Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho

Evangelio según San Lucas 6,6-11. 

Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. 
Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. 

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y permaneció de pie. 

Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". 

Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. 

Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. 

San Juan Gabriel Perboyre, presbítero y mártir

En Wuchang, en la provincia de Hebei, en China, san Juan Gabriel Perboyre, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que, dedicado a la predicación del Evangelio según costumbre del lugar, durante una persecución sufrió prolongada cárcel, fue atormentado y, finalmente, colgado en una cruz y estrangulado.

No obstante que Juan Gabriel Perboyre fue al primer misionero cristiano en China que alcanzó la gloria de la beatificación (en 1889), no fue, por cierto, el primer mártir en aquel país. En realidad, desde principios del siglo diecisiete, cuando se restablecieron las misiones en China, sólo hubo períodos relativamente cortos en los que estuvieron libres de peligro los cristianos. A fines del siglo XVIII se desató una feroz persecución que continuó esporádicamente hasta después de la muerte del padre Perboyre, en 1840, y numerosísimos fueron los cristianos que dieron su vida por la fe en aquellos períodos. Juan Gabriel nació en 1802 y, a la edad de quince años, escuchó un sermón que encendió sus anhelos de ir a predicar a los paganos. No tardó en ingresar a la Congregación de las Misiones (lazaristas y vicentinos) y fue ordenado sacerdote en 1826. Al principio, su deseo de llevar el Evangelio a tierras lejanas tuvo que ceder ante los requerimientos de la obediencia religiosa. Hizo brillantemente su curso de teología y, por lo tanto, después de su ordenación fue nombrado profesor del seminario de Saint-Flour; dos años más tarde, fue rector del «petit séminaire» en el mismo lugar. Su capacidad se puso de manifiesto en aquel cargo y, en 1832, fue enviado a París como subdirector del noviciado general de su congregación. A intervalos, desde que hizo sus votos doce años antes, había pedido que le enviasen a China, de donde llegaban noticias sobre los sufrimientos y el heroísmo de los cristianos perseguidos, pero sólo en 1835 se le concedió la autorización para partir.

Aquel mismo año llegó a Macao y, en seguida comenzó a tomar clases de chino. Demostró tanta habilidad para aprenderlo que, al cabo de cuatro meses, ya hablaba el complicado idioma y fue nombrado para la misión de Honan. En vísperas de partir, escribió a sus hermanos en París en estos términos: «Si me viérais ahora con mi atuendo chino, tendríais la ocasión de contemplar un espectáculo curioso: tengo la cabeza rapada, una larga trenza en la coronilla y bigotes que se estremecen cuando tartamudeo mi nueva lengua y se ensucian cuando como con los palitos de bambú. Dicen que mi aire de chino no es del todo malo. Esta es una manera de comenzar a hacer por uno mismo las cosas que debemos hacer por los demás: ¡Dios quiera que podamos así ganarlos a todos para Jesucristo!» En China los lazaristas habían organizado un sistema para rescatar a los niños abandonados que tanto han abundado siempre en aquel país sobrepoblado, a fin de salvarlos de la muerte y educarlos luego en la fe de Cristo.

El padre Juan Gabriel participó activamente en aquel trabajo y dedicaba la mayor parte de su tiempo a la instrucción de aquellos niños a los que entretenía con el relato de divertidas historias a las que el idioma chino les daba un sabor especial. Luego de pasar dos años en Honan, fue transferido a Hupeh, donde poco después, en septiembre de 1839, hubo un estallido inesperado, repentino, violento e inexplicable de la persecución.

Los misioneros se apresuraron a ocultarse, pero un neófito traicionó al padre Perboyre (¡Terrible coincidencia!: lo vendió por treinta monedas, treinta taels, el equivalente a unos dieciocho dólares), quien fue aprehendido, encadenado y llevado ante innumerables funcionarios, cada uno de los cuales le interrogaba y le enviaba a otro y así sucesivamente. Por fin, llegó a las manos del gobernador y los mandarines de Wu Chang Fu. Estos le exigieron que revelara el sitio donde se escondían sus compañeros y que pisoteara la cruz, si quería salvar la vida. Por supuesto que se negó a hacer ambas cosas y empezó su pasión. Los sufrimientos que debió soportar el padre Juan Gabriel fueron increíbles en el sentido literal de la palabra. En veinte ocasiones fue arrastrado ante sus jueces y otras tantas se trató de obligarle con feroces tormentos, a la denuncia y al sacrilegio; las torturas se multiplicaban al negarse el mártir. Es famoso el ingenio de los chinos para inventar nuevos modos de infligir el dolor físico, y podemos afirmar que el padre Perboyre sufrió tormentos de tan refinada crueldad que, junto a ellos, los que han inventado los hagiógrafos para los mártires de las «Diez Persecuciones», parecen vulgares y benignos. Se le marcaron en el rostro cuatro caracteres chinos que decían: «maestro de una falsa religión»; un sacerdote chino que sobornó a los carceleros para entrar a la prisión, dijo que el cuerpo del padre Juan Gabriel era una masa informe de llagas y heridas, abiertas hasta mostrar los huesos en algunos sitios. El 11 de septiembre de 1840, casi un año después de su captura, san Juan Gabriel Perboyre, descalzo y con unos calzones desgarrados bajo la roja camisola de los condenados, fue estrangulado junto con otros cinco criminales comunes. Se le enterró al lado de otro mártir lazarista, el padre Francisco Regis Clet, quien también sería canonizado. En China se celebra la fiesta de el 7 de noviembre, la fecha más próxima a la de su beatificación en 1889. San Juan Gabriel fue canonizado el 2 de junio de 1996 por SS. Juan Pablo II. 

El asesinato de Juan Gabriel Perboyre dio al gobierno británico la ocasión para insistir sobre el cumplimiento a una cláusula del Tratado de Nanking, firmado en 1842, donde se acuerda que las autoridades chinas no debían ocuparse de procesar y castigar a un misionero extranjero que fuese detenido, sino entregarlo al cónsul de la nación a que perteneciera el reo, en la ciudad más próxima al lugar de la captura. 

En 1853 apareció, de autor anónimo, la obra «Le Disciple de Jésus», que es una biografía muy completa y bien escrita de san Juan Gabriel; ver también la biografía del padre Huonder, Der selige Johann Gabriel Perboyre; la de L. Castagnola, Missionario martire (1940) y la de A. Chatelet, J. G. Perboyre, martyr (1943). Asimismo se encontrarán valiosos datos en Les Martyrs, vol. X de Leclercq y en varios trabajos de A. Launay que tratar de las misiones en China.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia  Comentario al evangelio de Lucas, V, 39

«Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho»

La mano que Adán había alargado para coger el fruto del árbol prohibido, el Señor la impregnó de la savia saludable de las buenas obras, a fin de que, secada por la falta, fuera curada por las buenas obras. En esta ocasión Jesús acusa a sus adversarios que, con su falsas interpretaciones, violaban los preceptos de la Ley; ellos defendían que en día de sábado era preciso no hacer ni tan sólo buenas obras, siendo así que la Ley, que prefiguraba en el presente lo que debía ser en el futuro, dice, ciertamente, que es el mal el que no debe trabajar, pero no el bien... 

Has oído las palabras del Señor: «Extiende el brazo». Este es el remedio para todos. Y tú que crees tener sana la mano, vigila la avaricia, vigila que el sacrilegio no la paralice. Extiéndela a menudo: extiéndela hacia el pobre que te suplica, extiéndela para ayudar al prójimo, para socorrer a la viuda, para arrancar de la injusticia al que ves sometido a una vejación inmerecida; extiéndela hacia Dios por tus pecados. Es de esta manera que se extiende la mano; es de esta manera que sana.

Una pregunta que interpela

Santo Evangelio según San Lucas 6, 6-11. Lunes XXIII del tiempo ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, he aprendido que la fe crece pidiéndola y transmitiéndola. Y Tú nos dices "pidan y se les dará". Por eso vengo hoy a decirte: ¡Aumenta mi fe para creer en Ti!

furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Cuántas concepciones tengo de Dios?, ¿cómo lo veo? A veces lo veo como un Dios misericordioso, otras veces como un Dios paciente. Lo veo como un Dios justo pero compasivo, un Dios que es todo amor. Y me parece, sobre todo, un Dios que no reclama, que no dice mucho o que es incluso silencioso.

Pues bien, aquí me confronto con una cara distinta de Dios, que viene y me interpela. Sí, a veces es bueno mirar a la bondad de Dios que jamás se cansa, mirar a la clemencia que jamás se agota. Pero, ¿es que a un niño siempre se le trata así? Quien sabe educar, sabe que al niño no siempre debe concedérsele todo, que no siempre le ayuda la condescendencia. Puede parecer virtud por parte del de la madre, del padre o del tutor, pero en realidad es ingenuidad.

El corazón de toda persona necesita tanto de momentos en que pueda ejercer su libertad sin ninguna coacción, como también de momentos en que se le interpele. En pocas palabras, qué bien me hace cuando me dirigen un "¿qué haces?", "¡abre los ojos!", "¡piensa en tus hijos!", "¡no vayas por ahí!" o también "¡qué bien lo hiciste!", "¡sigue así!", "no te des por vencido", "mira a tu futuro"… Somos humanos. Necesitamos de otros. Y Cristo era muy humano.

Hoy la pregunta se dirige a los fariseos. Podemos llamarla una pregunta "retórica". Una pregunta que va más allá de la sola respuesta. Una pregunta que busca sacudir. Dios viene a presentárseme hoy, sí, como justo, misericordioso y todo amor; pero especialmente como Padre que me busca interpelar. Y ¡cómo lo necesito!

El único camino para vencer el mal es la misericordia. La justicia es necesaria, cómo no, pero ella sola no basta. Justicia y misericordia tienen que caminar juntas. ¡Cómo quisiera que todos nos uniéramos en oración unánime, implorando desde lo más profundo de nuestros corazones, que el Señor tenga misericordia de nosotros y del mundo entero!
(Homilía de S.S. Francisco, 28 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Cuando acuda a la Santa Misa buscaré abrir el corazón para escuchar la voz de Dios en las lecturas, en el sermón, dejando que me interpele.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¿Qué pasará el 23 de septiembre?

Huracanes, sismos… ¿es el fin del mundo?

No es de extrañarse, ha sucedido una vez y seguramente seguirá sucediendo: cada cierto tiempo una o más personas se proponen infundir miedo propagando rumores sobre el fin del mundo. El último rumor que anda es que el 23 de septiembre se acabará el mundo.

El Padre Sam ha hecho una importante catequesis, a partir de la Sagrada Escritura. No te puedes perder este gran vídeo, para que no te dejes engañar. Recuerda que católico instruido, jamás será confundido.

Acá está el vídeo:

https://youtu.be/cGCWVrzmpaA

Fieles ante el santuario de San Pedro Claver

Cierra en Cartagena su apoteósica visita
El Papa del pueblo, tras las huellas de San Pedro Claver
"Papa Francisco, padre de los pobres, te queremos", le gritan los colombianos

José Manuel Vidal, 11 de septiembre de 2017 a las 09:17

Francisco quiere demostrar que no es un meteorito caído del cielo, que su pontificado se inscribe en la continuidad de santos y papas defensores de los oprimidos

(José M. Vidal).- Francisco cierra, en Cartagena de Indias, su apoteósica visita a Colombia. La inició en Bogotá ante la Virgen de Chiquinquirá, patrona del país. Siguió en Villavicencio, emocionado ante el Cristo mutilado de Boyacá y la finalizó a los pies de uno de sus santos preferidos: el jesuita Pedro Claver.

Tras celebrar la vida en Bogotá, la reconciliación en Villavicencio y la fe en Medellín, el Papa concluyó su peregrinación de paz y esperanza en la bella Cartagena de Indias, centrando sus mensajes en la defensa de los pobres y de los necesitados. De esos que le saludan con un cartel que reza así:"Papa Francisco, padre de los pobres, te queremos".

De hecho, el lema elegido para su último día de estancia en Colombia fue "dignidad de la persona y derechos humanos". Con una clara referencia al santo jesuita del siglo XVII, que pasó a la historia por su entrega y defensa incondicional de los esclavos, los más pobres de los pobres de su época.

"Esclavo de los negros para siempre" (Aethiopum semper servus) fue el lema elegido por Pedro Claver en el momento de la profesión solemne de sus votos perpetuos, en 1622. Nacido en España, pidió ir a misiones y se encarnó, desde su llegada, en la atención a los negros esclavos, que llegaban a miles a Cartagena de Indias en los barcos negreros desde África.

Incomprendido en sus días, incluso por los suyos, el santo entregó por entero su vida al servicio de los esclavos hasta que el Parkinson no se lo permitió más. Tras cuatro años postrado en una cama, San Pedro Claver murió el 9 de septiembre de 1654, a los 74 años. Pero su memoria está grabada a fuego en los corazones de los pobres, especialmente de los afroamericanos, que lo quieren y lo veneran como 'su santo protector'.

Y es que, cuando los esclavos negros eran tratados como animales o como simples bestias de carga, Pedro Claver ejerció su labor profética, denunció a los esclavistas y reivindicó la sacrosanta dignidad de los afroamericanos. Tal y como recordaba, ya ayer, el Papa, en Medellín: "Entendió, como discípulo de Jesús, que no podía permanecer indiferente al sufrimiento de los más indefensos y maltratados de su época, y que tenía que hacer algo para aliviar su sufrimiento".

Con su visita a Cartagena y colocando a Pedro Claver como 'modelo' a seguir e imitar también hoy por los católicos, Francisco quiere demostrar que no es un meteorito caído del cielo, que su pontificado se inscribe en la continuidad de santos y papas defensores de los oprimidos, que la 'opción preferencial' por los pobres es consustancial a la fe de los seguidores del Nazareno.

Es la vuelta a la esencia del Evangelio. Porque en esto consiste, en el fondo, la revolución de la misericordia que Francisco está tratando de implementar en la Iglesia. De hecho, lleva cuatro años insistiendo, una y otra vez, en que ésta es la misión de los creyentes. Y predicando con el ejemplo, como hace siempre, acoge a refugiados, pobres y sin techo en el propio Vaticano. En la medida de sus posibilidades, claro.

A los pies de la tumba de Claver el Papa rezó, tras poner la primera piedra de las nuevas casas de los sin techo de la Obra Talitha Qum. Aplicación práxica del método del ver-juzgar-actuar, que la Iglesia consagró en la II Asamblea del CELAM en Medellín, en 1968. Un método que, aplicado a la Iglesia, significa, según el Papa, "ir a lo esencial, renovarse manchándose las manos e involucrarse, dejándose zarandear por el Espíritu".

A menudo con la ternura y, de vez en cuando, con el látigo de la denuncia, Francisco lleva cuatro años sacudiendo a su Iglesia, especialmente a su acomodada jerarquía, convertida, a veces, en una casta funcionarial. También aquí, en Colombia. Por eso, el Papa les advirtió, denuevo (y van), que salgan de sus comodidades, que no tengan miedo al cambio y que estén atentos a la corrupción. Porque "el diablo entra por el bolsillo".

Y, desde el atrio de San Pedro Claver, el Papa aprovechó el ángelus, para glosar su figura y lanzar un potente mensaje de defensa de los derechos humanos a todo el mundo. De su 'compañero' jesuita, Francisco recordó su entrega absoluta a los esclavos, a los que "besaba las llagas" y que murió sólo, abandonado de todos y hasta criticado "por los que temían que socavase el lucrativo comercio de esclavos".

Y del jesuita del siglo XVII al presente, en el que también "millones de personas son vendidas como esclavas", "mendigan un poco de humanidad y un momento de ternura" o tienen que lanzarse a los mares y a los caminos, "porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y sus propios derechos".

Y de nuevo, el grito del Papa, rememorando el de Claver, precisamente en su santuario de Cartagena de Indias, antiguo puerto esclavista: "Los pobres, los descartados, los emigrantes, los que sufren violencia y trata...Todos ellos tienen su dignidad y son imagen viva de Dios". A su lado, la gente aclamaba al Claver del siglo XXI: "Te queremos, Papa, te queremos".

¿Qué es la Biblia?

Ideas rápidas sobre la Biblia

A.  ¿QUÉ ES LA BIBLIA?

1. ¿Qué es la Biblia?Se llama Biblia al conjunto de textos inspirados por Dios para conducir a los hombres al cielo. Los libros anteriores a Jesucristo forman el llamado antiguo testamento. Los demás textos son el nuevo testamento. La inspiración divina de la Biblia está avalada por las tradiciones judeo cristianas.

2. ¿Qué dicen los judíos respecto a la Biblia?Los judíos sólo aceptan como inspirados los libros del antiguo testamento. Suelen entenderlos bastante literalmente y con rigor en aplicaciones detalladas.

3. ¿Qué dicen los protestantes respecto a la Biblia? En la teoría protestante todavía imperan los lemas de "sola scriptura" y "libre examen", que rechazan la Tradición y Magisterio eclesiástico, para afirmar que cada uno interprete la Biblia a su manera. Por esto han surgido numerosas divisiones en el protestantismo. Sin embargo en la práctica, los protestantes interpretan la Biblia según la tradición de su rama religiosa, y según las explicaciones de sus dirigentes. Es lógico que sea así.

4. ¿Qué dicen los ortodoxos respecto a la Biblia? En general, los ortodoxos coinciden con los católicos en su visión de la Biblia.

5. ¿Qué dicen los católicos respecto a la Biblia? Los católicos aceptan también que la Biblia es inspirada por Dios. En cuanto a la interpretación bíblica, los católicos siguen la Tradición, y el Magisterio del Papa. 

B. INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA

1. ¿La Biblia necesita interpretación?Cualquier persona al leer un libro lo comprende de una manera que puede ser diferente al modo de entenderlo de otro lector. Esto es correcto también al leer la Biblia. Sin embargo, puede suceder que alguna lectura obtenga conclusiones opuestas a lo que Dios quiere decirnos. Por esto, conviene que además de las opiniones personales, exista una interpretación auténtica que garantice la fidelidad al deseo divino. Entre los católicos, esta tarea la realiza el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con la Tradición.

2. ¿Por qué los católicos gozan de esta interpretación auténtica?Porque Jesucristo lo prefirió así, como lo muestra la misma Biblia:

Jesucristo eligió a Pedro como cabeza y pastor de su Iglesia y le dijo: "todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19). (Sin referencias a la Biblia).

Jesús confirma y mejora al antiguo testamento. Sin embargo, en sus indicaciones a los Apóstoles nunca habla de seguir la Biblia, sino de predicarle a Él, sus enseñanzas.

Jesucristo dijo a los Apóstoles: "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado" (Mt 28, 19-20). (Cuanto os he mandado oralmente pues así enseñó Jesús).

Jesucristo no quiso dejar ningún texto escrito, sino que prefirió elegir a sus Apóstoles como transmisores de su doctrina con la ayuda del Espíritu Santo. Las enseñanzas de Cristo son igual o más importantes que las contenidas en el antiguo testamento. Y el Señor prefirió transmitirlas oralmente dando así una categoría decisiva a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia. Jesús no quiso escribir, prefirió dejarnos a Pedro.

3. ¿No es raro que unos hombres interpreten la palabra de Dios? No es raro, si estos hombres han recibido el mandato divino de obrar así, enseñando a todas las gentes. Además, el Papa y los obispos mantienen -lógicamente- un exquisito respeto hacia los textos bíblicos, estudiando bien su contenido; y al dar una interpretación actúan bajo la guía del Espíritu Santo y del mismo Jesucristo que cuida de su Iglesia: "Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 19-20).

4. ¿No es mejor que cada uno interprete la Biblia a su manera? Esto no es conveniente, pues con gran facilidad cada uno puede entender lo que le parezca tomando un texto aquí o allá, sin tener en cuenta otros textos bíblicos y otras enseñanzas de Jesucristo. Cada uno inventaría su propia religión en la que él sería quien dictara las normas. Y una religión inventada por uno mismo sin duda es falsa.

5. ¿Por qué Dios ha preferido actuar así? El Señor ha querido unir la Biblia a la Tradición y al Magisterio, buscando el bien del hombre:

La soberbia y autosuficiencia hacen mucho daño al hombre. Fue el pecado del diablo que quiso independizarse de Dios. Nosotros no somos dioses sino criaturas, y la autonomía respecto a Dios nos destroza. Por esto, el Señor previene el orgullo y prefiere que no sea cada uno quien se autodiseñe la Biblia.

Dios creó al hombre como ser social: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18). Tampoco el hombre se autosalva, sino que conviene a la naturaleza humana avanzar hacia el Señor con la colaboración de otros hombres. Otros hombres le bautizan y confiesan. Otros hombres le ayudan a entender la Biblia.

6. ¿Algún ejemplo de interpretación bíblica? En el antiguo testamento se prescriben algunas normas limitadas a una época o situación concreta. En el nuevo testamento se corrigen algunas. Otras se han modificado posteriormente. Con esto no se actúa contra la Biblia, sino a favor de su interpretación adecuada, buscando realizar lo que Dios desea, distinguiendo lo que debe hacerse siempre, de lo que sólo eran normas circunstanciales y transitorias.

7. ¿Un ejemplo? En el antiguo testamento estaba ordenado: lapidar a las adúlteras, no comer carne de cerdo, sacrificar dos corderos cada día, realizar la circuncisión (esto era muy importante), etc. En el nuevo testamento, se lee como Dios insta a Pedro a modificar algunas cosas, sobre todo el cambio tan grande de suprimir la circuncisión. Reunidos los apóstoles con Pedro decretaron: "Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las necesarias: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación. Obraréis bien al guardaros de estas cosas" (Hch 15, 28-29). Este texto bíblico muestra como el Señor guía a los apóstoles. Aquí, el antiguo y nuevo testamento se oponen aparentemente, pero sigue siendo Dios quien guía a su pueblo, antes mediante Moisés, luego con Pedro, ahora mediante el Papa. Es el estilo divino de actuar.

8. ¿La Iglesia católica prohíbe reflexionar en la Biblia? No, no. La lectura y meditación de la Biblia está muy recomendada en la Iglesia católica, siempre que uno la lea con deseo de orar, aprender y acercarse a Dios. Sobre todo es muy aconsejable leer los evangelios.

C. INSPIRACIÓN DIVINA DE LA BIBLIA

1. ¿Qué significa que la Biblia es inspirada por Dios?La inspiración divina de la Biblia significa que Dios mismo es el autor principal de estos libros, aunque utilizó para escribirlos un instrumento humano. El autor humano escribe con su estilo, pero bajo la inspiración divina, de modo que lo escrito realmente es palabra de Dios.

2. ¿Cómo se sabe que la Biblia está inspirada por Dios?Esta inspiración se conoce por dos motivos principales:

El Señor al dirigirse a los hombres añade a sus palabras unos hechos portentosos -milagros- que testifican esas frases como divinas. La Tradición y el Magisterio transmiten esos textos como auténticos, diferenciándolos de otros libros.

3. ¿Qué milagros ha habido? En el antiguo testamento se narran bastantes milagros, sobre todo en torno a Moisés. En el nuevo testamento son muy conocidos y abundantes los de Jesucristo. También se recogen hechos prodigiosos de los Apóstoles. Actualmente, sigue habiendo milagros de vez en cuando. 

D. USO DE LA BIBLIA

1. ¿Cómo se usa la Biblia? Los teólogos emplean las sagradas escrituras para sus estudios. Los católicos usamos la Biblia para aprender y rezar, no para resolver cuestiones. Para solucionar dudas disponemos del catecismo.

2. ¿No para resolver cuestiones?Los protestantes y los judíos se preguntan ¿dónde dice la Biblia esto?, y como si todos fueran grandes teólogos se ponen a analizar las Escrituras, con resultados no siempre acertados pues no todos son expertos bíblicos. Los católicos a la hora de resolver dudas nos preguntamos más bien ¿qué dice el catecismo sobre esto? Y obtenemos grandes ventajas: el catecismo es más claro, reúne enseñanzas más desarrolladas, y es igual de seguro que la Biblia. Para resolver cuestiones, la Biblia reclama estudios e interpretación que no están al alcance de cualquier aficionado. Para rezar es maravillosa.

3. ¿Errores? En torno a la Biblia, hay unos modos de razonar que conducen a equivocaciones. Suelen coincidir en la pretensión de usar la Biblia como sistema para resolver dudas; olvidando la Tradición y el Magisterio. Veamos unos argumentos erróneos:

"Jesucristo nunca dijo esto".- Esta frase conduce a varios errores, porque en la Biblia no aparece todo lo que el Señor dijo, y hay cosas que debemos cumplir aunque Jesús no las mencionara. Por ejemplo, probablemente Jesucristo nunca habló del aborto, de las drogas, del terrorismo, de las armas de destrucción masiva, del uso de anticonceptivos, etc.

En cambio, el Señor habló varias veces del primado de Pedro y de la misión de los apóstoles. Jesús no quiso decirlo todo, sino que nos dejó al Papa como maestro y guía, que nos enseña y conduce hacia Él.

"Esto no está en la Biblia".- Otra frase que conduce a errores parecidos, porque no todo está en la Biblia. Los cristianos no seguimos a la Biblia sino a Cristo, guiados por el Papa.

"Mira lo que dice la Biblia".- Otro modo de pensar equivocado donde vuelve a usarse la Biblia para resolver cuestiones sin ser expertos. Si uno se atiene sólo a la Biblia, puede decidir que se debe lapidar a las adúlteras, que la poligamia está permitida, y que se debe circuncidar a los familiares, animales incluidos... Dejemos a los expertos que analicen las Escrituras y nosotros disfrutemos de su piadosa lectura. Para resolver cuestiones, usemos el catecismo -y lo veremos lleno de citas bíblicas bien escogidas-.

El Papa acaricia a una niña en Cartagena

"Que prime la razón sobre la venganza"
El Papa en Cartagena: "Esclavos de la paz para siempre"
"Sus palabras tienen que calar hondo en nuestra conciencia"

Consuelo Vélez, 11 de septiembre de 2017 a las 09:10

Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias

(Consuelo Vélez, teóloga, Bogotá).- Último día del Papa Francisco en Colombia y sus palabras siguieron igual de claras o "más claras" que todas las dichas a lo largo de su viaje.

Lo primero, sus "actos". Su entrada a la "ciudad amurallada" -orgullo turístico de los colombianos- la hizo por los lugares más pobres, aquellos que no se muestran a los turistas y de los que nadie se ocupa. San Francisco, un barrio sin transporte público, donde viven más de 8000 personas, la mayoría afrodescendientes, sumidas en la pobreza y el abandono de la administración pública.

Pero allí brota la esperanza en obras sociales auspiciadas por la Arquidiócesis, como las que el Papa fue a visitar: El programa Thalita Cum (que en arameo significa: niña, a ti te digo, levántate), obra que quiere proteger a las niñas de caer en la prostitución o ser víctimas de la trata de personas y la Misión María revive que busca construir casas para los habitantes de la calle. El Papa bendijo la primera piedra para estas obras.

En ese barrio le ocurrió el pequeño accidenteen el que se golpeó el rostro. Creo que no le interesó mucho porque él sabe que cuando se vive "la Iglesia en salida en las periferias" eso y mucho más puede pasar. Podría haber pasado en cualquier otro lugar, por supuesto, pero no es de extrañar que en un barrio de calles estrechas y con toda la gente volcada con tanta sencillez en las calles, un frenazo a destiempo, fuera lo más posible que ocurriera.

Y en ese barrio también entró a la casa de Doña Lorenza Pérez, humilde mujer que alimenta a más de 100 niños de escasos recursos de su comunidad. Así relató ella lo que ocurrió en ese encuentro. "Me agarro de la mano, me abrazó fuerte, me dio un beso en la mejilla y me estrechó la mano fuerte y me dijo: 'usted vale mucho, doña Lorenza'".

Posteriormente se dirigió a la Iglesia San Pedro Claver donde rezó el Ángelus, introduciéndolo con las preocupaciones que lleva en su corazón: los pobres que sufren exclusión y de los que Pedro Claver fue verdadero defensor. Pidió por la situación venezolana haciendo un llamado a rechazar todo tipo de violencia e invitando a buscar una solución a la grave crisis que afecta a todos pero, especialmente, a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad.

Después de bendecir a la Virgen del Carmen en la bahía de Cartagena se dirigió al área portuaria de Contecar para la celebración de la Eucaristía. Y allí, con la homilía, cerró con palabras claras, directas y exigentes el mensaje central que quería dejarnos a los colombianos: "Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias. Sólo si ayudamos a desatar los nudos de la violencia, desenredaremos la compleja madeja de los desencuentros: se nos pide dar el paso del encuentro con los hermanos, atrevernos a una corrección que no quiere expulsar sino integrar; se nos pide ser caritativamente firmes en aquello que no es negociable; en definitiva, la exigencia es construir la paz ".

Estas palabras tienen que calar hondo en nuestra conciencia. ¡Ojalá que así sea! Son muchos los obstáculos que se han puesto a la paz. Hay muchos corazones cerrados a un nuevo comienzo. Muchos otros no quieren incluir sino excluir. Y los cristianos no han estado ajenos a estas actitudes que desdicen de su fe en Jesús y que se olvidan de que hay algo "innegociable": la construcción de la paz.

Posiblemente al recoger todas las palabras dichas en la homilía se va abriendo el camino para poder dar ese "primer paso" que tanto hemos repetido en estos días. Cartagena desde hace 32 años es sede de los Derechos Humanos y en este contexto la palabra de Dios nos habla de perdón, corrección, comunidad y oración.

Los testimonios de las víctimas interpelaron al Papa -más adelante dice que le hizo mucho bien escuchar tantos testimonios-. Y desde ahí apela a la necesidad de incorporar a muchos más actores al diálogo y dejar que prime la razón sobre la venganza, armonizar política y derecho y tener en cuenta los procesos de la gente. 

"No se necesita un proyecto de unos pocos para unos pocos o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie del sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural". Generar "desde abajo" un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, responder con la cultura de la vida, del encuentro. Levantar una palabra profética contra todos aquellos que atentan contra los derechos humanos, contra la casa común y los graves problemas del narcotráfico, la explotación laboral, el blanqueo ilícito de dinero, la especulación financiera, la prostitución, la trata de seres humanos, la tragedia de los emigrantes y, en definitiva, todo aquello que vulnera la dignidad humana. Ante todo eso no se puede dejar de levantar la voz. Además, no se puede dejar de reconocer el valor de tantos defensores de derechos humanos que han perdido la vida defendiéndolos.

Y, precisamente con esa voz profética el Papa nos preguntó: ¿Cuánto hemos accionado en favor del encuentro, de la paz? ¿Cuánto hemos omitido, permitiendo que la barbarie se hiciera carne en la vida de nuestro pueblo? Jesús nos manda a confrontarnos con esos modos de conducta, esos estilos de vida que dañan el cuerpo social, que destruyen la comunidad. ¡Cuántas veces se "normalizan" procesos de violencia, exclusión social, sin que nuestra voz se alce ni nuestras manos acusen proféticamente!

El Papa hizo todo lo que pudo para comprometernos con la paz. Y ahora ¿qué haremos nosotros? Nuestro empeño en esta tarea dará la respuesta. Ojala no hagamos inútiles tantos esfuerzos del Papa pero sobre todo no nos defraudemos a nosotros mismos en la construcción del futuro que nos pertenece y mucho menos al Dios de la paz que está de nuestra lado y que en este paso de Francisco por nuestra tierra nos ha hablado claro y contundente: "sean esclavos de la paz para siempre".

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