Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas
- 23 Octubre 2018
- 23 Octubre 2018
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¿La Iglesia Católica durará por siempre?
6 razones que afirman que la Iglesia Católica es la única que durará hasta que Cristo vuelva
Así es, creo que la Iglesia catolica es la unica que durará siempre hasta que Cristo vuelva.
Y sé que para muchos esta certeza de fe les parece locura, sin embargo es una realidad, la Iglesia de Cristo es la unica que se mantendrá en pies hasta su regreso. Les comparto 6 razones:
1. Simplemente por su registro de longevidad:
Ha existido por más de 2000 años. Ha resistido ataques internos y externos durante todo ese tiempo, y aun es la más antigua, duradera y viviente institución sobre la tierra. Ataques impartidos desde los primeros comienzos, empezando por los judíos, veamos lo que les paso! Jerusalén y el templo fueron destruidos y cada sacerdote judío fue asesinado por los romanos en el año 70 D.C. Se necesita un sacerdote (Obispo) para ordenar a un sacerdote y puesto que los judíos no tenían sacerdotes para ordenar a nuevos, se quedaron solamente con los rabinos, actualmente no tienen sacerdotes. El sacerdocio arriano, terminó brutalmente.
El judaísmo fue casi totalmente destruido, después vinieron los romanos que quemaron a los cristianos a destajo alimentando con ellos a los leones. Ellos, y su imperio diabólico pagano con ellos, se colapsaron en el año 476 D.C. Después vinieron los nestorianos, arrianos, bandoleros, musulmanes, waldenses, abigelsianos, cataristas, protestantismo, la revolución francesa, modernismo, nazismo, comunismo, disidencia y ahora el humanismo secular, fundamentalismo, relativismo, indiferentismo y hedonismo. Existen muchos más grupos y creencias heréticas que no enlisto aquí. ¿En dónde están actualmente las mencionadas anteriormente? Desde que todos los grupos heréticos enlistados hicieron todo lo que pudieron para destruir a la Iglesia Católica durante 20 siglos, ¿por qué fracasaron? Si todo ese "poder" humano no pudo destruir a la Iglesia Católica, ¿Por qué entonces algunos fanáticos actuales creen que podrán?
Herejes y fanáticos han tratado de enterrar a la Iglesia Católica por mas de 2000 años, y aun así es la Iglesia Católica la que los ha enterrado a ellos. Aquellos que ignoran la historia están condenados a repetir los errores de otros anteriores a ellos, y al hacerlo nunca se benefician de tales errores previos. Actualmente la Iglesia Católica está lejos de comprimirse como lo está haciendo el Protestantismo, de hecho se expande cada día mas, con más de 1.1 billones de católicos en el mundo, lo que representa un sexto de la población total mundial. ¿A qué o a "quién" le atribuiremos la responsabilidad por estos dos milenios de constancia e inmortalidad? Nombremos a la Iglesia que cumple el mandato de Jesucristo en Mateo 28:19, "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos..."
Estas persecuciones fueron predichas por Jesucristo mismo:
Mateo 5,11-12 , "Dichosos seréis cuando os insultaren, cuando os persiguieren, cuando dijeren mintiendo todo mal contra vosotros, por causa mía. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros."
Lucas 6,26, "¡Ay cuando digan bien de vosotros todos los hombres! Porque lo mismo hicieron sus padres con los falsos profetas."
La mayoría del Protestantismo no habla bien de los católicos o de la Iglesia Católica, por lo cual me aventuraré a decir que estos versículos hablan de la Iglesia Católica, ¿no crees?, Si no estás de acuerdo, me gustaría saber el nombre de la iglesia sobre la cual Jesucristo habló en estos versículos.
"No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios; yo te he dado fuerza y te ayudo; te sostengo con la diestra de mi justicia. Confundidos (divididos en 33,800 partes, ¿tal vez?) quedarán y avergonzados todos los que contra ti se irritan, serán como la nada, y perecerán los que te hacen guerra." Isaías 41:10-11 "Ellos te harán guerra, mas no prevalecerán contra ti; porque contigo estoy Yo, dice el Señor, para librarte." Jeremías 1,19
Palabras de sabiduría de dos santos, uno de ellos es también un Padre de la Iglesia:
"Esta Iglesia es Santa, la Única Iglesia, la Verdadera Iglesia, luchando como lo hace contra todas las herejías. Puede luchar, pero no puede ser vencida. Todas las herejías son expulsadas de ella, como lo podado de una vid. Se mantiene firme en sus raíces, en la vid, en su amor. Las puertas del infierno no la conquistarán." San Agustín de Hipona, Sermón a los Catecúmenos, sobre el Credo, 6,14, 395 D.C. "Es un final infeliz para aquellos que atacan a la Iglesia Católica." San Roberto Belarmino 1542-1621.
Aquellos que obtienen placer al patear " La Piedra ", nunca han aprendido que lo único que lograrán es lastimar su propio pié. Tampoco aprendieron que aquellos que son ignorantes de la historia están predispuestos a repetir sus errores. ¿En dónde se encuentran todos estos atacantes actualmente? La mayoría se han ido, algunos que quedan están tan divididos que prácticamente son impotentes, y algunos están con nosotros temporalmente. Siempre surgirán nuevos atacantes, como hierbas malas en medio del trigo. Después de todo, no podemos tener rosas sin algunas espinas. "...Y al momento de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y al trigo juntadlo en Mi granero" Mateo 13:30
¿Quién es el trigo aquí, y quien la cizaña?
¿Acaso no saben que Jesucristo es el salvador de Su Cuerpo, la Iglesia? "...Como Cristo cabeza de la Iglesia, salvador de su cuerpo." Efesios 5:23 Bien, entonces, "Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?" Romanos 8:31. Este versículo resume toda esta sección en solo 9 palabras. Me pregunto si ¿aquellos que atacan la Iglesia Católica han leído o entendido Efesios 5:23 y Romanos 8:31?
Ellos son la razón por la cual la Iglesia Católica aun está de pie y firme después de 2000 años de persecución, y continuará estándolo hasta el final del tiempo. Esa es la promesa de Dios. ¿Qué fuerza en la tierra te dará trepidación si el Señor de los señores y el Rey de reyes está contigo?
Simplemente porque el Antiguo Testamento de la Sagrada Escritura lo dice:
"Cuando se cumplieren tus días y tu descansares con tus padres Yo suscitaré después de tí, un descendiente tuyo que ha de salir de tus entrañas, y haré estable su reino. Él edificará una casa para mi nombre: y Yo afirmaré el trono de su reino para siempre. Yo seré su Padre y él será mi hijo. Cuando obrare mal, le reprenderé con vara de hombres y azotes de hombres. Con todo no se apartará de él mi misericordia como la aparté de Saúl, al cual he quitado de delante de ti. Tu casa y tu reino serán estables ante Mí eternamente, y tu trono será firme para siempre ." 2 Reyes 7,12-16, 2 Samuel 7,12-16
"Y en cuanto a Mí, éste será mi pacto con ellos, dice Yahvé: Mi Espíritu que está sobre de tí, y mis palabras que puse yo en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dice Yahvé, desde ahora y para siempre ." Isaías 59,21.
"En los días de aquellos reyes, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca jamás será destruido, y que no pasará a otro pueblo; quebrantará y destruirá todos aquellos reinos, en tanto que el mismo subsistirá para siempre ." Daniel 2,44.
"Y le fue dado el Señorío, la gloria y el reino, y todos los pueblos y naciones y lenguas le sirvieron. Su Señorío es un Señorío eterno que jamás acabará, y su reino nunca será destruido." Daniel 7,14
Simplemente porque el Nuevo Testamento en la Sagrada Escritura también dice que perdurará:
Tenemos garantías de perpetuidad en la Sagrada Escritura provenientes de Dios mismo: "Y yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella." Mateo 16,18.
"Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a conservar todo cuanto os he mandado. Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días hasta la consumación del siglo." Mateo 28,19-20
"Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Intercesor, que quede siempre con vosotros, el Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; mas vosotros lo conocéis, porque El mora con vosotros y estará en vosotros." Juan 14,16-17
"No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros." Juan 14:18 "A Él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones de la edad de las edades. Amén." Efesios 3,21.
"Por eso, aceptando el reino inconmovible, tengamos gratitud por la cual tributemos a Dios culto agradable con reverencia y temor. Porque nuestro Dios es fuego devorador." Hebreos 12,28-29
"Ahora, pues, os digo, dejad a estos hombres y soltadlos, porque si esta idea u obra viene de hombres, será desbaratada; pero si de Dios viene, no podréis destruirla, no sea que os halléis peleando contra Dios." Hechos 5,38-39
Percibo que Hechos 5,38-39 resume muy bien la historia turbulenta de la Iglesia Católica, y de sus muchos atacantes a través de los últimos 2000 años. ¿Cómo cualquier institución puede perdurar mas de 2000 años bajo constante persecución? Vanos ataques implacables, perpetuados por miles de grupos herejes durante dos mil años nos indica que la Iglesia Católica claramente es de Dios y no de los hombres.
¿De qué otra forma podrías dar cuenta de su supervivencia bajo tan adversas circunstancias?
He enlistado muchas referencias tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento en las cuales tenemos las promesas de Dios sobre la defensa de Su única Iglesia. El mismo la defenderá de ataques internos y externos. Ahora, si alguien no cree que estos versículos no se aplican a la Iglesia Católica, ¿díganme a cuál? Ninguna denominación Protestante siquiera apareció en escena sino hasta después de 1500 años después de que Jesucristo fundara Su Iglesia, por lo cual dichos versículos no podrían referirse a ninguna de esas miles existentes.
Simplemente porque podemos demostrar de muchas formas que Jesucristo fundó la Iglesia Católica:
Si crees que la Sagrada Escritura es inspirada por Dios, entonces te darás cuenta que fue la Iglesia Católica quien facilitó la Biblia al mundo entero. La Iglesia Católica es la madre de la Biblia, no la hija. Existe prueba de Sucesion Apostolica . Existe una línea sucesiva continua y visible de Figuras Paternas , los Papas . Hay una biblioteca enorme con documentos históricos auténticos de cada uno de los veinte siglos que pueden ser investigados por quien quiera. Cientos de estos escritos mencionan a la Iglesia Católica por nombre desde el año 107 D.C. .
Para todos aquellos que atacan a la Iglesia Católica, les pido que me muestren una sola razón por la cual piensan que su denominación es la iglesia que Jesucristo fundó, incluyendo documentos históricos genuinos que "prueben" lo que afirman. No estoy interesado en "opiniones" personales. Si Jesucristo no fundó la Iglesia Católica, me gustaría saber el nombre de la persona que lo hizo, puesto que todas las iglesias del mundo tienen a alguien por fundador. Sin olvidar documentación y pruebas.
Después de todo esto, ¿En dónde está la Iglesia Católica en nuestros días? La Iglesia Católica, a pesar de todas las flechas aventadas contra ella desde tantos ángulos, aun está aquí, aun está muy capacitada, aun predicando y enseñando la verdad de Jesucristo, como lo ha hecho por mas de 2000 años, y... aun continua creciendo, incluso mas rápidamente que antes. ¿Por qué? Simplemente porque Dios está al timón como lo mostré. Satán, el padre de las mentiras (Juan 8:44), y sus ayudantes herejes, quienes no pueden demostrar ninguna autoridad de cualquier forma, han perdido.
Simplemente porque solamente la Iglesia Católica encuadra perfectamente con las Escrituras en donde hablan de las pruebas y tribulaciones del Cuerpo de Cristo: Un mensaje del Obispo Fulton J. Sheen...
"Si yo no fuera un Católico, y buscara la Iglesia verdadera en el mundo hoy, yo buscaría una Iglesia que no se llevara bien con el mundo; en otras palabras, yo buscaría la Iglesia que el mundo odia. Mi razón para hacer esto sería, si Cristo está en cualquiera de las iglesias en el mundo hoy, El debe ser odiado aún como lo fue cuando El estaba en la tierra en persona. Si usted quiere encontrar a Cristo hoy, entonces encuentre la Iglesia que no se lleva bien con el mundo. Busque la Iglesia que es odiada por el mundo, como Cristo fue odiado por el mundo.
Busque la Iglesia que se acusa de estar atrasada, como Nuestro Señor fue acusado de ser ignorante y de que nunca aprendió. Busque la Iglesia que los hombres se mofan como de ser socialmente inferior, como ellos se mofaron de Nuestro Señor porque El vino de Nazareth.
Busque la Iglesia que se acusa de tener a un diablo, como Nuestro Señor fue acusado de ser poseído por Beelzebub, el Príncipe de Diablos. Busque la Iglesia que, en temporadas de fanatismo, los hombres dicen debe ser destruída en el nombre de DIOS, como los hombres crucificaron a Cristo y pensaron que ellos le habían hecho un servicio a Dios. Busque la Iglesia que el mundo rechaza porque reclama es infalible, como Pilatos rechazó a Cristo porque El se llamó La Verdad. Busque la Iglesia que es rechazada por el mundo como Nuestro Señor fue rechazado por los hombres. Busque la Iglesia que entre la confusión de opiniones opuestas, sus miembros aman como aman a Cristo, y respetan su Voz como la voz de su Fundador, y la sospecha crecerá. Si la Iglesia no es popular con el espíritu del mundo, entonces no es del mundo, y si no es de este mundo, entonces es de otro-mundo. Como es de otro-mundo, es infinitamente amada e infinitamente odiada como lo fue Cristo Mismo. Pero sólo lo que es Divino puede ser infinitamente odiado e infinitamente amado. Por lo tanto, la Iglesia es Divina." Msgr (al momento de escribir) Fulton J. Sheen D.D.. Prefacio a Radio Replies Volumen #1, Fr. Leslie Rumble y Fr. Charles Carty, un Tan Book .
Simplemente porque la barca de Pedro tiene a Cristo a bordo:
"Y sucedió que la muchedumbre se agolpaba sobre Él para oí la palabra de Dios, estando Jesús de pie junto al lago de Genesaret. Y viendo dos barcas amarradas a la orilla de lago cuyos pescadores habían descendido y lavaban sus redes, subió en una de aquellas, la que era de Simón , y rogó a éste que la apartara un poco de la tierra. Y sentado enseñaba a la muchedumbre desde la barca".
Lucas 5:1-3 "Cuando subió después a la barca, sus discípulos lo acompañaron. Y de pronto el mar se puso muy agitado, al punto que las olas llegaban a cubrir la barca. Él en tanto, dormía. Acercáronse y lo despertaron diciendo: ‘Señor, sálvanos que nos perdemos´. Él les dijo: ‘¿Por qué tenéis miedo, desconfiados?´ Entonces se levantó e increpó a los vientos y al mar, y se hizo una gran calma.
Y los hombres se maravillaron y decían ¿Quién es Este, que aun los vientos y el mar le obedecen?" Mateo 8,23-27, Marcos 4,35-40, Lucas 8,22-26
"Aun cuando se muevan los montes y vacilen los collados, mi misericordia no se alejará de ti, y no vacilará mi alianza de paz, dice el que se compadece de ti, Yahvé. Pobrecita, azotada por la tempestad, y que estás sin consuelo, he aquí que Yo asentaré tus piedras sobre carbunclos, y te cimentaré sobre zafiros. Construiré tus almenas con rubíes, tus puertas con piedras de cristal; y toda tu muralla con piedras preciosas. Todos tus hijos serán instruidos por Yahvé , y gozarán de abundancia de paz. Serás restablecida en justicia; y estarás lejos de la opresión, pues nada tendrás que temer, y lejos del espanto, el cual no te alcanzará más. Si (enemigos) se juntan contra ti, no es de parte mía; cuantos se juntaren contra ti, delante de ti caerán. He aquí que yo he hecho al herrero, que sopla las brasas del fuego y forja el arma para su obra, Yo he hecho también al devastador para destruir. Toda arma forjada contra ti será ineficaz, y tu condenarás toda lengua que se mueva para juzgarte. Esta es la herencia de los siervos de Yahvé y la justicia que de Mí les vendrá -oráculo de Yahvé. Isaías 54,10-17
Asumo que todos los grupos herejes que han fracasado por más de 2000 años, ninguno atendió las advertencias de la Sagrada Escritura. Isaías no debe ser ignorado. Tu, que atacas a la Iglesia Católica, ¿has hecho caso de las horrendas advertencias de la Sagrada Escritura? Si más de 2000 años de ataques constantes contra la Iglesia Católica han fracasado, ¿Qué te hace pensar que los tuyos serán exitosos? "La barca de Pedro maltratada por las tormentas perdurará por que Cristo va en ella." Lucas 5,1-3 "Ahora, pues, os digo, dejad a estos hombres y soltadlos, porque si ésta idea u obra viene de hombres, será desbaratada; pero si de Dios viene, no podréis destruirla, no sea que os halléis peleando contra Dios." Hechos 5,38-39
Dios te siga bendiciendo en abundancia.
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Recuerda que debes de luchar por conocer, vivir, predicar, celebrar y defender tu fe para ser un auténtico cristiano.
San Juan de Capistrano
Celebrado el 23 de Octubre
San Juan de Capistrano, religioso presbítero
San Juan de Capistrano, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que luchó en favor de la disciplina regular, estuvo al servicio de la fe y costumbres católicas en casi toda Europa, y con sus exhortaciones y plegarias mantuvo el fervor del pueblo fiel, defendiendo también la libertad de los cristianos. En la localidad de Ujlak, junto al Danubio, en el reino de Hungría, descansó en el Señor.
Capistrano es un pueblecito en los Abruzos, que, en otro tiempo, formó parte del reino de Nápoles. Allí, en el siglo XIV, cierto soldado -se discute si de origen francés o alemán-, se había establecido, después de cumplir con su servicio militar a las órdenes de Luis I. Se casó con una mujer italiana y de esta unión nació, en 1386, un hijo, llamado Juan, que estaba destinado a adquirir fama como una de las grandes luminarias de la orden franciscana. Desde su infancia, el niño fue notable por su adelanto. Estudió leyes en Perugia con tal éxito, que en 1412, con 26 años, fue nombrado gobernador de la ciudad y contrajo matrimonio con la hija de uno de los principales ciudadanos. Durante las hostilidades entre Perugia y los Malatesta, fue hecho prisionero y en esta ocasión tomó la decisión de cambiar su manera de vivir y hacerse religioso. Cómo consiguió solucionar el problema de su matrimonio, no está del todo claro. Pero se dice que atravesó Perugia montado al revés en un asno y con un enorme sombrero de papel, en el que estaban escritos claramente sus peores pecados. Fue apedreado por los muchachos y cubierto de inmundicias y en estas condiciones, se presentó al noviciado de los frailes menores, pidiendo su admisión. En aquella época (1416), tenía treinta años y parece que su maestro de novicios pensó que para un hombre de tal fuerza de voluntad, que había estado acostumbrado a hacer todo a su manera, era necesario una dura disciplina para probar la sinceridad de su vocación (Juan no había hecho aún la primera comunión). Las pruebas a las que se le sometió fueron de lo más humillantes y, en algunas ocasiones, fueron seguidas de manifestaciones sobrenaturales. Pero el hermano Juan perseveró y, años más tarde, a menudo expresaba su gratitud al implacable instructor que le hizo comprender que el vencimiento propio era el único camino seguro hacia la perfección.
En 1420, Juan fue elevado a la dignidad sacerdotal. Mientras tanto, hizo extraordinarios progresos en los estudios, llevando al mismo tiempo una vida de extrema austeridad; recorrió los caminos descalzo; dedicaba solamente tres o cuatro horas al sueño y llevaba puesta continuamente una áspera camisa de cerdas. En sus estudios tuvo por compañero a san Jacobo de la Marca y por maestro a san Bernardino de Siena, a quien le tomó el más profundo afecto y veneración. Pronto, las excepcionales dotes oratorias de Juan se dieron a conocer. Toda la Italia de aquella época atravesaba una terrible crisis de inquietud política y relajación de costumbres. Estas dificultades eran causadas o, por lo menos acentuadas, por el hecho de que existían tres rivales que reclamaban el Papado y por el acerbo antagonismo entre güelfos y gibelinos, que aún persistía.
A pesar de todo esto, en sus predicaciones en toda la extensión de la península, Juan encontró maravillosas respuestas. Hay, sin lugar a duda, una nota de exageración en los términos en que los padres Cristóbal de Varese y Nicolás de Fara describen el efecto producido por sus discursos. Hablan de 100.000 y hasta de 150.000 oyentes que escuchaban cada sermón. Eso ciertamente no era posible en un país diezmado por guerras, hambre y pestes, y con los escasos medios de comunicación de aquel entonces. Pero había bastante razón para justificar el entusiasmo de los citados escritores, cuando nos dicen: «No había nadie tan ansioso como Juan Capistrano por la conversión de los herejes, cismáticos y judíos. Nadie que anhelara tanto que su religión floreciera, o que tuviera mayor poder para obrar maravillas. No había nadie que deseara tan ardientemente el martirio, ni tan famoso por su santidad. Y así, era recibido con honor en todas las provincias de Italia. La afluencia de gente a sus sermones era tan grande, que hacía pensar que los tiempos apostólicos habían vuelto. Al llegar a la provincia, los pueblos y aldeas se conmovían y grandes multitudes acudían a oírlo. Los pueblos lo invitaban a visitarlos, ya por medio de cartas apremiantes, o por medio de mensajeros, o apelando al Soberano Pontífice mediante personas influyentes». Pero lo que principalmente absorbía toda la atención del santo era el trabajo de la predicación y la conversión de las almas.
No hay ocasión para referir aquí al detalle las dificultades domésticas que agobiaron a la Orden de San Francisco, a partir de la muerte de su seráfico fundador. Baste decir que el grupo conocido como «los Espirituales» no tenía, de ninguna manera, los mismos puntos de vista respecto de la observancia religiosa que los que fueron llamados «relajados». La reforma de los observantes, que había sido iniciada en la mitad del siglo XIV, se encontraba todavía obstruida en muchas formas por la administración de superiores generales que sostenían un diferente tipo de perfección y, por otro lado, hubo también exageraciones en la dirección de una austeridad más severa, que culminó eventualmente con las enseñanzas heréticas de los «Fraticelli».
Todas estas dificultades requerían un arreglo y Capistrano, trabajando en armonía con san Bernardino de Siena, fue llamado a soportar gran parte de esta pesada carga. Después del capítulo general, celebrado en Asís en 1430, se nombró a san Juan para que sacara las conclusiones a que había llegado la asamblea y, estos «Estatutos Martinianos», como fueron llamados (en virtud de su confirmación por el papa Martín VI), se cuentan entre los más importantes en la historia de la Orden. De nuevo, en otras varias ocasiones, le confió la Santa Sede a Juan poderes inquisitoriales, como por ejemplo, para proceder en contra de los «Fraticelli» y para investigar la grave acusación que se hizo contra la Orden de los Jesuatos, fundada por el beato Juan Colombini. Más tarde, estuvo profundamente interesado en la reforma de las monjas franciscanas, que debían su principal inspiración a santa Coleta, así como a los terciarios de la orden. En el Concilio de Ferrara, trasladado después a Florencia, se le escuchó con atención, pero entre las primeras y las últimas sesiones, se vio obligado a visitar Jerusalén como comisario apostólico. Incidentalmente, había contribuido mucho a la inclusión de los armenios en el arreglo con los griegos, por desgracia de corta duración, que iba a tener efecto en Florencia.
Cuando el emperador Federico III, encontrando que la fe religiosa de los países bajo su soberanía sufría penosamente por las actividades de los husitas y otros sectarios heréticos, pidió ayuda al papa Nicolás V, y san Juan Capistrano fue enviado como comisario e inquisidor general, y partió para Viena en 1451, con doce de sus hermanos franciscanos para que le ayudaran. Está fuera de duda que su arribo produjo gran sensación. Silvio Eneas, el futuro Papa Pío II, nos relata cómo, al entrar al territorio austríaco, «los sacerdotes y el pueblo salieron a recibirlo, llevando las sagradas reliquias. Lo saludaron como legado de la Sede Apostólica, como predicador de la verdad y como a un gran profeta enviado por Dios. Bajaban de las montañas para saludar a Juan, como si Pedro o Pablo o alguno de los otros apóstoles fuera el que llegara. Gustosamente besaban la orla de su vestidura, le presentaban sus enfermos y afligidos y se dice que muchos fueron curados. La gente importante de la ciudad salió a recibirlo y lo condujo a Viena. No había plaza que pudiera contener a las multitudes. Todos lo miraban como a un ángel de Dios». El trabajo de Juan como inquisidor y sus tratos con los husitas y otros herejes bohemios ha sido severamente criticado, pero éste no es el lugar para intentar ninguna justificación. Su celo era cauterizante y consumidor, aunque era misericordioso con los humildes y los arrepentidos. Se adelantaba a su tiempo en su actitud con respecto a la brujería y al uso de la tortura. Los milagros que lo acompañaban dondequiera que iba y que él atribuía a las reliquias de san Bernardino de Siena, fueron asiduamente observados por sus compañeros. Más tarde, se levantó un prejuicio en contra del santo, a causa de los relatos que fueron publicados sobre estas maravillas. Viajó de un lugar a otro, predicando en Baviera, Sajonia y Polonia, y sus esfuerzos eran, en todas partes, acompañados por un gran renacimiento de la fe y la devoción. Cocleo de Nüremberg nos relata que «los que lo vieron allí lo describen como un hombre pequeño de cuerpo, enjuto, extenuado y con la piel pegada al hueso, pero entusiasta, fuerte y asiduo en el trabajo. Dormía con su hábito y se levantaba antes de la aurora, recitaba su oficio y celebraba luego la misa. Después de eso, predicaba en latín, que en seguida era traducido al pueblo por un intérprete». También visitaba a los enfermos que esperaban su llegada, poniéndoles las manos sobre la cabeza, rezando y tocándolos con una de las reliquias de san Bernardino.
La caída de Constantinopla a manos de los turcos, puso fin a esta campaña espiritual. Capistrano fue llamado para alentar a los defensores de Occidente y para predicar una cruzada contra los infieles. Sus primeros esfuerzos en Baviera y aún en Austria encontraron poca respuesta y, a principios de 1456, la situación se hizo desesperada. Los turcos avanzaban para sitiar Belgrado y el santo, que por este tiempo había viajado a Hungría, reunido en consejo con el gran general Huniyades, vio con claridad que tendrían que depender principalmente del esfuerzo local.
San Juan, personalmente, se extenuó predicando y exhortando al pueblo húngaro para levantar un ejército que pudiera enfrentarse al peligro amenazante y él mismo condujo a Belgrado más tropas que había podido reclutar. Muy pronto, los turcos estuvieron parapetados y el sitio empezó. Animados por las oraciones de Capistrano y su heroico ejemplo en el campo de batalla, y adecuadamente guiados por la experiencia militar de Huniyades, los soldados de la guarnición consiguieron al fin una abrumadora victoria. El sitio fue abandonado y la Europa occidental quedó a salvo, temporalmente, pero la putrefacción de miles de cadáveres que quedaron insepultos alrededor de la ciudad, provocó una epidemia que costó la vida, primero que a nadie, a Huniyades y después, un mes o dos más tarde, al mismo Capistrano, agotado por años de trabajo y austeridades y por las penalidades del sitio. Murió pacíficamente en Villach, el 23 de octubre de 1456 y fue canonizado en 1724. Su fiesta fue general en 1890 para toda la Iglesia occidental.
Acta Sanctorum, octubre, vol. x. Ver Bolandistas, Biblioteca Hagiográfica Latina, nn. 4360-4368, pero además de esto, existe considerable cantidad de nueva información referente a los escritos de san Juan, sus cartas, reformas y otras actividades, que ha sido publicada durante el siglo actual en el Archivum Franciscanum Historicum editado en Quaracchi; préstese particular atención a los escritos referentes a san Juan y los husitas en los volúmenes XV y XVI de la misma publicación. Este y otros materiales han sido usados por J. Hofer en el St. John Capistran, Reformer (1943), obra de gran valor y erudición.
fuente: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
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Nació Juan el 24 de octubre de 1386 en Capistrano, L’Áquila, Italia. Cursó derecho en Perugia y allí alcanzó tal prestigio como jurista que Ladislao di Durazzo, rey de Nápoles, lo nombró gobernador de la ciudad. En 1416 intervino como pacificador entre las facciones de Perugia y Malatesta, que se hallaban enfrentadas, y fue hecho prisionero. En la cárcel sufrió una radical transformación. Reflexionó sobre la vida que había llevado, y en un sueño san Francisco lo invitó a unirse con sus discípulos. Eso hizo Juan al ser liberado, después de salir victorioso de interna lucha. Aplacadas las voces contradictorias que brotaban dentro de sí, el único impedimento que podría haber tenido era un matrimonio anterior que, por graves razones de peso, cuando ingresó en la cárcel ya se había anulado.
Se hizo franciscano en Perugia en octubre de 1416, a la edad de 30 años. Primeramente fue destinado a misiones humildes. En ese momento la necesidad de regresar a la observancia primitiva gravitaba sobre la comunidad, instada por san Bernardino de Siena. Ambos entablaron entrañable amistad. Bernardino le enseñó teología y Juan le correspondió estando a su lado; le defendió frente a las acusaciones de herejía. Además compartieron similares bríos que les llevaron a preservar la fe frente a los infieles. Aún no había sido ordenado, y Juan comenzó a destacar en la predicación. A los 33 años recibió ese sacramento. Entonces el papa le nombró inquisidor de los fraticelos, y emprendió una misión itinerante por distintos estados europeos. Combatió las herejías de los husitas, participó en la dieta de Frankfurt y fue artífice de la unidad entre los armenios y Roma. De forma reiterada le designaron vicario general de la observancia, fue nuncio apostólico en Austria, etc.
Hacía poco que era sacerdote cuando dijo: «Aunque no tengo la última responsabilidad, estoy decidido a invertir todas mis fuerzas, hasta el último momento de mi vida, en defensa del rebaño de Cristo». Lo demostró. Era un hombre de oración, gran penitente. Su rostro era, en sí mismo, un tratado de vida ascética. Dormía dos horas y, a veces, una sola; austero en sus alimentos, templado y prudente en sus juicios, todo caridad y dulzura, entregado por completo a su prójimo. Las huellas del rigor que se impuso iluminaban sus ojos; eran una candela viva de amor a Cristo. La gente le seguía y le escuchaba enfervorizada, viendo en su llamada a la conversión una invitación del cielo. En Brescia predicó ante 126.000 personas. Su fama a la hora de sanar a los enfermos le precedía, y muchos intentaban tomar como reliquia trozos de su túnica. Sabiendo el valor de la formación, instó a sus hermanos al estudio: «Ninguno es mensajero de Dios si no anuncia la verdad; y no puede anunciar la verdad quién no la conoce; y no puede conocerla si no la aprendió […]. Deben encontrar el tiempo para dedicarse a las letras y a las ciencias... para no tentar a Dios con vanas presunciones...».
Los pontífices contaron con él valorando sus excelentes dotes para la diplomacia, su prudencia y fidelidad a la Sede de Pedro. Tanto Martín V, como Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III le encomendaron diversas causas delicadas que solventó admirablemente. Declinó ser obispo en tres ocasiones; prefería mantener la misión de predicador. En 1430 se implicó en un asunto que incumbía directamente a su Orden: la unidad. Para lograrla propuso las constituciones martinianas (en honor de Martín V), pensando que con ellas podría mediar entre las dos tendencias polarizadas que surgieron entre los franciscanos: el laxismo y el rigorismo. No tuvo éxito en su empeño. Sufrió críticas e incomprensiones internas, que se unieron a otras externas.
Fue un ardoroso defensor de la fe en lugares de batalla. Animaba a las tropas a luchar bravamente por Cristo: «Sea avanzando que retrocediendo, golpeando o siendo golpeados, invoquen el nombre de Jesús. Solo en Él está la salvación y la victoria». La última en la que participó fue en 1456, en Belgrado, obteniendo la victoria con su fe; tenía entonces 70 años. Tres meses más tarde, el 23 de octubre de ese año, murió en Vilak a causa de la peste. En aras de su proverbial obediencia al pontífice hubiese ido donde fuera. Así se lo había confesado a san Bernardino: «Soy un viejo, débil, enfermizo... No puedo más... Pero si el papa lo dispusiera de otra forma, lo acepto, aunque deba arrastrarme medio muerto, o bien debiera atravesar barreras de espinas, fuego y agua». Pero Dios había previsto que entregase su sangre después de haber participado heroicamente en esta guerra contra el turco.
El legado que dejaba a sus hermanos, a la Iglesia y a la posteridad era, como el de todos los santos, un compendio de virtudes heroicas desplegadas sin descanso por amor a Cristo. Tan aclamado en Europa que se le ha considerado «stella Bohemorum», «lux Germanie», «clara fax Hungarie», «decus Polonorum», también «padre devoto» y «varón santo». Inocencio X lo beatificó el 19 de diciembre de 1650. Alejandro VIII lo canonizó el 16 de octubre de 1690.
Tengan encendidas las lámparas
Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38. Martes XXIX de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por mis ojos, pues me permiten contemplar la maravilla de tu creación. Gracias por mis manos, pues me permiten hacer el bien a mis hermanos. Gracias por mi boca, pues me permite dar esa palabra de aliento que necesitan. Que siempre, y en todo lo que haga, obre buscando crecer en el amor al prójimo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su Señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente…? (Mt 24,45) Jesús nos ha dado un mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros como yo os he amado, y es justamente sobre este mandamiento que nos va a juzgar el día de su venida. Por eso necesitamos mantener encendida nuestra lámpara, no debemos dejar la vivencia de la caridad para después, ya que no sabemos ni el día ni la hora. Si tienes la oportunidad de hacer un bien, y no lo haces por pereza, desidia, respeto humano, etc., dejas pasar la oportunidad de crecer en el amor, entierras tus talentos, en vez de multiplicarlos.
No, no necesariamente debemos estar pensando en el fin del mundo. Todos vamos a llegar al momento de la muerte y es en ese momento en el que se nos exigirá prueba de que hemos sido realmente discípulos de Cristo. Ya lo decía san Juan de la Cruz: al atardecer de la vida me examinaran del amor. No será importante los logros materiales, ni los conocimientos acumulados ni las experiencias vividas, lo único que va contar es la vivencia del amor, a Dios y a los demás. Por eso conviene hacer frecuentemente un balance de mis actitudes, por ejemplo: ¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida? ¿Realmente lo quiero o es solo un conocimiento o reconocimiento de su existencia? ¿Soy de ésos que pasan indiferentes ante la necesidad ajena? ¿Tiendo a no darme cuenta de lo que podría hacer, o dejar de hacer, para edificar un bien superior?
El Evangelio recomienda ser como los siervos que no van nunca a dormir, hasta que su jefe no ha vuelto. Este mundo exige nuestra responsabilidad y nosotros la asumimos completa y con amor. Jesús quiere que nuestra existencia sea trabajosa, que nunca bajemos la guardia, para acoger con gratitud y estupor cada nuevo día que Dios nos regala. Cada mañana es una página en blanco que el cristiano comienza a escribir con obras de bien. Nosotros hemos sido ya salvados por la redención de Jesús, pero ahora esperamos la plena manifestación de su señoría: cuando finalmente Dios sea todo en todos. Nada es más cierto en la fe de los cristianos que esta cita, esta cita con el Señor, cuando Él venga. Y cuando este día llegue, nosotros, los cristianos, queremos ser como aquellos siervos que pasaron la noche con los lomos ceñidos y las lámparas encendidas: es necesario estar listos para la salvación que llega, listos para el encuentro. ¿Habéis pensado, vosotros, cómo será el encuentro con Jesús, cuando Él venga?
(Audiencia de S.S. Francisco, 11 de octubre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Estaré muy atento y disponible para no dejar pasar las oportunidades de ayudar a alguien que necesite de mí.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Velad y estad preparados con el amor
La conducta a imitar de las vírgenes: olvidarse de uno mismo.
1. La Sabiduría viene personificada en una mujer hermosa, joven y atractiva, que nunca pierde su encanto, sentada a la puerta de los que la buscan. "Radiante e inmarcesible es la Sabiduría" Sabiduría 6,13. Atrae las miradas de los hombres, fascinados por su radiosidad. Quienes la aman la pueden contemplar. Los que la buscan la encuentran con facilidad. Los que anhelan poseerla y madrugan para buscarla, y recorren las calles y las plazas de la ciudad buscando al Amado de su alma, como la esposa del Cantar de los Cantares, la encontrarán sentada a su puerta: "Estoy a la puerta llamando; si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, yo entraré en él y cenaré con él y él conmigo" (Ap 3,20).
Es la Sabiduría la que toma la iniciativa, y viene al encuentro del hombre. Es Jesucristo que está llamando. No se hace de rogar. Sólo quiere ser buscada. "Quien vela por ella, pronto se verá sin problemas". ¿Cómo no buscar y desear compañía tan enriquecedora?
2. Estamos en el punto de conexión de la lectura de la Sabiduría y el evangelio: VELAR. Esperar, buscar, prepararse, estudiar, trabajar, orar, porque no sabemos a qué hora llegará el Esposo. Buscar al Esposo, como la esposa de los Cantares, saliendo de noche en su busca. Cuesta velar. La esposa vela y busca porque ama. El que ama no puede vivir sin su amado, sin su amada. Cuando no amamos nos dormimos, nos distraemos, nos aburrimos, despreciamos los vencimientos en lo pequeño, no nos preparamos, nos contentamos con lo que salga sin esfuerzo, no damos importancia a la palabra dada por pereza o desorganización, no vibramos, no trabajamos, o lo hacemos sin orden ni constancia, no sabemos ver la grandeza de lo ordinario y lo desdeñamos, pero tampoco gozamos de la paz y serenidad que produce el sacrificio y el vencimiento del carácter domesticado, del capricho momentáneo sacrificado,. Somos como niños que se pasan de un juego a otro sólo por cambiar. Pesa el estudio, y la oración, y el trabajo bien hecho, pero el fruto de la sabiduría, compensa con paz y con creces el esfuerzo y la renuncia. No he oído risas más sinceras, ni he visto rostros más luminosos y resplandecientes de alegría, que en el locutorio de las mujeres consagradas a Dios, porque se vencen y luchan a tope. En cambio del botellón y de la droga y de la frivolidad no se puede esperar un premio Nóbel.
3. El cristiano, preparado para la venida del Señor, madruga por él, tiene sed de él, está ansioso de su presencia, como tierra reseca, agostada, sin agua, como David sediento, huyendo de los soldados de Saúl por las estepas del sudeste de Palestina y de Absalón por el desierto de Judá. Lejos del Santuario donde la presencia de Dios le daba fuerza, necesita levantar las manos para alabarle e implorar su misericordia. La delicadeza y la estética del rey se manifiestan en las estrofas del Salmo: "Porque mi alma está sedienta de tí, Señor, Dios mío. Y hasta de noche en el lecho, me acuerdo de tí, pienso en ti" Salmo 62. Enamorado y dolorido Juan de la Cruz, desconocido, excepto para media docena de almas selectas, escribió en el estercolero de la cárcel de Toledo, los versos más divinos y humanos que se han escrito en toda las literaturas universales: "¿A dónde te escondiste, Amado, / y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste, habiéndome herido / Salí tras tí clamando / y eras ido".
4. La parábola de hoy comienza así: “El Reino de los Cielos será semejante a diez muchachas vírgenes invitadas a un banquete de boda” Mateo 25,1. Unas estaban preparadas, y otras estaban como el invitado sin traje de boda (Mt 22,12). Estas, porque no tenían amor, el aceite, se quedaron fuera. "A medianoche se oyó una voz: <¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!>. -Las vírgenes necias, al ver la puerta cerrada, golpeaban y aporreaban la puerta cerrada y gritaban con desesperación: "Señor, Señor, ábrenos" y repetían una y otra vez la llamada, como quien tiene conciencia clara de que se está jugando la existencia inmortal. En la repetición está reflejada la angustia. Como el que ha hecho tarde al tren, al avión, y el viaje era urgente, trascendental, porque era portador de un corazón para ser trasplantado, del que dependía la vida de un hombre. "Velad y orad, no sabéis el día ni la hora".
5. En la parábola están bien utilizados dos recursos literarios: el retraso del novio y el sueño de las vírgenes. Las muchachas necias lo son, no porque se durmieron, pues se durmieron todas, sino porque no estaban preparadas para la llegada del esposo, con aceite suficiente, y se les apagaron las lámparas. Les faltó cabeza. El novio se retrasa. Tarda. Se prolonga la vida. Esto es motivo de adormecerse. Adormecerse es entregarse al trabajo y al porvenir de este mundo, dedicados a nuestra propia realización, olvidando el retorno de Cristo, y la vida del mundo futuro que profesamos en el Credo. La consternación y la rabia de las vírgenes locas indica el fracaso fatal de toda la vida. Por fortuna no todas se durmieron. Las cinco más delicadas, inteligentes y que amaban de verdad, estaban con las lucernas encendidas y bien provistas de aceite.
Jesús pronuncia esta parábola en Jerusalén. La ciudad de noche, como entonces todas, no está iluminada, sino sumida en las sombras. Las lámparas o teas alimentadas por aceite eran las únicas luminarias que existían. En la oscuridad de la noche cerrada, no se podía dar ni un paso sin esa pobre luz, única de los tiempos. De nuestras modernas calles iluminadas, no hubiera hablado así.
6. ¡Lo que se han perdido las vírgenes necias! El salmo 44 nos narra la entrada de la esposa en el palacio real, bellísima, vestida de perlas y brocado; llega ante el esposo rey, Cristo, con séquito de vírgenes, acompañada de sus compañeras entre alegría y algazara. El salmo se titula “Canto de amor”. La boda se celebra en un decorado propio de las “Mil y una noches”. Es la poesía de la prosa del “Cantar de los cantares”. Jesús, como novio locamente enamorado, cantó sin cesar en su corazón, este canto de amor, porque él, que es el AMOR, está INMUTABLEMENTE e insondablemente enamorado, concepto que atraviesa toda la Biblia. Así, a los que veían con malos ojos que sus discípulos ni ayunaban ni hacían penitencia como los de Juan, Jesús contestó: “¿Pueden llorar los amigos del novio, estando él con ellos?” (Mt 9,15). Jesús es célibe y está enamorado. Hoy se alardea de no ser vírgenes, aunque no están enamoradas. Pero, ¿puede una virgen estar enamorada? ¿Puede arder de amor un célibe? ¿Puede consumirse de amor verdadero, una persona consagrada al Amor? Preguntádselo a Santa Cecilia, que renuncia a costa de su vida a Valeriano, el mejor partido de Roma, o al ambicioso San Francisco Xavier, que va a morir dictándole al padre Cosme que escriba a Roma al padre Ignacio, “que ha muerto pensando en él, / lleno de amores... aquel / impaciente de París”, o a Teresa de Jesús, guapísima e inteligentísima, o a San Juan de la Cruz, o San Ignacio de Loyola, que había vivido en la corte y en la carne, o a la Doctora Nueva de la Iglesia, Santa Teresa del Niño Jesús, que murió de amor musitando: “¡Oh, le amo! Dios mío, os amo!”, y cayó en éxtasis bellísimo.
7. Pero yo se lo preguntaría, sobre todo a San Agustín que, habiendo experimentado las delicias de todas las categorías del amor, el de su madre, Santa Mónica, el de su amigo Alipio, la mitad de su alma: “animae dimidium meae”; el de la carne, “nondum amabam et amare amabam” “todavía no amaba y deseaba amar”, pues amar y ser amado era lo más dulce para mí, sobre todo si podía gozar del cuerpo del amante”, por eso se lió con una mujer y después con su amante africanita, que le dio un hijo inteligentísimo, Adeodato, y que cuando la arrancó de su lado quedó llagado su corazón, manando sangre continuamente, y de las dos jovencitas que le siguieron. “Al fin fui amado y llegué al placer, para luego ser azotado con las varas candentes de hierro de los celos, sospechas, temores, iras y contiendas”. El gran corazón de Agustín, conocedor de todos los amores, necesita amar y se va a consagrar en el celibato, ¿cómo podrá ya amar, siendo célibe? Cuando por fin vio la luz, Llegó a amar tanto, que escribió la frase conocida por todo el mundo: “Nos has hecho, Señor, para ti, y nuestro corazón inquieto sólo puede descansar en ti”. Y cuando ya gozaba del amor de Dios, a él consagrado, escribe en sus Confesiones: “Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y estoy anhelándote; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti”. Por fin aquella águila gigante había encontrado el AMOR.
8. Y con el amor, la fecundidad. Santa Teresa escribe que para esto es este matrimonio, para que nazcan obras. Sus obras son los hijos. Todavía, después de dieciséis siglos, viven los innumerables hijos de San Agustín, como viven los de San Ignacio, y de Santa Teresita. Dª Teresa Laiz, fundadora del monasterio de Alba de Tormes, no tenía hijos y los deseaba y pedía a Dios. El Señor le enseñó un campo cubierto de lindísimas flores, y le dijo: estos son los innumerables hijos que tendrás: un monasterio de contemplativas, que vivirán siempre. Allí morirá Santa Teresa. Amor de Dios, eficaz y fecundo, que redunda en el amor a los hermanos, por quienes trabaja y se sacrifica y ora. No es un amor encerrado en una torre de marfil.
9. Pero no vayamos a creer que ese camino es ancho y que a su meta se llega por los derroteros del desenfreno. El mismo Santo, con toda crudeza, nos describe su estado: “Pedía a Dios la castidad, pero no para ahora, sino para más adelante, porque a mí, cautivo, me atormentaba con vehemencia la costumbre de saciar mi insaciable concupiscencia, y el deseo del coito era tan intenso, que su privación me llenaba de tristeza y angustia”.
10. "Id a la tienda a comprar el aceite". ¿Egoísmo de las sensatas? También. Pero la parábola no lo quiere destacar. Lo que pretende poner de relieve, es que la luz, alimentada por el aceite, es un valor de difícil adquisición. Es el amor, la caridad, que no están nunca de rebajas. "Todo aquel que escucha estas palabras mías y las pone por obra, se parece al hombre sensato... Y todo aquel que escucha estas palabras mías y no las pone por obra, se parece al necio" (Mt 7,24). El aceite olvidado por las necias es la práctica del mensaje de Jesús. El aceite y la lámpara significan algo personal e intransferible que forma parte de la propia identidad. Están o no están en la biografía personal. Sin ese aceite y esa lámpara encendida, el hombre no es hombre, Dios no lo reconoce: "No os conozco".
11. No podemos hoy escuchar el tono y el acento del esposo que dice estas palabras. Pero en el matiz me parece que descubriríamos más que dureza y condenación, desilusión y dolor del amor no correspondido y fracasado. El esposo os creó por amor; siempre estuvo atento a vuestra vida; os situó en circunstancias que favorecieran las buenas obras, y si eran adversas, siempre os quitaba las piedras para que no tropezarais; os llamaba una y otra vez; os ponía personas y amigos que os iluminaran; os probaba para que volvierais a él; como a la higuera que no daba fruto, os cuidó con mimo y paciencia. Su anhelo infinito era que os parecierais a él. Pero ahora no os reconoce así. Algo parecido a lo que le sucedería a un padre que ha dedicado todos sus esfuerzos y sacrificios en educar a sus hijos y sacándoles de la nada, con su dedicación constante y su amor ardiente, que cuando comenzabais a sentir sabíais corresponder, se ha trocado en desvío, desamor, olvido, odio o rechazo. El acento de la voz del padre en las palabras: “no os conozco”, es de ternura y fracaso, de desilusión y desengaño, de sufrimiento y de dolor.
12. La voz del esposo suena así como la del padre defraudado, la del esposo enamorado, traicionado y abandonado: “Mi novia de la juventud, amorosa y sacrificada” (Jer 2,2), se ha convertido en huraña y desagradecida, ya no la conozco. Ha cambiado tanto, que no parece la misma”. Pero, si la voz del esposo es de ternura, la elegida fracasada, la percibe colérica: “Id, malditos, al fuego eterno, a las tinieblas exteriores”, es decir será arrojada fuera, o más bien es ella la que se ha encadenado a la oscuridad tenebrosa de la noche eterna, cuando había sido llamada a gozar de la fiesta iluminada de la sala del festín. Las muchachas necias podrían representar a todos aquellos que tienen fe y esperanza: creen teóricamente en Jesús; creen que Dios es Padre y que todos los hombres somos hermanos; creen en la Iglesia y esperan el cielo; pero no aman.
13. El esposo le había dicho a su novia, por Ezequiel, 16,4: “Cuando naciste, no te cortaron el cordón ni te limpiaron. Pasé yo y te vi agitándote en tu sangre, y te dije: Vive y crece, y llegaste a la flor de tu juventud: se formaron tus senos y tu pelo creció. Cuando estabas en la edad del amor, te desposé y fuiste mía, te lavé, te limpié de tu sangre y te ungí con óleo, te vestí con vestidos recamados y te cubrí de seda. Te adorné con joyas; te alimenté con flor de harina y te hiciste cada vez más hermosa y te nombré reina”. Y ahora has querido quedarte separada de mí.
14. ¿Cuál fue la conducta de las vírgenes sabias y prudentes? Seguir el consejo del mismo salmo: “Olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y el rey amará tu belleza”. Olvida tus costumbres y tus preferencias y gustos y la corriente social. Y “en lugar de tus padres, tendrás hijos, que serán príncipes, y te alabarán todos los pueblos por siempre”. Porque hijos de la carne, ¿cuántos? ¿Uno, o la parejita, porque hoy no está la vida como antes? Tus hijos del espíritu serán innumerables, serán príncipes celestiales que te amarán, sin fin, y eternamente te cantarán su gratitud. Ni tu envejecerás, ni tus hijos te llevarán al asilo. Cuando San Agustín predicaba esto alguien le dijo: “Pero así se acabaría el mundo”. Y respondió: ¡Qué bello y feliz final del mundo! Y digo yo, es preferible que el mundo se acabara, que no se acabará, por el cumplimiento de la virtud de la castidad, que por el furor terrible de las armas atómicas, como terminaron Hiroshima y Nagasaki, o Kansas, como relata Nicholas Meyer en la película del año 1983, “El día después”.
15. Entre la Sabiduría y la lámpara encendida hay una cierta identidad. San Pablo sugiere la identidad entre lámparas apagadas y la aflicción desesperada ante la muerte: "de los hombres sin esperanza" 1 Tesalonicenses 4,13. Ante estos, Dios no puede hacer nada, "se cerró la puerta". ¿Y si una virgen prudente hubiese surtido aceite en aquel momento a las que no estaban preparadas? Esa sería una teología para morir, no para vivir. Si hay una tienda a mano, ¿para qué el evangelio y las bienaventuranzas?
16. "Velad y estad preparados, porque en el momento que menos penséis vendrá el Hijo del Hombre" (Mt 24,42). Después de la consagración, al anunciar la muerte y la resurrección del Señor, pediremos también su venida: "¡Ven, Señor Jesús!".
Un Papa vinculado con los jóvenes
El Papa Francisco reza ante la tumba de San Juan Pablo II en el día de su festividad
El Papa Francisco acudió en la mañana de este lunes 22 de octubre a la tumba de San Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, para rezar brevemente ante sus reliquias en el día de su festividad.
En declaraciones a los medios de comunicación acreditados en el Vaticano, el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, recordó “la importancia de la relación de San Juan Pablo II en la relación con las nuevas generaciones. Es un papa extremadamente vinculado con el mundo de los jóvenes”.
El Santo Padre siempre ha mostrado una devoción especial por el Papa polaco, cuya canonización presidió el 27 de abril de 2014. Durante la Misa de canonización, conjunta con la del Papa San Juan XXIII, afirmó que San Juan Pablo II fue “el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría ser recordado, como el Papa de la familia”.
Recientemente, en un mensaje dirigido a la diócesis italiana de Alba con motivo de un congreso celebrado por los 40 años de la elección de Karol Wojtyla como Pontífice, Francisco animó a “redescubrir su testimonio de fidelidad a Dios y de amor al hombre de este mi venerado Predecesor”, y deseó que, al seguir el camino de San Juan Pablo II, los jóvenes se sientan alentados “a abrir las puertas a Cristo para animar un generoso esfuerzo a favor de la paz, la fraternidad y la solidaridad”.
Asimismo, en una audiencia concedida a peregrinos polacos el pasado 10 de octubre, el Papa aseguró que “San Juan Pablo II ha enriquecido a la Iglesia universal con una gran cantidad de dones, que en gran parte heredó del tesoro de la fe y la santidad de vuestra tierra y de vuestra Iglesia”.
Por ello, reivindicó su Pontificado, pues “trató de hacer que la Iglesia se erigiera como guardián de los derechos inalienables del hombre, de la familia y de los pueblos, para ser signo de paz, de justicia y de desarrollo integral para toda la familia humana”.
3 sacramentales que debes tener siempre en casa
Seguramente te sorprenderá el ver esta pequeña lista
Los sacramentales son signos sagrados, muchas veces con materia y forma, por medio de los cuales se reciben efectos espirituales y que son actos públicos de culto y santificación. Pueden ser “cosas” o “acciones”, por la intercesión de la Iglesia (Cfr. CIC. no.1166).
Ellos fueron instituidos por la Iglesia, a diferencia de los sacramentos, que fueron instituidos por Cristo. Tienen ciertas semejanzas con los sacramentos. Son signos de la oración de la Iglesia y nos disponen para recibir la gracia.
A continuación te presentamos 3 de ellos, que si se usan adecuadamente ofrecerán un estímulo para nuestro hogar.
1.- Agua Bendita
El agua bendita es un sacramental, instituido por la Iglesia, y usada con fe y devoción, purifica al cristianos de sus faltas veniales. Las bendiciones de personas y de cosas van acompañadas de algunos signos, y los principales son la imposición de manos, la señal de la cruz, el agua bendita y la incensación (Bendicional 26). El agua bendita es constituida por la bendición del sacerdote o del diácono (ib. 1224-1225), y como todos los sacramentales, “tiende como objetivo principal a glorificar a Dios por sus dones, impetrar sus beneficios y alejar del mundo el poder del maligno” (ib.11),
2.- Sal Bendita
Hoy en día el uso de la sal bendita en la liturgia se da con mayor frecuencia en la Forma Extraordinaria, especialmente en exorcismos, bautizo, la reconsagración de un altar, y la bendición del agua bendita.
3.- Crucifijo
el crucifijo, el Santo Rosario, la Biblia, son parte del arsenal espiritual de la Iglesia para liberar a un alma que sufre de lo demoníaco, y son sacramentales.
El crucifijo y la señal de la cruz son odiados por lo demoníaco, ya que representan la victoria de Cristo en el Calvario, donde fue derrotado satanás.
Mira lo que dice el Catecismo:
1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares).
Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones.
En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre “con toda clase de bendiciones espirituales”.
Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.
Juan de Capistrano, Santo
Memoria Litúrgica, 23 de octubre
Presbítero
Martirologio Romano: San Juan de Capistrano, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que luchó en favor de la disciplina regular, estuvo al servicio de la fe y costumbres católicas en casi toda Europa, y con sus exhortaciones y plegarias mantuvo el fervor del pueblo fiel, defendiendo también la libertad de los cristianos. En la localidad de Ujlak, junto al Danubio, en el reino de Hungría, descansó en el Señor († 1456).
Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, viene de la lengua hebrea
Fecha de canonización: 16 de octubre de 1690 por el Papa Alejandro VIII
Breve Biografía
Nació en Capistrano, diócesis de Sulmona, Italia, en 1385.
Hijo de un caballero francés o alemán que murió cuando Juan era joven.
Estudió con esmero en la Universidad de Perugia (Cerca de Asís).
Fue abogado y juez. En 1412 fue nombrado gobernador de Perugia por Landislaus rey de Nápoles, quien tenía control de esa ciudad. Luchó contra la corrupción y el soborno.
Cuando estalló la guerra entre Perugia y Malatesta en 1416, Juan trató de conseguir la paz, pero en vez lo tomaron prisionero de guerra. En la cárcel decidió entregarse del todo a Dios. Tuvo un sueño en el que vió a San Francisco que le llamaba a entrar en la orden franciscana. Juan se había casado justo antes de caer preso, pero el matrimonio nunca se consumó y fue declarado anulado.
Entró en la orden franciscana en Perugia el 4 Octubre de 1416. Tenía 30 años por lo que el maestro de novicios lo puso a prueba dándole los mas humildes oficios.
Fue discípulo de san Bernardino de Siena quien le enseñó teología. Se distinguió como predicador aun siendo diácono. Ordenado a los 33 años. Por 40 años fue predicador itinerante por Italia y otros países. Una vez en Brescia (Italia) predicó a una multitud de 126,000 personas que habían venido de las provincias vecinas. Por su radical llamada a la conversión y su sencillez, la gente lo relacionaba con San Juan Bautista. Traían las cosas de superstición y ocultismo y las quemaban en hogueras públicas. Tenía gran fama por su don de curación y le traían a los enfermos para que les haga la señal de la cruz. Como San Bernardino, propagó la devoción al nombre de Jesús, por lo ambos, junto con otros franciscanos, fueron acusados de herejes. El defendió al grupo con éxito.
Muchos jóvenes le seguían a la vida religiosa. Estableció comunidades franciscanas. Escribió extensivamente, sobre todo contra las herejías de su época. Muchos de sus sermones se conservan.
Dormía y comía poco. Hacía mucha penitencia.
Dos veces la comunidad franciscana lo eligió como vicario general. En visita en Francia conoció a Sta. Colette, reformadora de la orden de las clarisas, con la que simpatizaba.
Juan tenía gran don para la diplomacia. Era sabio y prudente, sabiendo medir sus palabras para que estas sirvan la voluntad de Dios. Cuatro Pontífices (Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III) lo emplearon como embajador en muchas y muy delicadas misiones diplomáticas con muy buenos resultados. Tres veces le ofrecieron nombrarlo obispo de importantes ciudades pero prefirió seguir siendo un pobre predicador.
Fue nuncio apostólico en Austria donde predicó extensivamente y combatió la herejía de los husitas. También predicó con gran fruto en Polonia, invitado por Casimiro IV.
Los cruzados defienden Europa
En 1451 el Sultan Mahoma II se lanzó una campaña con el fin de lograr la conquista de Europa. Conquistó a Constantinopla en 1453 y entonces se preparó para invadir a Hungría. En 1454 Servia cayó en sus manos. Las noticias procedentes Servia eran horribles: quienes se resistían a renunciar a Cristo eran torturados. Todo lo que fuese cristiano era destruido o confiscado.
En 1454 Juan Capistrano participó en la dieta de Frankfort y se dispuso a preparar la defensa de Hungría. Fue a Hungría y predicó una cruzada en defensa de la cristiandad. A la edad de 70 años el Papa Calixto II lo comisionó para dirigirla. En Szeged unió el ejercito de campesinos que había reunido con el ejército de Hunyady y ambos se dirigieron a Belgrado. Se decía que los cuarteles parecían casas de religiosos mas que campamentos militares porque en ellos se rezaba y se predicaba la virtud. Se celebraba misa diaria. A Juan Capistrano le tenían un gran respeto.
Batalla de Belgrado, 1456, salva a Europa de los musulmanes.
Los musulmanes atacaban a Belgrado Contaban con 200 cañones, 50,000 de caballería y una gran flota que penetró por el río Danubio. Ante la superioridad de las fuerzas enemigas, los cristianos pensaban retirarse. Pero intervino Juan de Capistrano convenciendo a Hunyady a que atacara la flota turca a pesar de ser mucho más numerosa. En el momento en que los defensores de la ciudad se iban a retirar dándose por vencidos, Juan los animó llevando en sus manos una bandera con la cruz y gritando sin cesar: "Jesús, Jesús, Jesús". Recorrió todos los batallones gritando entusiasmado: "Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión". Juan nunca utilizó las armas de este mundo sino la oración, la penitencia y la predicación.
Mientras se luchaba en Belgrado, el Papa pidió rezar el Angelus por la victoria. Los musulmanes fueron vencidos y tuvieron que retirarse de la región. Así se ganó la batalla de Belgrado el 21-22 de julio de 1456.
San Juan de Capistrano había ofrecido a Dios su vida por salvar la cristiandad. Dios le aceptó su oferta y pronto murió junto con Hunyady víctimas del tifo. Los cadáveres de los muertos en batalla causaron una epidemia de tifo que también contagió al santo que ya estaba débil y anciano. Murió en Villach, Hungría, unos meses mas tarde, el 23 de octubre.
En Estados Unidos su nombre es famoso por la misión franciscana en California que lleva su nombre.
Beatificado: 19 Diciembre 1650 por Inocente X