El más pequeño entre todos ustedes, ése es realmente grande

Santa Teresa del Niño Jesús

Celebrado El 1 de octubre

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS 1873-1897

La santa más popular de los tiempos modernos y también la menos vistosa; arropada incluso por una piedad llena de bonísimas intenciones, la fuerza interior de esta alma ha impresionado a los contemporáneos.

Sólo la fuerza interior, porque de puertas para afuera, una más en el Carmelo normando de Lisieux: callada, obediente, gris, débil de cuerpo, , que ni siquiera gozaba de buena reputación entre sus compañeras y sus superiores.

Nunca hizo nada extraordinario, nunca se movió de su sitio, un convento cualquiera en un rincón de provincias; las estadísticas se estrellan en su figura, aquí no hay nada que contar, nada periodístico, llamativo, brillante.

Se limitó a seguir lo que ella llamaba el caminito, «la petite voie».
Adorar, rezar, sufrir, trabajar, obedecer, encomendar. Su reino pertenece a lo invisible, a lo sobrenatural, y murió ignorada de todos.

La gran santa de los últimos siglos vivió de espaldas al relumbrón de la modernidad, conjurando con su entrega silenciosa el estruendo diabólico que nos rodea.

Sólo después de su muerte su libro, Historia de un alma, y sus milagros la hicieron famosa, y la Iglesia la ha hecho patrona de las misiones.

Asombroso patronazgo suyo, al menos a primera vista; la pobre monjita de Lisieux patrona de la actividad misionera, motor de la evangelización, ella, de horizontes humanos tan cortos, sin medios, sin dinero, sin salud. Sólo poniéndose en manos de Dios para todo y no conformándose con menos.
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SANTA TERESA DE JESUS JONET, Virgen Fundadora del Instituto de las Pequeñas Hermanas de los Ancianos Abandonados.

Santa Teresa nació el 9 de enero de 1843, en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa y solicitó su admisión con las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza y se hizo terciaria carmelita.

En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada superiora.

Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde, en la casa madre de la congregación de las Pequeñas Hermanas de los Ancianos Abandonados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales.

Santa Teresa aprendió con las terciarias carmelitas la devoción a la Santísima Virgen y con las clarisas el amor a los pobres; en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina. 

La santa solía decir: "No hay nada pequeño cuando se trata de la gloria de Dios".
Murió el 26 de agosto de 1897. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1958.

Teresa del Niño Jesús, Santa

Memoria Litúrgica, 1 de octubre

Virgen y Doctora de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre ( 1897)

Fecha de canonización: 17 de mayo de 1925, por el Papa Pío XI

Breve Biografía

Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux. Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, la Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y pefección en las cosas pequeñas.

Hay dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux y 
Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la Iglesia.


María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.

En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo el ciudado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el invierno.

Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su vida.

Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la expeirencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y valiente.

Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.

Algunos meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse frenta al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería

Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; “ Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas.” Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.

Teresita cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque nunca habia salido de su convento.

Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es dulce.”

En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media noche.

Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus hermanas.

En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.

El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo entero.

Escribió el libro “Historia de un alma” que es una autobiografía. Escribe frases preciosas como éstas en ese libro: “Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba.”; “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas.” Teresita se contaba a sí misma entre las almas pequeñas, decía “Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor.”

¿Qué nos enseña Santa Teresita?

Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra.”El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoltua, con humildad sirvendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

Nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.

Nos enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad requi-rió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el sufrimiento se hace dulce.

Nos enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de no oir nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no podemos evitar. Debemos aprender a reirnos de éstas, a disfrutarlas por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.

Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.

Nos enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.

Oración
Virgen María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los que me rodean.

Si quieres saber más de la vida de Santa Teresa del Niño Jesús en corazones.org encontrarás un sitio hermoso para seguir consultando

Cogió de la mano a un niño

Santo Evangelio según San Lucas 9, 46-50. Lunes XXVI de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Hazme entender, Señor, que no importa lo mucho que te he podido herir, sino lo mucho que te podré amar.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Conforme voy creciendo, me voy dando cuenta de lo importante que ha sido en mi vida el haber estado acompañado; pero muchas veces, siendo un poco más grande no dejaba que me tomaran de la mano, no me acercaba a quien me podía tomar de la mano. Es cierto que muchas de las veces que salimos de nosotros mismos nos sentimos con miedo a lo que nos puedan decir los demás, con miedo a fallar, con miedo a hacer las cosas mal y, sobre todo, con miedo a que nos lo restrieguen en la cara, con miedo a ser ridiculizados, avergonzados, humillados, heridos…

Lo peor de todo es que muchas veces ponemos a Dios en ese plano, lo consideramos una persona como nosotros, lo vemos como un ser que me puede castigar, como una autoridad terrible y nos rehusamos a que nos tome de la mano.

Santa Teresita del Niño Jesús nos enseña que no solamente hay que dejarnos tomar de la mano como un niño, sino que hay que ser como una pelotita, la pelotita predilecta del niño Jesús, que no tiene por qué sentirse mal por ser lanzada, o por ser tirada, o por ser dejada. Lo importante es ser esa pelotita que el niño Jesús más quiere y que terminará por estrujar más fuertemente en su corazón.

Pero no hacer nada malo no es suficiente, porque Dios no es un revisor que busca billetes sin timbrar, es un Padre que sale a buscar hijos para confiarles sus bienes y sus proyectos. Y es triste cuando el Padre del amor no recibe una respuesta de amor generosa de parte de sus hijos, que se limitan a respetar las reglas, a cumplir los mandamientos, como si fueran asalariados en la casa del Padre.

(Homilía de S.S. Francisco, 19 de noviembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Tomarme muy fuertemente de la mano de Jesús en un momento de oración, seguro de que es en su amor que viviré con paz y seguridad.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino! Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como un niño en las manos de Dios

Quizá, con nuestros miedos, hemos hecho de Dios un extranjero

Un niño se siente seguro cuando, a su lado, están sus papás. Puede correr, gritar, pelearse, caer al suelo. Tal vez un golpe abre una pequeña herida y la sangre se pasea por la rodilla. El niño se asusta, llora, corre a ver a su madre. Pronto un beso y un pequeño masaje, acompañado por las palabras "mi rey, no es nada", hacen desaparecen las lágrimas, y el niño vuelve a sus aventuras y su sueños.

Así es el niño: un continuo sucederse de estados de ánimos, de risas y de lágrimas, de miedos y de seguridades. La brújula se mantiene con un norte constante si cerca hay alguien que le quiere, le sigue, le endereza y le ayuda cuando las cosas empiezan a ponerse mal. El niño juega tranquilo si sabe que mamá está a su lado. Las madres tienen un sexto sentido para detectar los peligros y para descubrir las enfermedades cuando empiezan los primeros síntomas. El niño se da cuenta de esto, casi sin decirlo, y por eso vive con una paz envidiable.

Los mayores vivimos a veces muy seguros de nosotros mismos. Hacemos nuestros programas, vamos al trabajo, pensamos en el verano y controlamos que quede un ahorrito en el banco. Nos sentimos tranquilos cuando todo está bajo control, y la posibilidad de una bancarrota, una crisis laboral, la expulsión de la fábrica o el susto de un accidente nos angustian, nos paralizan, quizá incluso nos llevan a la desesperación.

Por qué somos tan distintos de los niños? Porque creemos que la madurez coincide con la autosuficiencia, y porque pensamos que vivir siempre arropados por los padres es señal de infantilismo. Además, buscamos la seguridad en cosas que no son para nada estables. Incluso, si somos honestos, nosotros mismos no podemos garantizar nuestra salud ni siquiera para las próximas 24 horas...

En el Evangelio se nos pide que volvamos a ser como niños si queremos entrar en el Reino de los cielos. Es decir, hay que dejarle las riendas a Dios, para que nos conduzca y nos lleve a donde quiera con su cariño de Padre bueno. Hay que levantar los ojos llorosos al cielo para pedir perdón cuando hemos pecado o para pedir ayuda cuando las cosas en la familia o el trabajo no van bien. Hay que saber cerrar los ojos cada noche con la seguridad de que mañana Dios seguirá allí, fiel, dispuesto a ayudarnos si nos dejamos ayudar, a levantarnos si caemos, a consolarnos si las heridas de la vida son profundas.

Dios es como una madre, nos dice la Biblia. Lo que pasa es que a veces nos sentimos demasiado grandes y no le dejamos cogernos de la mano para ir al médico, para cambiarnos de ropa o para pedirnos que dejemos a los demás un poco de nuestro tiempo, cualidades o incluso de nuestro dinero.

Cuando nos ponemos en manos de Dios, le dejamos escribir una historia llena de amor, de alegría, de paz. Una historia de esperanza, como en la vida de los santos. No cuesta nada dejarse llevar por Dios si descubrimos que nos ama. Por eso los niños confían ciegamente en sus padres. La desconfianza infantil es normal cuando llega un extraño, pero no cuando entran en casa papá o mamá. Quizá, con nuestros miedos, hemos hecho de Dios un extranjero, cuando, de verdad, es siempre un Padre que nos ama.

Educar en Virtudes para formar niños capaces de amar

Las virtudes al ser aprendidas desde la infancia se vuelven parte de la persona.

Recordemos que no existe etapa más propicia para la formación de los hábitos que en la niñez. Para ello es importante crear un ambiente positivo en la casa, brindar apoyo emocional a los hijos, reforzado con la oración y el diálogo, pero el ejemplo de los padres resulta imprescindible. Para esto les dejamos algunas de las virtudes que les permitirán aprender a amar, no solo a su futura pareja, sino a su prójimo.

Paciencia:es la raíz y custodia de todas las virtudes. Nos enseña al dominio de uno mismo y ser compresivos con los demás.

Consejos para padres: Inculcar a sus hijos el comenzar y terminar las actividades que realicen, ya sea un juego, un deber del colegio u ordenar su cuarto, además de una que otra labor en el hogar que se le puede dar.

Prudencia y serenidad: nos enseña a ser positivos, a mantener la calma y saber examinar los pros y contras para tomar la mejor decisión.

Consejos para padres: mostrar calma ante las situaciones de estrés, explicar a los hijos cómo se ha llegado a una decisión y dejar que ellos vayan tomando sus propias decisiones.

Generosidad:nos da la fuerza para salir de nosotros mismos y emprender acciones valiosas en beneficio de los demás.

Consejo para padres: Dedicación atenta al cónyuge y la familia, demostración de solidaridad y compasión hacia aquellos que lo necesitan. Inculcar la ayuda a los demás, aunque cueste un poco de sacrificio. Por ejemplo: hacer galletas o limonada a beneficio de los más necesitados.

Sencillez: nos enseña a valorar lo natural y disfrutar de lo ordinario de las pequeñas cosas, a ser felices sin necesidad de lujos.

Consejos para padres: Sea indiferente a las cosas materiales. Enséñeles que las personas son más importantes que las cosas; que las relaciones con los demás es lo que trae felicidad.

Humildad:Nos enseña a reconocer nuestras propias limitaciones y pedir consejo.

Consejos para padres: ser el primero en disculparse y enseñar el valor del perdón.

Templanza:nos enseña a controlar nuestros impulsos. No supone una limitación, sino más bien evitar ser esclavos de los vicios y aquello que nos daña el alma y el cuerpo.

Consejos para padres: ejercer y transmitir el auto control desde las cosas pequeñas como el orden, el horario de comida, la higiene, etc.

Justicia:es el fundamento para amar a los demás. Quien no aprende a pensar en los demás, en las consecuencias que sus actos tienen en los demás, es incapaz de amar.

Consejo para padres: Muéstrese amable y respetuoso con todos, sin excepciones. Alégrese al ayudar a los demás.

Sinceridad: nos enseña a buscar y manifestar la verdad en todo momento, así parezca que nos perjudica. Nos impulsa a pedir perdón si hemos cometido algún error.

Consejo para padres: Nunca mentir a los hijos, ni ayudarlos a encubrir, es importante crear una comunicación sincera y abierta con ellos.

Fortaleza: Nos enseña a perseverar y cumplir con lo correcto. Aunque a veces atravesemos momentos difíciles, el fuerte resiste y sale adelante.

Consejos para padres: Conserve la serenidad ante las dificultades. Exhiba y transmita optimismo y confianza. Establezca rutinas y horarios.

Estas virtudes nos ayudan forman el temperamento y la rectitud, nos otorgan la capacidad de amar, y por ello, representa el cimiento de cualquier relación interpersonal. Al final del día ser capaces de amar y ser amados es lo que nos trae la felicidad, y esta felicidad, como dijo Aristóteles, “es la recompensa de la virtud”.

¿Se debe prohibir un concierto de rock satánico?

Respuesta del P. José Antonio Fortea, teólogo especializado en demonología

La gira de un grupo de rock satánico en países como Colombia, Ecuador y Guatemala ha despertado polémica entre la población, mayoritariamente cristiana y católica, que ha pedido a las autoridades prohibir el evento. ¿Es esta una preocupación justa? El P. José Antonio Fortea, famoso teólogo español y experto en demonología, se pronunció al respecto.

En diálogo con ACI Prensa, el P. Fortea, autor del tratado de demonología y manual de exorcistas Summa Daemoniaca, lamentó que “desde un punto de vista exclusivamente liberal, dentro de los parámetros jurídicos actuales, todos los juristas van a decir que no se debe prohibir ese concierto, que la libertad es libertad para todo”.

“Sin embargo, desde un punto de vista cristiano, si viviéramos en una sociedad enteramente cristiana, la respuesta es sí, se debería prohibir”, aseguró.

“¿Por qué? Porque el Estado, en muchas cosas, sí que interviene para promocionar lo bueno y poner todos los obstáculos posibles a lo malo, e incluso prohibirlo”, dijo, y señaló como ejemplo que “nadie tiene ningún problema con que se prohíba fumar en determinados lugares”.

Esto, dijo, “porque entienden que es malo y el Estado no puede ser neutral”.

Para el sacerdote español, “en una sociedad que fuera enteramente cristiana, aunque no sea católica, o en una sociedad en la que todos creyeran en el monoteísmo y dieran culto al Dios verdadero, aunque fuera una mezcla de judíos, musulmanes y denominaciones cristianas, perfectamente habría base teórica para que el Estado prohibiera todo tipo de satanismo, porque el satanismo no es un mal más, es uno de los más grandes males”.

Asistir a un concierto de rock satánico es pecado

El P. Fortea advirtió además que “bajo ningún concepto alguien que adora al Dios verdadero, ya no digo ni siquiera los católicos, cualquiera que adore al Dios bueno, creador, que juzga a los hombres, puede ir a un concierto de rock satánico sin pecar”.

“Asistir a un concierto de este tipo es un pecado”, reiteró, aunque precisó que “no digo yo que todos los que van pecan, porque puede haber personas que vayan con tal ignorancia que no piensen que es pecado”.

Aún así, añadió, esto “es difícil, porque verdaderamente hay algo instintivo en el ser humano que advierte que el satanismo es muy malo”.

El P. Fortea añadió que tampoco incurrirían en pecado aquellos policías u otras autoridades a quienes se les ordena vigilar la seguridad del evento.

¿Un concierto de rock satánico podría causar posesiones?

El experto en demonología precisó que debido a un concierto de rock satánico “no va a haber más posesiones en la gente que simplemente vive en esa ciudad”.

Sin embargo, dijo, los demonios sí que acompañan a quienes participan en el concierto. “Otra cosa es las personas que vayan allí, que después de escuchar eso hagan cosas que puedan llevarles a la brujería, a la adoración a Satán, etc.”, señaló. 

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