El que no recoge conmigo, desparrama
- 28 Marzo 2019
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Ruperto de Salzburgo, Santo
Obispo, 28 de marzo
Martirologio Romano: En Salzburgo, en Baviera, san Ruperto, obispo, que siendo originario de la región de Worms, a petición del duque Teodon se dirigió a Baviera y en la antigua ciudad de Juvavum edificó una iglesia y un monasterio, donde estuvo al frente como obispo y como abad, y desde allí difundió la fe cristiana (c. 718).
Etimológicamente: Ruperto = Aquel hombre de fama brillante, es de origen germano.
Breve Biografía
Obispo de Salzburgo, la hermosa ciudad austríaca, cuya fama está unida a la de su hijo más ilustre, Wolfgang Amadeus Mozart, se llama así porque cerca se encuentran unas minas de sal. De ahí viene el nombre de Salzburgo, que significa “ciudad de la sal”.
Su primer obispo y patrono principal, san Ruperto, aparece en los cuadros con un salero en la mano (o con un barril, lleno precisamente de sal y no de vino, como creen algunos estudiosos no bien informados). Es el único santo local festejado, no sólo en las regiones de idioma alemán, sino también en Irlanda: en realidad, también él fue un típico representante de los “monjes irlandeses” itinerantes.
San Ruperto descendía de los robertinos o rupertinos, una importante familia que dominaba con el título de conde en la región del medio y alto Rin. De esta familia nació también otro san Ruperto (o Roberto), de Bingen, cuya vida fue escrita por santa Ildegarda. Los robertinos estaban emparentados con los carolingios y tenían su centro de actividades en Worms. Aquí recibió san Ruperto su formación de timbre monástico irlandés.
Hacia el 700, como sus maestros, se sintió llevado a la predicación y al testimonio monástico itinerante y por eso viajó a Baviera, obteniendo buenos resultados en Regensburg y en Lorch. Con la ayuda de Teodoro de Baviera fundó, cerca de Salzburgo, en lo que hoy es Seekirchen, una iglesia dedicada a san Pedro. Pero el lugar no parecía apropiado para los proyectos de san Ruperto, y entonces pidió al conde otro territorio, a orillas del río Salzach, cerca de la antigua y decadente ciudad romana de Juvavum.
El monasterio que construyó allí, dedicado también a san Pedro, es el más antiguo de Austria y el núcleo de la nueva Salzburgo. Su desarrollo se debió a la obra de los doce colaboradores que san Ruperto llevó allí de su tierra natal: entre ellos Cunialdo y Gislero, venerados como santos. No lejos del monasterio de san Pedro, surgió también un monasterio femenino, cuya dirección fue confiada a la abadesa Erentrude, sobrina de Ruperto.
Este grupito de valientes fue el que hizo surgir la nueva Salzburgo, que con razón considera a Ruperto como su refundador: “Su figura demuestra cómo una personalidad llena de fuerza y de sensibilidad, ahondando las raíces en las profundidades del espíritu cristiano, puede impedir con inteligencia y sin límites geográficos cualquier decadencia tanto interior como exterior” (J. Henning). San Ruperto murió el 27 de marzo del 718, día de Pascua. Sus reliquias se conservan en la magnífica catedral de Salzburgo, edificada en el siglo XVII.
Santo Evangelio según San Lucas 11, 14-23. Jueves III de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, gracias por darme un nuevo día. Aumenta en mí la fe, la esperanza y la caridad. Ayúdame a estar siempre contigo pues yo solo nada puedo. Tú sabes cuántas dificultades tengo a lo largo de mi vida. Te pido, Madre mia, que me ayudes a tener una fe como la tuya.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: “Éste expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino?
Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan lo hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio que terminamos de leer, vemos cómo Cristo expulsa los demonios y nos dice que el Reino de los Cielos ha llegado a nosotros. Y puede sonar un poco extraño, pero esto se cumple en el momento en el que Él viene a este mundo y se hace carne por amor a todos nosotros. Es un Rey que nos promete un Reino y nos lo trae, pero nos cuesta trabajo verlo, (con ojos de fe).
Este Reino nos ha sido revelado por el don gratuito de la fe, debe ser custodiado, como dice en el Evangelio, siendo fuerte (en la fe) y teniendo armas (que son la esperanza y el amor). Porque vendrán momentos en los que flaquearemos en la fe, que es la base del Reino. Y llegará el momento en que el enemigo intentará vencernos, quitándonos estas armas para no tener con qué defendernos. Pero es ahí cuando tenemos que demostrar que nuestra fe, esperanza y amor los tenemos en Dios.
«Es cansado combatir contra el mal, escapar de sus engaños, retomar fuerzas después de una lucha agotadora, pero debemos saber que toda la vida cristiana es una lucha. Pero debemos saber que no estamos solos, que la Madre Iglesia reza para que sus hijos, regenerados en el bautismo, no sucumban a las insidias del maligno sino que le venzan por el poder de la Pascua de Cristo. Fortificados por el Señor Resucitado, que ha derrotado al príncipe de este mundo (cf. Juan 12, 31), también nosotros podemos repetir con la fe de san Pablo: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Filipenses 4, 13). Todos nosotros podemos vencer, vencer todo, pero con la fuerza que me viene de Jesús.»
(Audiencia de S.S. Francisco, 25 de abril de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Padre del Cielo, nosotros nos entregamos nuevamente a tu Gracia todo poderosa, la que nos has revelado, por la vida y la muerte de tu Hijo, Jesucristo, y que nos has prometido con la venida de tu Espíritu Santo. Que tu Reino crezca como una semilla en nosotros y por nosotros allí donde estemos.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Te invito a que, en algún momento de oración durante tu día, leas lo siguiente: «Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré». (Jos 1, 5)
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Déjate fundir, no te resistas...
Sembrando Esperanza I. Dejarnos moldear, no poner resistencia para que Dios haga su obra en nosotros. Nos prueba como el oro en el crisol, hay que fundirse para brillar.
Dios nos prueba como el oro en el crisol, hay que fundirse para brillar, ¿realmente es necesario pasar por la vida con tantas pruebas, por tantos desencantos?, ¿la vida no sería más bella y más amable sin tantos contratiempos?
Platicando con un joven le dije: todo sirve de bien para quien ama y tiene fe, realmente es aquí cuando entendemos que Dios escribe recto en líneas torcidas.
Necesitamos dejarnos moldear, no poner resistencia; para que Dios vaya haciendo su obra en nosotros. Entender, seguir y dejarnos conducir por este principio no es fácil, pero es aquí en donde está la verdadera solución.
Estoy seguro que todos nosotros queremos alcanzar la auténtica felicidad y sobre todo la realización personal en nuestra vida, es decir, cumplir la misión para la cual Dios N.S. nos ha creado. No nos debemos desanimar, no nos podemos desanimar, el camino es arduo y complejo, pero sabemos que no estamos solos.
Un árbol para que dé buenos frutos necesita ser podado, tiene que experimentar el dolor de que alguien corte todas aquellas ramas secas, inútiles y que le restan fuerzas, así es nuestra vida.
Espero que esta historia que a continuación te narro, te ayude un poco más en tu camino:
Se cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero a pesar de toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida, muy por el contrario, sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.
Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó:
"Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado"
El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero:
"En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto?
Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal hasta que se pone al rojo vivo; enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada. Luego la sumerjo en un balde de agua fría y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura.
Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente". El herrero hizo una larga pausa, y siguió: "A veces el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento; el calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería".
Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: "Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas".
Para que un día yo también pueda decir....."He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." (2 Timoteo 4, 7)
¿Sabía que puede obtener indulgencia plenaria en Semana Santa?
Durante la Semana Santa se puede obtener indulgencia plenaria si se realiza una de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede
Durante la Semana Santa se puede obtener para uno mismo o para los difuntos el don de la indulgencia plenaria si se realiza una de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede.
Una indulgencia plenaria es una gracia que concede la Iglesia, por los méritos de Jesucristo, de María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como consecuencia del pecado. La indulgencia aplica a pecados ya perdonados.
Jueves Santo
1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, se recita o canta el himno eucarístico del “Tantum Ergo” (“Adorad Postrados”).
2. Si se visita por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.
Viernes Santo
Si el Viernes Santo se asiste piadosamente a la adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.
Sábado Santo
El rezo de dos o más personas del Santo Rosario.
Vigilia Pascual
Si se asiste a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella se renuevan las promesas del Santo Bautismo.
Condiciones:
Para ganar la indulgencia plenaria además de haber realizado la obra enriquecida se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:
1. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.
2. Confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra para ganar la indulgencia; pero conviene que la comunión y la oración se realicen el mismo día en que se cumple la obra.
Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias.
Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre solo se gana una Indulgencia Plenaria.
La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.
El primer perseguido es Cristo
Ante el anticristianismo palpable en muchos lugares de nuestro mundo, el P. Montes nos recuerda que siempre el perseguido es Jesús
Reproducimos íntegro a continuación el texto publicado por el padre Luis Montes, misionero del Instituto del Verbo Encarnado en Irak, en su blog Amigos de Irak. (Las negritas son de la edición hecha por María Arratíbel para su blog en nuestro aliado InfoCatolica.com)
“Ayer pude visitar las poblaciones de Bartalla y Qaraqosh tomadas por el Isis hace 2 años y liberadas recientemente. Me invitó al viaje Monseñor Alberto Ortega, nuncio de Irak y Jordania y lo acompañaban el Arzobispo Sirio Católico, Monseñor Iuhanna Butros y el P. Majiid.
En los días siguientes iré poniendo más fotos y contando del viaje. Hoy me quiero detener en la impresión que tuve al entrar en la primera iglesia que visitamos, la Iglesia de San Jorge en Bartalla.
Entrar allí produce un sacudón muy fuerte al ver el lugar santo quemado, vandalizado, profanado… Uno se queda sin palabras al ver lo que ya conocía de fotos y testimonios… se hiela la sangre.
Al ver suelos, paredes y techos llenos de cenizas, los bancos tirados por cualquier lado, las imágenes rotas, desparramadas, pisoteadas, los libros santos reducidos a cenizas,uno percibe de un modo muy fuerte el odio que produjo eso, odio que se resume en una frase: rechazo a Cristo y a su Cruz. El mismo odio que ataca los templos de Cristo ataca los templos vivos que son los cristianos. No se conforman con subyugar,quieren borrar toda memoria del Redentor, que desaparezca de la faz de la tierra. A los que niegan que los principales perseguidos son los seguidores de Cristo los invito a visitar estos pueblos y que comprueben como las casas quemadas fueron sobre todo las de los cristianos, los cementerios profanados fueron los cristianos, los templos destruidos fueron sobre todo las iglesias. Vengan y vean como quedó Qaraqosh y como en cambio no tocaron nada en el pueblo musulmán de al lado. El Isis ataca a todos lo que no piensan como ellos, es cierto, pero los primeros somos los cristianos, porque el primer perseguido es Cristo.
Por eso no hay que engañarse, aquí hay odio teológico. El que está detrás de todo es el demonio, detrás del Isis y los demás grupos yihadistas, y detrás de la gente que los apoya, algunos por un fanatismo similar y otros por diversos intereses. Todos ellos al que en realidad atacan es al Redentor del género humano. Pero como no pueden dañarlo lo atacan en sus templos, en sus fieles, en su memoria.
Y por eso, ver una iglesia así destruida, produce tristeza, dolor e ira, pero, por sobre todo, produce un enorme orgullo, un santo orgullo, porque nos persiguen por ser de Cristo.Jesús nos dijo que cuando esto pase saltemos de gozo ya que nuestra recompensa será grande en el Cielo. No teníamos ganas de saltar, pero nuestro espíritu sí lo quería. Era una alegría profunda que me llevaba a recoger recuerdos de esos lugares: una piedra, una tapa de misal quemada, un pedazo de alguna imagen destruida, todos símbolos de la gracia que Dios nos concede de ser perseguidos por su Hijo.
Y por último, para no alargarme mucho, tanta destrucción nos debe mover a rezar por los perseguidores. Necios seguidores del mayor perdedor de la historia. El diablo hace ruido y mete miedo pero es el gran fracasado. Cuando logró matar al Hijo de Dios perdió el poder que tenía, y ahora, cuando el mal parece más victorioso es en realidad cuando más se derrota a sí mismo, porque Dios ordena todo para el bien de sus elegidos. Recemos por los que siguen al demonio, para que se conviertan y vivan,que Dios es poderoso para llamarlos a Sí y espera nuestras oraciones para darnos la gloria de ser partícipes en su victoria.
¡A Él solo la gloria!
Los Siete Dolores de la Virgen María
El teólogo Pablo Cervera nos explica que la Virgen vivió todo dolor humano en intensidad y plenitud incomparables
El tiempo cuaresmal, tanto más cuanto más se acerca la Semana Santa, nos prepara para considerar los dolores de la Pasión de Cristo. Que incluyen los de su Madre. Sobre ellos y la devoción a los Siete Dolores acaba de presentarse una obra bellísimamente ilustrada que ha traducido el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, quien explicó a Cari Filii News la importancia de esta devoción:
Editada por Magnificat (revista mensual editada en ocho idiomas), acaba de publicarse Los Siete Dolores de la Virgen María, del padre dominico Romanus Cessario, O.P., director de la edición en lengua inglesa.
Se trata de una obra de 92 páginas bellísimamente ilustrada con cuadros de Giotto di Bondone (1267-1337) y de su discípulo Pietro Lorenzetti (1280-1348), que presentan ricas meditaciones sobre uno de los más insondables misterios de la Redención: el dolor de la Madre de Dios, la mujer que vivió la felicidadincomensurable de llevar dentro de sí a Cristo y convivir con él física y espiritualmente durante toda Su vida terrena.
Sobre ello nos ilustra el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, director de la edición española de Magnificat y traductor de Los Siete Dolores de la Virgen María.
-¿Cuál es el origen la devoción de los Siete Dolores?
-En realidad, se puede decir que el origen está en los mismos evangelios, como no podía ser de otra manera, ya sea porque cada Dolor de la Virgen se encuentra recogido en ellos, ya porque San Juan, al pie de la cruz, es el primer «devoto» de la Virgen dolorosa. De hecho, la Madre dolorosa es encomendada por Cristo a su cuidado y San Juan «la acogió como algo propio» (Jn 19,27). Puntualicemos que la palabra «devoción», hoy denostada como si fuera algo accidental, arbitrario o incluso trasnochado, en latín tiene un rico contenido semántico de entrega, dedicación, consagración…
-¿Cómo llegó hasta nuestros días?
-Fue en el siglo XIII cuando realmente floreció, se «sistematizó» y se extendió. Los siete santos fundadores servitas, devotos de nuestra Señora, recibieron de la Virgen el Viernes Santo de 1239, el deseo de que fundaran una Orden que practicara y difundiera esta Devoción.
-¿En qué consiste?
-Esta forma de devoción mariana hace que el cristiano se asocie y viva con María los momentos que ella pasó de dolor en su existencia. Nada de lo humano le es ajeno a la Virgen, tampoco el dolor.
Los Siete Dolores de Nuestra Señora son:
- La profecía del anciano Simeón(le anuncia que una espada le traspasará el alma: Lc 2, 34-35)
- La huida a Egipto (María tuvo que emigrar por la amenaza de Herodes: Mt 2,13)
- El Niño Jesús perdido (María vive un «infierno» con la pérdida de su hijo adolescenteque se había quedado en el Templo entre los doctores: Lc 2,48; cf. Cant 3,3)
- El encuentro de María con Jesús en el camino al Calvario(María no dejó a su Hijo en el momento del dolor y aunque la escena no es referida en los evangelios no hay duda de que ella estuvo a su lado camino del Calvario, ya que estuvo al pie de la cruz).
- La Crucifixión y muerte de Jesús(María esta al pie de la Cruz con el discípulo amado y otras mujeres: Jn 19, 25)
- La lanzada que traspasó el Corazón de Jesús y su descendimiento de la cruz (Maríacontempló la lanzada del soldadosobre el cuerpo de Cristo: Jn 19,34)
- La sepultura de Jesús (a petición de José de Arimatea, Pilato concedió que Cristo fuera sepultado en una tumba nueva y María tuvo que estar allí en las tareas de embalsamamiento y sepultura: Jn 19,38).
-Esta devoción ¿tiene asociada alguna indulgencia?
-La Iglesia siempre ha concedido indulgencias a esta práctica, a lo largo de los siglos, y también hoy al rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Virgen se le concede indulgencia parcial.
-¿Tiene una significación cuaresmal propia?
-En la medida en que la Cuaresma nos prepara a la Pasión podemos responder afirmativamente. Aunque el centro es Cristo, María está asociada a la pasión de Cristo y, en ese sentido, María vive la Cuaresma, que no es sólo conversión del pecado (ella no lo tiene), sino sobre todo adhesión y seguimiento de Cristo redentor en la Cruz. Los dolores de María (especialmente los vinculados a la Pasión) nos ayudan a unirnos más a Cristo.
-¿Tiene el número 7, también en este caso, una significación?
-Efectivamente, el número 7 es expresión de plenitud en la Biblia y adecuar los dolores de María a este número implica que ella vivió todo dolor humano y en una intensidad y plenitud incomparables.
-¿Hay una vinculación entre los dolores de la Virgen y la corredención, o ésta está vinculada exclusivamente al “fiat” de la Anunciación?
-En absoluto. El «fiat» fue el inicio por el que María es asociada al misterio de su Hijo. La fidelidad de su «sí», comenzado en la Anunciación, llega a su culmen en la Pasión. Por eso María es llamada en el Concilio Vaticano II «socia del Redentor», asociada. No se habló de corredención porque teológicamente es un tema discutido. María no está, evidentemente, a la misma altura de Cristo en el misterio redentor (co-redentora podría dar pie a entender que sí lo está) aunque haya sido asociada por Dios a él como alguien esencial.
-Contemplando estos dolores surge una pregunta: ¿fue feliz la Virgen María?
-María disfrutó de un gozo pleno por su maternidad divina que no excluye el dolor, al que también fue asociada. El malentendido para el mundo de hoy es que confunde felicidad con placer, que son cosas distintas. Hay felicidad también cuando se sufre. Esto no quiere decir que el cristianismo sea un masoquismo. La felicidad está en la entrega, la felicidad es «el resultado de dar lo mejor de uno mismo», como decía Viktor Frankl: resultado, no fabricación ni compra… La felicidad de María radicó en su total adhesión y cercanía a su Hijo, Dios y hombre verdadero.
-¿Puede presentarnos al autor de este libro?
-El padre Romanus Cessario, O.P. es un dominico norteamericano, teólogo y profesor de teología sistemática en el Seminario Saint John de Boston. Además es miembro de la Pontificia Academia de Santo Tomás. Es subdirector del mensual Magnificat en lengua inglesa para los Estados Unidos (hay otra edición británica), y presidente de la Fundación Magnificat en Estados Unidos.
-¿Qué valor especial aportan los frescos de Giotto y Lorenzetti escogidos para embellecer esta obra?
-Giotto y Lorenzetti representan una revolución pictórica en Italia al introducir las figuras etéreas del arte bizantino en ambientes de ciudades, tierra y aire, etc. La Capilla Scrovegni (Padua) conserva un ciclo de frescos de Giotto que es considerado como una de las cumbres del arte occidental. Son varias bandas con recuadros sucesivos que relatan diversos ciclos bíblicos. En cuanto a Lorenzetti, discípulo de Giottto, realizó su obra maestra entre 1326-1329 decorando la iglesia inferior de la Basílica de San Francisco de Asís. Las figuras en estas escenas muestran interacciones emocionales geométricas frente a muchas escenografías anteriores que parecían aglomeraciones independientes.