A Jesús de Nazaret, Dios lo ungió con la fuerza del Espíritu Santo!
- 03 Septiembre 2018
- 03 Septiembre 2018
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San Gregorio Magno I
Celebrado el 3 de septiembre
San Gregorio I Magno, papa y doctor de la Iglesia
Memoria de san Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia, que siendo monje ejerció ya de legado pontificio en Constantinopla, y después, en tal día, fue elegido Romano Pontífice. Resolvió problemas temporales y, como siervo de los siervos, atendió a los valores espirituales, mostrándose como verdadero pastor en el gobierno de la Iglesia, ayudando sobre manera a los necesitados, fomentando la vida monástica y propagando y reafirmando la fe por doquier, para lo cual escribió muchas y célebres obras sobre temas morales y pastorales. Murió el doce de marzo.
Papa y Doctor de la Iglesia (540-604), nació en Roma el año 540, de noble familia. Nació en un momento límite, cuando la caída de Roma se acentuaba y empezaba una nueva época. Es el último de los grandes Padres de Occidente y el primer hombre medieval. Sus obras serían el primer alimento espiritual de la Edad Media, hasta San Bernardo, Santo Tomás y Santa Teresa de Jesús. En el monte Celio estaba el palacio familiar. Allí recibió Gregorio la primera educación, hondamente cristiana, de parte de sus padres, Gordiano y Silvia.
Ellos y sus tías Társila y Emiliana, están en el catálogo de los santos. Gregorio se preparó muy bien en derecho, al que desde Justiniano se daba gran importancia. Más tarde fue nombrado prefecto de la ciudad, Italia había sido arrasada por las invasiones de los lombardos. Roma estaba en ruinas. En su tiempo desaparecen los cónsules, cuando Gregorio será llamado Cónsul de Dios.
Era una situación calamitosa. Fue entonces cuando se encontró con dos benedictinos que procedían de Montecasino, que habían conocido a San Benito. De sus labios tomó los relatos llenos de candor que luego recogió en sus deliciosos e ingenuos Diálogos. ¿Qué camino tomar?, se preguntaba el Santo.
Así lo escribía a su íntimo amigo San Leandro de Sevilla, en tales tonos de cordial amistad que son difíciles de superar. Por fin se decidió. Convirtió en monasterio su palacio del monte Celio y empezó allí su vida monacal. Estudió intensamente la Sagrada Escritura y la vida de los monjes de Occidente. Se distinguió por su austeridad de vida y por la intensidad de su oración.
Por eso es llamado doctor de la compunción y de la contemplación, pues fue modelo acabado tanto en ascética como en mística. Benedicto I lo envió como nuncio a Constantinopla, donde pasó ocho años. Vuelto a Roma, el desbordamiento del Tíber produjo muchas calamidades: hambre y peste sobre todo. Una de las víctimas de la peste fue Pelagio II. Reunidos el clero, el senado y el pueblo, eligieron Papa al diácono Gregorio. Le costó mucho dejar su soledad, pero aceptó.
Era el primer Papa monje, estilo que introdujo en la espiritualidad y liturgia de su pontificado. Publicó la Regla Pastoral, que fue el código de los obispos durante la Edad Media. Restauró la disciplina. Una de sus grandes obras fue la conversión de Inglaterra, por el envió de monjes, capitaneados por Agustín de Cantorbery. En su tiempo los visigodos abjuraron el arrianismo en el Concilio III de Toledo el 589. Renovó el culto y la liturgia con el famoso Sacramentario. Dio al pontificado un gran prestigio, como San León Magno. Renovó la práctica de las estaciones cuaresmales en las iglesias romanas, para las que compuso Cuarenta homilías sobre los Evangelios. Fomentó las buenas obras, la piedad, el culto de las reliquias, las devociones populares. La reforma más famosa fue la del canto, llamado por ello gregoriano.
Publicó el Antifonario y formó una gran Schola Cantorum. Aunó los diversos cantos dispersos, en una sola liturgia, absorbiendo los diversos ritos, excepto el ambrosiano y el mozárabe. Es el escritor más fecundo de los papas medievales. Aparte de las obras ya citadas, tenemos su Epistolario, que contiene 859 cartas, Las 22 homilías sobre Ezequiel y El comentario a los libros de Job o las Morales, que tanto usaron Santa Teresa y otros Santos. Junto con San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo, es uno de los cuatro padres de Occidente.
Faustino de Roma (c. 350)
presbítero
Tratado sobre la Trinidad
“A Jesús de Nazaret, Dios lo ungió con la fuerza del Espíritu Santo!” (Hch 10,38)
Nuestro Salvador fue verdaderamente ungido, en su condición humana, ya que fue verdadero rey y verdadero sacerdote…. Los israelitas, aunque no eran las dos cosas a la vez, eran, sin embargo llamados “cristos” (ungidos), por la unción material del aceite que los constituía reyes o sacerdotes. Pero el Salvador, que es el verdadero Cristo, fue ungido por el Espíritu Santo… Sabemos que esto es verdad por las palabras mismas del Salvador. En efecto, habiendo tomado el libro de Isaías, lo abrió y leyó: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido”; y dijo a continuación que entonces se cumplía aquella profecía que acababan de oír. Y además, Pedro, el príncipe de los apóstoles, enseñó que el crisma con que había sido ungido el Salvador es el Espíritu Santo y la fuerza de Dios, cuando en los Hechos de los apóstoles, hablando con el centurión, aquel hombre lleno de piedad y misericordia, dijo entre otras cosas: “La cosa comenzó en Galilea, cuando Juan predicaba el bautismo. Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (10,37). Vemos, pues, cómo Pedro afirma de Jesús que fue ungido, según su condición humana, “con la fuerza del Espíritu Santo”. Por esto, Jesús, en su condición humana, fue con toda verdad Cristo o ungido, ya que por la unción del Espíritu Santo fue constituido rey y sacerdote eterno.
Enviado para dar la buena noticia
Santo Evangelio según San Lucas 4, 16-30. Lunex XXII de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la valentía de anunciar el Evangelio siendo fiel en lo que me pides.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy te dice la misión a la cual has sido llamado y, al mismo tiempo, te muestra que caminas acompañado.Ciertamente este versículo del profeta Isaías explica que se cumple en nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, debes de recordar que en tu bautismo te vuelves parte del cuerpo místico de Cristo y, por tanto, portador de su misma misión. "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor". Y la gran pregunta surge, ¿cómo?
Dios quiere que seas feliz y que transmitas esa felicidad que has encontrado junto a Él; que compartas con los demás tu experiencia de y con Cristo; que ayudes a los otros a ver la mejor opción en sus vidas.Como ejemplo piensa en alguien que piensa asesinar a su hijo que aún porta en su vientre, ayúdale a ver lo maravilloso de la maternidad, muestra afecto y cercanía a esa persona, has que vea el valor que tienen ella y el fruto en su vientre, escucha sin juzgar… en fin, Dios lo único que te pide es que dejes que Él actúe a través de ti.
Recuerda que tu misión comienza en tu casa, el sitio más difícil para evangelizar, pues como dice el evangelio: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra." Difícil ciertamente, pero no imposible. Deja que Dios siga actuando a través de ti y permítete fortalecer cada día tus lazos familiares; Dios actuará en los demás con sólo el testimonio tuyo y de tu familia, pues los que les vean dirán:"Miren cómo se aman".
Que san José y la Santísima Virgen María te guíen y acompañen en esta misión de llevar el Evangelio.
La Buena Noticia puede parecer una expresión más, entre otras, para decir "Evangelio": como buena nueva o feliz anuncio. Sin embargo, contiene algo que cohesiona en sí todo lo demás: la alegría del Evangelio. Cohesiona todo porque es alegre en sí mismo...
(Papa Francisco, homilía, 13 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré hablar con alguien de Cristo y lo invitaré a leer todos los días el Evangelio.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. ¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¿Por qué nadie es profeta en su tierra?
Responderemos a la pregunta sobre por qué Jesús dice que un profeta solamente es mal recibido en su propia casa y por los suyos
Podemos iniciar nuestra investigación buscando en el Antiguo Testamento si efectivamente los profetas fueron mal recibidos en su propia casa o pueblo. Podemos observar que varios de los profetas, auténticos, del Antiguo Testamento, fueron llamados por Dios a ejercer la profecía lejos de su lugar de origen.
Por ejemplo, el profeta Amos era originario de Tecoa en Judá, y ejerció su profecía en el Santuario de Betel, santuario del Reino del Norte, y fue rechazado por las autoridades. Eliseo era originario de Abel Mejolá, y nunca ejerció la profecía en medio de su familia, sino con grupos proféticos cerca de Guilgal; en general su ministerio profético fue aceptado. Jeremías e Isaías fueron profetas que ejercieron en Jerusalén, el primero era de los sacerdotes de Anatot en la tierra de Benjamín. De Isaías no se dice su origen, pero es probable que ejerciera muy cerca o en su mismo lugar de origen.
Pasemos ahora al Nuevo Testamento. En el Evangelio de san Mateo (Mt 23,32; Lc 13,34) Jesús se queja con Jerusalén de que mata a los profetas que le son enviados.
Si pensamos en que todos los profetas escritores fueron miembros del pueblo de Dios y que a muchos de ellos los mataron, no solamente en Jerusalén sino sus propios paisanos, entonces podemos pensar que Jesús recoge un pensamiento que era común en su entorno socio religioso. En el Evangelio de san Lucas (Lc 11,51-53) dentro de una serie de “ayes”, es decir, dentro de un discurso de denuncia contra fariseos y doctores de la ley, Jesús les dice que a ellos se les pedirá cuenta de la sangre de los profetas y los justos que ha sido derramada desde Abel hasta Zacarías. En este caso se particulariza la responsabilidad, no se trata del pueblo en su conjunto, sino particularmente de las autoridades que se hacen resistentes a la voluntad de Dios.
Pero en otros pasajes (Marcos 6, 1-6; Lucas 4, 16-30) no fueron las autoridades, sino los que conocían a Jesús y a su familia, con lo cual podemos comprobar que no es un factor determinante la situación social o incluso de consanguineidad para aceptar o rechazar al Señor. El evangelista nos da la clave, a saber, es la decisión de creer en Jesús aquello que hace posible que se opere la salvación. Podemos preguntarnos si no resulta más o menos comparable a grupos de personas que desde su niñez estuvieron muy cercanas a la formación religiosa y que más adelante en la vida nadie les resulta suficiente para convencerlos pues ellos, desde niños, ya lo saben todo de su religión.
La Virgen advirtió en 1954 qué hacer ante crisis provocadas por sacerdotes «que son causa de escándalo»
La Justicia divina reclama la satisfacción de tantas ofensas y maldades que cubren la tierra y no se puede tolerar más
El 2 de abril de 2011 Su Santidad Benedicto XVI reconoció formalmente un milagro atribuido a la intercesión de Sor Elena Aiello, fallecida en 1961. El día de la Santa Cruz, 14 de septiembre de 2011 fue beatificada en Cosenza (Calabria, Italia).
Su amor y fidelidad a Dios, señala la web Portaluz, le habían hecho merecedora de compartir los estigmas de Cristo. Pero esta mística del siglo XX recibió además ocasionalmente el don de profecía que le permitió por ejemplo advertir el trágico final de Benito Mussolini; y también el privilegio de recibir revelaciones místicas… cuyos contenidos advierten a la humanidad y urgen a la conversión.
Una de esas revelaciones, quizá la más conocidas es aquella que recibió el Viernes Santo de 1954 y que en lo medular es de gran actualidad, en la crisis que atraviesa la Iglesia.
Le advierte en ella la Santísima Virgen María: “El hogar, fuente de la fe y de santidad, está manchado y destruido. Los hombres continúan viviendo ciegos en sus pecados. Cerca está el azote que limpiará la tierra del mal. La Justicia divina reclama la satisfacción de tantas ofensas y maldades que cubren la tierra y no se puede tolerar más. Los hombres obstinados en sus culpas no se vuelven a su Dios. La gente no se somete a la Iglesia y desprecia a los sacerdotes por haber muchos malos entre ellos, que son causa de escándalos”.
Seguidamente la Madre de Dios le señala qué hacer ante esa situación: “Levanta la voz, hasta que los sacerdotes de Dios presten oído a mi mensaje, y avisen a los hombres que el tiempo está cerca, y si no se convierten a Dios con oraciones y sacrificios, el mundo se verá envuelto en una nueva guerra (…)”.
“Hacen falta oración y sacrificios -continúan las revelaciones-, que vuelvan a los hombres a Dios y a mi Corazón Inmaculado. Propaga todo esto por el mundo, como eco verdadero de mi voz. Hazlo saber porque ayudará a salvar muchas almas e impedirá mucha destrucción en la Iglesia y en el mundo”.
Domingo XXII de Tiempo Ordinario (Ciblo B)
Para entender el Evangelio este domingo
Una confrontación profunda entre Jesús y las autoridades judías representadas por los fariseos y en los escribas
El pasaje que leemos hoy se encuentra hacia el final de la primera parte del Evangelio y representa una confrontación profunda entre Jesús y las autoridades judías representadas por los fariseos y en los escribas venidos de Jerusalén. El tema de la confrontación versa sobre el sentido de lo que es puro e impuro.
En primer lugar es importante considerar el origen de dónde se consideraba que algo fuera puro e impuro. Está testimoniado en los libros Éxodo, Levítico y Números que las cosas y las personas son puras por la relación que guardaban con lo sagrado. Por ejemplo, el Arca de la Alianza que Dios le mandó construir a Moisés no podía ser tocada por cualquier persona. Esa función estaba reservada para los sacerdotes porque una persona no sagrada resultaba impura para tocar un objeto sagrado. Lo mismo sucedía en el sentido contrario. Cuando alguna persona había tenido que ver con algún objeto sagrado, para regresar a la comunidad debía purificarse porque estaba impuro para estar con las personas comunes.
Bajo este aspecto, impuro no quiere decir sucio o malo. Simplemente quiere decir que hay una distancia entre lo sagrado y lo profano, y para pasar entre ambos ambientes es necesario hacer ritos de purificación. La vida cotidiana de los judíos tenía momentos sagrados: la comida era considerada uno de ellos. Por este motivo había que hacer ritos de purificación en torno a la comida y los utensilios para prepararla.
Pero Jesús relaciona la noción de puro e impuro no solamente con lo sagrado, sino también con lo moral. Esto también lo contemplamos en el Antiguo Testamento sobre todo en el libro del Levítico. Todo aquello que está en contra de la voluntad de Dios es considerado impuro. Por lo tanto es negativo y malo.
Jesús apela al sentido profundo de las tradiciones, que no se reduce a cumplir reglas de pureza ritual, sino a comprender la propia vida como un camino de relación con Dios. Jesús entonces declara que lo que hace impuro al hombre no es el cumplimiento de normas externas, sino aquello que surge de su corazón. Porque del corazón vienen muchas acciones malas las cuales hacen a la persona impura, es decir, antagónico con la voluntad de Dios.
Esta discusión, casi al final del ministerio de Jesús en Galilea, nos muestra cómo la forma en que Jesús interpretaba el Antiguo Testamento se enfrentaba sobre todo con la manera en que el grupo fariseo enseñaba a cumplir con la Ley de Moisés. El acento de Nuestro Señor es la persona completa, interior y exterior. En cambio la perspectiva de los fariseos no parecía ser así.
"LA VERDAD ES HUMILDE, LA VERDAD ES SILENCIOSA", RECUERDA EL PAPA EN SANTA MARTA
Francisco: "Frente a los que buscan el escándalo o la división, el único camino es el silencio y la oración"
"El padre de la mentira, el acusador, el diablo, actúa para destruir la unidad de una familia, de un pueblo"
Jesús Bastante, 03 de septiembre de 2018 a las 12:45
Francisco, en Santa MartaVatican News
Con su silencio, Jesús vence a los perros salvajes, vence a los perros salvajes que habían sembrado la mentira en el corazón
(Jesús Bastante).- El Evangelio sigue ofreciendo magníficas oportunidades a Francisco para rebatir, sin hacerlo, a los rigoristas que tratan de erosionar la roca de Pedro. En esta ocasión, durante la misa de Santa Marta, que el Papa ha retomado este lunes, el Papa ha vuelto a poner el dedo en la llaga: "Frente a los que buscan el escándalo o la división, el único camino es el silencio y la oración".
"La verdad es humilde, la verdad es silenciosa", subrayó Francisco en la capilla de su residencia. Una actitud válida para un cristiano que quiera seguir a Jesús frente "a las personas que buscan sólo el escándalo, que buscan sólo la división".
El relato evangélico habla del día en que Jesús regresa a Nazaret, y es acogido con sospecha. Ningún profeta es bien acogido en su patria. Ante esto, Francisco animó a "reflexionar sobre cómo actuar en la vida cotidiana, cuando hay malentendidos" y comprender "cómo el padre de la mentira, el acusador, el
Como Jesús usa solo "la Palabra de Dios" cuando "quiere vencer al Diablo", también utiliza el silencio. "Con su silencio, Jesús vence a los perros salvajes, vence a los perros salvajes que habían sembrado la mentira en el corazón
Santa Marta. #PapaFrancesco: dinanzi a chi cerca lo scandalo, silenzio e preghiera - Vatican News
Santa Marta. Papa: dinanzi a chi cerca lo scandalo, silenzio e preghiera - Vatican News
vaticannews.va
"No eran personas, era una jauría de perros salvajes que le echaron fuera de la ciudad. No razonaban, gritaban. Jesús callaba. Lo llevaron a la cima del monte para despeñarle. Este pasaje del evangelio acaba así: ‘Pero Él, pasando por en medio, se alejó'. La dignidad de Jesús: con su silencio vence a esa jauría salvaje y se va. Porque no había llegado su hora. Lo mismo sucederá el Viernes Santo: la gente que el Domingo de Ramos había hecho fiesta por Jesús y le había dicho ‘Hosana, Hijo de David', decía ‘crucifícalo': habían cambiado. El diablo había sembrado la mentira en el corazón, y Jesús callaba", afirmó el Papa. "Esto nos enseña que cuando se da esta forma de actuar, de no ver la verdad, queda el silencio", añadió Bergoglio, quien culminó añadiendo que "el silencio vence a través de la cruz". "El silencio de Jesús. Pero cuántas veces en las familias empiezan discusiones sobre política, deporte, dinero, y una vez y otra esas familias se destruyen, en estas discusiones en las que se ve que el diablo está allí y quiere destruir... Silencio. Dice la suya y después calla. Porque la verdad es mansa, la verdad es silenciosa, la verdad no es ruidosa. No es fácil lo que ha hecho Jesús, pero está la dignidad del cristiano que está anclada en la fuerza de Dios. Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que sólo buscan el escándalo, que sólo buscan la división, que buscan sólo la destrucción, también en las familias. Y oración".
"Que el Señor nos de la gracia de discernir cuándo tenemos que hablar y cuando debemos callar. Y esto en toda la vida: en el trabajo, en casa, en la sociedad... en toda la vida. Así seremos imitadores de Jesús", concluyó.