¿Dónde están los otros nueve?
- 14 Noviembre 2018
- 14 Noviembre 2018
- 14 Noviembre 2018
Todos estamos llamados a ser santos, descubre el camino
Muchas veces se nos olvida que todos estamos llamados a ser santos, o bien, nos da flojera luchar por ser santos, porque nos parece que ser santo es algo aburrido o algo hecho para gente rara, amargada o de otra época. Y no es cierto, al contrario, la santidad es expresión de una vida vivida en plenitud y felicidad.
Los santos, son todas aquellas personas que han llegado al cielo. La santidad se debe vivir todos los días, nos cuesta imaginarnos un santo con pantalón vaquero y una vida tan normal como la nuestra. Ser santo lo hemos identificado con ser raro, aburrido o absurdamente sacrificado. Naturalmente esta figura de santo tiene poco atractivo. En otras ocasiones identificamos al santo con el ser perfecto y concluimos que deben ser cosas de otras épocas, porque hoy en día hay gente buena y hasta muy buena pero perfecto es algo que no podemos decir de nadie que hayamos conocido.
Jesús en el Evangelio de Mt 5, 1-12 nos propone el camino para ser santos:
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.
Todos queremos ser felices, pero buscamos la felicidad conforme tengamos nuestro concepto de felicidad establecido, algunos lo entienden en: riqueza y dinero, éxito y posición social, seguridad y amor, poder y dominio, sexo y placer, etc. Pero hoy Jesús nos propone un camino totalmente diferente y nuevo para alcanzar la felicidad,nos da nueve senderos nuevos para que podamos encontrar la plenitud en nuestro corazón.
Es una propuesta nueva porque nadie, antes de Jesús, lo había planteado, y es revolucionaria porque a los ojos del mundo es utópico poder vivir lo que Jesús nos presenta. Pero escuchamos que Jesús subió al monte y se sentó, es la actitud de enseñanza. ¿Qué enseña? Cómo hemos de vivir si queremos tener el Reino de los cielos. Es una enseñanza básica, sensata, llena de cordura, pero lo más interesante es que está llena de coherencia de su parte porque él mismo ha vivido todo eso.
Enseña 8 bienaventuranzas básicas que las pueden vivir todos los hombres,incluso un no cristiano pudiera estar de acuerdo con ellas y vivirlas, pero luego llega la novena, bienaventurados son si por mi causa los persiguen, los injurian, ese día alégrense. No se puede entender todo lo que el Señor ha dicho antes sin este pasaje, ya que esto corona y purifica todo lo anterior que hayamos hecho por el Señor, esto nos refiere a un amor de caridad, de entrega, de donación.
Me llama mucho la atención dos bienaventuranzas en particular y es con la que inicia esta carta magna, la pobreza de espíritu. Es la invitación a desprendernos de todas esas falsas posesiones de nuestro corazón, las cuales son presentadas por el mundo como nuestra felicidad, pero en realidad no lo son, y hasta que no las eliminemos, no podremos dejar que Cristo habite en nuestro corazón, no podremos entrar en el camino del Señor hasta que no seamos verdaderamente pobres, hasta que nuestro corazón no tengo ningún tipo de apego. La pobreza de espíritu es el que se sabe necesitado de Dios, es el que no se basta a sí mismo, es el que dice, todo es de Dios, todo te lo debo a ti, etc.
Recordemos que la escritura nos habla de los Anawím que eran los pobres de Yahvé, los que vacíos de sí mismos, esperaban todo de Dios, esta debe ser nuestra primera y principal actitud en la vida para poder dejar a Dios hacer su obra en nosotros, esperarlo todo de Él.
Finalmente me llama mucho la atención la bienaventuranza referida a la limpieza de corazón, ya que es la única bienaventuranza que nos promete la visión de Dios. Esa limpieza nos hace reconocer a Dios en nuestros hermanos, pero cuando no tenemos a Dios, cuando no tenemos pureza en el corazón no ves al mismo Dios, y entonces, utilizas al otro, te servirás de ellos y no como servir a ellos. La pureza nos ayuda a ver y a reconocer a Dios en nuestros hermanos necesitados.
Pidámosle a Dios que nos dé la valentía para saber renunciar a todas las falsas posesiones de nuestro corazón, saber deshacernos de todos aquellos apegos que se han instalado y que no nos dejan tener un corazón limpio y, por lo tanto, no nos permiten ver y reconocer a Dios en nuestros hermanos.
¿Sabes cuál es el valor de una Misa?
¿Te has preguntado alguna vez cuál es el valor de una Misa? Si no lo has hecho, ésta hermosa reflexión te dará una idea
Hace muchos años, en la ciudad de Luxemburgo, un capitán de la guardia forestal se entretenía en una animada conversación con un carnicero cuando una señora ya mayor entró a la carnicería. Ella le explicó al carnicero que necesitaba un pedazo de carne, pero que no tenía el dinero para pagarlo.
Mientras tanto, el capitán encontró la conversación entre los dos muy entretenida, "un pedazo de carne, pero ¿Cuánto me va a pagar por eso?" preguntó el carnicero. La señora le respondió, "perdóneme, no tengo nada de dinero, pero iré a Misa por usted y rezaré por sus intenciones". El carnicero y el capitán eran buenos hombres pero indiferentes a la religión y se empezaron a burlar de la respuesta de la mujer.
"Está bien" dijo el carnicero, "entonces usted va a ir a Misa por mí, y cuando regrese le daré tanta carne como pese la Misa". La mujer se fue a Misa y regresó. Cuando el carnicero la vio viniendo cogió un pedazo de papel y anotó la frase "ella fue a Misa por ti", y lo puso en unos de los platos de la balanza, y en el otro plato colocó un pequeño hueso. Nada sucedió e inmediatamente cambió el hueso por un pedazo de carne. El pedazo de papel pesó más.
Los dos hombres comenzaron a avergonzarse de lo sucedido, pero continuaron. Colocaron un gran pedazo de carne en unos de los platos de la balanza, pero el papel siguió pesando más.
Entrando en desesperación, el carnicero revisó la balanza, pero todo estaba en perfecto estado. "¿Qué es lo que quiere buena mujer, es necesario que le de una pierna entera de cerdo?", preguntó. Mientras hablaba, colocó una pierna entera de carne de cerdo en la balanza pero el papel seguía pesando más. Luego un pedazo más grande fue puesto en el plato, pero el papel siguió pesando más.
Fue tal la impresión que se llevó el carnicero que se convirtió en ese mismo instante y le prometió a la mujer que todos los días le daría carne sin costo alguno. El capitán dejó la carnicería completamente transformado y se convirtió en un fiel asistente de Misas todos los días. Dos de sus hijos se convertirían más tarde en sacerdotes, uno de ellos jesuitas y el otro del Sagrado Corazón. El capitán los educó de acuerdo a su propia experiencia de fe. Luego advirtió a sus dos hijos que "deberán celebrar Misa todos los días correctamente y que nunca deberán dejar el sacrificio de la Misa por algo personal".
El Padre Stanislao, quien fue el que me contó todos los hechos, acabó diciéndome: "Yo soy el sacerdote del Sagrado Corazón, y el capitán era mi padre".
San Esteban de Cuneo
Celebrado el 14 de noviembre
Santos Nicolás Tavelic, Deodato Aribert, Esteban de Cúneo y Pedro de Narbone, presbíteros y mártires
En Jerusalén, santos Nicolás Tavelic, Deodato Aribert, Esteban de Cúneo y Pedro de Narbone, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores y mártires, que por predicar libremente en la plaza pública la religión cristiana a los sarracenos y confesar constantemente a Cristo como Hijo de Dios, fueron quemados vivos.
Sacerdotes y mártires de la Primera Orden, canonizados por SS. Pablo VI el 21 de junio de 1970.
Nicolás Tavelic (1340-1391) es el primer croata canonizado. Su figura se destaca grandemente en el ambiente de su tiempo. Nació hacia 1340 en la ciudad dálmata de Sebenic. Siendo adolescente entró en la Orden de Hermanos Menores y ya sacerdote fue enviado como misionero a Bosnia, donde se prodigó por cerca de 12 años por la conversión de los Bogomiles, patarenos balcánicos, junto con Deodato de Rodez. Hacia 1384 ambos se dirigieron a Palestina, donde se juntaron con otros dos cohermanos, Pedro de Narbona y Esteban de Cuneo. Todos cuatro entregaron su vida como mártires de Cristo.
Nicolás y los tres cohermanos, permanecieron en Jerusalén en el convento de San Salvador, en estudio y oración. Después de larga meditación, Nicolás proyectó una empresa audaz. La empresa estaba en el espíritu de San Francisco, movido por el Espíritu Santo, por el celo de la fe y por el deseo del martirio. Se trataba de anunciar públicamente en Jerusalén ante los musulmanes principales la doctrina de Cristo.
Deodato († 1391) nació en una ciudad francesa que en los textos originales latinos de la mayor parte de los autores es llamada “Ruticinium”, identificada con la actual ciudad de Rodez, sede episcopal. Todavía joven se hizo Hermano Menor y fue ordenado sacerdote en la provincia franciscana de Aquitania.
En los años 1372‑1373, el vicario general Padre Bartolomé de la Verna había hecho un llamamiento para conseguir religiosos para una particular expedición misionera a Bosnia. Una bula de Gregorio XI del 22 de junio presentaba en aquel momento buenas perspectivas para el progreso en la verdadera fe de aquellas zonas devastadas por la herejía de los Bogomiles, una secta hereje de fuerte tinte maniqueo, que a los errores dogmáticos unía en sus principales representantes una rígida austeridad de vida.
A Deodato de Rodez lo encontramos en este campo de actividad, en compañía de Nicolás Tavelic. Fue a Bosnia para responder al deseo del Vicario general y del Papa Gregorio XI, en las mismas circunstancias en que fue Nicolás de Tavelic. De este encuentro entre los dos santos nace una fraternal e íntima amistad, que los sostiene por doce largos años en medio de dificultades y fatigas comparables a las de los grandes misioneros de la Iglesia. Una relación pormenorizada, la “Sibenicensis” describe esta venturosa expedición apostólica de Bosnia junto con la relación de su martirio.
Hacia 1384 ambos se trasladaron a Palestina, donde encontraron, como ya se dijo, a los otros dos cohermanos Pedro de Narbona y Esteban de Cuneo, con quienes compartieron las actividades apostólicas y la palma del martirio.
Pedro de Narbona († 1391), de la provincia de los Hermanos Menores de Provenza, por varios años adhirió a la reforma surgida para una mejor observancia de la regla de San Francisco, reforma iniciada en 1368 en Umbría por el Beato Paoluccio Trinci. En poco tiempo se difundió en la Umbría, las Marcas, tanto que en 1373 contaba con una decena de eremitorios. Era un movimiento de fervor que tendía a renovar la forma primitiva de la vida franciscana, especialmente en el ideal de la pobreza y en el ejercicio de la piedad. Que Pedro de Narbona haya llegado de Francia meridional a los eremitorios umbros, es indicio del fervor religioso de su espíritu y esto proyecta una luz singular sobre toda su vida precedente a su permanencia en Jerusalén.
Esteban († 1391) nació en Cuneo en el Piamonte y se hizo Hermano Menor en Génova, en la provincia religiosa de la Liguria. Durante ocho años trabajó activamente en Córcega, como miembro de la vicaría franciscana corsa. Podemos decir que de este modo hizo un buen noviciado apostólico. Pasó luego como misionero a Tierra Santa, donde el 14 de noviembre de 1391 selló con el martirio la predicación evangélica. Junto con los tres compañeros, quería demostrar que el islamismo no es la verdadera religión. Cristo Hombre‑Dios, no Mahoma, era el enviado de Dios para salvar a la humanidad.
El 11 de noviembre de 1391 después de intensa preparación los cuatro misioneros realizaron su proyecto. Salieron juntos del convento llevando cada uno un papel o pliego escrito en latín y en árabe. Se dirigieron a la mezquita, pero mientras querían entrar fueron impedidos. Interrogados por los musulmanes sobre qué buscaban, respondieron: “Queremos hablar con el Cadi para decirle cosas muy útiles y saludables para sus almas”. Les respondieron: “La casa del Cadi no es aquí, vengan con nosotros y se la mostraremos”.
Cuando llegaron a su presencia, abrieron los papeles y los leyeron, explicándoselos y presentando con firmeza sus propias razones. Dijeron: “Señor Cadi y todos ustedes aquí presentes, les pedimos que escuchen nuestras palabras y pongan mucha atención a las mismas, porque todo lo que les vamos a decir es muy provechoso para ustedes, es verdadero, justo, libre de todo engaño y muy útil para el alma de todos aquellos que quieran ponerlo en práctica”. Luego hicieron una prolongada relación que ilustraba la verdad del mensaje evangélico de Cristo, el único en quien está la salvación y demostraron la falsedad de la ley de Mahoma. Se reunió una enorme turba de mahometanos, primero asombrados, luego irritados, finalmente hostiles. Nunca se habían oído ante una turba de musulmanes semejantes afirmaciones contra el Corán y contra el islamismo. Al oír este discurso pronunciado con fervor de espíritu por los cuatro Hermanos, el Cadí y todos los presentes se airaron grandemente. Comenzaron a llegar innumerables musulmanes.
El Cadi entonces dirigió la palabra a los cuatro religiosos en estos términos: “¿Esto lo han dicho ustedes en pleno conocimiento y libertad, o en un momento de exaltación fanática, sin el control de la razón como tontos o locos? ¿Han sido enviados a hacer esto por el Papa de ustedes, o por algún rey cristiano?”. A tal pregunta los religiosos respondieron: “Nosotros hemos venido aquí enviados por Dios. Por tanto si ustedes no creen en Jesucristo y no se bautizan, no tendrán la vida eterna”. Fueron condenados a muerte y el 14 de noviembre de 1391 fueron asesinados, despedazados y quemados.
Y todos los hermanos, dondequiera que estén, recuerden que ellos se dieron y que cedieron sus cuerpos al Señor Jesucristo. Y por su amor deben exponerse a los enemigos, tanto visibles como invisibles; porque dice el Señor: El que pierda su alma por mi causa, la salvará (cf. Lc 9,24).» (Regla no bulada A, XVI).
fuente: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
Santo Evangelio según San Lucas 17, 11-19. Miércoles XXXII de Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te agradezco de todo corazón el amor que me tienes y por este momento que me regalas para estar junto a Ti. Aumenta mi fe. No permitas que mi fe sea una cosa de museo. Dame la gracia de dar testimonio de mi fe en tu amor y en tu resurrección. Aumenta mi confianza. No permitas que ponga mi confianza en algo o alguien antes que en Ti. Aumenta mi fe. Que la experiencia de tu amor sea tan fuerte, que me convierta en un reflejo de tu amor para los demás. Ayúdame a escuchar tu voz en esta oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy se me muestra el ejemplo de ese leproso curado que regresó para darte gracias. Ahora caigo en la cuenta de los muchos beneficios que he recibido de Ti y las pocas veces que me he detenido a darte las gracias.
Quiero postrarme ante Ti. Hoy sólo deseo agradecerte todo lo que me has dado, todo lo que tengo, todo lo que soy... Pero, sobre todo, por ser quien eres. Casi nunca me detengo a admirarte, a caer de rodillas y simplemente mirar tu belleza. Gracias por ser genial... por ser mi Papá.
En mi corazón tengo la lepra de la ingratitud que me hace insensible a las caricias que diariamente me propicias...
Al menos hoy, al menos aquí, al menos ahora, te pido que me sanes de este mal y me permitas experimentar la dulzura de tu presencia y la ternura de tus caricias.
¡Gracias, Jesús!
La gratitud es un rasgo característico del corazón visitado por el Espíritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: "Quien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de justicia". ¿A dónde nos lleva todo esto? A hacer un ejercicio de memoria: ¡cuántas cosas bellas ha hecho Dios por cada uno de nosotros! ¡Qué generoso es nuestro Padre Celestial! Ahora quisiera proponeros un pequeño ejercicio, en silencio, que cada uno responda en su corazón. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí? Esta es la pregunta. En silencio, que cada uno de nosotros responda. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí?
(Catequesis de S.S. Francisco, 27 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré tener un momento de oración para agradecerle a Jesús todo lo que me ha dado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse.
Hoy puede tener más sentido la frase: en vida hermano, en vida... después de la experiencia.
Siempre suele suceder así, que vamos aprendiendo en el camino, y que hay que estar despierto para que nuestros prejuicios o nuestras ocupaciones no nos permitan pasar de largo frente a quien nos esta pidiendo un "te quiero", o simplemente deseando que alguien lo valore.. para poder dar más.
Es verdaderamente una fortuna... desear estar despierto aún cuando las cosas no van como uno desearía.. lo importante es saber dar gracias. Vivir en gratuidad... porque todo es regalo, todo es don.
Un periódico italiano comentaba que el Papa Benedicto XVI, es el Papa de las gracias, porque a todos les da las gracias, a los gendarmes que lo custodian, a su secretario, al que le abre la puerta, a la que le pasa un vaso de agua... ¡que maravilla! Si aprendemos a dar las gracias, creo que nos cambiaría la vida y hasta los estados de ánimo... ¡recibimos tanto y damos tan poco!
Se nos regala un nuevo día, se nos regala las manos con estos dedos que teclean mis ideas y las van esculpiendo en la pantalla de la computadora y mis palabras como huellas llevan una dirección... son para alguien. Se nos regala la tecnología y en cada instante un poco de aire para seguir viviendo, se me regala la fe y la esperanza sin mérito alguno. Y bien se que doy muy poco, por eso tengo deseos de agradecer.
Gracias, sería una nueva palabra que podíamos agregar a nuestro diccionario diario. Pero no solo decirlo, es necesario que esa palabra nazca del silencio, después de tomar conciencia que somos consentidos de Dios, que se nos regala Él mismo en cada Eucaristía, en cada Evangelio.
Es curioso... pero también Dios nos da las gracias, porque nos bendice (bien dice), porque habla bien de nosotros y cuando damos gracias se multiplican las bendiciones y tenemos más para repartir y regalando lo que Dios nos da, más crecemos, somos más cristianos, somos más divinos.
Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse. Decir gracias a cada regalo nos conduce a la paz y a la alegría y es que en el mundo siempre hay más bien que mal, hay mas personas buenas que malas y a nosotros Dios nos ha rodeado de personas maravillosas.
Es cierto que tenemos heridas... pero son buenas. Yo mismo soy una persona herida que busca bálsamo para sus heridas y solo en la gratuidad va uno encontrando la alegría siempre nueva del que se encuentra con la sorpresa del regalo.
Ser conciente de que hoy puedo caminar... ¡cómo lo he de agradecer! Darme cuenta que puedo ver... ¡cuánto he de agradecer! Darme cuenta que puedo oír... Todo es regalo, todo tiene su encanto, todo tiene su sorpresa.
Porque el amor hace nueva todas las cosas, el amor hace eterno el instante y es desde ahí donde puedo agradecer.
Gracias, la palabra puede no decirnos nada... pero unida a nuestra existencia puede decirlo todo porque toda nuestra vida será justamente eso "una acción de gracias" después de todo la misma Eucaristía es eso... "ACCIÓN DE GRACIAS".
Toda la vida como un don.. pero es cierto que hay que pasar por la experiencia de la ausencia del don para darse cuenta del valor de la presencia, es necesario, vivir la ausencia del don, para ser conciente de que nada nos corresponde como mérito, que he correspondido muy poco para lo mucho que se me ha dado.
Vivir la gratuidad puede cambiar nuestra vida y nuestra manera de ver la vida... y no lo digo como una "auto-ayuda" sino como la realidad misma de la existencia que veo dibujada en la existencia de Cristo y en su oración: "gracias padre porque así te ha parecido bien" o en la misma actitud de Job: "si de Dios recibimos los bienes porque no hemos de aceptar los males".
Dios nos quiere libres y un corazón agradecido no está atado a la criatura porque bien sabe que no es dueño sino solo administrador de todos los bienes que Dios le ha querido compartir.... y hemos de dar gracias también por nuestras limitaciones que nos hacen vivir en la realidad humana y no angelical y que nos permite vivir en humildad, sabiendo que no merecemos sino que todo se nos da por amor.
Y es verdad que Dios no se entrega a nosotros en pedazos sino que se da totalmente y a pesar de nuestras miserias el sigue hablando bien de nosotros y nos sigue bendiciendo...
Por todo lo anterior que bueno que hoy tengo la oportunidad de decir gracias, por compartir así como soy sin ese afán de llenar expectativas... sin ese afán de perfeccionista ni con la inquietud del "deber ser." Simplemente ser y ser lo que se es.
Que nuestra vida sea Eucarística y al final sea una acción de gracias y podamos dejar está vida con estás palabras: "gracias Padre porque así te pareció bien... "
Qué mayor alegría que recibir los regalos, viviendo cada día como algo totalmente nuevo. Vendrán otros 6 de febrero... vendrán otras horas, pero este día jamás se volvera a repetir... hoy es totalmente nuevo.... por eso hoy quiero que este día sea para tí y para mi... un motivo para decir GRACIAS y sentir muy dentro de nuestro corazón la alegría de saber dar gracias.
EL PAPA RECUERDA QUE DECIR LA VERDAD VA MÁS ALLÁ DE "SER SINCEROS O EXACTOS"
Francisco: "Murmurar es matar. Los murmuradores son terroristas, que tiran la bomba y se van"
"¿Qué verdad atestiguan las obras de los cristianos, nuestras palabras y nuestras decisiones?", se pregunta
José Manuel Vidal, 14 de noviembre de 2018 a las 10:35
Audiencia
La "comunicación" entre las personas no es solo con palabras, sino también con gestos y actitudes, hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice
(José Manuel Vidal).- El Papa Francisco centra su catequesis de los miercoles en el octavo mandamiento: "No cometerás falso testimonio ni mentirás". Bergoglio asegura que la verdad es más que "ser sinceros o exactos" en nuestras palabras, gestos y silencios. Y, una vez más, condena las murmuraciones, porque "los murmuradores son terroristas, que tiran la bomba y se van".
Lectura del Evangelio de Mateo: "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
Algunas frases de la catequesis del Papa
"Abordamos la Octava Palabra del Decálogo: No cometerás falso testimonio contra tu prójimo'"
"Vivir de comunicaciones no auténticas es grave, porque impide las relaciones y, por lo tanto, el amor"
"Y cuando hablamos de comunicación entre las personas entendemos no sólo las palabras, sino también los gestos, las actitudes e, incluso, los silencios y las ausencias"
"Una persona 'habla' con todo lo que es y lo que hace. Todos vivmos comunicando y estamos continuamente en equilibrio entre la verdad y la mentira"
"¿Qué significa decir la verdad? ¿Significa ser sinceros o exactos? En realidad, esto no basta, porque se puede estar sinceramente en el error o incluso se puede ser precisos en el detalle, pero no acertar con el sentido del conjunto"
"A veces nos jutificamos: 'Pero dije lo que sentía'. Sí, pero has absolutizado tu punto de vista".
"O también decimos. 'Solo dije la verdad' Puede ser, pero has revelado hechos personales o reservaods"
"Las murmuraciones destruyen la comunión por inoportunidad o por falta de delicadeza"
"Murmurrar es matar. Los murmuradores son terroristas, que tiran la bomba y se van"
"¿Qué es, entonces, la verdad?" Es la pregunta hecha a Pilato"
"La verdad encuentra su plena realización en la propia persona de Jesús, en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre"
"En todos sus actos, la persona afirma o niega esta verdad. Desde las pequeñas situaciones cotidianas a las opciones más importantes. Pero con la misma lógica: la que nuestros padres y abuelos nos enseñan, cuando nos dicen que no contemos mentiras"
"Preguntémonos: ¿Qué verdad atestiguan las obras de los cristianos, nuestras palabras y nuestras decisiones? Los cristianos no son hombres y mujeres excepcionales. Somos, sin embargo, hijos del Padre celestial, que es bueno y no decepciona"
"Esta verdad es una forma de existir o de vivir"
"Cuando alguien es veraz, se le reconoce: 'Este e sun hombre auténtico y veraz'"
"La verdad es la revelación maravillosa de Dios, del rostro de su Padre"
"Esta verdad correspponde a la razón humana, pero la supera infinitamente, porque es un don que bajó a la tierra y se encarnó en Cristo crucificado y resucitado"
"No cometer falso testimonio quiere decir vivir como hijos de Dios, dejando transparentar en cada acto que Dios es Padre y que nos podemos fiar de Él"
"Yo me fío de Dios. Ésta es la gran Verdad y de ella nace mi verdad: ser auténtico y no mentiroso"
Texto íntegro del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas: La catequesis de hoy la dedicamos al octavo mandamiento: «No dirás falso testimonio ni mentirás»; este mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con los demás. Es grave vivir de "comunicaciones" no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo. La "comunicación" entre las personas no es solo con palabras, sino también con gestos y actitudes, hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice. Entonces, ¿qué es la verdad? Esta fue la pregunta que hizo Pilatos a Jesús en el proceso que lo llevaría a morir en la cruz. Jesús había afirmado: «Para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad». Con su pasión y su muerte, demuestra que él mismo es la realización plena de la Verdad, pues su vida fue un reflejo de la relación con el Padre. En su manera de vivir y morir, cada acto humano, por pequeño o grande que sea, afirma o niega esta verdad. «No dar falso testimonio, ni mentir», implica vivir como hijos de Dios, dejando que en cada acto se refleje que él es nuestro Padre y que confiamos en él. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Los animo a vivir como hijos que saben que Dios los ama, y que con esa conciencia puedan construir cada vez más una sociedad fundamentada en la sinceridad y en la verdad.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias