Cuando Jesús se hizo carne en María

Evangelio según San Lucas 1,26-38. 

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. 

El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". 

Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. 
Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. 

Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". 

María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". 

El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. 

También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". 

María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó. 

San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la Iglesia El árbol de la vida

Cuando Jesús se hizo carne en María

Cuando llegó la plenitud de los tiempos (Gal 4:4), del mismo modo que al sexto día, el poder y la sabiduría divina formaron al hombre a partir de la tierra, al principio del sexto año del mundo, el arcángel Gabriel fue enviado a la Virgen, y ella dio su consentimiento. El Espíritu Santo descendió sobre ella, su alma ardiendo como un fuego y santificando su carne con la pureza más perfecta,“la virtud del Altísimo la cubrió de su sombra” (Lc 1:35) afín que ella pudiese soportar semejante ardor. Es así que por obra del Altísimo, instantáneamente un cuerpo fue formado, un alma creada y al mismo tiempo los dos fueron unidos a la divinidad en la persona del Hijo, afín que el mismo fuese Dios y Hombre, las propiedades de cada una de las dos naturalezas permaneciendo salvadas. 

¡Oh! ¡Si pudieras tan solo comprender un poco cual fue, y de qué inmensidad, el incendio encendido entonces en el cielo, el refrescamiento provisto, el consuelo acordado! ¡A qué dignidad fue elevada la Virgen María! ¡Cual fue el ennoblecimiento del género humano y cual fue la condescendencia de la Divina Majestad! ¡si pudieras escuchar los cantos de júbilo de la Virgen, subir la montaña con Nuestra Señora, contemplar las suaves abrazos de la Estéril y de la Virgen, y la manera de como se cumple el deber de saludarse, manera que el humilde servidor reconoce a su Señor; el heraldo, su Juez; la voz, el Verbo! Estoy seguro que en ese entonces entonabas con dulces acentos junto a la Bienaventurada Virgen el sagrado cántico: «Alaba mi alma al Señor» (Lc 1:46). Estoy seguro que con alegría te unirías al Profeta niño para adorar la admirable concepción virginal. 

Fiesta de la Inmaculada: María de Nazaret, Mensaje para nuestro tiempo

Fiesta de la Inmaculada

Los pobres son portadores de una presencia divina

Hoy te acusarían de radical, populista, subversiva, utópica revolucionaria, y hace unos cuantos años también de comunista, pero tu sigue adelante y no hagas caso.

Tu fuiste una buena mujer, pobre, de un pueblo pobre, sencilla, trabajadora, humilde, esclava de verdad, como lo eran casi todas las mujeres de tu tiempo, con “callos bien marcados en las manos”, de trabajar en el campo, igual que tus familiares (S. Hegesippi Fragmenta), como aun los tienen ahora millones de mujeres africanas o indígenas, incluso cargando a la vez con un niño a la espalda.

Sencillamente, porque eras buena de verdad, por eso Dios se fijó en ti, y no hizo falta que te librara de ningún pecado, aunque tuvieras tus defectos, como los tiene todo ser de este mundo, como tampoco hay que librar a ningún niño cuando nace. 

La imagen que nos dan los Evangelios de ti no se parece nada a la mayoría de las vírgenes que tenemos en nuestras iglesias con la luna bajo los pies, coronada de estrellas, de cara perfecta, manos impolutas, corona de perlas en la cabeza, ropajes bordados en oro, colocadas en retablos de plata robada a los indígenas de América por los conquistadores, etc.

Gracias, porque desde tu condición de una esclava de Galilea, nos dejaste una extraordinaria visión y conocimiento del Dios verdadero, del hombre y del mundo, plasmada de forma maravillosa en el canto del Magníficat, que proclamaste en la visita a tu prima Isabel, y que dice así (Lucas 1,46-56) :
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Sin duda somos muchos millones de personas quienes tenemos puesta en ti una especial admiración, confianza y reconocimiento, y no dudamos en acudir a ti siempre, pero especialmente cuando la dureza de la vida, como la que tu llevaste, nos pone al límite de la impotencia que nos rodea por todas partes cuando nos encontramos con millones de personas, especialmente en el Tercer Mundo, que las ves muriendo de hambre, de impotencia, de opresión, víctimas de los ricos y poderosos de este mundo, teniendo que huir, como tu a Egipto, para defender su vida, igual que ahora huyen desde Siria, desde Africa o desde América del Sur, ante una muerte, muchas veces inminente, injusta y prematura porque los echan y les quitan sus tierras para darlas a una multinacional o inundarlas con una presa para producir energía para otros.

Tu sin duda conocías muy bien la condición inhumana de los esclavos y esclavas de Galilea, donde tu eras una de tantas, obligada desde los doce o catorce años, como todos los niños y niñas galileos, a pagar impuestos al emperador romano.
Desde esa situación se entiende muy bien tu precioso canto, perfectamente aplicable a la realidad del mundo actual, que te lleva a:

-proclamar la grandeza del Señor y alegrarte en Dios tu Salvador porque no se fijo en nadie de arriba, ni grande ni poderoso, sino en una esclava pobre y humilde como tu.

-reconocer que Dios ha hecho obras grandes por ti y las quiere hacer de generación en generación, porque su misericordia llega a todos.
-constatar que Dios hace proezas con su poder: para acabar con los soberbios, como los ricos y poderosos de nuestro tiempo que se consideran más que los demás con derecho a usar y abusar de los pobres, con salarios de miseria que no llegan al mínimo interprofesional, con pagos en B, con indemnizaciones multimillonarias a los de más arriba y despidos de miseria a los de más abajo; para explotar con sus multinacionales y sus grandes bancos a los países pobres, como quitarles sus materias primas y sus tierras en Africa, América o la India, o utilizarlos como trabajadores y trabajadoras semiesclavos en sus maquilas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Marruecos, la India, etc. en las que trabajan 27 millones de personas, con un salario mensual de 180 a 250 €, una jornada laboral que en ocasiones alcanza las 24 horas, y unas condiciones de trabajo muy duras con riesgo de contraer diversas enfermedades, y además situadas en zonas francas que les permiten eludir pagos de impuestos, inspecciones, etc. (Ver informes del CEPAL de la ONU, Osfan-Intermón, etc.). Muchas son industrias textiles donde trabajan niñas adolescentes de 15 años por 1,3 euros al día por jornadas laborales de 68 horas semanales. Estas fábricas suministran productos a grandes firmas de moda internacionales, entre ellas cuatro españolas: Inditex (Zara y Bershka), El Corte Inglés, Cortefiel y Carrefour España (La Marea 13/04/2015). Por algo compramos ropa tan barata, llena de costuras de injusticia que enriquece a multimillonarios.
-comprobar que el plan de Dios es derribar del trono a los poderosos, despedir a los ricos vacíos, y en cambio enaltecer a los humildes y colmar de bienes a los hambrientos, y así auxiliar a su pueblo. Los ricos y poderosos de este mundo lo son cada vez más, y por eso hay que derribarlos de sus tronos y despedirlos vacíos, porque son la causa de los millones de empobrecidos que hay en este mundo. Si hoy dijeras esto mismo, te acusarían de comunista, radical, populista, subversiva, revolucionaria, utópica...

Qué bien descubriste al Dios verdadero. Qué bien comunicaste a tu hijo Jesús este mensaje, qué buena educadora fuiste para El, que hizo de la justicia, el amor, la fraternidad y la igualdad el centro de su mensaje de liberación y salvación; que hizo de los hambrientos, sedientos, enfermos, desnudos, emigrantes y encarcelados a sus seres más preferidos y además los convirtió en los porteros del Reino de los Cielos, portadores de una presencia diivina.
Gracias, María: ayúdanos a nosotros a parecernos a ti y a tu Hijo Jesús para construir un mundo mejor para toda la humanidad y toda la creación.

A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

No me duele reconocerte diferente.
No me extraña que Dios te colmara de hermosura.
No imagino que pudieras ser de otra manera,
Tú, que fuiste escogida como entrañas divinas.

¿Por qué tendremos que pensar por nuestra cuenta?
¿Por qué no imaginarte en la mente del Creador?
Si el que hizo todo, todo lo hizo bello,
¿Por qué dudar de que a ti te hiciera sin pecado?

Parece que no es lógico si no eres como nosotros.
Parece que es extraño tu ser inmaculado.
Como si de nuestra esencia fuera no serlo,
Como si no pudiera Dios hacerte colmada de hermosura.

Virgen nazarena, mujer, esposa y madre.
Virgen nazarena, humilde, discreta, oyente.
La Palabra se ha hecho casa en tu seno.
Dios se ha enamorado de tu inocencia.

Tú te has convertido en nuestro estandarte.
Gracias a ti la humanidad recupera la esperanza.
Tú eres el puerto franco en nuestras zozobras.
Tú eres la puerta de todas las profecías.

Hoy me dejo mirar por tu semblante,
Y me uno a quienes cantan tu misterio.
Quiero ser del coro que enaltece tu historia
Por gratitud sincera, y también interesada.

Virgen Inmaculada, jardín de Dios.
Virgen Inmaculada, artesa santa.
Virgen Inmaculada, arca bendita.
Virgen Inmaculada, éxtasis divino.

Acoge nuestro ruego de pecadores.
Eleva nuestra súplica ante tu Hijo.
Intercede siempre, aunque no te invoquemos.
Gracias, bendita tú entre las mujeres.

En ti se liberan los miedos y fantasmas.
En ti encuentra refugio el peregrino.
A ti te invocan los sencillos.
Señora nuestra, ruega por nosotros.

La Inmaculada

La dudosa luz del alba perfilaba como un arrecife en el horizonte, y el sol, como un loco mendigo, como una nave sin timón, navegaba a trompicones sobre los riscos a la descubierta del mundo. Durante el día pensé en la Inmaculada concepción y sentí desde dentro la belleza del mundo que llenó mis ojos de miradas bellísimas y de ilusión desbordante. Muchos amigos míos creyentes y no creyentes están convencidos de que la Virgen tuvo más hijos, otros muchos creen que la Viren sólo dio a luz al niño Jesús. Para mi la Virgen fue, es y seguirá siendo la Madre de Jesús, hombre Dios. Y pensé: para cada uno “el mundo es semejante a su curiosidad”. Inmaculada quiere decir que el pecado no la manchó nunca, fue concebida sin pecado y ella nunca pecó

La Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María

Solemnidad, 8 de diciembre

Martirologio Romano: Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida, por el papa Pío IX, como verdad dogmática recibida por antigua tradición (1854).

Todo lo que se refiere a la Santísima Virgen María es un maravilloso misterio. Como la primera y más importante de las prerrogativas suyas es su condición de ser Madre de Dios, todo lo que deriva de ello-el caso de ser Inmaculada, por ejemplo- es una consecuencia de su especialísima, impar e irrepetible situación en medio de los hombres.

De hecho, en un tiempo concreto, justo en 1854, el papa Pío IX, de modo solemne y con todo el peso de su autoridad suprema recibida de Jesucristo, afirmó que pertenecía a la fe de la Iglesia Católica que María fue concebida sin pecado original. Lo hizo mediante la bula definitoria Ineffabilis Deus donde se declaraba esa verdad como dogma de fe.

Poco a poco fue descubriéndolo en el andar del tiempo y atendiendo a los progresos de la investigación teológica, al mejor conocimiento de las ciencias escriturísticas, a lo que era realidad viva en el espíritu y vida de los católicos y después de consultado el sentir del episcopado universal.

No es en ningún momento un gesto debido al capricho de los hombres ni a presiones ambientales o conveniencias económicas, políticas o sociales por las que suelen regirse las conductas de los hombres. No; es más bien la fase terminal y vinculante de un largo y complejo proceso en que se va desarrollando desde lo más explicito y directo hasta lo implícito o escondido y siempre al soplo del Espíritu Santo que asiste a la Iglesia por la promesa de Cristo. Por tanto, la definición dogmática no es la creación de una verdad nueva hasta entonces inexistente, sino la confirmación por parte de la autoridad competente de que el dato corresponde al conjunto de la Revelación sobrenatural. Por eso, al ser irreformable ya en adelante, asegura de manera inequívoca las conciencias de los fieles que al profesarla no se equivocan en su asentimiento, sino que están conforme a la verdad.

El libro del Génesis, la Anunciación de Gabriel trasmitida en el tercer evangelio, Belén donde nace el único y universal Redentor, El Calvario que es Redención doliente y el sepulcro vacío como triunfante se hacen unidad para la Inmaculada Concepción.

Los Santos Padres y los teólogos profundizaron en el significado de las palabras pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya reveladas y en los hechos; relacionaron las promesas primeras sobre un futuro Salvador, descendencia de la mujer, que vencería en plenitud al Maligno con aquellas palabras lucanas llena de gracia salidas del ángel Gabriel. Compararon a la Eva, madre primera de humanidad pecadora y necesitada de redención, con María, madre del redentor y de humanidad nueva y redimida. Pensaron en la redención universal y no podían entender que alguien -María- no la necesitara por no tener pecado. Con los datos revelados en la mano se estrujaron sus cabezas para entender la verdad universal del pecado original transmitido a todo humano por generación. Jugaron con las palabras Eva -genesíaca-, y Ave -neotestamentaria-, ambas del único texto sagrado, viendo en el juego maternidad analógica por lo común y lo dispar. Vinieron otros y otros más hablando de la dignidad de María imposible de superar; el mismo pueblo fiel enamorado profesaba la conveniencia en Ella de inmunidad, pero aún quedaban flecos sin atar. Salió algún teólogo geniudo diciendo ¡imposible! y otro sutil, que hilaba muy fino, afirmó que mejor es prevenir que curar la enfermedad para afirmar que la redención sí era universal y María la mejor redimida.

Solucionadas las aparentes contradicciones de los datos revelados que ataban todos los cabos sueltos y comprendido cuanto se puede entender en la proximidad del misterio, sólo quedaba dar la razón de modo solemne a la firme convicción de fieles y pastores en el pueblo de Dios que intuía, bajo el sereno soplo del Espíritu, que por un singular privilegio la omnipotencia, sabiduría y bondad infinitas de Dios habría aplicado, sin saber cómo, los inagotables méritos del Hijo Redentor a su Santísima Madre, haciéndola tan inocente desde el primer instante de su concepción, como lo fue después y para siempre, por haberla amado más que a ninguna otra criatura y ser ello lo más digno por ser la más bella de todo lo que creó. Así lo hizo, aquel 8 de diciembre, el papa Pío IX cuando clarificó para siempre el significado completo de llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.

Mientras los teólogos estudiaban y discutían todos los pormenores, los artistas les tomaron la delantera, sobre todo los españoles Murillo, Ribera, Zurbarán, Valdés Leal y otros; también no españoles como Rubens o Tiepolo. Ponían en sus impresionantes lienzos a la Inmaculada con túnica blanca y manto azul, coronada de doce estrellas, que pisaba con total potestad y triunfo la media luna y la humillada serpiente.

¿Qué significa Inmaculada Concepción?

Este título se refiere a que desde el inicio de su existencia ella estuvo libre del pecado original

El nombre de Concepción o María de la Concepción es dado a muchas niñas en honor a la inmaculada concepción de Nuestra Señora.

Concepción es el acto de ser concebido o engendrado en el seno de una mujer. Inmaculada significa: sin mancha. Muchos piensan que cuando la Iglesia usa estos términos está refiriéndose a la pureza inmaculada de la concepción de Jesús en el seno de María.

Es cierto que Jesús no nació de la relación de María con un hombre, sino por obra del Espíritu Santo. Es lo que afirmamos en el Credo diciendo: Nació de María virgen. Pero no es por causa de su virginidad que la Iglesia da a Nuestra Señora el título de "Inmaculada Concepción".

Este título se refiere a la concepción de la propia María en el seno de su madre. No significa, sin embargo, que su concepción fue virginal como la de Jesús. Ella nació, como las otras personas, de la relación conyugal de un hombre y una mujer, que la Iglesia llama de San Joaquín y Santa Ana. Pero la concepción inmaculada de María no tiene nada que ver con sus padres. Es un don de Dios a María. Significa que desde el inicio de su existencia ella estuvo libre del pecado original.

La fe nos enseña que toda la humanidad participa del pecado de los primeros seres humanos, que la Biblia denomina Adán y Eva. Es como una tara hereditaria que una persona transmite a todos sus descendientes.

El Privilegio

Todos nosotros experimentamos que somos pecadores. Si somos sinceros, debemos reconocer que no seguimos siempre a nuestra consciencia. La familia humana quedó marcada por esta mancha. Solo Jesucristo puede librarnos del pecado y sus consecuencias. Por la fe y el bautismo nos reconciliamos con Dios y volvemos a vivir como sus hijos e hijas.

Pero María tuvo un privilegio especialísimo. Porque en el plan de Dios estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Salvador, ella fue liberada de la mancha del pecado desde su concepción. Jamás estuvo separada de Dios. Y al tornarse consciente de su existencia, confirmó con un "sí" su voluntad de pertenecer a Dios y obedecer sus mandamientos. Es esta santidad de María, llena de gracia, que la Iglesia proclama cuando habla de su inmaculada concepción.

¡¿Cómo?! ¿Jesucristo no es el Salvador de todos?

¿Cómo la Iglesia enseña que Nuestra Señora fue concebida sin pecado, si, según la Biblia, Jesús murió en la cruz para salvar a toda la humanidad del pecado?

Es verdad que Jesucristo es el Salvador de todos, incluso de las personas que vivieron antes de su nacimiento. Fue previendo la encarnación y muerte de su Hijo que Dios comunicó a Abraham y a todos los justos del Antiguo Testamento la gracia de la fe en su promesa de salvación. Como Hijo de Dios, hecho hombre, Jesús es el único que no precisa ser salvado del pecado, que afecta a toda la familia humana. María también fue salvada del pecado por la gracia que Cristo, su hijo, iría merecer con su pasión y muerte. Ella pertenece a la humanidad pecadora. No podría librarse de esa situación por sus propios méritos. No sería capaz de agradar a Dios, sin la fuerza del Espíritu Santo que Cristo ofrece a todos.

La diferencia

Pero, al mismo tiempo que afirma esta verdad, la Iglesia Católica, acogiendo la palabra de Dios en la Biblia, cree también que María, madre de Jesús, estuvo libre del pecado desde el primer instante de su existencia. En eso consiste su inmaculada concepción.

La gran diferencia entre María y nosotros, es que nosotros por la gracia de Cristo somos liberados del pecado, que ya existe en nosotros, tanto el pecado original como los pecados personales. María, al contrario, fue preservada de cualquier pecado desde que fue concebida, porque recibió en aquel instante al Espíritu Santo de Dios. Por eso, ella ya es "llena de gracia", como dice el mensajero del cielo, antes del momento de la encarnación. Este nuevo nombre dado a María significa que Dios la amó de un modo todo especial, no permitiendo que ella estuviese separada de él en ningún momento de su existencia.

Este privilegio de María se fundamenta en su elección para ser madre del propio Hijo de Dios. Para cumplir esta misión ella precisaba ser perfectamente santa, no oponiendo la mínima resistencia al plan de Dios. De hecho, María aceptó sin ninguna restricción la invitación de Dios, cuando dijo: "He aquí la sierva del Señor. Que él haga de mí lo que dicen tus palabras". Pero esta entrega incondicional de María a la voluntad de Dios no sería posible si en su vida hubiese habido cualquier sombra de pecado.

Por eso, la Iglesia alaba a María santísima como Isabel, que, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu seno!".

Un si como el de María

Santo Evangelio según San Lucas 1, 26-38. Solemnidd de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, dame la gracia de poder escucharte hoy.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Cuántas veces, durante el día, decimos sí o no a Dios? ¿Cuántas veces decimos sí cuando realmente queremos decir no?¿Qué diferencia hay entre mi sí y el si de María?

Y es que el sí de María no es simplemente un sí a la voluntad de Dios; no es un sí sumiso a Dios Todopoderoso. El si de María es un acto de amor hacia Dios. Es un sí que ocasiona la presencia de Dios en ella, porque es un sí de total entrega, un sí al Amor.

Porque no se ama la voluntad de Dios, sino se ama solamente a Dios y ese amor a Él nos hace querer su voluntad. Nuestra Madre es esclava del Señor, no porque fue sumisa sino porque amaba. Sólo un amor libre y real a Dios es lo que nos va a llevar a ser esclavos de amor.

Nosotros, como hijos de María, hemos heredado esa esclavitud de amo; no amamos las cosas que nos da Dios o las cosas que no nos da, sino amamos a Dios. Un amor que ha de ser libre y real, un amor que empuja nuestra alma a que nuestro sí sea un acto de amor.

Digámosle un sí a Nuestro Señor, un sí de amor. Un sí que ocasione la presencia de Dios en nuestro ser, un sí que acoja a ese Dios que quiere nacer en nosotros.

El "sí" de María abre la puerta al "sí" de Jesús: "Yo vengo para hacer tu voluntad". Y este "sí" va con Jesús durante toda su vida, hasta la cruz: "Aparta de mí este cáliz, Padre, pero hágase tu voluntad". Es en Jesucristo que, como dice Pablo a los corintios, se encuentra el "sí" de Dios: Él es el "sí".
Hoy es un día bonito para dar gracias al Señor por habernos enseñado que este camino del "sí", y también para pensar en nuestra vida. Todos nosotros, cada día, tenemos que decir "sí" o "no", y pensar si siempre decimos "sí" o muchas veces nos escondemos, con la cabeza hacia abajo, como Adán y Eva, para no decir "no", fingiendo no entender "lo que Dios pide". Hoy es la fiesta del "sí".

(Cf Homilía de S.S. Francisco, 4 de abril de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Voy a decir "sí" a todo el bien que hoy se me pida hacer, consciente del amor que voy a poner en todo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino! Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Bendita seas , Madre Inmaculada .... ruega por nosotros

Madre de Dios y Madre nuestra, tenemos la certeza que nos escuchas y atiendes... ¡Cómo una madre no va a oír a sus hijos!

Ya estamos en el mes de diciembre.

Este mes, Señor, vamos a conmemorar en la Noche del 24 tu llegada al mundo como el Hijo de Dios.

Tanto nos amó Dios que nos entrega a su único Hijo para que nazca y muera como hombre sin dejar de ser Dios por la remisión de todos los pecados de la Humanidad, los pasados, los presentes y los futuros.....

Y para que sucediera esto no lo hace presentándonos un Hijo lleno de esplendor y poderío sino de una manera natural y ligada a una "concepción" en una joven virgen por medio del amor del Espíritu Santo.

Va en busca de ti, María. Y Tu, le dices... : QUE SI.

Era necesario buscarte limpia, pura, sin mancha, fresca y serena como la misma mañana en que naciste porque habías tenido una inmaculada concepción en el seno de tu madre Ana y por eso te conocemos y veneramos como la Inmaculada Concepción.

La Iglesia y los católicos del mundo entero, hoy día 8 de diciembre, haremos fiesta para implorar tu protección y decirte con las palabras del P. Ignacio Larrañaga: ....hoy queremos decirte "muchas gracias", Señora, por tu "Fiat", por tu completa disponibilidad de esclava, por tu pobreza y por tu silencio, por el gozo de tus siete espadas, por el dolor por todas tus partidas que fueron dando la paz a tantas almas. Muchas gracias por haberte quedado con nosotros a pesar del tiempo y la distancia.....

Inmaculada Virgen María, Madre purísima, Madre sin mancha, Madre Virgen, Reina concebida sin pecado original, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.... así decimos cuando nos dirigimos a Ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y tenemos la certeza que nos escuchas y atiendes... ¡Cómo una madre no va a oír a sus hijos!.
Tu, que supiste ser la madre más amorosa pero también supiste de renuncias y dolores. Por eso tu corazón está abierto a todas nuestra llamadas y súplicas.

Tu quisiste que te conociéramos con este bendito y glorioso nombre al decirle a la pequeña Bernardita . - " YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN", ella nada sabía de estas palabras pero dichas por Ti fueron toda una revelación.

¡Bendita seas, Madre Inmaculada! Ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte y por todos tus hijos sin distinción de razas, credos y colores, tan necesitados de tener una Madre, en este mundo tan desorientado y convulso, como Tu, Puerta del Cielo, Salud de los enfermos y Refugio de los pecadores.

No nos dejes, Madre y se nuestra compañía a lo largo de nuestro camino por esta vida. Que siempre tengamos tu apoyo y tus brazos amorosos si llega a nosotros el desalient. Junto a la alegría de sabernos tan amados por Ti.
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Conoce más acerca de la historia, costumbres y tradiciones de la  Fiesta de la Inmaculada Concepción

El 12 de Diciembre celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, puedes empezar a rezar la Novena a la Virgen de Guadalupe para prepararte a la fiesta.

"LA MAS DEFINIDORES Y DEFINITIVOS EN SU VIDA FUERON SU 'FIAT' Y SU 'MAGNÍFICAT'"
Inmaculada, "fiesta de guardar en todos los Reinos de Su Majestad Católica" desde 1664

La Inmaculada de Murillo

Más raro es hallar un pueblo en el que la festividad no se celebre con las galas mejores, litúrgicas, para-litúrgicas o simple y llanamente religiosas

(Antonio Aradillas).- "¡Bendita sea tu pureza/ y eternamente lo sea,/ pues todo un Dios se recrea/, en tan graciosa belleza, / A Ti, celestial princesa/, Virgen sagrada María/, te ofrezco en este día/ alma, vida y corazón/.Mírame con compasión,/ no me dejes, madre mía¡"

Después del Padrenuestro y del Avemaría, ni hubo ni hay otra oración popular, indulgenciada o no, tan frecuentada como la contenida en esta "décima" poética, de autor desconocido, escrita en el periodo renacentista del Imperio Español, síntesis y flor de la más devota admiración mariana, expresada en habla hispana.

Con ocasión de la festividad de la "Pura y Limpia Concepción de María Santísima", las siguientes reflexiones contribuirán a ayudarnos a despertar y acrecentar nuestra relación religiosa con la "Thetókos- Christotókos"- "Madre alumbradora de Dios, o Madre alumbradora de Cristo".

. La devoción a la Inmaculada es eminentemente popular en España. El día fue declarado "Fiesta de guardar en todos los Reinos de Su Majestad Católica", desde el año 1664, antes de que el papa Clemente XI así lo decretara para la Iglesia universal, en 1708. Aún hoy, resulta raro -rarísimo- encontrarse con alguien, que entre sus familiares y amigas no tenga que felicitar a quien celebre su fiesta, con cualquiera de las versiones domésticas de "Concha", "Conchita", "Concepción" o "Inmaculada".

. Más raro es hallar un pueblo en el que la festividad no se celebre con las galas mejores, litúrgicas, para-litúrgicas o simple y llanamente religiosas. En no pocos de esos pueblos el tipismo se echa a la calle revestido y vivido con desfiles procesionales masivos y enternecedores como "La Encamisá" de Torrejoncillo en la provincia de Cáceres. Multitud de templos, ermitas, entidades y parroquias están consagradas a la Inmaculada.

. A la piadosa leyenda basada en hechos reales, aunque con interpretaciones no siempre documentadas y veraces, es preciso acudir para desvelar el porqué la Inmaculada llegó a ser, y es, nada menos que "Patrona Celestial de la Fiel Infantería Española" . Y tal leyenda refiere que en la noche del 7 al 8 de diciembre del año 1585, en la llamada "Guerra de los Ochenta Años", el Tercio español de Flandes comandado por el Maestre de Campo Francisco de Asís de Bobadilla, se libró de una muerte segura, gracias a la protección de la Virgen. Uno de los solados sitiados en la pequeña isla de Bammbel encontró una imagen de madera, lo que encendió la moral de los defensores, convencidos de que su protección celestial hubiera facilitado el paso a tierra firme al haberse milagrosamente helado el río que los separaba.

. La convicción evangelizadora de tanta belleza de la que es portador el arte, con las enseñanzas de obras tan principales, favoreció la devoción a la Inmaculada, de manera convincente, atractiva e inteligible. Nada menos que Velázquez, El Greco, Zurbarán, Morillo y José Antolínez fueron, y siguen siendo, "evangelistas" del hoy dogma de la Inmaculada Concepción, desde el púlpito de los más importantes museos del mundo y los retablos de los templos y catedrales de la Cristiandad. Solo del sevillano Bartolomé Esteban Morillo, su colección rebasa la veintena de obras.

Este es el texto literal con el que el papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada el día 8 de diciembre de 1854:

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que afirma que la bienaventurada Virgen María fue preservada y totalmente exenta de la mancha del pecado original, desde el primer instante de su concepción, por privilegio y gracia singular de Dios omnipotente y en vista de los méritos de Jesucristo salvador del género humano, es una doctrina revelada y, por consiguiente, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles". "Potuit, decuit, ergo fecit".

. De interés ascético, dogmático, litúrgico y piadoso, es de destacar el hecho de que la mayoría de Hermandades y Asociaciones que se fundaron en los tiempos de fervores "inmaculatistas" en España, tuvieron acentuado carácter social y benéfico. De la mano de las santas, sabias y sanas orientaciones que proporciona el diccionario, se llega también a la conclusión de que el término "pureza" de la oración dedicada a María, además de "doncellez, virginidad e inocencia referida al sexo", lleva implícita la idea de "falta de imperfecciones o de mezcla de otras cosas", sin necesidad de tener que apuntar a la justicia, honradez, libertad, disponibilidad, solidaridad y, en definitiva, caridad o AMOR.

. Exigencias de la fiesta de "la concebida sin mancha, pura y deserotizada", habrá de ser también la actualización de que "María -"la madonna del manto protector"- fue y sigue siendo un ser humano, madre de Jesús, ejemplo y modelo de fe cristiana y que lemas definidores y definitivos en su vida fueron su "fiat" y su "Magníficat", con "alabanzas a Dios, que derriba del trono a los poderosos y levanta del suelo a los humildes".

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