Mi madre y mis hermanos, son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen
- 25 Septiembre 2018
- 25 Septiembre 2018
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San Fermín de Amiens
Celebrado El 25 de Septiembre
San Fermín de Amiens, obispo y mártir
Existen sobre este Fermín unas actas tardías (del siglo X) que detallan muchos aspectos de la vida del santo, incluyendo su pasión y muerte. Lamentablemente son muy poco confiables, por la lejanía con los hechos que narra, y los rasgos legendarios que presenta. Sin embargo, es muy posible que en las cuestiones fundamentales recojan una tradición firme.
Según esa tradición, Fermín era natural de Pamplona, en Navarra, España, perteneciente a una noble familia pagana del lugar. La predicación de Honesto y Honorato, discípulos del famoso san Saturnino de Toulouse, trajo la fe cristiana a Pamplona, y junto a ella, a la familia de Fermín, quien no sólo se bautizó, sino que fue nombrado obispo y enviado como misionero a las Galias. Allí evangeliza Agen, Auvernia, Anjou, Beauvais, para detenerse finalmente en Amiens (los auténticos obispos misioneros solían serlo de una pequeña comarca, se nota aquí los intentos de las Actas por hacer que su héroe abarque prácticamente todo el territorio de la actual Francia). En Amiens recibe el martirio, y es enterrado por un piadoso senador, cuyo hijo, también llamado Fermín, es ordenado como sucesor, y erige una iglesia en honor de san Fermín. La lista de obispos de Amiens registra estos dos Fermines, el primero como mártir y el segundo como confesor, aunque se basa en datos muy poco seguros, y es posible que los dos sean en realidad el mismo, el que celebramos hoy. De hecho el Martirologio actual ha eliminado la inscripción del segundo, que figuraba el 1 de septiembre.
De todo esto lo que queda como segura es la vinculación de san Fermín con Navarra como patria de origen, y de Amiens como sitio martirial, donde pudo haber sido un destacado obispo misionero, sin ser necesariamente el obispo fundador de la sede, que parece haber sido Eulogio, en el siglo IV. Es imposible saber, con los datos disponibles, cuándo vivió y recibió el martirio san Fermín; las diversas tradiciones lo ubican entre mediados del siglo III y comienzos del IV.
Este es el Fermín cuyo culto se extendió por Navarra, y dio lugar a los «Sanfermines» del mes de julio. Hay un primer documento de la veneración del santo en Pamplona en 1186, cuando el obispo Pedro II recibe solemnemente de parte del obispo de Amiens las reliquias de san Fermín, establece la solemnidad litúrgica, y dota un convento de canónigos en honor del santo.
Estas reliquias, guardadas en un relicario de algunos siglos más tarde, son las que se veneran actualmente en la iglesia de San Lorenzo, en Pamplona.
La fecha de celebración fue al principio el 10 de octubre; sin embargo, quizás por mezcla con la historia del patrono principal de Pamplona, el mencionado san Saturnino, que murió arrastrado por un toro, se comenzó a asociar el culto a san Fermín con los toros. Pero la fecha de octubre quedaba fuera de los toros, y así en 1590, el obispo Bernardo de Sandoval concede el traslado de la parte profana de la fiesta (es decir, el encierro de toros) al 7 de julio, dejando a salvo la festividad litúrgica en su fecha propia. Se escoge esa fecha no por ninguna relación con la vida del santo, sino por «illud tempus esse magis commodum» («por ser este tiempo más cómodo») para la fiesta.
Acta Sanctorum, septiembre VII, págs. 24-50; allí mismo una buena parte del texto se dedica al desarrollo del culto en Pamplona (pág. 46ss.). Mons. Duchesne, en Fastes Episcopaux, III, pág. 112-127 resume los puntos centrales de los datos y problemas del episcopado de san Fermín. El P-. Thurston, en Butler's Lives... menciona una «Histoire de Saint Fermin» de 1861, a la que no he tenido acceso. Imagen: Martirio de san Fermín, por Vincentius Bellovacensis, en el «Speculum historiale», siglo XV, Paris.
Cleofás, Santo
Discípulo del Señor, 25 de septiembre
Discípulo del Señor
Martirologio Romano: Conmemoración de san Cleofás, discípulo del Señor, a quien, con el otro compañero itinerante, ardía el corazón cuando Cristo, en la tarde de Pascua, se les apareció en el camino explicándoles las Escrituras, y después, en la casa de Cleofás, en Emaús, conocieron al Salvador en la fracción del pan.
Breve Biografía
Dos veces aparece este nombre en los Evangelios. Una en San Lucas cuando habla de los dos discípulos que marchaban a Emaús (cfr San Lucas 24; 13, ss) y la otra en San Juan cuando habla de una "María, la mujer de Cleofás" que estaba presente en el Calvario, acompañando a la Virgen, la tarde en que fue crucificado y moría Jesús (cfr San Juan 19; 25,ss).-
Sin que pueda establecerse con certeza que estos dos personajes fueran marido y mujer, ya que varones llamados Cleofás debía haber bastantes en Jerusalén, sí parece que el esposo de esa María del Calvario debía ser un cristiano bastante conocido entre los discípulos, cuando San Juan escribe su evangelio y también que ambos estuvieron muy cerca de los acontecimientos que hoy narramos.-
Es la alborada del Domingo. Unas mujeres, quieren envolver en lienzos el cuerpo y poner perfumes preciosos, a la usanza judía, en el cuerpo de Jesús, ya que no pudo prepararse con finura el viernes por la tarde cuando lo pusieron en el sepulcro.-
El sepulcro está vacío, no tiene cuerpo dentro. Unos ángeles avisan que está vivo el Señor Jesús . Las mujeres, locas de alegría, nerviosas, corren y transmiten la nueva a los discípulos. Pedro y los demás no pueden creer ese inusitado acaecimiento.-
La distancia de Jerusalén a Emaús es de algo más de diez kilómetros. Hacia Emaús caminan ese mismo día dos discípulos del Maestro. Uno de ellos responde al nombre de Cleofás. Van comentando entre ellos los acontecimientos del fracaso de Jesús en los días pasados. –
Las pisadas son pesadas porque llevan la amargura en el pecho. Son tantos años juntos, tantas ilusiones truncadas, tantas promesas secas, tantas alegrías cegadas... hasta los proyectos del Reino se esfumaron con los clavos, la cruz y la lanza. Con Jesús muerto mal se anda.-
Se les unió un caminante como compañero de camino. Ellos temían "ofuscada la mirada". Al preguntar qué les pasa, Cleofás con tono enojado casi le regañó por no estar al día de lo que ha pasado en la Ciudad Santa. Cuando resumen los hechos tan trágicos e impresionantes, el viajero les recordó que ya estaba previsto por los profetas.-
Al acercarse a la aldea, el caminante hace intención de proseguir. Cleofás y su amigo le insistieron: "Quédate con nosotros, que el día ya declina". El caminante accedió, entró con ellos en la casa, se sentó a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió en trozos, y se lo dio. En este instante le reconocieron.-
Ahora, desandar lo andado para decirle a los hermanos que las mujeres mañaneras tenían razón no es pesado, es alegría; avanzan en la noche tan seguros como a pleno día porque lucen mucho las estrellas, los pasos se han tornado ágiles y firmes, el corazón late con fuerza, el gozo se ha hecho vida. Notan la vehemencia de decir pronto a los otros que Jesús sí es el Mesías.Con Jesús Vivo bien se camina.-
San Cleofás
Oración
Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Cleofás venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
Otras celebraciones de hoy: Nuestra Señora de la Fuencisla. Santos: Alberto de Jerusalén, Atanasio, Irene, Baldovino, Sergio, Aurelia, Neomisia, confesores; Arnolfo, Fermín, Solemnio, Lupo, Cástor, obispos; Antila, Bardomiano, Eucarpo, Herculano, mártires; Ermenfredo, abad; Pafnucio, monje; Cleofás, discípulo del Señor.
Santo Evangelio según San Lucas 8, 19-21. Martes XXV de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, quiero encontrarte. Sólo dame la paciencia para esperar tu gracia, sabiduría para verte en donde me muestres tu bondad, entendimiento para comprender lo que me quieres enseñar y fortaleza para vencer con tus fuerzas. Ayúdame a discernir dónde está tu voluntad, estar abierto a lo que me pidas y que nunca tenga miedo de hacer tu voluntad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Somos hombres. Y como hombres, sentimos la necesidad de encontrar certezas y seguridades que se puedan ver, tocar y escuchar claramente, como cuando oímos la voz de personas concretas con promesas concretas
Nuestra tendencia natural es querer escuchar a Dios igual que a nuestros padres, hermanos o amigos que, cuando hablan, atraen hacia sí toda nuestra atención. Tenemos la certeza que se palpa y que no se necesita gran fe para saber que se dirigen a nosotros.
Pero Dios habla a un nivel más profundo. Para escucharle hay que ser sinceros con uno mismo, guardar silencio interior en medio de la tempestad, de los problemas personales. Al escucharle puede surgir tanto el temor como la fortaleza, tanto la alegría como la tristeza. Sin importar los sentimientos que puedan surgir, debemos de tener bien presente que el que nos habla, el que me habla, es Dios.
Es difícil, pero cuando logramos entrar en este ambiente de silencio podremos valorar y escuchar claramente lo que Dios nos quiere decir. Si le escuchamos y entendemos lo que nos pide, no tendremos miedo de actuar y hacer su voluntad porque podremos tener la certeza de que Él lo quiere. Y además, si escuchamos y respondemos, podremos formar parte de la familia íntima de Cristo.
El concepto de familiaridad con Dios, de familiaridad con Jesús. Nosotros podemos ser discípulos, podemos ser amigos, pero ser familia es aún más. El primer mandamiento que hemos recibido en la persona de nuestro padre Abraham: Camina en mi presencia y sé irreprochable. Hoy aquel mandamiento ha crecido y es más grande y largo: "Escucha la palabra de Dios. Ponla en práctica, así serás mi familia, tendrás familiaridad conmigo". Cada uno puede valorar su propia relación con Jesús y preguntarse: ¿Es una actitud formal, educada? Yo voy a rezar, después voy con mis cosas, me olvido de Jesús y hago mis cosas, vuelvo a rezar. ¿Es, por tanto, una actitud diplomática? O ¿es una actitud familiar, en la que se siente familiaridad con el Señor?
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de septiembre de 2017, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré un mayor esfuerzo por escuchar a Dios en silencio interior, buscando el silencio exterior que permita a los demás expresarse.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Domus Sanctae Martahe, el Lunes 7 de octubre de 2013.
En fuga de Dios
¿Tienes tú capacidad de escuchar la Palabra de Dios, de oírla, o tus ideas son las que te rigen y no dejas que la sorpresa del Señor te hable?
Por: SS Francisco
Para oír la voz de Dios en la propia vida hay que tener un corazón abierto a las sorpresas. De otro modo el riesgo es ponerse «en fuga de Dios», alegando tal vez hasta una buena excusa. Y así puede ocurrir que precisamente los cristianos tengan la tentación de huir de Dios y las personas «lejanas» consigan en cambio escucharle. Lo dijo el Papa Francisco y sugirió un camino seguro: dejemos escribir nuestra historia por Dios.
El Obispo de Roma, en la homilía, tomó como paradigma la historia de Jonás, comentando la primera lectura (1, 1 - 2, 1.11): él tenía toda su vida bien organizada: servía al Señor, tal vez oraba mucho. Era un profeta, era bueno, hacía el bien. Como «no quería que se le molestara, con el método de vida que había elegido, en el momento en que oyó la palabra de Dios empezó a huir. Y huía de Dios». Así, cuando «el Señor le envía a Nínive, él toma la nave rumbo a España. Huía del Señor».
A fin de cuentas -explicó el Pontífice-, Jonás se había escrito la propia historia: «Yo quiero ser así, así, así, según los mandamientos». No quería ser molestado. He aquí la razón de su «fuga de Dios». Una fuga que, como alertó el Papa, puede vernos como protagonistas también a nosotros hoy. «Se puede huir de Dios -afirmó- siendo cristiano, siendo católico», incluso «siendo sacerdote, obispo, Papa. Todos podemos huir de Dios. Es una tentación cotidiana: no escuchar a Dios, no escuchar su voz, no oír en el corazón su propuesta, su invitación».
Y si «se puede huir directamente» -prosiguió- «hay otras maneras de huir de Dios un poco más educadas, un poco más sofisticadas». La referencia es al pasaje evangélico de Lucas (10, 25-37) que cuenta de «este hombre, medio muerto, arrojado en el suelo de la vía. Por casualidad un sacerdote bajaba por la misma calle. Un digno sacerdote, con sotana: bien, buenísimo. Vio y miró: Llego tarde a misa, y continuó su camino. No había oído la voz de Dios, ahí». Se trata -explicó el Papa- de «una manera distinta de huir: no como Jonás, que huía claramente. Después pasó un levita, vio y tal vez pensó: Pero si yo lo tomo o si me acerco, tal vez está muerto, y mañana tendré que ir al juez y dar testimonio. Y siguió su camino. Huía de esta voz de Dios en aquel hombre».
En cambio es «curioso» que quien tiene «la capacidad de entender la voz de Dios» sea «sólo» un hombre «que habitualmente huía de Dios, un pecador». En efecto -precisó el Pontífice-, «quien oye la voz de Dios y se acerca» al hombre necesitado de ayuda «es un samaritano, un pecador» lejano de Dios. Un hombre -recalcó- que «no estaba acostumbrado a las prácticas religiosas, a la vida moral». Estaba teológicamente en el error «porque los samaritanos creían que a Dios se le debía adorar en otro sitio» y no en Jerusalén.
Pero justamente esta persona «entendió que Dios le llamaba; y no huyó». Se «hizo cercano» al hombre abandonado, vendándole «las heridas y derramándole aceite y vino. Después le cargó en la cabalgadura. Pero cuánto tiempo perdido: le llevó a una posada y se ocupó de él. Perdió toda la tarde». Entretanto -observó el Obispo de Roma- «el sacerdote llegó a tiempo para la santa misa, y todos los fieles contentos. El levita tuvo el día después una jornada tranquila, según lo que él había pensado hacer», porque no tuvo que ir al juez.
«¿Y por qué -se preguntó el Papa- Jonás huyó de Dios? ¿Por qué el sacerdote huyó de Dios? ¿Por qué el levita huyó de Dios?». Porque -respondió- «tenían el corazón cerrado. Cuando tienes el corazón cerrado no puedes oír la voz de Dios. En cambio un samaritano, que estaba de viaje, vio» a aquel hombre herido y «tuvo compasión. Tenía el corazón abierto, era humano». Y su humanidad le permitió acercarse a él.
«Jonás -explicó- tenía un proyecto de su vida: él quería escribir su historia, bien, según Dios. Pero él la escribía, el sacerdote lo mismo, el levita lo mismo. Un proyecto de trabajo. Este otro pecador», en cambio, «se dejó escribir la vida por Dios. Cambió todo aquella tarde», porque el Señor le puso delante «a este pobre hombre, herido, tirado en la calle».
Yo me pregunto -continuó el Pontífice- «y os pregunto también a vosotros: ¿nos dejamos escribir nuestra vida por Dios o queremos escribirla nosotros? Y esto nos habla de la docilidad: ¿somos dóciles a la Palabra de Dios? Sí, yo quiero ser dócil. ¿Pero tienes tú capacidad de escucharla, de oírla? ¿Tienes capacidad de hallar la Palabra de Dios en la historia de cada día o tus ideas son las que te rigen y no dejas que la sorpresa del Señor te hable?» .
«Estoy seguro -concluyó el Papa Francisco- de que todos nosotros hoy, en este momento, decimos: pero este Jonás se la ha buscado y estos dos, el sacerdote y el levita, son egoístas. Es verdad: el samaritano, el pecador, ¡no huyó de Dios!». De aquí el deseo de que «el Señor nos conceda oír su voz que nos dice: Ve y haz tú lo mismo».
Reportaje especial de la visita
Visita del Papa a los Países Bálticos
Lituania, Letonia y Estonia se han convertido en un hogar acogedor para el Papa Francisco
Jesús Cristo – nuestra esperanza
En poco más de medio año los Países Bálticos: Lituania, Letonia y Estonia tenían que convertirse en un hogar acogedor para el Papa Francisco. Con la ayuda de varios miles de voluntarios, con la generosidad de los gobernantes, con las oraciones de los fieles y las “buenas ondas” de tantos otros, la intensa preparación dio sus frutos.
Aunque los Países Bálticos compartan la dolorosa historia de varias ocupaciones, en la fe han llevado caminos separados. Mientras Lituania es un país del norte de Europa en el que reina el catolicismo (77% de lituanos se identifican como católicos), Letonia se quedó más afectada por el comunismo (25% de letones se declaran como católicos) y Estonia se ha convertido en uno de los países de Europa con más ateos (tiene solo un poco más que 4.000 católicos). Por eso, la visita del Papa Francisco al Báltico es especial, con mucha diversidad.
El 22 de septiembre de 2018 llegó el Santo Padre a Lituania. El arzobispo de Vilnius, Gintaras Grusas, el día antes de la llegada histórica, durante la misa para los voluntarios, dijo que el Papa siempre se fija en los pequeños y débiles. Por eso, movido por la naturaleza de su carácter, el Santo Padre eligió visitar a unos de los más pequeños en Europa y en el mundo (la población de lituanos, la más grande en el Báltico, es sólo de 2,9 millones). El lema de la visita fue “Jesús Cristo – nuestra esperanza”.
La visita histórica
Sin planes especiales, pero con la Providencia divina, esta visita apostólica del Papa se convirtió en una visita histórica. La Iglesia Católica de Lituania este año conmemoró el 25o aniversario de la visita del Papa san Juan Pablo II, el primer Papa que visitó Lituania, y recibir el Papa Francisco justo en este año fue un gran regalo de este siglo. A lo mejor por eso, unas de las primeras palabras del pontífice, al comenzar la peregrinación por los Países Bálticos, que expresaban su alegría y esperanza, se basaron en las palabras de San Juan Pablo II, que dijo que “Lituania es el testimonio silencioso de un amor apasionado por la libertad religiosa”.
Otro aniversario que se conmemora en este año es el 75o aniversario de la liquidación del gueto de Vilnius, Jerusalén del Norte. Ahí, al lado del monumento que conmemora aquellos hechos inhumanos, el Papa se quedó a rezar por las víctimas del Holocausto, 200.000 judíos, aproximadamente 95% de toda su población en Lituania, fueron asesinados en cinco años. Lo más destructivo de esto fue una gran desunión, porque una parte de los lituanos fue involucrada directamente en las masivas matanzas de los judíos y la otra escondía las familias judías en sus casas, arriesgando sus vidas (893 lituanos fueron nombrados de los Justos de las Naciones).
El aniversario más importante en 2018 es el Centenario del Restablecimiento de Independencia tanto de Lituania, como de Letonia y Estonia. Por eso, la presidenta de Lituania Dalia Grybauskaite, regaló al Papa la campana de libertad, creada según el modelo de las campanas de 1919.
Se sabe que para el Papa Francisco lo más importante son las personas, no los aniversarios. A pesar de esto, el Santo Padre se detuvo más en las fechas y los hechos dolorosos de esta región durante su visita, repitiendo varias veces que “hay que buscar las raíces”, porque sin esto el árbol no puede florecer. Al dirigirse a las autoridades, la sociedad civil, al Cuerpo Diplomático, dijo que “celebrar los cien años de independencia significa detenerse un poco en el tiempo, recuperar la memoria de lo vivido para tomar contacto con todo aquello que los ha forjado como nación y encontrar allí las claves que les permitan mirar los desafíos presentes, y proyectarse hacia el futuro, en un clima de diálogo y de unidad con todos sus habitantes, de manera que nadie quede excluido”.
Él mencionó que “cada generación está llamada a hacer suyas las luchas y los logros pasados y a honrar en su presente la memoria de sus mayores”, porque “no sabemos cómo será el mañana; lo que sí sabemos es que a cada época le corresponde conservar el “alma” que la construyó y ayudó a transformar toda situación de dolor e injusticia en oportunidad, además de conservar viva y eficaz la raíz que dio los frutos de hoy”.
Busca a tu hermano
Después del dirigirse a las autoridades, el Papa se fue hacia la Puerta de la Aurora, el santuario mariano, famoso entre los peregrinos del mundo, que tiene la imagen milagrosa de la VirgenMater Misericordiæ. Aquí la Virgen en sus manos no lleva su Hijo, está dibujada como embarazada o en el momento de la Anunciación. Aquí el Papa rezó el tercer misterio del Rosario de los Misterios Gozosos, junto con los niños huérfanos, con los niños adoptados y sus familias por la alegría, la esperanza, la paz en Lituania y en el mundo. Al terminar la oración, el Santo Padre se dirigió por la ventana a la gente, diciendo que “esta Madre es Madre de todos, en cada uno que llega aquí, Ella mira lo que nosotros muchas veces no podemos comprender: Ella mira la cara de su Hijo Jesús, grabado en nuestro corazón” y como “cada una buena madre intenta unir familia, susurra al oído que busques a tu hermano”. Como el Papa lo dice, así lo hace, porque después de la oración del rosario en la Puerta de la Aurora, Francisco se dirigió hacia la plaza de la Catedral de Vilnius y durante este trayecto, se paró sin planear a bendecir los enfermos terminales del hospicio de Vilnius. En la plaza de la Catedral de Vilnius el pontífice tuvo el único encuentro con los jóvenes, al visitar los Países Bálticos.
Jesús nunca bajará de la barca de nuestra vida
Como el Papa Francisco es una persona del diálogo, en el encuentro con los jóvenes, él escuchó dos testimonios de dos jóvenes y luego siguió con el discurso de esperanza. Dijo que “Dios os dio la gracia para aguantar, para levantaros, para seguir caminando en la vida”. Esta gracia es especial porque se alcanza a través de personas que se cruzan en nuestras vidas, gente buena que nos nutre de su experiencia de fe. Por eso, esta gracia es incompatible con “el individualismo que aísla, nos vuelve egocéntricos y vanidosos, preocupados solamente por la imagen y el propio bienestar”, y ya “nadie puede decir “yo me salvo solo”, porque todos estamos interconectados. El Santo Padre insistió no ceder a la tentación de ensimismarse, de volver egoístas o superficiales ante el dolor, la dificultad pasajera. Así nos evitamos “vivir lamiéndonos las propias heridas” y salimos de nosotros mismos, lo que significa que entramos en la comunión con los demás, apostamos por la santidad desde el encuentro. Esto es muy importante por dos motivos. Francisco explica que primero, perteneciendo a una comunidad, a un pueblo, mejor entendemos nuestra verdadera identidad, nuestras raíces. Segundo, porque “el Señor nos salva haciéndonos parte de un pueblo”. Y aquí un ejemplo concreto, Lituania, es un pueblo del canto, el canto que fue una lucha astuta por la libertad. Un grupo de jóvenes regalaron unas antiguas canciones religiosas al Papa y los jóvenes que dieron sus testimonios, mencionaron la importancia del coro en sus vidas. El cantar en grupo demuestra una comunión, un modo de rezar que necesita escuchar el otro. Aprovechando esta ocasión, el pontífice dijo que practicando la música nos abrimos a la escucha y a la interioridad, nos dejamos “impactar de tal modo en la sensibilidad y eso es siempre una buena oportunidad para el discernimiento”. El escuchar es también una forma de ternura, hacia cual el Papa invitó a los jóvenes una vez más. Al terminar su encuentro, Francisco dijo a la juventud que “Jesús nos regala tiempos amplios y generosos, donde hay espacios para los fracasos, donde nadie tiene que emigrar, pues hay lugar para todos”. Y aunque estos tiempos sean amplios, no podemos permitirnos perderse en laberintos, tenemos que “siempre caminar buscando la dirección correcta, sin miedo a volver si me equivoqué”, porque Jesús siempre estará en nuestra barca y “jamás va a dejar de reconstruirnos” sea como persona o como pueblo, lo que ilustra la historia de los Países Bálticos.
Novena a San Francisco de Asís
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad (25 de septiembre al 3 de octubre)
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bienaventurado Padre San Francisco, dirigid compasiva mirada desde el excelso trono de vuestra gloria y rogad por vuestro pueblo; por este pueblo que habéis escogido para que en todo tiempo sirva delante de Vos en el ministerio del Señor. Así sea.
DÍA PRIMERO
Admirable Padre San Francisco, ángel de paz y heraldo del Rey de reyes, que con vuestras virtudes sois una de las mayores glorias de la Iglesia, obtenedme por vuestras llagas y por vuestras grandezas, las virtudes propias de mi estado y la gracia que os pido, si es la voluntad de Dios. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SEGUNDO
Glorioso Padre San Francisco, Arca de santidad y fundador de la Orden Seráfica, por lo cual sois aclamado grandioso Padre de ingentes multitudes en vuestras tres Ordenes de Menores, de religiosas franciscanas y de terciarios, alcanzadme el menosprecio del mundo y el deseo de las cosas celestiales. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA TERCERO
Seráfico Padre San Francisco devotísimo de la Reina de los cielos, de la que recibisteis inefables bondades y la proclamasteis Patrona de vuestras obras, obtenedme la filial devoción a la Inmaculada Virgen María en tanto grado como es la voluntad de Dios. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA CUARTO
Santísimo Padre San Francisco, imitador del Hijo de Dios y copia exacta de Jesús, que por los copiosos dones de gracia que habéis recibido y por vuestra semejanza al Divino Redentor sois llamado Nuevo Cristo, haced que imite vuestros ejemplos para copiar más exactamente a Jesús, divino modelo de los predestinados. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA QUINTO
Pacientísimo Padre San Francisco, serafín abrasado y amante de la cruz, que fuisteis favorecido por Jesús con la impresión de las sagradas llagas en vuestro cuerpo, alcanzadme que lleve incesantemente la cruz y haga frutos dignos de penitencia. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SEXTO
Maravilloso Padre San Francisco, modelo de la perfección, que ocupáis en el cielo el lugar más elevado que perdió el más alto de los ángeles caídos, velad por vuestros hijos y devotos y haced que obtengan siempre las misericordias del Señor con vuestra amable bendición. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SÉPTIMO
Taumaturgo Padre San Francisco, que obráis grandiosas maravillas en favor de los que se acogen a vuestro patrocinio y es vuestra eficacísima protección, lograd que se cumplan en mi las promesas hechas a vuestros hijos, de que ninguno se condenaría vistiendo dignamente el hábito, sino que obtendría la misericordia arrepintiéndose de sus pecados. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA OCTAVO
Devotísimo Padre San Francisco, que sois "el santo más amante del Sagrado Corazón de Jesús, la víctima más identificada con El y el alma que se ofrece continuamente a la Justicia divina para obtener en El y por El misericordia para los pecadores y amor y gracia para las almas religiosas", acrecentad en mi el perfecto amor de Dios y del prójimo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA NOVENO
Poderosísimo Padre San Francisco, auxilio de los que os invocan, que por querer de Dios libráis del Purgatorio las almas de vuestros hijos y lográis su entrada en el paraíso, hacedme verdadero hijo vuestro, para que merezca siempre vuestra valiosísima protección. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Perfeccionad, Padre Seráfico, la viña que vuestras manos han plantado y escuchad las súplicas de vuestros hijos.
Padre mío San Francisco, rogad y bendecid a vuestros hijos y devotos. Amén.
Escuchar tiene un especial sentido de prestar atención, de atender. Puede ser que oigamos, pero que no estemos escuchando. Escuchar implica un compromiso con el que nos habla
“Te pago tu tiempo”
La recepcionista del elegante consultorio hizo pasar a la pequeña paciente y la presentó:
- Doctor, aquí tiene una paciente muy especial.
El doctor vio con ojos de asombro a la niña y luego se fijó en la sonrisa cómplice de la recepcionista.
- ¿Qué haces aquí?, no tengo tiempo para atenderte, estoy trabajando-, le dijo el sabio médico a la niña, un poco molesto.
- Papá, yo pagué tu tiempo, junté lo que me das para el colegio para que me escuches porque en casa siempre dices que estás muy cansado.
El médico de altos vuelos miró a su pequeña y, lleno de vergüenza, la abrazó y la hizo pasar para escuchar a la que había tenido que pagar una consulta para que su papá tuviera tiempo para ella.
Esta anécdota tan conocida debería hacernos pensar a quienes tenemos obligación de saber escuchar.
¿Qué es escuchar?
Disposición para atender y entender a los demás (Diccionario de las Virtudes, Héctor Rogel Hernández. SCM, 2003)
Se hace notar la diferencia entre oír y escuchar: oír es sólo usar ese maravilloso sentido que nos hace situarnos en el mundo que nos rodea. Escuchar tiene un especial sentido de prestar atención, de atender. Puede ser que oigamos, pero que no estemos escuchando. Escuchar implica un compromiso con el que nos habla.
Nadie escucha
Los transportes públicos en las grandes ciudades son una constante paradoja: viajamos estrechamente unidos a una multitud y, sin embargo, estamos perfectamente solos. No nos hablamos, nos ignoramos unos a otros y si llega a haber algún tipo de comunicación, ésta se reduce a una frase de cortesía obligada o a una mirada de reproche.
La incomunicación se agrava cuando nos colocamos los audífonos para escuchar música, que vienen a significar aquel dicho popular: “no oigo, soy de palo”. No oigo y no quiero oírte, déjame en paz en mi propio mundo. Pero el amor todo lo vence y vemos por ahí a una parejita que comparte lo que escucha prestándose uno de los audífonos.
No sabemos, y no queremos, escuchar. Y a nuestro alrededor está toda esa gente que tiene necesidad de ser escuchada.
Y todos necesitamos ser escuchados
Dios bendiga a los taxistas, ¡cuánto bien hacen con tan sólo escuchar nuestras quejas! En una ciudad grande el taxista es anónimo. ¿Cuándo lo volveremos a ver? Garantizada la discreción les soltamos las penas que cargamos dentro. Algunos tratan de consolar o de orientar, y realmente no importa cómo lo hagan; lo importante es que suelen escuchar con simpatía.
Algunos acuden al confesionario más que para recibir el perdón de los pecados, para ser escuchados. Los niños definen al amigo como aquél que le pueden contar sus problemas.
Los adolescentes evitan estar en su casa donde todo mundo los regaña y nadie los escucha, y salen a la calle para encontrar amigos comprensivos que les dan lo que sus padres no les saben dar. Lo malo es que esos amigos suelen dar malos consejos.
Aprender a escuchar
Urge aprender a escuchar. Primordialmente debemos hacerlo quienes tenemos la obligación, es decir, los padres de familia, los maestros, los sacerdotes, los orientadores y los médicos.
Los papás aprenderán a escuchar movidos por el amor natural a sus hijos. El escuchar es personal y confidencial, pero no debe implicar complicidad.
¿Cómo infundir en los hijos la confianza necesaria para que se abran? ¡Dejando de actuar como policías! En esa escucha paternal no caben ni el enojo ni la burla, pero sí la tolerancia y la comprensión; tampoco hay lugar para las represalias o para usar lo confiado en las relaciones posteriores.
Los papás pueden buscar la oportunidad para hablar con cierta privacidad y en un ambiente propicio. Salir con un hijo es invitarlo a la confidencia.
Para saber escuchar:
* Acoger con educación y sensibilidad al que nos habla.
* Darle tiempo. No mostrar impaciencia. En ese momento él es lo más importante de nuestra actividad.
* Escuchar sin prejuicios. No meter en un molde lo que nos están diciendo.
* Buscar juntos las soluciones. No pensar que tenemos todas las respuestas.
* Tratar de conocer la situación personal del que nos habla.
* Dejar de hacer cualquier otra actividad y mirar al que nos habla. También con los ojos se escucha.