Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti

Simón Stock, Santo
Presbítero, 16 de mayo

Recibió de la Santísima Virgen el Escapulario Carmelita

Martirologio Romano: En Burdeos, en el territorio de Gascuña, Francia, san Simón Stock, presbítero, que, primero ermitaño en Inglaterra, ingresó después en la Orden de los Carmelitas, que guió admirablemente, siendo célebre por su devoción singular a la Virgen María.( 1265)

Breve Biografía

San Simón Stock es uno de los personajes centrales de la historia de la Orden del Carmen, por dos títulos, sobre todo: a él se debe el cambio estructural de la Orden abandonando el eremitismo originario y entrando a formar parte de las ordenes mendicantes o de apostolado.

La tradición nos ha legado que él recibió de manos de María el Santo Escapulario del Carmen, tan difundido desde el siglo XVI entre el pueblo cristiano.

La primera noticia de San Simón Stosck es del dominico Gerardo de Frascheto, contemporáneo del Santo (+1271). No es claro si el "hermano Simón, Prior de la misma Orden (Carmelitana), varón religioso y veraz" sea San Simón Stock.

La segunda referencia en orden cronológico es un antiguo Catálogo de Santos de la Orden, del cual se conservan tres redacciones del siglo XIV. La más breve y, por lo mismo, más antigua, dice de él:

"El noveno fue San Simón de Inglaterra, sexto General de la Orden, el cual suplicaba todos los días a la gloriosísima Madre de Dios que diera alguna muestra de su protección a la Orden de los Carmelitas, que gozaban del singular título de la Virgen, diciendo con todo el fervor de su alma es tas palabras:

Flor del Carmelo
Viña floridal esplendor del cielo;
Virgen fecunda y singular;
oh Madre dulce
de varón no conocida;
a los carmelitas,
proteja tu nombre,
estrella del mar.

Según la tradición, se le apareció la Virgen rodeada de ángeles, el 16 de julio de 1251, y le mostró el santo Escapulario de la Orden diciéndole: "Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará".

Otra redacción más extensa de este Santoral añade nuevos e interesantes datos sobre él; Su apellido STOCK, que parece se deba a que vivía en el tronco de un árbol. Su ingreso entre los carmelitas recién llegados a Inglaterra procedentes del Monte Carmelo. Su elección como Prior General y la aprobación de la Orden por el Papa Inocencio IV. Su don celestial de obrar ruidosos milagros. Fue autor de varias composiciones, entre ellas el Flos Carmelí y el Ave Stella Matutina.

Parece que mientras visitaba la Provincia de Vasconia, murió en Burdeos, el 16 de mayo de 1265, casi centenario de edad.

Se le tributa culto desde 1435.

Nunca ha sido canonizado formalmente, pero el Vaticano aprobó la celebración de la festividad carmelita.

Su fiesta se celebra el 16 de mayo.

5 momentos en los que puedes recurrir a la Virgen María

Hablar de mi Mamá del Cielo es difícil para mí. Tengo que reconocer que soy parcial. ¡Amo a la Virgen María con todo mi corazón! María es la mujer por excelencia, es la mujer más sublime que salió del amor de Dios Padre. Y siendo tan sublime como es, se requieren grandes místicos para describirla, y para cantar sus alabanzas.

Como no soy un gran místico y estamos en el mes de María, al no poder cantarle grandes alabanzas a mi Madre, sí puedo decir, en voz baja, una oración de acción de gracias por ser Ella tan humana como sublime.

Probablemente nuestra Madre haya hecho muchas cosas sublimes en la Tierra. Los Evangelios recogen algunas de ellas para darnos indicios de cómo era: Las bodas de Caná para ver en Ella a la intercesión todopoderosa que hizo adelantar su hora a Nuestro Señor; o junto a la Cruz en el Calvario, para ver en Ella, con su corazón atravesado por una espada, a aquella que primero unió sus dolores a la Pasión de Nuestro Señor para abrirnos las puertas del Cielo.

Curiosamente, algunos de esos episodios tan sublimes son episodios de lo más corrientes: una mujer visita a su prima para asistirla en su parto, un niño se pierde en medio de una fiesta religiosa, una madre va a una boda con su hijo…, no parecen los episodios de una novela épica, sino los menesteres cotidianos de una familia cualquiera en un tiempo cualquiera. Detrás de estos misterios que contemplamos en el rosario, hay una mujer que por haber sido concebida sin mancha de pecado original, hace sublime lo cotidiano. Que todo lo que toca lo convierte en Divino. Ella es tan sublime como el Cielo, y tan cotidiana como el pan.

El Evangelio y el rosario nos proponen la contemplación de los grandes misterios de la vida de María: la anunciación-encarnación, el calvario de su corazón de madre, su asunción. Son todos misterios que uno no termina nunca de meditarlos. ¡Pero también nuestra Madre del Cielo vivió una vida completamente humana, con las mismas dificultades que nosotros pasamos a diario. ¿Cómo no pedirle que nos socorra cuando la vida se pone difícil, o monótona, o triste, cuando ella pasó por esas mismas dificultades, arideces o tristezas? Ella nos comprende totalmente, y, como mediadora de todas las Gracias e intercesora todopoderosa, está dispuesta a pedirle a su hijo por nuestras dificultades, no importa cuán triviales nos parezcan, a ella todas le parecen importantes.

En nuestros momentos de duda

Cuando contemplamos a María en la anunciación, la vemos casi siempre en el «Fiat»: «Hágase en mí según tu palabra». Y nos olvidamos que ella también dudó. La Madre de Dios era una niña de acuerdo a nuestros parámetros modernos. La enormidad de lo que le estaba diciendo el Ángel tiene que haber conmovido su espíritu, tanto que inmediatamente le pregunta: «¿Cómo será eso posible, si no conozco varón?». Cuando dudemos, cuando sintamos que lo que Dios nos pide es demasiado; invoquemos a María y pidámosle que nos inspire ese «Fiat» que ella supo dar.

En los momentos que tememos al dolor

Cuando Simeón le profetiza a María que una espada le atravesaría el corazón, ¿qué habrá sentido la Virgen? Ninguna madre del mundo querría saber que su hijo sería signo de contradicción, y aunque María aceptaba la voluntad del Padre con sumisión perfecta, ¿no se habrá entristecido su alma? Cuando estamos paralizados por el temor, cuando tenemos pánico de que la Cruz que nos espera va a ser demasiado para nuestros hombros; pidámosle a nuestra Madre que nos dé la fortaleza que nos falta.

Cuando creemos que perdemos a nuestros hijos

El Niño Jesús perdido y hallado en el templo. Sus padres terriblemente ansiosos lo buscan entre los parientes y recorren el camino de vuelta a Jerusalén hasta que finalmente lo encuentran entre los doctores. ¿Qué habrá pasado por el alma de la Virgen mientras no lo encontraba? ¿Qué habrá pasado cuando lo encontró en medio de los notables de Israel? ¿Miedo, ansiedad, culpa por no haberlo cuidado? Cualquier madre que pierde a un hijo casi inmediatamente piensa: «qué mala madre soy, no supe cuidarlo». Tal vez esos pensamientos pasaron por la mente de la Virgen. Cuando creemos que nuestros hijos «toman un mal camino», cuando estemos angustiados porque no sabemos hacia dónde se dirigen nuestros hijos; invoquemos a la Madre y pidámosle que nos calme y que guíe a nuestros hijos en sus dificultades.

Cuando estamos a los pies de la cruz por la enfermedad de alguien a quien queremos

La profecía de Simeón finalmente se hizo real. Todo el dolor del mundo se abate sobre el Inmaculado Corazón de María. Su hijo es «varón de dolores», y ella es «mujer de dolores». A la que se le ahorraron los dolores del parto, debe haber sentido ese dolor como un profundo desgarro del alma. ¿Qué padre que ve sufrir a su hijo no le ofrece a Dios cambiar de lugar con él?  Cuando tenemos a un hijo enfermo, sufriendo, subido a la cruz, ¡invoquémosla! ¡Ella sabe que los padres sufrimos como si fueran propios, porque Ella hizo propios los sufrimientos de Nuestro Señor.

En los momentos que salimos al encuentro y no somos comprendidos

En Caná de Galilea la vemos preocupada como auténtica madre, por el éxito de una fiesta de bodas. ¿No es conmovedor su gesto? Ella sola se da cuenta de que no tienen vino y le pide a Jesús que convierta el agua en vino. Jesús parece contestarle destempladamente, incluso la llama «mujer», como poniendo distancia. Sin embargo, ella inmediatamente le dice a los sirvientes que «hagan lo que Él les diga». Muchas veces, cuando salimos al encuentro de los demás, sentimos que rechazan nuestra ayuda, y a veces nos pagan mal con bien. ¡Es el momento de invocar a Nuestra Madre y pedirle que nos dé fuerzas para «hacer lo que Él nos dice».

Invoquemos a María en todas nuestras dificultades, pidiéndole especialmente por nuestras familias, y por todos aquellos que se encomiendan a nuestras oraciones

Novena a María Auxiliadora y Novena de la Confianza

Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a su fiesta (15 al 23 de mayo)

El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".

En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo. Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.

Novena a María Auxiliadora

Recomendada por San Juan Bosco

1.- Rezar, durante nueve días seguidos, tres Padres Nuestro, Avemarías y Glorias con la siguiente jaculatoria: “Sea alabado y reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar” y luego tres Salves con la jaculatoria: “María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros”.

2.- Acercarse los Santos Sacramentos de Confesión y Comunión.

3.- Hacer o prometer una limosna en favor de las obras de apostolado de la Iglesia o de las obras salesianas.

Oh, Dios omnipotente y misericordioso, que has establecido de una manera prodigiosa en la Santísima Virgen María un constante auxilio para la defensa del pueblo cristiano; dígnate concedernos que, combatiendo durante la vida presente revestidos con este escudo, podamos en la hora de la muerte alcanzar la victoria contra el maligno enemigo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén!

San Juan Bosco decía:

“Tengan mucha fe en Jesús Sacramentado y en María Auxiliadora y estén persuadidos de que la Virgen no dejará de cumplir plenamente sus deseos, si han de ser para la gloria de Dios y bien de sus almas. De lo contrario, les concederá otras gracia iguales o mayores”.

Novena de la Confianza

1.- Madre mía de mi vida, auxilio de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus benditas manos. (Ave María).

2.- Tú qué sabes mis secretos, pues todos te los confío, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío. (Ave María).

3.- Y aunque tu amor no merezco, nadie recurre a Ti en vano, pues eres Madre de Dios y Auxilio de los cristianos. (Ave María).

Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tú protección, implorado vuestra asistencia y reclamado tú socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclina a ellas tus oídos y dígnate atenderlas favorablemente.

Imagen: María Auxiliadora de Triana, Sevilla

Evangelio según San Juan 17,20-26. 

Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo: 

"Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. 

Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. 

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno 
-yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste. 

Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. 
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. 

Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos". 

San Pascual Bailón

Religioso. Año 1592. 

Nació en Torre Hermosa, Aragón, España. Es el patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna. Su gran amor fue la Sagrada Eucaristía.  Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar el Santísimo Sacramento.

En esos tiempos se acostumbraba que al elevar la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el pastorcito Pascual oía la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Comunión.    Como religioso franciscanos sus oficios fueron siempre los más humildes: portero, cocinero, mandadero, barrendero.

Durante el día, cualquier rato que tuviera libre lo empleaba para estarse en la capilla, de rodillas con los brazos en cruz adorando a Jesús Sacramentado. Por las noches pasaba horas y horas ante el Santísimo Sacramento.

Pascual compuso varias oraciones muy hermosas al Santísimo Sacramento Sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje. Llegado a Francia, descalzo, con una túnica vieja y remendada, lo rodeó un grupo de protestantes y lo desafiaron a que les probara que Jesús sí está en la Eucaristía.

Pascual, habló de tal manera bien de la presencia de Jesús en la Eucaristía, que los demás no fueron capaces de contestarle. Lo único que hicieron fue apedrearlo.   Había recibido de Dios ese don especial: el de un inmenso amor por Jesús Sacramentado. Siempre estaba alegre, pero nunca se sentía tan contento como cuando ayudaba a Misa o cuando podía estarse un rato orando ante el Sagrario del altar. Pascual nació en la Pascua de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de Pentecostés de 1592, el 17 de mayo (la Iglesia celebra tres pascuas: Pascua de Navidad, Pascua de Resurrección y Pascua de Pentecostés. Pascua significa: (paso de la esclavitud a la libertad)   Los milagros que hizo después de su muerte, fueron tantos, que el Papa lo declaró santo en 1690. El Sumo Pontífice nombró a San Pascual Bailón Patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna.

Oremos

Tú, Señor, que concediste a San Pascual Bailón el don, de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.

San Pedro Damián (1007-1072), benedictino, obispo de Ostia, doctor de la Iglesia 
Opúsculo 11 «Dominus vobiscum», 6

«Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti»

La santa Iglesia, aunque diversa en la multiplicidad de las personas, está unificada por el fuego del Espíritu Santo. Si, materialmente, aparece formada por muchas familias, el misterio de su unidad profunda no puede hacerle perder nada de su integridad: «Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado», dice san Pablo (Rm 5,5). Este Espíritu, sin duda alguna, es uno y múltiple al mismo tiempo, uno en la esencia de su majestad, múltiple en los dones y carismas concedidos a la santa Iglesia que él llena con su presencia. Y este Espíritu es quien da a la Iglesia el poder ser, a la vez, una en su extensión universal y toda entera en cada uno de sus miembros...

Así pues, si los que creen en Cristo son uno, donde sea que uno de ellos se encuentre físicamente, el cuerpo de la Iglesia se encuentra todo entero allí por el misterio sacramental. Y todo lo que se puede decir del cuerpo entero se puede decir de cada uno de los miembros... Por eso, cuando se juntan distintos fieles, pueden decir: «Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida que soy un fiel tuyo» (Sl 85,1). Y cuando estamos solos podemos muy bien cantar:»Aclamad a Dios, nuestra fuerza; dad vítores al Dios de Jacob» (Sl 80,2). Y no está fuera de lugar decir todos juntos: «Bendeciré al Señor en todo momento; su alabanza está siempre en mi boca» (Sl 33,2), ni, cuando me encuentro solo, exclamar: «Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre» (Sl 33,4) y muchas otras expresiones parecidas. La soledad no priva a nadie de hablar en plural, y una multad de fieles puede muy bien expresarse en singular. El poder del Espíritu Santo que habita en cada uno de los fieles y los envuelve agrupándolos, hace que aquí haya una soledad bien poblada, y allá, una multitud que no forma más que una unidad.

Ser UNO con Cristo

Santo Evangelio según San Juan 17,20-26. Jueves VII de Pascua.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, gracias por darme la oportunidad de hablar hoy contigo. Quiero estar atento a lo que me quieres decir. Gracias por amarme. Ayúdame a amarte cada día más.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

"Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean…" ¿Qué significa ser uno con Cristo? Es llegar a tener, como dice san Pablo, "Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo." (Flp. 2,5); es llegar a pensar como Él piensa, ver como Él ve, escuchar como Él escucha… pero, sobre todo, amar como Él ama. Si amamos en todo momento como Cristo ama, todo lo demás se hará sin dificultad alguna, será natural en nosotros.

Dice san Juan de la Cruz: "Es propiedad del amor perfecto no querer admitir ni tomar nada para sí, ni atribuirse a sí nada, sino todo al amado; que esto aún en los amores bajos hay, cuánto más en el de Dios, donde tanto obliga la razón. Grande es el poder y la porfía del amor, pues el mismo Dios prenda y liga. Dichosa el alma que ama, pues tiene a Dios por prisionero, rendido a todo lo que ella quisiere."

Seamos uno con Cristo, amándolo en cada momento de nuestra vida, que todo lo que hagamos sea con amor y por amor a Dios. El amor en nuestras vidas es lo que nos irá haciendo uno con Cristo. Lo que Cristo quiere es amarnos, entregarse todo a nosotros, pero también quiere que nosotros lo amemos y nos entreguemos completamente a Él. Nunca nos cansemos de amar, pues el deseo de Cristo es éste: "que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo."

En el Evangelio que hemos escuchado, Jesús ruega al Padre para que "todos sean uno". En una hora crucial de su vida se detiene a pedir por la unidad. Su corazón sabe que una de las peores amenazas que golpea y golpeará a los suyos y a la humanidad toda será la división y el enfrentamiento, el avasallamiento de unos sobre otros. ¡Cuántas lágrimas derramadas! Hoy nos queremos agarrar a esta oración de Jesús, queremos entrar con Él en este huerto de dolor, también con nuestros dolores, para pedirle al Padre con Jesús: que también nosotros seamos uno; no permitas que nos gane el enfrentamiento ni la división.

(Homilía de S.S. Francisco, 17 de enero de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré un tiempo para estar con Jesús Eucaristía para recordar todo su amor por mí y haré un propósito para amarlo en todo lo que haga.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El Don del Entendimiento

Los dones del Espíritu Santo y la oración. Permite admirar la íntima armonía entre diversas verdades reveladas.

Frutos del don de entendimiento

"No quiero, hermanos, que Uds. ignoren lo que se refiere a los dones espirituales... Por eso les hago saber que nadie puede decir «Jesús es el Señor», sino por el Espíritu Santo" (1Co 12, 1.3). Mediante el don del entendimiento, el Espíritu Santo, que "escruta las profundidades de Dios" (1 Co 2, 10), comunica al creyente una chispa de esa capacidad penetrante que le permite casi ver los misterios de Dios.

Por la fe creemos las verdades reveladas, sin entenderlas, pues son misterio. Reflexionando y orando, nuestro entendimiento se adentra a las profundidades del misterio. Cuanto más descubre el intelecto, más misteriosa se hace la verdad divina. Cuánto más luz recibe, más se vislumbra la inmensidad del misterio. El Espíritu de Amor responde a esta búsqueda amorosa del creyente. Aporta una penetración diversa, un ver, una intuición, un saber, que da a la mente un conocimiento inmediato, sereno, de la verdad sobrenatural sin que deje de ser misterio.

En la oración, este don ayuda y perfecciona al intelecto. Mientras no actúa el Señor, sería una temeridad querer orar sin la labor de nuestras mentes. Cuando el Espíritu Santo viene en nuestra ayuda, captamos de un modo nuevo, claro y, por lo general, gozoso las verdades. El alma puede prorrumpir en la respuesta de alabanza y amor. Ya no hace falta investigar, ya se goza del conocimiento.

El don del entendimiento en las Escrituras

Así Isabel reconoció la maternidad divina de María: "Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»". Es así nuestra experiencia cuando se nos revela el sentido de una palabra de la Escritura. En ese momento se renueva en nosotros la experiencia de los discípulos de Emaús tras haber reconocido al Resucitado en la fracción del pan: "¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba con nosotros en el camino, explicándonos las Escrituras?" (Lc 24, 32).

Otras veces el don del entendimiento permite al orante admirar la íntima armonía entre diversas verdades reveladas. Puede ser que captemos en alguna de ellas un resumen de todas. Así, por ejemplo, meditando el prólogo de San Juan, quizás alguno descubra en la frase "El verbo se hizo carne", todo el misterio del amor de Dios Creador y Redentor, y sólo le queda inclinar la cabeza, como hace la Iglesia al llegar a estas palabras en el Credo.

Cómo pedir el don del entendimiento

¿Cómo propiciamos este don en la oración? El evangelio nos ha dado el presupuesto: sencillez de corazón. Jesús lleno de gozo en el Espíritu Santo dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito... Nadie conoce quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». El orgullo del espíritu, con todas sus manifestaciones, es contrario a la presencia de este don. Dice Santa Catalina de Siena que la soberbia cubre el ojo de la inteligencia como una nube y le impide ver. La humildad del corazón abre la puerta para el Espíritu.

Luego, detenernos en la luz, según el sabio consejo de San Ignacio: "No el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar internamente de las cosas de Dios" (Ejercicios, nn. 2 y 76). María aquí es el gran ejemplo: escrutaba sin cansarse el sentido profundo de los misterios realizados en Ella por el Todopoderoso, dándoles vueltos en su corazón, es decir, con el amor más que con el raciocinio (cf. Lc 2, 19 y 51)

Y como siempre, pedir, pedir mucho: "Ven Espíritu Santo".

Caminemos siempre como hijos de la luz

La vestidura blanca y la vela encendida, simbolizan la dignidad del bautizado y su vocación cristiana.

“La vestidura blanca y la vela encendida, simbolizan la dignidad del bautizado y su vocación cristiana”, tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles 16 de mayo de 2018. 

“La última catequesis sobre el Bautismo está dedicada a la vestidura blanca y a la vela encendida, que simbolizan la dignidad del bautizado y su vocación cristiana”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de mayo de 2018, concluyendo con su ciclo de catequesis dedicadas al sacramento del Bautismo.

La vestidura blanca, expresa que somos transfigurados en Cristo

Los efectos espirituales de este sacramento, señaló el Papa Francisco, invisible a los ojos pero operativos en el corazón de quien se ha convertido en nueva creatura, son explicados en la entrega de la vestidura blanca y de la vela encendida. “Después del lavado de regeneración – precisó el Pontífice – capaz de recrear al hombre según Dios en la verdadera santidad, se ha hecho natural, desde los primeros siglos, revestir a los neo-bautizados de una vestidura nueva, cándida, semejante al esplendor de la vida conseguida en Cristo y en el Espíritu Santo”.

 Desde los primeros siglos, los recién bautizados se revisten de una nueva vestidura blanca, señaló el Santo Padre, para expresar su condición, recibida en el sacramento, de criaturas transfiguradas en la gloria divina. Estamos llamados a preservar esta vestidura «sin mancha hasta la vida eterna», recorriendo el camino de la vida cristiana, cultivando las virtudes y, sobre todo, viviendo la caridad.

La vela encendida, indica nuestra vocación cristiana 

El otro símbolo es la vela encendida en el cirio pascual, dijo el Papa Francisco, que indica que la luz procede de Cristo resucitado, de quien recibimos su esplendor y su calor. La vocación cristiana nos impulsa a caminar en la luz de Cristo y a perseverar en la fe. Los padres, como también los padrinos y las madrinas, tienen la responsabilidad de alimentar esta llama bautismal para que los más pequeños vayan creciendo en la fe.

Es en la entrega ritual de esta llama que surge del cirio pascual, subrayó el Papa, que refuerza el efecto del Bautismo: “Recibe la luz de Cristo, dice el sacerdote. Esta palabras nos recuerdan que no somos la luz, sino la luz es Jesucristo, quien resucitando de los muertos, venció las tinieblas del mal”. Por ello, estamos llamados a recibir su esplendor para que su luz inflame el corazón de los bautizados, colmándolos de luz y calor.

La educación cristiana, un derecho de los niños

Efectivamente, el Papa Francisco precisó que la vocación cristiana es caminar siempre como hijos de la luz, perseverando en la fe. “La educación cristiana – recordó el Pontífice – es un derecho de los niños; la educación cristiana es un derecho de los niños.

Esta tiende a guiarlos gradualmente a conocer el diseño de Dios en Cristo, así podrán ratificar personalmente la fe en la cual han sido bautizados”.

La presencia viva de Cristo, de cuidar, defender y hacer crecer en nosotros esa lámpara que ilumina nuestros pasos, luz que orienta nuestras opciones, llama que abriga los corazones en el caminar al encuentro del Señor, haciéndonos capaces de ayudar a quien hace el camino con nosotros, hasta la comunión inseparable con Él.

El Padre Nuestro, la oración de los hijos de Dios

La celebración del bautismo se concluye con el Padre Nuestro, señaló el Papa Francisco, que es la oración de los hijos de Dios. Los niños recién bautizados aprenderán esta oración y lo que significa llamar a Dios Padre dentro de la Iglesia. Antes de terminar su catequesis, el Santo Padre saludó a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica, a quienes invitó a poner los medios necesarios para que la gracia del bautismo crezca y fructifique en sus vidas. “No se desalienten ante las dificultades – les dijo el Papa – y busquen a Dios una y otra vez, porque el Espíritu Santo da la fuerza necesaria para alcanzar la santidad en medio de las circunstancias que les toca vivir cada día”.

 La Sucesión Apostólica en la Biblia

¿Te han dicho que la Sucesión Apostólica no es bíblica? Este articulo te demostrará lo contrario. 

Introducción

Hace poco escuché decir en un foro evangélico que la sucesión apostólica no tenía base bíblica, que era un intento de la Iglesia Católica para adjudicarse una autoridad que no le corresponde. He querido con el presente estudio de carecer apologético, estudiar que es la sucesión apostólica, su fundamento bíblico e histórico.

¿Qué es la sucesión apostólica?

Cuando Cristo vino a la tierra y edificó su Iglesia, de entre sus discípulos eligió 12 de ellos, y les dio autoridad, poder, y un ministerio que cumplir: pastorear la Iglesia. Con la expresión sucesión apostólica se indica en teología que los Apóstoles, conscientes de que no vivirían para siempre, y por voluntad de Cristo, estaban destinados a tener sucesores que continuaran su ministerio, con la misma autoridad que ellos recibieron de Cristo.

La autoridad

En la Iglesia solamente puede ostentar autoridad aquel que la tiene por derecho propio (Dios) o aquel al cual le ha sido conferida (delegada).

Cuando Cristo nombró a sus apóstoles les confirió autoridad:

“Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor” Lucas 6,13-16

“Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades” Lucas 9,1

Los apóstoles siempre tuvieron claro que su autoridad provenía del mismo Cristo quien les había nombrado apóstoles.

“Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos.” 1 Tesalonicenses 2,7

Ellos habían sido enviados como el Padre había enviado a Cristo (con su misma autoridad):

“Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» “ Juan 20,21-23

Eran los apóstoles quienes fundaban Iglesias y quienes establecían las ordenanzas a ser obedecidas, ordenando con toda autoridad

“Conforme iban pasando por las ciudades, les iban entregando, para que las observasen, las decisiones tomadas por los apóstoles y presbíteros en Jerusalén.” Hechos 16,4

En las cartas paulinas, se ve como algo común a San Pablo ordenando en todas las Iglesias

“Por lo demás, que cada cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias” 1 Corintios 7,17

Solamente puede tener real autoridad, cuando le ha sido conferida por alguien que a su vez tiene legítima autoridad. Si bien en la Iglesia primitiva se ven casos en donde algunas personas tratan de apropiarse de una autoridad que no les corresponde, sus actitudes son severamente condenadas por la Biblia. Ejemplos clásicos los vemos en las personas de Alejandro, Himeneo y Fileto, quienes por su propia cuenta comenzaron a predicar doctrinas diferentes a las de la Iglesia, desconocieron la autoridad del colegio apostólico y fueron excomulgados.

“Esta es la recomendación, hijo mío Timoteo, que yo te hago, de acuerdo con las profecías pronunciadas sobre ti anteriormente. Combate, penetrado de ellas, el buen combate, conservando la fe y la conciencia recta; algunos, por haberla rechazado, naufragaron en la fe; entre éstos están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendiesen a no blasfemar.” 1 Timoteo 1,18-20

“Evita las palabrerías profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad, y su palabra irá cundiendo como gangrena. Himeneo y Fileto son de éstos: se han desviado de la verdad al afirmar que la resurrección ya ha sucedido; y pervierten la fe de algunos.” 2 Timoteo 2,16-18

La primera sucesión apostólica

La primera sucesión apostólica que vemos en el Nuevo Testamento la tenemos en el capítulo 1 de los Hechos de los apóstoles. San Pedro declara que ha quedado vacante el puesto (MINISTERIO) de Judas Iscariote, y plantea la necesidad de que alguien le reemplace:

Uno de aquellos días Pedro se puso en pie en medio de los hermanos - el número de los reunidos era de unos ciento veinte - y les dijo:

«Hermanos, era preciso que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, había hablado ya acerca de Judas, el que fue guía de los que prendieron a Jesús. Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio. «Conviene, pues, que de entre los hombres que anduvieron con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, uno de ellos sea constituido testigo con nosotros de su resurrección.» Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. Entonces oraron así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía.» Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles. Hechos 1,16-17.21-26

Evidencia bíblica de la institución de los presbíteros con autoridad por medio de los apóstoles u otros presbíteros previamente ordenados

Como hemos visto, está clarísima la conciencia que tenían los apóstoles de que el ministerio del apostolado no quede vacante (posteriormente este ministerio será desempeñado por los obispos). Los apóstoles también estaban conscientes de la obligación que tenían de que sus sucesores pudieran ejercer su ministerio de forma cabal, de organizar Iglesias y poner al frente hombres capaces. Así vemos como en el libro de los hechos de los apóstoles se nos narra como una de las principales actividades de los apóstoles era fundar Iglesias y designar en ellas presbíteros:

Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.” Hechos 14,23

Los presbíteros eran en un comienzo nombrados exclusivamente por los apóstoles, posteriormente también por otros presbíteros ya ordenados, y no cabía aquí lo que suele verse las Iglesias protestantes donde alguien con carisma simplemente funda una Iglesia y toma el puesto de pastor.

Ejemplos claros los vemos en las cartas paulinas, donde Pablo hace mención de la ordenación de Timoteo como presbítero por medio de la imposición de manos, y le exhorta a no instituir presbítero a cualquiera (queda claro que alguien no podía auto-proclamarse presbítero):

“Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza. No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús,” 2 Timoteo 1,7-9

“No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.” 1 Timoteo 4,14

“No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro.” 1 Timoteo 5,22

Vuelvo a hacer hincapié en notar la mención que Pablo ya hace de que la ordenación de Timoteo la recibió por medio de la imposición de manos del colegio de presbíteros (otras Biblias traducen consejo de ancianos, el cual es un sinónimo). Así vemos que los primeros presbíteros fueron ordenados por los mismos apóstoles, y los siguientes presbíteros podían ser ordenados por los apóstoles, o por presbíteros previamente ordenados. Lo cierto es que para que una ordenación fuera válidaSIEMPRE tenía el aspirante que ser ordenado por presbíteros que a su vez fueron ordenados por otros presbíteros hasta por llegar a los apóstoles. A esta legitima línea de sucesión donde los obipos suceden a los apóstoles en su ministerio llamamos sucesión apostólica.

Lo mismo ocurre con Tito, quien siendo también un presbítero, Pablo le ordena organizar las Iglesias, e instituir presbíteros para su gobierno.

“El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.” Tito 1,5

La finalidad era siempre clara:

“Tú, pues, hijo mío, manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros.” 2 Timoteo 2,1-2

Pablo dejó en sus cartas gran cantidad de recomendaciones referentes a los asuntos del gobierno de la Iglesia. El tenía que asegurarse de que los candidatos a estos ministerios fueran irreprochables porque sabía que en el rebaño se infiltrarían lobos rapaces. Con estas directrices iba a poder la Iglesia identificarlos fácilmente.

“Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de espíscopo, desea una noble función. Es, pues, necesario que el epíscopo sea irreprensible, casado una sola vez, sobrio, sensato, educado, hospitalario, apto para enseñar, ni bebedor ni violento, sino moderado, enemigo de pendencias, desprendido del dinero, gobierne bien su propia casa y mantenga sumisos a sus hijos con toda dignidad; pues si alguno no es capaz de gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios? Que no sea neófito, no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación del Diablo. Es necesario también que tenga buena fama entre los de fuera, para que no caiga en descrédito y en las redes del Diablo. También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios; que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se les someterá a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos.” 1 Timoteo 3,1-10

“Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que se afanan en la predicación y en la enseñanza.

“La Escritura, en efecto, dice: = No pondrás bozal al buey que trilla, = y también: = El obrero tiene derecho a su salario. = No admitas ninguna acusación contra un presbítero si no viene con = el testimonio de dos o tres. = A los culpables, repréndeles delante de todos, para que los demás cobren temor.” 1 Timoteo 5,17-20

“Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele; ya sabes que ése está pervertido y peca, condenado por su propia sentencia.” Tito 3,10-11

Puede consultar también Tito 1,5-11.

La Iglesia es Visible

Mucha de las Iglesias protestantes que niegan la sucesión apostólica, suelen ver también a la Iglesia, no como un organismo visible (compuesto por todos los bautizados, y con las jerarquías que instituyeron los apóstoles: Obispos, presbíteros, diáconos) sino como un organismo invisible donde cada se agrupa en la agrupación cristiana de su preferencia y con tener una relación personal con Dios tiene suficiente. Para ellos no importa mucho a que Iglesia asistas, mientras tu relación con Dios sea verdadera.

Porque aunque justificados por su ignorancia invencible muchos miembros de estas comunidades eclesiales con pureza de intención pueden alcanzar la salvación eterna (CIC 818 , 819, 847), los peligros de permanecer en separados de la plena unidad del cuerpo de Cristo y la ortodoxia siempre tiene sus consecuencias (Las herejías hacen al creyente vulnerable al pecado).

Esto sin contar que la idea de una Iglesia invisible choca de plano con lo que la Biblia enseña. ¿Cómo hubiera podido Pablo imponer disciplina excomulgando a Himeneo, Alejando y Fileto en una Iglesia invisible? (Hubieran simplemente optado por fundar una Iglesia en la calle siguiente).

En la Biblia la Iglesia siempre es descrita, no como un ente invisible, sino como el cuerpo de Cristo, donde cada miembro ocupa una función,

“Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte. Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder de milagros? ¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?” 1 Corintios 12,27-30

Una forma de visualizar la Iglesia que utiliza la Escritura a menudo, es como un edificio espiritual, donde algunos son representados como cimientos o columnas (apóstoles), siendo la Piedra angular Cristo.

“Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu.” Efesios 2,19-22

Me resulta claro que la visión de una Iglesia como un ente invisible, donde el conjunto de creyentes está dispersos, no es lo que tenía en mente Cristo, cuando decía que habría un solo rebaño y un solo pastor.

La idea de una Iglesia invisible ha sido adoptada por el protestantismo para justificar su división exponencial, ya que en esta visión de la Iglesia no importa mucho que esté dividida en distintos grupos inclusive con serias diferencias doctrinales, mientras se sea un creyente “verdadero”. En la Escritura no solo no se encuentra nada que justifique esta idea, sino que condena severamente las divisiones, al punto de llamar anticristos a los cismáticos y mandarnos a apartarnos de quienes crean divisiones.

“Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos” Romanos 16,17

“Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien,muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros” 1 Juan 2,18-19

“En cambio vosotros, queridos, acordaos de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.» Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu”. Judas 1,18-19

“Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio” 1 Corintios 1,10

¿Qué Iglesias reconocen la doctrina de la sucesión apostólica?

Actualmente reconocen la doctrina de la sucesión apostólica la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa, orientales, la Iglesia Nestoriana y la anglicana.

Algunas Iglesias Luteranas también pero en la práctica para la mayoría de Iglesias protestantes, esta doctrina no es importante, o incluso la niegan. Saben que en caso de reconocerla, y sin tener una legítima sucesión, la fundación de su Iglesia quedaría sin justificación y tendrían que reconocer como inválida la autoridad de su pastor.

¿Creían en esta doctrina en la Iglesia Primitiva?

10 cosas que tus hijos no aprenderán en la universidad

Hay valores que se deben llevar aprendidos desde el colegio

La universidad es uno de los grandes periodos de cambio. La persona se abre al mundo para más tarde lanzarse a por él. Sin embargo, a veces, esta preparación para la vida se puede torcer entre alcohol, drogas y fiestas desenfrenadas. Pasarlo bien no es nada malo, pero sí lo es excederse y pasar de estudiar.

La universidad enseña muchas cosas, pero hay otras que hay que llevar aprendidas de casa. El portal de consejos para padres (en inglés) AllProDad enseña las 10 cosas más importantes que tu hijo no aprenderá en la universidad.

1. Moral y sentido común
Es imperativo para el futuro que los hijos comprendan, por lo menos de forma básica, lo que está bien y lo que está mal. Lo mejor es enseñar esto con el ejemplo. Los hijos necesitan saber que sin honestidad e integridad no tienen nada.

2. Perseverancia y aguante
Una de las cosas más difíciles de enseñar a una persona joven es que el fracaso no es malo. Su limitada experiencia les impide comprender que el éxito puede estar a la vuelta de la esquina, en el siguiente intento. Siempre habrá problemas, y la perseverancia consiste en no arrugarse ante ellos. Hay que enseñar que siempre habrá una luz al final del túnel.

3. La confianza en uno mismo
Todo el mundo tiene inseguridades. Si permitimos que los complejos dominen nuestra vida, perderemos grandes oportunidades. La confianza crece cuando entendemos nuestras limitaciones, y también sabiendo cuales son nuestras capacidades. Incluso las debilidades se pueden convertir en un punto fuerte cuando se las conoce bien. Hay que asegurase de que el hijo desarrolle su autoestima.

4. Gestionar el dinero
La forma más sencilla de enseñar esto es obligarle a entender el valor del dinero. Es bueno que tengan un presupuesto determinado, y obligarles a vivir conforme a él. Si no aprecian el dinero y lo que cuesta ganarlo, acabarán endeudándose rápidamente. Ayuda que hagan tareas de la casa por dinero, por ejemplo.

5. Hacer amistades y mantenerlas
Lo más importante en este sentido es que sean ellos mismos, y que esperen lo mismo de sus amigos. Si uno de los amigos no es aceptado por como es, entonces la amistad no es verdadera. Los amigos son muy diversos, hay que tener una mente abierta para recibirlos y un corazón amable para mantenerlos.

6. Autodisciplina
¿Podrá tu hijo decir no, aunque esté bajo presión? Con el tiempo, cada persona se responsabiliza de sus propios actos, éxitos y fracasos. La autodisciplina determina también el futuro de los hijos. Aunque depende mucho del ejemplo que den los padres.

7. Fe y valentía
La mayoría de las veces, la salida más fácil es la incorrecta. El buen camino suele ser largo, solitario y oscuro. La valentía y la fe ayudan a seguir por ese camino pese al miedo o las dificultades. Enseñarle a un joven el valor de la fe es cada vez más complicado, pero si se consigue, la huella queda para siempre.

8. Generosidad y lealtad
Si quieres que tu hijo se preocupe solo por sí mismo, no hay más que dejarle solo y ver como la cultura moderna le influye. Sin embargo, si se quiere subir el listón, se le debe enseñar lo contrario siempre que se presente la oportunidad. La generosidad es la habilidad para sacrificarse en favor de la felicidad o el beneficio de otro, y la lealtad es la piedra angular de toda relación.

9. Personalidad propia
Si en la historia no hubiera habido personas únicas, con personalidad propia, la humanidad no hubiera salido de las cavernas. Todo el mundo tiene dones especiales que el resto de personas necesitan. Descubrir esos talentos y desarrollarlos es esencial, no solo en lo personal, sino también en lo social.

10. Encontrar y mantener a un esposo o esposa
El respeto es fundamental en esto. Si no hay un respeto mutuo entre marido y mujer, el matrimonio fracasará. Hay que enseñar a los hijo a escoger un compañero de vida adecuado, al que no solo amen, sino respeten. Alguien con el que compartan valores y tiempo. Con unos cimientos sólidos basados en el respeto, serán capaces de capear cualquier tormenta que ocurra durante sus vidas.

TERCERA CONVERSACIÓN TELEFÓNICA EN CINCO MESES ENTRE AMBOS MANDATARIOS
Erdogan, al Papa: "La ruptura del statu quo de Jerusalén es inadmisible"

Francisco se declaró consternado por los incidentes, y abogó por la solución de los dos estados

Francesco Gagliano, 17 de mayo de 2018 a las 12:35

Taiyip Erdogan, con el Papa FranciscoAgencias

Gaza será el tema central de la reunión extraordinaria de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) que se celebrará en Estambul este viernes

(Francesco Gagliano/Jesús Bastante).-El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, telefoneó ayer a Francisco para expresarlo su preocupación por la situación en Palestina. Según distintas informaciones, Erdogan explicó al Papa que "la ruptura del statu quo de Jerusalén, importante para tres religiones divinas, es inadmisible" y que supone "una vergüenza" la muerte de los civiles, como resultado de "ataques inhumanos" contra palestinos indefensos.

La de ayer es la tercera conversación telefónica entre ambos líderes en los últimos cinco meses. Todas ellas han tenido a Jerusalén como eje. La llamada se produjo después de que el Papa expresara, durante la Audiencia General, sus condolencias por la masacre en la Franja de Gaza, y pidiera la intervención de la comunidad internacional.Erdogan también comunicó a Bergoglio que lo ocurrido en Gaza será el tema central de la reunión extraordinaria de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) que se celebrará en Estambul este viernes. Erdogan quien ha retirado al embajador turco en Israel en protesta por la violenta represión por parte del ejército israelí contra manifestantes palestinos en la Franja de Gaza, también habría hecho contactos con otras personalidades como el presidente ruso Vladimir Putin y la canciller alemana Angela Merkel.

A su vez, Francisco se declaró profundamente consternado por los incidentes y subrayó que la solución con dos estados en la que Jerusalén posea un estatuto especial es requisito para la paz. Según distintas agencias, el Papa señaló que es inaceptable que se ataque a inocentes y que la comunidad internacional debe hacer lo necesario en el seno de la ONU. Finalmente, el pontífice transmitió a Erdogan sus mejores deseos por el inicio del sagrado mes del Ramadán.

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