Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz
- 14 Septiembre 2018
- 14 Septiembre 2018
- 14 Septiembre 2018
¿Quieres tener una cita en persona con Jesús?
5 Pasos que debe seguir al visitar al Santísimo
En diferentes momentos de nuestra vida, tenemos la necesidad de tener un encuentro personal con Jesús, ya sea para agradecerle, pedirle un consejo o pedirle su ayuda en alguna situación complicada en la que estemos viviendo.
Un regalo único que Jesús nos hizo, fue quedarse con nosotros en la Sagrada Eucaristía. No hay manera más sencilla y perfecta para tener un encuentro personal con Jesús que asistir a la exposición del Santísimo Sacramento, o bien, visitarlo en alguna Capilla de Adoración Permanente, en donde se encuentra también expuesto el Santísimo Sacramento.
Lo importante de este encuentro es que nunca necesitarás sacar una cita, Jesús siempre estará con los brazos abiertos para recibirte. Ahí, te escuchará, te consolará, te iluminará y te ayudará a tomar buenas y sabias decisiones en tu vida.
Ahora que ya sabes cómo tener un encuentro personal con Jesús, es importante el saber qué hacer cada vez que asistas al Santísimo. Hoy te quiero compartir algunos pasos recomendados para tener un encuentro con Jesús Eucaristía.
1.-Entrada y saludo
Es importante que recuerdes que las capillas de adoración, son espacios de oración y encuentro personal con Jesús, entra con respeto y con el silencio adecuado, saluda a Jesús Eucaristía con una reverencia o híncate.
2.-Entra en oración
No hay nada mejor que platicar con Jesús, date un tiempo para saludarlo como lo que es, tu mejor amigo; recuerda que Él está ahí para escucharte y hacerte sentir amado.
3.-Lee las Sagradas Escrituras
Puedes leer el evangelio del día, alguna lectura o algún salmo. Deja que Dios te hable a través de su Palabra. Existen libros con reflexiones eucarísticas que también te podrán ayudar a entrar en oración y reflexión.
4.- Reza y pide por los demás
Existen muchas oraciones que puedes rezar, como por ejemplo el Santo Rosario, la coronilla de la Misericordia, o bien, rezar y meditar el Via Crucis.
5.-Comulga
Después de vivir una experiencia cercana con Jesús Eucaristía, asiste a Misa y comulga, si por alguna dificultad de tiempo o alguna otra situaciones personal no puedes hacerlo en ese momento, podrías realizar una comunión espiritual.
Tenemos la gran fortuna de tener a diario encuentros personales con Jesús, date tu tiempo y ten esos encuentros con Él. Si no son diarios, al menos busca siempre tener en tu agenda presente un encuentro con tu mejor amigo que es Jesús.
¿Por qué los mormones creen que llegarán a ser dioses?
Respuesta a la serie de argumentos, sacados de contexto o con errónea interpretación, usados por ellos como sustento a esta doctrina
Dentro de las doctrinas más extrañas de los mormones, tenemos aquella que consiste en creer que los seres humanos pueden llegar a ser dioses. Es todo un progreso, para ellos el alma que preexiste antes de estar en la Tierra, se une al cuerpo y viene a la Tierra con el fin de progresar y acabar siendo un dios. Veamos por ejemplo que enseñan en una de sus obras:
“El asunto que parece un misterio es la afirmación de que nuestro Padre en el cielo en una ocasión paso por una vida y muerte y es un hombre exaltado. Este es uno de los misterios“. (Joseph Fieldiing Smith Doctrines of Salvation vol 1 pp 10,12)
Una copla no escrita en sus libros canónicos pero muchas veces proclamada por sus líderes y miembros que dice así: “Como el hombre es, Dios una vez fue, como Dios es, el hombre puede llegar a ser”.
También utilizando las Escrituras sustentan su doctrina de que los hombres pueden llegar a ser dioses, citando algunas referencias bíblicas como el Salmo 82,6:
Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo.
Pero además entre sus últimas publicaciones (manuales, páginas de internet, etc.) intentan reforzar sus doctrinas, citando algunos padres de la Iglesia (Ireneo, Clemente de Alejandría, San Basilio,etc.) cuando nos hablan sobre la “deificación”, dando a entender que esta doctrina de los padres de la iglesia es similar a la que ellos profesan.
Por ello a continuación daré respuesta a esta serie de argumentos los cuales están claramente sacados de contexto o tienen una errónea interpretación:
¿Cómo entender el Salmo 82,6?
Para empezar, debemos entender bien el sentido del texto y para ello debemos ver los versículos anteriores y posteriores. EL v.7 afirma que son “hombres” pues morirán, y son “príncipes”, y caerán. Los v.1 y 8 nos enseñan que Dios “juzga”, luego entonces se está refiriendo a “jueces o gobernantes” que juzgarán, o sea tendrán esa capacidad, igual que Dios la tiene y la ejercen. El texto no habla de ser dioses por naturaleza”, sino de ser “dioses” porque como “Dios”, el hombre también puede juzgar.
Por lo tanto, estos dioses se refieren a los magistrados considerados como un grupo personas; como aquéllos que se reúnen para ejercer justicia. La palabra utilizada en hebreo es "elohim“ (????????) y es uno de los nombres que se da a Dios. Sin embargo, también se traduce como jueces y gobernantes en el sentido de representantes divinos y por consiguiente a quienes, en un sentido subordinado, se les puede dar el nombre de "dioses". Comparemos con el Salmo 82, 6 estas otras citas: Ex. 21, 6; Ex 22, 8-9, Ex 22, 28; 1 Sam 2:25 En ellas, la misma palabra en plural se aplica a los magistrados, y se traduce como "jueces". La idea es, que ellos eran los representantes de la soberanía divina en la administración de justicia. (Rom 13, 1-2, Rom 13, 6).
Finalmente, si entendemos que todos somos dioses, como enseñan los mormones, estaríamos contradiciendo la Escritura que enseña claramente que “solo hay un Dios”:
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también 1Tim 2:5
Para profundizar y responder mejor este argumento mormón os recomiendo leer el libro de mi esposa Yasmín Oré "Quienes son realmente los mormones" Respuestas a sus creencias y prácticas
Los padres de la Iglesia y la deificación
Además de ese texto bíblico, los mormones se apoyan en ciertos textos patrísticos para fundamentar su doctrina, así muestra este artículo de su página oficial:https://www.lds.org/topics/becoming-like-god?lang=spa&old=true
Ireneo, uno de los padres de la iglesia, fallecido en el año 202 d. C., afirmó que Jesucristo “por medio de Su amor trascendente, llegó ser como nosotros a fin de que podamos llegar a ser cómo Él es”. Clemente de Alejandría (aprox. 150–215 d. C.) escribió que “la Palabra de Dios se hizo hombre para que tú puedas aprender del hombre cómo éste puede llegar a ser un Dios”. Basilio el Grande (330–379 d. C.) también celebra esta perspectiva, no sólo “ser hechos semejantes a Dios”, sino “mucho más que eso: el ser hecho un Dios".
Lo que los padres de la Iglesia primitiva quisieron decir exactamente cuando hablaban de llegar a ser Dios queda abierto a interpretaciones, pero es evidente que las referencias a la deificación se vieron más impugnadas hacia finales del período romano, y ya eran escasas en la Edad Media. La primera objeción conocida por un padre de la Iglesia a la enseñanza de la deificación se produce en el siglo V. Cien años más tarde las enseñanzas de “llegar a ser un Dios” tienen un alcance más restringido, como ocurre con la definición de Pseudo Dionisio Areopagita (aprox. 500 años d. C.): “La deificación... es alcanzar la semejanza a Dios y la unión con él en la medida de lo posible”.
Voy a analizar entonces a San Ireneo, a Clemente de Alejandría, a San Basilio el grande, y algún otro padre de la Iglesia para ver como pensaban en este tema. Debemos recordar que tocar a un padre de forma aislada, no representa “tradición” y sus escritos serian sólo opiniones teológicas. Sin embargo, el consenso unánime de los padres, esto si tiene valor.
Comenzaré citando a San Ignacio de Antioquia, discípulo de los apóstoles (Pedro y Pablo) que vivió en su tiempo y murió hacia el año 106 d.C . Este nos dará la pauta general en el tema de la “deificación”:
Y vosotros, cada uno, formáis un coro, para que estando en armonía y concordes, y tomando la nota clave de Dios, podáis cantar al unísono con una sola voz por medio de Jesucristo al Padre, para que Él pueda oíros y, reconocer por vuestras buenas obras que sois miembros de su Hijo. Por tanto os es provechoso estar en unidad intachable, a fin de que podáis ser partícipes de Dios siempre. (Epistola a los Efesios 4,2)
Cuando los padres hablan de “deificación” es en el sentido de participación, tal y como hace San Ignacio.
San Ireneo también entiende la deificación como una participación:
Y si el hombre no hubiese sido unido a Dios, no podría haber participado de la incorrupción. Convenía, pues, que el Mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5) por su propia familiaridad condujese ambos a la familiaridad, amistad y concordia mutuas, para que Dios asumiese al hombre y el hombre se entregase a Dios. ¿Pues de qué manera podíamos ser partícipes de su filiación (Gal 4,5) si no la recibiésemos por medio del Hijo por la comunión con él, si él, su Verbo, no hubiese entrado en comunión con nosotros haciéndose carne (Jn 1,14)? (Contra las herejías Libro III punto 18.7)
¿Cómo podrías hacerte dios, si primero no te haces un ser humano? ¿Cómo pretendes ser perfecto, si fuiste creado en el tiempo? ¿Cómo sueñas en ser inmortal, si en tu naturaleza mortal no has obedecido a tu Hacedor? Es, pues, necesario que primero observes tu orden humano, para que en seguida participes de la gloria de Dios (Contra las herejías Libro IV. Punto 39.2)
Para Ireneo somos dioses por participación en su gloria, no por naturaleza.
Clemente de Alejandría, piensa similar:
Es hora, pues, de que digamos que el cristiano piadoso solo es rico y sabio, y de noble cuna, y así lo llama y cree que es la imagen de Dios, y también su semejanza, habiéndose convertido en justo, santo y sabio por Jesús. Cristo,…."Dije que sois dioses, y todos los hijos del Altísimo." Para nosotros, sí, nosotros, Él nos ha adoptado, y desea ser llamado solo Padre de nosotros, no de los incrédulos Tal es entonces nuestra posición quienes somos los asistentes de Cristo. (Exhortación 12)
Para San Clemente ser imagen y semejanza de Dios, o sea deificarse, es convertirse en justo y santo. Es el mismo concepto que enseña la Iglesia católica (CIC 460).
Y eso de que con el paso de los siglos se perdió la enseñanza de “ser dioses” es mentira, ya que el mismo San Jerónimo la recuerda claramente en sus escritos, pero a diferencia de los mormones, dándole el sentido católico, o sea el correcto:
Que somos dioses, no por naturaleza, sino por gracia. "Pero a todos los que lo recibieron le dio el poder de convertirse en hijos de Dios". Hice al hombre para ese propósito, que de los hombres pueden convertirse en dioses. "Dije: Ustedes son dioses, todos ustedes hijos del Altísimo. (Homilia 14)
Al participar de su gracia, nos hacemos participes de la naturaleza divina (1Pe 2,4) y por tanto podemos ser llamados dioses. El propio Catecismo de la Iglesia refleja esta enseñanza en el numeral 460, así que no se perdió como da a entender la web mormona.
Finalmente, el articulo cita a San Basilio, el mismo enseña participamos de la gracia de Dios, no somos dioses en esencia:
Por medio del Espíritu Santo tenemos: el restablecimiento en el paraíso, la subida al reino de los cielos, la vuelta a la adopción filial, la confiada libertad de llamar Padre nuestro a Dios, de participar en la gracia de Cristo, de ser llamado hijo de la luz, de tener parte en la gloria eterna y, en general, de estar en la plenitud de la bendición, en esta vida y en la futura (S. Basilio, El Espíritu Santo XV,35.36; XVI,38)
¿Es cierto que Dios Padre fue un hombre como enseñan los mormones?
Los mormones llegan a la conclusión de que podemos ser dioses, porque el Padre fue una vez un hombre, progresó y alcanzo la deidad. Eso significa, que ellos creen el Padre experimento lo mismo que Cristo, se hizo hombre…..algo que no tiene registros bíblicos. Sin embargo, si hay registros bíblicos de que Dios no es un hombre: Oseas 11,9; Números 23;19; 1Samuel 15,29 ) y por tanto debemos descartar esta doctrina como bíblica. Pero aun así, los santos padres les refutan claramente:
Si conociesen las Escrituras y se dejaran educar por la verdad, aprenderían que Dios no es como los seres humanos, ni sus pensamientos son como los del hombre (Is 55,8-9). Pues el Padre de todas las cosas dista mucho de las acciones y pasiones humanas, es simple, no es compuesto, no consta de miembros diversos, todo su ser es igual a sí mismo; es todo intelecto, todo espíritu, todo sentimiento, todo pensamiento, todo verbo, todo oído, todo ojo, todo luz y todo bien de todos los bienes, como afirman de Dios los hombres de fe y piadosos (San Ireneo Contra las Herejías Libro 2. 13:3)
Ireneo enseña Dios es espíritu, como enseño san Juan en Juan 4:24. Que es simple, es decir que no tiene cuerpo por eso no puede tener miembros, ni ser dividido, este concepto en teología se llama “simplicidad”.
Clemente de Alejandría, enseñará lo mismo: Dios es ser divino, eterno y sin principio, incorpóreo e ilimitable, y la causa de lo que existe. El ser es lo que subsiste por completo. La naturaleza es la verdad de las cosas o la realidad interna de ellas. otros, es la producción de lo que ha venido a la existencia, y según otros, nuevamente, es la providencia de Dios, que causa el ser y la manera de ser, en las cosas que se producen "
"¿Qué es Dios?" Dios, "como dice el Señor," es un espíritu ". Ahora bien, el espíritu es propiamente sustancia, incorpórea y no circunscrita. Y eso es incorpóreo, que no consiste en un cuerpo, o cuya existencia no es de acuerdo con la amplitud, la longitud y la profundidad, y que no está circunscrito y no tiene cabida, que está totalmente todo, y en cada todo, y lo mismo en sí mismo (Fragmento sobre la Providencia)
Antes mencionaron a San Basilio para enseñar el también creía que los hombres pueden ser dioses, sin embargo San Basilio al igual que el resto de Padres, cree que lo son por participación en su gracia. De esta manera, San Basilio enseña que Dios no tiene cuerpo, es simple: Las operaciones de Dios son diversas, pero su esencia es simple" ( Cartas234: 1 [AD 367]).
CONCLUSIÓN:
No es correcto, que por parte de las sectas, intenten citar los textos de los Santos Padres como referencias, ignorando por completo otros textos que les contradicen totalmente. Cuando uno estudia a los santos padres debe analizar todos los textos que se refieren a una doctrina para sacar una conclusión y no quedarse con textos aislados para justificar sus errores doctrinales. Además si tanto quieren usarles como fuente deberían también aceptar sus otras enseñanzas que apoyan 100% la doctrina católica.
Ha quedado demostrado también que ningún cristiano de los primeros siglos creyó que llegaría a ser “dios” y que “Dios fue hombre una vez” esas enseñanzas fueron inventadas por Joseph Smith y sus posteriores líderes.
Fiesta, 14 de septiembre
Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.
Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.
El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida.
Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes. Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.
La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.
Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.
Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).
En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.
Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.
"No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.
Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.
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La Exaltación de la Santa Cruz
Himno (laudes)
Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
De aquel Jesús nacido de la Virgen
Que en la gloria del Padre vive y brilla.
Gemía Adán, doliente y conturbado,
Lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.
¡ Salve cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!
Reine el señor crucificado,
Levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz,
Nuestros labios, el río de la vida.
Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
Himno (vísperas)
Las banderas reales se adelantan
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.
Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.
En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.
¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!
¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!
A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.
Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus,
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén
Dios envió a su Hijo para salvarnos.
Santo Evangelio según San Juan 3, 13-17. Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz.
Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo Jesús dijo a Nicodemo: Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por Él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.
Oración introductoria
Señor Jesús, hoy que se celebra la Santa Cruz, en algunos países, quiero agradecerte el que hayas aceptado el anonadarte a Ti mismo para venir a salvarme. Que nunca me acostumbre o sea indiferente ante tu sacrificio en la cruz. Concédeme que en esta oración pueda percibir un poco más tu amor, vivo y verdadero, para buscar, con tu gracia, corresponderte.
Petición
Jesucristo, dame tu gracia para cargar mi cruz con amor y paciencia, contemplándote siempre a Ti, que vas mostrándome el camino que debo seguir.
Meditación del Papa Benedicto XVI
Dios se ha mostrado verdaderamente, se ha hecho accesible, ha amado tanto al mundo que -nos ha dado a su hijo Unigénito, para que quien cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna-, y en el supremo acto de amor de la cruz, sumergiéndose en el abismo de la muerte, la ha vencido, ha resucitado y nos ha abierto también a nosotros las puertas de la eternidad. Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado; es el buen Pastor, bajo cuya guía nos podemos confiar sin temor, ya que Él conoce bien el camino, ha atravesado también la oscuridad. (...) Se nos invita, una vez más, a renovar con valor y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, es más, a vivir con esta gran esperanza y a dar testimonio de ella al mundo: después del presente no está la nada. Y precisamente, la fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para darle una esperanza verdadera y segura. Benedicto XVI, 2 de noviembre de 2011.
La oración, expresión de apertura y de confianza en el Señor: es el encuentro personal con Él, que acorta las distancias creadas por el pecado. Rezar significa decir: “no soy autosuficiente, te necesito, Tú eres mi vida y mi salvación”. (Homilía de S.S. Francisco, 10 de febrero de 2016).
Reflexión
Hoy celebramos la fiesta de la Cruz, símbolo del cristiano. En este diálogo entre Jesús y Nicodemo se anuncia de una manera oculta el momento supremo de la vida de nuestro Salvador: la crucifixión.
La cruz no es sólo un símbolo material, sino la guía de nuestra vida.
Dios en su gran amor, viendo la necesidad que tenía el mundo de ser salvado, no dudó en entregar a su propio Hijo para su salvación. Las circunstancias históricas concurrieron para que la redención se realizara por medio de la cruz. A partir de este acontecimiento la cruz se ha convertido en señal de salvación para todo el que cree que Jesús es el redentor del hombre.
A pesar de que Jesús se puso el primero en el padecer no nos resulta fácil asumir la realidad de la cruz y todos la esquivamos de la mejor manera posible. Pero si ser cristiano es seguir al crucificado, ¿por qué rehusamos seguir sus huellas? Sólo desde el amor se entiende esta entrega, y sólo el amor hace posible convertir en alegría las mayores angustias de la vida. Es cuestión de amor, y cuando algo nos cuesta mucho es señal de que el termómetro del amor marca baja temperatura.
Propósito
Participar en una hora eucarística o hacer un acto de adoración a la Santa Cruz.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, que por nuestro amor entregaste tu vida en la cruz, te pedimos acrecientes en nosotros el amor para que podamos asumir con prontitud de ánimo los sufrimientos de la vida.
Conoce más acerca de la Fiesta de la Santa Cruz.
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Treinta días de oración a la Reina del Cielo. A lo largo del mes de mayo, tengamos a María presente en nuestro corazón y en nuestros hogares, entregándole un ramo de Rosas de oración.
El Hijo del hombre será elevado
Nuestra mirada a Cristo en la Cruz habrá de ser una mirada de fe, una mirada de confianza.
Juan 3, 14-21. Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.
Reflexión
El texto evangélico que acabamos de escuchar constituye el trozo final del diálogo que, en horas de la noche, mantuvo Jesús con Nicodemo. En el transcurso de esa conversación, Jesús le había enseñado la necesidad de nacer de nuevo, de nacer de lo alto, de renacer del agua y del Espíritu, para poder entrar en el Reino de Dios.
Y luego le siguió diciendo, ya en la parte que hemos escuchado hoy: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre para que todo el que cree en Él tenga vida eterna”. Probablemente Nicodemo no comprendió a fondo lo que Jesús acababa de revelarle, si bien algo habrá podido intuir. Respecto a él nosotros somos privilegiados, porque estamos en condiciones de captar mejor el significado de las palabras del Señor.
Alude Jesús a la serpiente de bronce que Moisés hizo erigir en el desierto. Sucedió cuando los judíos, cansados ya de tantas tribulaciones, comenzaron a murmurar contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en el desierto?”. Dios, indignado, envió contra el pueblo terribles serpientes, muriendo mucha gente de Israel. Entonces recurrieron a Moisés para que intercediese por ellos delante de Dios.
Conmovido por la súplica del caudillo, el Señor le mandó hacer una serpiente de bronce y colocarla sobre un poste. Y cuando alguien era mordido por una víbora le bastaba con mirar la imagen de bronce para evitar la muerte. Fue una manifestación del poder de Dios, capaz de librar de todo mal. Y ahora el Señor se aplica a sí mismo la imagen de la serpiente del Antiguo Testamento: también Él será elevado en el mástil de la cruz, de manera parecida a la serpiente de bronce y con efectos similares.
En ese sentido, la crucifixión de Cristo no tiene solamente un aspecto doloroso sino que es, a la vez, el comienzo de su glorificación. Según lo consigna el evangelista San Juan, autor del Evangelio de hoy, el mismo Señor dijo en otra ocasión: “Cuando hayáis elevado al Hijo del hombre, entonces, sabréis que yo soy”. Y también: “Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. La “elevación” de Cristo es, así, el comienzo de su victoria: desde la cruz, como un imán divino, ejercerá una influencia universal, todo lo atraerá hacia Sí.
Jesús será allí la nueva serpiente, no como aquella del Génesis que en el Paraíso terrenal sedujo a nuestros primeros padres, y siguió seduciendo al pueblo elegido a lo largo de su historia. Jesús se hizo a sí mismo serpiente para librarnos de la antigua serpiente por cuya envidia, la muerte se introdujo en el mundo. Se hizo muerte para librarnos de la muerte. Por eso su elevación sobre la cruz es ya el preludio de la victoria, es la esencia del Misterio Pascual: proceso de muerte y de glorificación. Del seno del sepulcro brota la vida, vida que de la tierra se eleva, asciende, hasta el cielo.
Durante la Cuaresma, queridos hermanos, nos encaminamos a la celebración, de este misterio, que encuentra su momento, más relevante en la Semana Santa. Levantemos los ojos hacia Cristo, elevado en la cruz, con la misma confianza con que los judíos del desierto miraron a serpiente de bronce. Y así no pereceremos. Miremos a Cristo y creamos firmemente en Él, porque como nos dice el Evangelio de hoy: “Tanto amó Dios al mundo que entregó su Hijo Único, para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna”.
Nuestra mirada a Cristo en la Cruz habrá de ser, entonces, una mirada de fe, una mirada de confianza. Porque sabemos que Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar a los hombres, sino para que se salven por Él. Por eso, acerquémonos nosotros a Cristo, nuestra luz, nuestra serpiente, como lo llama San Ambrosio, con toda confianza, con toda humildad, mirémosle en los ojos... y creamos.
Queridos hermanos, pronto llegará el momento de la consagración y de la elevación. Una vez más Cristo será “levantado en alto”, esta vez por el sacerdote, para atraer a todos hacia Sí. La misa es la renovación del sacrifico de la Cruz, de ese sacrifico que implicó la primera y cruel “elevación” de tres horas interminables, en la cima del monte Calvario.
Luego nos acercaremos a recibir el Cuerpo del Señor inmolado. Su luz va penetrar en nosotros: Que ilumine todas las regiones oscuras de nuestra alma. Y que la contemplación de sus misterios pascuales sea para nosotros fuente de vida y de salvación.
¡Qué así sea! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¿Misericordia?
El Papa señala estos 4 elementos necesarios para llevar una vida de estilo cristiano
El Papa Francisco citó cuatro elementos presentes en el Evangelio necesarios para construir un “estilo cristiano” de vida: “amad a vuestros enemigos, haced el bien a aquellos que os odian, bendecid a aquellos que os maldicen, rezad por aquellos que os tratan mal”.
El Santo Padre aseguró, durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este jueves 13 de septiembre, que “este es el estilo cristiano, éste es el modo de vivir cristiano. Pero si yo no hago esas cuatro cosas, ¿no soy cristiano? Sí, sí eres cristiano porque has recibido el Bautismo, pero no vives como un cristiano. Vives como un pagano, con el espíritu de la mundanidad”.
En su homilía, el Pontífice destacó que los cristianos no deben nunca caer “en las habladurías” o “en la lógica de los insultos” que sólo general “guerra”. Por el contrario, deben encontrar tiempo “para rezar por las personas molestas”.
Según Francisco, lo fácil sería “hablar a espaldas del enemigo o de aquel que pertenece a un grupo diferente”, pero ese no es el modo de actuar cristiano.
“Sólo los misericordiosos se parecen a Dios Padre”, aseguró el Papa, y recordó las palabras del Evangelio: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”. E insistió: “Este es el camino, el camino que va contra el espíritu del mundo, que piensa, al contrario, que no acusa a los demás”.
Advirtió que “cuando yo entro en esta lógica de acusar, maldecir, tratar de hacer el mal a los demás, entro en la lógica del gran acusador que es destructor: Satanás”. En este sentido, señaló que Satanás es “el gran acusador, aquel que siempre va a acusarnos delante de Dios para destruirnos”.
Por ello, el Santo Padre hizo hincapié: “Quien no conozca la palabra ‘misericordia’, no la conoce, nunca la ha vivido”.
Novena al Santo Padre Pío de Pietrelcina
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad (14 al 22 de septiembre)
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Oración introductoria para todos los días
Bienaventurado P. Pio, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo. El dolor marcó tu vida y te llamamos "Un crucificado sin Cruz".
El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.
Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.
Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros. Amén.
Oración a San Pío de Pietrelcina
Amadísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, tú que has llevado sobre tu cuerpo los estigmas de Nuestro Dios Jesucristo. Tú que también has llevado la cruz por todos nosotros, soportando los sufrimientos físicos y morales que te flagelaron continuamente el alma y el cuerpo, en un doloroso martirio. Te rogamos, intercedas ante Dios todopoderoso para que cada uno de nosotros sepa aceptar las pequeñas y grandes cruces de la vida, transformando cada individual sufrimiento en un seguro vínculo que nos ata a la vida eterna.
(Se dicen las intenciones por las que se ofrece la novena y se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
Oración final para todos los días
San Pío de Pietrelcina, te pedimos nos enseñes la humildad de corazón, para ser considerados entre los pequeños del Evangelio, a los que el Padre prometió revelar los misterios de su Reino.
Ayúdanos a orar sin cansarnos jamás con la certeza de que Dios conoce lo que necesitamos antes de que se lo pidamos.
Alcánzanos una mirada de fe capaz de reconocer prontamente en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.
Protégenos en la hora de la lucha y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.
Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria feliz, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar eternamente la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA PRIMERO
Palabras del Padre Pío
“Conviene acostumbrarse a los sufrimientos que Jesús os manda. Jesús que no puede soportar veros sufrir, vendrá a solicitaros y a confortaros, infundiendo nuevo ánimo en vuestro espíritu”
Meditación sobre el amor
Lo que llevó a Nuestro Señor Jesucristo a ofrecerse a sí mismo por el perdón de nuestros pecados. Es el amor el que nos debe también conducir a nosotros a agradecerle eternamente por tanto sufrimiento inmerecido. El Santo P. Pío comprendió este Amor y quiso ser, humildemente, otro Cristo para en estos tiempos, aplacar la ira divina. Así Dios Padre le “regala” el sufrimiento del mismo Jesucristo para expiar en el dolor las faltas de tantos pecadores. P. Pío responde con amor a este “regalo” haciendo vivas las palabras de San Agustín cuando dice: “Vamos hacia Dios no caminando, sino amando.” Pese a sus padecimientos durante 40 años de tener estigmas sangrantes no deja de trabajar y servir a sus hijos espirituales y sus hermanos con el más puro amor cristiano. Nos dijo el P. Pío: “No lo olvidéis: el eje de la perfección es el amor. Quien está centrado en el amor, vive en Dios, porque Dios es Amor, como lo dice el Apóstol”.
DÍA SEGUNDO
Palabras del Padre Pío
"Ánimo y no temas la ira de Lucifer. Recordad siempre que es una buena señal cuando el enemigo se agita y ruge alrededor vuestro, ya que esto demuestra que él no está dentro de ti".
Meditación sobre la santidad
La santidad es un llamado para todos los seres humanos. Por el solo hecho de haber nacido y ser hijos de Dios, creados a su Imagen y Semejanza, tenemos la invitación amorosa a imitarlo. Es imposible que Dios inspire deseos irrealizables, decía Santa Teresita, por lo que desde nuestra pequeñez y poquedad, podemos ser santos, si lo deseamos ardientemente y trabajamos lo suficiente para lograrlo. A este llamado obedeció con su sí pleno el Santo Padre Pío y nos invita a todos sus hijos espirituales a responder como él, para poder entrar al Paraíso y vivir eternamente en la presencia de Dios.
DÍA TERCERO
Palabras del Padre Pío
"María sea la estrella que os alumbre el camino, os enseñe la calle segura para ir al Padre Celestial; Ella sea el asidero firme que tengáis, para que os conservéis cada vez más unidos estrechamente en el tiempo de la prueba".
Meditación sobre las virtudes
Para crecer como personas necesitamos, al igual que un atleta, ejercitarnos todos los días en aquello que nos perfecciona. No basta querer ser responsables, por ejemplo. Es necesario todos los días hacer ejercicios de responsabilidad, hasta que lo logremos. El fruto será llegar a serlo realmente: ser responsable. De la misma manera, si queremos ser justos, sinceros, ordenados, es necesario que lo practiquemos con esfuerzo y dedicación todos los días, hasta que formemos el hábito, es decir, la costumbre. Ese hábito que desarrollamos, que nos hacer ser mejores personas, se llama virtud.
El Santo Padre Pío amó y veneró a la Santísima Virgen María toda su vida. Vio en Ella todas las virtudes posibles y fue su permanente modelo. Ella es grande por su santidad porque supo imitar las virtudes de Jesucristo.
También a la Santísima Virgen le costó mucho, pero lo hizo por amor a su hijo y por amor a nosotros.
DÍA CUARTO
Palabras del Padre Pío
"Invoca a tu Ángel de la Guarda, que te iluminará y te conducirá. Dios te lo ha dado por este motivo. Por tanto válete de él".
Meditación sobre la castidad
La castidad es la virtud por la cual se conserva la pureza de mente y cuerpo necesarias para poder cultivar un alma limpia, como la de un niño pequeño. Es uno de los votos realizados por el Santo Padre Pío al ingresar a la vida religiosa, que con la ayuda de Dios, pudo cumplir fielmente junto a la pobreza y la obediencia, representados visiblemente en los tres nudos de su lazo alrededor de la cintura. Esta es, además, una virtud angélica.
DÍA QUINTO
Palabras del Padre Pío
"Oh Señor, Padre Jesucristo; te suplico viertas sobre mí, todos los castigos que son para los pecadores y las ánimas benditas del purgatorio; multiplica sobre mí los sufrimientos, con que conviertes y salvas a los pecadores, y líbralos pronto del tormento del purgatorio".
Meditación sobre la prudencia
La prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. La prudencia es sinónimo de cautela, de moderación. Es el motor del buen cristiano. Quien la ejerce sabe acallar su lengua, sus malos pensamientos y evitar las malas obras. El santo Padre Pío fue una escuela viva de prudencia, de sensatez y de amor. Decía nuestro Santo sobre la prudencia: “La prudencia tiene ojos. El amor piernas. El amor, que tiene piernas, querría correr hacia Dios, pero su impulso es ciego, y uno tropezaría, de no estar dirigido por los ojos de la prudencia…”
DÍA SEXTO
Palabras del Padre Pío
"Si yo sé que una persona está afligida, sea en el alma o en el cuerpo, suplicaría a Dios para verla libre de sus males. De buena gana yo tomaría todos sus sufrimientos para verla salvada y cedería los frutos de tales sufrimientos en su favor".
Meditación sobre la obediencia
A través de la virtud de la obediencia se logra realizar lo que nuestros superiores nos piden sin cuestionar las posibles consecuencias y motivos de la orden que se nos da. Quien obedece se limita a actuar según lo pedido. En la vida religiosa se dice que “quien obedece no se equivoca” y así actuó nuestro santo a lo largo de toda su vida, aun cuando las órdenes que le dieron eran evidentemente injustas, como suspenderlo e impedirle confesar o celebrar la Santa Misa públicamente. Es uno de los votos realizados por el Santo Padre Pío al ingresar a la vida religiosa, que con la ayuda de Dios, pudo cumplir fielmente junto a la pobreza y la castidad, representados visiblemente en los tres nudos de su lazo alrededor de la cintura.
Decía nuestro Santo: “Es mediante una sumisión completa y ciega que os sentiréis guiado en medio de las sombras, las perplejidades y las luchas de la vida. ‘El hombre obediente cantará victoria’, nos dice la Escritura. Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle también las gracias; si se oculta a vuestra vista, dadle también las gracias. Todo esto compone el yugo del amor”.
Vivió la santa obediencia de modo exquisito, incluso en la enfermedad o en el dolor provocado por los continuos ataques y tentaciones del Maligno.
DÍA SÉPTIMO
Palabras del Padre Pío
"Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma sin pecado, todos los pecadores, todos los incrédulos se convertirían al instante".
Meditación sobre la penitencia
Conocemos la penitencia como aquel “castigo” que nos impone el Confesor luego de absolvernos de nuestras faltas en el Sacramento de la Confesión. Pero existe también la Penitencia como una serie de diferentes ejercicios penosos que podemos imponernos, con la debida autorización de nuestro director espiritual, para procurar la mortificación de nuestras pasiones y sentidos, como modo de expiación por nuestros pecados ya perdonados. El Santo Padre Pío fue muy penitente y supo vivir en austeras penitencias toda su vida religiosa, sin perder la alegría.
DÍA OCTAVO
Palabras del Padre Pío
"Si me fuera posible, querría conseguir de Dios solamente una cosa; si me dijera: "Vas al Paraíso", querría conseguir esta gracia: "Señor, no me dejéis ir al Paraíso hasta que el ultimo de mis hijos; la última de las personas que me han sido confiadas, haya entrado antes que Yo".
Meditación sobre la pureza
La pureza es algo con lo que nacemos pero a medida que comenzamos a tomar conciencia, por la influencia del mundo, vamos perdiendo. Es necesario ser puros de mente y cuerpo, para poder ser puros de alma. No es una tarea sencilla, ni carente de obstáculos. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración. Decía el Santo Padre Pío a sus hijos espirituales: “Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre”. Pero hay una promesa a tanto esfuerzo: “Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios” (Mt 5,8) El corazón limpio es el corazón abierto y humilde. El corazón impuro es, por el contrario, el corazón presuntuoso y cerrado, completamente lleno de sí mismo, incapaz de dar un lugar a la majestad de la verdad.
DÍA NOVENO
Palabras del Padre Pío
"Siempre mantente unido a la Santa Iglesia Católica, porque sólo ella puede salvarte, porque sólo ella posee a Jesús Sacramentado, que es el verdadero príncipe de la paz. Fuera de la Iglesia Católica, no hay salvación, ella te da el bautismo, el perdón de los pecados, el Cuerpo, la sangre, el Alma, y la Divinidad de Jesucristo, concediéndote por tanto la vida eterna; y todos los santos sacramentos para llevar una vida de santidad".
Meditación sobre la humildad
La humildad es la virtud de asumir los defectos y errores propios. Una de las más difíciles de cultivar para todos los hombres y de la que han gozado, no sin esfuerzo, todos los santos.
El Santo padre Pío era muy consciente de sus miserias y rogaba diariamente al Padre para poder combatirse y ayudar a todos sus hijos a ser humildes.
En una oportunidad, como una señora admitiera que tenía cierta inclinación a la vanidad, el Padre comentó: – “¿Ha observado usted un campo de trigo en sazón? Unas espigas se mantienen erguidas, mientras otras se inclinan hacia la tierra. Pongamos a pruebe a los más altivos, descubriremos que están vacíos, en tanto los que se inclinan, los humildes, están cargados de granos”.
"SI ESTOY VIVO", RESPONDE EL PAPA A LA INVITACIÓN DIRECTA DEL PRESIDENTE NYUSI
Francisco confirma que viajará a Mozambique el año que viene
El país africano se suma a Panamá y Japón en el itinerario de viajes apostólicos para 2019
Hernán Reyes Alcaide, 14 de septiembre de 2018 a las 12:55
"Si estoy vivo", responde el Papa a la invitación directa del presidente NyusiRD
El de Mozambique, donde fue Nuncio el próximo Sustituto de la secretaría de Estado Edgar Peña Parra, será el tercer viaje del papa argentino al continente africano. En 2015 visitó Uganda, Kenia y República Centroafricana, y en 2017 fue a Egipto
(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano).- Se va armando lentamente el cronograma de viajes apostólicos para 2019. Y una vez más, es el propio pontífice en dar la noticia por fuera de las estructuras de comunicación de la Santa Sede. Hoy fue el propio papa Francisco quien confirmó que irá a Mozambique el año próximo, tras recibir en el Vaticano al presidente del país africano Filipe Jacinto Nyusi.
"El papa vendrá a Mozambique el año próximo", anunció Nyusi estrechando la mano de Jorge Bergoglio tras la reunión de poco más de media hora que mantuvieron este viernes en el palacio Apostólico del Vaticano.
"Si estoy vivo", agregó en tono cómplice Bergoglio, confirmando el viaje que se sumará a los previstos para Panamá (en enero próximo) y a Japón (aún sin fecha).
Tras la reunión, que se desarrolló en un clima de cordialidad, Bergoglio animó al mandatario a "seguir trabajando en equipo".
Y la referencia no es menor. Hace años trabaja en el país africano la fundación pontificia Scholas Occurrentes, que el mes pasado inició además un programa de ayuda a jóvenes pobladores de Tofo, un enclave costero al suroeste. Incluso el presidente de Scholas y hombre de confianza de Francisco, José María del Corral, estuvo en el país africano recientemente.
El de Mozambique, donde fue Nuncio el ya designado próximo Sustituto de la secretaría de Estado Edgar Peña Parra, será el tercer viaje del papa argentino al continente africano. En 2015 visitó Uganda, Kenia y República Centroafricana, y en 2017 hizo lo propio con Egipto.