Llamados a la santidad

Evangelio según San Mateo 6,19-23. 

Jesús dijo a sus discípulos: 
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. 
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. 
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. 
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. 
Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá! 

Santo Tomás Moro

Santos Juan Fisher y Tomás Moro, mártires

San Juan Fisher, obispo, y santo Tomás Moro, mártires, que, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la controversia sobre su matrimonio y sobre la primacía del Romano Pontífice, fueron encarcelados en la Torre de Londres, en Inglaterra. Juan Fisher, obispo de Rochester, varón conocido por su erudición y por la dignidad de su vida, por mandato del rey fue decapitado este día frente a la cárcel, y Tomás Moro, padre de familia de vida integérrima y presidente del consejo real, por mantenerse fiel a la Iglesia católica murió el día 6 de julio, uniéndose así al martirio del obispo.

San Juan Fisher, obispo, (1469 - 1535) y  Santo Tomás Moro, seglar, (1477 - 1535), mártires.  

Juan Fisher nació el año 1469; fue hijo de un modesto mercero de Beberly, en el condado de York (Inglaterra); estudió teología en Canbridge, fue ordenado presbítero, por privilegio, cuando solo contaba veintidós años, y a los treinta y cinco ya era Vicecanciller de la Universidad.  

Consumado humanista, fundó los Colleges de Cristo y de san Juan, amplió bibliotecas y fundó cátedras con la ayuda de Lady Margaret, madre de Enrique VII. Erasmo llegó a afirmar que no había en el país «hombre más culto, ni obispo más santo».   Fue nombrado obispo de Rochester en el año 1504, cargo que ejerció con una vida llena de austeridad y de entrega pastoral, visitando con frecuencia a los fieles de su grey. Se mostró como decidido apologista antiprotestante.    

Mantuvo una postura firme y clara ante los proyectos de Enrique VIII sobre su anulación matrimonial, defendiendo la validez y la indisolubilidad del contraído con la reina Catalina de Aragón.    Miembro de la Cámara de los Lores, arremete contra ciertas medidas anticlericales y hace añadir una cláusula fatalmente restrictiva al nombramiento de Enrique VIII como Cabeza de la Iglesia en Inglaterra.  

Su actitud le llevó a estar dos veces en la cárcel, a sufrir atentados e intentos de asesinato y a soportar bajas calumnias.  Por su negativa a prestar el juramento de Supremacía, se le encarceló en la Torre de Londres, le despojaron de su título episcopal y declararon a Rochester «sede vacante».   Tomás Moro nació el año 1477, y completó sus estudios en Oxford; se casó y tuvo un hijo y tres hijas. Ocupó el cargo de Canciller del reino. Intimo compañero y amigo personal del rey Enrique VIII, abogado distinguido, notable humanista de gran cultura, amigo de Erasmo, cariñoso padre de familia, caballero simpático por su buen humor y, además católico fervoroso.  

Cuando vio que era incompatible con su religión el juramento de sumisión a Enrique como cabeza de la Iglesia en Inglaterra, presentó su dimisión, intentando vivir una vida tranquila con su familia, sin más complicaciones. Pero fue apresado y metido en la Torre de Londres. A todos los esfuerzos de sus amigos para convencerle de que debía prestar su juramento contestó sencillamente que no podía reconciliarlo con su conciencia.  

Cuando su propia mujer le insiste a hacerlo por lo que ella juzgaba que era bien para su casa, le contestó: «¿Cuántos años crees que podría vivir en mi casa?» «Por lo menos veinte, porque no eres viejo», le dijo ella. «Muy mala ganga, puesto que quieres que cambie por veinte años toda la eternidad». Escribió varias obras sobre el arte de gobernar y en defensa de la religión.  

Ambos, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la cuestión de su pretendida anulación de matrimonio, fueron decapitados el año 1535: Juan Fisher el día 22 de Junio, Tomás Moro el día 6 de Julio, después de quince meses de cárcel donde escribió «Diálogo en tiempo de tribulación». El obispo Juan Fisher, mientras estaba en la cárcel, fue designado cardenal por el Papa Pablo III

Oremos  

Señor, tú que has querido que el martirio sea el supremo testimonio de la fe, concédenos, por la intercesión de los santos Juan Fisher y Tomás Moro, ratificar con nuestra vida la fe que profesamos con nuestros labios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

San Luís María de Griñón de Monfort (1673-1716) predicador, fundador de comunidades religiosas 
El Secreto de María I, 3-4 (Trad. ©Evangelizo.org)

«Llamados a la santidad»

Alma, imagen viva de Dios y comprada por la Sangre preciosa de Jesucristo, la voluntad de Dios en ti es que seas santa como él en esta vida, y gloriosa como él en la otra. 

La adquisición de la santidad de Dios es con toda seguridad tu vocación, es allí adónde tus pensamientos, tus palabras y tus acciones, tus sufrimientos y todos los movimientos de tu vida deben estar dirigidos; o bien resistes a Dios, no haciendo aquello por lo que te ha creado y por lo que te conserva ahora. 

¡Oh! ¡Qué admirable obra! ¡el polvo cambiado en luz, la basura en pureza, el pecado en santidad, la creatura en el Creador y el hombre en Dios! ¡Oh admirable obra! lo repito, pero obra difícil en ella misma e imposible a la sola naturaleza; sólo Dios, por una gracia, y una gracia abundante y extraordinaria, puede cumplirla llegando hasta al termino; ni siquiera la creación de todo el universo es una gran obra maestra como esta otra… 

Alma, ¿cómo le harás? que medios escogerás para subir hasta dónde Dios te llama? los medios de salvación y de santidad todos los conocen, están escritos en los Evangelios, están explicados por los maestros de la vida espiritual, son practicados por los santos y necesarios a todos aquellos que quieren salvarse, estos son: la humildad del corazón, la oración continua, la mortificación universal, el abandono a la divina Providencia, la conformidad con la voluntad de Dios. 

Sir Tomás Moro, un político santo

Tomás Moro es un guía en el camino de la coherencia, un elogio de la conciencia

Me contaba un amigo cómo muchos cambian de ideas con gran facilidad según lo que está de moda, parece que bailan “al son de los que tocan”. Es difícil pensar por libre, no dejarse influir por lo que es “políticamente correcto” en cada momento.

El 26 de octubre de 2000 el Papa nombró a Sir Tomás Moro como el patrón de los políticos. Les hacía falta, visto por dónde va la política, tener un guía (no es que no haya políticos honrados, pero en las circunstancias actuales quizá tienen difícil hacer de modo honrado su trabajo, sin renunciar a lo que les dice la conciencia). Ante tanto arribismo, y subir a costa de perder los ideales, viene bien un guía que sea modelo de coherencia, en expresión de D. Contreras, Sir Tomás Moro es un elogio de la conciencia.

He podido ver hace poco la película "Un hombre para la eternidad" (A man for all seasons, 1966), reconocido film que no pasa de moda, cuyo autor es el prestigioso Fred Zinnemann. Es una película dedicada a Tomás Moro. Fue la triunfadora en los Oscars de ese año al conseguir seis estatuillas, entre ellas las más prestigiosas: a la película, al director y al mejor actor, el británico Paul Scofield que interpreta al autor de Utopía.

Al acabar de verla, tuvimos un forum muy interesante sobre estos aspectos de la coherencia con la conciencia; pensé que no ha pasado de moda y que efectivamente es hombre “para todas las estaciones” (como reza el título en inglés), para todos los tiempos... En la película se refleja el talante del gran humanista y santo, en su postura de integridad moral y religiosa. Frente a la pretensión del monarca de que, como canciller suyo, liderara la Iglesia Anglicana tras separarse de Roma, Moro, debido a su profunda convicción católica, se niega a reconocer la validez del divorcio de Enrique VIII y Catalina de Aragón, lo que le supone la enemistad del rey y esto queda reflejado en unos preciosos diálogos. También son magníficos los minutos dedicados al proceso consiguiente, a la altura del mejor "cine judicial".

Todo ello es un marco bien definido para entender por qué se deja recluir en el presidio y más tarde ajusticiar, sin renegar de la verdad. La película –señalan los críticos- es un inmejorable ejemplo del tema recurrente en la Historia del Pensamiento de como la integridad moral de insignes personajes, incapaces de doblegarse a los intereses bastardos de los poderosos y los conspiradores de todo tipo, desprecian su propia seguridad, dando ejemplo de una heroicidad sin límites, lo que les hace ganarse a pulso la inmortalidad en la memoria histórica. Es clarividente aún hoy, después de tantos años, su actitud de no renegar de la conciencia ante el juramento que se le pedía con motivo de la boda de Enrique VIII con Ana Bolena. Mantuvo su rechazo al divorcio del Rey y defendió la independencia de la Iglesia sobre el poder político, sabedor de que perdía así la carga más importante que podía tener un inglés de los Tudor: Speaker en los Comunes, y pasó de Lord Canciller nombrado por el Rey (por tanto, guardián de la conciencia del Rey y presidente de la Chancillería, supremo Tribunal) a morir mártir por defender la fe. Como señala en “Expansión” (2.11.2000) Íñigo Coello de Portugal, fue Moro un hombre genial.

Al leer su “Utopía” hace poco, gocé con el ingenio del gran humanista Moro. Ahí se muestra buen conocedor de los clásicos, de impresionante imaginación, con un talante magnánimo de quien goza con el altruismo, con unos proyectos de la vida pública sin mezcla de ambición, poniendo su gran inteligencia en la concepción de un estado ideal... ¡qué buen modelo para los políticos!

Recuerda Francesco Cossiga (ex-presidente italiano) cómo en 1985, un grupo de amigos de Tomás Moro pensó en que en un ambiente político lleno de mediocridad, cuando parece que para mantenerse a flote hay que renegar de la conciencia, podían proponer este santo como su patrón pues esta figura representa un modelo de persona cristiana en la vida pública. Recordó Cossiga cómo “refleja de modo nítido el ideal de laico cristiano”, es como si se hubiera avanzado en esa llamada de la santidad en medio del mundo. Juan Pablo II recordaba este “testimonio, ofrecido hasta el derramamiento de su sangre, de la primacía de la verdad sobre el poder”, por esto “es venerado como ejemplo imperecedero de coherencia moral. Y también fuera de la Iglesia, especialmente entre los que están llamados a dirigir los destinos de los pueblos, su figura es reconocida como fuente de inspiración para una política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana”.

Decía Sir David Alton, otro de esos promotores: “cuando entro en la sala donde fue procesado, me pregunto cómo Moro, que se dejó decapitar con tal de no renegar de sus principios, viviría hoy nuestras batallas como parlamentarios ingleses que debaten sobre la clonación humana, la eutanasia, el aborto, la destrucción de embriones humanos...” (él mismo amenazó con dejar el partido Liberal Democrático por causa de la votación sobre el aborto). En la citada petición se habla de que “Santo Tomás Moro aparece como el modelo ejemplar de esa unidad de vida en la que Su Santidad ha cifrado la expresión específica de la santidad para los laicos... En Santo Tomás Moro no hubo señal alguna de esa fractura entre fe y cultura, entre principios y vida cotidiana, que el Concilio Vaticano II lamenta ‘como uno de los más graves errores de nuestra época’”.

Dentro de los límites culturales de su época (no tenían como hoy el concepto de libertad religiosa), es Tomás un campeón de los derechos humanos: todos ellos tiene su origen en esta luz que Dios ha puesto en nuestra conciencia y no se puede renegar de ella. Fue la coherencia lo que le llevó a ser “un mártir de la libertad en el sentido más moderno del término, porque se opuso a la pretensión del poder de dominar sobre las conciencias, tentación perenne –trágicamente atestiguada por la historia del siglo XX- de sistemas políticos que no reconocen nada por encima de ellos”. El Papa lo puso como ejemplo en un momento histórico que hay “necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad en un momento histórico en el que se multiplican arduos desafíos y graves responsabilidades” sobre las conquistas científicas y la bioética, la vida humana y las “opciones políticas claras a favor de la familia, de los jóvenes, de los ancianos y de los marginados”, y una huida del éxito fácil cuando está en entredicho la verdad y por tanto el consenso no es posible. Este hombre del siglo XV, amigo de Erasmo de Rotterdam, gran humanista, modelo de hombre de cultura e integridad, es también desde el 31 de octubre de 2000 Patrono de los Gobernantes y de los Políticos.

¿En quién está nuestra confianza?

Santo Evangelio según San Mateo 6, 19-23. Viernes XI de Tiempo Ordinario.

Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Ayúdame, Señor, a que mi verdadero tesoro seas sólo Tú.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.

Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!"

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio que meditamos hoy nos alerta para hacer un alto en el camino y replantearnos: ¿Dónde está nuestro tesoro?

Dios nos bendice abundantemente con tesoros muy buenos. En la juventud nos da energía, libertad, nuevos proyectos, oportunidades, opciones de vida; en la madurez nos puede dar estabilidad de vida, trabajo, el tener nuestra propia familia, un matrimonio feliz; en la ancianidad el poder ver los frutos de nuestra vida, el cariño de la familia. ¿Quién pondría en duda que estos tesoros son enormes? Inclusive las cruces y momentos de dificultad también son tesoros magníficos porque nos permiten participar del sacrificio de Jesús. Pero falta algo, si nuestro tesoro no tiene a Dios en el centro se herrumbra.

Cristo nos invita a ser ambiciosos espiritualmente hablando, a invertir en el cielo. Eso lo comenzamos haciendo aquí y ahora buscando tener una relación más cercana y profunda con Dios, no por interés, sino por amor. Una persona que tiene ese encuentro diario con Dios va cambiando sin darse cuenta y cambia a los que están a su alrededor con su espíritu positivo y lleno de caridad. Vivir esta cercanía con Dios nos permite vivir un pedazo de cielo en la tierra. Esto no es algo abstracto ni difícil de comprender, quien busca a Dios se le nota; ésa es la luz en los ojos de la cual nos habla el Evangelio. Lo mejor de esta amistad, es que Cristo viene en nuestro auxilio aun cuando somos débiles. ¿Quién dijo que es imposible ser santo en este siglo?

Podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón? Jesús decía: tu tesoro está donde está tú corazón. ¿Cuál es mi tesoro? ¿Es Jesús y su doctrina? ¿El corazón es bueno o el tesoro es otra cosa? Por lo tanto es el corazón el que tiene que ser purificado y convertirse. Sin un corazón purificado, no se puede tener nunca las manos verdaderamente limpias y los labios que pronuncien palabras sinceras de amor, de misericordia y de perdón.

(Homilía de S.S. Francisco, 30 de agosto de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Dedicaré un breve tiempo a hacer un examen de conciencia para reflexionar en qué tengo puesto mi corazón que no me permite tener una relación más profunda con Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¡Te conviene ser santo!

Sin duda, la santidad es el mejor negocio en el que puedes invertir, pues te asegura la felicidad para toda la eternidad.

Sin duda, la santidad es el mejor negocio en el que puedes invertir, pues te asegura la felicidad no sólo para unos cuantos años, no sólo para toda tu vida, sino para toda la eternidad.

Jesús lo dijo a los apóstoles en cierta ocasión:

"No atesoréis bienes en la tierra, donde el orín y la polilla los corroen y los ladrones los roban. Atesorad más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni orín, ni ladrones. Pues donde está tu tesoro, ahí estará tu corazón."
(Mt. 6, 19-21)

Formar un tesoro en la tierra es muy complicado: requiere de tiempo, de grandes cálculos en las inversiones, de muchas angustias e inseguridades: que si las tasas de interés bajan; que si la moneda se devalúa; que si hubo un fraude en la empresa. Para colmo, cuando por fin consigues tener los bienes materiales que tanto añorabas, descubres que éstos se descomponen, se rompen, se pierden, se echan a perder o se vuelven obsoletos.

En cambio, formar un tesoro en el cielo es muy sencillo, pues no hay agentes externos que puedan influir en él: tú eres el único que puede aumentarlo o disminuirlo. Hacer un tesoro en el cielo es trabajar por ser santo y esto se consigue con buenos pensamientos y buenas acciones. Todo lo que ganes con ellos durará para siempre y nada ni nadie te lo podrá quitar, romper, perder o estropear.

Ser santo es aumentar todos los días y a cada instante ese tesoro que tienes en el cielo. Ser santo es tan sencillo como cumplir a la perfección con tus deberes ordinarios, en el momento y en el lugar en que debes cumplirlos.

Caminemos Juntos

Papa Francisco: La división entre cristianos contradice la voluntad del Señor

El Papa Francisco llamó a la unidad entre los cristianos, pues su división “contradice la voluntad de Cristo”.

El Santo Padre hizo esta afirmación durante la oración ecuménica que realizó en el Centro Ecuménico del Consejo Ecuménico de las Iglesias (WCC) de Ginebra, Suiza, donde se encuentra de visita este jueves 21 de junio con motivo del 70º de su fundación.

En su discurso, ante representantes de las diferentes Iglesias que conforman el WWC, el Papa recordó las palabras del Apóstol Pablo a los Gálatas, en las que invita a la comunidad cristiana a ponerse en camino, y explica que el cristiano se encuentra ante dos posibles recorridos en la vida: el del Espíritu Santo, es decir, “el itinerario inaugurado por el Bautismo”, y el de la mundanidad, que supone “intentar realizarse buscando la vía de la posesión, la lógica del egoísmo”.

En este sentido, el Santo Padre indicó que “a lo largo de la historia, las divisiones entre cristianos se han producido con frecuencia porque fundamentalmente se introducía una mentalidad mundana en la vida de las comunidades: primero se buscaban los propios intereses, solo después los de Jesucristo”.

En estas situaciones, continuó el Pontífice, “el enemigo de Dios y del hombre lo tuvo fácil para separarnos, porque la dirección que perseguíamos era la de la carne, no la del Espíritu. Incluso algunos intentos del pasado para poner fin a estas divisiones han fracasado estrepitosamente, porque estaban inspirados principalmente en una lógica mundana”.

“Pero el movimiento ecuménico, al que tanto ha contribuido el Consejo Ecuménico de las Iglesias, surgió por la gracia del Espíritu Santo. El ecumenismo nos ha puesto en camino siguiendo la voluntad de Jesús, y progresará si, caminando bajo la guía del Espíritu, rechaza cualquier repliegue autorreferencial”.

Por ello, destacó la importancia del 70º aniversario del Consejo Ecuménico de las Iglesias para fortalecer ese impulso ecuménico: Pedimos al Espíritu que fortalezca nuestro caminar”.

Lamentó que con demasiada frecuencia el camino ecuménico “se detiene ante las diferencias que persisten; con frecuencia se bloquea al empezar, desgastado por el pesimismo. Las distancias no son excusas; se puede desde ahora caminar según el Espíritu: rezar, evangelizar, servir juntos, esto es posible y agradable a Dios. Caminar juntos, orar juntos, trabajar juntos: he aquí nuestro camino fundamental”.

“Este camino tiene una meta precisa: la unidad. La vía contraria, la de la división, conduce a guerras y destrucciones. El Señor nos pide que invoquemos continuamente la vía de la comunión, que conduce a la paz. La división, en efecto, contradice clara y abiertamente la voluntad de Cristo, es un escándalo para el mundo y perjudica a la causa santísima de predicar el Evangelio a toda criatura. El Señor nos pide unidad; el mundo, desgarrado por tantas divisiones que afectan principalmente a los más débiles, invoca unidad”.

Francisco insistió: “Caminar juntos para nosotros cristianos no es una estrategia para hacer valer más nuestro peso, sino que es un acto de obediencia al Señor y de amor al mundo”.

Siguiendo la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas, el Papa reflexionó sobre las características de ese camino: “caminar es una disciplina, un esfuerzo, se necesita cada día paciencia y un entrenamiento constante. Es preciso renunciar a muchos caminos para elegir el que conduce a la meta y reavivar la memoria para no perderla”.

“Caminar –continuó– requiere la humildad de volver sobre los propios pasos y la preocupación por los compañeros de viaje, porque únicamente juntos se camina bien. Caminar, en definitiva, exige una continua conversión de uno mismo”.

Finalizada la oración ecuménica y el discurso, el Santo Padre mantendrá un almuerzo con los representantes de la WCC y posteriormente presidirá el Encuentro Ecuménico.

El Consejo Mundial de Iglesias o Consejo Ecuménico de las Iglesias (World Council of Churches, WCC) fue fundado por 147 iglesias el 23 de agosto de 1948 y tiene su sede en Ginebra. A ella pertenecen unas 348 iglesias que engloban a 600 millones de cristianos en más de 120 países.

La Iglesia y el deporte

¿Dónde radica, en última instancia, el interés eclesial por el deporte?

El interés de la Iglesia por la actividad deportiva no es nuevo, pero en las últimas décadas ha experimentado un crecimiento significativo que coincide con la difusión del deporte a círculos cada vez más amplios de la sociedad. Los últimos Papas han estado atentos al mundo deportivo y a través de encuentros con equipos, selecciones y deportistas, han regalado importantes luces que propician una comprensión integral del deporte. En los últimos años, este esfuerzo eclesial se ha traducido en la creación de la sección “Iglesia y deporte”, del Pontificio Consejo para los Laicos, la Familia y la Vida y del Departamento de Deporte en el Pontificio Consejo para la Cultura, que buscan fomentar la reflexión acerca de la relación entre fe cristiana y deporte, impulsar la pastoral de los deportistas y difundir los valores cristianos asociados a la práctica deportiva, pues la Iglesia «está llamada a prestar atención también a todo lo que concierne al deporte, que puede ser considerado como uno de los puntos neurálgicos de la cultura contemporánea y frontera de la nueva evangelización»1.

Pero, ¿dónde radica, en última instancia, el interés eclesial por el deporte? Con mucha claridad lo dice el Papa Francisco: “Los lazos entre la Iglesia y el deporte son una bella realidad que se ha ido consolidando en el tiempo, porque la comunidad eclesial ve en el deporte un válido instrumento para el crecimiento integral de la persona humana. La práctica del deporte, en efecto, estimula una sana superación de sí mismos y de los propios egoísmos, entrena el espíritu de sacrificio y, si se enfoca correctamente, favorece la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto de las reglas”2.

También nos ayuda remontarnos a la célebre intervención del Papa Pío XII acerca de los cuatro fines del deporte, donde enseña que el deporte «tiene como fin próximo el educar, el desarrollar y fortificar el cuerpo en su lado estético y dinámico; como fin más remoto, el uso del cuerpo por parte del alma, así preparado para el despliegue de la vida interior y exterior de la persona; como fin aún más profundo, el de contribuir a su perfección; por último, como fin supremo, en general y común a toda forma de actividad humana, el de acercar al hombre a Dios»3.

Al precisar la finalidad de la actividad deportiva, el Papa Pio XII muestra el trasfondo del interés eclesial por el deporte, que es la salvación del hombre en su totalidad, cuerpo y espíritu, dejando en evidencia que para la Iglesia el deporte es una actividad humana sumamente relevante, pues es un instrumento que permite al ser humano desarrollarse integralmente y acercarse a Dios.

La Iglesia se interesa por la práctica deportiva porque antes que nada se interesa por el bienestar físico y espiritual del ser humano, porque lo concibe como una unidad, no compuesta de partes aisladas e independientes, sino de realidades unidas, que interactúan y se influencian permanentemente. La visión cristiana del ser humano busca ser integral, evitando cualquier reduccionismo antropológico.

En la misma línea, se entiende el deporte no sólo en su aspecto físico, sino también en cuanto «ordenado al perfeccionamiento intelectual y moral del alma»4, como una «gimnasia del espíritu, un ejercicio de educación moral»5 que ayuda al ser humano a la consecución de los fines supremos para los que ha sido creado. «Asimismo, cuando se practica deportes de alto nivel hace falta preservar la armonía interior entre el cuerpo y el espíritu, no reduciendo el deporte solamente a la mera obtención de resultados»6.

“Nada hay nada verdaderamente humano que no encuentre eco”7 en el corazón del Pueblo de Dios, nos enseñaron los padres conciliares en la Gaudium et spes. En la misma dirección el Papa Francisco nos exhorta a seguir: ‘‘La Iglesia se interesa por el deporte porque le preocupa el ser humano, todo el ser humano, y reconoce que la actividad deportiva repercute en la formación de la persona, en sus relaciones, en su espiritualidad”8.

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1 Nota de prensa con ocasión de la fundación de la oficina “Iglesia y deporte” del Pontificio Consejo para los Laicos.
2 Papa Francisco, Mensaje a los Delegados de los Comités Olímpicos Europeos, 23/11/2013.
3 Pío XII, Discurso al Congreso italiano de educación física, 8/11/1952.
4 Pío XII, Discurso al Centro Deportivo Italiano, 5/10/1955.
5 Pablo VI, Discurso a los ciclistas del Giro de Italia, 30/5/1964.
6 Benedicto XVI, Discurso al equipo de ski alpino de Austria, 6/10/2007.
7 GS, 1.
8 Papa Francisco, Discurso a los miembros de la Federación Italiana de Tenis, 8/5/2015.

El obrero de Cristo

Una humildes reflexiones sobre un grande

El obrero de Cristo

El 20 de Febrero de 1878, fue elegido por amplia mayoría para ocupar la cátedra de Pedro, el Cardenal Pecci con tan sólo 69 años. Aún con la activa oposición de Francia, que lo tenía por acreditado germanófilo. Delgado, enérgico, de buen carácter y trato amable adopta el nombre de León XIII, el hombre que pasará a la historia como el Papa de los obreros. Era el primer Papa elegido después de la unificación italiana y la pérdida de los Estados Pontificios. León XIII inicia su pontificado en una Europa convulsionada y dividida. El equilibrio de poder entre las grandes potencias se inclina a favor de Prusia. Tras el triunfo de Prusia sobre Napoleón III, en tiempos de Pío IX, la unificación alemana es una realidad y Víctor Manuel II ordena invadir los Estados Pontificios tomando prisionero al Santo Padre en el Vaticano. La kulturkampen Alemania, el josefismo en Austria, la ley de reorganización de la iglesia del Gran Consejo de Ginebra en Suiza y el inicio de la tercera república en Francia mostraban una clara apostasía por parte de Europa y una separación del poder temporal de la Santa Madre Iglesia. La revolución industrial transformó la economía. La aparición de la máquina, modifico las condiciones de vida de los trabajadores y las relaciones con sus patrones. El mercado se transforma en el nuevo Dios. La escuela de Manchester es la propulsora en materia económica de la nueva ideología: el liberalismo. El aumento de la producción a un costo menor, la acumulación de riquezas en manos de unos pocos, la desaparición de los gremios, el relajamiento moral y la falta de un justa reglamentación de la usura trajeron como consecuencia una brecha más amplia entre los dueños del capital y el trabajo (obrero industrial - proletario).

Frente a este yugo de esclavitud, en 1848 un autor alemán Karl Marx escribió el Manifiesto Comunista tratando de dar respuesta a esta a la nueva situación social emergente. León XIII sale al ruedo criticando la falsa solución antropológica marxista de pretender mejorar las condiciones de vida del proletariado con la supresión de la propiedad privada de los medios de producción, la lucha de clases (capital vs. Trabajo) y el establecimiento de una dictadura del proletariado como de consolidación de su tan ansiado paraíso en la tierra.

2. Aproximaciones a su Magisterio Pontificio

La Encíclica DiuturnumIllud sobre la autoridad política es la primera de las cinco que constituyen lo que en doctrina social de la Iglesia se ha llamado el Corpus Politicum Leonianum junto a la Humanumgenus(20-IV-1884), la Inmortale Dei (1-XI-1885), laLibertas praestantissimun(20-VI-1888) y la Sapientiae christianae (10-I-1890). Esto hace suponer que los problemas más inmediato durante los diez primeros años del Pontificado de León XIII eran los problemas de “moral política”. En un contexto histórico dónde los atentados anarquistas estaban al orden del día (Zar Alejandro II de Rusia, tres atentados), el marxismo en auge y la teoría del Contrato Social de Rousseau era aceptada por el liberalismo doctrinario y las consecuencias socio-económicas de la Revolución Industrial fueron catastróficas, León XIII debe salir desde su cátedra de Pedro a poner las cosas en claro.

En DiuturnumIllud rechaza el concepto de soberanía popular de Rousseau fundamentando que el origen del poder político viene de Dios, no de un contrato propuesto por el Pueblo.Con San Pablo en la Epístola a los Romanos, nos dice: “no hay autoridad sin Dios”. La argumentación filosófica se basa en tres premisas:

La sociabilidad natural del hombre.

1. En la necesidad de la obediencia política como una obligación de conciencia.

2. El asentimiento universal de los pueblos respecto al origen sagrado de la autoridad.

Sobre la intervención del pueblo en la elección de los gobernantes, la encíclica, en su tenor literal (No 4), parece inclinarse por la teoría de la llamada “designación”, no aceptando la teoría de la “traslación”, que sería “collativa” o atributiva de las facultades de poder: ¨... es importante advertir en este punto que los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos, en determinadas circunstancias, por la voluntad y juicio de la multitud, sin que la doctrina católica se oponga o contradiga esta elección. Con esta elección se designa el gobernante, pero no se confieren los derechos del poder. Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se establece la persona que lo ha de ejercer. No se trata en esta encíclica de las diferentes formas de gobierno.

No hay razón para que la Iglesia desapruebe el gobierno de un solo hombre o de muchos, con tal que ese gobierno sea justo y atienda a la común utilidad. Por lo cual, salvada la justicia, no está prohibida a los pueblos la adopción de aquel sistema de gobierno que sea más apto y conveniente a su manera de ser o a las instituciones y costumbres de sus mayores¨.

Siguiendo este razonamiento y para evitar confusión de los católicos con vocación al llamado del orden político, nos exponeen Graves de communi del18 de enero de 1901, sobre la democracia Cristiana [1]en su punto 5 lo siguiente¨…No hay duda alguna sobre lo que pretende la democracia social y a lo que debe aspirar la democracia cristiana. Porque la primera en muchos llega a tal grado la malicia, que admite fuera de lo natural, busca exclusivamente los bienes corpóreos externos, poniendo la felicidad humana en su adquisición y goce. De aquí el deseo de que la autoridad resida en pueblo, para que, suprimidas las clases sociales y nivelados los ciudadanos, se establezca la igualdad de bienes; como consecuencia se aboliría el derecho de propiedad y la fortuna de los particulares así cómo los medios de vida pasarían a ser comunes. Por el contrario la democracia cristiana, por el hecho mismo de recibir ese nombre, debe estar fundamentado en los principios de la fe divina, atendiendo de tal suerte al interés de las masas que procure perfeccionar saludablemente los ánimos, destinados a bienes sempiternos. Nada pues para ella tan santo como justicia que manda que se conserve íntegro el derecho de propiedad, defiende la diversidad de clases, propia de toda sociedad bien constituida y quiere que su forma su forma sea la que el mismo Dios su autor ha establecido. De donde claramente se infiere que nada hay de común entre la democracia social y la cristiana y que entre sí difieren como se diferencia la secta del socialismo y la profesión de la religión cristiana”.

3. La cuestión obrera.

El 15 de Mayo de 1891, escribe la obra que Pío XI denomino como la Carta Magna de la acción cristiana en el orden social que fue la Rerum Novarum, sobre la situación de los obreros.Constituyó la culminación del Catolicismo social.Precedido por una serie de actuaciones y estudios de los católicos sociales: 1. el Cardenal De Bonald de Lyon, 2. Cardenal Manning, arzobispo de Westminster, 3. Cardenal Gibbons, arzobispo de Baltimore, el márques de la Tour du Pin, Balmes, Donoso Cortés, De Mun, etc.

León XIII, nos enseña que no se puede ir contra la naturaleza del orden creado. La violencia o el enfrentamiento no es el camino más adecuado para solucionar los problemas, porque dejamos en un segundo plano el respeto de la condición humana. No existe enemistad entre las clases, sino concordia. Esos supuestos son artificiales. La comunidad no puede desarrollarse en aras del bien común sin el equilibrio entre el trabajo y el capital.

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, con inteligencia y voluntad. Lo hizo dueño y señor de los demás bienes y creaturas de la tierra. Porque de la fecundidad de la tierra, el hombre con su recta razón subordinada a la ley eterna tiene la capacidad de elección de las cosas más convenientes para su propia conservación y la de su familia. El hombre es coparticipe de la creación, por ese motivo debe utilizar justamente de los bienes. El derecho natural primero del hombre es el de casarse por medio del sacramento del matrimonio y tener descendencia. Dos una sola carne, nos enseña el magisterio pontificio. El varón, como padre de familia debe proveer el sustento. El hombre con su inteligencia y fuerza corporal (trabajo) dignifica su persona y a su familia. Por esta razón, no se puede colectivizar la propiedad porque dañaría la dignidad de la persona y su herencia (prolongación de la personalidad del padre). El hombre no es un instrumento mecánico de la sociedad, tampoco un individuo autosuficiente (liberalismo). Los principios son inmutables y la acumulación de las riquezas y de los medios de producción en manos de unos pocos acrecientan las desigualdades sociales y económicas de las clases sociales; razón por la cual, sustentados en la teoría plusvalía, el socialismo veía como única metodología de combate para eliminar las injusticias sociales, lalucha de clases (tesis-antítesis-=síntesis). Enfrentamiento entre capital y trabajo.

El Estado es el ordenamiento jurídico de la nación. Es un ente artificial creado por el hombre debido a su naturaleza social conforme a las enseñanzas de la divina sabiduría. Su función es la de velar por la prosperidad y el bien común de los pueblos. Está constituido por una clase gobernante que ejerce la administración del mismo, procurando la recta ordenación de las familias, la justicia social, distributiva y conmutativa, la caridad política, haciendo respetar los derechos especialmente de los pobres y débiles para que orgánicamente e institucionalmente se logre alcanzar el bien común de la sociedad. Los gobernados deben obedecer y respetar la autoridad del Estado en tanto que sus derechos y dignidad no se vean afectados.

León XIII en RN, nos propone el modelo del Estado Bienestar. Concepto que es rechazado por el liberalismo y por el socialismo. El liberalismo propugna la mínima intervención del Estado, reduciéndolo únicamente a cuestiones privadas. Por su parte, el socialismo atribuye al Estado el control absoluto de la vida de los ciudadanos. 

4. Los derechos sociales del trabajador.

El Estado debe tutelar los bienes externos y de los derechos de sus ciudadanos. No sólo de los bienes materiales sino también de los espirituales porque no sólo de pan vive el hombre. Pero no puede expropiar lo que es legítimamente adquirido por sus súbditos. El salario justo por el libre consentimiento es otro de los derechos que la RN nos menciona. El salario debe cubrir todas las necesidades básicas tanto personales como necesarias para los diversos usos de la vida. A través del ahorro, el hombre adquiere la propiedad privada. El derecho de propiedad es inviolable. El Estado no puede absorberla por la dureza de los impuestos. La tierra producida es el trabajo del hombre y el fundamento de la propiedad; por la misma el hombre se arraiga a un lugar cultivando la virtud de patriotismo.

El derecho de asociación es un derecho natural de los obreros. La finalidad de estas asociaciones debe ser la de proteger los intereses de los obreros frente a las injusticias sufridas y aspirar a una prudente solicitud por el bien común. La naturaleza social de los hombres los lleva a adoptar este tipo de organización para satisfacer su vocación de perfección. La moderación y la disciplina deben ser pilares en el funcionamiento de estas asociaciones para lograr un justo acuerdo y la unanimidad de voluntades en la acción. Los intereses de las partes deben ser armónicamente fusionados. Los sindicatos también deben velar por la salud espiritual de sus miembros. Estas asociaciones obreras han sido instituidas para garantizar los derechos naturales de sus afiliados y no para someterlos.

La huelga es un derecho que tienen los trabajadores para hacer valer sus derechos y sus justas pretensiones. Pero esta metodología no puede ser sino una opción extrema; antes se debe agotar todos los medios de conciliación y entendimiento posibles. La decisión de lanzarse a la huelga debe estar aprobada por el sindicato. La huelga es un derecho que tiene sus limitaciones. Antes de lanzarse a esta potestad, los dirigentes gremiales deben tener presente algunas consideraciones como por ejemplo: si el objetivo y el bien que buscan es justo y de ser así, si será posible que obtengan el resultado esperado sin provocar mayores males que el bien anhelado. Como el bien común priva sobre el de los particulares, la huelga de los gremios de servicios públicos; al igual que los miembros de las FF.SS. y FF.AA. es considera ilícita. Los obreros deben evitar todo acto de violencia y vandalismo con particulares y bienes materiales.

El magisterio de León XIII, aborda la cuestión obrera en su total dimensión enalteciendo y defendiendo la dignidad del trabajador. El liberalismo rechaza la intervención del estado como garante del bien común, el salario se debe ajustar a la ley de oferta y demanda. En cambio el socialismo pretende solucionar el problema social con la colectivización de la propiedad privada. En síntesis se puede concluir que León XIII no está cerca de ninguna postura sino que redimensiona la cuestión obrera a partir de, por y para Cristo.

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[1]No debe interpretarse esta acepción de democracia cristiana con la Filosofía del Humanismo Integral de Jacques Maritain que años más tarde va ser el cimiento de la filosofía política de la actual democracia cristiana. Maritain era un filosofó aristotélico-tomista francés que intenta sacar la concepción filosófica de Santo Tomás de los calustros cerrados (tomismo académico importado diría más adelante Methol Ferré) para buscar la conciliación con las filosofías modernas desarrolladas a partir de Descartes , en el Siglo XVII. Se interesó en razonar y pensar sobre la acción y el obrar humano, tanto en cuanto a conducta personal, como a la participación de la convivencia social fundado en una visión personalista que afirma la dignidad y los derechos irrevocables del ser humano como condición primera de una estructura social en que imperen la justicia y la libertad (posición contraria a la organización corporativista de los regímenes políticos de Franco, Olivera Salazar, Mussolini, etc.) centrándose en el problema urgente de la reconstrucción de la democraciadevastada por la Guerra intentado dejar las bases sólida para la convivencia democrática indispensable como punto de partida de la NUEVA CRISTIANDAD, concepción a la que jamás renunció. Esto da el estamento político a la democracia cristiana actual surgida en la post-guerra mundial, intentando pensar una modernidad construida desde categorías católicas, con la inserción de la revolución científica y social como derivación de la Revolución Industrial en la realidad continental Europea. 

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