Pedro, ¿me amas?

Evangelio según San Juan 21,15-19.

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". 

Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". 

Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. 

Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". 
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme". 

San Juan Pablo II (1920-2005), papa Homilía en París el 30/05/1980, (© Copyright 1980 - Libreria Editrice Vaticana)

"Pedro, ¿me amas?"

A la hora de la prueba, Pedro negó tres veces a su Maestro.. Y su voz temblaba cuando respondió: "Señor, tú sabes que te amo" (Jn 21, 15). Sin embargo, no respondió: "Y no obstante, Señor, te he decepcionado", sino: "Señor, tú sabes que te amo". Al decir esto, sabía ya que Cristo es la piedra angular sobre la cual, por encima de toda debilidad humana, puede crecer en él, en Pedro, esta construcción que tendrá la forma del amor. A través de todas las situaciones y de todas las pruebas. Hasta el fin. Por eso, escribirá un día, en su Carta que acabamos de leer, el texto sobre Jesucristo, la piedra angular sobre la cual "vosotros, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por Jesucristo" (1 Pe 2, 5).

Todo esto no significa otra cosa que responder siempre y constantemente, con tenacidad y de manera consecuente, a esa única pregunta: ¿Tú amas? ¿Tú me amas? ¿Me amas cada vez más?

Es, en efecto, esta respuesta, es decir, este amor lo que hace que seamos "linaje escogido, sacerdocio regio, gente santa, pueblo adquirido..." (2 Pe 2, 9).
Es la que hace que proclamemos las obras maravillosas de Aquel que nos "ha llamado de las tinieblas a su luz admirable" (ib.).
Todo esto Pedro lo supo con la absoluta certidumbre de su fe. Y todo esto lo sabe, y lo continúa confesando, en sus sucesores.

Juan I, Santo

Memoria Litúrgica, 18 de mayo

LIII Papa y Mártir

Martirologio Romano: San Juan I, papa y mártir, que, habiendo sido enviado por el rey arriano Teodorico en embajada al emperador Justino de Constantinopla, fue el primer pontífice romano que ofreció la Víctima Pascual en aquella Iglesia, pero a su regreso, detenido de manera indigna y aherrojado en la cárcel por el mismo Teodorico, pereció como víctima por Cristo Señor, en Ravena, en la Flaminia († 526).

Breve Biografía

Era italiano, de Toscana. En 523 fue elegido Sumo Pontífice. En Italia gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de los arrianos. Y sucedió que el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos (los arrianos niegan que Jesucristo es Dios y esto es algo muy grave y contrario a la religión Católica). El rey Teodorico obligó entonces al Papa a que fuera a Constantinopla y tratar de obtener que el emperador Justino quitara las leyes que habían dado contra los arrianos. Pero Juan no tenía ningún interés en que apoyaran a los herejes. Y así lo comprendió la gente de esa gran ciudad.

Más de 15,000 fieles salieron en Constantinopla a recibir al Papa Juan, con velas encendidas en las manos, y estandartes. Y lo hicieron presidir muy solemnemente las fiestas de Navidad. Y claro está que el emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos.

Y Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena (la ciudad donde el rey vivía) lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Junto con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.

Y dicen los historiadores que el rey Teodorico sintió tan grande remordimiento por haber hecho morir a San Juan Primero, que en adelante lo veía hasta en los pescados que le servían en el almuerzo.

Donde este tu tesoro, allí estará tu corazón

Santo Evangelio según San Juan 21, 15-19. Viernes VII de Pascua.

Por: H. Michael Vargas, L.C. | Fuente: missionkits.org 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, enséñame a conocerte para poder amarte con pasión.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Hoy, es el momento para hacer una pausa y preguntarnos, ¿dónde está mi corazón? ¿Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta? Ninguna, muchas, o quizás no las suficientes. Lo curioso es que, en las respuestas que demos, conoceremos muchas cosas sobre nuestra vida, pues realmente donde esté eso que consideramos como un tesoro, allí también estará nuestro corazón y, con ello, nuestra vida, nuestra alegría, nuestras motivaciones, nuestra realización personal, en fin nuestra felicidad.

Lo sorprendente del Evangelio, en primer lugar, es comprender donde está fijado nuestro corazón y para ello debemos de prestar mucha atención, pues en la vida nadie ama verdaderamente aquello que no conoce; sí, es un hecho, nos puede resultar atractivo, podemos sentir alguna inclinación, pero realmente sentir amor hacia ello implica un paso más, por lo cual debemos entrar en oración y preguntarnos a nosotros mismos o mejor preguntarle a Jesucristo, Señor, ¿dónde está mi corazón? ¿Está en el lugar correcto? ¿O me estoy equivocando?

Es claro que ante este encuentro personal, no debemos de temer a las respuestas que puedan surgir, pues a pesar de que creamos que no amamos correctamente, a pesar de que cometamos errores, a pesar de nuestros pecados, Jesucristo siempre estará ahí para preguntarnos, realmente, ¿me amas? ¿Realmente me amas más que éstos?

"La medida del amor es amar sin medida…" (San Agustín).

¿Cuál es hoy la mirada de Jesús sobre mí? ¿Cómo me mira Jesús? ¿Con una llamada? ¿Con un perdón? ¿Con una misión? Sobre el camino que Él ha hecho estamos todos bajo la mirada de Jesús. Él mira siempre con amor. Nos pide algo y nos da una misión. Jesús viene al altar en la eucaristía: "Señor, Tú estás aquí, entre nosotros. Fija tu mirada sobre mí y dime qué debo hacer, cómo debo llorar mis errores, mis pecados; con qué valentía debo ir adelante en el camino que Tú has hecho primero". En este día nos hará bien releer este diálogo con el Señor y pensar "en la mirada de Jesús sobre mí".

(Homilía de S.S. Francisco, 22 de mayo de 2015, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré un momento durante el día para preguntarme, ¿dónde está mi corazón?

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

La cháchara es una actitud asesina

Hay dos caminos: el de la verdad y el de la falsedad. 

Hay dos caminos: el de la verdadera unidad al que quiere conducirnos Jesús, y el de la falsa unidad, en el que se habla mal del prójimo, se condena y se divide. De este tema habló el Papa en su homilía de esta mañana.

En la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta el Papa Francisco invitó a trabajar por la unidad verdadera y advirtió que en la falsa unidad se critica, se condena y, al final, se divide. La reflexión del Pontífice giró en torno a estos dos tipos de unidad, a estos dos caminos, inspirándose en la Palabra propuesta por la Liturgia del día que se refiere, precisamente, a la unidad verdadera de la que habla Jesús en el Evangelio (Jn 17, 20-26), esa que Él tiene con el Padre y a la que quiere llevarnos también a nosotros. Se trata de “una unidad de salvación”, “que hace a la Iglesia”, una unidad que va hacia la eternidad. Y subrayó que “cuando nosotros, en la vida, en la Iglesia o en la sociedad civil, trabajamos por la unidad” estamos en el  camino que Jesús ha trazado.

La falsa unidad termina por dividirnos

Pero también existe, precisamente, la “unidad falsa”, como esa de los acusadores de San Pablo en la Primera Lectura del día (Hch 22, 30; 23, 6-11). Inicialmente se presentan como un bloque único para acusarlo. Pero Pablo que era “despabilado”, es decir, que tenía una sabiduría humana y también la sabiduría del Espíritu Santo, echa “la piedra de la división” diciendo que ha sido “llamado a juicio a causa de la esperanza en la resurrección de los muertos”.

En efecto, una parte de esta falsa unidad estaba compuesta por los saduceos que afirmaban que no “hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus”, mientras los fariseos profesaban estas cosas. Por lo tanto, Pablo logra destruir esta unidad falsa, que “no tenía consistencia”, porque estalla una disputa y la asamblea que lo acusaba se divide.

De pueblo a masa anónima

En otras persecuciones padecidas por San Pablo, se ve después que el pueblo grita sin saber ni siquiera qué es lo que está diciendo, y son “los dirigentes” los que sugieren qué cosa gritar:

“Esta instrumentalización del pueblo es también un desprecio del pueblo, porque lo convierte de pueblo en masa. Es un elemento que se repite tanto, desde los primeros tiempos hasta ahora. Pensemos en esto. El Domingo de Ramos es: Todos los aclaman, ‘Bendito eres tú, que vienes en nombre del Señor’. Al viernes siguiente, la misma gente grita: ‘Crucifícalo’. ¿Qué cosa ha sucedido? Le han lavado el cerebro y le han cambiado las cosas. Y han convertido al pueblo en masa, que destruye”.

También hoy se habla mal del prójimo para condenar

El Papa explicó asimismo que “se crean condiciones oscuras” para condenar a la persona y después la unidad se deshace. Un método con el que ha sido perseguido Jesús, Pablo, Esteban y todos los mártires; y es muy usado también hoy, recordó Francisco.

Por ejemplo, “en la vida civil, en la vida política, cuando se quiere hacer un golpe de Estado”: “Los medios de comunicación comienzan a hablar mal de la gente, de los dirigentes, y, con la calumnia, la difamación, los ensucian”. Después llega la justicia, “los condena, y al final, se hace el golpe de Estado”. Una persecución que se ve también cuando la gente en el circo gritaba para ver la lucha entre los mártires y las fieras o los gladiadores.

Atentos a las críticas en las comunidades parroquiales

Siempre el eslabón de la cadena “para llegar a la condena” es este “ambiente de unidad falsa”, evidenció el Obispo de Roma, y añadió:

“Y también, en una medida más reducida, sucede lo mismo en nuestras comunidades parroquiales por ejemplo, cuando dos o tres comienzan a criticar a otro. Y comienzan a hablar mal de aquel… Y hacen una unidad falsa para condenarlo; se sienten seguros y lo condenan. Lo condenan mentalmente, como actitud; después se separan y hablan mal, uno contra el otro, porque están divididos. Por esta razón la cháchara es una actitud asesina, porque mata, elimina a la gente, arruina la ‘fama’ de la gente”.

Caminar por el camino de la verdadera unidad

 La cháchara” es lo que han usado con Jesús: para desacreditarlo y una vez desacreditado, matarlo:

“Pensemos en la gran vocación a la que estamos llamados: la unidad con Jesús, el Padre. Y por este camino debemos ir, hombres y mujeres que se unen y que siempre tratan de ir adelante por el camino de la unidad. Y no las unidades ficticias, que no tienen sustancia, y que sólo sirven para dar un paso más y condenar a la gente, y llevar adelante intereses que no son los nuestros: intereses del príncipe de este mundo, que es la destrucción. Que el Señor nos dé la gracia de caminar siempre por el camino de la verdadera unidad”

"QUEREMOS PEDIR PERDÓN POR EL DOLOR CAUSADO A LAS VÍCTIMAS, AL PAPA, AL PUEBLO DE DIOS Y AL PAÍS"
Todos los obispos chilenos presentan su renuncia al Papa tras el encuentro de Roma
"Queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado", aseguran

Jesús Bastante, 18 de mayo de 2018 a las 13:09

Dimiten todos los obispos chilenosAgencias

Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad

(J. Bastante).- Saltó la bomba. Inmediata, rotunda. Toda la Iglesia chilena en bloque ha presentado al Papa Francisco su renuncia tras la reunión mantenida con él en Roma a cuenta del escándalo de abusos sexuales y encubrimiento en la Iglesia chilena. Una decisión que no tiene precedentes en la historia de la Iglesia.

En un comunicado que acaba de hacer pública la Conferencia Episcopal chilena, los obispos "queremos pedir por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones".

La nota da las gracias "a las víctimas por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial".

"Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en la manos del Santo Padre, para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros", concluye el comunicado.

Ahora, habrá de ser Francisco quien decida si admite o no la renuncia, y en qué términos. Pero lo que nadie duda es que la revolución ha comenzado. La dimisión sucede después de que se publicara la carta que el Papa les entregó el martes pasado y en la que muestra su "vergüenza" por el encubrimiento sistemático de los abusos, así como les acusa de destruir evidencias de delitos sexuales, de presionar a los abogados de la Iglesia para reducir las acusaciones y de "grave negligencia" en la protección de los menores ante los sacerdotes pedófilos.

Una de las víctimas de Karadima, el periodista Juan Carlos Cruz, ya afirmaba esta mañana que "espero que renuncien todos y se empiece a reconstruir la Iglesia de Chile con pastores de verdad y no con estos obispos corruptos, que cometen y encubren crímenes como dice el documento", del que damos cuenta en RD.

Declaración

Después de tres días de encuentros con el Santo Padre, y de muchas horas dedicadas a la meditación y a la oración, siguiendo sus indicaciones, los Obispos de Chile deseamos comunicar lo siguiente:

En primer lugar, agradecemos al Papa Francisco por su escucha de padre y su corrección fraterna. Pero especialmente, queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones.

Gracias también a Mons. Scicluna y al Rev. Jordi Bertomeu por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país. Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas.

En segundo lugar, queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros. Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo. Queremos que el rostro del Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino.

Siguiendo la recomendación del Santo Padre imploramos a Dios que en estas difíciles y esperanzadoras horas, nuestra Iglesia sea protegida por el Señor y la Virgen del Carmen.

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile en Roma

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