Jesucristo Sumo y Único Sacerdote
- 12 Junio 2014
- 12 Junio 2014
- 12 Junio 2014
Francisco, durante la audiencia de hoy
El Papa se muestra plenamente recuperado en la audiencia tras el "golpe de calor" que le mantuvo apartado
Francisco: "No hay que tener miedo de Dios. Él es Padre, nos ama y siempre perdona, siempre"
Bergoglio ataca a los fabricantes de armas: "Ellos fabrican la muerte, son mercaderes de la muerte"
La alegría del hijo que se reconoce amado por el Padre. No debe hacernos cristianos tímidos, sino que nos da coraje y fuerza. Es un don que hace de nosotros cristianos convencidos, entusiastas
(J. Bastante).- Plenamente recuperado, y sin rastro de ese "golpe de calor" que le tuvo apartado casi dos días de toda actividad pública, Francisco retomó este miércoles las multitudinarias audiencias en la plaza de San Pedro. Hoy, mucho más poblada de lo habitual. Y es que eran muchos los preocupados por la salud de Bergoglio.
Con una hora de antelación respecto a lo previsto, el Papa se dio un nuevo baño de multitudes, saludando a todos, recogiendo camisetas, besando niños, deteniéndose con todos y cada uno que se lo pedía. Pese al calor sofocante, Francisco no pareció dar muestras de agotamiento, como algunos temían.
Francisco dedicó sus palabras al temor de Dios, que, aclaró, "no significa tener miedo de Dios", porque "sabemos bien que Dios es padre, y que nos ama y quiere nuestra salvación. Y siempre perdona, siempre. Por esto, no debemos tener miedo de Él".
Estas fueron algunas de las palabras del Papa:
"El temor de Dios nos recuerda lo pequeños que somos respecto a Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, respecto y confianza en sus manos. Abandonarnos en sus manos, que nos hace tanto bien.
Nos infunde consuelo y paz, y nos recuerda que somos pequeños.
Como un niño con su papá. Este es el sentimiento de lo que el Espíritu Santo hace en nuestro corazón. Como un niño en los brazos de nuestro papá.
Así comprendemos que el temor de Dios viene a tomar la forma de la docilidad.
Muchas veces no estamos de acuerdo con plan de Dios, y no creemos que nos asegura la felicidad y la vida eterna. Los límites de nuestra pobreza, pero el Espíritu nos conforta, como la única cosa importante.
El temor de Dios nos hace tomar conciencia de que todo viene de la Gracia y que nuestra verdadera fuerza está en el Señor Jesús, en el que el Padre coloca su bondad y su misericordia. Abrid el corazón para que la bondad y la misericordia de Jesús venga a nosotros. Abiertos al perdón, al misericordia, la bondad del Padre vengan a nosotros. Porque somos hijos infinitamente amados. Estamos llamados a seguir al Señor con humildad, docilidad y obediencia. Pero no con una actitud pasiva y lamentosa, sino con el estupor de la alegría. La alegría del hijo que se reconoce amado por el Padre. No debe hacernos cristianos tímidos, sino que nos da coraje y fuerza. Es un don que hace de nosotros cristianos convencidos, entusiastas, que no dejan de seguir al Señor por miedo, sino que son conquistados por su amor. Es algo precioso, dejarse conquistar por el amor de nuestro Papá, que nos ama tanto, con todo su corazón. Estemos atentos, ¿eh?, porque el don del temor de Dios es una alarma también hacia el pecado. Cuando una persona vive en el mal, cuando blasfema, cuando escupe a lo alto, cuando tiraniza a los otros, o vive encerrado por la vanidad, el poder y el orgullo, el santo temor de Dios nos da la alerta. ¡Atención! Nadie puede ser feliz con tanto orgullo, con tanto poder, con tanta vanidad. Nadie puede ser feliz con eso. ¡Nadie!
Podemos llevar el amor que Dios nos da. Aceptad y recibid con amor. Y podremos llevar amor a los demás. No tengáis esperanza en el poder, el orgullo, en la vanidad, en el dinero. Esto no nos pueden prometer nada¡¡ Pienso por ejemplo en las personas que tienen responsabilidad sobre los otros y se corrompen. ¿Creéis que una persona corrupta podrá ser feliz? ¡No! Todos los frutos de la corrupción han entrado en su corazón. Trata de personas y el trabajo esclavo: ¿Creéis que puede tener dentro el amor de Dios uno que trata a las personas como esclavos? ¡NO! Y no son felices. O los que fabrican armas para fomentar las guerras. Cuántos de vosotros quieren ser fabricantes de armas. ¡Ninguno! Ellos fabrican la muerte, son mercaderes de muerte. Que el temor de Dios nos haga comprender que un día todo acabará, y que tendremos que rendir cuentas a Dios. Unamos nuestra voz el coro de los pobres, para poder ser revestidos del amor de Dios, que es nuestro padre y nuestro Papá.
Éstas fueron el saludo del Papa en castellano:
Queridos hermanos:
El temor de Dios, don del Espíritu Santo, no quiere decir tener miedo a Dios pues sabemos que Dios es nuestro Padre, que nos ama y nos perdona siempre. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro corazón, nos infunde consuelo y paz, aquella actitud de quien deposita toda su confianza en Dios y se siente protegido, como un niño con su papá. Este don del Espíritu Santo nos permite imitar al Señor en humildad y obediencia, no con una actitud resignada y pasiva, sino con valentía, con gozo. Nos hace cristianos convencidos de que no estamos sometidos al Señor por miedo, sino conquistados por su amor de padre. Finalmente, el temor de Dios es una "alarma". Cuando una persona no anda por buen camino se instala en el mal, cuando se aparta de Dios, cuando se aprovecha de los otros, cuando vive apegado al dinero, la vanidad, el poder o el orgullo, entonces el santo temor de Dios llama la atención: Así no serás feliz, así terminarás mal... (Palabras improvisadas) Que el temor de Dios nos permita comprender que un día todo terminará y que debemos dar cuentas a Dios. Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, Nicaragua, El Salvador, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos al Señor que el don del temor de Dios nos haga sentir su amor y su misericordia en nuestras vidas. Muchas gracias.
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Del libro “Don y misterio”, del Papa Juan Pablo II, reproducimos las letanías rezadas a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Señor ten piedad, Señor ten piedad
Cristo ten piedad, Cristo ten piedad
Señor ten piedad, Señor ten piedad
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote y Víctima, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote que Dios envió a evangelizar a los pobres, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote que en la última cena instituiste el sacrificio perenne, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote siempre vivo para interceder por nosotros, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontifice a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo y la virtud, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice entresacado de los hombres, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice constituido a favor de los hombres, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice de nuestra confesión, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice más alto que la gloria de Moisés, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice del verdadero tabernáculo, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice de los bienes futuros, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice santo, inocente y sin pecado, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice fiel y misericordioso, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice divino y lleno de celo por las almas, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice de eterna perfección, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice que por tu sangre llegaste a los cielos, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice que nos enseñaste un camino nuevo, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice que nos amaste y que lavaste nuestros pecados con tu sangre, ten piedad de nosotros
Jesús, Pontífice que te entregaste a Dios como hostia de oblación, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia de Dios y de los hombres, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia santa e inmaculada, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia mansueta, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia pacífica, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia de propiciación y de alabanza, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia de reconciliación y de paz, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia para llegar a Dios con toda confianza, ten piedad de nosotros
Jesús, Hostia viviente para siempre, ten piedad de nosotros
Sé propicio, ten compasión de nosotros, Jesús
Sé propicio, escúchanos, Jesús
Del temor a la vocación sacerdotal, líbranos, Jesús
Del pecado de sacrilegio, líbranos, Jesús
Del espíritu de lascivia, líbranos, Jesús
e los pensamientos impuros, líbranos, Jesús
Del pecado simoníaco, líbranos, Jesús
De la indigna dispensación del ministerio, líbranos, Jesús
Del amor al mundo y a sus vanidades, líbranos, Jesús
De la indigna celebración de tus Misterios, líbranos, Jesús
Por tu eterno sacerdocio, líbranos, Jesús
Por la santa unción con la que fuiste consagrado sacerdote por Dios Padre, líbranos, Jesús
Por tu espíritu sacerdotal, líbranos, Jesús
Por el ministerio con el que clarificaste a tu Padre, líbranos, Jesús
Jesús, por tu sacrificio cruento hecho una vez para siempre, líbranos, Jesús.
Por tu sacrificio renovado cada día en los altares, líbranos, Jesús
Por aquella tuya potestad, que reviste invisiblemente a tus sacerdotes, líbranos, Jesús
Para que conserves en la santa religión al universo orbe sacerdotal, te rogamos, escúchanos
Para que los pastores apacienten tu grey según tu corazón, te rogamos, escúchanos
Para que los llenes de tu espíritu sacerdotal, te rogamos, escúchanos
Para que los labios sacerdotales proclamen tu ciencia, te rogamos, escúchanos
Para que envíes obreros que fielmente cultiven tu mies, te rogamos, escúchanos
Para que te dignes multiplicar los dispensadores de tus misterios, te rogamos, escúchanos
Para que perseveren siempre en tu voluntad, te rogamos, escúchanos
Para que perseveren en su ministerio con docilidad, sean prontos a donarse y constantes en la oración, te rogamos, escúchanos
Para que por ellos se promueva el culto al Santísimo Sacramento, te rogamos, escúchanos
Para que quienes han sido fieles al ministerio reciban el premio eterno, te rogamos, escúchanos
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
Jesús, Sacerdote, óyenos
Jesús, Sacerdote, escúchanos
Oremos. Oh Dios, Santificador y Guía de tu Iglesia, suscita en Ella, mediante tu Espíritu, idóneos y fieles dispensadores de tus misterios, para que, bajo tu protección, con su ministerio y con el ejemplo, acompañen a todos los cristianos hacia el camino de la salvación. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Lucas 22, 14-20
Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo:
-Como deseaba comer con vosotros esta Pascua antes de padecer! Porque os digo que ya no la comeré más hasta que la Pascua encuentre su cumplimiento en el Reino de Dios.
Entonces tomó una copa, pronunció la acción de gracias y dijo:
-Tomad esto y repartir entre vosotros, porque os digo que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.
Después tomó el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:
-Esto es mi cuerpo, entregado por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Y, después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo:
-Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, derramada por vosotros.
SIEMPRE, SÓLO, SACERDOTES
Isaías 52, 13-53, 12; Sal 39, 6. 7. 8-9. 10. 11; Mateo 26, 26-42
Hoy es la Fiesta de Jesucristo Sumo y Único Sacerdote. Hoy habría que hablar de la vida de tantos sacerdotes ejemplares, buenos, entregados, santos que me he encontrado y me sigo encontrando en mi vida. Es verdad que escandalizan los sacerdotes infieles, pederastas, amancebados, comodones, euroreros (tendrá que decirse así en vez de peseteros), gruñones, antipáticos, ególatras y faltos de fe; pero hay mucho más sacerdotes buenos que malos. El bien y el mal son difusivos, se expanden, pero tenemos la manía de compartir el mal y quedarnos para nosotros el bien. Cuando estaba en pueblos de la Sierra a veces hablaban barbaridades de mis antecesores (como ahora las hablarán de mi), pero cuando te ponías a preguntar resulta que tal sacerdote les enseñó a leer, les hacía las declaraciones de la Renta, además de celebrar los sacramentos, visitar a los enfermos y enterrar a su muertos. La idea del sacerdote vividor, comilón y borracho, se ha extendido y a cualquier sacerdote se nos mira desde la sospecha. Sin embargo muchos son los sacerdotes que sin ruido, sin propaganda, sin hacerse notar, que incluso en ocasiones mueren solos, han hecho y hacen tantísimo bien por el mundo.
“Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?” Jesucristo es el único sacerdote y sacramentalmente los presbíteros participamos de ese sacerdocio. Cargaos sobre nosotros los pecados que luego entregamos a Cristo, que es el único que los puede soportar y redimir. Celebramos la Eucaristía unidos a la Pasión del Señor y nunca como un trabajo o una acción repetitiva, en ella está la novedad del Evangelio. Dejamos que nos lleven a donde no queremos y no disponemos de nuestro tiempo, pues lo hemos regalado en Cristo a toda la Iglesia y a toda la humanidad doliente.
Tal vez no seamos santos, pero lo intentamos sinceramente. Participamos del pecado propio y del mundo, pero nunca desconfiamos de la misericordia que el Señor derrama por las manos de un sacerdote. Como decía MONSEÑOR FERNANDO VARGAS TAN AMANTE DE SUS SACERDOTES Y QUE AMABA CON PREDILECCIÓN ESTA FESTIVIDAD.
Por eso hoy nos hace falta vuestra oración, vuestros pequeños (o grandes) sacrificios por los sacerdotes. Un sacerdote no es nadie solo. Necesita de la oración de muchos, del apoyo de tantos, para descubrir que sólo pone su confianza en Dios. Bastará navegar un poco por Internet para encontrar casos de sacerdotes indignos. Bastará darte una vuelta por la parroquia más cercana para encontrar sacerdotes entregados. Reza hoy por todos, por los buenos y por los menos buenos. Reza para que seamos sólo y siempre sacerdotes. Reza para que Cristo sacerdote pueda transparentarse en nosotros y así sólo Él se luzca.
Nuestra Madre la Virgen, Madre de los sacerdotes, bendiga y acompañe a todos los sacerdotes, especialmente a los que dudan de su vocación, a los que se sienten solos o juzgados, a los que siguen fieles en algún rinconcito de cualquier lugar del mundo. Acabamos con palabras del salmo: “Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número.”
Jesucristo, Sacerdote
Cristo es verdadero Sumo Sacerdote, el Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador
Nuestro corazón está herido por el pecado, nuestra mente vive dispersa en mil distracciones vanas, nuestra voluntad flaquea entre el bien y el mal, entre el egoísmo y el amor.
¿Quién nos salvará? ¿Quién nos apartará del pecado y de la muerte? Sólo Dios. Por eso necesitamos acercarnos a Él para pedir perdón.
Pero, entonces, "¿quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?" Sólo alguien bueno, sólo alguien santo: "El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura" (Sal 24,3-4).
Sabemos quién es el que tiene las manos limpias, quién es el que tiene un corazón puro, quién puede rezar por nosotros: Jesucristo.
Jesucristo puede presentarse ante el Padre y suplicar por sus hermanos los hombres. Es el verdadero, el único, el "Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hb 5,10; 6,20). Es el auténtico "mediador entre Dios y los hombres" (1Tm 2,5), como explica el "Catecismo de la Iglesia Católica" (nn. 1544-1545). Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador. Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos llena de alegría. El altar recibe la Sangre del Cordero. El Sacerdote que ofrece, que se ofrece como Víctima, es el Hijo de Dios e Hijo de los hombres. El Padre, desde el cielo, mira a su Hijo, el Cordero que quita el pecado del mundo, el Sumo Sacerdote que se compadece de sus hermanos. El pecado queda borrado, el mal ha sido vencido, porque el Hijo entregó su vida para salvar a los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte (cf. Lc 1,79). Podemos, entonces, subir al monte del Señor, acercarnos al altar de Dios, participar en el Banquete, tocar al Salvador.
Como en la Última Cena, Jesús nos dará su Cuerpo y su Sangre. Como a los Apóstoles, lavará nuestros pies, y nos pedirá que le imitemos: "Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27). “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,15).
Ese es nuestro Sumo Sacerdote, el Cordero que salva, el Hijo amado del Padre. A Él acudimos, cada día, con confianza: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna" (Hb 4,15-16).
En este intervalo de gozo que hoy celebramos en honor a CRISTO REY SUMO SACERDOTE QUE LAS SISTERS MISIONERAS LLEVAN PLASMADA EN LA CRUZ QUE PLASMA EN SUS CORAZONES. VA EL HOMENAJE Y AGRADECIMIENTO POR TODA SU LABOR Y CUIDADO DE PAX Y EL CANAL DE TV.
Entre la primera venida en la encarnación y la segunda, que comprende muchos siglos, él Señor no nos ha abandonado a nuestra suerte, ni nos mira de lejos. Por ello, tal y como hemos oído en el evangelio de hoy, antes de dejar nuestro mundo visible, asegura a sus discípulos una presencia permanente, cada día les dice, y una asistencia eficaz. De una manera invisible, que no captan nuestros sentidos corporales, pero que sí descubre nuestra fe, él está entre nosotros, presente en su palabra, en los sacramentos y de una manera eminente en la Eucaristía, presente en la Iglesia, presente en nuestra asamblea, presente en cada persona. No está, pues, pasivo a la derecha del Padre. Está presente en el Pueblo cristiano; ejerce como Rey Mesías, salvador y sanador, para liberar a la humanidad a medida que las personas se le van abriendo y para establecer la paz en el mundo. Y ejerce, también, como sacerdote intercediendo a favor de los creyentes para que seamos santos y santificándonos con su gracia; y, además, intercede a favor de toda la humanidad para que el Reinado de Dios llegue a su plenitud (cf. Hb 7, 25; Mt 25, 31) y Dios pueda ser todo en todos (1C 15, 28). Es también un reconocimiento y gratitud a cada miembro de la COMUNIDAD DE JESUS QUE CON SU PRESENCIA HACEN CRECER EL RETO QUE ESTE AÑO TENEMOS DE LOGRAR EL CANAL PAX HD.
Que, por gracia de Dios, pues, podamos conocer la grandeza de su poder que obra en nosotros por razón de esta presencia entre nosotros de Jesucristo resucitado. Y conocer a qué esperanza nos ha llamado, cuál la riqueza de gloria nos tiene reservadas cerca de él en la casa del Padre. Esta realidad nos es un nuevo motivo de alegría porque sabemos que mientras estamos en este mundo él camina con nosotros, nos ofrece su palabra, nos da fuerzas con su alimento. Y, esta realidad, nos es también motivo de esperanza cuando experimentamos las dificultades de vivir en cristiano o de trabajar para transformar nuestra sociedad haciéndola más habitable, más justa y más fraterna para que sea presencia ya del Reino de Dios sobre
la tierra.
La solemnidad de JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE UNIDA A PENTECOSTES no es, por tanto, una fiesta melancólica de despedida, sino una celebración de alegría porque el Cristo resucitado se inaugura una nueva manera de ser presente entre nosotros sin dejar de estar a la derecha del Padre, lleno de gloria y de ternura. La Eucaristía es el lugar por excelencia de su presencia entre nosotros y de su encuentro fraterno con cada uno. Vivámoslo, esta presencia en la Eucaristía, con alegría y con aprovechamiento espiritualidad.
FELICITO A CADA MISIONERA EN SU SUPERIORA SISTER CECILIA POR TODO EL ESFUERZO QUE DESDE SU SERVICIO Y ENTREGA FORMAN LA COMUNIDAD DE PAX VOBIS PARA SERVIR A LA COMUNICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS Y EXTENDER SU REINO DE PAZ Y DE AMOR A TODOS LOS PUEBLOS QUE ANSIAN Y BUSCAN EL GOZO DEL ENCUENTRO CON JESUCRISTO REY Y LA IGLESIA.
«Señor de la eternidad, sabemos que nuestro tiempo en calma a tu presencia. Creemos que no se pierde ni un solo instante de dolor o de espera, de alegría o de fatiga. De lo contrario, nosotros mismos nos desviaríamos con los momentos que pasan ».
«Dios tiene la iniciativa siempre. La oración es entrar en el ámbito de una llamada de amor. Con el tiempo, la certeza se transforma en un ir hacia la voz. Crece la responsabilidad. La iniciativa de Dios crea la libertad de la respuesta amorosa »
Tomo conciencia de las últimas horas o los últimos días vividos. Recuerdo aquellos buenos momentos en que me he sentido pleno y feliz. Pero también de aquellos en que ha aparecido la sombra de la tristeza. Es mi vida, y estoy agradecido.
Francisco, en Santa Marta
Agencias
Realismo, coherencia y filiación, claves para superar los conflictos
El Papa, en Santa Marta: "El que insulta mata, asesina"
"No hables con el Padre si no estas en paz con tu hermano, al menos con un acuerdo"
Insultar es una costumbre muy común entre nosotros. Hay gente que para expresar su odio contra otra persona tiene una capacidad de hacer aflorar estos insultos, ¡impresionante, tanto! Y esto hace daño
(RV).- Jesús nos enseña tres criterios para superar los conflictos entre nosotros: realismo, coherencia, filiación. Lo subrayó el Papa Francisco en la Misa matutina en Casa Santa Marta, centrada sobre el amor fraterno, enseñado por Jesús a sus discípulos.
¿Cómo debe ser el amor entre nosotros, según Jesús? El Papa Francisco ha desarrollado su homilía deteniéndose en el pasaje del Evangelio de hoy que narra el diálogo del Señor con sus discípulos sobre el amor fraterno. Jesús, observó el Papa, nos dice que debemos amar al prójimo, pero no como los fariseos que no eran coherentes y "hacían tantas difuminaciones de ideas - porque eran ideológicos". Su actitud, observó, "no era amor", era "indiferencia hacia el prójimo". Jesús, dijo, "nos da tres criterios":
"Primero, un criterio de realismo: de sano realismo. Si tienes algo contra otro y no puedes arreglarlo, buscar una solución, pero poneos de acuerdo, por lo menos; ponte de acuerdo con tu adversario, mientras estás en camino. No será lo ideal, pero el acuerdo es algo bueno, Es realismo".
"El esfuerzo por llegar a un acuerdo", añadió, aunque haya quien lo considere "algo demasiado vulgar". Para salvar muchas cosas, de hecho, "se debe llegar a un acuerdo. Y uno da un paso, el otro da otro paso, y al menos hay paz: una paz muy provisional, pero la paz del acuerdo".
Jesús, explicó, "dice también esto, la capacidad de llegar a acuerdos entre nosotros y superar la justicia de los fariseos, de los doctores de la ley, de esta gente". Hay "muchas situaciones humanas", añadió, y "mientras estamos de camino, lleguemos a un acuerdo", "así paramos el odio, la lucha entre nosotros".
Un segundo criterio que nos da Jesús, dijo, "es el criterio de la verdad". Y aquí el Papa Francisco advirtió que "hablar mal del otro es matar, porque en la raíz es el mismo odio", "lo matas" de "otra forma: con las habladurías, con las calumnias, con la difamación". Y Jesús nos advierte: "El que dice estúpido, este está matando al hermano, porque tiene una raíz de odio".
"Y hoy pensamos que no matar al hermano sea no asesinarlo, pero no: no matarlo es no insultarlo. El insulto nace de la misma raíz del crimen: es la misma. El odio. Si no tienes odio, y no matas a tu enemigo, a tu hermano, tampoco le insultes. Pero insultar es una costumbre muy común entre nosotros. Hay gente que para expresar su odio contra otra persona tiene una capacidad de hacer aflorar estos insultos, ¡impresionante, tanto! Y esto hace daño. Gritar. El insulto ... No, seamos realistas. El criterio del realismo. El criterio de la coherencia. No matar, no insultar".
El tercer criterio que nos da Jesús, añadió el Papa, "es un criterio de filiación". "Si tu, si nosotros no debemos matar al hermano - afirmó - es porque es hermano, es decir, tenemos el mismo Padre. Yo no puedo ir al Padre si no tengo paz con mi hermano". "No hables con el Padre si no estas en paz con tu hermano - fue la exhortación del Pontífice - al menos con un acuerdo".
"No hables con el Padre sin estar en paz con el hermano. Tres criterios: un criterio de realismo, un criterio de coherencia, es decir, no matar pero tampoco insultar, porque el que insulta mata, asesina; y un criterio de filiación: no se puede hablar con el Padre si no puedo hablar con mi hermano. Y esto es superar la justicia, la de los escribas y de los fariseos. Este programa no es fácil, ¿no? Pero es el camino que Jesús nos indica para ir adelante. Pidámosle a Él la gracia de poder ir adelante en paz entre nosotros, aunque sea con acuerdos, pero siempre con coherencia y con espíritu.