Convertirse y volverse al Señor
- 17 Julio 2018
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Evangelio según San Mateo 11,20-24.
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido.
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría.
Yo les Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú".
San León IV, papa
En Roma, en la basílica de San Pedro, san León IV, papa, protector de la ciudad y defensor del primado de Pedro.
León era romano de nacimiento, pero probablemente de origen lombardo. Recibió su educación en el monasterio benedictino de San Martín, cerca de San Pedro. Las cualidades del joven llamaron la atención de Gregorio IV, quien le nombró subdiácono de la basílica de Letrán y más tarde cardenal-presbítero, titular de «Quatuor Coronati». A la muerte de Sergio II, el año 847, León fue elegido para sucederle en el pontificado. El nuevo Papa fue consagrado sin consultar al emperador, ya que los romanos, aterrados ante la perspectiva de una invasión sarracena, querían ver la cátedra de San Pedro ocupada por un hombre decidido y bueno, por más que la idea no sonreía a san León. Lo primero que hizo fue prepararse para el ataque de los sarracenos, y mandó reparar y reforzar las murallas de la ciudad, pues en los años precedentes, los sarracenos habían penetrado por el Tíber y se habían entregado al saqueo. La lista de las donaciones de san León a las diversas iglesias ocupa veinte páginas del Liber Pontificalis. Además, hizo llevar a Roma las reliquias de numerosos santos, entre las que se contaban las de los Cuatro Coronados, que el Papa mandó depositar en la basílica que había reconstruido en su honor. Pero, por grandes que hayan sido estas realizaciones, quedaron eclipsadas por la magna empresa de la construcción de una muralla alrededor de la colina Vaticana. Tal fue el origen del predio que desde entonces se conoce con el nombre de «la ciudad Leonina».
Sin embargo, san León sabía que las más poderosas murallas son incapaces de defender a un pueblo contra la cólera divina y que un clero negligente o rebelde corrompe a los fieles y provoca esa cólera. Así pues, el año 853 reunió en Roma un sínodo, cuyos cuarenta y dos cánones se referían, en gran parte, a la disciplina y los estudios del clero. El sínodo hubo de tomar también ciertas medidas contra el cardenal Anastasio, quien intrigaba con el emperador Lotario I para obtener la sucesión del pontificado. San León hizo también frente al violento y rebelde arzobispo Juan de Ravena y a su hermano, el duque de Emilia, que habían asesinado a un legado pontificio. El Papa se trasladó a Ravena, donde juzgó y condenó a muerte al duque y a dos de sus cómplices; pero como la sentencia fue dictada en el tiempo pascual, en que no se podía ejecutar a nadie, los asesinos escaparon con vida.
San León tuvo también ciertas dificultades con el duque de la Gran Bretaña, Nemonos, quien se arrogó el poder de establecer una sede metropolitana en su territorio; con san Ignacio, patriarca de Constantinopla, el cual depuso al obispo de Siracusa; y con un soldado llamado Daniel, quien acusó falsamente al Pontífice ante el emperador de tramar una conspiración con los griegos y los francos. Por último, san León tuvo que defenderse también de Hincmar, arzobispo de Reims, el cual le había acusado de impedir que los clérigos depuestos apelasen a la Santa Sede. El enérgico Pontífice falleció en medio de esas pruebas, el 17 de julio del 855.
San León IV fue un hombre que supo combinar la liberalidad y la justicia con la paciencia y la humildad. Cierto que sus principales realizaciones fueron de orden político y temporal; pero ello se debió a los tiempos en que vivió y al hecho de que la historia olvida muy fácilmente la grandeza espiritual, o se preocupa muy poco por ella. San León fue un buen predicador, por lo que se le ha atribuido, aunque probablemente sin razón, una homilía sobre el «Cuidado pastoral». Por su entusiasmo por el canto en las iglesias romanas, san León fue un precursor de san Pío X. Todavía se conserva una carta que escribió sobre ese tema a un abad: «Ha llegado a nuestros oídos un rumor increíble ... Se dice que tenéis tal aversión por el armonioso canto gregoriano ... , que no sólo disentís de su práctica en esta diócesis tan próxima, sino en toda la Iglesia occidental y de todos aquéllos que emplean la lengua latina en las alabanzas al Rey del cielo ...» En seguida, el Papa amenazaba con la excomunión al abad, en caso de obstinarse contra «el supremo jefe religioso» en la cuestión del culto.
El pueblo atribuyó a san León varios milagros, entre otros el de haber detenido un gran incendio en el «borgo» romano con la señal de la cruz. A pesar de las objeciones de los historiadores, parece cierto que Alfredo el Grande, que no tenía entonces sino cuatro años, recibió en Roma, de manos de san León, el título honorario de «Cónsul Romano» (que no equivalía a la consagración regia). Algunos historiadores atribuyeron erróneamente a san León la institución del rito del "Asperges" antes de la misa dominical.
La principal fuente es el Liber Pontificalis con las notas de Duchesne. Pero también se encuentran ciertos datos en las crónicas de Hincmar de Reims y en las cartas del Pontífice.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Romano de nacimiento, fue creado papa en 847; monje en San Martín de Roma y elevado al sacerdocio por el papa Sergio II. Gregorio IV le nombró cardenal de los Cuatro Coronados.
Rodeó de murallas el Vaticano y construyó una parte de Roma, que de su nombre se denominó Ciudad Leonina, y fortificó a Ostia y Porto.
En su pontificado los sarracenos invadieron a Italia; pero no pudieron entrar en Roma. San León, al frente de un grueso ejército de romanos, los deshizo junto a Ostia, 849.
En 853 reunió un concilio de sesenta y seis obispos; al fin de su pontificado reconstruyó la ciudad de Civita-Vecchia, la antigua Centum Cellae, destruida por los sarracenos, que amenazaban caer sobre Roma. Murió en 855.
Los historiadores le apellidaron Mitissimus heros, el héroe suavísimo.
Santiago de Saroug (c. 449-521), monje y obispo sirio
Poema
Convertirse y volverse al Señor
Volveré a la casa de mi Padre, como el hijo pródigo, y seré acogido. Tal como lo hizo él lo haré yo: ¿no me va a escuchar? A tu puerta, Padre misericordioso, llamo; ¡ábreme para que entre, por miedo a que me pierda y me aleje y perezca! Me has hecho tu heredero, y yo he abandonado mi herencia y he dilapidado mis bienes; que desde ahora sea como un mercenario y como un servidor.
¡Tal como la tuviste del publicano, ten piedad de mí, y por tu gracia viviré! Como a la pecadora, perdona mis pecados, oh Hijo de Dios. Como a Pedro, sácame de en medio de las olas. Como lo hiciste con el ladrón, ten piedad de mi bajeza y ¡acuérdate de mí! Como a la oveja que se perdió, búscame, Señor, y me encontrarás; y sobre tus espaldas llévame, Señor, a la casa de tu Padre.
Como al ciego, ábreme los ojos ¡que vea tu luz! Como al sordo, ábreme los oídos, que oiga tu voz. Como al paralítico, cura mi enfermedad, que alabe tu nombre. Como al leproso, con tu hisopo purifícame de mis suciedades ( Sal 50,9). Como a la adolescente, hija de Jairo, hazme vivir, oh Señor nuestro. Como a la suegra de Pedro, sáname, porque estoy enfermo. Como al joven, hijo de la viuda, ponme de nuevo en pie. Como a Lázaro, llámame con tu propia voz y desata mis vendajes. Porque he muerto por el pecado como de una enfermedad; ¡levántame de mi ruina, que alabe tu nombre! Te lo ruego, Señor de la tierra y del cielo, ven en mi ayuda y enséñame tu camino, que yo vaya hacia ti. Condúceme hacia ti, Hijo del Bondadosísimo, y que llegue al colmo tu misericordia. Iré hacia ti y allí me saciaré de gozo.
Abre los ojos a las maravillas de Dios
Santo Evangelio según San Mateo 11, 20-24. Martes XV de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por todo lo que me has concedido y me concederás. Te pido la gracia de saber reconocer, en todo momento, tu amor y tu gracia para crecer cada vez más en mi camino de santidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cuántas cosas hace Dios en nuestra vida a lo largo de un solo día y seguimos igual? Cada día, cada momento, Dios nos está hablando y ayudando dándonos las gracias necesarias para seguir adelante en nuestro camino de santidad.
Él nos da todo para ir construyendo nuestra vida en su presencia, pero somos nosotros quienes no hacemos caso a su voz y no correspondemos con nuestra vida. Dicen que una cosa no se valora hasta que se pierde y, para que no nos pase eso, debemos de saber identificarlas y apreciarlas. Identificar las gracias y bendiciones de Dios en todo momento. No arrepentirnos de haberlas desaprovechado por haber estado despistados.
San Agustín lo dijo muy bien: "Temo la gracia de Dios que pasa y tal vez no vuelva". No debemos de vivir preocupados porque no se nos pase ninguna gracia, pero sí debemos de procurar estar atentos siempre. Dios no se cansa de darnos su ayuda en cada momento que más lo necesitamos, pero somos nosotros quienes nos cansamos de estar alerta. Y después nos quejamos con Dios, que nunca nos habla, que no nos ayuda, etc.
Todo a nuestro alrededor nos dice: "Abre los ojos a las maravillas de Dios en tu vida y no seas ciego"; sepamos reconocer la voz de Dios a lo largo de nuestro día, siempre por medio de la oración cordial, teniendo siempre unido nuestro corazón al de Dios.
El gran desafío de nuestros días es el de ayudar a las personas a que se abran a la trascendencia. A que sean capaces de mirar en su interior y de conocerse a sí mismas de manera que puedan reconocer la interconexión recíproca con los demás. Darse cuenta de que no podemos permanecer aislados los unos de los otros.."
(Discurso de S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscar un tiempo para estar con Jesús Eucaristía para recordar con Él los momentos de gracia que me ha concedido durante el día y agradecerle de corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Jesús, división y contradicción
He venido a traer fuego sobre la tierra.
He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Reflexión
Si observamos el mundo de hoy, si miramos al hombre moderno, podemos distinguir dos tipos o clases de personas.
1. El hombre adaptado. Sufre bajo una enfermedad grave y universal: la masificación. Por eso, podemos llamarlo también el hombre masa. Según el Padre José Kentenich, Fundador del Movimiento de Schoenstatt, es aquel que piensa lo que piensa, porque los demás lo piensan; aquel que dice lo que dice, porque los demás lo dicen; el que hace lo que hace, porque los demás lo hacen.
Es un esclavo: un esclavo de lo que dicen los diarios y la televisión, de lo que opina su partido, de lo que dicta la moda - porque “hay que estar en onda”. El hombre masificado no piensa por sí mismo y no decide por sí mismo, sino se deja arrastrar por los demás. Por eso, no tiene personalidad, ni carácter, ni interioridad.
Tal vez deberíamos vernos también a nosotros mismos en ese espejo del hombre moderno. Probablemente encontraríamos algunos rasgos nuestros en él.
2. Al otro tipo de hombre podríamos llamar el hombre-contradiccion. Es el hombre anti-masa, el hombre plenamente libre, que puede pensar y decidir por sí mismo. Es capaz, por lo tanto, de asumir responsabilidades, de comprometerse, de ser fiel.
Resulta ser una personalidad sobresaliente, pero también un hombre que inquieta y choca, que desconcierta y desafía - que nada contra la corriente. Y es porque actúa de acuerdo con su propia conciencia, y no con la opinión pública. Pero eso le da también una paz verdadera, una lucidez interior, una serenidad muy grande.
3. Modelo de este hombre pleno, de este hombre nuevo, de este hombre-contradicción es Jesucristo mismo. En Él y en su mensaje se dividen los espíritus.
Cuando es todavía un niño ya se profetiza de Él: “Este será un signo de contradicción para muchos” (Lc 2, 34). Y al final de su vida, los jefes de Israel lo acusan ante Pilato con estas palabras: “alborota al pueblo” (Lc 23, 2).
La vida de Jesús no es una vida tranquila y tranquilizante. Todo lo contrario, es un profeta perseguido sin piedad por las autoridades del pueblo, excomulgado de la comunidad judía, traicionado por falsos amigos, entregado a los romanos y crucificado para escarmiento de todos.
4. Pero no cabe duda de que Jesús quiere la paz y no la guerra. Sólo que su paz no tiene nada que ver con lo que el mundo entiende por paz. Esta es una falsa paz, construida sobre la injusticia, la discriminación, la marginación. Frente a esta falsa paz, Jesús sí quiere la guerra.
Jesús no viene al mundo para ser un hombre de paz, es decir, un hombre sin problemas y compromisos. Jesús viene al mundo para dar testimonio de la verdad y luchar contra la mentira, para anunciar la Buena Nueva a los pobres y denunciar la injusticia de los ricos y poderosos.
Jesús viene al mundo para decir a unos: “¡Bienaventurados!” y a otros: “¡Ay de vosotros, hipócritas!”.
En este contexto debemos entender el Evangelio de hoy: “No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra…”
5. El Evangelio de Jesús es conflictivo: Lleva la división dentro de la familia y crea conflictos en nuestra conciencia. Nos obliga a definirnos, a tomar posición, a optar entre dos alternativas.
La palabra de Dios es conflictiva, porque pide nuestra conversión, la renuncia a nuestros planes egoístas, la lucha por un mundo mejor.
Queridos hermanos, decidirse por Cristo y seguirle fielmente no es asunto fácil. Pero su camino nos colma también de una alegría profunda y una paz verdadera y segura. Y al final del camino nos espera el gozo y la felicidad de Cristo para siempre.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La fuerza de la juventud transforma
¿Son jóvenes o jóvenes envejecidos?, cuestiona el Papa en nuevo video mensaje
“¿Son jóvenes o jóvenes envejecidos?”, es la pregunta que hizo el Papa Francisco en un video mensaje a los participantes de las Jornadas caribeñas de la Juventud que se celebra del 10 al 23 de julio en Martinica, en las Antillas, con el tema “Los jóvenes transforman la familia caribeña”.
En su mensaje, el Pontífice agradeció a los jóvenes por comprometerse en la transformación de las familias. “Se ve que tienen garra y quieren luchar. Sigan adelante”, alentó.
“Es un tema desafiante, ustedes son jóvenes, pero me pregunto: ¿Son jóvenes o jóvenes envejecidos? Porque si son jóvenes envejecidos no van a poder hacer nada. Tienen que ser jóvenes ‘jóvenes’”, es decir, “con toda la fuerza de la juventud para transformar”, indicó el Papa.
Por ello, dijo que “lo primero que tienen que hacer es ver si se ‘instalaron’”, porque “si están instalados la cosa no va. Tienen que desinstalarse los que están instalados, y empezar a luchar”.
“Ustedes quieren transformar, quieren llevar adelante y han hecho suyas las directivas de la Exhortación post-Sinodal sobre la familia para llevar adelante la familia, para transformar la familia del Caribe. Llevarla adelante hoy para mañana, o sea, en el presente para el futuro. Y hoy, ustedes, para entender el presente tienen que saber describirla, saberla comprender para enfrentar el mañana”, indicó. ´
En ese sentido, los alentó a estudiar el capítulo cuarto de la exhortación titulado “El amor en el matrimonio”, porque “en el camino de hoy a mañana necesitan de la doctrina sobre la familia”. “Ahí está el núcleo. Estúdienlo. Véanlo y van a tener las pautas de progresión. Pero hoy y mañana. Nos queda el ayer. No se puede mirar al mañana sin mirar al ayer. No se puede mirar el futuro sin reflexionar sobre el pasado”.
“Ustedes se preparan para transformar algo que les fue dado por sus mayores. Ustedes reciben historia de ayer, reciben tradiciones de ayer. Ustedes tienen raíces y sobre esto quiero detenerme un minutito: no se puede hacer nada en el presente ni en el futuro si no estás arraigado en el pasado, en tu historia, en tu cultura, en tu familia; si no tenés las raíces bien metidas adentro”.
Francisco aseguró que “de la raíz te va a venir la fuerza para seguir adelante. Todos nosotros y ustedes no fuimos fabricados en un laboratorio, tenemos esa historia, esas raíces. Y lo que hagamos, los frutos que demos, la belleza que podamos hacer en adelante, vienen de esas raíces”.
Así, recordó el verso del poeta Francisco Luis Bernárdez: “Todo lo que el árbol tiene de florido, le viene de lo que tiene soterrado”. “Miren hacia atrás también para tener raíces –invitó el Papa-, miren a sus abuelos, miren a sus viejos y hablen con ellos, y tomen eso y lo llevan adelante. Transformado, pero ahí van a tener las raíces, la fuerza para transformar la familia. Es una tensión transformante. No se puede transformar sin tensión”.
“Les dije que el núcleo de Amoris laetitia era el capítulo cuarto. Cómo vivir el amor. Cómo vivir el amor de la familia. Hablen entre ustedes sobre el capítulo cuarto. Ahí van a tener mucha fuerza para seguir adelante y hacer la transformación. Y no se olviden una cosa: que el amor tiene fuerza propia. El amor tiene fuerza propia. Y el amor no termina nunca. San Pablo dice: ‘La fe y la esperanza acabarán cuando ya estemos con el Señor, en cambio el amor seguirá con el Señor’”.
“Ustedes están transformando algo que es para toda la eternidad. Esa fuerza propia que quedará para siempre. Lindo trabajito se han puesto a hacer. Sigan adelante. Que Dios los bendiga, rezo por ustedes y por favor, no se olviden de rezar por mí. Adiós”, culminó el Santo Padre.
La Virgen del Carmen ...y el escapulario
El escapulario no salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana.
Cada 16 de Julio recordaremos a Nuestra Señora del Carmen. Reflexionemos hoy un poco sobre esta advocación y las grandes promesas de su escapulario.
Los carmelitas tienen, entre otros, el mérito de haber llevado esta advocación mariana a todos los estratos del pueblo cristiano.
En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock.
La Virgen Santísima prometió a este santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.
Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la Virgen del Carmen se difunden por Europa
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos allí se venera. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
¿Qué es el Escapulario carmelita?
Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.
Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.
Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."
El escapulario es un sacramental
Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.
El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.
¿Cómo surgió el escapulario?
La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.
Explicación de la Promesa
Muchos Papas, santos como San Alfonso Ligorio, San Juan Bosco, San Claudio de la Colombiere, y San Pedro Poveda, tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y llevaban el escapulario. Santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
El escapulario tiene 3 significados
- El amor y la protección maternal de María:El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.
Vemos en la Biblia:
-Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón)
-Jonás le dio su manto a David: símbolo de amistad -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.
-S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes.
- Pertenencia a María:Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
Consagración: ´pertenecer a María´ es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.
-En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos". Quien usa el escapulario debe ser consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras. Dice Jesús: "Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. El escapulario es un signo de nuestra identidad como cristianos, vinculados íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación, lo que exige que seamos pobres, castos y obedientes por amor.
Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la Misericordia."
El suave yugo de Cristo:"Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30)
-El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.
Se debe vivir lo que significa
El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a Dios.
En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.
Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.
Imposición del Escapulario:
El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice:
"Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna"
¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.
Conversiones
Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" ´Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.
Alerta contra abusos
El escapulario NOsalva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia suplicante´ de la madre de la misericordia."
Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor."
Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.
San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario."
Oración a la Virgen del Carmen
Súplica para tiempos difíciles
"Tengo mil dificultades:
ayúdame.
De los enemigos del alma:
sálvame.
En mis desaciertos:
ilumíname.
En mis dudas y penas:
confórtame.
En mis enfermedades:
fortaléceme.
Cuando me desprecien:
anímame.
En las tentaciones:
defiéndeme.
En horas difíciles:
consuélame.
Con tu corazón maternal:
ámame.
Con tu inmenso poder:
protégeme.
Y en tus brazos al expirar:
recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."