Un nuevo comienzo

Los evangelistas describen con diferentes lenguajes la misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo han de «hacer discípulos» que aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, han de ser «testigos» de lo que han vivido junto a él. Marcos lo resume todo diciendo que han de «proclamar el Evangelio a toda la creación».

Quienes se acercan hoy a una comunidad cristiana no se encuentran directamente con el Evangelio. Lo que perciben es el funcionamiento de una religión envejecida, con graves signos de crisis. No pueden identificar con claridad en el interior de esa religión la Buena Noticia proveniente del impacto provocado por Jesús hace veinte siglos.

Por otra parte, muchos cristianos no conocen directamente el Evangelio. Todo lo que saben de Jesús y su mensaje es lo que pueden reconstruir de manera parcial y fragmentaria, recordando lo que han escuchado a catequistas y predicadores. Viven su religión privados del contacto personal con el Evangelio.

¿Cómo podrán proclamarlo si no lo conocen en sus propias comunidades? El Concilio Vaticano II ha recordado algo demasiado olvidado en estos momentos: «El Evangelio es, en todos los tiempos, el principio de toda su vida para la Iglesia». Ha llegado el momento de entender y configurar la comunidad cristiana como un lugar donde lo primero es acoger el Evangelio de Jesús.

Nada puede regenerar el tejido en crisis de nuestras comunidades como la fuerza del Evangelio. Solo la experiencia directa e inmediata del Evangelio puede revitalizar la Iglesia. Dentro de unos años, cuando la crisis nos obligue a centrarnos solo en lo esencial, veremos con claridad que nada es más importante hoy para los cristianos que reunirnos a leer, escuchar y compartir juntos los relatos evangélicos.

Lo primero es creer en la fuerza regeneradora del Evangelio. Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe no por obligación, sino por atracción. Hacen vivir la vida cristiana no como deber, sino como irradiación y contagio. Es posible introducir en las parroquias una dinámica nueva. Reunidos en pequeños grupos, en contacto con el Evangelio, iremos recuperando nuestra verdadera identidad de seguidores de Jesús.

Hemos de volver al Evangelio como nuevo comienzo. Ya no sirve cualquier programa o estrategia pastoral. Dentro de unos años, escuchar juntos el Evangelio de Jesús no será una actividad más entre otras, sino la matriz desde la que comenzará la regeneración de la fe cristiana en las pequeñas comunidades dispersas en medio de una sociedad secularizada.

Tiene razón el papa Francisco cuando nos dice que el principio y motor de la renovación de la Iglesia en estos tiempos hemos de encontrarlo en «volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio».

Ascensión del Señor - B
(Marcos 16,15-20)
13 de mayo 2018

SÉPTIMO DOMINGO DE PASCUA: LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS
(Act 1, 1-11, Sal 46; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20)

En la Ascensión del Señor, celebramos que Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios y hombre verdadero, está junto a su Padre en lo más alto del cielo, en gloria y majestad, una vez resucitado de entre los muertos y habiendo confirmado la fe de sus apóstoles con distintas apariciones.

En la iconografía de influencia oriental, suele mostrase el triunfo de Cristo en los ábsides de las iglesias o como cierre de las cúpulas, introducida su imagen dentro de un círculo, o en un espacio ovalado, llamado almendra mística, que representa la gloria.

Quizá estamos acostumbrados a contemplar la representación del Pantocrátor, a Cristo dentro del espacio de gloria. Pero si observamos las distintas imágenes, veremos que muestran los pies del Señor fuera del círculo, queriendo decir con ello que aunque está entronizado, no por eso se desentiende de sus hermanos los hombres.

He tenido el privilegio de escuchar al P. Marko Rupnik en la presentación de su última obra, que ha realizado en la iglesia del Salvador de Guadalajara. Y nos explicaba que los primeros cristianos tomaron como referencia a Apolo para plasmar el rostro de Cristo, por su belleza y verdad. Pero de manera muy diferente. Mientras que la divinidad pagana se mostraba con una cabellera muy cuidada, el cabello de Jesucristo, Buen Pastor, era como lana, semejante al de la oveja.

En el mosaico de Guadalajara, se ve a Cristo, Pastor bueno, sentado en gloria sobre la sede del Cordero, y se percibe que lleva sobre los hombros una oveja, pegada su cabeza a la del Señor para representar lo que dice Jesús en el Evangelio, “quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. A través de la mirada del Pastor, la oveja penetra en la vida divina, porque ahora ya participa también de la gloria, al saberse rescatada, y heredera del triunfo de su Pastor.

Creer en la Ascensión de Cristo es creer en que nuestra humanidad está en Dios, y que nosotros participaremos de la misma gloria que ya goza nuestra cabeza. Porque Él ha bajado a lo más hondo del seol para que nadie se pierda, y ha tomado la condición humana para que el hombre herede la dignidad divina y el destino glorioso.

Hoy es un día en el que por la fe podemos felicitarnos, porque al contemplar a Jesús elevado al cielo, podemos anticipar la alegría de nuestro destino. Con la Ascensión culmina la vida de Cristo, y quienes estamos ungidos con la gracia de la fe en Él, podemos vivir como ciudadanos del cielo, y gozar ya en este mundo la profecía de la vida en Dios, unidos a su Hijo en gloria.

Nueva Presencia: La Ascensión del Señor

La ascensión no es alejamiento o simple despedida, sino el comienzo de la actividad evangelizadora universal de los discípulos.

Lecturas:

Hechos de los Apóstoles 1, 1-11: “Se fue elevando a la vista de sus apóstoles”.

Salmo 46: “Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono”.

Efesios 4, 1-13: “Hasta que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo”.

San Marcos 16, 15-20: “Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios”

Cuando era pequeño imaginaba la ascensión de Jesús como un irse elevando hasta perderse en medio de las nubes y terminar sentado en las alturas. Poco a poco he ido entendiendo que el cielo no tiene por qué estar arriba, junto a las estrellas, que hay mucho más que materia en ese nuevo mundo, y que este cielo de Jesús está lejos de los viajes espaciales y más allá de las galaxias. El cielo del que nos habla Jesús está más allá del tiempo, de las medidas, de las distancias y de los espacios. El cielo del que nos habla Jesús se resume en un habitar en el amor del Padre y en moradas de amor eterno junto a la Santísima Trinidad. La forma en que se nos describe la ascensión de Jesús a los cielos tiene la finalidad de dar el reconocimiento y la exaltación a Jesús Resucitado. Se confiesa así la inmortalidad de Cristo y su influencia y poder en la historia humana como Hijo del Hombre. Es reconocer que el mismo Cristo, que se abajó para hacerse uno de nosotros, ahora es reconocido y adorado como Hijo de Dios y que nos invita a participar de esa vida y plenitud.

La ascensión no es alejamiento o simple despedida, sino el comienzo de un nuevo modo de presencia del Señor y está vinculada al comienzo de la actividad evangelizadora universal de los discípulos. Ascensión y misión aparecen estrechamente unidas porque el Señor exaltado participa, coopera y trabaja activamente en la nueva evangelización. El triunfo del Señor conlleva el aliento para evangelizar: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura”.Mandamiento que ha de ser entendido no tanto como una consigna que pasa por encima de las situaciones históricas, sino como una fuerza de vida que brota de la comunidad creyente al unirse a su pastor. Evangelizar es llenarse del mismo espíritu de Cristo que humaniza, acompaña, escucha, alienta y da vida. Evangelizar es consecuencia impresindible de quien tiene la alegría en su corazón, de quien se sabe amado por Jesús.

Evangelizar es actuar con el mismo espíritu de Jesús, con sus sueños, con sus formas, con su pasión. Por eso esta misión de evangelizar tiene como primer tarea hacer más humana y digna la vida de las personas. Busca transformar las estructuras injustas  y opresoras, en servicio y convivencia fraterna. Está muy claro el primer mandato y señal que nos propone Jesús “arrojar demonios en su nombre”De la misma forma que lo hizo Jesús, sus discípulos deberán expulsar de su vida y de la vida de la comunidad, los demonios que oprimen el corazón y hacen vivir en la miseria humana. Hoy, al igual que ayer, el anuncio de la buena noticia va acompañado de signos liberadores. Si no hay signos que  nos hagan sentir y experimentar realmente el evangelio, éste pierde su identidad, se desvirtúa y deja de ser noticia. Es imprescindible experimentar en nosotros la liberación para transmitir a otros el anuncio de Jesús. Y demonios hay, y muchos, en nuestro mundo: la corrupción, la venta de personas, la mentira, el engaño, la ambición, la injusticia, el hambre y la extrema pobreza. Son demonios contra los que tendrá que luchar todo cristiano. No puede quedarse tranquilamente durmiendo con estos demonios en su conciencia.

La ascensión de Jesús, si bien implica un profundo ponernos a meditar y profundizar la grandeza del triunfo del Señor, no puede propiciar un encerrarse en uno mismo y crear una relación sólo y exclusivamente con Dios, pues el Señor nos invita siempre a salir. Tenemos el mandato de abrir el corazón y las puertas, de darnos cuenta de todo lo que hay a nuestro alrededor. Salir de nosotros y mirar nuestro mundo como lo miraría Jesús. Encontrar a todos los que claman, gritan y luchan por una nueva forma de vivir, y ofrecerles la esperanza que nos ha dado Jesús. Mirarlo y recorrerlo todo, contemplar el mundo con sus silencios y sus gemidos angustiosos, con sus decepciones y sus caídas, con sus anhelos no cumplidos y proponer la Buena Nueva. Ser portadores de evangelio. Hablar el nuevo lenguaje que hemos aprendido de Jesús. Un lenguaje que vaya más allá del egoísmo y del autoritarismo, un lenguaje que hable de servicio y esperanza. Un lenguaje que hable sobre todo de amor. Entonces no temeremos ni serpientes ni venenos, ni oposiciones ni discriminaciones, porque el Señor Jesús supera todas las barreras y acerca a todos los distantes. Con cuánta razón el Papa Francisco nos insiste en evangelizar con la misma pasión de Jesús, llendo a las periferias, buscando a los descartados, llevándoles esperanza.

La ascensión del Señor es una nueva presencia de Jesús en medio de nosotros que despierta esa esperanza, que nos lanza a una activa construcción del Reino Nuevo, que implica que para participar de la vida divina debemos alcanzar la plenitud de la vida humana, de todo el hombre y de todos los hombres. Es sentir la presencia de Jesús que en medio de nosotros continúa actuando, construyendo y amando. La tierra es el único camino para llegar al cielo ¿Cómo estamos cumpliendo el mandato de Jesús?

Llena, Padre bueno, nuestro corazón de gratitud y de alegría por la gloriosa ascensión de tu Hijo, ya que su triunfo es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, nuestra cabeza, tenemos la certeza de llegar nosotros, que somos su cuerpo. Amén.

SALUDA ESPECIALMENTE "A LOS PERIODISTAS QUE SE EMPEÑAN EN BUSCAR LA VERDAD DE LAS NOTICIAS"
El Papa deplora los ataques contra los cristianos en Indonesia y pide "reconciliación y fraternidad"

"Quisiera saludar a todas las madres, dandole gracias por su custodia de la familia"

José Manuel Vidal, 13 de mayo de 2018 a las 12:29

Papa, en la ventana

La misión confiada por Jesús a los apóstoles continúa a través de los siglos y exige la colaboración de todos nosotros

(José M. Vidal).- En el rezo del regina coeli, el Papa Francisco invita a los cristianos a continuar la misión que Cristo ecomendó a sus discípulos en la Ascensión, denuncia los atentados en Indonesia y pide "recociliación y fraternidad", al tiempo que recuerda, especialmente, a los periodistas "que se empeñan en buscar la verdad de las noticias" y a las madres que "custodian las familias".

Algunas frases de la catequesis del Papa

"Hoy, en Italia y en otros muchos países, se celebra la Ascensión del Señor"

"Esta fiesta encierra dos elementos: Po runa parte, orienta nuestra mirada al cielo, donde Jesús glorificado ha ascendido y, por la otra parte, nos recuerda el inicio de la misión de la Iglesia"

"Jesús manda a sus discípulos a difundir el Evangelio en todo el mundo"

"Levantar la mirada al cielo para volverla de nuevo a la tierra y hacer lo que Jesús nos manda"

"Una misión sin fronteras ni confines, que supera las fuerzas humanas"

"Parace demasiado audaz el encargo que Jesús confía a un grupo pequeño de hombres sencillos"

"A llevar el mensaje de amor y misericordia de Jesús a todo la tierra"

"Jesús les asegura que su misión será sostenida por el Espíritu Santo"

"La misión confiada por Jesús a los apóstoles continúa a través de los siglos y exige la colaboración de todos nosotros" "Es el bautismo el que nos habilita y nos impulsa a anunciar el Evangelio"

"Ojos y corazón para encontrar a Jesús, servirlo y donarlo a los demás"

"Hombres de la Ascensión: Buscadores de Cristo en los senderos de nuestro tiempo" "Encontrarlo en los hermanos, sobre todo en los más débiles, los que sufren en sus carnes las viejas y nuevas pobrezas""Nos invita a poner signos concretos y visibles de esperanza en el mundo" "Que la Virgen nos ayude a tener la mirada en lo alto y los pies en la tierra"

Algunas frases del saludo del papa tras el Regina Coeli

"Estoy muy cercano al querido pueblo de Indonesia, especialmente a las comunidades cristianas de Surabaya, duramente golpeadas por graves ataques contra sus lugares de culto. Elevo mi oración por todas las víctimas y sus familias. Juntos invoquemos al Dios de l paz, para que haga cesar estas violentas acciones y en el corazón de todos encuentren espacio no sentimientos de odio y de violencia, sino de reconciliación y fraternidad. Recemos en silencio"

"Hoy se celebra la Jornada mundial de las comunicaciones sociales, sobre el tema de las fake-nwes, noticias falsas y periodismo de la paz.

"Saludo a los trabajadores de los medios, especialmente a los periodistas que se empeñan en buscar la verdad de las noticias, contribuyendo a la edificación de una sociedad justa y pacífica".

"Siendo hoy la jornada dedicada a las madres en tantos países...Un aplauso a las madres... Quisiera saludar a todas las madres, dandole gracias por su custodia de la familia. Recuerdo tambén a las madres que nos miran desde el cielo y siguen custodiándonos con la oración. Recemos a nuestra madre celeste que, hoy, 13 de mayo, con el nombre de nuestra señora de Fátima, nos ayuda a continuar el camino"

Las apariciones de Fátima

Éste es el mensaje perenne de Fátima: la oración y la conversión

Pocos lugares en el orbe católico despiertan tantos sentimientos de gratitud a la protección maternal de la Virgen como Fátima.

En Fátima ocurrieron en 1917 unos acontecimientos sobrenaturales que estarían llamados a cambiar el mundo. Fátima: a principios del siglo XX era un lugar desconocido incluso para la mayoría de los portugueses, ahora su nombre resuena en el mundo. Unos pastorcillos, apenas unos niños, fueron favorecidos por experiencias místicas inauditas. No sabían leer ni tenían esperanzas siquiera de ir a la escuela, pero la Virgen les confió secretos que transformaron las relaciones internacionales. Varios Papas, Cardenales y Obispos de todo el mundo, y sobre todo millones de fieles sencillos de todas las condiciones han peregrinado al Santuario erigido en un paraje que en 1917 no era más que un barrizal impracticable. Entonces era un lugar inaccesible salvo para carretas, pero ahora una cómoda autopista lleva rápidamente a Lisboa y Oporto. 


Las apariciones de Fátima

En 1917 Europa estaba en guerra. Portugal era uno de los países beligerantes en el lado de los Aliados, y el descontento en la población era grande. Casi no había familia que no tuviera a algún hijo o sobrino batallando en las trincheras de un país lejano en una guerra que casi nadie comprendía.

Fátima es el nombre de una parroquia perteneciente al término municipal de Ourem, en el distrito de Santarem, a unos 120 kilómetros al norte de Lisboa. En Portugal la parroquia (o fegresia) no es sólo una demarcación eclesiástica, sino también civil. Generalmente los límites de las parroquias civiles coinciden con las parroquias eclesiásticas. En el término de la parroquia muchas veces la población se agrupa en varias localidades o pequeños caseríos de apenas unas decenas de habitantes.

En uno de ellos, Aljustrel, a apenas dos kilómetros de la aldea de Fátima, vivían los hermanos Jacinta y Francisco Marto y su prima, Lucia dos Santos. Desde muy niños salían al campo con el rebaño de ovejas de la familia.

En una de esas salidas llevaron las ovejas a pastar a Cova de Iria, un paraje deshabitado a unos tres kilómetros de Aljustrel y otros tres de Fátima. Era el 13 de mayo de 1917. Allí se les apareció la Virgen, y les pidió que volvieran a aquel lugar durante otros cinco meses hasta octubre los días trece. La Virgen se posó en una encina.

No era su primera visión de lo alto: desde la primavera de1916 se les apareció por tres veces un ser con figura humana. En la primera aparición les enseñó una oración de reparación y les dijo que era el ángel de la paz. En la segunda aparición les dijo quién era: se trataba del Ángel de Portugal. En la última les mostró un Cáliz una Sagrada Forma que se sostenían en el aire. Después de adorar al Señor con los niños y enseñarles una oración les dio la Comunión.
Los niños no comunicaron a nadie la visión del ángel salvo en sus conversaciones entre ellos -Francisco y Jacinta fueron capaces de guardar el secreto hasta su muerte-, pero la visión de Nuestra Señora era algo distinto: esa misma noche Jacinta la contó en su casa. Inmediatamente la noticia se difundió por Aljustrel y otros caseríos cercanos.

El 13 de junio ya se congregaron unas decenas de personas. Vieron señales milagrosas, aunque no vieron ni escucharon nada salvo las palabras que Lucia dirigía a la Virgen. El 13 de julio eran cientos de peregrinos, y la noticia se difundió por todo el distrito, hasta el punto de que las autoridades se alarmaron. Pocos años antes se había instaurado en Portugal una república de marcado corte laicista y había promulgado leyes restrictivas del culto católico. El alcalde de Ourem decidió cortar por lo sano esta explosión de devoción popular en un lugar prohibido para el culto (el campo) que llevaba a la gente a cometer el delito de rezar junto a una encina. El 13 de agosto, por lo tanto, detuvo a los niños y los mantuvo a buen recaudo todo el día. La gente se congregó en Cova de Iria, fueron testigos de las mismas señales de lo alto que se vieron los meses anteriores, pero los niños no estaban y nadie vio a la Virgen.

La Virgen sin embargo, volvió a visitarles el 19 de agosto, esta vez en Valinhos, un cruce de caminos a unos trescientos metros de Aljustrel al que a veces llevaban el rebaño.

En septiembre la Virgen se volvió a aparecer el día 13 ante miles de fieles. El 13 de octubre había quizá 70.000 personas reunidas en Cova de Iria. Todo Portugal para entonces había oído hablar de los sucesos de Fátima. Los grandes periódicos de Lisboa llevaron enviados especiales y fotógrafos a Cova de Iria. Todos ellos contemplaron el milagro que hizo la Virgen: al terminar la visión, el sol comenzó a danzar en el cielo de Cova de Iria, se volvía de varios colores, giraba sobre sí mismo y se desplazaba mientras que la gente lo miraba sin que les hiciera daño a los ojos.

El mensaje de Fátima

La Virgen les confió secretos del Cielo a los niños. En Fátima la Virgen pidió a la humanidad que se convirtiera de sus pecados. Predijo a los niños grandes guerras y sufrimientos si los hombres no se arrepienten, y de modo especial anunció que Rusia difundiría errores por muchas naciones provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.

En la aparición de julio la Virgen les reveló un secreto. El secreto fue revelado por la vidente Lucia y por la Santa Sede en tres momentos, por lo que se habla de las tres partes del secreto de Fátima. La tercera parte del secreto de Fátima fue dada a conocer el año 2000. La primera de las partes es la visión del infierno; las otras dos son anuncios de futuro, como la predicción acerca de Rusia y el anuncio de la Segunda Guerra Mundial, así como la advertencia acerca de las futuras persecuciones. Pero es un mensaje de esperanza, por eso la Virgen concluye: “Pero finalmente mi Corazón Inmaculado triunfará, Rusia será consagrada y se convertirá, y un tiempo de paz será dado al mundo”
Pero sobre todo el mensaje de Fátima es de oración. En la segunda aparición, Nuestra Señora le dice a los pastorcillos que Jesús quiere establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Pide también en todas las apariciones que se rece el Rosario.

Pero el propósito de la Virgen no es la satisfacción de nuestra curiosidad, sino la gloria del Señor y la salvación de las almas. Éste es el mensaje perenne de Fátima, la oración y la conversión: las guerras pasan, los gobiernos de las naciones vienen y van, pero la necesidad de la conversión personal es permanente.

La Ascensión del Señor

Jesús Ascendió al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra. 8 de mayo de 2016

¡Es el momento en el que Jesús regresó al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra¡

En el Evangelio de San Lucas 24, 50-53 se narra como, después de dar las últimas instrucciones a los Apóstoles, los llevó cerca de Betania y mientras los bendecía, alzando las manos, subió al Cielo. Los Apóstoles lo vieron alejarse hasta que desapareció en una nube.

Con su Ascensión al Cielo, Jesús nos abre las puertas para que podamos seguirle. La Ascensión es para todos los cristianos un símbolo de esperanza, pues sabemos que Cristo está sentado a la derecha del Padre, intercediendo por nosotros y que un día podremos llegar con Él a gozar de la felicidad eterna. Por esto, celebramos la fiesta con una Misa solemne. Durante la celebración de la Misa, puede haber una procesión solemne, con incienso. El crucifijo se adorna de blanco, se llevan luces y flores.

¿Qué nos enseña la Ascensión? 

Debemos luchar por ser perfectos y buenos para poder ir al Cielo con Jesús. Él vivió como todos nosotros su proyecto y lo fue perfeccionando día a día. Su proyecto no terminó con la Muerte, sino que siguió con su Resurrección y su Ascensión.

Con la Ascensión, Jesús alcanza la meta final y es exaltado; se hace Señor y primogénito de sus hermanos. La plenitud sólo se alcanza al final y es un don de Dios.

Jesús ha ascendido al Cielo y nos espera en la meta. Nosotros debemos trabajar para cumplir con nuestra misión en la tierra. Hay que vivir como Él, amar como Él, buscar el Reino de Dios.

Debemos anunciar el Evangelio con la palabra y con la vida.

Meditación sobre la Ascensión del Señor: El cielo es tuyo ¿Subes o te quedas?

Madres santas

Una pequeña selección de mujeres, que como madres, sembraron semillas de santidad en sus hijos

Sin duda, una de las más grandes vocaciones ("sublime vocación" la llamaría San Juan XXIII), es la de ser madre.

Y es que son muchas cosas las que la hacen ser única y particular: llevar al hijo en el vientre, el parto y sus dolores, la cercanía con los hijos, las continuas manifestaciones de afecto, etcétera.

Y la vocación maternal puede ser todavía más sublime, cuando la madre engendra y educa un hijo que después se convierte en un modelo de vida para la Humanidad.

En esta ocasión presentamos una pequeña lista de grupo de mujeres, que que con su ejemplo y vocación, sembraron la fe en Cristo en el corazón de sus hijos. 

(Con la clara exepción, en este punto, de la Santísima Virgen María).

Santa Ana, madre de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyo nombre se conserva gracias a la tradición de los cristianos.

La Virgen María, los Padres del Concilio de Efeso la aclamaron como Theotokos (Madre de Dios), porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre.
El 13 de mayo de 1917, en Portugal. En la localidad de Aljustrel, la contemplación de la que, en el orden de la gracia, es nuestra Madre clementísima, suscita en muchos fieles, no obstante las adversidades, la oración por los pecadores y la profunda conversión de los corazones.

Santa Nona de Nacianzo, esposa de san Gregorio el Viejo y madre de los santos Gregorio el Teólogo, Cesáreo y Gorgona († 374).

Santa Mónica, muy joven todavía, fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos, entre los cuales se cuenta a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Al tiempo de partir para África, ardiendo en deseos de la vida celestial, murió en la ciudad de Ostia del Tíber († 387).

Santa Matilde, esposa fidelísima del rey Enrique I, la cual, conspicua por la humildad y la paciencia, se dedicó a aliviar a los pobres y a fundar hospitales y monasterios. († 968)

Santa Isabel de Hungría, siendo casi niña se casó con Luis, landgrave de Turingia, a quien dio tres hijos, y al quedar viuda, después de sufrir muchas calamidades y siempre inclinada a la meditación de las cosas celestiales, se retiró a Marburgo, en la actual Alemania, en un hospital que ella misma había fundado, donde, abrazándose a la pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los pobres hasta el último suspiro de su vida, que fue a los veinticinco años de edad († 1231).

Santa Ángela de Foligno, después de la muerte de su esposo y de sus hijos, siguió las huellas de san Francisco, entregándose totalmente a Dios, y escribió un libro, en donde cuenta las experiencias de su vida mística († 1309).

Beata Margarita Pole, madre de familia y mártir, que, siendo condesa de Salisbury y madre del cardenal Reginaldo, fue decapitada en la cárcel de la Torre de Londres en tiempo del rey Enrique VIII por haber desaprobado su divorcio, encontrando así reposo en la paz de Cristo († 1541)

Beata María de la Encarnación Avrillot, ejemplar madre de familia y mujer sumamente devota, que introdujo el Carmelo en Francia, fundó cinco monasterios y, muerto su esposo, abrazó la vida religiosa. († 1618)

Santa Luisa de Marillac, viuda, que con el ejemplo formó el Instituto de Hermanas de la Caridad para ayuda de los necesitados, completando así la obra delineada por san Vicente de Paúl († 1660).

Beata Ana María Taigi, madre de familia, que, víctima de la violencia de su marido, cuidó de él y de sus siete hijos, educándolos convenientemente, y se distinguió, además, por su atención a las necesidades espirituales y materiales de los pobres y de los enfermos († 1837).

Santa Celia Guérin, esposa de Luis Martin y madre de santa Teresa del Niño Jesús, que con su marido son ejemplo de matrimonio cristiano († 1877).

Santa Gianna Beretta Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia. († 1962)

Beata María Corsini (Beltrame Quattrocchi), que, siendo madre de familia, ilustró de modo conspicuo a la familia de Cristo y a la sociedad, viviendo ejemplarmente su vida matrimonial y mostrando su comunión de fe y amor hacia el prójimo († 1965)

Enseñarás a volar...pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar...pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir...pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar...pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar...pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen,vivan, canten y piensen...
¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido!

Madre Teresa de Calcuta

La Ascensión, el triunfo de Jesús, Maestro de vida

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor

El Evangelio de hoy (Marcos 16,15-20) nos habla de la Ascensión de Jesús y del mandato que les hace a sus discípulos de ir por todo el mundo a proclamar el Evangelio, y como ellos salieron en todas direcciones a proclamar este mensaje.

“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace” Jean Paul Sartre:
Mucha felicidad se pierde en este mundo, con ella se podría hacer feliz a mucha gente.
“No hay más que una manera de vivir la felicidad: vivir para los demás” (León Tolstoi).

El relato evangélico de la Ascensión de Jesús, es como la figura plástica de su retorno a la plenitud de Dios, que en realidad ya poseía a partir del momento de su muerte el viernes santo, que en realidad es el momento del paso de esta vida a la plenitud de la vida para siempre, porque la vida empieza pero no termina nunca, tan solo cambia.

Los seres humanos y los demás seres vivos hemos nacido para triunfar, para ser felices, para la plenitud, para la fiesta, para la alegría, para las celebraciones gratificantes, porque lo que deseamos más profundamente es ser felices. Consciente o inconscientemente, siempre estamos buscando la felicidad.

Triunfar a costa de los demás pero no hemos nacido para buscarla a base de triunfar a costa de los demás, o provecharse de los demás, sino que hemos nacido para buscarla triunfando con los demás, nunca contra los demás, ni sin los demás. Querer ser feliz y triunfar a costa de los demás es indigno del ser humano, y mucho más del ser cristiano. Esta forma de hacerlo a costa de los demás nos la ha incrustado el Capitalismo en el ADN, y por triunfar por encima del otro, y tener cada vez más poder que el otro, se declaran guerras, se mata, se asesina, se roba, se corrompe, se hacen trampas, se inventan verdades que son mentiras, se crean necesidades en el pueblo, se engaña con falsas promesas, se promete lo que se sabe que no se va a cumplir.

No obstante, también hay muchas personas que piensan y se preocupan antes de la felicidad de los demás que de la suya. Que consciente o inconscientemente siguen el testimonio y el mensaje de Jesús, porque lo ven como un gran maestro de vida, de amor, de justicia, de fraternidad, de amistad, de esperanza; como gran maestro de fortaleza, de compasión, de fe, de lucha, de humanidad; como gran maestro de humildad, de igualdad, de valor; como gran maestro de la verdad, de la predilección por los pobres, de la dignidad humana; como gran maestro de compromiso hasta ser perseguido y condenado a muerte, una muerte injusta, indigna, y prematura, precisamente por quienes querían mantener el poder absoluto, religioso y político sobre los demás.

Apuntémonos a este gran mensaje de Jesús con los hechos y las palabras de nuestra vida. Así es como seremos felices de verdad con toda la humanidad y la Madre Tierra, en la esperanza firme de llegar como Jesús y con toda ella a la plenitud del triunfo definitivo con El, que tanto nos quiso, porque cuanto más queremos a los demás mejor los tratamos, y cuanto más queremos una cosa mejor la hacemos, y es justamente cando más felices nos sentimos, porque “Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”(Jean Paul Sartre), y Jesús quiso hacerlo todo bien por todos y por todo, junto con todos y con todo, porque la “mejor manera de vivir la felicidad es vivir para los demás” (Tolstoi). Pero, precisamente por no hacerlo así, mucha felicidad se pierde en este mundo, con la que se podría hacer feliz a mucha gente.

Jesús luchó contra los emporios de su tiempo que oprimían a la gente. A nosotros nos toca luchar contra los de hoy, sobre todo los de las multinacionales que quieren imponer su ley a toda la humanidad.

Vivir para producir, tener y consumir: Estos grandes emporios económicos multinacionales han nacido para tener: tener dinero y tener poder. No han nacido para ayudar a la gente a ser feliz. Pero como saben que la gente desea ser feliz, también con sus productos le venden felicidad, pero la felicidad del tener, para incitar al consumidor a que quiera tener y consumir cada vez más, y ellos tener cada vez más dinero y más poder, porque al sistema neoliberal del capitalismo solo le preocupa que la gente viva para producir y consumir, no para vivir dignamente, y así, seducidos por el falso señuelo del tener para ser feliz, los países desarrollados consumimos tanto que ese consumo no es universalizable, y conduce a otra mucha gente a pasar gran necesidad y ellos a explotar al planeta muy por encima de sus posibilidades. Si el resto del mundo consumiera como consumimos los países desarrollados, a la tierra le quedarían muy pocos años de vida. Y no solo eso, sino que el control del 85 % del trigo, el maíz y la soja que se producen en el mundo está ya en manos de 6 grandes transnacionales alimentarias, que junto con otras tres enormes compañías controlan el mercado mundial de semillas y agroquímicos, que en muchos casos son agrotóxicos (pesticidas, herbicidas), estando ya muy cerca de controlar el mercado mundial de la producción y distribución de la alimentación, con el agravante de que la mayoría de variedades de cultivos desarrollados a lo largo del siglo XX se deben a la investigación financiada con fondos públicos, es decir, por todos nosotros.

Por cierto, una gran victoria para las abejas: Los países de la Unión Europea han votado el 27 de abril a favor de prohibir el uso en exteriores de tres insecticidas neonicotidoines por el peligro que representan para los polinizadores silvestres y para las abejas en particular. Ello fue posible gracias a millones de firmas que nos movilizamos para conseguirlo. Las movilizaciones masivas son cada vez más necesarias.

Compromiso: El retorno al gran mensaje de Jesús de Nazaret como maestro de vida, para el ser humano y para la Madre Tierra, para que todos y todo tengamos vida digna y abundante debe ser un compromiso que todos debemos asumir lo antes posible.
Un cordial abrazo a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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