo. En tiempo del diluvio... llama a Noé para engendrar un mundo nuevo, lo alienta con dulces palabras, pone en él su familiar confianza, le instruye con bondad sobre el presente y con su gracia le consuela sobre el porvenir... Le ayuda en su trabajo y encierra en el arca lo que había de ser germen del mundo entero a fin de que el amor a su alianza alejara de él el temor... 

Después Dios llama a Abraham de entre las naciones, engrandece su nombre y le hace padre de los creyentes. Le acompaña en su camino, le protege en país extraño, le colma de riquezas, le honra con victorias, le asegura con promesas, le arranca de las injusticias, le consuela en su hospitalidad y le maravilla con un nacimiento inesperado a fin de atraerle por la gran dulzura del amor divino; así le enseña a... adorar a Dios amándolo y ya no más temblando. 

Más tarde, a través de sueños, Dios consuela a Jacob en su huída. Al regresar le provoca al combate y, durante la lucha, le estrecha entre sus brazos a fin de que ame al padre de los combates y ya no le tema más. Después llama a Moisés y le habla con amor de padre para invitarle a liberar a su pueblo. 

En todos estos acontecimientos, la llama de la caridad divina ha abrasado el corazón de los hombres..., y estos, con el alma herida, han comenzado a desear ver a Dios con sus ojos de carne... El amor no se conforma con no ver al que ama. ¿No es cierto que todos los santos han considerado como cosa sin importancia todo lo que podían obtener a no ser el ver a Dios?... Que nadie, pues, piense que Dios se ha equivocado viniendo a los hombres a través de un hombre. Se ha encarnado entre nosotros para ser visto por nosotros.

¿Qué quieres hoy de mí Señor?

Santo Evangelio según San Mateo 13, 10-17. XVI Jueves de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Aquí esto Señor…. Vengo ante Ti… Abre mi corazón.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17

En aquel tiempo se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.

En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; miraran y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y ha tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.

Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Solemos decir en el lenguaje cotidiano: "Dios me lo dijo", escuché a Dios, Dios me lo mostró… Dios me llamó… ¿Es una metáfora?, ¿una forma de decir?, ¿una imagen que me sirve sólo para explicar?...

Recurro a mi memoria y me encuentro con momentos, circunstancias… ocasiones en donde no sé cómo; no sé cuándo… ahí en lo profundo de mi conciencia, me lo dijo, escuché, me mostró, me llamó…

Encontré consuelo, aridez; descanso, vértigo…; miedo, confianza, sentido…encontré amor. Es una extraña seguridad.

Es un verdadero don, pues hay personas que ven lo que yo veo…escuchan lo que yo escucho y viven lo que yo vivo pero, al final, es como si fueran cuadros distintos. Sin embargo este don que me has querido dar… es, definitivamente un designio de bondad que trae mucha responsabilidad.

Un don que hay que agradecer, donde la pregunta correcta no es: ¿por qué… por qué a mí? Sino ¿para qué Señor? ¿Qué quieres que haga con todo esto que me das?

No permitas que cierre mi corazón ante el don de tu amor; que cierre mis oídos ante tu voz.

¿Qué quieres hoy de mí, Señor?...

"Formarse supone ser capaces de acercarse con humildad al Señor y preguntarle: ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué quieres de mí? Sabemos la respuesta, pero tal vez nos haga bien recordarla, y para ello les propongo las tres palabras del Shemá con las que Jesús respondió al Levita: "amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas"."

(Homilía de S.S. Francisco, 1 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Ir a visitar al Santísimo y pedir, de una manera especial, por las vocaciones, para que todos sepan escuchar su llamado.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

La Oración de la Semilla

Anoche me ocurrió algo curioso. En vez de soñar, recé

Fue una oración diferente.

Soy una semilla Señor.
Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos.

La repetí una y otra vez, hasta que desperté.

No comprendí bien su significado hasta que reflexioné en esta parábola:

“Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?" Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas” (Lucas 13:6-9).

Entonces lo supe: "por sus frutos los conoceréis" (Mt 7,16).

Tomé papel, un bolígrafo y escribí.

“LA ORACIÓN DE LA SEMILLA”

He visto una semilla Señor,
que ha caído en la vereda del camino.
Tú la creaste.
¿Qué hace allí?

Espera la tierra fértil,
La lluvia del invierno
La brisa del verano.

Si no los encuentra,
¿dónde podrá germinar?

Un niño pasa cerca, pero no la ve.

El viento la mueve a su gusto,
de un lado a otro.

Debe germinar, y crecer
y dar frutos. Para eso la creaste.

Soy como esa semilla Señor.

El viento me lleva de un lado a otro
y aún no vivo, según tu voluntad.

Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos para ti.

Señor yo también quiero germinar y crecer.
Quisiera hacer tantas cosas y no puedo.

Reconozco mi inutilidad.
Sin ti, ¿qué puedo hacer?

Tú lo has dicho: “Sin mí no pueden nada”.
Y yo, sin ti, nada puedo.

Soy una semilla Señor.
Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos.

Pantaleón, Santo

Mártir, 27 de julio

Mártir

Martirologio Romano: En Nicomedia, de Bitinia, san Pantaleón o Pantalaimón, mártir, venerado en Oriente como médico que ejercía su arte sin retribución alguna (c. 305).

Etimológicamente: Pantaleón = Aquel que se compadece de todos, es de origen griego.

Breve Biografía

Médico nacido en Nikomedia (actual Turquía). Fue decapitado por profesar su fe católica en la persecución del emperador romano Diocleciano, el 27 de julio del 305.

Lo que se sabe de San Pantaleón procede de un antiguo manuscrito del siglo VI que está en el Museo Británico. Pantaleón era hijo de un pagano llamado Eubula y de madre cristiana. Pantaleón era médico. Su maestro fue Euphrosino, el médico mas notable del imperio. Fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia.

Conoció la fe pero se dejó llevar por el mundo pagano en que vivía y sucumbió ante las tentaciones, que debilitan la voluntad y acaban con las virtudes, cayendo en la apostasía. Un buen cristiano llamado Hermolaos le abrió los ojos, exhortándole a que conociera "la curación proveniente de lo más Alto", le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor.

En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano en Nikomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto con Hermolaos y otros dos cristianos. El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro fueron condenados a ser decapitados. San Pantaleón murió mártir a la edad de 29 años el 27 de julio del 304. Murió por la fe que un día había negado. Como San Pedro y San Pablo, tuvo la oportunidad de reparar y manifestarle al Señor su amor.

Las actas de su martirio nos relatan sobre hechos milagrosos: Trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole una espada. Con la ayuda del Señor, Pantaleón salió ileso. Luego permitió libremente que lo decapitaran y de sus venas salió leche en vez de sangre y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho floreció al instante. Podría ser que estos relatos son una forma simbólica de exaltar la virtud de los mártires, pero en todo caso, lo importante es que Pantaleón derramó su sangre por Cristo y los cristianos lo tomaron como ejemplo de santidad.

En Oriente le tienen gran veneración como mártir y como médico que atendía gratuitamente a los pobres. También fue muy famoso en Occidente desde la antiguedad.

Se conservan algunas reliquias de su sangre, en Madrid (España), Constantinopla (Turquía) y Ravello (Italia).

El Milagro de su sangre

Una porción de su sangre se reserva en una ampolla en el altar mayor del Real Monasterio de la Encarnación en Madrid de los Austrias, junto a la Plaza de Oriente, Madrid, España. Fue tomada de otra más grande que se guarda en la Catedral italiana de Ravello. Fue donada al monasterio junto con un trozo de hueso del santo por el virrey de Nápoles. En Madrid lo custodian las religiosas Agustinas Recoletas dedicadas a la oración. Hay constancia de que la reliquia ya estaba en la Encarnación desde su fundación en el año 1616.

La sangre, en estado sólido durante todo el año, se licuefacciona [o ocurre el fenómeno de licuefacción], como la sangre de San Jenaro, sin intervención humana. Esto ocurre en la víspera del aniversario de su martirio, o sea, cada 26 de julio. Así ha ocurrido cada año hasta la fecha de este escrito, 2005, cuando se celebran 1700 años de su martirio. En ese año el milagro tuvo lugar mientras las religiosas oraban en el coro del templo y ante la presencia de cientos de visitantes. El monasterio abre las puertas al público para que todos sean testigos. En algunas ocasiones, la sangre ha tardado en solidificarse para señalar alguna crisis, como ocurrió durante las dos guerras mundiales.

Muchas veces se ha intentado explicar el fenómeno mediante mecanismos netamente naturales, como la temperatura o las fases de la luna. Sin embargo, ninguna de las explicaciones ha resultado satisfactoria para la ciencia. La iglesia no se ha definido sobre el milagro. Las hermanas dicen sencillamente que es "un regalo de Dios".

Para facilitar la vista del público y evitar el deterioro de la reliquia, en el 1995 las monjitas instalaron monitores de televisión que aumentan diez veces la imagen de la cápsula que contiene la sangre del santo.

La sangre de un médico mártir se licúa. ¿Qué nos dice Dios con este portento?.

Acaso no necesitamos este testimonio valiente de quien dio su vida por la fe. Su sangre nos recuerda nuestra propia responsabilidad de vivir la fe en un tiempo donde tantos caen en la apostasía o simplemente en la indiferencia. Cuanto necesitamos el ejemplo de San Pantaleón, quien supo vivir su profesión al servicio de Jesucristo.

5 consejos para alcanzar la santidad

Los Santos que conocemos, se santificaron haciendo la voluntad de Dios, y tú ¿haces la voluntad de Dios?

Todos en algún momento hemos escuchado historias de la vida de algún Santo como Madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo ll, Padre Pío, etc. hay tantos Santos con grandes testimonios de vida que marcan la vida de otras personas.

Sin embargo, existen Santos sin nombre, me refiero a que las personas con “vida ordinaria” que han podido llegar a santificarse. Los Santos que conocemos, se santificaron haciendo la voluntad de Dios, y tú ¿haces la voluntad de Dios?, si nos hacemos esa pregunta y la respuesta es “si” ¡Felicidades, vas por buen camino!; pero si dudaste en responder, no te preocupes, Dios siempre te espera.

Por ello, te comparto 5 hábitos sencillos que puedes realizar a diario,  pero recuerda, debes ser constante:

Ofrece tu día a Dios

Reta a tu alarma de los “5 deliciosos minutos más” y levántate a la primera, vence tu pereza, si con la ayuda de Dios vences lo primero del día, tendrás mucho adelantado para tu jornada.

Oración

Dedica al menos 15 minutos de oración en silencio, conversa, escucha y medita; 15 minutos en lectura de biblia o algún libro de crecimiento espiritual, participa en la santa misa y recibe la comunión en estado de gracia.

Santo Rosario

Reza el Santo Rosario cada día y medita cada misterio, pues habla sobre la vida de nuestro Señor. Sólo con la perseverancia sabrás cuánto poder tiene el santo Rosario.

“Haz de las cosas ordinarias, algo extraordinario”

En tu vida ordinaria hay actividades que realizas constantemente, puedes ponerle unplus a ello, ofrece cada actividad a Dios, tratando que se haga realmente bien (si vas a limpiar dejarlo limpio, no renegar, hacerlo con amor).

Haz un examen de conciencia

Al finalizar tu jornada diaria, medita tus alegrías y tristezas, pregúntate ¿qué me alegró hoy? ¿Qué me entristeció hoy? ¿En qué puedo mejorar?

Te aseguro que si sigues estos hábitos constantemente en tu vida, podrás llegar a la santidad.

¡Qué! ¿Te animas?
Vamos, qué se puede.

Sobre la idea de que hay distintos tipos de familia

No es justo llamar familia a una asociación de adultos que simplemente quiere reicbir los beneficios que la sociedad ha concedido al matrimonio

El otro día me quedé escuchando a una religiosa que dijo que ella no se explica cómo algunas personas no le llaman familia a una madre soltera con su hija, lo cual a mi criterio tiene razón, por ejemplo, si un padre fallece, la madre con sus hijos siguen siendo una familia. Pero me surge la duda con las uniones homosexuales, estamos claros que no deberían llamarse matrimonio, pues el matrimonio es un sacramento que pasa entre hombre y mujer de acuerdo al plan de Dios, pero ¿Debería hacerse alguna excepción al termino familia cuando los padres adoptivos son homosexuales? -- MBQ

Las palabras en el lenguaje humano tienen siempre un sentido propio y luego uno o muchos sentidos derivados, que también son llamados sentidos "por extensión". Por ejemplo, una casa, en sentido propio, es el lugar estable de residencia de una o más personas. Pero luego sucede que encontramos una persona que se ha refugiado debajo de un puente. Se puede decir que ese puente es como su "casa" y ponemos las comillas para indicar que estamos usando la palabra en un sentido ampliado o extensivo porque no vamos a decir que cada vez que se construye un puente se está haciendo también casas. Así que esto es lo primero: ver la diferencia entre sentido propio y sentido extensivo de las palabras.

Lo segundo es darse cuenta de que no toda extensión en el sentido de las palabras es lícita. Imaginemos, por seguir con el ejemplo del puente, que un habitante de la calle le dijera a otro que está buscando dónde resguardarse del clima: "Este puente es mi casa; si quiere se queda aquí pero me tiene que pagar arriendo." Uno se da cuenta que el que pretende cobrar arriendo está abusando de un sentido extensivo de la palabra "casa" porque propiamente hablando esa no es su casa, sino que simplemente ha llegado a vivir ahí. Estamos ante un abuso en el lenguaje porque aunque la extensión sea en cierto modo lícita, la aplicación es desproporcionada y abusiva.

Consideremos otro caso: un cierto hombre pierde todo su dinero en el juego, y como no puede pagar la hipoteca de su inmueble entonces saca a su pequeña hija de la que era su casa y la pone a vivir con él, durmiendo en lugares públicos de estacionamiento dentro de un carro. Cuando la policía le dice que eso es un abuso contra al seguridad y el bienestar de la niña, el señor dice que no es ningún abuso porque él sí le ha dado "casa" a su hija en el asiento de atrás del carro en que la ha tenido ya por cuatro meses. Aquí estamos ante una extensión abusiva e impropia del término "casa."

Algo así pasa con la palabra "familia." Si una mujer queda viuda, o es cabeza de hogar y debe velar por los hijos, el esfuerzo excepcional de ella puede corresponder muy bien con el significado de la palabra "familia." Dentro de sus circunstancias, que no son las que ella hubiera querido, trata de acercarse todo lo que puede al ideal de estabilidad familiar que considera que es muy importante para sus hijos. Ella está poniendo en primer lugar el interés de los hijos, cosa que es vital en cualquier definición de familia, y está tratando de acercarse todo lo que puede a lo que ella sabe que sí es una familia. Podemos comprender su esfuerzo y apoyarla y diremos que ella tiene una familia, dentro de sus crcunstancias arduas y exigentes.

Pero eso no nos autoriza a llamar "familia" a cualquier asociación de adultos que dicen quererse o desearse sexualmente. Como ya hemos visto en Colombia, hay casos de tres hombres que dicen amarse y que quieren ser considerados "matrimonio" o "familia." ¿No tiene ningún derecho la sociedad a preservar el sentido de estas palabras, dada la importancia que tiene la institución familiar para el futuro de toda la sociedad? ¿Es que cualquier cosa, por cualquier motivación, puede ser llamada familia?

Lo mínimo que hay que exigir es que la estructura familiar esté al servicio de los niños, y no simplemente que se sirva de ellos a modo de complemento afectivo deseado por unos adultos. Una vez que uno entiende que hay diferencias vitales en la estructura emocional del hombre y de la mujer, y una vez que uno comprende el bien inmenso que esta complementariedad trae a los hijos, uno se da cuenta que no es justo llamar familia a una asociación de adultos que simplemente quiere reicbir los beneficios que la sociedad ha concedido al matrimonio entre hombre y mujer por una razón: por el bien que esa unión está llamado a crear en favor de la sociedad.

Los que tratan de estirar y luego reventar la definición de matrimonio o de familia, luego no tienen razones lógicas claras para detener su proceso de estiramiento semántico. Si dos mujeres pueden ser llamadas familia, ¿por qué no tres? Si la razón que se da es que no hay que discriminarlas, ¿no sería entonces discriminación prohibir los tríos, o los incestos, o el sexo con menores? Estas posibilidades, cada vez más aberrantes no son hipótesis abstractas: son realidades sociales que tratan de imponerse por el mismo camino legal que en muchas partes ha dado estatuto legal de "matrimonio" a las uniones entre eprsonas del mismo sexo.

En resumen: si una persona o personas, sin responsabilidad suya, se encuentran en una situación en que sólo parece haber un modo de preservar el bien de los niños, manteniendo claridad sobre cuál es el punto de referencia en el que creen y al que buscan, lo de ellos podría considerarse familia, en sentido extensivo, por vía de excepción y mientras dure tal excepción. Lo demás es posponer el bien de los niños y el bien de la sociedad, que queda sometida a los intereses de grupos de poder con sus propias agendas: las de la ideología de género.

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