Cuando venga, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena

Evangelio según San Juan 16,12-15. 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. 
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. 
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. 
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

Santa María Dominga Mazzarello
(1837-1881)

Beatificada el 20-11-38
Canonizzada el 12-6-51

Maria Dominga Mazzarello, primogénita de siete hijos, nace en Mornese  (Alessandria), Italia, el 9 de mayo de 1837. En familia, junto a su padre José y su madre Maria Magdalena, aprende muy pronto la paciente  espera de  los milagros de la naturaleza, la sencillez y el compartir en  el dolor y la prueba, la dulzura y la serenidad de un núcleo familiar unido en torno a las enseñanzas del catecismo y a la visión de una fe fuerte. Su familia la formó en una piedad sólida, en una laboriosidad incansable y en aquel idéntico sentido  práctico y profundidad de juicio que manifestó después como Superiora.

Con  15 años se inscribió en la Asociación de las Hijas de Mª Inmaculada y se abrió al apostolado de las chicas del pueblo.

La  grave enfermedad del tifus contraída a los 23 años tuvo en ella  una fuerte resonancia espiritual: la experiencia de la  fragilidad física, si por una parte la llevó a un abandono más profundo en Dios, por otra la impulsó a abrir un taller de corte y  confección para enseñar a las muchachas el trabajo, la oración y el amor a Dios.

Gracias a la intensa participación en los sacramentos y bajo la sabia e iluminadora guía de Don Pestarino hizo grandes progresos en la vida espiritual. Con ocasión de la visita de Don Bosco a  Mornese (8-10-1864) dijo: "Don Bosco es un santo y yo lo siento".

En  el 1872  Don Bosco la escogió para iniciar el Instituto de las Hijas de Mª Auxiliadora.
Como Superiora se mostró hábil formadora y maestra de vida espiritual. Tenía el carisma de la alegría serena, irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer.

El  Instituto se desarrolló rápidamente. A su muerte dejó a sus Hijas una tradición educativa permeada de valores evangélicos: la búsqueda de Dios conocido a través de una catequesis  iluminada y un amor ardiente, la responsabilidad en el  trabajo, la lealtad  y la humildad, la austeridad de vida y la gozosa entrega de  sí.

Murió a los 44 años, en Nizza Monferrato el 14 de mayo de 1881,  después de cantar un himno a la virgen Santísima, expiró santamente. Sus tres grandes amores fueron la Eucaristía, María  Auxiliadora  y la juventud pobre para educarla y salvarla Sus  restos se veneran en la Basílica de Mª Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 13 de mayo.

Oremos Tú, Señor, que concediste a Santa María Dominga Mazzarello el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de esta santa, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.

Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022), monje griego Catequesis, 33; SC 113

Cuando venga, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena

La "llave del conocimiento"(Lc 11,52) no es otra cosa que la gracia del Espíritu Santo. Se da por la fe. Por la iluminación, produce realmente el conocimiento y hasta el conocimiento pleno. Despierta nuestro espíritu encerrado y oscurecido, a menudo con parábolas y símbolos, pero también con afirmaciones más claras... hechas atención en el sentido espiritual de la palabra. Si la llave no es buena, la puerta no se abre. Porque, dice el Buen Pastor, " es a él a quien el portero abre " (Jn 10,3). Pero si la puerta no se abre, nadie entra en la casa del Padre, porque Cristo dijo: "Nadie va al Padre sin pasar por mí" (Jn 14,6).

Por tanto, es el Espíritu Santo, el primero, que despierta nuestro espíritu y nos enseña lo que concierne al Padre y el Hijo. Cristo nos dice esto también: "Cuando venga, él, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, dará testimonio en mi favor, y os guiará hacia la verdad plena" (Jn 15,26; 16,13). Ved cómo, por el Espíritu o más bien en el Espíritu, el Padre y el Hijo se dan a conocer, inseparablemente...

Si se llama llave al Espíritu Santo, es porque, por él y en él primero, tenemos el espíritu iluminado. Una vez purificados, somos iluminados por la luz del conocimiento. Somos bautizados desde lo alto, recibimos un nuevo nacimiento y llegamos a ser hijos de Dios, como dice san Pablo: "El Espíritu Santo clama por nosotros con gemidos inefables" (Rm 8,26). Y todavía más: "Dios derramó su Espíritu en nuestros corazones que grita: ' Abba, Padre'" (Ga 4,6). Es pues él quien nos muestra la puerta, puerta que es luz, y la puerta nos enseña que, aquel que habita en la casa ,es él también luz inaccesible.

Tengo muchas cosas que decirles

Santo Evangelio según San Juan 16,12-15. Miércoles VI de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Envía, Señor, tu Espíritu sobre mí para poder escucharte y convertirme en mensajero de tu paz y tu verdad.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Jesús habla aún hoy? ¿O acaso los cristianos estamos locos por pensar que vamos a recibir un mensaje a milenios de distancia?

No hay nada imposible para Dios, lo que tenemos que hacer es aprender a reconocer cuál es el medio por el cual nos habla, porque el mismo Jesús nos dijo que aún tiene muchas cosas que decirnos. Desde el primer versículo de la Biblia, el Señor nos revela su forma de comunicarse con nosotros, en medio del caos, Dios Padre habló y el Espíritu aleteaba sobre las aguas. En medio de las aguas de nuestro caos, Dios Padre habla a través de Jesucristo, Palabra encarnada y esa palabra se hace vida por el Espíritu Santo. Cuando todo parece oscuro, el Espíritu está pronto para traernos esa paz que tanto buscamos. Sólo debemos actuar como María que guardaba la Palabra en su corazón, porque ella sabía en primera persona lo que era tener al Verbo de Dios en su vientre. Así nosotros, cuando relacionamos nuestra vida con el Evangelio, podemos entender y superar lo que nos sucede en el día a día.

En segundo lugar, el Espíritu nos guía hacia la verdad completa. Cuando agudizamos nuestro oído para ver qué nos quiere decir Dios, no siempre estamos de acuerdo con lo que nos pide; Sin embargo, buscar la verdad en su voluntad nos hace estar un paso más cerca de ser santos. El mundo propone muchas pseudo-verdades, pero para distinguir entre eso y la Verdad de Dios, que es la única que nos hace libres, se necesita el silencio y discernir la voz del Espíritu Santo.

En conclusión, Jesús no puede callar hoy, porque Él siendo la Palabra eterna del Padre nos sigue hablando también a través de medios humanos. La voz de Dios no se escucha exclusivamente en predicaciones o explicaciones de personas "conocedoras", la voz de Dios se escucha en la humildad y sencillez de la vida cotidiana en el saber estar atento a observar, pensar y actuar como Jesús lo haría. De esta forma nos vamos transformando en Evangelio vivo de Dios.

Concreta, tierna y humilde: así la evangelización será alegre. No puede ser presuntuosa la evangelización. No puede ser rígida la integridad de la verdad, porque la verdad se ha hecho carne, se ha hecho ternura, se ha hecho niño, se ha hecho hombre, se ha hecho pecado en cruz. El Espíritu anuncia y enseña "toda la verdad" y no teme hacerla beber a sorbos. El Espíritu nos dice en cada momento lo que tenemos que decir a nuestros adversarios e ilumina el pasito adelante que podemos dar en ese momento.

(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hablaré de la alegría de mi encuentro con la Palabra de Dios con otra persona.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Espíritu Santo, verdadero protagonista de la Iglesia

Las raíces de nuestro ser y de nuestro actuar están en el silencio sabio y providente de Dios.

Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net 

En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió con potencia sobre los apóstoles; de este modo comenzó la misión de la Iglesia en el mundo. Jesús mismo había preparado a los once para esta misión al aparecérseles en varias ocasiones después de la resurrección (Cf. Hechos 1, 3). Antes de la ascensión al Cielo, «les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre» (Cf. Hechos 1, 4-5); es decir, les pidió que se quedaran juntos para prepararse a recibir el don del Espíritu Santo. Y ellos se reunieron en oración con María en el Cenáculo, en espera de este acontecimiento prometido (Cf. Hechos 1, 14).

Permanecer juntos fue la condición que puso Jesús para acoger el don del Espíritu Santo; el presupuesto de su concordia fue la oración prolongada. De este modo se nos ofrece una formidable lección para cada comunidad cristiana.

A veces se piensa que la eficacia misionera depende principalmente de una programación atenta y de su sucesiva aplicación inteligente a través de un compromiso concreto. Ciertamente el Señor pide nuestra colaboración, pero antes de cualquier otra repuesta se necesita su iniciativa: su Espíritu es el verdadero protagonista de la Iglesia. Las raíces de nuestro ser y de nuestro actuar están en el silencio sabio y providente de Dios.

(...)

El Espíritu Santo, hace que los corazones sean capaces de comprender las lenguas de todos

El Pueblo de Dios, que había encontrado en el Sinaí su primera configuración, se amplia hoy hasta superar toda frontera de raza, cultura, espacio y tiempo. A diferencia de lo que sucedió con la torre de Babel, cuando los hombres que querían construir con sus manos un camino hacia el cielo habían acabado destruyendo su misma capacidad de comprenderse recíprocamente, en el Pentecostés del Espíritu, con el don de las lenguas, muestra que su presencia une y transforma la confusión en comunión. El orgullo y el egoísmo del hombre siempre crean divisiones, levantan muros de indiferencia, de odio y de violencia. El Espíritu Santo, por el contrario, hace que los corazones sean capaces de comprender las lenguas de todos, pues restablece el puente de la auténtica comunicación entre la Tierra y el Cielo. El Espíritu Santo es el Amor.

...no les dejará huérfanos

Pero, ¿cómo es posible entrar en el misterio del Espíritu Santo? ¿Cómo se puede comprender el secreto del Amor? El pasaje evangélico nos lleva hoy al Cenáculo, donde, terminada la última Cena, una experiencia de desconcierto entristece a los apóstoles.

El motivo es que las palabras de Jesús suscitan interrogantes inquietantes: habla del odio del mundo hacia Él y hacia los suyos, habla de una misteriosa partida suya y queda todavía mucho por decir, pero por el momento los apóstoles no son capaces de cargar con el peso (Cf. Juan 16, 12). Para consolarles les explica el significado de su partida: se irá, pero volverá, mientras tanto no les abandonará, no les dejará huérfanos. Enviará el Consolador, el Espíritu del Padre, y será el Espíritu quien les permita conocer que la obra de Cristo es obra de amor: amor de Él que se ha entregado, amor del Padre que le ha dado.

Este es el misterio de Pentecostés: el Espíritu Santo ilumina el espíritu humano y, al revelar a Cristo crucificado y resucitado, indica el camino para hacerse más semejantes a Él, es decir, ser «expresión e instrumento del amor que proviene de Él» («Deus caritas est», 33). Reunida junto a María, como en su nacimiento, la Iglesia hoy implora:

«Veni Sancte Spiritus!» - «¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos fel fuego de tu amor!». Amén.

Homilía de Benedicto XVI en la misa de Pentecostés, domingo, 4 junio 2006.

Nuestra Señora de Luján

Patrona de Argentina

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se halla la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Vinieron en su ayuda troperos y peones pero no tuvieron suerte. Finalmente juzgaron que era necesario aliviar el peso de la carreta. Descargaron las imágenes y en ese momento los bueyes pudieron moverse con facilidad. Queriendo cerciorarse si el obstáculo provenía de las imágenes las pusieron nuevamente en la carreta y no se pudo mover. Entonces viendo que las imágenes se querían quedar en aquel lugar decidieron que una de ellas permaneciera en la Cañada y la entregaron al dueño de esas tierras. La fama del prodigio corrió hasta Buenos Aires y no faltaron quienes emprendieron un viaje a Luján para contemplar la imagen.

El increíble poder que se manifiesta al bendecir los alimentos en público

Un sencillo y público acto de fe

"Nuestro comportamiento será el terreno de prueba de nuestras más profundas convicciones. Esta firmeza en la Fe es a menudo un excelente testimonio para las creencias de un Cristiano. En algunos casos puede llevar a las personas a empezar su regreso a la Casa del Padre" (Francis Fernandez; En Conversación con Dios). 

Hace algunas semanas almorcé con uno de mis nuevos clientes, una ejecutiva de recursos humanos, con bastante antigüedad en una empresa con base en Atlanta. Nuestra sociedad de trabajo ha estado muy centrada en los negocios desde el principio y yo quería forjar una conexión personal más fuerte, la cual ya disfruto con la mayoría de mis otros clientes.

Platicamos un poco acerca de algunos asuntos hasta que llegó nuestra comida. Yo dije que iba a bendecir nuestros alimentos y que era bienvenida si quería unirse. Mientras hice la Señal de la Cruz y empecé a orar, me di cuenta de que ella también hizo la Señal de la Cruz. Sonreí para mis adentros y dije una oración en silencio por la oportunidad que se me daba.

Entre bocados de ensalada le pregunté a que Parroquia asistía, me lanzó una mirada divertida antes de decirme el nombre y después agregó "esa es una larga historia". Le dije que me encantaría escucharla y durante la siguiente media hora hablamos acerca de su trayecto por la fe, de cuánto amaba su parroquia, de su devoción a la Madre Bendita y su vida de oración.

De esta forma, el incómodo intercambio centrado en negocios del principio se había tornado en una amigable conversación acerca de nuestra Fe Católica compartida. Definitivamente logré mi meta de tener una conexión personal más fuerte.

Mientras nos preparábamos para marcharnos, me compartió que nunca hablaba de su Fe en encuentros de negocios y que realmente disfrutó nuestra conversación. Luego cuando nos marchábamos del restaurante, conjeturamos acerca de por qué los Católicos no discutimos acerca de la Fe tan abiertamente como lo hacen Nuestros Hermanos Separados (Protestantes).

Yo sugerí que podría ser miedo de persecución o falta de confianza para defender las enseñanzas de la Iglesia. Ella sugirió que todo se reducía simplemente a coraje. Le pedí que me explicara y su respuesta fue, "Cuando hiciste la Señal de la Cruz en un restaurante lleno de personas y dijiste la bendición para que todos escucharan, me di cuenta de que yo nunca lo hago. Mi miedo de decir una simple bendición es un claro recordatorio para mí de que no tengo el coraje para compartir mi Fe más allá de mi zona de confort. Estoy agradecida porque tú no le temes a eso y también por esta maravillosa conversación".

Cuando manejaba de vuelta a mi oficina reflexioné acerca de otras incontables comidas de negocios durante los últimos años, las cuales se habían tornado en discusiones de Fe, tal vez por el simple acto de hacer la Señal de la Cruz y bendecir la comida. Yo no se si veo esto tan valiente como seguir la llamada de Cristo y las enseñanzas de nuestra Iglesia. Definitivamente es alimento para el pensamiento y merecedor de una cuidadosa reflexión.

¿Que sucedería si cada uno de los que leemos esto hacemos un simple compromiso para hacer la Señal de la Cruz y decir una bendición en cada comidade ahora en adelante, sin que nos importe quién nos acompaña?

¿Cuántas increíbles discusiones de Fe sucederían como resultado de este simple y público acto de fe? Yo fácilmente podría discutir la contra parte y compartir los posibles resultados negativos, pero ¿Podemos vivir como Católicos creyentes si estamos paralizados por el miedo? Yo creo que la respuesta está en las palabras de Jesús:

"A cada uno que me reconozca delante de los otros Yo lo reconoceré delante de mi Padre Celestial. Pero a cualquiera que me niegue delante de los otros, Yo lo negaré delante de mi Padre Celestial" (Mateo 10:32-33).

8 mentiras sobre Dios que están al acecho de los católicos

Teniendo en cuenta la complejidad de la teología católica acerca de la naturaleza de Dios, la siguiente lista, apoyada en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, contiene respuestas a 8 mentiras recurrentes que están al acecho de los católicos

Teniendo en cuenta la complejidad de la teología católica acerca de la naturaleza de Dios, la siguiente lista, apoyada en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, contiene respuestas a 8 mentiras recurrentes que están al acecho de los católicos en el mundo actual.

1. Cristo es insuficiente

No existen nuevas revelaciones y el canon bíblico está cerrado. Hay demasiadas personas que quieren "aumentar" las enseñanzas de Cristo sosteniendo que, como las Sagradas Escrituras fueron "escritas hace mucho tiempo", estas deberían ser "actualizadas".

Psíquicos y charlatanes de todo tipo difunden sus supuestas "habilidades proféticas" que al parecer, van en contra de lo que sabemos de Dios. Nada más lejos de la verdad.

Si estas personas están en lo correcto, ¿por qué el Espíritu Santo le da a cada uno diferentes mensajes? Cristo y su Iglesia no necesitan nada de simples humanos. El mensaje de Cristo es válido y auténtico ayer, hoy y siempre como afirma la cita de Hebreos 13,8.

2. Puede haber nuevas revelaciones del plan de salvación

No hay y nunca podrán existir nuevas revelaciones que se añadan a la economía de la salvación. Algunas revelaciones privadas están aprobadas por la piedad popular (por ejemplo, Sagrado Corazón, Lourdes, la Divina Misericordia) y otras no.

La clave es si van de acuerdo a las revelaciones originales de Cristo en las Sagradas Escrituras. La gente se coloca en una situación precaria cuando se atreven a juzgar no sólo la Biblia, sino a Dios mismo y Su Iglesia, negando así la Tradición y el magisterio.

3. Jesús nunca asegura ser Dios en la Biblia

Cristo se refiere a sí mismo como Dios aproximadamente 50 veces en las Sagradas Escrituras.

Asimismo, los Evangelios muestran las reacciones de quienes se oponían a Jesús tras afirmar ser Dios o igual a Dios (por ejemplo en Marcos 14: 61-62).

Si Jesús nunca afirmó a Dios ¿por qué algunas personas se molestaron tanto con Él hace 2000 años hasta el punto de crucificarlo? Cristo fue condenado a muerte porque lo consideraban blasfemo al referirse a sí mismo como Dios.

4. Todos somos hijos de Dios y por lo tanto, Él debe amar todo lo que somos

Sí. Dios nos hizo a todos. Dios nos ama a todos. Todos somos Sus hijos. Sin embargo, Él nos llama hacia Sí mismo en un espíritu de amor y arrepentimiento, pero no todo el mundo está listo y dispuesto a hacer ese tipo de compromiso.

5. No se puede decir que somos Sus hijos y al mismo tiempo negarnos a reconocer nuestra relación con nuestro Padre Celestial. (1 Juan 3:10, Rm 8,15, Efesios 2: 1-16).

Dios es misericordioso, pero no todos nosotros queremos ser perdonados, o incluso, pensamos que no hemos hecho nada que deba ser perdonado (1 Juan 1: 8).

6. Todos adoramos al mismo Dios

Solo existe un Dios único y verdadero porque Él mismo lo afirmó (Deu 4:39, Isaías 43:11, 45: 5), sin embargo, no todo el mundo lo reconoce. Debe también señalarse que ninguna deidad pagana ha hecho una afirmación así.

A pesar de que suena políticamente correcto que todas las personas adoran al mismo Dios, es teológica, histórica y antropológicamente incorrecto. Fuera de la tradición judeocristiana, las deidades son impotentes, celosas, caprichosas, comedidas, hedonistas, egoístas, tremendamente emocionales y tiene una débil preocupación por los asuntos humanos.

El Dios judeocristiano es el amor mismo. Ninguna otra religión describe su deidad de esta manera.

Todas las religiones son iguales

Esta creencia está conectada el punto anterior, y por lo tanto, es incorrecta. Algunas religiones son violentamente la antítesis de todas las demás expresiones religiosas. Algunos requieren el sacrificio humano, conductas inmorales a la que se consideran virtudes o proponen “textos sagrados” que son ilógicos y contradictorios. Es imposible sugerir que todas las religiones son iguales.

Cristo nos dice que Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14: 6). El Dios judeocristiano se presentó a su pueblo y les enseña porque los ama (Hechos 4:12). Ninguna otra religión hace tales afirmaciones. La salvación solo viene de Cristo y no de Mahoma, Buda o Joseph Smith. El culto le pertenece por derecho solo a Yahvé, que es el gran YO SOY (Ap 4:11).

Existen diferencias irreductibles entre el cristianismo y el judaísmo como la encarnación, la pasión y resurrección. Podemos extender esta lista de incompatibilidades al considerar las religiones paganas. Sin embargo, muchas demandas éticas a través de las religiones pueden ser iguales o al menos compatibles. Esta no es una extraña coincidencia, por el contrario, si el único Dios está llamando a toda la humanidad, entonces Su marca será dejada sobre varias respuestas a la llamada.

7. Dios usa a los hombres como "ratones de laboratorio"

Dios es omnisciente y sabe lo que vamos a hacer. Ama nuestra existencia y no nos trata como si fuéramos “ratones de laboratorio”.

Dios es amor (1 Juan 4: 8, 16) y por lo tanto nunca podría torturarnos para ver "lo que haríamos”. La tentación se encuentra dentro de nosotros mismos y es decisión nuestra seguir la ley de Dios o rechazarla (Dt 30:19).

8. La Eucaristía es un mero símbolo

Esta es una perniciosa herejía y es bastante frecuente. ¿Por qué el pan y el vino son ofrecidos en el altar por un sacerdote como Cuerpo y Sangre de Cristo? Porque Jesús lo dice (Lucas 16).

De hecho, lo reveló a las personas que lo acompañaban en la sinagoga de Cafarnaúm y un buen número hizo una rabieta. Jesús preguntó a sus discípulos si también querían dejarlo por hacer tal afirmación, y Pedro respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68).

Aparte de lo que Jesús dijo, debe considerarse cómo los primeros cristianos trataban a la Eucaristía. Para Pablo, es una celebración con la que se anuncia y actualiza la muerte del Señor hasta su regreso (1 Cor 11:26).

"El que, por lo tanto, coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del cuerpo y la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así el pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condenación"(1 Cor 11: 27-29).

La Didajé o enseñanza de los dóce apóstoles refleja este sentimiento: "No permitan que coman o beban de su Eucaristía, a excepción de los bautizados en el nombre del Señor, porque el Señor ha hablado de esto: 'No den lo que es santo a los perros'" (Didajé 9: 5).

FRANCISCO: "TODO EL PUEBLO DE DIOS ES SACERDOTE, TIENE LA RESPONSABILIDAD DE MISIÓN Y SERVICIO"
"El Bautismo no se pierde nunca, no se puede cancelar por ningún pecado, Dios nunca reniega de sus hijos"

El Papa, en su saludo en árabe, vuelve a pedir oraciones "por la paz en Siria y en todo Oriente Medio"

Jesús Bastante, 09 de mayo de 2018 a las 10:34

El Papa Francisco bendice a los fieles en la AudienciaOsservatore Romano

¿Qué significa participar en el sacerdocio real de Cristo? Ofrecerse a Dios, llevando una vida de fe y caridad, poniéndola al servicio de los otro a ejemplo de Jesús

(Jesús Bastante).- "El Bautismo no se repite, imprime un sello sacramental indeleble, que el pecado no puede borrar. Pero sí puede impedir que dé frutos de salvación". El Papa Francisco continuó este miércoles con su catequesis sobre el Bautismo, centrándolo en dos aspectos: su carácter definitivo, y la consideración de todo el pueblo de Dios como sacerdotes.

"El Bautismo no se pierde nunca, no se puede cancelar por ningún pecado, Dios nunca reniega de sus hijos", clamó el Papa, quien explicó cómo, al ser bautizados, "somos sepultados en el Amor, así como Cristo fue resucitado de la muerte, entramos en camino a una vida nueva".

Así, con el derramamiento del agua sobre la cabeza del bautizado, "morimos y nacemos en el mismo instante del Bautismo: la fuente bautismal se convierte en sepulcro y Madre". Y es que, explicó, "el Bautismo abre la puerta a una vida de resurrección, no a una vida mundana. Una vida según Jesús".

En la pila bautismal "se entierra al hombre viejo, con sus pasiones, para que renazca una nueva criatura, uno nace de nuevo", recalcó Bergoglio, quien hizo suya la catequesis atribuida a san Cirilo de Jerusalén para explicar lo que sucede en el agua del bautismo con los nuevos bautizados.

"El Bautismo no se repite, imprime una marca espiritual permanente (...). En el mismo instante, mueres y naces... es sepulcro y madre. El renacimiento del nuevo hombre exige que sea polvo el hombre corrupto por el pecado. La imagen de la tumba y el útero materno sirven para explicar cuánto de grande hay en el simple gesto del bautismo".

"Si nuestros padres nos han traído a la vida con el nacimiento, la Iglesia nos trae a la vida eterna por medio del Bautismo", glosó Francisco, quien recordó el pasaje en el que Jesús es bautizado, y la voz del Padre: "Tú eres mi hijo amado". "Esta voz paterna, bien audible a los oídos del que cree, te acompaña durante toda la vida. Durante la vida, el padre te dice que eres mi hijo amado.Dios llama siempre porque es un padre, y no nos deja solos".

Y "nos llama para siempre. El Bautismo no se repite, porque ofrece un sigilo indeleble, que no se puede cancelar por ningún pecado, no se pierde nunca", explicó. Aunque exista el pecado, aunque se reniegue, aunque se cometan las mayores atrocidades, "continúas siendo hijo de Dios, aunque vayas contra Dios. Dios nunca reniega de sus hijos", añadió, pidiendo a los fieles repetirlo varias veces. "¡Dios nunca reniega de sus hijos, ¿habéis entendido esto?".

"El Bautismo purifica, santifica, justifica para formar con Cristo un solo cuerpo", añadió Bergoglio, quien indicó cómo, mediante la unción crismal, el bautizado se integra plenamente en el Pueblo de Dios. Con todos los derechos y deberes.

"La unción crismal, nos conforma a Cristo 'Sacerdote, Profeta y Rey'. Por eso,todo el Pueblo de Dios, animado por el Espíritu Santo, participa de esas funciones, y tiene la responsabilidad de misión y servicio que de ellas deriva", concluyó el Pontífice. "¿Qué significa participar en el sacerdocio real de Cristo? Ofrecerse a Dios, llevando una vida de fe y caridad, poniéndola al servicio de los otro a ejemplo de Jesús".

En su saludo en árabe, pidió a los fieles rezar el Rosario este mes de mayo, pidiendo especialmente "por la paz en Siria y en todo Oriente Medio".

Saludo en castellano

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy fijamos nuestra atención en el rito central del bautismo: el lavacro santo acompañado de la invocación a la Santísima Trinidad, momento en el que somos bautizados y participamos en el Misterio pascual de Cristo: el hombre viejo se sepulta para que renazca una creatura nueva. Morimos y nacemos en el mismo instante, pues la fuente bautismal se convierte en sepulcro y en madre. Estas dos imágenes manifiestan la grandeza de lo que sucede por medio de los gestos sencillos del bautismo.

Nuestros padres nos generaron a la vida terrena; la Iglesia, en el Bautismo, nos regenera a la vida eterna, haciéndonos hijos de Dios para siempre. Por eso, también sobre cada uno de nosotros, renacidos del agua y del Espíritu Santo, el Padre dice amorosamente: «Tú eres mi hijo amado» (cf. Mt 3,17). El bautismo no se repite porque imprime un sello sacramental indeleble que el pecado no puede borrar, pero sí impedir que dé frutos de salvación.

Luego, la unción crismal, nos conforma a Cristo "Sacerdote, Profeta y Rey". Por eso, todo el Pueblo de Dios, animado por el Espíritu Santo, participa de esas funciones, y tiene la responsabilidad de misión y servicio que de ellas deriva.

***

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. En este tiempo pascual, los invito a considerar la grandeza de la vocación cristiana que recibimos en el bautismo, y vivirla unidos a Cristo en la Iglesia, de modo que pueda dar frutos abundantes en una vida de fe y de caridad, al servicio de los hermanos. Muchas gracias.

 

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