Dios cuida a los que velan por los pobres
- 16 Julio 2018
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Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.
Jesús dijo a sus apóstoles:
"No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.
Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y al que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, y dieron origen, con el correr de los tiempos, a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Los orígenes de la Orden del Carmen se remontan al siglo XII, época de cruzadas. Algunos penitentes y peregrinos se asentaron en las laderas del monte Carmelo, en Palestina, de donde viene su nombre: carmelitas. En este monte, según narra 1Reyes 18, el profeta Elías luchó contra los 400 profetas de Baal en defensa de la pureza de la fe en Yahvé, el Dios de Israel. Los peregrinos que hasta él llegaban trataban de vivir de forma eremítica, en imitación del profeta Elías. Con el tiempo, la situación en el lugar se hizo insostenible por la hostilidad de los sarracenos, y la Orden y sus ideales se trasladaron a Inglaterra.
De esta primera mitad del siglo XIII proviene la moción de dar a la Orden una Regla de vida, que tradicionalmente se atribuye al Patriarca de Jerusalén, Alberto Avogadro, y que da como finalidad de la Orden la de vivir en obsequio de la Virgen María, especialmente por su bondad y en sus cuidados de Madre, convirtiéndose así en una Orden mariana.
Por esta misma época se une a la Orden san Simón Stock, quien llegó a ser, una vez vuelto a Inglaterra, superior general elegido en el capítulo de 1247.
En los primeros siglos, los carmelitas celebraban como Patrona principal de la Orden a la Virgen bajo advocaciones como la Anunciación o la Asunción, la fiesta principal de la Orden era el 15 de agosto.
Pero entre 1376 y 1386, se estableció la costumbre de celebrar una fiesta especial de la Virgen para conmemorar la aprobación de la Regla por el papa Honorio III en 1226.
La fecha escogida fue el 16 de julio porque la tradición de la Orden narraba que ese día del año 1256, a san Simón Stock se le apareció en Cambridge, Inglaterra, la propia Virgen María con el famoso «escapulario marrón», y le dijo «Toma amado hijo este escapulario de vuestra orden como símbolo de mi confraternidad y especial signo de gracia para vos y todos los Carmelitas; quienquiera que muera en este prenda, no sufrirá el fuego eterno. Es el signo de salvación, defensor en los peligros, prenda de la paz y de esta alianza».
Sin embargo, la tradición que narra el milagro y las palabras de la Virgen es bastante tardía. El primer testimonio explícito que se tiene sobre el escapulario es recién de final del siglo XVI, de 1592. Los defensores de la autenticidad histórica de la escena aseguran que la promesa se transmitió de manera exclusivamente oral desde Simón Stock hasta los tres siglos posteriores en que la leem Se admita o no esa autenticidad histórica de la escena, lo cierto es que el escapulario quedó incorporado a partir del siglo XVII a la vida carmelita, y se difundió también enormemente entre los laicos, no estando la «promesa» como tal excenta de debates teológicos, ya que parece dar una «certeza de salvación» ligada al uso de un objeto, que contradice la doctrina más elemental de nuestra fe que sólo pone su confianza de salvación en la Pascua de Jesús.
La Iglesia ha permitido de manera constante el uso del escapulario, e incluso algunos papas lo han promovido, pero siempre interpretando la promesa en terminos espirituales, es decir, no ligando la salvación al objeto como tal, sino a que a través de él se manifiesta el amor a la Madre, y en ella la fe en el Hijo, único salvador.
La Virgen del Carmen es patrona y Generalísima de los ejércitos de Chile, y protege también, como Stella Maris, a los trabajadores del mar.
El breve artículo, Historia del Carmen, en Archimadrid, representa la exposición tradicional y armonizada de los datos sobre el nacimiento de la Orden y el escapulario; otro más sólido, de la Enciclopedia Católica, reconstruye históricamente la «aparición» del escapulario, y da una interpretación teológicamente aceptable de la promesa. Estos dos textos, además del Butler-Guinea correspondiente al 16 de julio, he tomado como base para el presente artículo.
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén
San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Entrevistas a las hijas de la Caridad, 31/07/1934
«Dios cuida a los que velan por los pobres» (Trad. ©Evangelizo.org)
Otro medio para permanecer fiel, hijas mías, es un desprendimiento perfecto de padre, de madre, de familiares y de amigos, de manera que le pertenezcan solamente a Dios. Y para obtener ese gran bien, es necesario desprenderse de todo y de tener nadie propio. Los apóstoles tenían ese desprendimiento. Por una moneda, tendrán cien; tantas damas, tantas madres; así es, hijas mías, la Providencia no les faltará jamás. ¿Tendrían ustedes el coraje de entregarse a Dios, que tanto piensa en ustedes? No pretendan reservarse cualquier cosa para su propia subsistencia; confíen siempre en la Providencia. Los ricos pueden caer en la necesidad por los accidentes que ocurren a menudo, pero aquellos que quieren depender enteramente de Dios jamás se encontrarán en la pobreza.
¿Verdad que es bueno vivir así, hijas mías? ¿A qué hay que temer? Pues Dios prometió que no les faltará nada a las personas que habrán cuidado de los pobres. Hijas mías, ¿no quisieran más las promesas de Dios que los engaños del mundo? Dios se ha obligado a proveernos en todas nuestras necesidades.
Santo Evangelio según San Mateo 10, 34--11, 1. Lunes XV de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la fuerza para superar las dificultades que me impiden entregarme totalmente a Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy, en la memoria de nuestra Señora del Carmen, es una exhortación a estar preparados a las dificultades que día a día se presentan. Jesús es claro al decir "no he venido a sembrar paz, sino espadas."
Entonces, ¿para qué y porqué seguir a Jesús, si en vez de paz trae guerra y división en casa? A esta pregunta no es fácil responder, porque expresa una búsqueda de sentido.
Y en esta búsqueda comienza la tensión y contradicción contigo mismo y con los demás, comenzando con los de tu casa. Seguir el ejemplo de Jesús es nadar contra corriente. Poco a poco pasas de una vida sin control a una vida en la que tomas el control de tu vida; pasas de ver el punto negro en la pizarra a la inmensidad de la pizarra con relación a la mancha; pasas de ver el suelo ante las dificultades, a ver el cielo lleno de oportunidades.
Si eres asiduo visitando la Iglesia, habrá familiares y amigos que te dirán epítetos que brotan de sus propios miedos por encontrarse consigo mismo, un clásico "ratón de iglesia". Jesús por esto vino a traer espada, porque los demás se sentirán apelados al cambio; la verdad incómoda y mucho, si se dice al "desnudo". Jesús vino a romper todos los esquemas y a llevarte por el camino en el cual te desarrolles como persona.
Muchos rechazan rotundamente salirse de su status quo por miedo a sí mismos.
Si Jesús dijo "no es digno de mí; el que…" no es porque no les puedas amar, sino porque no te atreves a amar, los únicos que pueden enseñarte a amar es la Sagrada Familia.
Que Jesús, José y María te guíen para que encuentres el sentido de tu vida y que junto a ellos fortalezcas tu relación con Dios.
Todos, sobre todo en nuestro tiempo, en el que parece que prevalecen el egoísmo y el individualismo, debemos asumir como primer y fundamental compromiso crecer día a día en un amor mayor a Dios y a los hermanos para transformar nuestra vida y transformar así también nuestro mundo.
(S.S. Benedicto XVI, Audiencia, 11 de agosto 2010)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy pediré a la Sagrada Familia que me ayuden a darle a Dios el primero lugar en mi vida y a amarlo sobre todas las cosas.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Exigencias de la imitación de Cristo
El Señor formula tres exigencias para los que le quieren seguir. ¿Las conocemos?
En la piedra fundamental de un Santuario de Schoenstatt están grabadas dos manos abiertas. Una viene de arriba, otra se adapta desde abajo en esta mano abierta. ¿Y el significado de esta imagen? Dios precisa al hombre. Dios llama al hombre a su servicio. El hombre debe ser compañero y colaborador de Dios en el desarrollo de su Reino.
Ya en el bautismo recibimos la llamada personal de Dios, para participar en la redención del mundo y de los hombres. En el Evangelio Jesús nos invita a entregarnos totalmente por su misión, de seguirle generosamente en su camino. El Señor formula tres exigencias para los que le quieren seguir:
1ª Exigencia: “El que encuentra su vida, la perderá: y el que pierda su vida por mí, la encontrará”.
Jesús exige renunciamiento a la realización arbitraria de la vida; exige la lucha contra el egoísmo y la obstinación; exige entregar y arriesgar la vida para Él y su Reino.
Sabemos y experimentamos cada día nuevamente que el egoísmo está muy dentro de nosotros mismos. Por eso, ninguno de nosotros, si quiere ser colaborador en el Reino de Jesús, puede desistir de esta lucha diaria. Así tenemos un vasto campo para nuestra auto educación. E incluso, si no podemos aniquilar este virus del mal hasta el fin de nuestra vida, lo que importa es que estemos luchando contra él hasta el último día.
Sólo esta abnegación de sí mismo, sólo esta renuncia del amor egoísta hace al hombre libre, abierto y generoso por el amor a Dios y por el amor a los demás. Toda nuestra vida tiene que ser un esfuerzo diario para des-centrarnos de nosotros mismos por la construcción de un nuevo mundo, un mundo lleno de amor, de entrega, de magnanimidad.
Cada uno por su camino y según los dones de la gracia está llamado a cumplir servicial y desinteresadamente sus tareas humanas, por amor a los suyos y a todos los hombres, y, en definitiva, solamente así vamos a encontrar la vida eterna.
2ª Exigencia: "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”.
La disposición para el sufrimiento, la pena y la cruz en el camino del seguimiento, es otra exigencia del Señor. No debemos buscar el sufrimiento, pero tenemos que aceptarlo si nos es impuesto. Tenemos que abrazar la cruz, por amor a Jesús y a la voluntad de Dios Padre.
Jesucristo mismo también se enfrentó con esta dolorosa realidad humana, que afecta a todos y desconcierta a muchos. Su vida es un continuo sacrificio, un diario camino de Cruz. Permanentemente se enfrentó con el sufrimiento, lo santificó, lo sublimó y nos dejó el mensaje consolador de que la cruz tiene un sentido altamente redentor.
Tomemos, por eso, con fuerza y fidelidad nuestra cruz de cada día, el gran medio de redención y semejanza con Jesús y sigámosle. Ofrezcámosla a Él y a la Virgen María como nuestro aporte más valioso al Capital de gracias.
3ª Exigencia: "El que ama a su padre y a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí”.
Es la tercera exigencia de Jesús para los que le siguen, para los que son verdaderamente cristianos.
A primera vista parece ser una exigencia un poco oscura. Porque Dios mismo nos puso en el corazón el amor natural a los padres, a los hijos, a los seres queridos. Y todos sabemos y experimentamos de forma positiva o negativa cuán decisivo es el ambiente de la familia natural en el éxito o fracaso de la vida humana. Una inmensa responsabilidad gravita sobre los padres, más si pensamos en su obligación de desarrollar la vida religiosa en sus hijos. Porque padre y madre, en primer lugar, son los responsables de que los suyos encuentren una relación profundamente personal con Dios, un amor sano hacia Dios y hacia los demás. Por eso, como en ningún otro campo de la vida humana, es necesario la conducción de Dios en la educación y formación de la juventud.
Pero Jesús no se pronuncia contra el amor familiar.
Pone en claro el criterio, cuando se trata de jerarquizar el amor y sus exigencias: Dios está por encima de todo. Las exigencias más nobles del amor humano pasan al segundo plano, cuando Cristo se hace presente con sus exigencias.
También María, la Madre de Jesús y San José tuvieron que experimentar esta contradicción. Fue cuando Jesús, a la edad de doce años, por voluntad del Padre celestial se quedó en el templo, a pesar de ser buscado desesperadamente por sus padres.
Creo que en nuestra época de conflictos de generación, sobre todo los jóvenes que sienten vocación religiosa, se encuentran ante esta alternativa. Porque no raras veces tienen que conquistarse su misión personal, tienen que tomar sus decisiones de vida, tienen que arreglar su propia existencia- contra la opinión y contra la voluntad de sus padres y familiares. Pero también cada uno de nosotros puede llegar, un día, a la situación de tener que renunciar a afectos familiares o amistosos, para poder obedecer a Dios, sin ninguna restricción.
Queridos hermanos, pidámosle entonces a la Virgen María que nos dé fuerzas para seguirle fielmente a su Hijo, por todos los caminos que Él quiere llevarnos. Y que Ella sea nuestra gran estrella en el caminar detrás de las huellas del Señor.
¡Qué así sea! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Novena al Apóstol Santiago el Mayor
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad (16 al 24 de julio)
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor infinitamente Misericordioso, sin cuyo auxilio nada podemos, y nada valen nuestras obras, dignaos, Señor, concederme que os sea agradable este culto que deseo rendir a vuestro amado discípulo. No miréis, Señor piadosísimo, la gravedad de mis culpas, que humildemente os confieso. Perdonádmelas Señor, por la Pasión y Muerte de de vuestro Santísimo Hijo y dulcísimo Redentor mío, por las lágrimas de su Purísima Madre, y por el martirio de vuestro Apóstol, pues de todo corazón me pesa haberos ofendido, por ser quien sois infinitamente amable, poderoso y justo. Quisiera antes morir, que haber agraviado a vuestra inmensa Majestad; propongo firmísimamente enmendarme con vuestra gracia, que espero de vuestra misericordia, y hacer por ella todo lo posible para vivir y morir como hijo de la Santa Madre Iglesia y devoto del Apóstol Santiago, y mereceros alabaros con él eternamente en la Gloria, Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
O fidelísimo discípulo del Divino Maestro Jesucristo, que mereciste os escogiese por una de las primeras columnas de la Iglesia, y por fundador y patrono de las de España, que por vuestra predicación y merecimientos recibió la fe católica, y espera mantenerla hasta el fin del mundo, ¡Oh padre y protector de todos los fieles!, aclamado seáis en todas las naciones, os pido me alcancéis las gracias que tanto necesito. Confirmadme en la fe y en el santo temor de Dios que tanto necesito. Interceded por mi ante el Todo Poderoso para que me otorgue el favor que os pido en esta novena y así tener un motivo más para daros gracias en la Gloria. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Dios suplicámoste nos concedas, que por medio de la protección de tu amado Apóstol, lleguemos a gozar de la paz eterna. Amén.
DÍA PRIMERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Gloriosísimo Apóstol que a la primera voz con que el Divino Maestro os llamó para discípulo suyo, os resolviste prontísimamente a seguirlo, abandonando con ánimo generoso las conveniencias esperanzas del mundo por entregaros enteramente a la voluntad y servicio del Señor; infinitas gracias doy a su Majestad por ese singular beneficio que os hizo, y a vos os ensalzo por la puntualísima obediencia y fidelidad con que le habéis correspondido. Bien veis cuan metido me hallo en las redes de mis pasiones, preso de mi amor propio y atado a mis temporales intereses, que me impiden seguir a Dios y atender a sus amorosos llamamientos. Alcanzadme del Señor una alentada resolución como la vuestra, para romper estos lazos, y desembarazarme de todos los apegos que me estorben para servir a Dios; dadme una rendida atención a las divinas inspiraciones para aplicarlas y obedecerlas como vos lo hicisteis. Promoved y fortaleced la fe, la fidelidad y aún la felicidad temporal de la Iglesia.
Para que imitándoos en seguir a Cristo acá en la tierra, os acompañemos también en gozar de su vista en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Invicto defensor de la fe a quien el Divino Maestro distinguió con el renombre de “hijo del trueno”, profetizando los fogosos incendios de caridad con que habíais de consumir la idolatría en las tierras a donde llevasteis la luz del Evangelio, añadid a ese imponderable beneficio el de alcanzarme de Dios eficaces auxilios para que yo desempeñe adecuadamente el nombre de cristiano, cumpliendo exactamente con las obligaciones que con él hemos contraído, para que en el día del juicio el Divino Pastor no nos desconozca como sus ovejas. Ayudadnos a mantenernos siempre triunfantes de enemigos visibles e invisibles, para mayor gloria de Dios, y así hacernos dignos de acompañaros en la Patria Celestial. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA TERCERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dichosísimo Apóstol, que por la fiel correspondencia a los favores del Todo Poderoso Jesús, os hicisteis de sus altas confianzas, y de que se acompañase de vos para las obras de su Omnipotencia, llevándoos consigo para testigo de la portentosa Resurrección de la hija de Jayro, yo os suplico rendidamente por esta particular distinción, que su Majestad hizo en vos, presentéis al Señor mi pobre alma, quizá muerta por la culpa, o al menos lastimosamente débil y lánguida por su tibieza, para que su infinita piedad la resucite a la vida de la gracia, la fortalezca e infunda un nuevo y vigoroso espíritu, con la que en adelante le sirva con mayor fervor y más vivo deseo de su mayor honra. Haced lo mismo con todos los infelices que están en pecado mortal, para que lleguen vivas a la presencia del Señor en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA CUARTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dilectísimo Ministro de la Majestad Suprema de Dios, y tan favorecido del Soberano Jesús, que no quiso en la tierra manifestar la Gloria de su maravillosa Transfiguración, sin que vos fueseis participante de ella, yo os suplico encarecidamente por aquel gozo, que tuvisteis en el Tabor, cuando visteis en él reducida a un breve mapa la bienaventuranza eterna, que así como para subir a la cumbre, en que merecisteis gozarla, os confundiste con la abnegación de vos mismo, el desprecio del mundo y una rendida obediencia a los preceptos de Jesucristo, por los mismos medios me disponga a recibir del Señor una luz, con que mas claramente conozca y contemple en esta vida sus perfecciones y altísimos atributos, para que cada vez más y más enamorada de aquella incomprensible hermosura, desprecie por ella todas cuantas delicias me pueda ofrecer la tierra, y ponga todos mis cuidados en conseguir las del cielo. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA QUINTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Benignísimo Apóstol y amado del salvador del mundo, que no quiso apartaros de su lado en las agonías que padeció en el Huerto, y le debisteis la dulce piedad de disimularos que estuvieseis durmiendo mientras su Majestad, desangrándose en sudor copioso, estaba orando; yo os suplico humildemente, que así como vos, recobrado de aquel sueño supisteis pagar al Señor aquel descanso con las fatigas, desvelos y sudores de vuestro apostólico ministerio, hasta dar la vida por Él, que la había dado por vos, así yo, considerando la gran pérdida de tiempo que diariamente hago al estar dormido para el cuidado de mi alma y demasiadamente despierto para las cosas del mundo, abra desde ahora los ojos, para ver con ellos cuan lejos voy del camino que el Maestro nos ha enseñado y conciba un propósito eficacísimo de desvelarme más por mi salvación y no perdonarme fatiga, ni sudor alguno, que me conduzca hacia el bien espiritual de mi alma y así merecer con vos el eterno descanso.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SEXTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Esforzadísimo campeón de la Santa Madre Iglesia, os suplico rendidamente, que así como supisteis plantar en tierras lejanas la verdadera religión de Jesucristo, cuidéis de conservarla en mí y en tantos otros que sinceramente buscan conocer la única Verdad. No ignoráis, santo mío, que en mí, y quizá en muchísimos, está muy apagada (o como muerta) la Fe, por falta de obras dignas del carácter de legítimos hijos de Dios. Sacad la espada contra nuestros rebeldes apetitos que nos tienen en cruel cautiverio. Rescatadnos de la mísera esclavitud de nuestras pasiones, bárbaramente dominantes. Alcanzadnos, del Divino Maestro, una nueva conversión, para que la penitencia y el continuo ejercicio de las virtudes nos acrediten ser dignos miembros de la Militante, y en el futuro, de la Triunfante Iglesia. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Afortunadísimo apóstol, tan favorecido por la Reina del Cielo, María Santísima, que merecisteis, estando aún ella en esta vida, viniera desde Jerusalén a visitaros, fortaleceros y significaros, que era gusto de Dios, y suyo, le erigieseis en Zaragoza un templo, que fue el primero, que en el orbe cristiano se vio consagrado a la verdadera y única Deidad y a la que le dio el humano ser, yo os suplico, por el mérito y el consuelo que tuvisteis al ejecutar tan dulce y tan hermoso precepto, consagréis también mi corazón en templo de María Santísima, y le hagáis firmísima columna, sobre la cual esté siempre dignamente colocada y servida de mis potencias y sentidos, como amabilísima Madre y poderosísima Señora. Haced (tiernísimo devoto de esta gran Reina) que todos os imitemos en amarla y en servirla, para que así como se dignó visitaros en vida, así en ella, y en la hora de nuestra muerte nos visite y asista hasta ponernos seguros en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA OCTAVO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Constantísimo soldado de Jesucristo, que por servirle leal y valerosamente, no sosegasteis hasta derramar gustosamente vuestra sangre, y rendir por Él vuestra cabeza al cuchillo, yo os agradezco y alabo por esa heroica constancia, y os suplico rendidamente interceded la entereza que necesito, para estar pronto a perder antes mil vidas que faltar a la fidelidad que le debo a mi Dios y Creador. Ved, santo mío, que en mi alma, y en la de tantos otros, hay mucho que sanar y convertir. Alcanzadnos, del Divino Maestro, la salvación y conversión. Alentad y confortad nuestro espíritu para que sepa resistir firmemente los combates con el enemigo, y perder cuanto sea necesario, honra, hacienda y vida, antes que perder la gracia, perseverando siempre en ella, hasta poseer la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA NOVENO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Suavísimo bienhechor, por vuestra intercesión y protección alcanzadme de Dios Padre de las Misericordias, el perdón de los muchos delitos con que lo he ofendido, alcanzadme la gracia de que el maligno enemigo no tenga más poder sobre mi, los dones que nos sean necesarios para vencer nuestras pasiones. Ayudadme para que os imite en los méritos dignos de premio eterno, para que solicite la honra que vos tuvisteis de servirle en la tierra, y así gozarle con vos y los demás bienaventurados en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
¿Un católico a favor del aborto puede comulgar?
Católicos deben openerse al aborto.
Ante los recientes casos de despenalización del aborto en países de mayoría católica, como Irlanda, Colombia, Chile y la posibilidad de que lo mismo ocurra en Argentina, ha surgido la pregunta de si los fieles que están abiertamente a favor de esta práctica pueden recibir la Eucaristía.
Para resolver esta duda, la Iglesia ha emitido varios documentos. Uno de estos es la carta “Dignidad para recibir la Sagrada Comunión: Principios generales”, enviada en 2004 por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de Congregación para la Doctrina de la Fe, a los obispos de Estados Unidos.
La misiva señala que en el caso del grave pecado del aborto, “cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que lleve a término la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía”.
Además, advierte que un católico sería “culpable de cooperación formal en el mal e indigno para presentarse” a la Eucaristía, “si deliberadamente votara a favor de un candidato precisamente por la postura permisiva del candidato respecto del aborto y/o la eutanasia”.
En este contexto, cuando un fiel católico ya ha sido instruido sobre la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, pero aún mantiene su postura pública “con obstinada persistencia” y se presenta a recibir la Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe rechazar distribuirla”.
“Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión está realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando a la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado”, aclara el texto.
En agosto de 2008, el entonces Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica de la Santa Sede, Cardenal Raymond L. Burke, precisó que los católicos, especialmente los políticos que públicamente defienden el aborto, no deben comulgar.
Se refirió también a la responsabilidad de caridad que tienen los ministros de la comunión de negársela si es que la solicitan “hasta que haya reformado la propia vida”.
Católicos deben oponerse al aborto
En el punto 2 de la carta del ahora Papa emérito Benedicto XVI, se recuerda lo establecido en la Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto a decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promuevan el aborto, declarando que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción consciente”.
“En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o ‘participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’”, señala en el numeral 73.
Asimismo, especifica que los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios”.
El pecado del aborto
El aborto es un pecado grave, pues se trata de quitarle la vida a un ser humano en el vientre de su madre.
De acuerdo al derecho canónico, en el canon 1398, quien procura un aborto, así como los que cooperan o colaboran de forma directa, incurren en excomunión automática (latae sententiae), que solo puede absolver el obispo de la diócesis y los sacerdotes a los que él autorice.
Con ocasión del Año de la Misericordia en 2016, el Papa Francisco permitió a los presbíteros de todo el mundo absolver este pecado. Y luego, con la Carta Apostólica “Misericordia et misera”, el Santo Padre extendió este permiso de forma indefinida.
"NINGÚN CRISTIANO ANUNCIA EL EVANGELIO POR SÍ MISMO, SINO SÓLO ENVIADO POR LA IGLESIA"
Papa: "Los mensajeros del Reino no son funcionarios ni empresarios potentes"
"Bastón y sandalias son la dotación de los peregrinos"
José Manuel Vidal, 15 de julio de 2018 a las 12:26
Papa, en la ventana
El Maestro quiere a sus mensajeros libres y ligeros, sin miedos, y apoyados en su Palabra
(José M. Vidal).- El Papa Francisco glosa en su catequesis antes del ángelus el pasaje evangélico del envío de los apóstoles y advierte de que "los mensajeros del Reino no son funcionarios ni empresarios potentes". Además tienen que anunciar a Cristo con "pobreza de medios", con la única dotación del bastón y las sandalias.
Algunas frases de la catequesis del Papa
"Jesús envía a los doce en misión"
"De dos en dos"
"El pasaje evangélico se detiene sobre el estilo misionero"
"La misión tiene un centro y un rostro"
"El centro es la persona de Jesús"
"Los apóstoles no tenían nada propìo que anunciar"
"Hablan y actúan como enviados, como mensajeros de Jesus"
"El Evangelo es también para nosotros"
"Es la misión de la Iglesia"
"Ningún cristiano anuncia el Evagelio por sí mismo, sino sólo enviado por la Iglesia"
"El bautismo nos hace misioneros"
"Un cristiano que no anuncia a Jesús no es un buen cristiano"
"Pobreza de medios"
"Un criterio de sobriedad"
"El Maestro los quiere libres y ligeros, sin miedos"
"Apoyados solo en su palabra"
"Bastón y sandalias son la dotación de los peregrinos"
"Los mensajeros del Rino no son funcionarios ni empresarios potentes, sino humildes trabajadores del Reino"
"Pensemos en esta diócesis de Roma...San Felipe Neri..."