"El dueño del sábado": la liberación aportada por Cristo

Evangelio según San Marcos 2,23-28. 

Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. 

Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?". 

El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?". 

Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. 

De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado". 

San Marcelo I, papa

En Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, sepultura de san Marcelo I, papa, que, como atestigua san Dámaso, fue un verdadero pastor, por lo que sufrió mucho. Fue expulsado de su patria y murió en el destierro tras ser denunciado falsamente ante el tirano por algunos que despreciaban la penitencia que les había impuesto.

La muerte de Marcelino, en el 304, dejaría vacante la sede de Roma durante más de tres años y medio. En el 305 abdicó el emperador Diocleciano y fue reemplazado por Constancio Cloro. ¿Qué pasaba entonces en la Iglesia de Roma? Se estaba en pleno caos. Los cristianos que habían sobrevivido a la persecución se censuraban recíprocamente. El motivo del enfrentamiento era que, otra vez, los relapsos, es decir, los pobres desventurados que habían claudicado ante el suplicio, deseaban ahora reintegrarse a la Iglesia. Los altercados entre los rigoristas -opuestos a su admisión- y los partidarios de la clemencia llegaron a ser sangrientos. 

En el 307 (o acaso en el 308), una calma pasajera permitió que se pusieran de acuerdo acerca de la elección de un obispo. Marcelo fue designado el 27 de mayo. Como después de todas las persecuciones, lo urgente era reorganizar la Iglesia: y el nuevo obispo dividió Roma en veinticinco distritos, confiando cada uno de ellos a un sacerdote con la doble responsabilidad de formar a los catecúmenos y atender a los penitentes, al mismo tiempo que cuidar las catacumbas y ocuparse de la conmemoración de los mártires. Como la tregua fue breve, los desórdenes estallaron de nuevo. Majencio, que acababa de usurpar el título de emperador, hizo responsable de la agitación al obispo Marcelo, excesivamente rigorista en su opinión. Ordenó su exilio. Y Marcelo murió lejos de Roma el 16 de enero del año 309, o quizá del 308. 

El papa san Damaso I (366-384), autor de epigramas y otros poemas sobre personajes de la Iglesia (en especial sus predecesores) dice sobre san Marcelo I:
«Guía verdadero, manifestó a los caídos que expiaran su delito con lágrimas:
por eso fue para los miserables amargo enemigo, del furor y el odio de estos se siguió la discordia, y en la sedición se acabó la paz; por el delito de uno, que incluso en tiempo de paz renegó de Cristo, Marcelo fue deportado, por la crueldad de un tirano; de esta breve manera Dámaso quiere que el pueblo conozca los méritos de Marcelo»
(«Veridicus rector lapsos quia crimina flere / praedixit miseris fuit omnibus hostis amarus / hinc furor hinc odium sequitur discordia lites / seditio caedes solvuntur foedera pacis / crimen ob alterius Christum qui in pace negavit / finibus expulsus patriae est feritate tyranni / haec breviter Damasus voluit comperta referre / Marcelli ut populus meritum cognoscere possit.»). 

La noticia principal fue tomada de «Los Papas, de San Pedro a Juan Pablo II», de Jean Mathieu-Rosay, Rialp, Madrid, 1990, pp 53-54; el epigrama de Epigrammata SS Damasus I, en Documenta Catholica Omnia, traducción (sólo orientativa, carente de elegancia poética) por Abel Della Costa.

fuente: Mathieu-Rosay: Los Papas

Oremos

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que San Marcelo, Papa, presidiera a todo tu pueblo y lo iluminara con su ejemplo y sus palabras, por su intercesión protege a los pastores de la Iglesia y a sus rebaños y hazlos progresar por el camino de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Calendario de fiestas marianas: Nuestra Señora del Refugio (Trad.). Nuestra Señora de Montserrat liberó a los cautivos de la tiranía de los turcos, España.

Benedicto XVI, papa 2005-2013 
Exhortación apostólica   “Sacramentum caritatis” §72 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana rev.)

"El dueño del sábado": la liberación aportada por Cristo

Esta novedad radical que la Eucaristía introduce en la vida del hombre ha estado presente en la conciencia cristiana desde el principio. Los fieles percibieron en seguida el influjo profundo que la celebración eucarística ejercía sobre su estilo de vida. San Ignacio de Antioquía (?-v. 110) expresaba esta verdad definiendo a los cristianos como “los que han llegado a la nueva esperanza”, y los presentaba como los que viven “según el domingo”. Esta fórmula del gran mártir antioqueno pone claramente de relieve la relación entre la realidad eucarística y la vida cristiana en su cotidianidad. La costumbre característica de los cristianos de reunirse el primer día después del sábado para celebrar la resurrección de Cristo —según el relato de san Justino mártir (v. 100-160) — es el hecho que define también la forma de la existencia renovada por el encuentro con Cristo.

La fórmula de san Ignacio —“vivir según el domingo”— subraya también el valor paradigmático que este día santo posee con respecto a cualquier otro día de la semana. En efecto, su diferencia no está simplemente en dejar las actividades habituales, como una especie de paréntesis dentro del ritmo normal de los días. Los cristianos siempre han vivido este día como el primero de la semana, porque en él se hace memoria de la radical novedad traída por Cristo. Así pues, el domingo es el día en que el cristiano encuentra aquella forma eucarística de su existencia que está llamado a vivir constantemente. “Vivir según el domingo” quiere decir vivir conscientes de la liberación traída por Cristo y desarrollar la propia vida como ofrenda de sí mismos a Dios, para que su victoria se manifieste plenamente a todos los hombres a través de una conducta renovada íntimamente.

Camina con Él

Santo Evangelio según San Marcos 2, 23-28. Martes II de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Concédeme la gracia, Señor,de reconocerte junto a mí.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El evangelio de este día invita a contemplar la realidad de la vida: Cristo y los discípulos caminan - se trasladan de un sitio a otro -; los discípulos arrancan espigas para comerlas, sentían hambre y, finalmente, los fariseos.

Así como andaba con los discípulos, hoy también camina a tu lado, basta que seas dócil, doblegues la cerviz y le reconozcas; jamás estarás sola (o), basta que pienses por un momento en cada situación difícil que has vivido y en la persona que te ha acompañado, las veces que escuchaste palabras de ánimo o en que recibiste un consejo; cada una de estas personas, fue Él quien la puso cerca de ti para que le escuchases.

Sé que hay momentos en que quisieras que todo fuese distinto, sin embargo, la vida está llena de situaciones complejas que hacen que te sientas asfixiada (o) por tanta presión en el trabajo, en la escuela o universidad, incluso en la misma familia; es difícil caminar cuando se tiene sed de justicia o un momento de paz en tu vida, pero este momento permite que disfrutes el agua que sacia tu sed y alcances un mayor grado de paz, por la simple razón que no estás sola(o) y que siempre tienes compañía.

Jesús quiere que le reconozcas en cada momento de tu vida, que camines con Él, que le veas; no temas abrirte a la vida reconociendo tus fragilidades y, sobre todo,sabiendo que eres una persona amada por Dios.Deja que Él camine contigo y tú aprende a caminar con Él.

El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado.
(San Juan Pablo II, Discurso a la Acción Católica italiana, 30 diciembre 1978).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy en oración ante Dios reconoceré que he fallado y le pediré la fuerza para levantarme y reconocer que camina junto a mí.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El peligro del formalismo y legalismo

Jesús nos manifestó, por su actitud, la libertad cristiana frente a la letra de la ley. 

Reflexión
1. En el Evangelio, Jesús se enfrenta de nuevo con los fariseos. Para gran escándalo de ellos, Él se presenta como dueño del sábado. Así nos manifiesta que lo importante no es la ley, sino el espíritu de la ley; que lo decisivo no es el cumplimiento al pie de la letra, sino el amor al Legislador.

2. En el Antiguo Testamento vemos los preceptos de la ley respecto al sábado. De ahí se llegó a un minucioso catálogo de acciones lícitas y prohibidas para este día sagrado. Arrancar espigas, lo que hicieron los apóstoles caía bajo la prohibición de cosechar en sábado. Curar una mano paralizada era practicar la medicina en sábado, cosa igualmente prohibida.

Los fariseos habían inventado un código de prácticas y prohibiciones tan ingenioso que bastaba con respetarlo para estar en regla con Dios. No interesaba ya que el corazón estuviera endurecido, ni la fe apagada: lo único importante eran los gestos y ritos. Entendemos bien que así la fidelidad a la letra hizo olvidar el espíritu de la ley.

3. Jesús, en cambio, nos manifestó, por su actitud, la libertad cristiana frente a la letra de la ley. Él nos descubre, más allá de ello, la intención de Dios en la institución del sábado. “El sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”.
El día del descanso libera al hombre de su carga diaria. Es un regalo de Dios para alegría del hombre. Y, además, debe hacerlo libre para Dios. Pero ser libre para Dios significa mucho más que el observar preceptos y ritos.

No está libre para Dios quien por tantos ritos no ve ya al hombre, su hermano. Por eso, hacer el bien - como lo hizo Jesús en el Evangelio de hoy - no rompe el descanso del sábado. El amor el prójimo no admite descanso.

4. Ahora la pregunta es: ¿Qué quiere decirnos Cristo a nosotros por medio de este Evangelio de hoy?
Me parece que Él quiere nuestra atención sobre un peligro inherente del cristianismo: el peligro del formalismo y del legalismo. Es el peligro de toda religión: realizar fiestas y ritos, pero sin cambiar en nada la vida de cada día, sin cambiar en nada la actitud frente a Dios y a los demás.

5. Así es como el cristianismo muere. El mayor enemigo de la Iglesia no es el odio, ni la persecución. Al contrario, estas adversidades son un estímulo y una ocasión para renovarnos. Tampoco lo es el pecado, porque todo pecado puede convertirse en una falta bendita, gracias al arrepentimiento y el perdón.

El mayor enemigo del cristianismo es la rutina. Ella se insinúa sin que nos demos cuenta. Es ella la que reseca el corazón y corrompe los mejores anhelos. La rutina nos hace rezar sin respeto, nos hace asistir a misa sin gozo, sin acción de gracias y sin provecho. Nos hace venir a la Iglesia con el corazón cerrado y nos obliga a marcharnos tal como hemos llegado.

6. Sin embargo, creemos que estamos asegurando nuestra salvación yendo a misa todos los domingos. Pero de nada nos servirá el haber asistido a misa, si al salir no ha cambiado nada en nuestro corazón, en nuestra conducta, en nuestras costumbres.

¿Para qué comulgar con el Cuerpo de Cristo y encontrarse en Él con todos sus miembros, nuestros hermanos, si al salir quedamos guardando rencor contra uno de ellos, si no nos amamos un poco más que antes, si no nos sentimos más cerca unos de otros?

¡Qué así sea!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

¿Qué diferencia hay entre un sacerdote diocesano y un religioso?

Son un modo de vivir diverso del único sacerdocio confiado por el Señor Jesús a su Iglesia

En la última cena (Mt 26; Mc 14; Lc 22), el Señor Jesús instituyó el Sacramento de la Eucaristía y el Sacramento del Orden, este último con el objetivo de seguir celebrando el primero y así, perpetuar la presencia del mismo Señor en las especies eucarísticas. Sin embargo,hay sacerdotes “diocesanos” y sacerdotes “religiosos”.

¿Cuál es la diferencia?

El ministerio sacerdotal confiado a los apóstoles fue, posteriormente, comunicado por ellos a otros que los sucederían en la misión, a los cuales llamaron Epíscopos (obispos) (1 Tim 3,1ss; 2 Tim 1,6). Este ministerio, además de la potestad de celebrar los sacramentos, conlleva el oficio pastoral. Con el tiempo, los mismos apóstoles van asociando a su ministerio a otros a los que llamanpresbíteros (Hch 14,23), sin olvidar la presencia casi inmediata de los diáconos (Hch 6,1-7). Así, cada comunidad cristiana, situada en un territorio determinado, estaba pastoreada por un obispo con un grupo de presbíteros y diáconos, situación que continúa hasta hoy. El oficio del presbítero (sacerdote) ha sido siempre el de colaborar con su obispo en el ministerio pastoral de la Iglesia.

Por otra parte, desde los primeros siglos de la Iglesia, se empezó a gestar un movimiento de personas que de manera individual se alejaban de la vida común para dedicarse únicamente al Señor, especialmente yéndose al desierto, conocidos comoeremitas y anacoretas. Con el tiempo, se empiezan a reunir en grupos para compartir este estilo de vida. Esto es el germen de los que más a delante se llamará vida religiosa. Esta consiste en vivir la consagración al Señor, como sacerdote o como hermano, en una comunidad con un carisma específico, esto es, la intención con la cual fue fundada: atender a los jóvenes, a los niños sin hogar, a las prostitutas, a los enfermos, a los privados de libertad, a los inmigrantes, entre otros.

Esto nos lleva, entonces, a hablar del modo de vivir diverso del único sacerdocio confiado por el Señor Jesús a su Iglesia, esto es, sacerdote diocesano y sacerdote religioso. Es el mismo sacerdocio vivido de modo diverso, en cuanto a su comunidad específica.

El sacerdote diocesano tiene un modo de vida que brota de lo que los apóstoles fundaron en las primeras comunidades: un obispo y un grupo de sacerdotes con él pastoreando un territorio determinado llamado Diócesis (de ahí su nombre, diocesanos). El carisma particular está inspirado en Cristo Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas (Jn 10). Propiamente, atienden las parroquias y otras dependencias de la diócesis. Están bajo la autoridad exclusiva de su obispo, por medio de las promesas hechas el día de su ordenación: castidad, pobreza y obediencia.

El sacerdote religioso tiene las mismas facultades de un sacerdote diocesano, es decir, la capacidad de celebrar los sacramentos, pero lo que lo distingue es su modo de vivir. Ya no es entorno a un obispo en una diócesis determinada, sino en una comunidad especifica de religiosos, con un carisma propio, inspirado por el fundador de tal comunidad, bajo la autoridad de un hermano superior de la misma comunidad. Toda la comunidad bajo la autoridad y cuidado del obispo de la diócesis en la que reside. Cada uno profesa, antes de su ordenación sacerdotal, los votos de pobreza, castidad y obediencia. Así tenemos a los Redentoristas, Vicentinos, Carmelitas, Siervos de Jesús, Salesianos, Somascos, Jesuitas y muchos más.

En síntesis, es el mismo sacerdocio, sólo que el diocesano lo ejerce bajo la autoridad de un Obispo en un territorio específico llamado Diócesis, mientras que el religioso lo ejercer bajo la autoridad de un Superior, siguiendo el carisma de su fundador y viviendo en una comunidad.

LOS ABUSOS, LOS INDÍGENAS, LA PERDIDA DE CREDIBILIDAD DE LA IGLESIA...
Las seis 'espinas' de la visita papal a Chile y Perú

"Francisco tendrá que hacer gala de todo su saber hacer y emplear a fondo su carisma"

Chilenos dan la bienvenida al Papa, ayer en SantiagoAgencias

Muchas veces la mera pastoral física del Papa, su sola presencia, derrite los problemas y, con sus gestos inéditos (algunos improvisados sobre la marcha), consigue salir airoso y meterse en el bolsillo a la población, por muy reticente que sea

(José M. Vidal).- Francisco tiene el don de convertir en oro todo lo que toca. Como Creso. Esa capacidad tan singular, basada en su carisma y en su testimonio vital, se va a poner especialmente a prueba en Chile y en Perú del 15 al 21 de enero. Dos países de la Patria Grande, próximos a su entorno porteño, de raigambre católica. Un viaje que, de entrada, parece de color de rosas, pero que encierra al menos seis espinas. Para repartirlas por gual entre ambos países, tres en cada uno y un par de codas.Aunque, en Chile, el ambiente se presenta mucho más tenso, con iglesias incendiadas y ocupación de la nunciatura. Algo inédito en la historia de este pontificado. Tanto es así que los obispos, la presidenta saliente, Michelle Bachelet ,y el presidente entrante, Sebastián Piñera, han tenido que pedir calma, serenidad y elegancia para recibir al ilustre visitante.Es la primera vez que en un país se producen (y a esa escala) reacciones negativas ante la llegada del Papa, precisamente originario del país vecino. Aunque las protestas contra Francisco no son por su procedencia, sino por el coste de su visita (unos seis millones de dólares). "La plata del fisco se la lleva Francisco", reza uno de los lemas de las protestas de los antidesahucios chilenos.En el fondo de las protestas, además del coste de la visita papal, laten otras tres 'espinas' que amenazan con pinchar al Papa en Chile, el primer país de su periplo andino: Los abusos del clero, la situación de los indios mapuches y la pérdida de credibilidad de la Iglesia católica chilena. Con dos codas, políticas: el problema de la salida al mar de Chile y la brecha social que crece sin parar en un país en crecimiento.

La plaga de la pederastia clerical es la negra sombra que persigue al Papa dondequiera que vaya. Pero, en algunos lugares, el estigma es más alargado y maloliente. En Chile, en los últimos 15 años, 4 obispos, 66 clérigos, 6 hermanos, 1 diácono y hasta una monja fueron denunciados y condenados por abusos sexuales. La mayoría, por abusar de menores de edad. Con casos paradigmáticos, como el del sacerdote de origen irlandés, John O'Reilly, de los Legionarios de Cristo, que fue condenado por la justicia a cuatro años de libertad vigilada por abusos sexuales reiterados contra una menor.

O el del llamado 'señor de los infiernos', el otrora poderoso y prestigioso cura Fernando Karadima, (amigo de Pinochet y protegido por el entonces Nuncio en Chile, cardenal Sodano), condenado por el propio Vaticano como culpable de múltiples y reiterados abusos sexuales.

El conflicto con el obispo de Osorno (uno de los discípulos de Karadima) es una de las consecuencias dolorosas del caso Karadima. Juan Barros, amigo personal del 'señor de los infiernos' fue trasladado a la diócesis osornina, ante el rechazo de la mayoría de sus fieles, que se levantaron contra él y contra su nombramiento. Desde entonces, siguen en pie de guerra y piden que el obispo renuncie a su cargo o que el Papa lo obligue a retirarse. Y, para mantener viva la antorcha de su protesta, han programado toda una serie de manifestaciones durante la visita papal.

Los olvidados mapuches

El Papa, que nunca da la espalda al conflicto, quiso visitar Temuco, en plena Araucanía. Allí, a 600 kilómetros al sur de Santiago, se encontrará con los mapuches, que suponen el 7% de la población chilena: cerca de un millón en Chile y unos 300.000 en Argentina. Una etnia marginada, que lucha por sus derechos y que cuenta con una minoría radicalizada, que ha protagonizado protestas violentas y ha atacado iglesias, parroquias y seminarios católicos. Esperan que Francisco apoye sus luchas e, incluso, algunos le piden que "reconozca el genocidio mapuche" y que se pronuncie sobre "la necesidad de indemnización y reparación".

La tercera gran espina de Francisco en Chile es la alarmante pérdida de credibilidad social de la Iglesia católica. Una Iglesia que, durante la dictadura pinochetista, ocupaba los primeros lugares de confianza social y que, ahora mismo, se encuentra en los últimos. Es cierto que el catolicismo pierde fieles en toda Latinoamérica, que se van a las iglesias protestantes, al ateísmo o a la indiferencia. Y, aunque el 65% de los encuestados siguen diciendo que confían en la Iglesia, hay siete países donde la religión católica representa ya menos de la mitad de la población. Entre ellos, Chile, donde, además de la reducción numérica de fieles, sólo confía en la institución el 36% de los ciudadanos.

A estas tres espinas de calado chilenas, hay que añadir dos codas, que podrían emerger durante la visita papal. Por un lado, la enorme brecha social en un país que crece y se desarrolla, pero a costa de dejar millones de descartados en las cunetas de la vida. Por el otro, el problema del acceso al mar de Bolivia. Mientras Evo Morales asegura que el Papa abordará el tema en Chile, las autoridades chilenas no quieren que lo mencione, entre otras cosas, porque la recuperación de ese territorio a Perú la consiguieron los chilenos con el derramamiento de mucha sangre.

Las 'espinas' de Perú

En la segunda parte de su viaje, el Papa se enfrentará en Perú a otras tres espinas. La primera sigue siendo el estigma de los abusos sexuales del clero, que aquí lleva, sobre todo, el nombre del Sodalicio, una poderosa congregación neoconservadora, cuyo líder y fundador, Luis Fernando Figari, de 70 años, vive confinado en Roma bajo protección de un decreto vaticano que le prohíbe regresar a Perú, donde desde diciembre enfrenta una petición de prisión preventiva de la fiscalía.

Hace más de un año, la organización admitió que al menos cuatro de sus líderes laicos, entre ellos Figari, cometieron abusos sobre 19 menores de edad y 10 mayores, entre 1975 y 2002. Y, de hecho, es tal el nivel de podredumbre de la institución que el Papa, hace tres días, mandó intervenir el Sodalicio y nombró a monseñor Londoño comisario apostólico.

En Puerto Maldonado, Francisco pondrá el foco en los indígenas y en la defensa de la casa común. Allí, en la región de Madre de Dios, intentará dar voz a las etnias indígenas y se encontrará con un obispo español, David Martínez de Aguirre, que ha aprendido la lengua de los matsiguenkas, la etnia mayoritaria de la región, y es muy querido por todos los pueblos originarios de la zona. El misionero navarro tiene claro que el Papa "viene a dar una palmada en la espalda y a que se escuche a los pueblos indígenas".

La tercera 'espina' peruana del Papa es interna y tiene que ver con una jerarquía partida por la mitad entre dos bloques de obispos. Por un lado, los que se han subido al carro de Francisco y de sus reformas. Por el otro, los que se aferran al modelo de la vieja guardia, capitaneada por el cardenal Cipriani, que sigue apostando por una Iglesia poderosa, privilegiada y matrimoniada, abierta y descaradamente, con los partidos políticos de derechas.nMuchas espinas en la rosa del viaje papal. En Perú, pero sobre todo en Chile, el Papa tendrá que hacer gala de todo su saber hacer y emplear a fondo su carisma. Y es que muchas veces la mera pastoral física del Papa, su sola presencia, derrite los problemas y, con sus gestos inéditos (algunos improvisados sobre la marcha), consigue salir airoso y meterse en el bolsillo a la población, por muy reticente que sea.Se esperan gestos elocuentes del Papa en Chile. Algunos ya se rumorean, como la visita a la tumba de monseñor Enrique Alvear, el 'obispo de los pobres', o el encuentro con víctimas de la dictadura de Pinochet. Otros se desean, como el recibimiento de los laicos de Osorno, que llevan años luchando para que monseñor Barros salga de su diócesis, o la reunión con las víctimas de abusos sexuales. Si a pesar de todo, no consigue tocar el corazón del país, Chile sería la primera nación que se habría resistido a los 'encantos' del Papa de los pobres y de la misericordia. Y que, encima, es vecino.

SIN DISCURSOS OFICIALES TRAS UN VIAJE "CANSADOR NO, ABURRIDO" HACIA CHILE
El viento, Bachelet y decenas de miles de chilenos reciben al Papa en Santiago
Francisco se da su primer baño de masas tras rezar ante la tumba de Alvear Urrutia

Jesús Bastante, 16 de enero de 2018 a las 00:02

Francisco saluda a los alcaldes que rompieron el protocoloRD

RELIGIÓN | AMÉRICA

"¡Gracias por las flores, bien hallados!", dijo el Papa a los cuatro niños que corrieron a abrazarse a las rodillas de Francisco tras su breve y un tanto frío saludo con Bachellet

(Jesús Bastante).- Francisco ya está en Chile. Con casi una hora de adelanto sobre el horario previsto, el vuelo papal aterrizó en el aeropuerto internacional de Santiago, tras un viaje "cansador no, aburrido". Al pie de la escalerilla le esperaba la presidenta saliente, Michelle Bachelet. Esta parece ser la primera de las polémicas de un viaje que no parece nada fácil, pues el presidente electo, Sebastián Piñera, no parece tener lugar en el programa de las autoridades chilenas.

Una larguísima alfombra roja marcaba el camino del sexto viaje de Bergoglio a Latinoamérica. Una brigada de carabineros escoltó los primeros pasos del Papa en Chile, pasando revista. Bergoglio bajó de la escalerilla con problemas, llevado por una fuerte ventolera que arrastraba sus faldones y por momentos le impedía la visión.

"¡Gracias por las flores, bien hallados!", dijo el Papa a los cuatro niños que corrieron a abrazarse a las rodillas de Francisco tras su breve y un tanto frío saludo con Bachellet. No hubo discursos oficiales en esta ocasión, probablemente porque después de 15 horas de vuelo, y un acusado jet lag, lo más adecuado era un sencillo protocolo.

El Papa se mostró mucho más efusivo con una representación de los alcaldes del país, que le aclamaron y se saltaron el protocolo para estrecharle la mano. Bergoglio también salió de la alfombra roja para saludar a los voluntarios, que han dejado muchas horas de esfuerzo y cariño para contribuir al éxito de esta visita.

Francisco y Bachellet escucharon cómo una niña entonaba el himno de Chile. "Francisco, lo queremos", repetían una y otra vez quienes daban la bienvenida al Papa. Falta le va a hacer este cariño. "Nos vemos mañana", le dijo la presidenta al Papa cuando éste se subió al auto, un Hyundai azul. Francisco quiso ir de copiloto, colocándose el cinturón y con la ventana abierta.

Justo después de despedirse del aeropuerto, Francisco llegó a la parroquia de San Luis Beltrán, acompañado por el cardenal Ezzati, donde tuvo un instante de oración ante la tumba de monseñor Enrique Alvear Urrutia, el 'obispo de los pobres', y después llegar hasta la Alameda con Brasil, donde se subió al Papamóvil para dirigirse a la Nunciatura Apostólica. Un lugar que hace apenas dos días fue 'ocupado' por una plataforma anti-desahucios en protesta por el coste de la visita.En el camino, Bergoglio se dio su primer baño de masas. Pese a las dificultades, son decenas de miles los chilenos que esperan a este Papa de la paz. "Mi paz les doy", reza el mensaje papal. Una paz que hoy, más que nunca, necesita Chile. Al llegar a Nunciatura, la apoteosis: Francisco volvió a saltarse el protocolo para abrazar, besar, bendecir niños, recoger regalos y cartas, intercambiarse solideos y sonreir a los miles de personas que se agolpaban en la que será su casa en los próximos días. No querían que se fuera: él tampoco parecía querer acostarse.

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