Todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo
- 09 Agosto 2018
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Santa Edith Stein
Celebrado El 9 de agosto
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), virgen y mártir
fecha: 9 de agosto
n.: 1891 - †: 1942 - país: Polonia
canonización: B: Juan Pablo II 1 may 1987 - C:Juan Pablo II 11 oct 1998
hagiografía: Vaticano
Fiesta de santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas y mártir, la cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado filosofía durante algunos años entre grandes dificultades, recibió por el bautismo la nueva vida en Cristo, prosiguiéndola bajo el velo de las vírgenes consagradas hasta que, en tiempo de un régimen hostil a la dignidad del hombre y de la fe, fue encarcelada lejos de su patria, y en el campo de exterminio de Auschwitz, cercano a Cracovia, en Polonia, murió en la cámara de gas.
Edith Stein, Teresa Benedicta de la Cruz, nació el día del Kippur, día festivo para los hebreos, y en Breslavia Alemania, el 12 de octubre de 1891, en el seno de una familia hebrea. Edith fue la última de once hijos. A los dos años de edad, muere su padre. Hizo sus primeros estudios y el Bachillerato en su ciudad natal con calificaciones siempre sobresalientes. En la Universidad de Breslau estudia, de 1911 a 1913, Germanística, Historia, Psicología y Filosofía. En 1913 se traslada a Göttingen para seguir sus estudios de filosofía siendo discípula de Edmund Husserl, un hebreo y no creyente, genio filosófico de su tiempo, haciendo el exámen de Licenciatura con calificación sobresaliente en 1915. Durante este período, llega a un ateísmo casi total, pues abandonó la fe y las prácticas religiosas. Estalla en 1914 la primera guerra mundial y Edith trabaja como enfermera voluntaria siendo enviada a un hospital del frente. Después de ese infatigable trabajo, hace el examen de doctorado en la Universidad de Freiburg, con la calificación Summa cum laude.
Cuando contaba con 32 años enseña en la escuela de formación de maestras de las dominicas de Santa Magdalena en Espira. Además de las clases, escribe, traduce y da conferencias sobre la cuestión femenina y sobre la educación católica que la llevarán por diversas ciudades de Alemania y por los países limítrofes. A los 41 años, es profesora en el Instituto Alemán de Pedagogía científica en Münster. Su fama de conferenciante traspasa las fronteras de Alemania y es invitada a hablar en Francia y Suiza. Desde su conversión deseó entrar en el Carmelo a pesar de la oposición de la familia, y su deseo se vio cumplido el 14 de octubre de 1933, a los 42 años, ingresando en el Carmelo de Colonia. Aquí cambia su nombre por el de Teresa Benedicta de la Cruz.
Su familia hebrea, rompe con ella. El 21 de abril de 1935, domingo de Pascua de Resurrección, emite sus votos religiosos y tres años después, aquél mismo día, sus votos perpetuos. Su vida será ya una Cruz convertida en Pascua. Dentro del convento, por orden del Provincial, continúa sus estudios científicos. A medida que el nazismo se consolida en el poder su condición de judía es una amenaza para ella y para la comunidad. El día 31 de diciembre de 1938 emigra a Holanda y se establece en el convento de Echt. Aquí la encomiendan, entre otros trabajos, un estudio sobre San Juan de la Cruz, y escribe La ciencia de la Cruz. El día 2 de agosto de 1942 es detenida por la Gestapo, junto con su hermana Rosa, también convertida al catolicismo, y llevada con otros religiosos y religiosas al campo de concentración de Amersfoort. Luego, en la noche entre el 3 y el 4 de agosto, los presos fueron trasladados al campo de Westerbork, situado en una zona completamente deshabitada al norte de Holanda.
El 9 de agosto de 1942, llegaba en el tren de la muerte al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Por su edad (51 años cumplidos), su baja estatura, sin signos externos de robustez, en la mentalidad nacista, no servía para trabajos forzados. La llevaron a la barraca 36, siendo marcada con el Nº 44.074 de deportación, para morir mártir de la fe cristiana a los 51 años de edad, en la casita blanca, víctima del Ciclón B: Ácido Cianhídrico; durante la persecución nazi, ofreciendo su holocausto por el pueblo de Israel. La ducha anunciada, en vez del agua deseada, emanó el tóxico ciclón B de la muerte casi instantánea. Su cuerpo sin vida fue calcinado con leña (todavía estábamos en agosto de 1942). No hay tumba. Las cenizas o huesos de la Hna. Edith se arrojaron en el campo adyacente. Hoy es un verde campo con cruces que plantan allí los grupos de peregrinos. Mujer de singular inteligencia y cultura, ha dejado numerosos escritos de elevada doctrina y de honda espiritualidad. En 1962 se inició su proceso de beatificación. Teresa Benedicta de la Cruz dramática síntesis de nuestro tiempo, Mujer hija de Israel, Mártir por la fe en Cristo, y Víctima del exterminio judío, fue beatificada por Juan Pablo II en Colonia, el 1 de mayo de 1987. Su fiesta se celebra en el Carmelo Teresiano el 9 de agosto. El Papa Juan Pablo II canonizó a la judía, filósofa, monja, mártir y beata, Teresa Benedicta de la Cruz de la Orden del Carmelo, el 11 de Octubre de 1998 en la Basílica de San Pedro en Roma
“Todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo"
El pecado es, ante todo, ofensa a Dios, ruptura de la comunión con Él. Al mismo tiempo, atenta contra la comunión con la Iglesia. Por eso la conversión implica a la vez el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia, que es lo que expresa y realiza litúrgicamente el sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación.
Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2,5; Lc 7,48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres (cf Jn 20,21-23) para que lo ejerzan en su nombre. Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su oración como en su vida y su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Sin embargo, confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado del "ministerio de la reconciliación" (2 Co 5,18). El apóstol es enviado "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo" quien, a través de él, exhorta y suplica: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20).
Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, también manifestó el efecto de este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su mesa (Mc 2,16), más aún, Él mismo se sienta a su mesa, gesto que expresa de manera conmovedora, a la vez, el perdón de Dios (cf Lc 15) y el retorno al seno del pueblo de Dios (cf Lc 19,9).
No separar la gloria de la cruz
Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23. Jueves XVIII de Tiempo Ordinario.
Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia para poder descubrir quién eres para mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: "No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti". Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: "¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!"
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando invertimos estos minutos a la oración con la Palabra, lo hacemos porque estamos en búsqueda, porque tenemos el anhelo de profundizar y conocer realmente quién es Jesús en nuestra vida.
Todos tenemos una experiencia diferente de Dios. Algunos han sido católicos desde siempre, otros hemos redescubierto la fe, otros hemos tenido una conversión reciente, otros creen en Dios sólo como un ser superior. Sin importar cuál ha sido nuestro camino para buscar a Dios, hoy Jesús nos dice ¡Alto! Si dices que me conoces, ¿quién soy yo para ti? En una verdadera relación no valen las respuestas prefabricadas o los tópicos de lo que dicen los demás. Podríamos parar nuestra meditación aquí y dedicar unos minutos a la contemplación de esta pregunta que quizás nos lleve un tiempo responder; sin embargo, el Evangelio nos da unas luces para poder buscar una mejor respuesta.
En nuestra historia, con nuestros actos buenos y caídas nos puede suceder algo muy similar a Pedro. En ocasiones nos sentimos muy cerca de Dios y somos capaces de decir desde el corazón ¡Tú eres el mesías, el Hijo de Dios vivo! Esta respuesta interiorizada, aunque con otras palabras quizás, nos hacen vivir un pedazo de cielo en la tierra; es la revelación del Espíritu Santo en nuestra propia historia después de algún momento fuerte de oración, retiro o apostolado donde tocamos la carne de Cristo en el necesitado.
Por otro lado, debido a nuestra debilidad humana, también podemos tener una respuesta como Pedro cuando se lleva aparte a Jesús; le queremos huir a la cruz y al sufrimiento; nos escuchamos más a nosotros mismos que a Dios. La cruz tiene una razón de ser en nuestra historia de vida, porque ella nos permite ser uno con Cristo, y ayudar en el sacrificio de salvación para que nuestros seres más queridos y muchos más lleguen al cielo.
El cristiano que busca el rostro de Dios, conocer a Cristo profundamente, está afianzado en roca firme y los poderes del infierno no lo podrán vencer.
Pedro reacciona: "¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte", y se transforma inmediatamente en piedra de tropiezo en el camino del Mesías; y creyendo defender los derechos de Dios, sin darse cuenta se transforma en su enemigo (lo llama "Satanás"). Contemplar la vida de Pedro y su confesión, es también aprender a conocer las tentaciones que acompañarán la vida del discípulo. Como Pedro, como Iglesia, estaremos siempre tentados por esos "secreteos" del maligno que serán piedra de tropiezo para la misión. Y digo "secreteos" porque el demonio seduce a escondidas, procurando que no se conozca su intención, "se comporta como vano enamorado en querer mantenerse en secreto y no ser descubierto".
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de junio de 2018).
¿Pero ustedes, quién dicen que soy yo?
Papa Francisco en el Ángelus. La piedra fundamental es Cristo; mientras Pedro es piedra, en cuanto fundamento visible de la unidad de la Iglesia. 24 julio 2014
Por: Papa Francisco | Fuente: es.radiovatican
Queridos hermanos y hermas ¡buenos días!
El Evangelio de este domingo (Mt 16, 13-20) es el célebre pasaje, central en el relato de Mateo, en el que Simón, en nombre de los Doce, profesa su fe en Jesús como «el Cristo, el Hijo de Dios vivo»; y Jesús llama «bienaventurado» a Simón por su fe, reconociendo en ella un don, un don especial del Padre, y le dice: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia».
Detengámonos un momento precisamente en este punto, sobre el hecho de que Jesús atribuye a Simón este nuevo nombre: “Pedro”, que en la lengua de Jesús suena “Cefas”, una palabra que significa “piedra”.
En la Biblia este nombre, este término, “piedra”, está referido a Dios. Jesús lo atribuye a Simón, no por sus cualidades o sus méritos humanos, sino por su fe genuina y firme, que le viene de lo alto.
Jesús siente en su corazón una gran alegría, porque reconoce en Simón la mano del Padre, la acción del Espíritu Santo. Reconoce que Dios Padre ha dado a Simón una fe “fiable”, sobre la cual Él, Jesús, podrá edificar su Iglesia, es decir su comunidad. Es decir, todos nosotros. Todos nosotros. Jesús tiene el propósito de dar vida a “su” Iglesia, un pueblo fundado ya no en su descendencia, sino en la fe, es decir, en la relación con Él mismo, una relación de amor y de confianza. Nuestra relación con Jesús edifica la Iglesia. Y, por tanto, para iniciar su Iglesia, Jesús tiene necesidad de encontrar en los discípulos una fe sólida, una fe “de confianza”. Esto es lo que Él debe verificar en este punto del camino. Y por eso formula la pregunta.
El Señor tiene en su mente la imagen del construir, la imagen de la comunidad como edificio. He aquí porqué, cuando siente la profesión de fe genuina de Simón, lo llama “piedra”, y manifiesta la intención de construir su Iglesia sobre esta fe.
Hermanos y hermanas, lo que sucedió de modo único en San Pedro, sucede también en cada cristiano que madura una fe sincera en Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
El Evangelio de hoy también interpela a cada uno de nosotros. ¿Cómo va tu fe? Cada uno responda en su corazón, eh. ¿Cómo va tu fe? ¿Cómo es? ¿Qué encuentra el Señor en nuestros corazones? ¿Un corazón firme como la piedra o un corazón arenoso, es decir, dudoso, difidente, incrédulo? Nos hará bien en la jornada de hoy pensar en esto.
Si el Señor encuentra en nuestro corazón una fe, no digo perfecta, pero sincera, genuina, entonces Él ve también en nosotros piedras vivas con las cuales construir su comunidad. De esta comunidad, la piedra fundamental es Cristo, piedra angular y única. Por su parte, Pedro es piedra, en cuanto fundamento visible de la unidad de la Iglesia; pero cada bautizado está llamado a ofrecer a Jesús su propia fe, pobre, pero sincera, para
Tras la variedad de los métodos, uno indicado por la tradición de la Iglesia como particularmente bueno para meditar la Sagrada Escritura: es el que se denomina Lectio Divina
¿Qué es la meditación para el cristiano?
La meditación es:
silencio, reverente escucha y obediente recepción de la Palabra de Dios, en vista a conformar según ella toda mi vida; ser y estar con Dios: “permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no está unido a la vid, así sucede con ustedes” (Jn 15,4); acercarse a aquel misterio de la unión con Dios, que los Padres Griegos llamaron divinización del hombre: “Dios se ha hecho hombre para que el hombre sea Dios” (San Atanasio) ; retornar a buscar la virtud y el amor de Dios, y no a encontrar saber en general o una particular disposición psicológica”. (San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, Filotea, II,V); pensar sobre alguna verdad de fe, para creer con mayor convicción, amarla como un valor concreto que me atrae, practicarla con la ayuda del Espíritu Santo.
Se trata de un conocer amorosamente. Implica reflexionar, amar, y tener propósitos prácticos. Su valor está no en pensar mucho, sino en amar mucho” (CEI, Nº 996); es un concentrarse sobre sí mismo, y un trascender el propio yo, que no es Dios, sino sólo una criatura. Dios es “interior intimo meo, et superior summo meo: Dios es mas íntimo que mi intimidad y más grande que mi grandeza” (San Agustín, Confesiones 3, 6, 11). Dios está en nosotros y con nosotros, y nos trasciende en su misterio.
- La meditación cristiana no implica que el yo personal y su creaturalidad deban ser anulados y desaparecer en el mar del Absoluto. De hecho “el hombre es esencialmente criatura y así perdura en la eternidad, por eso no es posible que sea absorbido el yo humano en el yo divino, ni en los más altos estados de la gracia” (MC, 14).
¿Sobre que se funda la meditación cristiana?
Se funda sobre:
La realidad misma del Dios uno y trino, que “es Amor” (1 Jn 4,8), que nos ha hecho “hijos adoptivos”, y por lo tanto podemos gritar con el Hijo en el Espíritu Santo: “Abbá Padre”.
La meditación de la obra salvífica, que el Dios del Antiguo y Nuevo Testamento ha cumplido en la historia, a través de los cuales Dios “se revela hablando a los hombres como a amigos, para invitarlos a estar en comunión con El” (Concilio Vaticano ii, Dei verbum, 2).
La persona de Cristo Señor, “en el cual están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia” (Col. 2,3).
Es necesario tener siempre la vista fija en Jesús, por que es en El donde el amor divino se nos ha manifestado y donado, sobre todo en la cruz, “gracias a la palabra, a la obra, a la pasión y resurrección de Jesucristo, en el Nuevo Testamento la fe reconoce la definitiva auto revelación de Dios, la palabra encarnada es la que revela la profundidad más íntima de su amor” (MC, 5). Por lo tanto la revelación cristiana requiere una constante profundización en el conocimiento de Cristo, de modo de “comprender con todos los santos cual es la amplitud, la largueza, la altura, y la profundidad del misterio de Cristo y conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento, por ser lleno de la plenitud de Dios” (Ef 3,18).
La disponibilidad a cumplir constantemente la voluntad de Dios, con el ejemplo de Cristo, para el cual, “el alimento es hacer la voluntad de Aquel que lo ha mandado a realizar su obra” (Jn 4,34).
La estrecha correlación entre lex orandi y lex credendi, entre el modo de orar y el contenido de la fe cristiana que viene profesada. La oración cristiana es siempre determinada de la estructura de la fe cristiana, en la cual resplandece la verdad misma de Dios y de la criatura. “La oración es fe en acto: la oración sin fe termina ciega, la fe sin oración se desintegra” (Card. José Ratzinger, Conferencia de presentación del documento MC).
La humildad. Cuando más se acerca una criatura a Dios, tanto más grande es su reverencia para con Dios, tres veces santo. Se comprende ahora la palabra de Aquella que ha estado honrada con la más alta de las intimidades con Dios, María Santísima: “Ha mirado la humildad de su sierva” (Lc 1,48) y también las de San Agustín, “Tu puedes llamarme amigo, yo me reconozco siervo” (San Agustín, Enarrationes in Psalmos CXLU). “no podemos ponernos a igual nivel que el objeto contemplado, el amor libre de Dios; ni siquiera cuando, por la misericordia del Padre, mediante el Espíritu Santo mandado a nuestros corazones, viene donado en Cristo, gratuitamente, un reflejo sensible del amor divino y nos sentimos como atraídos por la verdad, la bondad, y la belleza del Señor” (MC, 31).
El silencio: es necesario redescubrir el valor del silencio, el cual crea un ambiente favorable para la reflexión, para la contemplación, para la escucha inteligente (de sí mismo, de Dios y de los otros), para la purificación y unificación de la persona.
El amor para con el prójimo. La meditación auténtica nos envía constantemente al amor del prójimo, a la acción y a la pasión, y es así como nos acerca más a Dios. Ella despierta en el orante una ardiente caridad, que lo empuja a colaborar con la misión de la Iglesia y al servicio de los hermanos para la mayor gloria de Dios.
¿Qué dimensiones de la persona involucra la meditación?
La meditación involucra todas las facultades del ser humano: la inteligencia, la memoria, el deseo, la voluntad, la atención, la intuición, la imaginación, el sentimiento, el corazón, el comportamiento.
“Esta movilización es necesaria para profundizar la convicción de fe, suscitar la conversión del corazón y favorecer el seguimiento de Cristo. La oración cristiana por excelencia se detiene a meditar el “misterio de Cristo”, como en la lectio divina o en el Rosario. Esta forma de reflexión orante tiene un gran valor, pero la oración cristiana debe ir mas lejos: a el conocimiento del amor del Señor Jesús, y a la unión con El” (CIC, 2708).
¿Qué importancia tiene el cuerpo en la meditación cristiana?
- La experiencia humana demuestra que las posiciones del cuerpo no son indiferentes en la disposición al recogimiento del espíritu, involucrando las funciones vitales fundamentales, como la respiración y el latir del corazón. Y esto es por la unidad de la persona, que es cuerpo y alma. En la oración es todo el hombre, que debe entrar en relación con Dios, y el cuerpo debe asumir la posición más cómoda para el recogimiento.
- La importancia del cuerpo varía según la cultura y la sensibilidad personal.
- En cada caso es necesario:
Reconocer el valor relativo de la posición del cuerpo, ella es útil, sólo en vistas al fin de la oración cristiana.
Debemos estar atentos para que las posiciones del cuerpo no degeneren en un culto del cuerpo y puedan llevar a identificar erróneamente todas sus sensaciones con experiencias espirituales. “Algunos ejercicios físicos producen sensaciones de quietud y de distensión, sentimientos gratificantes, en algún caso fenómenos de luces y de colores que asemejan a un bienestar espiritual, cambiarlas por consolaciones del Espíritu Santo sería un modo totalmente erróneo de concebir el camino espiritual. Atribuirle e ellos significados simbólico típico de la experiencia mística, sería una especie de esquizofrenia mental, que puede conducir a perturbaciones psíquicas, o a aberraciones morales” (MC, 28).
¿Qué importancia tiene la técnica en la meditación cristiana?
- La meditación cristiana no es principalmente una cuestión de técnica: es ante todo un don de Dios. Este don se concede en Cristo a través del Espíritu Santo.
El amor de Dios es una realidad de la que no podemos apoderarnos con ningún tipo de método o técnica.
- La técnica puede ofrecer una ayuda a la meditación cristiana.
¿Qué ayudas puedo usar para meditar bien?
Se puede meditar recitando el Padre nuestro, repitiendo lentamente una frase bíblica, contemplando con devoción una imagen sagrada. “Nos ayudan los libros, y a los cristianos no les faltan, la Sagrada Escritura, particularmente los Evangelios, los iconos, los textos litúrgicos del día o del tiempo, los escritos de los Padres de la vida espiritual, las obras de espiritualidad, el gran libro de la creación y el de la historia, la página del hoy de Dios.
Aquí se abre otro libro el de la vida. Se pasa de los pensamientos a la realidad. En la medida de la humildad y la fe que se tiene, se descubren los motivos que agitan el corazón y allí se puede discernir. Se trata de hacer la verdad para venir a la Luz: “Señor que cosa quieres que yo haga?” (CIC, 2705-2706). De este modo se procede en el camino de la santidad, y en la vida de la perfección.
¿Existen etapas en la vida de perfección?
La tradición cristiana ha distinguido tres estadios en la vida de perfección:
1. La vía de la purificación, que comporta el reconocerse pecador, y el pedir perdón a Dios por los pecados.
2. La vía de la iluminación, que introduce al fiel iniciado, en los divinos misterios, al conocimiento de Cristo mediante la fe que obra por medio de la caridad. Esta se hace posible por el amor que el Padre nos dona en su Hijo y de la unción que nos da El que es el Espíritu Santo, en ocasión del Bautismo y de la Confirmación.
3. La vía unitiva, que se realiza por medio de la participación a los sacramentos y el empeño constante de una vida moral coherente con la fe cristiana.
“Con el andar del tiempo el ejercicio de la meditación se simplifica, el corazón prevalece sobre la reflexión. Se arriba gradualmente a la oración de recogimiento. Esta se libra de imágenes y pensamientos particulares, de recuerdos, de preocupaciones y proyectos. Solo es una tensión amorosa a Dios, a Jesús, a su perfección, a su evento salvífico. Se permanece en un silencio amoroso delante del Señor presente en nuestro interior. Se deja que el Espíritu Santo nos transforme, puede producir consolación o desolación, pero sin duda purifica y fortifica la caridad.
Cuando el fervor de esta experiencia se atenúa, es recomendable retornar a la meditación discursiva, o a la oración vocal”. (CEI, 997).
¿Cuales son los métodos de meditación?
- Son tantos los métodos de meditación como tantos son los maestros espirituales. Pero un método es sólo una guía, lo más importante es avanzar con la ayuda del Espíritu Santo sobre el único camino de la oración: Cristo Jesús.
“Todo fiel puede buscar y puede encontrar en la variedad y riqueza de la oración cristiana, enseñada por la Iglesia, el propio camino, el propio modo de orar, pero todas estas vías personales confluyen, al fin, en el Camino a Padre que es Jesucristo. En la búsqueda de la propia vía cada uno se dejará guiar no por sus gustos personales sino más bien por el Espíritu Santo, el cual lo guiará por medio de Cristo hasta el Padre”(MC, 29).
- Tras la variedad de los métodos, uno indicado por la tradición de la Iglesia como particularmente bueno para meditar la Sagrada Escritura: es el que se denomina Lectio Divina.
¿Cómo practicar la Lectio Divina?
Los Padres espirituales indican 5 etapas en el meditar la Biblia, y la describen así.
*Lectio
En esta primera etapa tomo la Biblia no como un libro cualquiera, sino como el libro que contiene la Palabra de Dios que me habla a mí. Escucho una Palabra viviente, que me da un mensaje personal. La escucho como si fuese la primera vez. Hago el esfuerzo de tomar el sentido más profundo posible. Me encuentro con la luz de Dios: ella hace morada en mi inteligencia y la ilumina.
*Meditatio
Invoco al Espíritu Santo para que venga en ayuda de la ceguera de mi mente. Imploro humildemente la luz de la fe, escruto la Palabra con nueva atención. Descubro cómo las ideas de Dios son diversas de las de los hombres, tomo conciencia de lo necesario que es dejarme tomar por la Palabra de Dios, transformar mis convicciones, para que se asemejen cada vez más a las de Dios. Acepto cambiar mi mentalidad y mi voluntad para adherirme a la mentalidad y voluntad de Dios.
*Oratio
Me esfuerzo de hablar con Dios con todo el corazón, llamándolo en ayuda de mi debilidad. Es el momento de pedir a la Virgen María que me comunique su modo de orar, hecho de confianza y amor, hecho de pureza en el corazón. En su fe, en su silencio adorante, en su inocencia y en su coraje de amar y de recibir el amor de Jesús, yo invoco su Hijo para que me socorra. Me hago enseñar de El a orar al Padre en el Espíritu de amor. Mi corazón aprende a hablar a Dios, si se deja inundar del amor de Cristo.
*Contemplatio
Si he dejado que la Palabra, leída y meditada, ilumine los ojos de mi corazón y de mi mente, si me he dejado interpelar en lo profundo por el sentido de la Sagrada Escritura hasta madurar un deseo de intimidad constante con Dios. Si he orado con fe infinita por mis hermanos y por toda la Iglesia, ahora Dios responde. El infunde en mi corazón una incapacidad de continuar meditando de modo discursivo su Palabra y me concede una especie de participación al fuego de comunión de amor al interno de la Trinidad.
*Actio
Para darme el don de una íntima conversación, el Señor espera de mi parte que multiplique en cada momento los deseos de comunión con su amor.
¿Cuáles son los límites del método?
- La legítima búsqueda de nuevos métodos de meditación deberá tener presente que:
El método no puede ser separado del contenido y concebido como neutral en relación a lo que el porta, y al contexto cultural en el cual nace.
Es necesario respetar la naturaleza íntima de la oración cristiana que:
* es un diálogo personal, íntimo y profundo, entre el hombre y Dios. Ella exprime la comunión de la criatura redimida con la vida íntima de las Personas de la Trinidad” (MC, 3);
* no se reduce jamás a un método, que sirva a liberarse del dolor, o a estar bien físicamente, es una apertura al amor de Dios, a aquel amor que no ha refutado la muerte y una muerte de cruz;
* para ser auténticos, es esencial el encuentro de dos libertades, aquella infinita de Dios con la finita del hombre;
* es siempre realizada en unión con Cristo, en el Espíritu Santo, junto a todos los santos por el bien de la Iglesia.
- Dichos los límites y los riesgos de el método, es necesario que el cristiano se ponga en escucha dócil y en humilde recepción de lo que la Iglesia, en especial por medio del Papa y de los Obispos, indican: a ellos en realidad les corresponde “de examinar todo y decir que es lo bueno” (Concilio Vaticano ii, Lumen Gentium, 12).
¿Qué cosa son las gracias místicas?
Son gracias especiales, conferidas de parte de Dios, por ejemplo “a los fundadores de las instituciones eclesiales a favor de toda la fundación, a otros santos, que los caracteriza la particular experiencia de oración y que no pueden, como otros, ser objetos de imitación y de aspiración para otros fieles, aunque pertenezcan a la misma institución, y sean deseosos de una oración siempre mas perfecta” (MC, 24).
“No es el empeño personal, sino la acción del Espíritu Santo la que introduce en la contemplación mística, es una experiencia de Dios sin conceptos, sin imágenes y sin palabras. El hombre no puede encontrarla ni hacerla con su propia voluntad, sólo debe prepararse a recibirla” (CEI, 998).
¿Cuánto dura la meditación cristiana?
La unión habitual con Dios, que viene llamada oración continua no se interrumpe necesariamente cuando se dedica el hombre, según la voluntad de Dios, al trabajo y al cuidado del prójimo. “Sea que coman o beban, o hagan alguna otra cosa, hagan todo para la gloria de Dios”, nos dice el Apóstol (1 Cor 10,31).
San Agustín al respecto afirma: “Sabemos que los eremitas de Egipto hacen oración frecuente, y son todas brevísimas. Ellas son rápidos mensajes que parten hacia Dios. Así la tensión del espíritu, tan necesaria para el que hace oración, permanece siempre despierta y ferviente y no se atenúa por la duración excesiva de la oración… a lo largo de la oración no se corta la incesante suplica, se permanece en fervor y atención. El servirse de muchas palabras en la oración, equivale a tratar una cosa necesaria con palabras superfluas. El orar consiste en golpear a la puerta de Dios e insistir con devoto ardor en el corazón. El deber de la oración se cumple mejor con los gemidos que con las palabras, más con las lágrimas que con los discursos.
¿El cristiano para su meditación puede aprender de otras religiones?
Las practicas de meditación (como por ejemplo el zen o el yoga, la respiración controlada, el mantra...), provenientes del oriente cristiano, y de las grandes religiones no cristianas, pueden constituir un medio adaptado para ayudar al orante para estar delante de Dios interiormente distendido.
“Como la Iglesia Católica nada desprecia cuando es verdadero y santo en estas religiones, no se deben despreciar prejuiciosamente estas colaboraciones porque no son cristianas. Se puede por el contrario, tomar de ellas todo lo que es útil, con la condición de no perder de vista la concepción cristiana de oración, su lógica, sus exigencias, porque es al interno de esta totalidad, que esos fragmentos deben ser reformulados y asumidos. Sobre todo se puede aconsejar tener humilde aceptación de un maestro experto en la vida de oración de sus directivas, de aquello que siempre ha estado en la experiencia de la vida cristiana ya desde tiempos antiguos, desde los padres del desierto. Estos maestros expertos en sentir con la Iglesia, no sólo deben guiar y llamar la atención sobre determinados peligros, sobretodo estos padres
espirituales, deben introducirnos de forma viva, de corazón a corazón, en la vida de la oración, que es un don del Espíritu Santo” (MC, 16).
El Primicerio
de la Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos en Roma
Monsignor Raffaello Martinelli
¿Cuándo comienza la vida humana?
Se analizan las evidencias científicas sobre el inicio de la vida humana, ya que tiene implicaciones prácticas significativas.
¿Cuándo comienza la vida humana?
En las dos últimas décadas, algunos han puesto en duda que el embrión humano, desde el primer momento de su concepción sea un individuo de la especie humana, que se trate de un ser humano. ¿Cuándo comienza la vida humana?, ¿en qué momento, en consecuencia, adquiere el embrión humano su estatuto biológico, moral y legal?, son pues las cuestiones que centran el debate ético en el inicio de la vida. Sobre estos temas, de tanta actualidad y con tantas implicaciones prácticas, se hacen a continuación algunas consideraciones.
El preembrión o embrión preimplantatorio es el nombre dado por algunos autores al embrión humano durante los primeros catorce días días tras la fecundación.
Para algunos, habría que tener "cierto respeto" hacia ese "conjunto de células envueltas en la zona pelúcida", pero no se trataría de un ser humano ya que en los primeros días es posible la gemelación, las células son totipotenciales, no se ha formado la línea primitiva y no se ha completado aún la nidación.
Evidencias genéticas
Los datos embriológicos permiten afirmar que desde la fecundación existe un individuo de la especie humana; existen varias características fundamentales que lo justifican:
1.- Novedad biológica
Nace algo nuevo al fundirse los núcleos de las células germinales; no se ha dado ni se dará una información genética exactamente igual. Ahí está escrito el color de los ojos, la forma de la nariz, etc. Se trata de un ser biológicamente único e irrepetible.
2.- Unidad
Si se trata de una individualidad biológica, de un todo compuesto de partes organizadas, tiene que haber un centro coordinador; es el genoma el centro organizador que va haciendo que se den las sucesivas fases en esa novedad biológica de forma armónica.
3.- Continuidad
No existe ningún salto cualitativo desde la fecundación hasta la muerte; no puede decirse que en un momento es una cosa y más adelante otra diferente; todo el desarrollo está previsto en el genoma. Desde la fecundación existe un individuo de la especie humana que se va desarrollando de manera contínua.
4.- Autonomía
Desde el punto de vista biológico, todo el desarrollo sucede desde el principio hasta el final de manera autónoma. La información para dirigir esos procesos viene del embrión mismo, de su genoma. Desde el inicio, es el embrión quien pide a la madre lo que necesita, estableciéndose un "diálogo químico".
5.- Especificidad
Todo ser vivo pertenece a una especie. El embrión, analizando su cariotipo, vemos que desde el primer momento de su desarrollo pertenece a la especie homo sapiens sapiens.
6.- Historicidad o biografía
Todoviviente tiene “una historia”, no es solamente lo que se vé en un momento dado (un conjunto de células vistas con el microscopio), sino que todo viviente es lo que ha sido hasta ese momento y lo que será después.
Ya se han mencionado varias objeciones a que el preembrión sea un individuo de la especie humana; vamos a analizarlas brevemente a continuación.
La posibilidad de gemelación antes de la implantación en el útero; si el preembrión se puede dividir en dos o más (de forma natural o por clonación), entonces no es un individuo.
La afirmación de la última frase no es cierta; por ejemplo, una ameba es un individuo biológico, aunque pueda dividirse y dar lugar a otras amebas. Individuo no es igual a indivisible; un individuo se puede dividir, como puede ocurrir con el embrión humano antes de implantarse y dar lugar a otro embrión “hijo”, que será otro individuo (caso de los gemelos univitelinos).
La totipotencialidad de las células del preembrión. Si una de las células puede dar lugar a otro individuo, o incluso a la placenta, ¿cómo el blastómero puede ser un individuo?.
En realidad esto refuerza el hecho de que es un individuo, pues si siendo células totipotenciales acaban formando un todo, eso indica que hay un centro organizador. Aunque cada célula podría dar lugar a cualquier miembro, a la placenta, etc., el centro organizador va colocando a cada célula a formar una cosa. La placenta además puede ser considerada como un miembro temporal y necesario para el individuo que en un momento dado se pierde.
La ausencia de la línea primitiva; hasta el día 14 no aparece el esbozo del sistema nervioso central, que será el centro organizador del organismo, por lo que algunos piensan que hasta entonces no se puede hablar de individuo.
El genoma es el centro organizador
El verdadero centro organizador en las primeras semanas es el genoma, presente desde el primer instante; más adelante será el sistema nervioso central el organizador.
Efectivamente, el preembrión o el embrión es un individuo de la especie humana, pero no es una persona, dicen algunos.
Lo que merece respeto es todo ser humano, llamémosle o no persona; es el hombre y la mujer en cuanto tales los que tienen unos derechos: se trata de los derechos del ser humano. Persona humana es ese ser humano en cuanto es capaz de interioridad (autoconciencia, autonomía, libertad), relacionalidad (activa o pasiva), trascendencia... La persona tiene sentido en sí misma, es fin en sí misma.
Para algunos, persona es relacionalidad, por lo que, hasta que no se produce una relación físico-química en la nidación, el embrión no es persona.
Antes de la nidación, ya existe una relación del nuevo ser con la madre a través de diversos factores y hormonas. De todas formas, un ser humano se manifiesta como tal porque es persona (el actuar sigue al ser y no al revés, dicen algunos filósofos).
Por ejemplo, si oímos ladrar pensamos: es un perro; pero no es un perro porque ladre, si no ladrara seguiría siendo un perro. De forma parecida puede afirmarse que todo ser humano es persona aunque todavía no actúe como tal porque no se han desarrollado sus capacidades (como ocurre en los primeros momentos de la existencia del hombre y de la mujer), o porque las haya perdido (como en un enfermo en coma o en un demente). ¿Cómo un individuo humano podría no ser una persona humana?.
Por lo demás, está en juego algo tan importante que, aunque alguien dudase sinceramente que el embrión sea un ser humano, debería ser respetada en todo momento su dignidad. Al igual que en Derecho penal se dice “in dubio pro reo”, y en Derecho laboral “in dubio pro operario”, debemos afirmar en este caso “in dubio pro embrión”.
TRAS UN MARATONIANO DEBATE, POR 38 VOTOS CONTRA 31
El Senado de Argentina dice 'No' al aborto
Poli: "Se quiere legitimar por primera vez que un ser humano pueda eliminar a su semejante"
Jesús Bastante, 09 de agosto de 2018 a las 08:03
Tras un maratoniano debate, por 38 votos a 31
Los no nacidos tienen derecho a pertenecer de nuestra historia. A nuestra nación. Donde hay lugar para todos y nadie sobra. El aborto siempre será un drama, lejos está de ser una solución
(Jesús Bastante/Agencias).- El Senado argentino dice 'No' al aborto. Tras una maratoniana jornada de debates, que se prolongaron durante más de 15 horas, la Cámara Alta desestimó, por 38 votos contra 31 (hubo dos abstenciones), la propuesta de ley -avalada por el Congreso- permitía el aborto libre hasta la semana 14.
La Cámara de Diputados de Argentina aprobó la norma en junio, con votos de diferentes partidos políticos, pero tras el rechazo del Senado -donde hay un predominio de representantes de provincias con fuerte influencia de la Iglesia Católica- el proyecto perdió validez, aunque el Gobierno ya ha anunciado que volverá a presentar una legislación similar
La iniciativa generó división en la sociedad y dentro de los principales partidos políticos de Argentina. Esto quedó en evidencia el miércoles, cuando una gran cantidad de manifestantes con pañuelos verdes, que simbolizan la defensa de la legalización del aborto, ocupó las calles de los alrededores del Congreso a pesar de la lluvia. A pocos metros, una multitud con pañuelos celestes pedía al Senado que no aprobara el proyecto.
Los no nacidos tienen derecho a pertenecer de nuestra historia. A nuestra nación. Donde hay lugar para todos y nadie sobra. El aborto siempre será un drama, lejos está de ser una solución
(Jesús Bastante/Agencias).- El Senado argentino dice 'No' al aborto. Tras una maratoniana jornada de debates, que se prolongaron durante más de 15 horas, la Cámara Alta desestimó, por 38 votos contra 31 (hubo dos abstenciones), la propuesta de ley -avalada por el Congreso- que permitía el aborto libre hasta la semana 14.
La Cámara de Diputados de Argentina aprobó la norma en junio, con votos de diferentes partidos políticos, pero tras el rechazo del Senado -donde hay un predominio de representantes de provincias con fuerte influencia de la Iglesia Católica- el proyecto perdió validez, aunque el Gobierno ya ha anunciado que volverá a presentar una legislación similar
La iniciativa generó división en la sociedad y dentro de los principales partidos políticos de Argentina. Esto quedó en evidencia el miércoles, cuando una gran cantidad de manifestantes con pañuelos verdes, que simbolizan la defensa de la legalización del aborto, ocupó las calles de los alrededores del Congreso a pesar de la lluvia. A pocos metros, una multitud con pañuelos celestes pedía al Senado que no aprobara el proyecto.
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En el debate, el posicionamiento de las distintas confesiones religiosas ha sido clave. Así, a la marcha por la vida convocada por las iglesias cristianas, se sumó, a la misma hora en que se debatía la norma, una 'Misa por la vida' en la catedral bonaerense, presidida por el cardenal Mario Poli.
"El cuidado de la vida es el primer derecho humano. En estas horas los senadores debaten sobre la interrupción voluntaria del embarazo, lo cual supone la despenalización del aborto", subrayó el purpurado durante la homilía.
"Es un eufemismo 'interrumpir'. Se quiere legitimar por primera vez que un ser humano pueda eliminar a su semejante. Legalizando la muerte provocada de modo directo a una persona inocente. Sin juicio ni proceso. Solo le cabe esperar sin salida el fatal desenlace.", dijo Poli.
El cardenal de Buenos Aires añadió que "los no nacidos tienen derecho a pertenecer de nuestra historia. A nuestra nación. Donde hay lugar para todos y nadie sobra. El aborto siempre será un drama, lejos está de ser una solución. El papa Francisco dijo que es verdad que hicimos poco por esas mujeres que sufrieron una violación. Tenemos que hacernos cargo de sumar ayuda. Crear lugares para recibir a las madres con temores y necesidades. Así puedan cuidarse y cuidar al nuevo ser que está en ellas. Es un desafío que no podemos postergar".