PRIMACÍA DEL AMOR
- 08 Noviembre 2018
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En la oración, nuestra principal tarea es amar, pero en la relación con Dios, amar es, en primer lugar, dejarse amar
Este es nuestro primer trabajo en la oración: no pensar ni ofrecer ni hacer algo por Dios, sino dejarnos amar por El como niños pequeños. Ceder a Dios el placer de amarnos.
El valor de la oración no se mide por la abundancia y variedad de las cosas que se hacen; al contrario: cuanto más se acerca a un simple acto de amor, mayor valor tiene.
¿Cómo reconocer a un falso sacerdote?
En la siguiente nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados.
En varios países se ha multiplicado el número de falsos sacerdotes que se valen de la buena fe de los fieles para “ofrecer sus servicios” a cambio de dinero fácil.
Únicamente el sacramento del Orden Sacerdotal consagra al que lo recibe, configurándolo de modo particular con Jesucristo y capacitándolo para actuar en la misma persona de Cristo para el bien de todo el pueblo de Dios.
En la siguiente nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados.
¿Cómo reconocerlo?
1. Los falsos sacerdotes no tienen ni parroquia ni territorio designado porque no pertenecen a la Iglesia Católica, por lo tanto, no se encuentran en los registros de las diócesis.
2. Salen a “ofrecer sus servicios” (misas, sacramentos) y es común que regalen tarjetas de presentación para que puedan contactarlos.
3. Suelen actuar en lugares lejanos a la parroquia de la ciudad como en pequeñas comunidades donde no hay sacerdotes. Es necesario saber que los sacerdotes católicos tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficiar misas fuera de la parroquia o en un templo público reconocido.
4. Crean lazos de amistad con los feligreses e imparten “sacramentos” sin tener en cuenta los impedimentos.
5. Cobran dinero al final de la Misa que celebran “solicitando una contribución económica”.
6. Piden donativos para alguna casa hogar, orfanato o asilo que no existe. En algunos casos hasta ofrecen sus servicios a los propios sacerdotes para ayudarlos en la fiesta parroquial o en Semana Santa.
7. Un gran porcentaje de ellos son personas que estudiaron en el seminario, pero por diversas razones fueron expulsados, otros sirvieron en alguna parroquia como sacristanes o simplemente encontraron una forma de estafar a los fieles y hasta los mismos presbíteros porque conocen las celebraciones litúrgicas.
Medidas preventivas
- Acudir a nuestra parroquia para que nos orienten sobre los requisitos necesarios para la celebración de los sacramentos.
- En caso de la pérdida de un familiar, acudir a la parroquia más cercana al velatorio o a nuestra propia parroquia para solicitar los servicios correspondientes.
- Nunca aceptar a los sacerdotes que se dan a conocer con tarjetas de presentación o que ofrecen “servicios a domicilio”.
- Exigir al sacerdote la credencial expedida por la diócesis correspondiente.
- Si no es posible encontrar un sacerdote, es obligación de los fieles abstenerse de las celebraciones de los impostores pues no tienen ninguna validez.
- Se debe denunciar al falso sacerdote inmediatamente a las autoridades eclesiásticas.
- Advertir a los demás fieles a tener cuidado del impostor.
Beato Juan Duns Scoto
Celebrado El 8 de noviembre
Nació en la ciudad de Duns (Escocia), en torno al año 1265. Su familia estaba muy vinculada con los hijos de San Francisco de Asís, los cuales, imitando a los primeros predicadores del Evangelio, habían llegado a Escocia desde los albores de la Orden. Hacia el año 1280 Juan Duns Escoto fue acogido en la Orden de los Frailes Menores por su tío paterno, fray Elías Duns, que era el vicario de la Vicaría de Escocia, que acababa de fundarse.
Poseía una inteligencia viva y aguda. Recibió la ordenación sacerdotal el 17 de marzo de 1291. Fue enviado a París para completar sus estudios. Dadas sus eximias virtudes sacerdotales, le fue encomendado el ministerio de confesor, tarea entonces de gran prestigio. Obtuvo los grados académicos en la Universidad de París y comenzó su enseñanza universitaria, que prosiguió en Cambridge, Oxford y Colonia. Fiel a la enseñanza de San Francisco, que en su Regla (Rb 12) prescribe a sus frailes que sean plenamente obedientes al Vicario de Cristo y a su Iglesia, rehusó firmar el libelo de Felipe IV, rey de Francia, contra el Papa Bonifacio VIII. Por ese motivo fue expulsado de París. Sin embargo, al año siguiente pudo volver y reanudar la enseñanza filosófica y teológica. Después fue enviado a Colonia. El 8 de noviembre de 1308 murió repentinamente; en ese tiempo estaba dedicado a la vida regular y a la predicación de la fe católica.
Centraba en Jesucristo todos sus pensamientos y afectos, y tuvo un profundo y sincero amor a la Iglesia. Utilizó sabiamente las dotes recibidas de Dios desde su nacimiento, y fijó los ojos de la mente y los latidos de su corazón en las profundidades de las verdades divinas; se elevó muy alto en la contemplación y en el amor a Dios.
Juan Duns Escoto sobresalió entre los grandes maestros de la doctrina escolástica por el excepcional papel que desempeñó en la filosofía y en la teología; brilló especialmente como defensor de la Inmaculada Concepción y eximio defensor de la suprema autoridad del Romano Pontífice. Además, con su doctrina y sus ejemplos de vida cristiana, gastada enteramente en buscar la gloria de Dios, ha atraído a muchos fieles, a lo largo de los siglos, al seguimiento del divino Maestro y a caminar más expeditamente por el camino de la perfección cristiana.
Su vida estuvo rodeada por la fama de virtudes y sabiduría, que fue aumentando y consolidándose después de su muerte, tanto en Colonia como en otras ciudades. Aunque su fama de santidad se difundió, enriquecida por testimonios de culto, inmediatamente después de su muerte, y no ha disminuido, sin embargo la Providencia ha dispuesto que fuese en nuestros tiempos cuando se llevara a término el proceso de su glorificación, mediante el reconocimiento del culto que se le ha tributado desde tiempo inmemorial y de sus virtudes heroicas que refulgen en la Iglesia santa.
El sábado 20 de marzo de 1993, en la basílica de San Pedro, el papa Juan Pablo II, durante la celebración de las primeras vísperas del IV domingo de cuaresma, declaró solemnemente el reconocimiento del culto del beato Juan Duns Escoto, que ya había sido oficialmente reconocido el 6 de julio de 1991.
Godofredo de Amiens, Santo
Obispo
Martirologio Romano: En Soissons, de Francia, muerte de san Godofredo, obispo de Amiéns, que, educado en la vida monástica desde los cinco años, padeció mucho por remediar las luchas en la ciudad entre los señores y los plebeyos, y por la reforma del clero y el pueblo († 1115).
Etimológicamente: Godofredo = “paz de Dios”. Viene de la lengua alemana.
Breve Biografía
Vino al mundo en el año 1066 en Soissons y murió aquí mismo en 1115.
De joven vio que su vocación se inclinaba por ser monje. A los 30 vivía muy feliz como un sencillo religioso en la abadía de Mont-Martin.
En pocos años supo darle prosperidad a la abadía y a todos los alrededores.
Cuando el arzobispo se enteró de quién era este monje, le ofreció que se hiciera cargo de la abadía de san Remigio, la más importante de su diócesis.
Godofredo le contestó diciéndole que no quería. De hacerlo, sería como un hombre que deja a su mujer para irse con otra más guapa.
No obstante, se pensó el tema de la obediencia y, al final, aceptó no ser abad sino obispo de Amiens.
Proveniente de una vida monacal, forjada en la austeridad, empezó por reformar al clero que estaba sumido en la simonía y no administraba los sacramentos. Una gran degradación moral y religiosa.
Y no solamente quiso reformar al clero, sino que también se puso duro con los señores que acampaban por sus fueros.
Estos últimos se unieron para hacerle la vida imposible. Se encontró de pronto sin amigos.
Por eso, una noche salió huyendo a la Cartuja para esconderse y vivir en paz.
Lo encontraron y le obligaron a volver a la diócesis. Pero estaba ya extenuado de fuerzas y murió poco después en la abadía de San Crispín de Soissons.
Santo Evangelio según San Lucas 15, 1-10. Jueves XXXI de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme poder ver tu amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Don Franco es un pastor que siempre trae sus ovejas a pastorear en nuestro terreno, ciertamente todo con el debido permiso, y se puede ver que, lo que lo hace pastor, son sus ovejas; sin ellas don Franco no sería pastor.
Jesús nos muestra en el Evangelio de hoy a Dios como un pastor, y el pastor de la parábola no deja de ser pastor por una oveja perdida, podemos decir que nada cambia. Pero el pastor deja sus noventa y nueve ovejas para ir a buscar una; arriesga el dejar de ser pastor, arriesga todo lo que es por la posibilidad de encontrar esa pequeña ovejita. ¿Qué es lo que lo mueve para hacer esa locura?
Nuestro Señor al narrarnos esta parábola nos comenta el valor de cada oveja para el pastor, el valor de cada alma para Dios; nos comenta lo que es capaz de hacer Dios por cada una de nuestras almas.
No hace falta imaginar mucho lo que Dios es capaz de sacrificar para ir a buscarnos, porque todos nosotros conocemos la cruz de Cristo. Dios muere en una cruz para ir en la búsqueda de su ovejita perdida, para ir en mi búsqueda.
Pero supongamos que yo no soy esa ovejita perdida sino una de las noventa y nueve, entonces, ¿quién es esa ovejita perdida?, ¿un familiar?, ¿un amigo?, ¿no nos duele esa ovejita perdida que era de nuestro grupo?, ¿no nos duele ver la angustia de nuestro Señor por su ovejita? ¡No nos quedemos pasivos en la hermosa pradera como si nada pasara! Salgamos con Él, ayudémosle, porque la mayor alegría para una oveja es ver a su pastor feliz y sólo mi pastor será feliz cuando recupere su pequeña oveja perdida.
Dejémonos encontrar por nuestro pastor y luego salgamos a buscar a la oveja perdida. Así veremos la alegría del Pastor por cargar de nuevo a su ovejita, así veremos el gozo de Dios por tener cerca a su pequeña alma.
El perdón de Dios es la seña de su desbordante amor por cada uno de nosotros; es el amor que nos deja libres de alejarnos, como el hijo pródigo, pero que espera cada día nuestro retorno; es el amor audaz del pastor por la oveja perdida; es la ternura que acoge a cada pecador que llama a su puerta. El Padre celestial -nuestro Padre- está lleno, está lleno de amor que quiere ofrecernos, pero no puede hacerlo si cerramos nuestro corazón al amor por los otros.
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de septiembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hablaré de Dios, de su infinita misericordia, a una persona que amo y que está alejada de Él.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Eran tan extraños a su hondo significado que sobrepasaba los límites de sus conocimientos religiosos.
Hablando con un grupo de chicos y chicas, les insinué que hicieran una encuesta por distintos lugares de la ciudad, pueblos y costa. Tardaron más de 15 días. Con sus caras alegres y al mismo tiempo preocupadas por los resultados de la encuesta, nos sentamos tranquilos a estudiarlas.
Una de la preguntas que figuraban en la encuesta era la que encabeza el artículo.
Al revisarla, una minoría tiene su médico del alma. Otra gran parte no sabe ni tiene idea de lo que es.
Algunos comentaban que para la mayoría el significado de médico del alma ni les sonaba. Eran tan extraños a su hondo significado que sobrepasaba los límites de sus conocimientos religiosos.
Entonces, le había dicho anteriormente, que les dijeran el significado de sacerdote o cura.
Sacerdote significa aquel que “te da lo sagrado”. Y cura es la persona consagrada por Dios para cuidar de las almas. Sí, amigo/a, no eres sólo un bello cuerpo escultural. Tienes un alma unida íntimamente a tu físico. Y si en la parte externa tienes tu médico de cabecera y los especialistas, también estos seres dedicados por entero al bien de las almas, son quienes han estado muchos años estudiando Biblia, Moral, Filosofía, Psicología y Teología para tener unos conocimientos profundos acerca de las debilidades del alma ye de los tratamientos para progresar adecuadamente por los caminos de tu perfección espiritual.
Otros de la encuesta me decían que una buena parte frecuenta el Sacramento de l Eucaristía, pero sin reconciliarse antes con Dios. Dicen que se las entienden directamente con El. No les hacen falta los curas. ¿No haces de vez en cuando un chequeo a tu cuerpo para ver cómo van todas sus constantes vitales?- Sí, eso sí, me gusta estar en forma para que me vean con buen tipo.
Y si Dios te hiciera un chequeo, ¿qué encontraría en ti? Dudas...sin respuestas.
Y se advierte cada día más- en esta sociedad de consumo y dada al divismo de las estrellas- que hay un gran vacío de Dios. ¿Cómo explicas si no, tanta ansiedad, estrés y aburrimiento interno en la gente?
La única respuesta es que no cuentan para nada con los especialistas en la dirección y cuidado de su alma.
PERSEVERANCIA
Una de las constantes que se observa en mucha gente es que, tras la primera comunión o la confirmación, es el abandono radical de la vivencia religiosa. Y tienes muchos altibajos en tu vida porque te falta la conexión que te “religue” (religión) con el Trascendente, hecho visible en los signos que él mismo ha establecido para que la humanidad esté en sintonía con El: los sacramentos.
Un pequeño grupo que había visitado centros y parroquias de vida intensa, constataba que aquella juventud era feliz en su trabajo, en su diversión y en el equilibrio que asomaba que se detectaba en su forma de expresarse y en su modo de valorar todo cuanto ocurre y pasa.
Lo primero que hizo Santo Domingo Savio, muerto a los 15 años, fue buscar a un director de su alma. Se encontró con un sacerdote, D. Bosco, que supo orientarlo poco a por la autopista de Dios. Sí, amigo, sí. Y no se estrelló contra nadie.
Simplemente hizo algo extraordinario: Vivir la vida alegremente. Grita, salta, corre, baila...con tal de que la alegría sea en ti el sello de tu identidad cristiana. Tan es así, que, en lugar de aislarse y pensar como tú piensas, que el tema del alma es cosa tuya y de Dios, él se entregó a formar el Grupo o Sociedad de la Alegría. Misión: Que nadie estuviera triste en su vida interior. La exterior se pone alegre en seguida por las copas y el éxtasis. Pero no dan perseverancia ni consistencia para forjarse una fuerte personalidad cristiana y humana.
Terminado el estudio de la encuesta, los animadores se vieron contentos porque existen jóvenes que viven esta dirección espiritual, este contacto con el médico de sus almas. Y van- en general- muy bien en sus estudios, trabajo y en sus relaciones con los demás.
Tan sólo así puedes progresar en tu amplia y rica vida de creyente. Lo demás es una pamema que haces a los 10 años y se acabó. Una pena. Anímate y cambia tus estrechos derroteros. ¿No eres joven? Busca horizontes nuevos.
No somos un mundo en serie
Papa Francisco: Si sobre la tierra hay hambre, no es por falta de comida
El Papa Francisco continuó este miércoles 7 de noviembre en la Audiencia General con sus catequesis sobre el Decálogo, y en esta ocasión reflexionó sobre el Séptimo Mandamiento: “No robarás”. Explicó que “No robar” implica también que “la posesión es una responsabilidad”, y por eso no se puede privar a las personas de los recursos de la tierra necesarios para su supervivencia.
En este sentido, afirmó que “si sobre la tierra hay hambre, no es por la falta de comida”.“Lo que falta es una iniciativa empresarial libre y con visión a largo plazo que garantice una adecuada producción y una planificación solidaria que asegure una distribución igualitaria”.
El Pontífice puso de relieve cómo a lo largo de la historia humana nunca se ha dado una cultura o una civilización donde “el robo o la prevaricación de bienes fuera algo lícito”. De hecho, “la sensibilidad humana es muy susceptible a la defensa de las posesiones”.
Sin embargo, el Papa quiso ir más allá del problema concreto del robo y del respeto a la propiedad ajena a la que, en un primer pensamiento, puede parece que se limita este Mandamiento. Por ello, animó a “focalizar el tema de la propiedad de bienes a la luz de la sabiduría cristiana”.
“En la doctrina social de la Iglesia se habla del destino universal de bienes. ¿Qué significa esto?”, comenzó Francisco. El Papa recordó las palabras del Catecismo, donde se dice que “los bienes de la creación están destinados a todo el género humano”.
También citó estas otras palabras del Catecismo: “El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio”.
“La Providencia, sin embargo, no ha dispuesto un mundo ‘en serie’, sino que hay diferencias, condiciones diversas, de modo que se puede vivir proveyéndose los unos a los otros. El mundo es rico en recursos para asegurar a todos los bienes primarios”, recordó.
A pesar de ello, “muchos viven en una escandalosa indigencia y los recursos, empleados sin criterio, se van deteriorando”. El Santo Padre recordó: “¡El mundo solo es uno! ¡La humanidad solo es una!”.
“Las riquezas del mundo están hoy en las manos de una minoría, de unos pocos. Y la pobreza, incluso la miseria, es el sufrimiento de muchos, de la mayoría”.
Francisco volvió a recurrir al Catecismo: “El hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas externas que posee legítimamente no sólo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que puedan aprovechar no sólo a él, sino también a los demás”.
“En esta perspectiva surge el significado positivo y amplio del Mandamiento ‘No robarás’. La posesión es una responsabilidad, y cada bien sustraído a la lógica de la Providencia de Dios es traicionado en su sentido más profundo”. “Toda riqueza, para ser buena, debe tener una dimensión social”, subrayó.
El Papa concluyó: “Aquello que poseo verdaderamente es aquello que sé dar. De hecho, si no consigo donar alguna cosa es porque esa cosa me posee, tiene poder sobre mí y soy esclavo de ello. Nadie es patrón absoluto de los bienes. Es un administrador de los bienes. La posesión de bienes es una ocasión para multiplicarlos con creatividad y usarlos con generosidad, y así hacer crecer en la caridad y en la libertad”.
¿Sabes qué significan los colores litúrgicos?
Los colores de las vestiduras del sacerdote y ornato de la Iglesia nos permiten identificar el carácter de la celebración litúrgica
Pregunta:
Buenas tardes, le escribo porque tengo una inquietud y me gustaría aclararla: me gustaría saber el significado de los colores del año liturgico. Gracias.
Respuesta de Fray Nelson Medina:
Sin duda alguna te has dado cuenta que durante el año el sacerdote viste de diferentes colores para presidir la Eucaristía. Bien en estos momentos vamos a descubrir cuál es su significado.
Los colores en la liturgia expresan la vivencia de la Iglesia o Pueblo de Dios, de manera que, cuando observamos los colores de las vestiduras del Sacerdore y en el ornato de la Iglesia, podemos imaginar cuál es el caracter de la celebración que se tiene en la Liturgia
Blanco: Es el símbolo de la vida divina de gracia, de la luz, la alegría y la inocencia. En el año litúrgico se usa el vestido blanco en las fiestas del Señor (Natividad, Resurrección, Epifanía..), de la Virgen Santísima, de los Angeles y de los Santos que no fueron mártires.
Verde: Se usa durante el año en los domingos que no coinciden con un tiempo especial. También se usa en la semana, cuando no hay ninguna fiesta especial. Simboliza el fruto bueno que Dios espera de nosotros y la virtud de la esperanza, de la frescura y la lozanía del alma.
Morado: Se usa especialmente durante el Adviento y la Cuaresma y en misas votivas (las que dicen para invocar la ayuda del Señor en algunas necesidades o calamidades). También en las misas por los difuntos. Este color simboliza la penitencia, la humildad y la espera, es un llamado a la conversión permanente.
Rojo: Se usa en la fiesta de Pentecostés, pero también el Domingo de Ramos, el Viernes Santo, en todas las fiestas de la Pasión del Señor y en las fiestas de todos los mártires. Es el color más parecido a la sangre y al fuego, además qes el que mejor simboliza el incendio de la caridad o el heroísmo del sacrificio y amor.
Azul: Se usa en las fiestas de la Virgen María.