La sal de la humildad
- 24 Mayo 2018
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Discípulos del Señor en China: La Iglesia reza “con vosotros y por vosotros”
Llamamiento del Papa en la audiencia
MAYO 23, 2018 18:15
(ZENIT – 23 mayo 2018).- El Papa Francisco ha hecho un llamamiento a “unirnos espiritualmente a todos los fieles católicos que viven en China” con ocasión de la fiesta anual de la Santísima Virgen María “Auxilio de los cristianos”, que se celebra mañana, 24 de mayo de 2018.
Esta festividad de la Virgen es venerada particularmente en el santuario de Sheshan, cerca de Shanghai, en China.
El Santo Padre invita a todos a rezar por los católicos chinos a Nuestra Señora, “para que puedan vivir su fe con generosidad y serenidad y puedan realizar actos concretos de fraternidad, concordia y reconciliación, en plena comunión con el Sucesor de Pedro”.
Amor maternal
Asimismo, el Pontífice ha dirigido unas palabras a los “queridísimos” discípulos del Señor en China, ha indicado: “La Iglesia universal reza con vosotros –ha expresado– y por vosotros para que incluso en las dificultades sigáis confiando en la voluntad de Dios. Nuestra Señora nunca dejará de ayudaros y os custodiará con su amor maternal”.
SOLICITA A LOS CATÓLICOS DE CHINA QUE REALICEN "GESTOS DE RECONCILIACIÓN, EN PLENA COMUNIÓN CON EL PAPA"
El Papa pide que los católicos chinos "puedan vivir la fe con generosidad y serenidad"
"Sin la fuerza del Espíritu Santo no podemos hacer nada. Es Él el que nos da fuerza para ir adelante"
José Manuel Vidal, 23 de mayo de 2018 a las 10:42
El Papa, con nilos y niñas en la audiencia
Queridísimos discípulos del Señor en China, la Iglesia universal reza con vosotros y por vosotros, para que incluso en medio de las dificultades podáis seguir confiándoos a la voluntad de Dios
(José M. Vidal).- Tras hablar de la confirmación en la catequesis, el Papa Francisco saludó especialmente a los católicos chinos, pidió que puedan "vivir su fe con generosidad y serenidad" y les invitó a realizar "gestos concretos de concordia y reconciliación, en plena comunión con el Sucesor de Pedro".
Lectura del Evangelio de Lucas: "En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret...entró en la sinagoga y se puso en pié para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrrollándolo, leyó el pasaje donde está escrito: 'El Espíritu del Señor está sobre mí, porue Él me ha ungido y me ha enviado a evangelizar a los pobres'".
Algunas frases de la catequesis del Papa
"Tras la catequesis sobre el bautismo, estos días después de Pentecostés nos invitan a reflexionar sobre el testimonio que el Espíritu suscita en los bautizados" "Sois la sal de la tierra y la luz del mundo"
"Imagenes que hacen pensar en nuestro comportamiento...de ser sal y luz en las dosis adecuadas" "El Espíritu es el don que recibimos en la confirmación" "La confirmación confirma el bautismo" "Sin la fuerza del Espíritu Santo no podemos hacer nada. Es Él el que nos da fuerza para ir adelante"
"Es bello cómo Jesús se presenta en la sinagoga de Nazaret"
"El Espíritu del Señor está sobre mí..."
"Jesús se presenta en la sinagoga de su aldea como el Ungido por el Espíritu"
"Está lleno del Espíritu" "Pentecostés es el impulso misionero"
"En el momento de ir a misión, el obispo dice: 'Recibe el Espíritu Santo que se te dió como don" "El Espíritu lo llevamos dentro: Está en nuestro corazón y en nuestra alma y nos guía para que seamos sal y luz en dosis adecuadas"
"Me pregunto: ¿Cómo se ve que hemos recibido el don del Espíritu? Si cumplimos las obras del Espíritu"
Texto íntegro del saludo del Papa en español
Queridos hermanos:
Después de las catequesis sobre el bautismo, reflexionamos ahora sobre la confirmación. Este sacramento se llama así porque confirma el bautismo y robustece la gracia bautismal. Se llama también crismación, porque con la unción del crisma se recibe al Espíritu Santo, para que el cristiano se conforme cada vez más a Cristo y se comporte siempre como hijo de Dios.
Cristo fue ungido por el Espíritu Santo, y toda su vida estuvo animada por el Espíritu; de la misma manera, la vida de la Iglesia, y de cada uno de sus miembros, ha de estar guiada por el mismo Espíritu. El Espíritu descendió con su fuerza sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, y recibieron el impulso misionero de entregar sus vidas por la santificación de los hombres, para gloria de Dios. En la confirmación, Cristo nos colma con su Espíritu y nos consagra como testigos suyos, nos hace partícipes de su misma vida y misión. El testimonio cristiano consiste en hacer todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, dándonos su gracia para cumplirlo.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina. Con el recuerdo todavía reciente de la pasada fiesta de Pentecostés, pidamos a la Virgen María que nos ayude a ser dóciles al Espíritu Santo, para que sepamos dar a nuestro alrededor un testimonio vivo de santidad y amor, entregándonos en todo momento al bien de los demás. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.
Saludo en italiano
Saludo en italiano
"Mañana, 24 de mayo, es la fiesta de la Virgen María Auxilio de los cristianos, especialmente venerada en Shangai en el santurio de Shesshan (China). La fista nos invita a estar unidos espiritualmete a los fieles católicos que viven en China. Oramos a la Virgen para que puedan vivir la fe con generosidad y serenidad, y para que sepan realizar gestos concretos de fraternidad, concordia y reconciliación, en plena comunión don el Sucesro de Pedro". "Queridísimos discípulos del Señor en China, la Iglesia universal reza con vosotros y por vosotros, para que incluso en medio de las dificultades podáis seguir confiándoos a la voluntad de Dios. La Virgen nunca os dejará de prestar su ayuda y os custodiará con su amor de madre"
Exhorta a rezar el santo rosario.
Texto completo de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Después de la catequesis sobre el Bautismo, estos días que siguen a la solemnidad de Pentecostés nos invitan a reflexionar sobre el testimonio que el Espíritu suscita en los bautizados, poniendo sus vidas en movimiento, abriéndolas al bien de los demás. Jesús confió a sus discípulos una gran misión: "Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5, 13-16). Estas son imágenes que nos hacen pensar en nuestro comportamiento, porque tanto la falta de sal como su exceso vuelven poco apetecible la comida, así como la ausencia y el exceso de luz nos impiden ver.
El que puede hacernos realmente sal que da sabor y conserva de la corrupción y luz que ilumina el mundo es solo el Espíritu de Cristo. Y este es el don que recibimos en el Sacramento de la Confirmación o Crismación, sobre el que deseo detenerme y reflexionar con vosotros. Se llama "Confirmación" porque confirma el Bautismo y refuerza su gracia (véase Catecismo de la Iglesia Católica, 1289); así como "Crismación", porque recibimos el Espíritu a través de la unción con el "crisma" -aceite mezclado con fragancias consagrado por el obispo - un término que se refiere a "Cristo," el ungido del Espíritu Santo.
Renacer a la vida divina en el Bautismo es el primer paso. Por lo tanto es necesario que nos comportemos como hijos de Dios, es decir, que nos conformemos al Cristo que obra en la santa Iglesia, dejándonos involucrar en su misión en el mundo. Esto es lo que otorga la unción del Espíritu Santo: " Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro" (véase Secuencia de Pentecostés). Sin la fuerza del Espíritu Santo no podemos hacer nada: el Espíritu es el que nos da fuerzas para ir adelante. Como toda la vida de Jesús estuvo animada por el Espíritu, así también la vida de la Iglesia y de cada uno de sus miembros está bajo la guía del mismo Espíritu.
Concebido por la Virgen por obra el Espíritu Santo, Jesús emprende su misión después de que, salido del agua del Jordán, es consagrado por el Espíritu que desciende y permanece sobre Él (cf Mc 1,10; Jn 1:32). Él lo declara explícitamente en la sinagoga de Nazaret. ¡Es hermoso como se presenta Jesús, cual es el carnet de identidad de Jesús en la sinagoga de Nazaret! Escuchemos como hace: "El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva"(Lc 4, 18). Jesús se presenta en la sinagoga de su pueblo como el Ungido, El que ha sido ungido por el Espíritu.
Jesús está lleno del Espíritu Santo y es la fuente del Espíritu prometido por el Padre (Jn 15, 26; Lc 24, 39; Hch 1, 8, 2.33). En realidad, en la noche de Pascua el Resucitado sopló sobre los discípulos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo" (Jn 20,22); y en el día de Pentecostés, la fuerza del Espíritu desciende sobre los Apóstoles de forma extraordinaria (véase Hechos 2: 1-4), como sabemos.
El "Respiro" de Cristo resucitado llena los pulmones de la Iglesia de vida y, en efecto, las bocas de los discípulos, "llenos del Espíritu Santo", se abren para proclamar a todos las grandes obras de Dios (véase Hechos 2: 1-11).
Pentecostés - que celebramos el domingo pasado- es para la Iglesia lo que para Cristo fue la unción del Espíritu recibida en el Jordán; es decir, Pentecostés es el impulso misionero a consumir la vida por la santificación de los hombres, para gloria de Dios. Si en todo sacramento obra el Espíritu, de manera especial es en la Confirmación en el cual "los fieles reciben como don el Espíritu Santo " (Pablo VI, Const. ap., Divinae consortium naturae).
Y en el momento de efectuar la unción, el obispo dice estas palabras: "Recibe al Espíritu Santo que te ha sido dado en don": es el gran don de Dios, el Espíritu Santo. Y todos nosotros llevamos al Espíritu dentro. El Espíritu está en nuestro corazón, en nuestra alma. Y el Espíritu nos guía en la vida para que nos convirtamos en sal justa y luz justa para los hombres.
Si en el bautismo es el Espíritu Santo quien nos sumerge en Cristo, en la Confirmación es el Cristo quien nos llena de su Espíritu, consagrándonos como testigos suyos, partícipes del mismo principio de vida y de misión, según el diseño del Padre celestial. El testimonio que dan los confirmados manifiesta la recepción del Espíritu Santo y la docilidad a su inspiración creativa. Yo me pregunto: ¿Cómo vemos que hemos recibido el Don del Espíritu? Si realizamos las obras del Espíritu, si pronunciamos palabras enseñadas por el Espíritu (véase 1 Cor 2:13). El testimonio cristiano consiste en hacer solo y todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, otorgándonos la fuerza para hacerlo.
Evangelio según San Marcos 9,41-50.
Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Porque cada uno será salado por el fuego.
La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros».
El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios". San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones. San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos. En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados. En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos. En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises. En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora. En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo. Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos. El nombre de Auxiliadora se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas.
Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre. Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia. Esta advocación se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadota de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de Napoleón Bonaparte que llevo al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación, quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica. Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María"..Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana". Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios". En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín.
Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.
Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.
Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.
Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.
Santo Evangelio según San Lucas 22, 14-20. Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote (Jueves después de Pentecostés) Donde corresponda
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, Tú que eres el buen pastor que por verdes praderas me guías, Tú que eres el verdadero y eterno sacerdote que me alimentas, que me curas y que me quieres cerca de Ti, te pido que me concedas la gracia de poder hacer este rato de oración a tu lado; que pueda estar atento a tus inspiraciones y abra mi corazón a lo que Tú me pidas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio de hoy, san Lucas nos narra cómo el Señor se manifiesta sumo y eterno sacerdote. Nos dice cómo se va a quedar con nosotros, "Esto es mi cuerpo". Estos signos que presenta nos dejan muy claro que es su sangre que va a derramar luego en la cruz por cada uno de nosotros y que no es un simple simbolismo, sino que es su verdadero cuerpo y sangre que ofrece a Dios Padre por nosotros.
El sumo y eterno sacerdote que hoy vemos ofreciéndose como sacrificio, pero también dando ejemplo para la posteridad, ya no es la prefiguración del sacerdocio, sino que es el Sacerdote, es de Él que emana toda gracia y bendición. Es en la cruz donde lo vemos como sacerdote, altar y víctima y ese mismo momento lo vivimos en cada misa, ya que en cada eucaristía somos participantes de ese sacrificio ahora incruento.
Pidamos al Señor la gracia de poder ver en cada Eucaristía este gran regalo que nos hace y ser verdaderamente agradecido por tan inmenso don. Que en cada visita eucarística podamos reconocer, en lo más profundo de nuestro corazón, su presencia amorosa y misericordiosa que nos cubre y nos llama a la conversión todos los días, para ser cada vez un poco más santos y acercarnos a cada Eucaristía con un corazón dispuesto a recibir al verdadero Dios y verdadero hombre que se hace carne, por nosotros y para nuestra salvación.
La Eucaristía es "Pan partido para la vida del mundo". Es Sacramento de comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento y nos da la certeza de que lo que tenemos, lo que somos, si es tomado, si es bendecido y si es entregado, con el poder de Dios, con el poder de su amor, se convierte en pan de vida para los demás.
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 9 de julio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, buscaré hacer una comunión espiritual ofreciéndola por las personas que no conocen a Jesús.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote.
Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.
Por: P.Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Catholic.net
Nuestro corazón está herido por el pecado, nuestra mente vive dispersa en mil distracciones vanas, nuestra voluntad flaquea entre el bien y el mal, entre el egoísmo y el amor.
¿Quién nos salvará? ¿Quién nos apartará del pecado y de la muerte? Sólo Dios. Por eso necesitamos acercarnos a Él para pedir perdón.
Pero, entonces, "¿quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?" Sólo alguien bueno, sólo alguien santo: "El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura" (Sal 24,3-4).
Sabemos quién es el que tiene las manos limpias, quién es el que tiene un corazón puro, quién puede rezar por nosotros: Jesucristo.
Jesucristo puede presentarse ante el Padre y suplicar por sus hermanos los hombres.Es el verdadero, el único, el "Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec"(Hb 5,10; 6,20). Es el auténtico "mediador entre Dios y los hombres" (1Tm 2,5), como explica el "Catecismo de la Iglesia Católica" (nn. 1544-1545).
Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.
Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos llena de alegría. El altar recibe la Sangre del Cordero. El Sacerdote que ofrece, que se ofrece como Víctima, es el Hijo de Dios e Hijo de los hombres. El Padre, desde el cielo, mira a su Hijo, el Cordero que quita el pecado del mundo, el Sumo Sacerdote que se compadece de sus hermanos.
El pecado queda borrado, el mal ha sido vencido, porque el Hijo entregó su vida para salvar a los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte (cf. Lc 1,79).
Podemos, entonces, subir al monte del Señor, acercarnos al altar de Dios, participar en el Banquete, tocar al Salvador.
Como en la Última Cena, Jesús nos dará su Cuerpo y su Sangre. Como a los Apóstoles, lavará nuestros pies, y nos pedirá que le imitemos: "Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27). “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,15).
Ese es nuestro Sumo Sacerdote, el Cordero que salva, el Hijo amado del Padre. A Él acudimos, cada día, con confianza: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna" (Hb 4,15-16).
La confirmación: testimonio del Espiritu Santo
Papa Francisco invita a ser testimonios e iluminar el mundo con la fuerza del Espíritu
El Papa Francisco inició un nuevo ciclo de catequesis sobre el Sacramento de la Confirmación en la Audiencia General del miércoles, aprovechando la reciente celebración de Pentecostés, en la que habló del “testimonio que el Espíritu Santo suscita en los bautizados”.
“Aquél que de verdad puede ser sal que da sabor y preserva de la corrupción, y luz que ilumina el mundo, es solo el Espíritu Santo”, señaló para añadir después que “el testimonio cristiano consiste en hacer sólo todo aquello que el Espíritu de Cristo nos pide, concediéndonos la fuerza de cumplirlo”.
Francisco aseguró que “renacer a la vida divina en el Bautismo es el primer paso” y para esto “hay que comportarse como hijos de Dios, es decir, conforme a Cristo que trabaja en la santa Iglesia, dejándose alcanzar por su misión en el mundo”.
Recordó que “como toda la vida de Jesús fue animada por el Espíritu, así también la vida de la Iglesia y de cada uno de sus miembros está bajo la guía del mismo Espíritu”.
“El respiro de Cristo Resucitado llena de vida los pulmones de la Iglesia, y en efecto, las bocas de los discípulos, ‘colmadas de Espíritu Santo, se abren para proclamar a todos las grandes obras de Dios”.
El Pontífice expresó que Pentecostés “es para la Iglesia aquello que para Cristo fue la unción del Espíritu recibida en el Jordán, es decir, el impulso misionera de consumir la vida para la santificación de los hombres, a gloria de Dios”.
“En todo sacramento opera el Espíritu, y en modo especial en la Confirmación”, subrayó.
El Santo Padre concluyó recordando que en este Sacramento “es Cristo el que nos colma de su Espíritu, consagrándonos sus testigos, partícipes del mismo principio de vida y de misión según el diseño del Padre celeste”.